jueves, noviembre 29, 2007

¡Crisis crediticia!

Mientras que hace unos meses parecía no tener fin el movimiento ascendente de los precios bursátiles y disponibilidad de los préstamos para comprar empresas, construir rascacielos o invertir en interminables bloques de pisos desde San Diego a Shoreditch y Shanghái, ahora todo ha cambiado. Se ha abierto un abismo ante el sector financiero del capitalismo.
Cada día se producen nuevos anuncios de bancos que han tenido que "cancelar" el valor de los activos que han comprado (préstamos hipotecarios de viviendas en EEUU o bonos que están "respaldados" por el valor de las hipotecas en EEUU). Citibank 10.000 millones de dólares; HSBC 5.000 millones; Merrill Lynch 8.000 millones y así sucesivamente. Los bancos han confesado unas pérdidas de 60.000 millones de dólares.
El jefe de Citibank, el mayor banco del mundo (hasta un banco chino le sobrepasó el mes pasado cuando salió a bolsa), ha tenido que hacer frente a un paquete de despidos valorado en 150.000 millones de dólares. Después le siguió el mayor banco de inversión del mundo, Merrill Lynch.
Y alrededor del mundo, bancos más pequeños e instituciones financieras no sólo han perdido dinero, sino que se han derrumbado. En Gran Bretaña fue Northern Rock, un prestamista de hipotecas del norte de Inglaterra. Los grandes prestamistas hipotecarios han colapsado en EEUU. El mayor prestatario de EEUU, Countrywide, está al borde del precipicio después de registrar unas pérdidas enormes. Desesperados, los grandes bancos intentan fomentar un fondo especial valorado en 75.000 millones de dólares para financiar pequeños "vehículos para utilidades especiales" que originalmente fueron creados para conseguir beneficios extras.
Incluso instituciones financieras supuestamente "seguras y prudentes" como empresas o gobiernos locales se han quemado los dedos en los fondos de pensiones. Unas cuantas personas de la remota ciudad noruega de Narvik, 200 kilometros al norte del Círculo Ártico, donde el sol desaparece hasta enero, es probable que tengan mucho que pensar en la crisis del crédito que arrastra a los mercados monetarios globales, es decir, que amenazan sus salarios esta Navidad.
Narvik, junto con otras tres ciudades similares aisladas, Hemmes, Rana y Hattfjelldal, se han convertido en los últimos pueblos en descubrir que incluso los lugares más remotos se pueden ver afectados por el caos financiero provocado por productos financieros vinculados a EEUU.
Las ciudades invirtieron unos 96 millones de dólares en productos complejos vinculados a bonos municipales no especificados de EEUU, diseñados por Citigroup, y vendidos por Terra Securities, el sector de inversión de un grupo bancario de préstamos noruego. Ahora los representantes de las ciudades han admitido que los recientes movimientos del mercado vinculados a la crisis del crédito han destruido la mayor parte del valor de sus inversiones.
La gran crisis crediticia no sólo está localizada en EEUU, sino en todas partes. Y sólo acaba de empezar. La OCDE calcula que las pérdidas finales de esta contracción del crédito serán de 300.000 millones de dólares. Otro banco calcula que serán unos 400-500.000 millones de dólares, aproximadamente el 1 por ciento de la producción mundial anual.
El inicio del problema se encuentra en el mercado inmobiliario norteamericano, tendríamos que remontarnos a principios de la década cuando comenzó en enorme boom del mercado de propiedad residencial en EEUU, no muy diferente al boom del mercado de la propiedad comercial (fábricas y oficinas), además los tipos hipotecarios se hundieron y los bancos comenzaron a facilitar cada vez más las condiciones del crédito.
Mientras que antes lo habitual era que la hipoteca en EEUU equivaliese al 75 por ciento del valor de la vivienda a un tipo de interés fijo durante 30 años, mientras los precios inmobiliarios subían un moderado 3-5 por ciento anual, ahora podían conseguir el 100 por cien (o incluso más) de la hipoteca a un tipo especial de descuento próximo a cero durante los primeros años.
Además, si no podías demostrar que tenías un buen empleo con ingresos suficientes para pagar el préstamo no importaba. Como los precios inmobiliarios subían un 15 por ciento al año, fácilmente podías cubrir el coste del préstamo vendiendo o pidiendo más dinero prestado. Los bancos prestaban sin escrúpulo lo que ellos llamaban hipotecas "sub-prime" (denominadas así porque eran de prestatarios con muchos riesgos).
El boom inmobiliario despegó cuando la Reserva Federal redujo los tipos de interés por debajo del 1 por ciento y el responsable del banco entonces, Alan Greenspan, declaró en público que era una gran idea prestar y gastar más para mantener en funcionamiento la economía norteamericana. Sin embargo, en junio de 2005, las cosas comenzaron a empeorar. Primero, la subida de la inflación obligó a la Fed a cambiar su política y empezó a subir los tipos de interés. Así lo hizo durante dieciocho meses, del 1 al 5,25 por ciento. Los tipos hipotecarios subieron de manera abrupta y los prestatarios comenzaron a sentir los apuros.
Pero más importante aún, los precios inmobiliarios superaban con mucho a los ingresos, que para una familia norteamericana media apenas subieron, esos lotes de nuevas casas que entraban en el mercado ya no eran tan razonables. Los constructores tuvieron que dar un giro a sus nuevos bloques de pisos con masivos descuentos e incentivos. Finalmente, ni siquiera esto fue suficiente que estos prestatarios "sub-prime" que habían comprado sin ingresos adecuados o que habían "comprado para invertir" con la esperanza de obtener beneficios con una rápida venta de sus propiedades, ya no podían mantener sus viviendas.
Los impagos de hipotecas sub-prime pasaron del 3 al 15 por ciento en un año. Los prestamistas de repente se encontraron con una caída rápida de sus ingresos lucrativos a través de hipotecas. Y aquí es donde el problema empeora aún más.
En el gran nuevo mundo del capital financiero global, los prestamistas hipotecarios no habían puesto en sus libros estas hipotecas. Iban a otros bancos y, en particular, a las organizaciones financieras más pequeñas como fondos de alto riesgo (financiados por bloques de capital creados por algunos financieros usando el dinero de personas muy ricas y prometiendo grandes beneficios) y dijeron: ¿por qué no nos compráis un lote de hipotecas? Algunas hipotecas son prime (créditos buenos) y otras son sub-prime. Pero un lote de esta deuda hipotecaria (un activo respaldado por una hipoteca) pagará mucho más que el interés bancario o incluso que el interés de un bono del gobierno. No hay problema, decían, es realmente seguro porque los precios inmobiliarios suben y suben y, de cualquiera de las maneras, tu lote de hipotecas incluye otros productos que sí son seguros.
Después los bancos iban a los corredores de seguros y decían: ¿Por qué no ofrecéis un seguro para estos impagos hipotecarios? No va a ocurrir nada, porque podéis hacer dinero vendiendo primas a los compradores de nuestros títulos respaldados por hipotecas. Y lo hicieron.
Pronto todos estaban comprando y vendiendo títulos hipotecarios por todo el mundo. Los títulos hipotecarios sub-prime alcanzaron un global de 3 billones de dólares y las hipotecas prime (seguras) alcanzaron los 25 billones de dólares.
Estos hechos son similares a lo que ocurrió con los ahorros y los préstamos bancarios en EEUU durante la década de los años ochenta. Eran unos ahorros bancarios muy pequeños que englobaban los ahorros de toda la población de las pequeñas ciudades del centro de EEUU. Habían prestado su dinero a empresarios locales para construir oficinas, fábricas, etc.,
El boom de la propiedad comercial apareció cuando cayeron los tipos de interés y los propietarios de estos pequeños bancos pensaban que habían ganado. Comenzaron a prestar a empresas para grandes proyectos comerciales ofreciendo un tipo de interés fijo y muy bajo. Pero después los tipos de interés comenzaron a subir al dispararse la inflación, a finales de los años ochenta. Estos bancos de repente tenían que pagar tipos más elevados a sus depositarios, pero no podían subir los tipos de interés a sus prestatarios empresariales. Los bancos se hundieron o sus propietarios se dieron a la fuga con los depósitos de la población local.
El desastre de los ahorros y los préstamos de la década de los ochenta y la crisis de las sub-prime, son ejemplos de cómo el capitalismo corrupto y codicioso intenta mantener el impulso económico girando hacia sectores improductivos porque los sectores productivos se han debilitado.
En EEUU, la tasa de beneficio conseguida por todos los sectores de la inversión capitalista alcanzó su punto máximo en 1997. Como explicaba Marx, los capitalistas intentan continuamente aumentar los beneficios que consiguen de sus trabajadores. Si no lo hacen, sus competidores les superarán en precio o inversión con costes inferiores.
Esta competencia obliga a los capitalistas a encontrar nuevas formas de aumentar sus beneficios. Una vez han agotado la explotación de la fuerza laboral, sólo pueden conseguir beneficio utilizando nuevas formas de tecnología que ahorran trabajo. Eso requiere invertir más capital extra en maquinaria y plantas que en trabajo. Este aumento de la proporción (que Marx denominó composición orgánica del capital) comienza a reducir la tasa de beneficio, justo cuando la masa o el total de beneficios aumenta. Finalmente, la caída de la tasa de beneficio ejercerá la suficiente influencia como para detener el aumento de la masa de beneficios.
Ese proceso comenzó en 1997. Finalmente, el boom de la tecnología de la información de los años noventa estalló en el colapso bursátil de 2000 y la masa de beneficio dejó de subir en 2001, y hubo una recesión suave. Pero la recesión sólo fue suave porque el capitalismo intentó mantener el sistema con la expansión del crédito a sectores improductivos como el financiero y el inmobiliario. El boom inmobiliario sirvió de colchón frente al colapso de las fuerzas productivas. Esta circunstancia incluso hizo retroceder la caída de los beneficios durante un tiempo, desde 2002 a 2006. El empleo y el crecimiento económico también subieron.
Para conseguirlo hubo una enorme expansión del crédito monetario, en realidad es la mayor de la historia capitalista. Marx lo denominó capital ficticio. El crédito es oferta monetaria (emisión de billetes y aumento de las reservas bancarias), deuda (emisión de bonos y préstamos) y valores bursátiles (aumento de los precios por la compra y venta de acciones de las empresas). Cuando la expansión supera a la acumulación de capital real, entonces es ficticio. Los precios de las acciones, bonos e inmobiliarios no corresponden con el valor apropiado por los capitalistas a través de la venta de las mercancías y servicios producidos por los trabajadores en las fábricas, oficinas y transporte, es decir, beneficios.
En los primeros siete años de la década de 2000, el capital ficticio creció más de un 25 por ciento al año, comparado con el crecimiento de la producción real en el mundo capitalista (un máximo de 5-7 por ciento anual). La oferta monetaria emitida por los bancos centrales subió un 7 por ciento anal, mientras que los bancos aumentaron los préstamos más de un 10 por ciento al año. Y después, estaba la emisión de bonos de las grandes empresas y gobiernos. Esa forma de crédito subió más del 15 por ciento al año y alcanzó en 2006 los 73 billones de dólares, aproximadamente el 140 por ciento de la producción mundial anual.
Pero la parte más asombrosa de la explosión de capital ficticio fue el valor de lo que se denomina contratos derivados (derivated contracts). De los 70.000 millones de dólares en deuda, aproximadamente 11.000 millones eran "vendidos" en distintos contratos derivados de esa deuda. Estos derivados, en esencia, son apuestas sobre el futuro valor de un bono, una hipoteca o una acción, aumentaron su valor a unos impresionantes 550 billones de dólares, once veces la producción mundial anual.
Esta circunstancia facilitó el dinero que permitió a los prestatarios comprar propiedades, acciones u otros activos en grandes cantidades. Pero la mayor parte de esta expansión del crédito a sectores improductivos de la economía capitalista, aunque creen empleo e ingresos, como Marx explicó, bajo el capitalismo es improductiva porque no crea valor que pueda ser utilizado para reinvertir en nueva producción e impulsar la economía hacia delante. En realidad, cada vez iba más dinero a los mercados bursátiles e inmobiliarios, y cada vez había menos disponible para inversión en industria, nueva tecnología o mejores cualificaciones para la mano de obra.
Como hemos demostrado, una de las características del capitalismo moderno en su fase de declive es que el capital cada vez se invierte más en sectores improductivos que en productivos. Por ejemplo, el sector financiero ahora contribuye al 30 por ciento de los beneficios de las empresas capitalistas en EEUU. Si dejamos esto a un lado, a los sectores productivos de la economía no les ha ido tan bien. En realidad, la tasa subyacente de beneficio ha caído durante un período de décadas, incluso aunque existan largos períodos de aumento.
La crisis del crédito es otra cara de la moneda. Una vez que el mercado inmobiliario norteamericano comenzó a colapsar a partir del verano de 2005, el masivo boom del crédito demostró ser lo que era, una fantasía, no basada en valores reales.
Ahora la burbuja crediticia ha estallado como ocurrió con las punto.com en 2000, y como ocurrió con la burbuja de ahorros y préstamos en las hipotecas comerciales a mediados de los años ochenta en EEUU, lo mismo que sucedió con la burbuja crediticia en Japón a finales de los ochenta.
Los bancos ahora han endurecido las condiciones de los préstamos. Lo mismo ocurre con los fondos de alto riesgo y los corredores de seguros. El crédito se contrae rápidamente, cuando el capital ficticio se evapore se podrá ver el nivel real de los valores. Este valor real es mucho más bajo que el nivel de producción, empleo e ingresos, y por supuesto, muy inferior al nivel de beneficios.
El colapso del crédito será tan severo en los próximos años cuando lo fue la expansión del capital ficticio estos últimos cinco años. Y en esta ocasión, el ciclo de beneficio también a largo plazo es un ciclo descendente que todavía le queda algo para tocar fondo. Al mismo tiempo, continúa la espiral descendente a largo plazo de los precios de las acciones, que expresa la confianza que los capitalistas tienen en su propio sistema. Finalmente, el mercado inmobiliario global también está cayendo, no sólo en EEUU, también en Gran Bretaña, Europa y algunas zonas de Asia.
En todas partes las flechas apuntan al capitalismo. Esta caída sincronizada de la rentabilidad, el crédito, los precios de las acciones e inmobiliarios, presagian una recesión económica importante para 2009-2010, o incluso antes. La crisis del crédito provocará el peor fracaso global de la producción capitalista desde 1980-1982, quizá incluso tan mala como la de 1929-1933.

