martes, marzo 31, 2009

Hay que aprovechar experiencias cubanas

Por paradójico que parezca, la estrategia y las experiencias cubanas del “período especial” de los años noventa del pasado siglo podrían e útiles a Occidente en las condiciones de la crisis en que se adentra hoy el mundo.
Un trabajo publicado por la poderosa cadena televisiva CNN, de los Estados Unidos, acaba de lanzar tal idea, a la luz de la manera exitosa en que Cuba ha logrado sobreponerse a la crisis que para el país representó la desaparición de la Unión Soviética, agravada por la intensificación del semi-centenario bloqueo económico, y de la hostilidad y las amenazas de agresión dispuestas por el gobierno norteamericano encabezado por George W. Bush.
Matt Ford, autor del trabajo de investigación periodística para la CNN, argumenta que “desde la revolución en 1959, Cuba ha sido muchas cosas para mucha gente, pero el colapso de la URSS hizo que pocos vieran a la Isla como una visión del futuro. Pero esto pudiera estar cambiando - al menos en un aspecto”.
En la medida en que crecen las dificultades en las naciones desarrolladas, la república comunista está demostrando ser un ejemplo crecientemente popular de cómo abordar estas dificultades, por una simple razón: ellos ya pasaron por ellas.
La sociedad se vio de repente enfrentada a una dramática reducción de los abastos de hidrocarburos y el resultado fue una reorganización fundamental de la producción alimentaria que llevó al desarrollo de la agricultura orgánica urbana, requerida de menos insumos que la agricultura convencional.
“Con el colapso de la Unión Soviética, nadie podía suponer que Cuba podría sobrevivir la pérdida del 80 por ciento de su comercio exterior de un día para otro”, dice el autor citando a Wendy Emmett, una especialista británica. “El resultado inmediato fue que la alimentación comenzó a considerarse más importante que antes.
Agrega que por toda La Habana comenzaron a proliferar jardines de cultivo en pequeña escala que rápidamente se extendieron por otras ciudades y centros urbanos de la isla, en tanto que fueron creados pequeños centros de expendio de las frutas y vegetales producidas localmente, lo que repercutía en ahorro de combustibles por la disminución de las necesidades de transporte.
“En el campo, bueyes y caballos tomaron el lugar de los tractores, el trabajo manual reemplazó las máquinas y se ejecutó un amplio programa de redistribución de la tierra. Muchas grandes unidades agrícolas, preferidas por los planificadores comunistas, consideradas ineficientes fueron divididas en pequeñas unidades más manejables sin flotas de tractores”, dice el artículo.
Al describir algunas de las características de la estrategia del periodo especial en Cuba, el articulista recuerda que, en los años más tensos, había ciertamente personas que se quejaban mucho, pero trabajaban unidos y la leche nunca faltó a los niños escolares. “A todo lo largo del período especial, ningún hospital se cerró, no se cerró ninguna escuela, todo seguía funcionando a pesar de todo. De muchas maneras los cubanos nos demuestran lo que una comunidad puede lograr cuando trabaja unida; el poder de la cooperación”.
“Por supuesto que un Estado autoritario poderoso con una fuerte planificación central ha hecho que estos grandes cambios hayan sido más fáciles de implementar; un proceso similar de desarrollo probablemente sería diferente y posiblemente menos exitoso en Occidente”, sustenta el articulista de la CNN.
Luego sostiene que “comoquiera que un creciente número de personas creen que pronto enfrentaremos una importante crisis social y económica por la mengua en las próximas décadas de las reservas de petróleo, muchos consideran que tenemos mucho que aprender de la experiencia cubana”.
El mundo industrializado debe saber que la dependencia en el petróleo eventualmente lo empujará por similares experiencias que las que ha enfrentado Cuba en la década de 1990, con parecidos resultados, dice el periodista citando a Julia Wright, autora del libro “Agricultura sostenible y seguridad alimentaria en la era de la escasez de petróleo: lecciones de Cuba”.
“Cuba inspira a grupos que, en todo el mundo, pretenden sistemas agrícolas y alimentarios alternativos y sostenibles basados en parte en el mito surgido en torno a la Cuba ecológica”, escribió Wright.
Según el articulista de CNN, ya Cuba ha salido de los momentos más difíciles del período especial pero la agricultura orgánica urbana pero la agricultura orgánica urbana continuará extendiéndose a áreas periurbanas.
“Pero cualquier cosa sea lo que traigan los próximos años, la experiencia del “período especial” ha dejado su marca en la sociedad cubana”, dice citando nuevamente a Wright.
Es algo irónico, y en cierto sentido reconfortante para los cubanos, que los sacrificios que le han sido impuestos por la superpotencia con propósitos tan viles, sirvan al menos como experiencia a la humanidad.

Manuel E. Yepe (especial para ARGENPRESS.info)

El ex canciller mexicano Jorge Castañeda, vinculado al estafador Stanford

El ex canciller mexicano Jorge Castaneda ha sido miembro del Consejo consultivo del Stanford Financial Group, el grupo conformado por el banquero estafador R. Allen Stanford para ampliar las actividades internacionales de su organización.
Lo precisa The National Journal al revelar como numerosos congresistas norteamericanos han disfrutado en el curso de los años de vacaciones gratuitas en islas del Caribe, regaladas por el financiero.
Varios políticos norteamericanos, entre los cuales Bill Nelson e Ileana Ros-Lehtinen se beneficiaron de las contribuciones a sus fondos electorales del multimillonario farsante que se dedicaba a mentir a sus clientes sobre su estrategia de inversión.
Según The National Journal, Stanford patrocinó el llamado Inter-American Economic Council, una fachada cómoda para políticos corruptos, con donaciones que alcanzaron varios cientos de miles de dólares anualmente. Prestó sus aviones a sus protegidos de este “Council” en varias oportunidades.
Castañeda se mantuvo al lado de Stanford hasta que la Securities and Exchange Commission (SEC) haga publico el carácter fraudulento de sus operaciones destinadas a engañar los pequeños inversionistas.
Entre sus colegas, se encontraban Peter Romero, un ex embajador US en Ecuador, y Luis Giusti, un ex “gerente” petrolero venezolano.
Coincidencia, el banco de Stanford en Antigua ha sido vinculado con las actividades de lavado de dinero de un rey mexicano del narcotráfico. Según el grupo Public Citizen, Stanford hizo campaña en el 2000 contra una propuesta de ley que hubiera creado nuevas reglas, más rigurosas, contra esta actividad ilegal.
Stanford, su firma de inversión y el banco vendieron certificados bancarios por 8.000 millones, una actividad calificada por la SEC de “fraude masivo”. J orge Castañeda fue ministro de Exteriores del gobierno derechista de Vicente Fox del 2000 al 2002.

