martes, septiembre 23, 2008

La Capucha de la Juventud colombiana: no callarse y preservar la vida en pleno Terrorismo de Estado


En delirio derrochador de legalidad sostienen que ante un auditorio pasivo los encapuchados arengaron a los estudiantes; proclamaron la memoria de los jefes guerrilleros fallecidos y caídos en la lucha; insultaron al inquilino de la Casa de Narquiño; arremetieron contra los Medios de Alienación Masiva ( Radio Casa de Narquiño- RCN, Paracol- Caracol etc.). No pudieron alegar que llevaban armas, pero sí alegaron que por el hecho de llevar cubierto sus rostros eran “terroristas”.
Los estudiantes llevaban cubiertos sus rostros para defender su vida; llevaban las caras cubiertas en un contexto específico: el del Terrorismo de Estado. Pero de eso no hablan los que los acusan…
Esta particular difusión de los medios oficiales gubernamentales a una forma de expresión de la juventud en las universidades del país, nos merecen dos consideraciones. Una. Busca judicializar al movimiento estudiantil colombiano, desautorizando el que la oposición pueda tomarlo como plataforma de lucha política contra el ilegitimo gobierno narco paramilitar. En momentos en que una Senadora de oposición llama a la juventud a la rebeldía, que es un derecho natural de los pueblos; en que la palabrería culebrera del Presidente acosa por intervención de la fuerza publica en los predios universitarios.
Dos. Refleja la situación de mordaza, de terror, que aflija a la población estudiantil colombiana en sus recintos. Los sucesos de la Universidad colombiana son reflejo de la situación de Terrorismo de Estado fascista que padece el pueblo colombiano. En forma hipócrita y farisea la cagatintas Enferma Hernández en el diario oligárquico El Tiempo, pregona que los estudiantes deben expresar sus opiniones en forma libre y abierta. Que si van a referirse a movimientos ilegales y a la apología de jefes guerrilleros asuman la consecuencia de la cárcel.
Esa amenaza de encarcelamiento, por decir lo menos, es lo que justifica el que los jóvenes estudiantes colombianos usen capucha en actos políticos públicos. Pero también lo justifica la negra estela de terror y muerte que ha inundado de sangre los predios universitarios durante el experimento contrainsurgente narco paramilitar, de inspiración oligárquica y del Imperio.
Durante cincuenta años en Colombia la juventud estudiantil ha cargado con las victimas del Terrorismo de Estado. La lista de estudiantes asesinados y desaparecidos crece en impunidad en Colombia. El sector social más vulnerable, el más golpeado por las huestes fascistas es el estudiantil colombiano. Ante la presencia del Terrorismo de Estado narco fascista en las universidades colombianas, la única forma, en las actuales condicones, es que los jóvenes opositores políticos se expresen con las caras encapuchadas. Muchas muertes lamentadas; demasiadas desapariciones registradas, para continuar con el san Benito de la “legalidad” .

EL TRABAJO POLITICO CLANDESTINO.