Michael Roberts

El sectarismo de izquierda y el referéndum venezolano

Con enemigos como éstos, ¿para qué necesita amigos el imperialismo?

La revolución es la prueba suprema para cualquier tendencia revolucionaria que se proponga ayudar a las masas oprimidas a transformar la sociedad. Es en la arena revolucionaria donde una corriente política tiene que demostrar cuán acertadamente absorbió las ideas del socialismo y las lecciones de la Historia durante el período preparatorio previo.
La revolución venezolana está poniendo a prueba a todas las tendencias que se llaman a sí mismas socialistas, revolucionarias y hasta “trotskistas”. Está dejando en claro qué tendencias sirven a la revolución y al desarrollo de la conciencia política de los trabajadores, en Venezuela e internacionalmente, y cuáles son un obstáculo o sirven inconscientemente a la reacción en sus propósitos contrarrevolucionarios, con su accionar equivocado y sus posiciones políticas.

El papel de los revolucionarios

Un partido revolucionario no maldecirá el estado de cosas existente, exigiendo a la realidad condiciones objetivas ideales que le permitan desarrollarse con el mínimo esfuerzo. Nunca existieron esas condiciones ideales, ni en Venezuela, ni en la Revolución Rusa ni en ninguna otra revolución en la Historia. Un partido revolucionario tomará la realidad tal cual es, analizará sus contradicciones internas (las fuerzas opuestas en conflicto y su interrelación mutua) y preverá el desenvolvimiento más probable de los acontecimientos, interviniendo en esa realidad viviente para asegurar las mejores condiciones para el triunfo de la revolución.
Un partido revolucionario es, por encima de cualquier cosa, un grupo de acción. El partido revolucionario siempre tratará de utilizar las herramientas que le proveen el sistema y el estado de cosas existente para agitar y movilizar a las masas haciendo avanzar el movimiento hacia su objetivo final. En esto consistía el famoso “realismo revolucionario” de Lenin que muchos evocan pero que no todos comprenden cabalmente.
Justamente, la tarea de ubicarse en la realidad tal cual es y aprovechar cada oportunidad que se presente para enraizarse en el movimiento de masas, ganar su confianza, crecer y desarrollarse junto a las masas mismas, y convertirse en su vocero más resuelto y consecuente, constituye la propia tarea de construcción del partido revolucionario.
Los sectarios se quejan amargamente de la realidad tal cual es y le exigen a la Historia que les dé todo hecho sin necesidad de arremangarse la camisa, sin meter las manos en el barro. Por eso es habitual que los sectarios siempre aparezcan como espectadores en una revolución, asignándose el papel de “gran fiscal” autoelegido de ese gran drama humano que representa una revolución.

El primer deber: ubicarse en el campo de la revolución

En Venezuela, la tarea primera del revolucionario es ubicarse en el campo de la revolución. Estar del lado de las masas, en su misma barricada, más allá de quiénes sean sus jefes accidentales. En el caso que nos ocupa el movimiento real de las masas (no el ideal, no el que “dictan” ciertos manuales) es el llamado Movimiento Bolivariano. De la misma manera que el movimiento real de las masas revolucionarias en la Rusia del 17 giró alrededor de los Consejos (soviets), de los soviets de obreros, soldados y campesinos de toda Rusia. En él convivían revolucionarios y reformistas, marxistas, socialdemócratas y anarquistas; e incluso elementos burgueses aislados.
Los bolcheviques nunca dudaron de cuál era el campo revolucionario, pese a que inicialmente estaban en minoría dentro de él. Aceptaron el dominio del ala reformista del movimiento mientras que, pacientemente, explicaban a las capas más avanzadas de los obreros, soldados y campesinos las verdaderas tareas de la Revolución. Cuando sentían que la revolución estaba en peligro, a veces como resultado de las propias acciones de los dirigentes reformistas soviéticos, siempre permanecieron al lado de las masas, emplazando a estos dirigentes a políticas de frente único para derrotar al enemigo común, mostrándose como los elementos más luchadores y abnegados. Fue de esta manera que los bolcheviques, en un período corto de sólo unos meses, pudieron conquistar una mayoría sólida en el movimiento revolucionario y en los soviets. Esto fue lo que decidió el destino y el triunfo de la revolución rusa en Octubre del 17.

Los sectarios, fuera del campo revolucionario

Los sectarios, en Venezuela y Argentina, están descontentos con el Presidente Chávez y con el movimiento bolivariano por el lento avance de la revolución en sus tareas socialistas, por la política confusa y vacilante de su dirección, y por la presencia en la misma de elementos reformistas. Pero los sectarios no se conforman con mostrar, ruidosa y estridentemente, su descontento con esto. Van más allá y se niegan a ver en el movimiento bolivariano, en el movimiento real de las masas trabajadoras venezolanas, el campo de la revolución. Como no aceptan su dirección actual, desertan del escenario de batalla real y se declaran “neutrales” entre los dos campos contendientes, el del movimiento de las masas venezolanas (el movimiento bolivariano) y el de la contrarrevolución burguesa e imperialista. Para estas damas y caballeros, ambos campos son por igual enemigos del movimiento de las masas trabajadoras venezolanas; es decir, de un movimiento de masas “ideal”, que no tiene cuerpo ni vida real salvo en sus cabezas.
León Trotsky, que algo entendía de revoluciones, dijo al respecto: “El pensamiento idealista, ultimatista, ‘puramente’ normativo, desea construir el mundo a su propia imagen y simplemente se aleja de los fenómenos que no le agradan. Los sectarios, es decir, la gente que es revolucionaria solamente en su imaginación, se guían por normas idealistas vacías. Dicen: ‘estos sindicatos no nos gustan, no perteneceremos a ellos; este Estado de los trabajadores no nos gusta, no lo defenderemos’. Constantemente prometen empezar de nuevo la historia. Construirán un Estado de los trabajadores ideal, cuando Dios ponga en sus manos un partido y un sindicato ideales. Pero hasta que no llegue este momento feliz, harán pucheros ante la realidad. Un gran puchero, que es la expresión suprema del “revolucionarismo” sectario.
… el pensamiento dialéctico - marxista, bolchevique - toma los fenómenos en su desarrollo objetivo y al mismo tiempo encuentra en las contradicciones internas de este desarrollo la base de realización de sus ‘normas’”. Por supuesto es necesario recordar que las normas programáticas sólo se realizan si son la expresión generalizada de las tendencias progresivas del ‘proceso histórico objetivo’. (León Trotsky. ¿Ni un Estado Obrero ni un Estado Burgués? 25 de noviembre 1937).

La posición de nuestra corriente

La Corriente Marxista Internacional, de la que forma parte la Corriente Socialista El Militante de Argentina, dio desde el principio un apoyo incondicional a la revolución venezolana y reconoció en el llamado Movimiento Bolivariano la expresión genuina del movimiento real de las masas oprimidas venezolanas. Desde el mismo comienzo de la revolución venezolana, hace ahora 9 años, nuestra tendencia fue capaz de prever, como una de las variantes posibles, la evolución del movimiento bolivariano hacia posiciones socialistas, que es lo que ha ocurrido. Por lo tanto, nada de lo ocurrido en los últimos años en Venezuela nos tomó desprevenidos.
Hemos defendido la revolución venezolana en todos los foros e instancias de la lucha de clases y del movimiento obrero internacional. Impulsamos la Campaña Manos Fuera de Venezuela, que está activa en 30 países de los 5 continentes y se ha convertido, por méritos propios, en la principal campaña de solidaridad internacional con la revolución venezolana que existe en el mundo.
Hemos difundido en el movimiento obrero internacional los impresionantes logros de la revolución venezolana, acaso pequeños y de poco interés para los pedantes pequeñoburgueses de clase media que se disfrazan de temibles revolucionarios, pero gigantescos para los trabajadores, los campesinos y los habitantes pobres de los barrios y pueblos de Venezuela. Logros que, en cientos de miles de casos suponen rebasar la frontera entre la vida y la muerte, física y espiritual.
En Venezuela actualmente toda la población tiene acceso gratuito a la salud, desde el tratamiento preventivo hasta las intervenciones quirúrgicas de mayor complejidad. Decenas de miles de venezolanos pobres han sido operados con éxito y gratuitamente en clínicas oftalmológicas de cataratas, miopía, astigmatismo y otras enfermedades y problemas oculares.
En sólo unos años, Venezuela terminó con el analfabetismo, como ha reconocido oficialmente la propia ONU. Se multiplicaron las escuelas primarias y secundarias en todo el país. Las universidades públicas han abierto sus puertas a los hijos de los trabajadores y de los campesinos pobres.
Venezuela ha reafirmado su control sobre sus recursos petroleros, garantizando que el 80% de la renta petrolera permanezca en el país y se destine principalmente a desarrollar las infraestructuras básicas y al gasto social.
La degenerada burguesía venezolana nunca desarrolló el sistema ferroviario, ni siquiera al nivel metropolitano, y eso lo está empezando a hacer desde hace unos años el gobierno del Presidente Chávez. Trayectos que hasta hace unos años suponían 2 horas de viaje ahora se hacen en 15 minutos.
En Venezuela, los productos de consumo básico están subvencionados por el Estado garantizando a toda la población el acceso a alimentos de primera necesidad nutritivos, de calidad y a bajo precio. Se multiplicaron los montos y la escala de las jubilaciones y las pensiones, y demás gastos sociales.
La revolución venezolana puede afirmar con más propiedad que la misma Biblia: “Y los ciegos volvieron a ver, los rengos volvieron a caminar y los hambrientos fueron saciados”.
No es necesario añadir que estos avances en la salud, en la educación y en la alimentación de las masas trabajadoras que muestra Venezuela no pueden ser gozados hoy por millones de trabajadores y sectores pobres en Argentina y demás países latinoamericanos; con la excepción, quizás, de Cuba; o sólo pueden hacerlo al costo de enormes sacrificios y privaciones.
Pero nos atreveríamos a decir que estos pasos adelante en las condiciones de vida de las masas palidecen ante una conquista más preciosa que no puede calibrarse con aparatos de medición ni estadísticas. Y es el despertar de la conciencia y la dignidad de millones de hombres y mujeres normales de las clases oprimidas. Millones de hombres y mujeres comunes que descubrieron que tienen voz propia, que no agotan su existencia en las cuatro paredes de sus casas o de sus lugares de trabajo, que participan en asambleas incontables, en manifestaciones multitudinarias, que militan en sus barrios y empresas, que descubrieron el odio contra la injusticia, los explotadores y el imperialismo. Millones de hombres y mujeres comunes que organizan radios y periódicos comunitarios en sus barrios y pueblos, centros de cultura, actividades deportivas, y que exigen una participación creciente en el control y en la decisión sobre el destino de sus vidas. Esta es la fuente inagotable de donde emana la fuerza revolucionaria de las masas venezolanas, de las masas “bolivarianas”.