Jean Guy Allard
Granma

La cara más trágica de la barbarie capitalista: la crisis producirá 200 millones más de hambrientos

La crisis alimentaria mundial a punto de empeorar

Un nuevo informe publicado por la Confederación Sindical Internacional predice un empeoramiento de la ya grave crisis alimentaria mundial a menos que los gobiernos y agencias internacionales tomen medidas urgentes.
El número de personas que no tienen suficiente para comer se ha incrementado en 150 millones durante 2008, y es probable que la crisis económica mundial suponga que 200 millones de personas más se hundan en la pobreza absoluta.
El informe “Una receta para el hambre: el deterioro alimentario del mundo” apunta como causas principales a la especulación financiera y a la toma de beneficios masiva por parte de un puñado de multinacionales, junto con el fracaso de políticas implementadas por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. También pone de relieve las repercusiones de las reglas comerciales que reducen la seguridad alimentaria y el impacto del cambio climático. Otro factor importante, mientras gobiernos y empresas buscan alternativas a los combustibles fósiles, es el incremento de la producción de biocombustibles a costa de la producción de alimentos.
“Los gobiernos están gastándose cientos de miles de millones de dólares en apuntalar bancos y organismos financieros fallidos, al tiempo que el Programa Mundial de Alimentos afirma que todos los niños hambrientos del mundo podrían ser alimentados con la sola cantidad de US$3.000 millones. La situación podría cambiarse por completo con tan sólo US$30.000 millones al año”, dijo Guy Ryder, Secretario General de la CSI. “La atención pública está, con toda razón, enfocada en la enorme escala de la crisis económica mundial, pero esto no debería restarle valor al hecho de que el número total de personas sin comida suficiente es probable que supere tranquilamente los 1.000 millones de personas en un futuro cercano”, añadió.
Los precios mundiales de los alimentos han bajado un poco desde el máximo histórico alcanzado a mediados de 2008, pero siguen siendo superiores a los de principios del año pasado, y el precio global de los cereales sigue siendo un 71% más alto que en 2005. Según la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) de la o­nU, la crisis alimentaria persiste en 32 países del mundo.
A pesar de que los precios mundiales se han estabilizado o descendido con respecto a los máximos recientes, esto no se ha reflejado en demasiadas personas de los países en desarrollo, donde el estancamiento de los ingresos y la falta de protección social significan la doble carga de un bajo poder adquisitivo frente a unos precios elevados. Según Ron Oswald, Secretario General de la Federación Sindical Mundial, la UITA, dado que el 75% de los más pobres del mundo viven en zonas rurales, muchas de las personas que en realidad alimentan el mundo son a menudo incapaces de obtener una dieta nutritiva para ellos mismos y sus familias. “El grueso del hambre se encuentra en las zonas rurales, y los trabajadores agrícolas se encuentran entre los más inseguros desde el punto de vista alimentario. Están hambrientos porque son pobres, y son pobres porque sus derechos básicos, incluidos sus derechos completos como trabajadores, son violados a diario. La agricultura hoy en día mata, mutila, envenena y contamina los cuerpos y el entorno domestico y laboral de las personas que producen nuestra comida. Progresar en la lucha contra el hambre significa progresar en el trabajo decente en la agricultura."
Oswald añadió: “El hecho de que la semana pasada el índice global de materias primas saltara a un 6% superior en un sólo día demuestra que los más pobres y vulnerables del mundo siguen siendo prisioneros de las corrientes de capital volátil. Detener esta especulación en las vidas humanas mediante la regulación de la economía mundial y la canalización de estas enormes sumas en inversiones productivas, incluida la agricultura, debe ser una de las máximas prioridades del programa del G20."
El nuevo informe proporciona un análisis detallado sobre cómo las políticas del FMI y el Banco Mundial y las reglas de la OMC han empujado a los países en desarrollo a una producción agrícola orientada a la exportación a costa de la seguridad alimentaria nacional propia, y cómo la diversidad de agencias internacionales con poder para abordar este problema no han logrado garantizar la seguridad alimentaria. La especulación en los precios de la comida ha conducido a beneficios enormes para un reducido número de empresas comerciales de materias primas, sumamente poderosas, a costa de los países más pobres en particular, y el cambio precipitado a la producción de biocombustibles, cuando se proporcionaba sólo el 1,5% del suministro mundial de combustible líquido, justifica casi la mitad del incremento en el uso de importantes cultivos para alimentos en 2006-07.
“Las presiones relacionadas al cambio climático, como inundaciones, sequías, escasez de agua y cosechas pobres, contribuyen al empeoramiento de la crisis. Está claro que las medidas con respecto al cambio climático son clave para la futura seguridad alimentaria mundial, pero las principales causas de esta crisis son debidas al desacreditado modelo de la globalización que sitúa el mercado por delante de los derechos e intereses de las personas corrientes. La Cumbre del G20 de Londres tiene que proporcionar la plataforma de lanzamiento para una transformación completa de este sistema fallido”, dijo Ryder.

www.kaosenlared.net

La Seguridad de la Revolución Cubana radica en el arma de la crítica.


