Los culpables en este país son fabricados como “pancaliente”,así no exista una sola prueba capaz de resistir la investigación más básica. De lo que se trata es de darle carpetazos a los casos que le resulten incómodosa las autoridades y por supuesto, que prevalezca la impunidad entre los criminales del gobierno o cercanos a este.
La Procuraduría General de la República ya ha dado su veredicto, ha decidido que el único culpable de la muerte del periodista estadounidense Brad Will, asesinado en Oaxaca el 27 de octubre de 2006, es el activista oaxaqueño y simpatizante de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca Juan Manuel Martínez Moreno, quien ya ha sido encarcelado a pesar de que desde un principio todas las evidencias apuntaban en otro sentido, incluidas las pruebas presentadas por organismos internacionales.
Para empezar, la presencia de la prensa alternativa en Oaxaca durante la etapa más álgida del conflicto, en especial la de Brad quien fuera camarógrafo de Indymedia, ya estaba empezando a resultar demasiado molesta al gobierno de Ulises Ruiz, ya que su labor era precisamente darle voz a todos aquellos que la prensa burguesa, en complicidad con el gobierno, había condenado al silencio; es decir, Brad estaba ahí contando la verdad sobre un pueblo que había decidido luchar contra un tirano, por lo tanto la APPO no tenía razón para acabar con su vida, Ulises Ruiz y su gente sí la tenían.
Por otra parte, por todos es sabido que para el régimen panista es de suma importancia mantener fuertes los lazos con los priistas para poder llevar a cabo las alianzas y pactos, por ello es que tiranos tan dañinos para el pueblo como Ulises Ruiz son mantenidos en sus puestos a pesar de que ya no son más que un lastre y una vergüenza para su propio partido. Es necesario mantenerlos a todos contentos, de otra manera se vienen abajo coaliciones.
Al régimen panista ya no le importa la nula credibilidad que tiene ante el pueblo, lo único importante es buscar un “chivo expiatorio” que le sirva para hacer de cuenta que investiga y proteger a sus “servidores” y de paso continuar criminalizando a la protesta social, es decir, que mejor culpable que un simpatizante de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca…ahora si que se mataron dos pájaros de un tiro.
El lamentable caso de Brad Will recuerda mucho al de Digna Ochoa, que también fue cerrado declarándolo como suicidio, sin importar que dicho veredicto no tuviese el más mínimo soporte para sostenerse, como no lo tiene ahora el argumento de que los disparos que terminaron con la vida de Brad se dieron a corta distancia, y por el contrario si lo tiene el que provinieron de una distancia de entre 35 y 50 metros de distancia.
En fin, no se podía esperar otra cosa de un régimen que llega al poder por medio del robo y la mentira, de un gobernante que en el 2006 hizo caso omiso de la voluntad popular y se puso “a la fuerza” la banda presidencial.
Para un régimen como el de Calderón lo primero es proteger a los amigos y aliados, no importa si hay que dejar en la impunidad a quien termino cobardemente con la vida de un ser humano, total que la vida y la libertad de las personas tienen valor dependiendo de su utilidad. Así que, no importa asesinar a un periodista que resulta incomodo y mantener en prisión injustamente a un ciudadano para aparentar que se investigó y se hizo justicia, si con esto se satisfacen las necesidades del gobierno.
Ya nadie se sorprende, así son las reglas de este juego: para los amigos criminales impunidad y protección garantizadas; para el pueblo que se organiza y lucha cárcel y castigo y de ser posible también muerte. Digna Ochoa, Ernestina Ascencio, Brad Will… y la lista de impunidad continúa.
Lorena Aguilar Aguilar en Kaos en la Red
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