¿Por qué los sectarios se oponen a la reforma constitucional?

Es un escándalo y una vergüenza que los grupos sectarios se desgañiten todo el tiempo contra el gobierno venezolano y no dediquen ni una sola línea de sus escritos y discursos a mencionar y rendir tributo a estos pasos adelante que ha traído la revolución venezolana. En esto, y en otras cosas como luego veremos, hacen causa común, sin pretenderlo, con la contrarrevolución burguesa e imperialista.
Donde los sectarios se han cubierto completamente de gloria es con su posición sobre la reforma constitucional en Venezuela, impulsada por el Presidente Chávez y sancionada por la Asamblea Nacional (parlamento). Este proyecto será sometido a referéndum popular el próximo 2 de diciembre.
¿Qué cambios introduce esta reforma constitucional que tan furibundos ataques está recibiendo de la burguesía mundial y del imperialismo, y de nuestros “amigos” los sectarios ultraizquierdistas? Destacamos los siguientes:
- Se promulga la jornada laboral de 6 horas, y la semanal de 36.
- Se otorgan plenos derechos sociales (enfermedad, pensión, invalidez, seguro de desempleo, salud, etc.) a los empleados “informales” que, como sigue ocurriendo en Argentina, no gozaban de ninguno de estos derechos.
- Se prohíbe expresamente la privatización de la seguridad social, del régimen de pensiones, de las carreteras y autopistas y se afirma el control estatal de la explotación, industrialización y comercio de los hidrocarburos y minerales.
- Se prohíben los latifundios y se ordena su transferencia al Estado y a las comunidades campesinas.
-Se afirma expresamente la prioridad de la propiedad social y estatal sobre la privada.
- Se introducen mecanismos de poder popular (Consejos comunales, asambleas populares, consejos de trabajadores, consejos estudiantiles, etc.) que incorporan a las masas populares a tareas de participación y control social, cercenando atribuciones al Estado burgués en intendencias y gobernadurías.
-Se concede el derecho de voto a los estudiantes y trabajadores no docentes para la elección de las autoridades en las Universidades, al que estaban negados hasta ahora.
-Se legalizan las milicias populares como parte integrante de las fuerzas armadas.
-Se formula el carácter antiimperialista de las fuerzas armadas venezolanas.
-La Constitución venezolana formula el carácter socialista de la revolución y del Estado.
Como todo el mundo sabe, los empresarios venezolanos y el imperialismo se oponen frontalmente a estas reformas y están moviendo todos los medios a su alcance, que no son pocos, para desacreditar ante los trabajadores de todo el mundo al gobierno de Chávez y lanzar todo tipo de calumnias y mentiras, como vienen haciendo desde hace años.

¿Un paso hacia la dictadura?

Su argumento favorito es que esta reforma de la Constitución venezolana es el paso previo a la instauración de un Estado “totalitario” y supone un recorte a las “libertades democráticas”.
Cualquier trabajador o joven consciente conoce perfectamente la hipocresía que esconden estas palabras. Para los poderosos, todo lo que ponga límites a sus negocios y ganancias e incremente el bienestar del pueblo trabajador, es un abuso intolerable y un atentado a la “democracia”. No nos van a engañar. Esta misma gente es la que apoyó y organizó las dictaduras sanguinarias en América Latina en los 70’s y 80’s, o la que promueve actualmente la esclavización colonial de los pueblos oprimidos como Irak, Afganistán o Haití. Esta queja amarga por “democracia” tiene un sabor irónico especial viniendo de la misma gente que organizó un golpe de estado contra el gobierno electo democráticamente de Hugo Chávez en abril del 2002. Venezuela disfruta ya de la Constitución más democrática y avanzada del mundo, y esta reforma lo hará todavía más.
Hugo Chávez ganó 8 consultas electorales de todo tipo (elecciones presidenciales, elecciones a la Asamblea Constituyente, elecciones legislativas, referéndums, etc.), la última hace un año con el 63% de los votos.
Lo escandaloso no es que los enemigos de los trabajadores y de todo lo que hay de progresista en la sociedad aúllen desesperados sobre la “falta de democracia” en Venezuela, lo indignante es que algunas corrientes de izquierda “revolucionarias” se sumen al coro de estos reaccionarios y repitan palabra por palabra las mismas calumnias contra la revolución venezolana y Hugo Chávez.

El carácter progresivo de la reforma

¿Cuál debería ser la posición de un grupo revolucionario serio ante las tareas que debe llevar adelante la revolución venezolana y ante esta reforma constitucional?
Una organización revolucionaria seria debería, en primer lugar, saludar los pasos adelante dados por la revolución, ponerse a disposición del movimiento de masas e intervenir en él para hacerlo avanzar, denunciando al imperialismo y a la burguesía que tratan de socavar el proceso revolucionario; en segundo lugar, debería explicar pacientemente el programa socialista que consiste en la nacionalización de las palancas fundamentales de la economía (los bancos, los latifundios y los monopolios), bajo el control democrático de los trabajadores, al mismo tiempo que advierte de las limitaciones de las medidas tomadas si no se rompe decisivamente con el capitalismo y no se dan pasos adelante en la creación de organismos de poder obrero y popular en las fábricas, barrios y pueblos; y, por último, combatir las posiciones de los reformistas y burócratas en el seno del movimiento bolivariano, que obstaculizan las medidas progresistas anunciadas por Chávez y la iniciativa revolucionaria de las masas.
Es verdad que la reforma constitucional impulsada por Chávez no supone una ruptura con el capitalismo, pero sí amenaza parcialmente sus posiciones en la estructura económica y en el aparato del Estado.
Pero más allá de las limitaciones que se le puedan señalar a las reformas impulsadas, lo que es indudable es que introducen medidas progresistas que, independientemente de su aplicación efectiva, facilitan la movilización y la organización de las masas trabajadoras para profundizar la revolución hacia el socialismo.
Todas y cada una de estas medidas constituyen un arma formidable en manos de las masas trabajadoras y de los revolucionarios para movilizar, organizar y profundizar la revolución exigiendo al día siguiente del referéndum que la letra muerta de la Constitución se transforme en realidad viva para avanzar en la mejora de las condiciones de vida de las masas y en su autoorganización revolucionaria.

El carácter contrarrevolucionario de la defensa del voto NO y de la abstención

La burguesía venezolana, el imperialismo y los burócratas reformistas del movimiento bolivariano tiemblan de pavor ante esta perspectiva. Por eso se oponen al referéndum y defienden con todos los medios a su alcance el No o la abstención en el mismo.
Un revolucionario que merezca ese nombre no permanecerá a un costado del camino llorando amargamente por el carácter limitado e incompleto de estas reformas, sino que estará junto a las masas trabajadoras para exigir su aplicación inmediata. Estas aprenderán en su experiencia quiénes, dentro del movimiento bolivariano, son los verdaderos amigos de la revolución y quiénes no, lo que ayudará a desenmascarar a los que, con la boina roja y la palabra revolución, no actúan más que como “quintacolumnistas” del enemigo en el campo revolucionario.
La victoria del No o un porcentaje alto de abstención sería usufructuado por la contrarrevolución. Daría nuevos bríos a sus escuálidas bases sociales de apoyo, tendría un efecto depresor en las masas revolucionarias, incrementaría la osadía de los contrarrevolucionarios infiltrados en el aparato del Estado y el ejército, y recrudecería la campaña internacional del imperialismo contra la revolución venezolana. También tendría consecuencias en la lucha de clases internacional, porque igualmente reforzaría la confianza de las burguesías locales en América Latina e internacionalmente y su arrogancia contra la clase obrera y demás sectores populares. Y en sentido contrario, una victoria aplastante del Sí reforzaría la confianza de las masas venezolanas en sí mismas para exigir nuevos avances en la revolución. El mismo efecto tendría en las masas trabajadoras latinoamericanas para quienes Venezuela se ha convertido en un faro de esperanza. No ver las consecuencias progresivas o reaccionarias del resultado del referéndum constitucional demuestra una miopía colosal. La burguesía y el imperialismo sí lo tienen muy claro por eso arrecian su campaña reaccionaria contra Venezuela conforme nos acercamos al 2 de diciembre.

El cretinismo democrático

Por supuesto, que estas disquisiciones no preocupan en absoluto a nuestros “amigos” sectarios. Ya mencionamos antes la posición de esos grupos sobre la revolución venezolana en general ¿Cuál es su posición sobre la reforma constitucional que será sometida a referéndum popular el próximo 2 de diciembre?
Estos “amigos” de la Revolución afirman que los cambios introducidos en la Constitución traerán el peligro del “bonapartismo” (dictadura) y “atentan contra los derechos democráticos”. Con “amigos” como éstos, ¿quién necesita enemigos?
En Argentina, grupos como el Partido Obrero, el PTS, y otras agrupaciones menores como Izquierda Socialista, o el MAS (por no mencionar a las demás) defienden orgullosamente esta posición y por eso piden a las masas venezolanas el voto NO o la abstención en el referéndum del 2 de diciembre, exactamente como la burguesía y el imperialismo.
Observemos que su crítica al “cesarismo” y al “bonapartismo” de Chávez va en la línea de la crítica burguesa. En el colmo de su cretinismo “democrático” los sectarios exigen la convocatoria de una Asamblea Constituyente en lugar de un referéndum, como si ocho consultas electorales sucesivas en 9 años (elecciones presidenciales, asamblea constituyente, referéndums, elecciones legislativas) ganadas democráticamente por Chávez (la última con un apoyo del 63% de los votos hace un año) no fueran suficientes credenciales democráticas del régimen.
Han llevado el doctrinarismo ultraizquierdista hasta las últimas consecuencias, colocándolos en la incómoda posición de aparecer al lado de la contrarrevolución burguesa e imperialista en todas las cuestiones fundamentales.
Así ocurrió cuando el gobierno venezolano decidió no renovar la concesión al canal de TV golpista y de derecha, RCTV, medida que criticaron porque “era un ataque a la libertad de expresión”. El mismo argumento que utilizó la reacción. Como si un gobierno legitimado 8 veces por la voluntad popular no debiera tomar medidas de autodefensa contra los burgueses que monopolizan los servicios públicos (como el espacio radioeléctrico) para enriquecerse con el engaño y el embrutecimiento de la población, y sobre todo para participar en conspiraciones para derribar a un gobierno apelando abiertamente a un golpe militar y al asesinato del presidente del país, como era el caso de RCTV.
La causa de estos errores (y horrores) es que ellos consideran enemigos por igual al gobierno venezolano que la burguesía y el imperialismo norteamericano que lo quiere derribar. Al asumir una posición neutral entre los dos campos de batalla, en una guerra donde se debate la vida y la muerte de la revolución y el futuro de millones de trabajadores, ayudan a la reacción al desertar del campo de batalla. No hay terceras vías. O con las masas y el campo revolucionario, con todas sus debilidades, vacilaciones y equivocaciones explicando pacientemente un programa y una política genuinamente socialista; o con la burguesía y el imperialismo.

