sábado, febrero 23, 2008

Sorpresas cubanas

Fidel continúa reduciendo su protagonismo político en un contexto muy distinto del colapso económico de la década pasada. En ese momento Cuba afrontó incontables conspiraciones, en un cuadro de aislamiento regional y hostigamiento neoliberal. El escenario actual está dominado, en cambio, por los fracasos de Bush y sus aliados más estrechos. Por esta razón, el prestigio de la revolución y la memoria del Che han recobrado peso en todos los movimientos sociales, mientras la solidaridad venezolana permitió atenuar muchas dificultades de la isla.
Se ha recuperado el crecimiento y con los ingresos del turismo y las nuevas exportaciones decrecieron los padecimientos energéticos. También aumentan las posibilidades de utilizar productivamente las ventajas de calificación que detenta la población. Pero la revolución convive con las desigualdades sociales creadas por el enclave dolarizado y hay muchos interesados en promover la gestación de una nueva burguesía. Cuba no puede, ni debe, aislarse. Como el bunker norcoreano es la peor opción, resulta necesario recurrir a disposiciones mercantiles y asociaciones con inversores, que serían desechadas en otras circunstancias.
Hay un sendero posible hacia la restauración capitalista que no anida en los pequeños mercados, el comercio informal y el trabajo independiente, sino en las conexiones internacionales de ciertas élites. Estos sectores están interesados en comandar un modelo social-liberal concertado con Europa o un esquema autoritario afín al precedente chino.
Pero hasta ahora la revolución desmintió todos los pronósticos fatalistas que auguraron su desplome. Este antecedente debería moderar a quienes tanto especulan sobre la forma que asumirá la regresión al capitalismo. Una renovación socialista es factible junto a un sistema político de genuina democracia. Esta opción podría nutrirse de la doble identidad –antiimperialista e igualitarista– que ha caracterizado la principal gesta latinoamericana del siglo XX. Cuba todavía nos depara muchas sorpresas.

Claudio Katz

(el autor integra el colectivo Economistas de Izquierda (EDI), es economista e investigador del Conicet y profesor de la UBA)

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