Para los revolucionarios cubanos comprometidos y críticos con los errores que tienen lugar durante el proceso revolucionario, en las difíciles condiciones de aislamiento y constante ataque contrarrevolucionario es una compleja tarea que evidencia su entrega revolucionaria en muchas ocasiones difícilmente comprendida, susceptible de ser acusados por los criollos burócratas de antirrevolucionarios, o incluso por los buenos revolucionarios de hacer el juego al enemigo.
Como internacionalistas consecuentes, desde la modestia y la posible interpretación errónea de los temas que comentamos, debemos prestar nuestro apoyo a todos los cubanos comprometidos con la revolución cubana, enfrentándonos a los que la atacan desde fuera y los que, consciente o inconscientemente la boicotean.
Reproducimos en cursiva y entrecomillados, en negrita los del entrevistador y en normal la respuesta que le realiza Manuel David. Sobre cada uno de esos párrafos que destacamos, realizamos nuestros comentarios
“…la forma en que está estructurado el sistema y que tienen que ver con la existencia de la burocracia inmovilista, el control excesivo del Estado en los sectores de la economía que impiden que la clase trabajadora se sienta la verdadera propietaria de los medios de producción, etc.”
“… el cubano de a pie tienda fuertemente no a defender sus derechos en los espacios adecuados, sino a REALIZARLOS en la práctica de una informalidad que deviene caldo de cultivo para la corrupción”.
Cuando el entrevistador resalta ese problema del burocratismo por un lado y por otro el excesivo control del Estado sobre la economía que impiden a los trabajadores sentir suyos los medios de producción, los bienes que se generan, y cuando Manuel David reconoce que el cubano de a pie no defiende sus derechos en los espacios adecuados, lo que da lugar a la corrupción, al robo de gasolina, tabaco, etc., nos están reconociendo, por un lado que la estructura estatal de alguna forma es burocrática, y que provoca la marginación del ser humano, supuestamente liberado del trabajo enajenado capitalista, lo que le induce a intentar solucionar sus problemas desde los mecanismos ilegales que le posibilitan apropiarse de algo que necesita pero que no lo considera suyo, sino del Estado ¿colgado del cielo?, en vez de como debiera de ser disfrutado, desde el Estado de los trabajadores organizados como clase dominante de forma permanente, ejerciendo el control político-productivo de abajo arriba, en vez de delegar en la llamada clase política, a semejanza de la que se ejerce a través del sufragio universal en el capitalismo.
Es posible imaginar que en una nación donde los trabajadores están organizados como clase dominante, las acciones antisociales tengan que ser controladas y reprimidas por “autoridades estatales”, en vez de por los propios trabajadores. Es evidente que si los trabajadores no consideran suyos lo medios de producción y los bienes que se generan, no sienten suyos los objetos que otros más atrevidos roban, no se sienten responsables de controlar los bienes y evitar directamente que los robos se produzcan.
Ese desconocimiento sobre la función histórica del Estado y la Democracia, tanto en el capitalismo como en el socialismo es la que en un pueblo culto, con la elevada cultura política que tienen los cubanos, puede dar lugar al problema de fondo que amenaza una revolución con cincuenta años de vida. Ojala los cubanos puedan avanzar en la resolución de ese tema tan complejo que Lenin ya denunció el 11 de julio de 1919 dirigiéndose a los estudiantes de la universidad de Sverdlov, y no suceda como sucedió 70 años después de la revolución rusa. Lenin murió pronto, los que la siguieron, encabezada por el hombre de acero, no llegaron a comprender la complejidad de cómo integrar al pueblo en el proceso político-productivo.
Decían que eran seguidores de Lenin, fomentando el culto a la personalidad del lider, en vez de la participación, defendiendo un poder soviético que no era cierto, el de los trabajadores organizados como clase dominante, no había soviets (consejos) en los centros laborales, en los lugares donde es posible el ejercicio de la unidad dialéctica del nuevo ser liberado del trabajo enajenado capitalista, ejerciendo en toda dimensión su personalidad creativa.
El pueblo ruso adquirió una gran formación tecnológica, que permitió competir con la capitalista, hasta el extremo de poner antes que ellos un hombre en la órbita terrestre, pero le faltó educarse en ese aspecto tan fundamental para ejercer el poder directamente y evitar que el burócrata borracho, una vez el pueblo decepcionado tras la perestroika y la ideología importada con el turismo, diera el golpe de estado, prometiendo al confuso pueblo disfrutar de los bienes superfluos del capitalismo.
“… los turistas occidentales que visitan la Isla provistos de mucho dinero, que hacen creer a esa juventud que el capitalismo es eso y nada más, ha generado en cierto modo que muchas y muchos jóvenes quieran buscar otros rumbos, experimentar en otros lugares del mundo… ausencia de un debate serio en las organizaciones de masas juveniles, así como la falta de creatividad de la dirección política en esos espacios, como también la inexistencia de lugares donde la y el joven cubano puedan tener un espacio para el entretenimiento sano en el plano cultural, deportivo, social y hasta sexual, como lo ha investigado en varias ocasiones el periódico Juventud Rebelde, han generado desidia y procesos evidentes de alienación en la juventud cubana.”
Si no existe la posibilidad de que el pueblo trabajador se constituya en clase dominante, en ser político-productivo con todo lo que implica ideológicamente, no podrá comprender la perniciosa influencia ideológica que se trasmite a través del turismo, con turistas provistos de suntuosos ropajes y superficiales adornos.
Los cubanos, por lo que pude apreciar en mi viaje a Cuba en 2006, invitado a las “IIIª Jornadas sobre la obra de Carlos Marx y los desafíos del Siglo XXI”, son gente con gran capacidad de debate, que realizan en cualquier lugar. Sin llevar ningún adorno turístico, ni el elemental anillo de casado, esa predisposición tan espontánea al debate la experimente personalmente cuando caminando por la Habana Vieja se me acercó un joven que al verme intuyó era español, conducía una bici-taxi, vestía una camiseta con las siglas UJC.
Me dijo que era descendiente de asturianos, médico puericultor que se veía obligado a dejar su verdadera profesión y ganarse el sustento de bici-taxista para poder emigrar a España donde pensaba realizar su profesión de médico, decía era una exigencia gubernamental para poder conseguir el permiso de emigración.
Le expuse los condicionantes que vive la juventud española, imposibilitada de emanciparse familiarmente, dada la precariedad laboral, la inseguridad para poder disponer de un trabajo fijo y rentable que le permita dotarse de la elemental vivienda donde asentarse familiarmente, le expuse los constantes contratos laborales eventuales de mis hijas lo que las impide tener un mínimo de futuro, cómo cuatro generaciones: nieto, hijas, abuelos y bisabuela nos veíamos obligados a vivir en la misma vivienda. Con mi respuesta, no sé si le convencí para que abandonara esa huida de su país, probablemente no, en una charleta no se resuelven los problemas que esconden un gran componente ideológico.
“… cito a Raúl: “Hay que desterrar la apología y la autocomplacencia; no se trata de describir cuánto hemos hecho, sino de analizar con sinceridad cuánto de lo que se hizo dio realmente resultados y qué debemos hacer para que nuestro trabajo sea mejor… debemos aprender no sólo a discrepar, sino a estimular el libre debate de las opiniones discrepantes, para que las ideas sean mejores y el convencimiento mayor…Téngale más miedo a un adulón que a un agente de la CIA” (2)
“Se puede disentir en Cuba y se pueden esperar respuestas efectivas, pero quien lo haga debe estar preparado para el ataque desembozado o encubierto de las burocracias del patio, cuando no de su censura en los medios de difusión nacionales, razón por la cual el compromiso personal es decisivo. Una vez más, Raúl incita a ese compromiso, cuando afirma que “Los revolucionarios tenemos que buscarnos problemas y estar dispuestos a pagar el precio necesario, con razón y sin razón” (4)”.
“…el mismísimo Fidel: “…aquí ha habido durante bastante tiempo la tendencia a suponer que los señalamientos críticos, la denuncia de las cosas mal hechas, hacían el juego al enemigo, ayudaban al enemigo y a la contrarrevolución. A veces hay el temor de informar sobre algo, porque se piensa que puede ser útil al enemigo. Y nosotros hemos descubierto que en la lucha contra los hechos negativos es muy importante el trabajo de los órganos de prensa. Y hemos estimulado el espíritu crítico. Llegamos a la convicción de que es necesario desarrollar mucho más el espíritu crítico. Yo lo he estimulado al máximo porque constituye un factor fundamental para perfeccionar nuestro sistema.” (5)
Estas citas de Raúl y Fidel son las que estando totalmente de acuerdo con ellas fueron las razones que nos llevaron a compañeros comprometidos con la revolución cubana y mundial, a realizar los comentarios críticos sobre los ceses de Carlos Lage y Pérez Roque, basados más en el insulto (indignos) descalificador, en la fe que provoca el culto a la personalidad en la persona que lo realizó, que en la argumentación política, que en nada contribuye al esclarecimiento político al que tienen derecho en primer lugar los cubanos y todos los que defendemos la revolución cubana vengamos de donde vengamos.
Es de considerar que si el estímulo critico que nos proponen los máximos dirigentes reconocidos por cubanos y no cubanos, encarnados en las personas de Raúl y Fidel, se realizase inducido por los militantes comunistas, desde los centros de laborales, animando a los trabajadores manuales e intelectuales a asumir el protagonismo político-productivo desde esos lugares, a como decía Lenin, que sean ellos mismos los que controlen la producción, que critiquen los defectos que emanan desde esa unidad dialéctica político-productiva, que critiquen los defectos que dan lugar a los criollos burócratas, se habrá dado un paso gigantesco, para de abajo arriba en cada escalón de poder, se produzca la consolidación de la revolución.
Por otro lado, si no existen manifestaciones discriminatorias mediante los ropajes, hábitos, formas ostentosas e irrespetuosas hacia los demás, sino que se realizan desde la igualdad y la sencillez en el pensamiento y práctica, esa predisposición de actitud valdrá más que mil palabras. Si nos fijamos no solo en la obra de Lenin, sino en su comportamiento de sencillez personal, crítico con toda manifestación de culto a la personalidad, veremos su gran ejemplo de teoría y práctica hecha carne material. No se me olvidará nunca, lo que contaba aquella vieja mujer que enseñaba el aposento de Lenin durante la revolución, la sencillez de su habitación y su comportamiento a la hora de ir al comedor, cómo se ponía a la cola del comedor, y cómo rechazaba la cesión del paso que al verle le hacían los compañeros que estaban delante. Esa sencillez además de ser una manifestación clarísima contra el culto a la personalidad, es la que mayor credibilidad da a las personas que de esa forma actúan, sobre todo entre la gente con menos preparación ideológica, que si sabe apreciar esos aparentes insignificantes detalles.