¿Socialismo en Venezuela, pero no en Argentina?

En cualquier caso, hay algo muy gracioso en todo esto. Todos estos revolucionarios “temibles” dicen oponerse a la reforma constitucional venezolana porque no supone una ruptura fundamental con el capitalismo. Dicen que esta reforma no plantea la expropiación efectiva de la banca, ni de los monopolios privados, ni tampoco de los latifundios. Pero resulta curioso que todos estos grupos “rrrrrevolucionarios” y “super socialistas” tampoco defendieron en Argentina un programa socialista en las pasadas elecciones presidenciales del 28 de octubre, como tampoco lo hicieron en las elecciones de años anteriores. Ni el PO, ni el FITS (frente del PTS-MAS e Izquierda Socialista) ni los agrupamientos más chicos tuvieron el valor de defender un genuino programa socialista en las elecciones. Ninguna de estas listas defendió la nacionalización de la banca, de los monopolios privados ni de los latifundios, sin indemnización y bajo control obrero. Y esta misma gente tiene el “tupé” de exigirle a Chávez que haga lo que ellos mismos no son capaces de defender “de palabra” en nuestro país. Es difícil imaginar un despropósito mayor.
Afortunadamente este tipo de tendencias no tienen apenas relevancia en el movimiento revolucionario venezolano y allá donde aparecen son recibidas con un merecido desprecio por los trabajadores. Pero, lamentablemente, como también es el caso de Argentina, maleducan, pervierten y destruyen a cientos de jóvenes y trabajadores genuinamente revolucionarios que invariablemente terminarán “quemados” y desmoralizados con su experiencia con estas políticas sectarias.
Lo más grave es que estas posiciones políticas resultan muy útiles a la contrarrevolución porque la ayudan a enmascarar sus objetivos reaccionarios detrás de un “frente amplio” que va de derecha a izquierda bajo la divisa de “defensa de la democracia”. Al mismo tiempo, ensucian el nombre del “marxismo” y del “trotskismo” ante capas amplias de la clase trabajadora y la juventud.

Por un voto masivo a favor del SI

No nos cabe ninguna duda de que los trabajadores venezolanos y demás sectores populares de la sociedad se guiarán por su instinto de clase y se agruparán masivamente alrededor del voto por el “SI” en el referéndum. De esta manera, colocarán en el lugar que se merecen a la burguesía contrarrevolucionaria y al imperialismo, pero también a los grupos sectarios de izquierda que les sirven a éstos de coro animador para sus objetivos reaccionarios.
Las masas trabajadoras venezolanas inaugurarán con su victoria en el referéndum del 2 de diciembre un nuevo capítulo de la revolución venezolana y exigirán al día siguiente la aplicación práctica de esta reforma, lo que sólo será el preámbulo de luchas y ofensivas revolucionarias más audaces que acercarán la posibilidad cierta de la transformación socialista de la sociedad, en Venezuela y más allá.

Aníbal Montoya

Voto por la Revolución Bolivariana

Ante todo, deseo dejar constancia de un presupuesto: lo más importante de un verdadero proceso revolucionario no es el nombre con el cual se acuñe las transformaciones socio-económicas e ideo-políticas que se proyecten y lleven a cabo, sino el contenido real que le acompañe.
En consecuencia, asumo la impronta de la Revolución Bolivariana en el movimiento revolucionario a través de al menos seis razones interrelacionadas que la convierten en un referente para los procesos que en Latinoamérica aspiran a transformar las condiciones de marginación que viven las mayorías de sus habitantes.

1ra.- La Revolución Bolivariana confirma que existen diferentes formas de llegar al Poder Político:

Después del triunfo revolucionaria en la mayor de las Antillas ocurrido el 1ro de enero de 1959, todo perecía indicar que tenía que ser a través de la lucha armada la manera de iniciar el camino de superación de las desgracias humanas. En consecuencia, el Movimiento de Liberación Nacional en Nuestra América se vistió de combatientes armados --aspecto que fue correcto en su momento histórico--. Incluso, se llegó a plantear que la Revolución que intentó llevar a efecto Salvador Allende en Chile había fracasado a causa de la manera en que se llegó al Poder Político (por la vía pacífica), por lo que era impertinente la contienda electoral. Pero el caso Venezuela evidencia lo contrario.

2da.- La Revolución Bolivariana exhibe una novedosa manera de crear-defender-enriquecer:

El Socialismo en la Patria de Simón Bolívar se ha tenido que ir abriendo paso en medio de un panorama cuya complejidad mayor quizás sea la aguda confrontación ideológica. En tal escenario, es digno de observar cómo la mayoría del pueblo venezolano ha enfrentado a un poderoso sistema mediático que obra en su contra. Si no, fíjese usted en cuánta tergiversación se esconde en lo que repiten hasta lo indecible (por ejemplo, que Chávez pretende quitarle a la gente su propiedad –sobre ello hablo más adelante). Pero es imposible engañar al pueblo todo el tiempo, como enseña Abraham Lincoln --sin obviar el apotegma leninista según el cual una Revolución vale cuanto sea capaz de defenderse en todos los órdenes, más aún en el militar.

3ra.- La Revolución Bolivariana resalta la necesidad de que la vanguardia esté unida:

Al respecto, tiene lugar un meditado proceso de fundación del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), mediante el cual Hugo Chávez ha reiterado la importancia de unificar a las fuerzas revolucionarias venezolanas en un partido único, con la firme convicción de una máxima martiana: “Lo que un grupo ambiciona, cae. Perdura lo que un pueblo quiere”. Además, existe plena conciencia de que la viabilidad del Socialismo está sujeta a la calidad de su vanguardia ideo-política, a la capacidad de asimilación-creación del sujeto rector del proyecto y a la magnitud en la que el Partido dirigente sea carne-sangre-sudor-lágrima-corazón del pueblo.

4ta.- La Revolución Bolivariana destaca que es indispensable modificar la vieja Constitución:

Entre otras modificaciones, la propuesta sobre la Reforma Constitucional en Venezuela contempla el cambio en El Artículo No. 115, quedando así: “Se reconocen y garantizan las diferentes formas de propiedad…”. Esto se traduce en desmentir la cacareada eliminación de la propiedad privada, aunque sí se pretende alterar su predominio. Es realidad palpable que el capital genera explotación y sirve de sustento a la reproducción de un modelo de estímulo a la degradación humana. Por tanto, atinadamente se aboga por las diferentes formas de propiedad en aras de evitar condenar y/o hipotecar el bienestar de las grandes masas.

5ta.- La Revolución Bolivariana procura la unidad de Nuestra América:

Camino a elevar a planos superiores la Alternativa Bolivariana, Chávez aboga hoy por sustituir el concepto de integración, “un término que no tiene nada que ver con aquel impulso ideológico, aquella intención estratégica de los padres libertadores”, por “el concepto profundo de unión”, que tan relacionado está a Bolívar, Martí… En correspondencia, “para continuar profundizando el proyecto unitario entre Cuba y Venezuela”, significa: “nosotros ahora deberíamos mirar más allá, Cuba y Venezuela perfectamente pudiéramos conformar en un futuro próximo una confederación de repúblicas, una confederación, dos repúblicas en una, dos países en uno. Esa es la unidad a la que Bolívar tanto esfuerzo le dedicó” –según manifestó en su visita a la Isla a mediados de octubre de 2007--. He aquí un balón de ensayo.

6ta.- La Revolución Bolivariana mira hacia la Revolución Cubana con un enfoque dialéctico:

En perspectivas, al tiempo que perfeccione y nutre cada vez más y mejor la manera de edificar el bienestar de la persona y su entorno en la Patria de Bolívar, Venezuela pudiera tener en cuenta las experiencias de la Revolución Cubana desde la década del noventa de la pasada centuria hasta la actualidad, particularmente lo relacionado con la construcción de la invulnerabilidad militar, económico-social e ideo-política de su modelo de transformar la sociedad toda. Simultáneamente, desde el punto de vista metodológico, ha de meditar sobre cómo llevar creadoramente a su propia praxis el concepto de Revolución expuesto por Fidel Castro el 1ro de mayo de 2000.

Así, voto por la Revolución Bolivariana.

Noel Manzanares Blanco

miércoles, noviembre 28, 2007

Venezuela: El tira y afloja económico entre revolución y contrarrevolución

Un reciente informe de Datanalisis (1) [servicio estadístico venezolano] revelaba lo que ya muchas personas sabían y sufrían. La escasez de productos alimenticios básicos se está volviendo intolerable. Esta estudio señala que la leche, la carne de vaca y el azúcar son muy difíciles de encontrar. Otros productos como el pollo, el aceite de cocina, el queso, las sardinas y las alubias también son muy escasos. El análisis se basa en entrevistas a 800 personas en unas 60 tiendas diferentes, supermercados y mercados, tanto del sector privado como de la red pública de distribución: Mercal. El 73, 3 por ciento de los lugares visitados no tenían leche en polvo a la venta. El 51, por ciento ya no tenían azúcar refinada, el 40 por ciento no tenía aceite de cocina y el 26,7 por ciento no tenía alubias, un producto básico en Venezuela.
Dos tercios de los clientes declararon que en un grado u otro padecían escasez de comida donde habitualmente compraban. Colas de horas, algunas veces de cuatro horas, para comprar algo de leche no eran algo excepcional. Esta situación recuerda a la de Chile cuando el sabotaje económico se utilizó contra el gobierno de izquierdas de Unidad Popular en los años setenta.
Sin hacernos eco de las historias de pánico e informes exagerados de los medios de comunicación de la derecha, debemos entender que es una situación seria. Los empresarios incluso han amenazado con extender esta situación al primer trimestre de 2008, especialmente debido a las incertidumbres relacionadas con la propiedad privada que incluye la nueva reforma constitucional. Intentan asfixiar la revolución.
Las campañas histéricas de los medios de comunicación de la burguesía pretenden crear pánico y, más importante aún, quieren crear insatisfacción entre la propia base social de la revolución.

Los empresarios culpan al gobierno

Los empresarios se quejan de lo que ellos llaman "cerco gubernalmental", es decir, un asedio del gobierno a la industria y comercio privados mediante todo tipo de nuevas leyes, normas, controles e impuestos.
El portavoz de Conindustria (la federación de empresarios industriales), Gómez Sigala, niega las acusaciones del gobierno, que culpa al sector privado de la escasez de comida. La situación actual, según este señor, está provocada por la "política equivocada del gobierno".
"La tarea fundamental de la industria es producir bienes y servicios de calidad... Desgraciadamente, en los últimos años se nos han puesto toda una serie de obstáculos y barreras que han hecho imposible que el sistema productivo nacional funcione con normalidad.
"Estos obstáculos son los controles de precios, el control de tipos de cambio, las licencias de importación, los nuevos impuestos y la inseguridad general".
Gómez Sigala también insiste en que "desde 1998 la industria ha caído un 40 por ciento. Para recuperar el terreno perdido será necesaria mucha inversión. La política del gobierno ha tenido efectos contrarios. No sólo fracasa a la hora de atraer nuevos inversores, también ahuyenta la inversión existente".
Nelsón Maldonado, el presidente de la red de comerciantes de Venezuela, Consecomercio, tiene la misma línea de argumentación. Pretende que el gobierno es el responsable de la escasez de productos alimenticios básicos.
"Los controles de precios y el control de tipos de cambio generan escasez. Cuantos más controles haya en la economía mayor será la escasez. Los comerciantes no son los causantes de la situación. Esto es lo que se ven en todos los países socialistas".
Después continúa al punto central del argumento de los empresarios: "La escasez actual es la peor en años. Esta es una cuestión fundamental. El gobierno pretende que hay una crisis en el mercado mundial de leche, pero si se van a Calcuta, Puerto Rico o Miami, encontrarán todo lo que necesiten. Allá donde vayan pueden encontrar leche. Por supuesto no a 1.000 bolívares el litro. Eso no existe. Hay leche disponible al precio que realmente cuesta la leche".

