martes, abril 22, 2008

Una cobarde huída que muestra el desmoronamiento del régimen narco-paramilitar


Apenas ven que tienen que pagar por lo que hicieron, salen corriendo a refugiarse a otros países. Movilización del pueblo exigiendo que Mario Uribe y Álvaro Uribe Vélez enfrenten la justicia. Un Nuevo Gobierno y una Nueva Colombia.
El primo del narco-paramilitar presidente, Mario Uribe, está demostrando cuán cobardes son los mafiosos narco-paramilitares. Bravos cuando de ordenar asesinar a los ciudadanos de a pié, pero cobardísimos a la hora de enfrentar un tribunal ante el cual debe responder por sus actos.
Siempre hemos dicho que es en esos momentos cuando se ve quién es hombre de verdad. Y el exsenador Mario Uribe deja muy mal parada su estirpe. O quizá está mostrando la verdadera catadura de ella.
La solicitud de asilo debe tomarla Costa Rica con tranquilidad y analizar todos los pros y los contras. Porque Mario Uribe no puede invocar falta de garantías ya que precisamente es su primo quien ejerce la presidencia de la república y él era uno de los más caracterizados usufruturarios del poder narco-paramilitar. Es más, se paseaba muy orondo ostentando ese poder.
Tampoco procede la solicitud de asilo por cuanto los delitos imputados son crímenes de lesa humanidad perpetrados por los narco-paramilitares con los cuales mantuvo –y mantiene y mantendrá- el exsenador Uribe un aberrante contubernio impúdico.
orque Costa Rica no puede en encubridora de los criminales narco-paramilitares colombianos. Y la huída cobarde de Mario Uribe sería el desmoronamiento total del régimen narco-paramilitar que gobierna Colombia. Es su colapso final.
El pueblo colombiano, y los familiares de las víctimas del Terrorismo Estatal en su variante narco-paramilitar, deben movilizarse y manifestarse frente a la Embajada de Costa Rica en Bogotá –y en todo el mundo-, a fin de impedir la huída de Mario Uribe, que pretende con este mecanismo escamotear la justicia, así sea la justicia burguesa. Ello demuestra que la justicia en Colombia es para los de ruana, para los pobres.
Y tales movilizaciones deben ir acompañadas por el más ferviente clamor pidiendo que el régimen narco-paramilitar deje las sillas vacías que han hollado tanto tiempo, y se entreguen a la justicia, para así construir un Nuevo Gobierno de Reconstrucción y Reconciliación Nacional, que mediante una Constituyente nos sitúe en la Nueva Colombia en paz con justicia social, democracia, libertad, independencia y soberanía nacional.

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