Malime

Entrevista a Manuel David Orrio del Rosario, agente Miguel de la seguridad del Estado cubano


Hace pocos días el Miami Herald, líbelo de la contrarrevolución cubana, publicaba una nota extensa sobre las denominadas “Damas de Blanco”, grupo de esposas de los mercenarios a sueldo del gobierno norteamericano detenidos y juzgados en el año 2003 por violar las leyes de su país, al haberse puesto al servicio de una potencia extranjera agresora como los EEUU. Estos personajes han sido ensalzados por la propaganda yanqui y por diversas organizaciones a nivel internacional, creadas y financiadas por grupos de derecha, por la CIA y el gobierno norteamericano, calificándolos como “disidentes” o “presos de conciencia”. Manuel David Orrio conoce perfectamente las actividades de esas y esos mercenarios, puesto que, como el agente Miguel, se infiltró en uno de los grupúsculos formados en Cuba para atacar a la Revolución.
Manuel accedió a esta entrevista en la cual, a lo largo de sus respuestas, se puede apreciar no a un apologeta dogmático, acrítico del proceso revolucionario cubano, sino a un hombre modesto que, como miembro de la Seguridad del Estado, lo cual es todavía más significativo, comprende que una de las armas más poderosas para combatir a los enemigos de la Revolución a nivel externo e interno es la crítica y la autrocrítica.
“Miguel”, no calla. Expone con frontalidad lo que debe ser cuestionado dentro de la Revolución, principalmente el burocratismo y la carencia, muchas veces, de una información responsable, oportuna y crítica por parte de las y los periodistas de los diversos medios cubanos.
No es un personaje servil. Es un hombre que está consciente de la necesidad de hablar claramente sobre los problemas que afronta la construcción del socialismo cubano. No es un loco, simplemente un buen alumno de las enseñanzas de Fidel y Raúl, los revolucionarios más críticos de la Revolución.
1- En 1987, con motivo del 20 aniversario del asesinato del Che, Fidel señalaba en uno de sus discursos la necesidad de retornar a las ideas del revolucionario argentino y, además, advertía sobre algunos problemas que ya en Cuba se habían identificado y que tenían que ver, entre otras cosas, con la presencia de una fuerte burocracia. En noviembre de 2005 el Comandante en Jefe, en la Universidad de La Habana, señaló que la Revolución cubana corría el serio riesgo de desaparecer, de ser destruida por sus propios errores. ¿Sigue presente ese peligro? ¿Cuáles, de ser positiva la respuesta, serían esos errores? ¿Las medidas tomadas bajo el liderazgo de Raúl y su nuevo equipo de gobierno apuntan a combatir esos errores?
Pienso que la primera garantía de la irreversibilidad espiritual de la Revolución cubana, más allá de las ideologías, es elantimperialismo visceral que caracteriza a la mayoría de los cubanos, residan o no en Cuba. Durante la extensa gira por todo el país que tuve la oportunidad de realizar tras conocerse la identidad de combatientes secretos de mis 11 colegas infiltrados y yo, pude tocar con mis manos ese sentimiento a través de multitud de episodios, algunos de los cualesme provocaron lágrimas. Las noticias de ese recorrido eran transmitidas a diario por la televisión isleña, y eso provocó que la población nos reconociera a cada paso. Estuve más de 6 meses obligado a planear cuidadosamente mis salidas a la calle, porque adonde quiera que iba decenas de compatriotas desconocidosme detenían para expresarme su gratitud. Aún hoy sucede, claro que en menor medida, pero sucede.
No obstante ese antimperialismo, es real el peligro de que la impronta socialista de la Revolución cubana desaparezca. Al igual que en los extintos campo dizquesocialista y la finiquita Unión Soviética, las burocracias criollas aprovecharían esa situación para devenir en los nuevos capitalistas cubanos, porque no puede perderse de vista que los llamados socialismos conocidos o los procesos de transformaciones revolucionarias o anticapitalistas habidos en América Latina, Cuba incluída, no han sabido o podidoconsolidar aúnuna irreversibilidad histórica ni una autorregulación objetiva y subjetiva, algo ya logrado por el capitalismo frente al feudalismo, como bien adujera Lenin al apuntar que dicho régimen, “… en sulucha triunfante contra el feudalismo, garantizó la igualdad de derechos jurídicos de todos los ciudadanos; corresponde a nosotros (los partidos obreros de su época), garantizar la igualdad de derechos económicos”(1). Cito a Lenin, con toda intención, porque uno de mis motivos de insomnio radica en observar una cierta superficialidad de los políticos al abordar este problema, al cual parecen versólo desde una práctica concreta y no en su magnitud como parte del proceso de sucesión de formaciones económico- sociales.
Ni uno de los procesos anticapitalistas habidos en el orbe ha resuelto en teoría y práctica los dos problemas estratégicos señalados por Marx y Engels como claves para un tránsito hacia una formación económico-social superior al capitalismo: propiedad social sobre los medios de producción y gobernabilidad democrática de los trabajadores, en el sentido apuntado por Lenin. Guste a quien guste, pese a quien pese, el monopolio de la propiedad estatal no es otra cosa que el “capitalista colectivo ideal”, al decir de Federico Engels, quien además de esa definición lapidaria profetizó lo que ocurre hoy en América Latina, al expresar que llegaría el día en que las grandes luchas obreras no serían en las barricadas, sino en las urnas, para así dejar bien clara la condicionalidad histórica de la violencia como partera de la Historia, porque no sólo se trata de la violencia capitalista, sino además de la violencia contra el ciudadano practicada por las burocracias, cuando se erigen en “clase para sí”. Por todo ello, no puedo estar de acuerdo con el concepto “socialismo del siglo XXI”, cuando por ningún lado veo que en el XX haya existido socialismo consolidado, verdaderoy no “real”, como alguna vez le llamaron.
Para mí, la burocracia cubana y su “Inquisición” pueden serme y ser para mi pueblo más peligrosas que la CIA o los terroristas de Miami. Prueba al canto, quizás algo paranoica: Manuel David Orrio jamás ha sido publicado por la prensa plana criolla o sus polémicos escritos reproducidos o comentados por la radio o la televisión del país, los medios de mayor alcance para el cubano de a pie, ni siquiera cuando el tema que aborda es, digamos, “políticamente correcto”. Hasta un artículo tiene recomendado por Fidel durante una de sus comparecencias televisadas, razón suficiente para haberle publicado. Apunto el riesgo y el “ostracismo” para asumir el primero desde mi desvencijado apartamento del Barrio Chino, en Centro Habana, porque considero que Cuba no es la excepción en cuanto a la solución de esos problemas estratégicos, e incluso padece de rampantes inconstitucionalidades votadas por la Asamblea Nacional del Poder ¿Popular? América Latina nos mira no sólo como el ejemplo de David frente a Goliat, sino también, en más de un tema, como el de lo que NO DEBE HACERSE.
Fidel, inmenso y genial en sus virtudes y defectos, tuvo el coraje político de señalar el peligro a sólo 3 años de una reforma constitucional que declaró la “irrevocabilidad” del socialismo, para así demostrar una vez más que es el cubano más químicamente puro nacido en el siglo XX. Raúl, por su parte, le sigue los pasos pero a la vez demuestra un pragmatismo donde, a mi modesto juicio, supera a Fidelsin abandono alguno de una proverbial intransigencia revolucionaria. Diría que ambos hacen un equipo excelente para salvar a la Revolución de los peligros que la acechan, en primer lugar porque desde el primer momento de su mandato Raúl puso el dedo en la llaga, al privilegiar la necesidad de una real institucionalidadque es de la mayor urgencia consolidar, y comenzar a actuar en esa dirección no obstante “haberle caído la mala” de tres huracanes devastadores, los cuales, no cabe duda, han retrasado sus objetivos de gobierno.
Cuba tiene ante sí el reto de pasar exitosamente un difícil examen histórico: transitar desde la dirección política, económica y social mediante liderazgos carismáticos, hacia una gobernabilidad socialista basada sobre el imperio de las instituciones, Constitución de la República en primer lugar. Pienso que tanto Fidel como en particular Raúl, tienen conciencia de ese reto y, en ese sentido, puede afirmarse que las medidas tomadas por el segundo persiguen el objetivo de vencerlo. De paso, menciono que no les considero históricamente culpables. José Martí hubo de lidiar con ese problema y no es gratuito decir que su prematura y absurda muerte tuvo que ver con el mismo.