Beneficio frente a comida

El punto central en realidad es que los empresarios no pueden hacer los beneficios que tenían en el pasado, ahora el gobierno ha impuesto los precios bajos. Así que la industria básicamente dice: "Si tengo que renunciar a mis beneficios, mataré de hambre a la población".
La industria agrícola dice que trabaja a plena capacidad. Las organizaciones campesinas como el Frente Nacional Campesino Ezequiel Zamora no acepta esta afirmación. Por su propia experiencia sabe que en muchos lugares los empresarios se niegan a comprar partes de sus semillas de caña de azúcar, por ejemplo. Los trabajadores de las recién creadas plantas públicas procesadoras de leche se quejan de que no pueden trabajar a plena capacidad porque los grandes propietarios de vacas se niegan a venderles la leche necesaria. La negativa deliberada a invertir y extender la capacidad es una realidad. La capacidad industrial ha caído de manera dramática.
Fuentes del gobierno dicen que el número de unidades de producción industrial ha caído un 35 por ciento desde 1998. Desde el comienzo de la revolución han cerrado 6.000 empresas. La economía se mueve básicamente con dinero público, eta ausencia de inversión privada significa un sabotaje económico.
De repente, los medios de comunicación privados son los defensores de la causa de los pobres y de su salud. Recientemente, El Universal, el periódico burgués por excelencia, dedicó todo un artículo a las consecuencias de una dieta desequilibrada para salud de la población. La escasez de comida como resultado de la política del gobierno provocará anemia, desórdenes de crecimiento entre los niños y jóvenes, ¡y debilitamiento en la vejez!
Es verdad que el control de precios y todos los demás controles han desorganizado el funcionamiento normal de lo que aún es una economía capitalista en Venezuela. Estas medidas se han tomado con la mejor de las intenciones: garantizar y extender el acceso a los productos alimenticios básicos para capas más amplias de la población. Gracias al control y a los bajos precios, las capas más desfavorecidas de la población ahora tienen acceso a estos productos. En general, el poder adquisitivo de los pobres también ha aumentado. Un reciente informe de la Cámara de Comercio e Industria Americano-Venezolana, revelaba aumentos significativos en los ingresos entre 2004 y 2006. El 58 por ciento, el sector más pobre de la población, ha vito como sus ingresos reales aumentaron un 130 por ciento, después de descontar la inflación. Estas conquistas no incluían los beneficios asociados con los diferentes programas sociales o "misiones", que proporcionan educación gratuita, sanidad, etc., Una explicación común a la escasez por parte del gobierno es el aumento de la demanda, gracias al incremento del poder adquisitivo, que supera a lo que el mercado es capaz de ofrecer.
Por esa razón, el Ministro de Alimentación, el general de división Rafael Oropeza, "invita a la industria y a la agroempresa a aumentar su producción con el objetivo de cubrir la demanda local de productos alimenticios". Teme que la situación actual de escasez cree una situación de desesperación entre la población.
Rafael Oropeza también dijo recientemente que no sabía si esta situación estaba provocada por razones políticas o por problemas administrativos. También pretende no saber si es "¡a propósito o no!"
En realidad, la red pública de distribución de alimentaos, Mercal, intenta cubrir la demanda que no satisface el sector privado, es decir, porque se niega a aumentar la producción.

Hacen falta medidas audaces y acción de masas

El llamamiento de Rafael Oropeza a las empresas para que éstas "satisfagan la demanda", por decir poco, parece algo ingenua. También revela una falta de conocimiento de cómo funciona una economía capitalista. Los capitalistas no invierten ni producen para "satisfacer la demanda", aunque lo pretendan. Sólo lo hacen por una razón: conseguir beneficios. Si no pueden ya conseguir más beneficios retirarán la inversión o la reducirán a su mínima expresión. Eso es lo que hoy ocurre en Venezuela. Todas las reformas progresistas como los controles de precios, etc., tienden a desorganizar el funcionamiento normal de la economía capitalista. Los reformistas en el movimiento bolivariano creen que estas reformas son compatibles con el funcionamiento de la economía capitalista. Eso es lo que dicen continuamente. Las principales exigencias de las diferentes organizaciones empresariales son la eliminación de todas las medidas de control del gobierno. Ellos estarían encantados con responder a estas exigencias a cambio de más mercancías. Esta situación puede tener el efecto contrario. La revolución no se puede detener por esta o ninguna otra cuestión. Son necesarias medidas audaces. La nacionalización de la producción y distribución de alimentados bajo el control democrático de los trabajadores, campesinos y consejos comunales es la mejor respuesta a aquellos que intentan matar de hambre a la población. La organización campesina, el FNCEZ, tiene razón cuando dice a los empresarios: Si os negáis a alimentarnos os arrebataremos vuestras fábricas". Es el momento de llevar a la práctica estas palabras.
La situación de escasez de productos alimenticios no es un fenómeno reciente, en los últimos meses ha dado un giro abrupto. El momento no es una casualidad. En la campaña para el referéndum de la nueva reforma constitucional esperan reducir el voto al "sí" o incluso ganar el referéndum con la campaña del "no". Es parte de una campaña generalizada para socavar la revolución en el frente económico. Esta campaña escandalosa afecta especialmente a los más pobres. El objetivo es evidente. Con la organización de una escasez artificial esperan desmoralizar a aquellos sectores de la población que constituyen la base social de la revolución. La escasez, y su aspecto inevitable de crear un mercado negro paralelo con precios más elevados, pueden neutralizar el efecto del aumento del poder adquisitivo y el control de precios. "¿Para qué vale la revolución si ya no puedes comprar leche?" Ese es el sentimiento que la contrarrevolución quiere introducir entre la población. Las capas políticamente más atrasadas de la revolución pueden estar tentadas a esta reacción, sobre todo, cuando les bombardean diariamente con informes terroríficos en los medios de comunicación.
La reacción del gobierno es una combinación de llamamientos a las empresas a que aumenten la producción, importaciones masivas de los productos desaparecidos y distribución a través de la red Mercal, además de intentar desarrollar una industria pública alimenticia paralela. A esto se debe añadir las expropiaciones limitadas y muy parciales de empresas abandonadas en la cadena de producción alimenticia y tímidas medidas contra los ejemplos flagrantes de retención, corrupción y especulación.
Como el Mercal no funciona bajo el control democrático eso hace que esté lleno de corrupción. También es una de las razones por la el Mercal sufre la escasez de comida. Enormes cantidades de productos del Mercal "encuentran su camino" hacia el mercado negro. Algunos burócratas hacen contrabando con estos productos que después venden a los buhoneros o vendedores callejeros a precios incontrolados, y por lo tanto, muy elevados.
La revolución en Venezuela está de nuevo en una encrucijada. Es atacada en todos los frentes. En el frente económico necesita urgentemente pasar a la ofensiva. Las medidas a medio camino no combatirán la amenaza del sabotaje económico. La economía es el talón de Aquiles de la revolución. Hasta ahora los reformistas en el gobierno han podido responder a esta debilidad con inversión pública masiva e importaciones financiadas por los ingresos del petróleo. Todo esto se hace dentro de los límites de la economía capitalista. Esperan posponer y evitar un enfrentamiento con la oligarquía. Pero todo es inútil, como demuestra esta situación. Los batallones socialistas, como las agrupaciones locales del recién formado Partido Socialista Unido de Venezuela, deberían encabezar un programa de acción e masas por el control obrero de los precios, de la cadena de productos alimenticios y por la nacionalización.

Erik Demeester

(1) Análisis Monitoreo exploratorio del mercado de productos con precios regulados por el Estado. Datanalisis, 16 octubre 2007

Imponente marcha de reafirmación revolucionaria



Nueva demostración patriótica estudiantil. Banderas cubanas sustituyeron a los blasones negros en la Tribuna Antiimperialista José Martí como símbolo de continuidad de la lucha de los jóvenes

Miles de estudiantes desfilaron este martes desde la Colina Universitaria hasta la explanada de La Punta, donde se encuentra el monumento de los ocho estudiantes de Medicina, en homenaje al aniversario 136 de su fusilamiento en 1871.
Los manifestantes portaban 10 000 flores donadas para la ocasión por la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños a los universitarios.
Carlos Lage Codorniú, al llamar a la marcha manifestó que esta se hacía por los hermanos muertos: «Esos que inauguraron el panteón de los mártires universitarios, porque aquel crimen atroz nos recuerda lo mucho que está en juego hoy».
El dirigente estudiantil consideró que el 27 de Noviembre es uno de esos días necesarios para juntar las voces y las almas, y explicó que la manifestación era también por los cinco antiterroristas cubanos presos en Estados Unidos: «Esos cinco compatriotas víctimas de un odio imperial similar, y sin prueba alguna condenados en amañado juicio, que tuvo como preludio la selección del jurado, iniciada un 27 de noviembre, siete años atrás», denunció.
El Presidente de la FEU rememoró aquel 27 de noviembre de 1959 cuando Fidel fundó las Milicias Universitarias, entregando las armas a los estudiantes para defender el país.
El miembro del Secretariado Nacional de la FEU, Yojanier Sierra, especificó el simbolismo de las flores regaladas por los campesinos: «La idea es que entre todos construyamos la ofrenda. Pusimos un triángulo rojo bien grande en el Monumento de La Punta, que es el logotipo del 85 aniversario de la FEU, para rellenarlo con las flores», explicó.
Después del pase de lista a los mártires en la Escalinata, la multitudinaria marcha entonó las notas del Himno de Bayamo y conformó la enorme montaña de flores al pie del monumento.

Honrar honra

El Sello Conmemorativo por los aniversarios 85 de la fundación de la FEU y 50 de las acciones del 13 de Marzo fue entregado a siete personalidades de la cultura, la ciencia y el deporte, en el Aula Magna de la Universidad de La Habana.
La distinción fue recibida por los doctores Alfredo Guevara Valdés, presidente de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano; Fernando Vecino Alegret, quien fuera ministro de Educación Superior, y Eduardo Torres Cuevas, profesor, investigador y director de la Biblioteca Nacional.
Además, Jorge González Pérez, experto forense y actual rector del Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana; Jorge Lozano Ros, historiador, investigador y asesor de la Oficina del Programa Martiano; Juan José Cabello Eras, viceministro de Educación Superior, y Alberto Juantorena Danger, bicampeón olímpico y vicetitular del INDER.
En representación de los homenajeados, Vecino Alegret resaltó el honor de pertenecer a la FEU en sus años de estudiante, y afirmó que esa condición les acompañará por siempre como «herencia revolucionaria a nuestros hijos».
El doctor Rubén Zardoya Loureda, rector de la Universidad de La Habana, y la presidenta de la FEU de ese centro de altos estudios, Gladys Gutiérrez Bugallo, recibieron también la condecoración en nombre de esta institución, que próximamente cumplirá 280 años.

