sábado, abril 26, 2008

El Agente Naranja y las guerras químicas de EE.UU.


ARNALDO MUSA
musa.amp@granma.cip.cu

De injusta calificaron los abogados de Estados Unidos y la Asociación Internacional de Juristas Democráticos la reciente decisión de la Corte Concurrente de Apelaciones de Nueva York de rechazar la demanda de las víctimas vietnamitas del Agente Naranja contra las firmas fabricantes de productos químicos.
La noticia la trajo la agencia VNA, la cual informó también que el presidente de la Asociación de Víctimas de Agente Naranja/Dioxina (VAVA, por sus siglas en inglés), Tran Xuan Thu, dijo que seguirá la lucha por la justicia hasta las últimas consecuencias.
Unos 4,8 millones de personas de la nación indochina fueron expuestos a dioxina, de los cuales unos tres millones sufren consecuencias, de acuerdo con datos oficiales de VAVA, lo cual será tratado en un seminario temático en mayo entrante en Tokio.
A su vez, el jurista estadounidense Jonathan C. Moore afirmó que los fallos del tribunal son erróneos tanto en lo legal como en lo moral; dijo que los herbicidas que contenían dioxinas arrojadas por las tropas norteamericanas durante la guerra de Vietnam causaron daños a miles de veteranos estadounidenses y millones de vietnamitas; y cree que ello debe importar también a la comunidad internacional, porque es posible que ese crimen se repita.
La indignación ante la negativa estadounidense puede ser comprendida sobre todo por quien haya visitado la provincia de Tay Ninh y conversado con las víctimas, incluso algunas de ellas con cáncer.
Más de 80 millones de litros de Agente Naranja fueron lanzados por la aviación norteamericana.
Este hecho indigna aún más, porque no es la primera vez que tribunales norteamericanos se niegan a atender el reclamo al respecto, así como por el fallecimiento de dos miembros de la delegación que había viajado con anterioridad a Estados Unidos.
Nguyen Van Quy y Nguyen Thi Hong se encontraban entre los millones de vietnamitas rociados por los aviones estadounidenses con alrededor de 81 millones de litros del Agente Naranja.
Van Quy declaró a un tribunal neoyorquino que estaba allí, "como prueba viviente para decir que la dioxina realmente tiene un impacto negativo en los seres humanos, al igual que en el medio ambiente". Padecía de cáncer y dos de sus hijos nacieron con malformaciones.
Thi Hong, a su vez, describió al semanario norteamericano Democracy Now cómo el Agente Naranja afectó su vida. Fue expuesta a esta toxina en 1964. Dio a luz en forma prematura a tres niños por debajo del peso normal, y uno de ellos manifestó una insuficiencia cardiaca congénita. Tuvo varias enfermedades en los huesos y la piel. Le extirparon el bazo y recibió tratamiento de quimioterapia.
Pero esta guerra química contra Vietnam, todo un experimento para hacer sufrir al ser humano, no es algo nuevo en la política imperialista contra los pueblos.
Tanto en la guerra del Golfo como en la agresión para desmembrar a Yugoslavia, las tropas estadounidenses usaron proyectiles recubiertos de uranio empobrecido, que aumenta su poder de destrucción.
El polvo de óxido de uranio —tóxico y radiactivo— que se produce tras la detonación, envenena el medio ambiente de forma duradera, causando numerosas muertes por leucemia y otros tipos de cáncer, así como malformaciones congénitas. Estos efectos se han observado después de 1991, en extensas zonas de Iraq, donde quedaron dispersas unas 750 toneladas de uranio empobrecido cuya vida media es de 4 000 o 5 000 años—, así como en los cuerpos de los aproximadamente 80 000 soldados norteamericanos víctimas del "síndrome del Golfo Pérsico".
Se considera que han hecho aumentar entre 20 000 y 100 000 casos la incidencia del cáncer entre los veteranos estadounidenses y los ciudadanos iraquíes.
Algunos expedientes desclasificados en Estados Unidos ponen de manifiesto la falta de escrúpulos impresa en la línea de investigación y que debería avergonzar a la humanidad. Estos hechos concretos, unidos a algunos ya públicos, conforman una larga lista, fiel reflejo de la triste realidad.

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