2. Nada puede ocultar la realidad, porque como decía Lenin, esta siempre es concreta, objetiva. El bloqueo ha significado para Cuba pérdidas millonarias a nivel económico; pero además ha conllevado un desgaste, un agotamiento no sólo físico, sino a nivel de la conciencia en un gran sector de la población cubana que, frente a las penurias que ha pasado, no encuentra todavía una solución efectiva a sus problemas inmediatos. Por otro lado, las y los cubanos, debido a su alto grado de educación y entendimiento de la política, también se han dado cuenta que los problemas que les aquejan no sólo se los puede atribuir al bloqueo, sino que se deben a errores en la dirección y en la forma en que está estructurado el sistema y que tienen que ver con la existencia de la burocracia inmovilista, el control excesivo del Estado en los sectores de la economía que impiden que la clase trabajadora se sienta la verdadera propietaria de los medios de producción, etc. En primer lugar ¿qué piensas tú como ciudadano cubano sobre esto? ; y, en segundo lugar ¿cuál consideras qué debe ser el camino para lograr vencer esta situación?
Estoy completamente de acuerdo en que la población de Cuba percibe al origen de sus vicisitudes como 50% derivado del bloqueo estadounidense y 50% a causa de las contradicciones internas que agitan a la sociedad criolla. Algunos de esos problemas los reconozco en el texto de la pregunta, pero otros tienen que ver con una notable ausencia de cultura, conciencia y voluntad cívicas, lo cual trae como consecuencia que el cubano de a pie tienda fuertemente no a defender sus derechos en los espacios adecuados, sino a REALIZARLOS en la práctica de una informalidad que deviene caldo de cultivo para la corrupción. Resulta asombroso que en 1987, una encuesta realizada a petición de la Asamblea Nacional detectara que dos tercios de los entrevistados desconocían que la primera ley del país era la Constitución de la República. Al parecer no por gusto, una de las medidas menos divulgadas bajo el mandato de Raúl, pero no por ello menos importante, fue la impresión de 400 mil ejemplares de la Constitución, vendidos a un precio irrisorio y agotados casi ipsofacto, porque la gente los compró como pan caliente.
El único camino para salir de esa situaciónes echarse las mangas al codo, respetar al pie de la letra la Constitución de la Repúblicay perfeccionar el proyecto socialista y la democracia que de él dimana, comenzando por una transformación radical de la prensa criolla y de los periodistas que para ella trabajan. Sí, de los periodistas, porque ni todos son ese ejemplo de ética que se llama Luis Sexto, recién galardonado con el Premio Nacional de PeriodismoJosé Martí por la obra de la vida, ni todos tienen el valor de defender ante sus redacciones los derechos que la ley y el código de ética de la Unión de Periodistas de Cuba les garantizan, ni todos siquiera conocen las legislaciones que protegen las informaciones oficiales cubanas—paradójicamente, la verdadera censura de Cuba está legislada, al mejor estilo de un Estado de Derecho.
El rol que a la prensa cubana toca en las actuales circunstancias es esencial, y justo es admitir que está lejos de desempeñarlo a cabalidad. Quizás se me llame, como algunos colegas hacen, loco, radical y hasta “terrorista”. Otros afirman que me atrevo a tratar temas muy candentes porque tengo el amparo de la Seguridad cubana, lo cual es mínimo una apreciación errónea, cuando no un pretexto para la justificación de su autocensura. Prefiero, por todo ello, invitar más a la reflexión que a la polémica, bajo la égida de un apotegma martiano: “no existe monarca más poderoso que un periodista honrado.”
3.Uno de las cosas maravillosas de la Revolución ha sido el cuidado de la niñez y de la juventud. Cuba es un ejemplo en ese sentido para el resto del mundo. Sin embargo, producto de las circunstancias antes mencionadas, a las que habría que añadir la configuración de un mundo ficticio creado en la mente de la juventud cubana debido a la mirada que tienen puesta en Miami o en los turistas occidentales que visitan la Isla provistos de mucho dinero, que hacen creer a esa juventud que el capitalismo es eso y nada más, ha generado en cierto modo que muchas y muchos jóvenes quieran buscar otros rumbos, experimentar en otros lugares del mundo o exigir cosas que no son realmente sustanciales y que benefician a un sector de la población cubana que recibe dólares principalmente de Miami y que tienen que ver con la entrada a los hoteles que antes eran destinados sólo a turistas o el uso de celulares. Por otro lado, la ausencia de un debate serio en las organizaciones de masas juveniles, así como la falta de creatividad de la dirección política en esos espacios, como también la inexistencia de lugares donde la y el joven cubano puedan tener un espacio para el entretenimiento sano en el plano cultural, deportivo, social y hasta sexual, como lo ha investigado en varias ocasiones el periódico Juventud Rebelde, han generado desidia y procesos evidentes de alienación en la juventud cubana. ¿Qué puedes tú decir sobre esta situación? ¿Es esto real o no? Y si lo es ¿qué hacer al respecto?
¡Ay, juventud, divino tesoro! No caben dudas de que sí existen procesos de alienación en una parte apreciable pero minoritaria de los jóvenes cubanos, un hecho que a mi entender es más objeto de manipulaciones mediáticas contra la Revolución o a favor de las burocracias del patio, que una realidad sobre la cual haya que preocuparse más de lo necesario, porque el problema no radica en los jóvenes, sino en quienes pretenden arrogarse el derecho de hablar por ellos. Miro a mi hijo, de 20 años de edad, con sus cortes de pelo a lo EMO, sus vestiduras un tanto ¿extravagantes? y su pasión por el heavy metal rock, y me parece verme a mí mismo hace 40 años, llenando mi barrio de antenas de radio para ayudar a mis condiscípulos de la escuela secundaria a escuchar la entonces prohibida música no sólo de The Beatles, sino cualquiera que fuese cantada en inglés. Me recuerdo, en 1969, ayudando a instalar una antena de televisión porque habíamos decidido que por nada del mundo nos íbamos a perder el alunizaje del Apolo 11…y no nos perdimos ese momento en que Neil Armstrong, a nombre de todos los humanos del orbe, expresó convoz entrecortada por la emoción: “un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la Humanidad”. Lo recuerdo, ¡cómo no voy recordarlo!, si aún me pregunto si fueCuba el único país del mundo donde ese acontecimiento, mucho más científico y tecnológico que político, no se transmitió por la televisión.
Mi hijo, un joven como su buen millón acerca de quienes me parece poco se publica, ganó en férreas oposiciones su ingreso a la escuela Lenin, la mejor preuniversitaria de Cuba; obtuvo en buena lid su matrícula para una de las carreras universitarias más codiciadas, Ingeniería en Telecomunicaciones, y cumplió ejemplarmentesu año de servicio militar, donde hasta un ascenso obtuvo. Nunca olvidaré su rostro enorgullecido, cuando me invitaron a su unidad militar para impartir a esos “díscolos” jóvenes una conferencia sobre mis aventuras como combatiente de la Seguridad. Estaban fascinados, así de simple.
Entonces, el verdadero reto no es acercarse a ellos de manera autoritaria o paternalista, sino reconocerles su mayoría de edad y sus derechos como plenos ciudadanos de esta República. Mi hijo, al parecer no muy interesado en política, me sorprendió agradablemente con sus severas observaciones sobre la falta de transparencia informativa de la prensa cubana, respecto a las destituciones de Carlos Lage y Pérez Roque. ¿Se sintió representado ciudadanamente por el diario Juventud Rebelde, que como toda la prensacriolla se ha ganado la crítica de hombres como Pascual Serrano, defensor a capa y espada de la Revolución cubana?
4.Desde el triunfo de la Revolución el gobierno norteamericano y las mafias contrarrevolucionarias de Miami se empeñaron en destruir de cualquier forma a este maravilloso proceso que puso fin al capitalismo en Cuba. Los criminales batistianos y sus continuadores no han cesado en sus intentos. Sin embargo en las últimas décadas parece que su estrategia cambio y lo que han pretendido es fomentar una supuesta disidencia interna: una abiertamente anexionista, proyanqui y otra disfrazada de democrática, que aboga por cambios y reformas en Cuba para evitar, según ellos, la guerra civil. Otras y otros aparecen como contestatarios, incluso rebeldes como son el caso de Yoani Sánchez, con su blog Generación Y, yel rockero Gorki Aguilar, creador de la banda Porno para Ricardo, que ha compuesto canciones ofensivas contra la dirigencia histórica de la Revolución, por ejemplo. Incluso el arresto de este muchacho en meses anteriores, fue muy difundido por la prensa como el Miami Herald, haciéndole ver como un perseguido político, igual que Yoani.Tú, como el agente Miguel, conoces de cerca a esta gente. Ahora ¿se puede seguir pensando que la única manera de combatirlos es infiltrándolos? ¿No será mejor presentarlos públicamente, incluso con medidas audaces como darles espacio en los medios en algún momento para que toda la población sepa su condición servil ante el imperio y su pusilanimidad? ¿No crees que eso los silenciaría de una vez?