A tono con Jorge Zalamea en “El sueño de las escalinatas” pódennos decir que crece, crece el movimiento político clandestino contra el fascismo y el narco paramilitarismo en Colombia. “Crece, crece la audiencia…”.
En un país en el que están habilitadas las distintas expresiones y manifestaciones de la lucha de clases y en el que la expresión de la protesta popular se lleva a cabo con la combinación de todas las formas de lucha, no podemos sino reflejar como un enunciado de la realidad colombiana la difusión de la noticia de encapuchados arengando a la juventud en una universidad bogotana. Las formas de convocatoria a actividades de masas son múltiples.
El movimiento estudiantil colombiano clama por sus conquistas gremiales, pero sobre todo, no está ajeno al sangriento conflicto que carcome a la sociedad colombiana. El movimiento estudiantil colombiano expresa su forma de lucha en un sector social determinado; acorde con las organizaciones sociales. Sus integrantes, jóvenes en su totalidad, alientan en las distintas formas de lucha del pueblo colombiano por la obtención de los grandes cambios revolucionarios por los que luchan. Ellos, conocedores de la realidad económica y social saben qué lejos de la realidad esta el desarrollismo económico sin brújula social. Distinguen la esquizofrenia del personalísimo político con las falencias que liderazgos locales impulsan en un cambio de marco latifundista y feudal de poder narco-local en el escenario colombiano. No comen cuento con malabarismos de las estadísticas, ni de falsas papeletas electoreras, cuando conviven a grado superlativo de la desigualdad, el hambre y la miseria. Les han impuesto el terror fascista y ellos se han negado a doblegarse, a renunciar a pensar. La capucha no los hace delincuentes ni excluidos; todo lo contrario, los hace ejemplo de audacia y valentía.
Históricamente los partidos genocidas del pueblo colombiano, el liberal y el conservador, han estado ausentes del control del movimiento estudiantil. En consonancia, hoy al movimiento estudiantil lo quieren maniatar las expresiones de la derecha preestablecida y es por ello que lanzan el grito al cielo porque los jóvenes denuncian al régimen narco paramilitar de derecha con la cara cubierta. Pero es que no pueden hacerlo de otro modo. La experiencia sangrienta del movimiento estudiantil colombiano asimila que la protección y defensa de la identidad de sus voceros es de vital y categórica importancia. Dirigente estudiantil reconocido, es dirigente estudiantil reseñado, es dirigente estudiantil encarcelado, es dirigente estudiantil asesinado o desaparecido. Esa es la realidad que a la fecha afronta el movimiento estudiantil colombiano en esta fase de lucha contra la hegemonía de la derecha narco paramilitar en Colombia.
La reactivación del movimiento estudiantil va pareja a la reactivación de la lucha de masas en Colombia. Valga aquí detenernos si las movilizaciones de población colombiana en torno al secuestro y contra las organizaciones armadas enmarcan dentro de una genuina protesta popular?. No, por cuanto obedecen a conducciones de los grandes medios de información a sabiendas que de antemano frustran a esas manifestaciones de logros a alcanzarse. Una protesta popular encausaría en movilización, por ejemplo, contra el secuestro y por la libertad de los presos políticos que es tangible el logro a obtenerse por parte de las masas movilizadas.
Luego de las manifestaciones mediáticas, no ha habido represalias. No así cuando se trata de las movilizaciones populares contra el Terrorismo de Estado y las desapariciones forzados. Luego de esas marchas de protesta que no contaron con la difusión de los Medios de Alienación Masiva; pero sí con la participación del movimiento estudiantil, se registraron treinta una amenazas a organizadores de esas marchas en el país. Tres días después de esa protesta popular fue desaparecido por elementos narco para estatales el dirigente CARLOS BURBANO en San Vicente; asesinada la sindicalista CARMEN CECILIA CARVAJAL, en Ocaña; también los sindicalistas LEONIDAS GOMEZ y GILDARDO ANTONIO GOMEZ, en Bogotá; como también recibió amenazas y persecución la joven estudiante DIANA MARCELA GOMEZ CORREAL, quien es un ejemplo en su diaria denuncia por la desaparición de su padre JAIME GOMEZ, ex concejal de Bogotá. Por eso se impone el uso de la capucha ante la desaparición forzada de jóvenes estudiantes en Colombia!
Ante la activación del movimiento estudiantil el régimen narco paramilitar se apresta a impedir el liderazgo. Pese al Terrorismo de Estado el grado de movilización social de las agrupaciones y lideres políticos se esta manifestando en el movimiento estudiantil. El encuadramiento aplicado por el régimen determina la identificación de cualquier manifestación pública de rechazo al régimen como una expresión terrorista. La protesta estudiantil en las universidades la califican de terrorista. Es que en la aplicación del terror, no conciben que la protesta tenga cabida. La justificación de gastar 22 mil millones de dólares anuales por parte del Estado colombiano en la guerra la inspiran en la política de sometimiento al terror y la “seguridad”. Pero no ven los resultados: la Insurgencia no está derrotada; el movimiento estudiantil retoma presencia popular; los sectores populares elevan la denuncia pública ante la situación de hambre y miseria que padece el pueblo colombiano. Insidiosamente los medios difunden que la respuesta de esas protestas en nada equivale a las multitudinarias manifestaciones registradas bajo el apoyo oficial gubernamental; pero callan ante el fracaso estruendoso de los múltiples Planes de “pacificación” aplicados en la guerra interna colombiana.
En el panorama de intervención directa del Imperio en el escenario de guerra colombiano, así como el jefe de la Diplomacia de Estados Unidos, Shanonn Shanon alerta a las Farc-ep a deponer las armas e integrarse a la “vida civil”; el buque gringo Osskearsarga de la Armada Norteamericana, impunemente viola la soberanía nacional y penetra en territorio del norte colombiano, por el Río Magdalena, con equipo de médicos , enfermeras, odontólogos, en una operación de salud en la que se escudan con personal medico y de enfermeros de distintos países. Esa agresión so pretexto de la “ayuda humanitaria” la califican de “operación sonrisa” en muestra de descaro y desfachatez; bajo el mando del comandante John King y del embajador William Brownsfield, el mismo que en persona frecuenta el Catatumbo colombiano.
¿Qué va a hacer Mr. Brownsfield al próximo “concejo de gobierno” del Minifhürer en El Tarra (Catatumbo), en momentos en que la CIA con apoyo narco paramilitar alienta la secesión territorial de El Zulia venezolano? Que se cuide el Minifhürer colombiano de jugar con traición y fuego.

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