Banderas en el monte

Las notas del Himno Invasor vibraron mientras las banderas de la estrella solitaria subían para fundirse en un abrazo con el azul del cielo. El dolor por los caídos vuelve a ser símbolo de combate.
Jóvenes estudiantes de Medicina se dieron cita en el Monte de las Banderas de la Tribuna Antiimperialista José Martí para recordar aquel luctuoso 27 de noviembre de 1871, que ha sido inspiración para varias generaciones de cubanos, en un lugar que está destinado a reafirmar la necesidad de estar unidos, marchar juntos, porque hay un enemigo fuerte, que no descansa.
En el acto de reafirmación revolucionaria de la juventud y los estudiantes, en representación de todo el pueblo cubano, Faruk Javier González Martínez, estudiante de cuarto año de Medicina, significó que «como en la manigua redentora hoy se eleva victoriosa la bandera de la estrella solitaria.
«Ratificamos el compromiso eterno de luchar junto a Fidel y Raúl, junto al Partido, y no fallar a la confianza que han depositado en los jóvenes cubanos».
El actor Carlos Ruiz de la Tejera evocó el poema de Pablo Neruda dedicado a la Revolución Cubana, en el cual el bardo afirma que Cuba sembró en la América sombría el edificio de la primavera.
En el acto se encontraban Julio Martínez, primer secretario de la UJC; Carlos Lage Codorniú, presidente de la FEU, y Fernando Vecino Alegret, de la Oficina Nacional del Programa Martiano.

Margarita Barrio y Rachel Domínguez, Danay Galletti y Mario Cremata, estudiantes de Periodismo

¿Es hoy el trabajo voluntario una necesidad espiritual, como lo concebía el Che?



Algunos jóvenes opinan que el trabajo voluntario ha tergiversado su esencia y que no se asiste por convicción a los que se convocan
Sucedió hace meses en una ciudad del oriente cubano, en informal charla entre jóvenes vestidos de blanco y azul. Uno de ellos se pavoneaba de no haber faltado jamás a un trabajo voluntario convocado por la escuela, aunque era fácil olfatear en sus palabras un tufillo a orgullo malsano: «Nadie ha marcado más tarjeta que yo en estos años, no hay quien me quite el “integral”».
Otro siguió el diálogo con una confesión sincera: «Pues yo voy al trabajo voluntario cuando tengo deseos, que son pocas veces; nadie puede obligarme si es voluntario; no estoy aquí para ganarme cartelitos».
Pero un tercero, disgustado, cercenó el mitin: «¿Qué nos hubiera dicho el Che si oyera estas cosas? Damos pena, en serio», expresó, y volteó la espalda justo cuando anunciaban el inicio de un turno de clases.

Las máscaras

La conversación descargada al principio de esta página no es tan simple como parece. Por un lado, nos pinta la construcción de una máscara, estimulada por la recompensa que implica apoderarse de un rótulo de «versatilidad». Ese «marcar tarjeta» para obtener un premio de ubicación laboral no está impregnado únicamente en la piel y el actuar de aquel mozalbete.
Por otro lado, deja humeando en el aire una pregunta que, por su enfoque conceptual, debiera ser contestada más a menudo: ¿cómo el Che miraría hoy al «hombre nuevo», educado en los preceptos de los estímulos morales, del amor al trabajo voluntario, de los valores y de una cultura general, y cómo evaluaría a la «arcilla fundamental de nuestra obra», su sabio epíteto para calificar a la juventud?
Precisamente esa charla ordinaria aguijoneó a este diario a sondear en las calles el pensamiento de los jóvenes cubanos con respecto a esos principios básicos del Guerrillero Heroico.
Y en la encuesta a 63 personas de entre 18 y 32 años, llamó poderosamente la atención un hecho: todos los interrogados, excepto dos, señalaron que el Che le criticaría alguna mancha a la juventud de esta era. Eso, al final, revela dos aspectos positivos: hay autocrítica entre los más nuevos y reconocimiento de los lunares propios.
Sobre el primer tema, 40 expusieron que el trabajo voluntario ha tergiversado su esencia; a tal punto que, en determinados lugares, es una manera de apuntarse en una «lista de buenos», algo que cuestionaría el Comandante de América. Porque, tal como apunta su colaborador Walfrido La O, el Che pensaba que el ser humano debía acudir a ese tipo de labor como una necesidad espiritual, como una convicción y como un sentimiento, no obligado «por las presiones morales del ambiente».
El bayamés Luis Fornaris, de 24 años, señaló que en ese aspecto una parte de los jóvenes manifiesta una doble moral y hasta cierto oportunismo; porque no acude al trabajo voluntario de corazón sino por conquistar un mérito o para quitarse los ojos de encima.
Otro oriundo de Bayamo, Ernesto Parra Muñoz, de 32 años, estudiante de quinto año de Comunicación Social, expuso que una parte de la juventud cubana «es un poco resignada, no lucha por sí misma para lograr ese hombre nuevo del que nos habló el Guerrillero Heroico; esos jóvenes no ven en el trabajo voluntario una manera de desarrollarse como seres sociales, de sacrificarse, de sembrar voluntad».
Mientras, Eylen Cutiño Labrada, del primer año de Sociología en la Universidad de Oriente, en Santiago de Cuba, apuntó que una porción de la juventud ha heredado rasgos de holgazanería, de pereza y vagancia, avivados en algunas familias en los tiempos de período especial. «Por supuesto —dice ella— que no todos somos así; hay una contraparte muy laboriosa, muy sacrificada, que ve en el trabajo la realización».
Habría que preguntarse si esa porción esforzada de la que habla la estudiante encajaría en los conceptos guevarianos de la nueva sociedad y del hombre nuevo, los cuales entendían el trabajo como deber social.
«Hacemos todo lo posible por darle al trabajo esta nueva categoría de deber social y unirlo al desarrollo de la técnica, por un lado, lo que dará condiciones para una mayor libertad, y al trabajo voluntario por otro, basados en la apreciación marxista de que el hombre realmente alcanza su plena condición humana cuando produce sin la compulsión de la necesidad física de venderse como mercancía», decía Ernesto Guevara en El socialismo y el hombre en Cuba.
Yendo nuevamente a la encuesta: unos pocos, como Verónica, ingeniera recién graduada de la Universidad de Holguín, consideraron que no se debían equiparar los tiempos del Che y los del presente; por tanto no tenía mucha lógica averiguar cómo él miraría actualmente a los jóvenes.
«No pensamos igual que ayer, las condiciones de la vida, el movimiento y el cambio acelerado de la sociedad influyen mucho en la forma de pensar y actuar de la juventud; sinceramente creo que quizá hasta el propio Che variaría su forma de pensar en relación con algunas cosas, y lo digo en un sentido dialéctico; a mí podría criticarme cierta cobardía por no enrolarme en trabajos en los que pudiera ser más útil a la sociedad».
Jesús González, de 25 años, licenciado en Pedagogía, también se refirió a los posibles errores cuando se comparan épocas aunque no dejó de mirar críticamente a determinados coetáneos: «Los jóvenes deben parecerse más a su era que a los padres, pero independientemente de eso, en algunos hay una notable apatía ante las actividades que impliquen esfuerzo, sacrificio, lucha; en eso influye la falta de madurez. También existe entre algunos de nosotros un palpable desconocimiento de la historia y esa ignorancia nos lleva a no entender en toda su magnitud el legado, ético, espiritual, de trabajo y humano del Che».

Críticas y elogios

Las pesquisas de JR condujeron inexorablemente a tocar otros asuntos, no previstos en vísperas del sondeo. Muchos dijeron, por ejemplo, que junto a las críticas, el Comandante de América elogiaría —aun a sabiendas de su cortedad para los encomios— algunas de las numerosas virtudes de los jóvenes de este archipiélago.
Perla Tabasco, egresada hace unos meses de la Universidad de las Ciencias Informáticas, subrayó que seguramente él halagaría «el ímpetu de la juventud de seguir adelante, el deseo de hacer cosas nuevas y superarse».
Por su parte, Arilennis Medel Leyva, estudiante de quinto año de Medicina, acotó que el Che indudablemente ponderaría la gran resistencia de las nuevas generaciones, atributo que les ha permitido levantarse por encima de las restricciones propias de un país bloqueado. «Además, miles de los jóvenes de ahora han desarrollado una responsabilidad enorme, comparable a la de aquellos que casi niños dirigieron la Revolución».
Ernesto Morales, estudiante de quinto año de Periodismo, declaró que probablemente el Héroe de Santa Clara habría aplaudido el progreso en la instrucción de un número elevado de jóvenes, incomparable al de otros tiempos.
Sin embargo, los tres muchachos coincidieron en que un segmento de la nueva generación está carente de buenos modales, educación formal y cortesía.
En otra cuerda, algunos describieron varias lagunas que van en contra de las máximas del hombre nuevo. Según Yosleidis Vega, de 25 años, «el Che esperaba más de nosotros, no hemos sabido valorar todo el esfuerzo que ha hecho la Revolución, nos falta empuje, deseo de sacrificarse».
En tanto Dayron Fonseca Escobar, de 27 años, cree que las carencias de algunos de la nueva generación están en el espíritu creador. «A veces asumimos muchas tareas a la ligera, sin una conciencia de la importancia que estas tienen. En un número de muchachos es evidente el desinterés por la cultura, las tradiciones y la historia», sentencia.
Veinte de los interrogados se refirieron a la pérdida de determinados valores y el apego a lo material. Y diez hablaron de pocos hábitos de estudio.
«Muchos han perdido el verdadero concepto de amistad, otros han estropeado las maneras de enamorar a una mujer y hay un grupo —sobre todo en la juventud temprana— que quiere vivir de la “pacotilla”», expone Yunied Abdalín Reyes.

Epílogo

El propio Guerrillero Heroico reconocía que el hombre nuevo no podía convertirse en una meta contable. Llegaría en el siglo XXI por los caminos trazados por la nueva sociedad, la cual tendría entre sus soportes fundamentales los mecanismos de la educación permanente.
Exponía, además, que tal ruta era difícil y no carente de riesgos; pero no imposible. Esos preceptos mantienen total vigencia. Solo que —lo dicen los propios jóvenes— para ganarle al reloj parecería que en este tiempo los pinos nuevos debían tener menos manchas, sin pretender la absurda perfección.
En esas sombras hace falta inyectar sol prudentemente, sin machacar, con inteligencia, para que se vayan borrando charlas como la de aquellos mozos que, como otros, les sacaban la lengua al trabajo voluntario.

Osviel Castro Medel
Juventud Rebelde,Cuba

El PIB no refleja la calidad de vida.