Conozco a oficiales de la Seguridad del Estado que literalmente profetizaron que el bloqueo al interior del país del blog Generación Y causaría en breve tiempo el lanzamiento de la madame Yoani al estrellato de las manipulaciones mediáticas contra Cuba. No obstante esos pronósticos, se hizo y ahora se está pagando el precio. Desconozco si el resultado de la experiencia será tomado en cuenta para entuertos futuros; entretanto, mantengo la convicción de que debe separarse con precisión de neurocirujano el trabajo operativo de los órganos de contrainteligencia -cuyo fín es proteger la seguridad nacional- y la labor de enfrentamiento político e ideológico a la contrarrevolución, donde para nada es descartable la batalla en público y la audacia ética de ir al debate frente a frente, no sólo por una cuestión de principios, sino por una razón práctica avalada por Lenin, quien no recuerdo dónde apuntó que “en el juicio de un enemigo inteligente es rara la total confusión. Dime quién te alaba y te diré dónde te has equivocado.”
5.Si bien hay seres y especímenes como Martha Beatriz Roque, Elizardo Sánchez Santacruz, Raúl Rivero, Vladimiro Roca, Yoani Sánchez o Gorki Aguilar, en Cuba hay gente que estando con la revolución es crítica con el proceso que vive actualmente Cuba y la inmovilidad que se experimenta en estos últimos tiempos, al punto de que el VI Congreso del Partido Comunista, que debió realizarse hace algunos años, todavía no se lo ha hecho. Muchas veces la burocracia ha calificado a estas personas como enemigos de la Revolución o las ha acusado de hacerle el juego a la contrarrevolución. ¿Se puede disentir en Cuba, sin ser calificado de contrarrevolucionario? ¿Se puede disentir y pensar que lo que se dice va a tener una respuesta efectiva? ¿Se está desarrollando la crítica como un arma para afianzar y llevar adelante en forma positiva los procesos de cambio que necesita la Revolución cubana?
Primero que todo, y aunque una vez intentaron prohibírmelo, cito a Raúl: “Hay que desterrar la apología y la autocomplacencia; no se trata de describir cuánto hemos hecho, sino de analizar con sinceridad cuánto de lo que se hizo dio realmente resultados y qué debemos hacer para que nuestro trabajo sea mejor… debemos aprender no sólo a discrepar, sino a estimular el libre debate de las opiniones discrepantes, para que las ideas sean mejores y el convencimiento mayor…Téngale másmiedo a un adulón que a un agente de la CIA” (2)
“Desde mínimo 1994, hasta su toma de posesión como Jefe de Estado de Cuba y el día de hoy, el General de Ejército ha sido coherente con una manera de pensar y de actuar donde, como dijo el 24 de febrero de este año (2008), ‘No hay que temer a las discrepancias en una sociedad como la nuestra, en que por su esencia no existen contradicciones antagónicas, porque no lo son las clases sociales que la forman. Del intercambio profundo de opiniones divergentes salen las mejores soluciones, si es encausado con propósitos sanos y el criterio se ejerce con responsabilidad’ “(3).
Lo que se desprende de estas citas y de análisis más detallados sobre el pensamiento de Raúl Castro, como el realizado por el académico Carlos Alzugaray, en lúcido ensayo, es que en las presentes circunstancias el disenso forma parte de la institucionalidadque se promueve y, por lo tanto, el intento de desacreditar a los ponentes detales o cuales opiniones divergentes, debe ser considerado como una desviación de la norma, independientemente de que el espacio de la Revolución donde se opine sea nacional o extranjero. Se puede disentir en Cuba y se pueden esperar respuestas efectivas, pero quien lo haga debe estar preparado para el ataque desembozado o encubierto de las burocracias del patio, cuando no de su censura en los medios de difusión nacionales, razón por la cual el compromiso personal es decisivo. Una vez más, Raúl incita a ese compromiso, cuando afirma que “Los revolucionarios tenemos que buscarnos problemas y estar dispuestos a pagar el precio necesario, con razón y sin razón” (4)
Por otra parte, no puede perderse de vista que Cuba pasa por una etapa de tránsito donde puede ocurrir, como ocurre, que personas bien intencionadas aún interpreten las críticas como el “dar armas al enemigo”, y actúen en consecuencia, algo señalado ya no por Raúl, sino por el mismísimo Fidel: “…aquí ha habido durante bastante tiempo la tendencia a suponer que los señalamientos críticos, la denuncia de las cosas mal hechas, hacían el juego al enemigo, ayudaban al enemigo y a la contrarrevolución. A veces hay el temor de informar sobre algo, porque se piensa que puede ser útil al enemigo. Y nosotros hemos descubierto que en la lucha contra los hechos negativos es muy importante el trabajo de los órganos de prensa. Y hemos estimulado el espíritu crítico. Llegamos a la convicción de que es necesario desarrollar mucho más el espíritu crítico. Yo lo he estimulado al máximo porque constituye un factor fundamental para perfeccionar nuestro sistema.” (5)
6- Manuel David Orrio del Rosario ¿Quién es? ¿Cuál es tú origen? ¿Cómo te vinculas a la Revolución? ¿Qué estás haciendo ahora?
Manuel David Orrio del Rosario, Miguel para sus camaradas de la Seguridad del Estado cubano, nació en La Habana el 1ro. de enero de 1954, en el seno de una familia obrera vinculada al Partido Ortodoxo primero y al Movimiento 26 de Julio después. Mi padre trabajó toda su vida en una tienda de ropas masculinas llamada La Jolla, hoy inexistente, la cual se encontraba en la calle Belascoaín, en pleno corazón de la capital. Mi madre, por su parte, laboró hasta su jubilación en una fábrica de ropa interior femenina ubicada cerca del Stadium Latinoamericano. Como conté en uno de mis artículos, ambos estaban entre las pocas personas conocedoras de dónde se ocultaba Fidel antes de éstepartir para México y retornar como primer expedicionario del Granma. Mi padre y mi madre fueron dos cubanos humildes que al triunfo de la Revolución se incorporaron a la misma como pueblo simple y como tal se mantuvieron hasta sus respectivas muertes. Mi viejo fue vanguardia laboral, dirigente sindical, cortador de caña,voluntario envarias zafras azucareras y, no obstante un relativo bajo nivel cultural, se distinguió por ser una persona de aguda inteligencia y reposado sentido crítico, dotado de un don de gentes muy especial.
Mi madre, por su lado, aportó la pasión. Cuando en aquellos lejanos y tristes días de la Cuba de 1992, ya en su apogeo el llamado período especial, discutía con mis compañeros de la Seguridad el cómo hacer para iniciar la misión combativa, un tema prioritario fue mi madre: llegamos a la conclusión de que ella debía saber, porque “o me mataba, o se moría”. Y bueno es decir que la vieja no sólo supo, sino que fue una “conspiradora” ejemplar. El único falló fue en que no hubo manera de retirar de la sala de nuestro hogar una fotografía del momento en que un mar de pueblo, en la Plaza de la Revolución, aprobaba la Segunda Declaración de La Habana.
Así pues, puede decirse que llevo al ideal revolucionario como parte de mi código genético, lo cual se ha manifestado a lo largo de mi existencia de muchas maneras, al punto de que una vez “destapado” como hombre de la Seguridad cubana, muchos que me conocían desde niño o desde joven se acercaron para decirme que nunca “tragaron” mi supuesta traición a ideales defendidos a lo largo de toda mi vida, incluso con posiciones críticas y públicas que me valieron más de una represalia de la burocracia criolla.
¿Qué estoy haciendo ahora? Pues se pueden identificar dos direcciones importantes: por un lado trabajo como analista y periodista vinculado a temas del devenir isleño en las nuevas circunstancias de la sociedad cubana, y por el otro me ocupo seriamente de mi vida personal. Nueva pareja, sencillamente extraordinaria; un hijo que me llena de orgullo, una hijastraformidable, una familia que me está naciendo desde la de mi actual compañera y, por supuesto, amistades encontradas o amistades rescatadas.
7.David ¿qué nos puedes decir de dos personajes significativos dentro de tu actividad revolucionaria: Manuel Piñeiro y Néstor Baguer?
Poco de Piñeiro, un legendario Barbarroja, que imprimió en la Seguridadun“estilo de trabajo” que en mi caso se tradujo en el “estilo de José”, mi oficial entrenador entre 1993 y 1995. José y yo compartimos privaciones y filosofía; me agradaba su particular sentido de la indagación y me enorgullece haber sido entrenado por quien hoy es un respetable académico en temas de contrainteligencia. Compartimos tiempos tremendos, ambos enbicicleta y con un hambre de 3 varas. Aquel primer teniente que ahora es teniente coronel, con libros publicados, me entregó listo para oficiales como Luis Mariano o Aramís. Ellos saben…
Baguer es otrahistoria. Un viejo de sangre azulísima conveta comunista, excondíscipulo de Jesse Helms y académico de la Lengua Española, que me introdujo en los secretos del periodismo y me trató a bastonazos para un discípulo preferido. Estuve entre las más de 10 personas a quienes les tachó un artículo con una frase lapidaria: “esta palabra no está en el diccionario”. Todos fuimos a revisar y, efectivamente, el vocablo ausente en el mataburros. Tuvimos, como relató, unas peleas olímpicas. Pero lo que olvidó contarfue que a la semana o quince días de la bronca de turno, me llamaba para compartir unwhiskie: hablábamos de óperao de cualquier cosa, menos del tema conflictuoso, y ésa era la señal de la reconciliación. Con el tiempo, noté que la “botella de Orrio” no bajaba de nivel si “Orrio no estaba”. Así que más allá de nuestra relación como colegas de la Seguridad desconocedores de sus verdaderas identidades, hubo algo muy bello entre maestro y discípulo.
Días antes de morir, un grupo de camaradas fuimos a visitarle al hospital donde agonizaba. De repente, un momento de lucidez y una frase: “Orrio, mi amigo”. Le besé en la frente y sólo atiné a decirle: “chao, viejo”. Y ahora, cuando voy al cementerio para estar un rato en la tumba de mis padres, no me olvido de Baguer, nada menos que sepultado en la de Pancho Marty, creo que su tatarabuelo, y quien fue un legendario comerciante y promotor de las artes en el siglo XIX cubano. Baguer, a quien sus enemigos han tratado de presentar como un viejo ridículo, merece que su camarada Miguel aproveche esta oportunidad para hacer una severa crítica a quienes le atendieron o más bien desatendieron en su último año de vida, que pasó en el Centro Iberoamericano para la Tercera Edad (CITED), ubicado en el habanero Hospital Docente General Calixto García. Más de una vez le visité, en la noche, y le encontré solo y desatendido. Pero aún más; mi madre estuvo ingresada en ese prestigioso centro meses antes de fallecer, y durante su ingreso pasé por el bochorno de escuchar los testimonios de médicos y trabajadores, muy críticos hacia la Seguridad del Estado. “Perdóname lo que te digo porque son tus compañeros, pero lo dejaron morir de tristeza”, me expresó una geriatra cuyo nombre me reservo, en pleno uso de mi derecho como periodista cubano a proteger el anonimato de las fuentes. Conozco más, mucho más, razón por la cual asistí a su funeral de Estado acompañado de un amigo, a quien pedí expresamente que me impidiera incurrir en un exceso.
8.Sobre los cinco prisioneros del imperio ¿qué medidas consideras tú que se deberían tomar, más allá de lo legal, para hacer que el mundo conozca esta causa y que además se haga efectiva su liberación, puesto que transcurridos diez años, todavía no ha habido, como lo hubo en el caso de Elián, algo que haga estremecer al sistema de (in)justicia norteamericano y al propio gobierno de ese país?
Desde el 2004 participo en los Encuentros Internacionales de Economistas sobre Globalización y Problemas del Desarrollo que tienen lugar en La Habana, auspiciados por la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (ANEC), una organización cuyo compromiso con la causa por la libertad de Los 5 es proverbial. Para mi satisfacción, el recién concluído decimoprimero de esos eventos significó la consolidación de un salto de calidad teórico y en experiencias concretas sobre cómo abordar esos complejos problemas, tanto en lo macro como en lo microeconómico, desde perspectivas calificadas por el argentino Julio Gambina como, al menos, anticapitalistas. Tres Premios Nobel de Economía y dos presidentes latinoamericanos, el de Honduras y el de República Dominicana, confirmaron con su asistencia el indudable prestigio alcanzado por esos encuentros, aprovechados por el Comité Cubano por la Libertad de Los 5 para realizar distintos actos, promociones, recogidas de firmas y un panel donde se informa sobre el estado del esfuerzo libertador, así como se debaten y se proponen distintas acciones para llamar la atención de la sociedad estadounidense y la comunidad internacional acerca del caso de mis compañeros.
Sobre esta base, presenté una proposición muy bien acogida ante todo por los familiares de Los 5, allí presentes, acerca de una oportunidad que no se debe desaprovechar: la próxima Cumbre de las Américas, a celebrarse en abril, en Trinidad-Tobago. Es el momento preciso para que al menos uno de los 5 presidentes latinoamericanos que ya se han pronunciado públicamente por la libertad de Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René, tome nada más que un minuto de su discurso para pedir ante el propio Barack Obama la revisión del caso por la Corte Suprema de los Estados Unidos, conforme a estrictas normas de Derecho, así como el fín de las criminales negativas de visa a sus familiares para visitarles en prisión. Ésa es mi proposición concreta, más allá de que todo cuanto se haga para divulgar la injusticia cometida tiene mi apoyo. Y como es mi proposición, aprovecho el honor de esta entrevista para hacerla lo más pública posible y pedir a todos los interesados que se la haga llegar a esos mandatarios de América Latina. NO SE PUEDE PERDER ESA OPORTUNIDAD.
9.¿Qué piensas de Fidel y de las reflexiones del Compañero Fidel?
Guste a quien guste, pese a quien pese, los dos gigantes del pensamiento y la acción políticas de Cuba son José Martí y Fidel Castro. Martí preparó con genio de orfebre la guerra necesaria, sin odios, para alcanzar la independencia de Cuba y darle a ésta el destino de fiel en la balanza entre los Estados Unidos y la América Latina. Su prematura y absurda muerte en combate frustró sus propósitos, retomados por Fidel y realizados como una realidad incontrastable que muchísimo más temprano que tarde se impondrá como cotidianidad continental.
Fidel, como lider carismático de su nación, más allá de las ideologías, condujo la transformación de una república de relativos avances, pero no por ello menos semi-colonia de los Estados Unidos, en una potencia moral que no obstante sus dificultades califica entre los países de alto Desarrollo Humano y esposeedora de una influencia mundial encarnable como ejemplo en la epopeya liberadora africana y la eliminación del ominoso apartheid, o en el despertar de una América Latina que, parafraseando a Martí, no ha llegado a la hora de los hornos, sino a lade las urnas, para realizar el sueño de Simón Bolívar. Todo lo demás que se diga sobre Fidel Castro, bueno y malo, quedará como acotación marginal en el libro de la Historia. Así pues, cuando me toque, llevaré a mi tumba el inmenso honor de haber estrechado su mano.
Creo que el principal valor de las Reflexiones del Compañero Fidel radica en la incitación que a todos los cubanos hace, por vía de su ejemplo personal, para continuar participando en la construcción de un mundo mejordesde el cargo más elevado que existe en la República de Cuba: el de ciudadano. Y por éso, porque escribe el ciudadano, es por lo que cada una de sus reflexiones concita un maremágnum de opiniones a favor y en contra en los campos y ciudades de mi país. Pienso, por demás, que Fidel debe de sentirse muy a gusto con la libertad que se autodecretó al decidir escribirlas en la forma que lo hace. Como yo, que escribo sin pedir autorización.
10.¿Cómo ves la situación de América Latina en el momento actual?
Como expresé anteriormente,parafraseando a Martí, América Latina llegó no a la hora de los hornos, sino a la de las urnas, para realizar el sueño de Simón Bolívar y una pléyade de próceres anteriores o posteriores a El Libertador. Coincido con el profesor argentino Julio Gambina, quien califica a los procesos habientes al sur del Río Bravo como al menos anticapitalistas. Desde luego, es una marchallena de contradicciones, de tendencias, con líderes que van desde un Chávez hasta un Lula, que avanza en medio de deudas pendientes entre las naciones participantes o en que la violencia, el narcotráfico, la corrupcióny el terrorismo de Estado, aún son fuerzas nada despreciables. Por lo tanto, perdonemos a Martí la pequeña imprecisión entre hornos y urnas, y apuntemos alo que verdaderamente vale: América Latina, se echó a andar.
Por ello, en lo personal y para concluir esta entrevista, siento haber puesto y estar poniendo mi grano de arena como combatiente de la Seguridad del Estado cubano y ahora como periodista, no sólo en la defensa de Cuba, sino en el inicio de ese proceso liberador latinoamericano. Para mí, ha sido lo mejor de mi vida.