El Parlamento Europeo celebra del 19 al 20 de este mes en Bruselas la conferencia Más allá del PIB, lo que constituye una buena noticia. Desde la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro en 1992, cuando 170 gobiernos firmaron la Agenda 21, que acordó corregir los errores en la determinación del Producto Nacional Bruto (PNB) y de su versión doméstica, el Producto Interno Bruto (PIB), oficinas de estadísticas han venido trabajando a esos efectos.
¿Cuáles son los defectos del PNB en su función de contabilizar las cifras del progreso nacional?
En primer lugar, una mirada hacia atrás. El economista Simón Kuznets, quien desarrolló la medición del PIB, nunca lo consideró un indicador global del progreso económico de las naciones. «El bienestar de una nación puede difícilmente ser inferido de una medición del ingreso nacional», dijo Kuznets al Congreso de Estados Unidos en 1932.
Este índice basado en el dinero comenzó a ser usado por completo durante la Segunda Guerra Mundial como un medio para medir la producción total de tanques, aviones, automóviles y todos los otros bienes y servicios intercambiados en una economía monetaria nacional.
Actualmente, en la mayoría de las economías desarrolladas los servicios crecen más rápidamente que los bienes y los estadísticos están revisando constantemente los componentes del PIB. Pero dado que el PIB solo incluye producción medida en dinero, estos indicadores hacen caso omiso de muchos costos sociales y ambientales, de la misma forma en que lo hacen muchas empresas. Los manuales de economía hacen referencia a esos costos soportados por la sociedad y por las futuras generaciones como «externalidades», o sea costos externos que pueden ser omitidos de los balances, así como del PIB.
Por los años 60, grupos cívicos de base comenzaron a notar los efectos perversos de este enfoque. Por ejemplo, si bienes como los bosques no son evaluados en el PIB, un país puede talar todos sus bosques y registrar la venta de la madera como una adición al PIB sin anotar las pérdidas en lugar alguno. Del mismo modo, el PIB trata a la educación como un costo, en lugar de una inversión de la sociedad para formar ciudadanos educados y productivos.
En la década pasada, las compañías comenzaron a considerar los costos sociales y ambientales de su producción, incorporándolos a sus balances, según un modelo ahora usado por más de 600 corporaciones mundiales. Sin embargo, no se han hecho correcciones similares en el PIB.
De acuerdo con los manuales económicos, el PIB todavía da un valor equivalente a cero a bienes ecológicos vitales como el aire limpio, el agua y la biodiversidad, así como tampoco tiene en cuenta el trabajo no remunerado (en la crianza de los niños, el mantenimiento del hogar y la familia, el cuidado de los enfermos y los ancianos, los servicios voluntarios, etcétera), que constituyen una gran parte de toda la producción.
De modo que desde la Cumbre de la Tierra, hay un movimiento para establecer más amplios indicadores de progreso y de calidad de vida. Muchas ciudades ahora tienen índices de su calidad de vida que van más allá del dinero y de ciertos aspectos estrictamente económicos en la consideración de numerosos sectores, como la salud pública o los costos ambientales.
Sin embargo, los principales medios de comunicación todavía informan sobre el PIB sin dar cuenta de sus deficiencias. Entretanto, los macroeconomistas, los estadísticos y los académicos continúan dando largas al asunto. Lo que hacen es recibir subvenciones para investigaciones a fin de compilar datos sobre daños ambientales y costos sociales. Pero en lugar de incluir estos costos de las cuentas del PIB, los mantienen separados como «cuentas satélite». Por lo tanto, los medios de comunicación y el público piensan que esas cifras no son importantes.
Hoy tales costos son visibles y aumentan el calentamiento global, la desertificación, los incendios, las inundaciones, las sequías y la destrucción ambiental, de modo que los desafíos al PIB han llegado a las agendas políticas a lo largo y ancho del mundo. Batallas predecibles estallan entre los políticos y los grupos de interés que se benefician con la noción de «progreso» del PIB actual y organizaciones de las sociedades que soportan los costos y riesgos de continuar con ese incompleto registro.
Sin embargo, la marea está cambiando. Quizá, después de la conferencia del Parlamento Europeo, las 27 naciones de la Unión Europea serán las primeras en adoptar un nuevo PIB que pueda integrar a todos los factores que influyen sobre nuestra calidad de vida. Ahora sabemos que cuando intencionadamente nos tapamos los ojos ante todas esas «externalidades», se crean bombas de tiempo que tarde o temprano estallarán. (Servicio de columnistas de IPS)

Hazel Henderson, economista y escritora estadounidense, es la autora de la serie televisiva Ethical Markets (www.ethicalmarkets.com) y del indicador sobre calidad de vida Calvert-Henderson (www.calvert-henderson.com).

Cuba: PIB y bienestar de la persona

Vísperas de la conferencia Más allá del PIB [Producto Interno Bruto], desarrollada por el Parlamento Europeo los pasados días 19 y 20 de noviembre en Bruselas, la destacada economista norteamericana Hazel Henderson escribió el artículo El PIB no refleja la calidad de vida, cuyo título explica por sí mismo la posición de la autora.
Ante este artículo, recordé cuánta razón le asistió al Presidente Fidel Castro en la primera graduación de la Escuela Latinoamericana de Medicina efectuada en La Habana el 20 de agosto de 2005, para expresar: “... el capital humano puede más que el capital financiero. Capital humano implica no solo conocimientos, sino también y muy esencialmente conciencia, ética, solidaridad, sentimientos verdaderamente humanos, espíritu de sacrificio, heroísmo, y la capacidad de hacer mucho con muy poco”. He aquí una premisa para el asunto que presento.
En un rápido recuento, salta a la vista que hace algo más de tres lustros, a causa del derrumbe del socialismo de corte europeo, abruptamente Cuba perdió el peso fundamental de su Comercio Exterior, su poder adquisitivo cayó estrepitosamente y su PIB descendió en un 35 %. Como si fuera poco, se incrementaron las zancadillas del imperialismo de Estados Unidos. Natural fue que allende los mares, muchos creyeron que seríamos la próxima víctima.
Pero en contra de la inmensa mayoría de pronósticos, cubanos y cubanas resistieron el extraordinario golpe, y paulatinamente remontaron la situación. En ello jugó un papel decisivo la voluntad y cultura de resistencia-creación del pueblo, la claridad estratégico-táctica de la Dirección del Partido Comunista de Cuba --particularmente de su Primer Secretario, el compañero Fidel--, y la manera en que se hizo realidad palpable, tangible, la mencionada concepción de Capital humano.
Para ilustra la idea anterior --aun cuando existen insuficiencias y deficiencias por superar--, significo que el pasado año la mayor de las Antillas creció un 12,5 % en el PIB, el más elevado en casi medio siglo –en línea con la metodología que rige a escala mundial--. En este sentido, se debe tener en cuenta que “si se excluyeran del cálculo del PIB los servicios y el comercio, la economía cubana crecería un 9,5 % en el 2006” --certificó ante el Parlamento cubano José Luis Rodríguez, Vicepresidente del Consejo de Ministros y Ministro de Economía y Planificación, en diciembre de ese año.
Sin lugar a dudas, la economía socialista del archipiélago nacional en medida considerable constituye el sostén de los logros que Cuba presentó en la XVII Cumbre Iberoamericana efectuada en Chile entre el 9 y el 10 de noviembre últimos:
· Educación gratuita, a todos los niveles, incluso para los estudios universitarios, extendidos ahora a los 169 municipios del país, donde ya estudian en distintos tipos de cursos el 67% de todos los jóvenes entre los 18 y 24 años. Sin cultura no hay libertad posible.
· Atención médica a todos por igual sin cobrar un centavo, que nos permite tener una esperanza de vida de 77 años y una mortalidad infantil de solo 5,3 fallecidos por cada mil nacidos vivos. Nadie tiene más derecho a vivir que otros.
· Pleno empleo, facilitado por el concepto de que el estudio puede ser una ocupación remunerada. En Cuba hoy el índice de desempleo es del 1,9%. En una sociedad que se considere justa ningún ser humano debe sobrar.
· Las prisiones están siendo convertidas en centros de trabajo y de estudios, mientras la sociedad se prepara para recibir a los reclusos y brindarles el apoyo necesario y justo que requieren. Este programa comprende ya a todos los centros penitenciarios del país. Un joven preso es también responsabilidad de la sociedad y esta debe esforzarse por ayudarlo a rectificar su error.
· Las personas menos favorecidas por razones sociales, congénitas o accidentales, los niños desnutridos, los discapacitados, los ancianos que viven solos, reciben y recibirán cada vez más atención especial y diferenciada. Cuarenta y dos mil jóvenes graduados como trabajadores sociales se suman hoy a los que realizan esta labor, para que ni un solo ser humano quede abandonado a su propia suerte.
En este contexto, también brilla con luz propia la biotecnología en Cuba, esfera que cuenta con 52 instituciones y la integran unos 12 000 trabajadores, de ellos 7 000 científicos. “El desarrollo que hoy mostramos en esta rama no es resultado de la competencia de mercado entre estos centros, sino de la cooperación de esfuerzos entre estos. Nuestras instituciones investigan, producen, exportan, revierten parte de sus ingresos y sus proyectos no son simples gastos presupuestados, sino inversiones con estudios de impacto económico y tasas de retorno esperadas” --precisó Osvaldo Martínez, director del Centro de Investigación de la Economía Mundial y presidente de la Comisión de Asuntos Económicos de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en Biotecnología Habana 2007.
Entretanto, la periodista Leticia Martínez rubricó el titulo Salto hacia la soberanía tecnológica , a partir de su contacto con la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI) y la conversación sostenida con el rector de esa casa de altos estudios, el doctor Melchor Gil Morell, quien brindó datos relevantes del quehacer de esa institución científica.
Al ofrecer el doctor Gil Morell algunos elementos que demuestran la pertinencia de la UCI, indicó que ella ha incrementado sus exportaciones de software y de una amplia gama de servicios informáticos que incluyen soluciones tecnológicas integrales (contemplan la integración de hardware y software, la instalación del producto, el adiestramiento de especialistas y las operaciones de postventa), y ha aportado ingresos superiores a lo que ha costado la inversión de esta institución científica.
Así, Cuba confirma la conveniencia de la conferencia Más allá del PIB desarrollada por el Parlamento Europeo en Bruselas, y evidencia la certeza de la destacada economista norteamericana Hazel Henderson al escribir el artículo El PIB no refleja la calidad de vida –todavía más desde la perspectiva de la apreciación sobre el Capital humano de Fidel Castro.
¡Ojalá que todo ello devenga referente para el mejoramiento de la persona en cualquier latitud!

Noel Manzanares Blanco

martes, noviembre 27, 2007

Venezuela: Sí a la reforma constitucional, impulsar las luchas del pueblo, profundizar el poder popular, construir el socialismo

Declaración de Movimientos populares frente a la coyuntura actual

Una vez más como pueblo acudimos decididos a la cita de la historia. La aprobación de la reforma constitucional vuelve a enfrentar a los enemigos de siempre, a la oligarquía, a los patrones, a los dueños del país, contra el pueblo que crece y se moviliza. La aprobación de la reforma supone una nueva gesta, que el pueblo asume nuevamente con alegría y firmeza: la de la construcción del socialismo y del poder popular.
La reforma significa un avance en la construcción de una nueva sociedad. Por un lado, amplia los derechos del pueblo, continuando y profundizando los alcances de la Constitución de 1999, que consagra el Estado Social de Derecho y Justicia como horizonte. El reconocimiento del Derecho a la ciudad, que nos devuelve a todos la ciudad, hasta ahora un privilegio de pocos (garantizando el acceso al suelo urbano, la protección contra la especulación inmobiliaria, el derecho a las redes de servicios urbanos, la participación en las decisiones que competen a la ciudad); la reducción de la jornada laboral, devolviéndole al trabajador una parte del tiempo que le arrebata el patrón; la seguridad social para los trabajadores independientes, que garantiza y protege los derechos laborales de ciento de miles hasta ahora excluidos de ellos; el derecho de todos a la creación, acceso y disfrute de la actividad cultural, científica y tecnológica; el reconocimiento de nuestra herencia afro e indígena; la prohibición de la discriminación por cualquier motivo; la protección de la vivienda principal; la prohibición del latifundio y la garantía de la soberanía alimentaria; la protección y promoción de la agro-ecología, son, entre otros, ejemplo de la ampliación del conjunto de derechos que permiten el camino a una sociedad más justa y solidaria. La reforma expresa en tal sentido parte de las luchas que el pueblo ha emprendido y defendido en el proceso revolucionario. Habitantes de las comunidades populares, inquilinos amenazados de desalojos, sin techos, trabajadores, estudiantes, conserjes, campesinos, afrodescendientes, comunicadores populares, vemos en la reforma un horizonte concreto para nuestras luchas y reivindicaciones.
La reforma no se queda en esto, sino que va más allá al reconocer al pueblo ya no sólo como sujeto de derecho, sino sujeto del ejercicio del poder. La reforma desbroza el camino hacia la democracia revolucionaria, al constitucionalizar el poder popular, construido en estos años de lucha, y transferirle competencias efectivas tanto para el ejercicio del auto-gobierno como para su participación directa en las políticas nacionales. No contradice, sino que desarrolla la Constitución de 1999: para garantizar y ejercer sus derechos, el pueblo tiene que ser poder. La democracia participativa se convierte en poder popular
En tercer lugar, la reforma crea las condiciones materiales para construir una nueva sociedad y un nuevo estado. En el marco del capitalismo, que expropia a la gente de sus derechos y de su poder, no hay posibilidad reales de cambio alguno. La reforma incorpora los primeros elementos para crear una economía socialista, que nos libere de la explotación del hombre por el hombre, y permita que los productores (el pueblo en su conjunto) sea dueño de su destino. Sólo habrá derechos para el pueblo, sólo habrá posibilidades de construir el verdadero poder popular, si al mismo tiempo construimos el socialismo. El desarrollo lógico del Estado Social de Derecho y Justicia es el Estado Socialista.
Esta es la causa del pánico que la reforma provoca en la derecha y en la oligarquía. Por eso están decididos a impedirla de la forma que sea, y acudirán a la mentira, a la violencia, al golpe de estado, a cualquier medio legal o ilegal. Lo que nos obliga a los movimientos populares a tomar la calle, a movilizarnos, a movilizar a nuestras bases, debatir con el pueblo, organizarlo para los días que se vienen. La campaña por el Sí debe ser una campaña de calle, de luchas, de organización y debate popular. Debe ser también una campaña llena de contenido, consciente, movilizadora, en que los distintos sectores pongan en el centro del debate aquellos elementos de la reforma que expresan de manera directa sus intereses y que resultan de mayor poder movilizador, mientras que entre todos levantamos la bandera de la construcción de socialismo y del poder popular, como elementos estratégicos planteados por la propuesta de reforma. Tomar las calles y movilizar al pueblo con la reforma como instrumento programático, para derrotar a la derecha y a la desestabilización.
Pero no es la derecha opositora la única amenaza a vencer. Desde dentro del proceso bolivariano, en las nuevas élites que han crecido a la vera de las luchas del pueblo y de la revolución, desde muchos de los que tienen responsabilidades políticas e institucionales, se prepara un nuevo atentado, más velado pero no menos peligroso, contra el pueblo y la reforma. La manera como se aprobó el proyecto de reforma, entre cuatro paredes y sin dar cabida al pueblo como fuente del constituyente primario, esta campaña deslucida, fría, clichetera, vacía de contenido (¡¡si, sí, así, así!!), que promueve el inmovilismo y la apatía del pueblo, parece una trampa para impedir su aprobación y, en cado de darse, preparar las condiciones para desconocer en la práctica su implementación. Nada desvela más al burócrata que el poder popular, nada preocupa más al capitalista convertido a última hora en bolivariano que el socialismo, por eso preparan desde dentro, agazapados, el zarpazo a la reforma, convertirla en letra muerta, asesinarla apenas se apruebe. Una vez que derrotemos a la derecha opositora en la calle y en las urnas electorales, debemos prepararnos para derrotar a la derecha escondida dentro del proceso bolivariano, a los oportunistas y corruptos, a los que trafican con las luchas y las esperanzas del pueblo. ¡Después del 2 de diciembre, nadie se devuelve a su casa, el pueblo se mantendrá en la calle vigilante de su victoria y de la concreción de la reforma!!
En tal sentido, proponemos:

* La campaña por el Sí debe ser una campaña de movilización por luchas y reivindicaciones populares, avanzando en la derrota simultanea de la oligarquía y la derecha golpista, y de los sectores oportunistas y reaccionaros presentes en el campo revolucionario.
* La reforma debe convertirse en el programa de luchas del movimiento popular, tanto durante la campaña como luego de ella, exigiendo en la calle que se aplique los contenidos revolucionarios y clasistas propuestos en la reforma.
* La campaña por el sí y la reforma debe servir como bisagra articuladora del movimiento popular, tanto en los días que resta para el referéndum, como pasa la etapa de lucha y construcción del poder popular y el socialismo luego del 2 de diciembre.

Necesitamos cambios concretos y solamente la unión entre trabajadores, estudiantes y los diferentes sectores sociales alrededor de un claro proyecto político revolucionario nos permitirá fortalecer nuestra lucha común por una verdadera justicia social. Estamos convencidos que la autonomía político-organizativa y la práctica revolucionaria de las clases explotadas son las únicas garantías para que se hagan realidad la vicotiria dle pueblo.

¡¡¡Por todas nuestras luchas, por el poder popular, por el socialismo, el pueblo en la calle dice Sí!!!

Frente de Empresas Cogestionadas y Ocupadas (FRETECO), Frente Nacional Campesino Ezequiel Zamora, Frente Comunal Simón Bolívar, Comités de Tierra Urbana (CTU), Campamentos de Pioneros- Movimienot por la Tierra y el Hábitat, Ateneo Popular, Conserjes Unidos por Venezuela, Red Metropolitana de Inquilinos, Programa de Formación de Grado en Estudios Jurídicos de la UBV, Red de los Afrodescendientes, ANMCLA.

Un repaso a la historia de América Latina

Chávez compara a Uribe con el general Santander quien ordenó matar a Simón Bolívar

El 20 de noviembre pasado, en una inesperada declaración, el presidente colombiano Álvaro Uribe retiró la autorización a su homólogo venezolano Hugo Chávez de continuar intermediando para el logro de un acuerdo humanitario entre su gobierno y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, que permitiera la liberación de retenidos y prisioneros de guerra.
La consternación mundial fue inmediata, en particular del gobierno francés el cual catalogó a Chávez como “la mejor posibilidad” para lograr tal objetivo. La alternativa que brinda el gobierno de Bogotá es la misma que no ha dado ninguna solución en cinco años: la militar.
Chávez, sintiéndose burlado y “traicionado” decidió la congelación de relaciones con Colombia, este 25 de noviembre. En su intervención pública, el dignatario venezolano comparó a Uribe y su gobierno con el general Francisco de Paula Santander, uno de los primeros dirigentes de Colombia luego de la independencia de la corona española: "Ellos son Santander, que mandaron a matar a Bolívar”. Uribe, sin nombrarlo, le respondió que estaba manipulando la historia, pues Santander “nos dio el ejemplo del apego a la ley.”
Con autorización de las editoriales Foca-Investigación, de España, y la Fundación editorial El Perro y la Rana, de Venezuela, publicamos este fragmento del libro “Historia del Terrorismo de Estado en Colombia”, de muy próxima publicación, del periodista y escritor colombiano residente en Francia, Hernando Calvo Ospina.
Es una breve demostración que el presidente Chávez tiene toda la razón. Y que Uribe defiende a los que son como Uribe.

Las raíces de la intolerancia

Dice la historia oficial que Francisco de Paula Santander ha sido el “hombre de las leyes” en Colombia. Lo que no cuenta es que podría tener el título de ser el primer gran ejemplo de la traición e intransigencia política de la elite colombiana.
Santander vio en el asesinato de Simón Bolívar la sola posibilidad de desmembrar a la Gran Colombia (conformada por Venezuela, Ecuador, Colombia). Su codicia de poder y de la naciente oligarquía criolla que lo apoyaba, lo llevó a planificar varios atentados contra el Libertador.
El principal sucedió el 25 de septiembre de 1828 en Bogotá. Los enviados por Santander asaltaron el Palacio Presidencial, asesinando a parte de la guardia, sometiendo al resto. Era la media noche. Creyéndose seguros, empezaron a proferir insultos mientras se dirigían al dormitorio de Bolívar.
Uno de los conspiradores narraría: “Me salió al encuentro una hermosa señora, con una espada en la mano; y con admirable presencia de ánimo, y muy cortésmente, nos preguntó qué queríamos”.
Esta “señora”, que dormía con el ya enfermo Libertador, lo había despertado y ayudado a vestir para que escapara por la ventana. Luego enfrentó a los asesinos vestida apenas con un camisón de dormir. Lograron arrebatarle la espada, la derribaron por el piso, y uno de ellos le golpeó la cabeza con la bota.
Al día siguiente, cuando se supo del atentado, el pueblo salió a las calles dando vivas a Bolívar y pidiendo la muerte de Santander, entre otros. El deseo del Libertador fue que se perdonara a los inculpados, pero un tribunal los sentenció. Unos fueron fusilados, otros encarcelados. Santander fue condenado a muerte, pero Bolívar conmutó la pena por el destierro: “Mi generosidad lo defiende”, diría.
Empezaba el año 1830 cuando el representante francés en Bogotá visitó al Libertador. Al ver la cara de sorpresa del diplomático, Bolívar le expresó que su enfermedad y excesiva delgadez “con las piernas nadando en un ancho pantalón de franela” eran debidas al sufrimiento que le producían sus “conciudadanos que no pudieron matarme a puñaladas, y tratan ahora de asesinarme moralmente con sus ingratitudes y calumnias. Cuando yo deje de existir, esos demagogos se devoraran entre sí, como lo hacen los lobos, y el edificio que construí con esfuerzos sobrehumanos se desmoronará.”
Tenía apenas 47 años, pero aparentaba sesenta. Aunque bajo de estatura, había sido indomable durante más de un cuarto de siglo luchando a lomo de caballo para liberar a cinco naciones, bajo ideales de unidad latinoamericana. Solo los intereses políticos y económicos de la elite lo pusieron en la senda del derrumbe...
Aquella “señora" a la que se refería uno de los complotados contra Bolívar se llamaba Manuela Sáenz. Las historias oficiales, cuando la nombran, la tienen simplemente como la amante de Bolívar. Al leer algunos manuales “educativos”, queda la sensación de que era una “devoradora” de hombres. Una puta.
Manuelita, nacida en Quito, empezó a confrontar a la “sociedad” a los doce años de edad, cuando salió a las calles con las gentes del pueblo que pedían la emancipación de España en 1809. Muy joven se casa con un acaudalado comerciante inglés. Viajan a Lima donde pasa buen tiempo en tertulias políticas conspiradoras, algo inusual en las mujeres de la época. Durante 1821 participa del proceso insurreccional, por lo cual se le entrega la distinción más alta como patriota: “Caballera de la Orden del Sol”
Al año siguiente vuelve a Ecuador, estando presente en el momento en que Bolívar entraba triunfante de la Batalla de Pichincha. Era junio y Manuelita tenía 25 años. Se conocen en una gala, y Manuelita propicia un nuevo escándalo “social”: decide irse con el Libertador sin importarle su esposo.
En octubre de 1823, a petición de los oficiales superiores, fue incorporada al Estado Mayor de Bolívar. Otro escándalo: una mujer portando uniforme militar y con grado de coronela. Caso único en las gestas libertarias. En la Batalla de Ayacucho, 1824, donde se puso a España a las puertas de la expulsión definitiva de Suramérica, Manuela combatió de igual a igual con los bravos lanceros. Desde entonces empezó a ser llamada por la tropa como “La Libertadora”.
En Colombia debió de enfrentar al núcleo duro de los conspiradores contra Bolívar, que la llamaban despectivamente “La Manuela”. El atentado al Libertador del 25 de septiembre era el tercero del que lo salvaba. La rabia contra ella se demostraba en las calumnias que le creaban, en particular atacando su dignidad.
Cuando Bolívar renuncia a la presidencia y, enfermo, parte hacia la muerte, las agresiones hacia Manuelita tomaron fuerza. En muchos lugares de Bogotá aparecieron carteles insultándola. Ella pasó al contraataque. Distribuyó un folleto donde ponía de manifiesto la ineficacia de los gobernantes y revelaba sus secretos. Esto fue tildado de actos “provocativos y sediciosos”, siendo enviada a un calabozo por varios días, tratamiento nunca visto hacia una mujer mucho menos siendo quien era.
Al morir Bolívar, Santander regresó al país lleno de honores y se le restituyeron todos sus cargos, y hasta fue nombrado presidente. El primero de enero de 1834, firmó el decreto que desterraba a Manuelita. Ella partió a Jamaica. De ahí se dirigió a Ecuador, pero el gobierno del país que la vio nacer no le permitió el ingreso. La “Libertadora de los Andes” no tuvo alternativa que refugiarse en un poblado de la costa peruana, donde sobrevivió vendiendo tabacos. Murió de difteria y muy pobre, en 1856. (*)

* A titulo póstumo, el presidente ecuatoriano Rafael Correa le dio grado de Genérala de la República, el 24 de mayo 2007.

Hernando Calvo Ospina