Notas:

1. Lenin, Réplica a Tugan- Baranovski. Obras Completas, tomo 24. Editorial Progreso, Moscú.
2. Entrevista a Raúl Castro, Luis Báez. Granma, 17 de septiembre de 1994.
3. Raúl Castro. Discurso pronunciado en la Asamblea Nacional el 24/II/2008. http://www.granma.cubaweb.cu/2008/02/25/nacional/artic05.html
4. Manuel David Orrio. Cuba, Raúl Castro y una anécdota sobre no citarle. http://www.insurgente.org/modules.php?name=Content&pa=showpage&;;pid=1300.
5. Ignacio Ramonet. Cien Horas con Fidel. http://www.cubaperiodistas.cu/prensa/fidel_ramonet.html

Dax Toscano Segovia | Para Kaos en la Red

La Ciencia y la tecnología como decisión trascendental

En el 50 Aniversario de la Revolución Cubana

La Revolución Cubana confiere gran importancia al desarrollo del conocimiento, la ciencia y la técnica al servicio del pueblo y la sociedad. La nación bajo bloqueo económico y agresión constante de la potencia imperialista más poderosa de la historia, es a su vez el país latinoamericano y caribeño, que en proporción a su población y recursos, más ha crecido en el sector del conocimiento, la ciencia y la tecnología en los últimos cincuenta años. No resulta raro que tan significativa verdad no sea asumida, ni publicitada por la gran prensa capitalista. Mucho menos por quienes solo pretenden listar nuestras actuales dificultades, magnificarlas y reinterpretarlas para intentar promover el pesimismo y las dudas, en momentos de regocijo y reafirmación por la irrefutable hazaña de sobrevivencia y victorias de medio siglo de Revolución humanista, antimperialista y socialista.
El 15 de enero de 1959 Fidel Castro expresó: "El futuro de nuestro país tendrá que ser necesariamente un futuro de hombres de ciencia, de hombres de pensamiento". Y tal afirmación se ha desarrollado como paradigma de la Revolución Cubana. El recorrido desde entonces ha sido largo, la infraestructura cultural, educacional y científico tecnológica ha crecido y hoy el país dispone de un pujante movimiento intelectual, con capacidad de respuesta para hallar soluciones certeras a las disímiles problemáticas que plantea la ingeniería social socialista.
Cuatro pilares sostienen la ciencia en Cuba: La alta calificación científica y cultural de los cubanos y cubanas, la ética, la consagración y el patriotismo de sus trabajadores, la asimilación de los avances de la ciencia y la tecnología mundial, y la creciente integración de las instituciones de docencia, ciencia y producción.
Los resultados de ciencia, tecnología e innovación tecnológica, no se deben en la Revolución Cubana a la competencia de mercado basada en la propiedad privada, sino en la propiedad social. Esta realidad en tanto confirma la fortaleza y posibilidades de la socialización socialista, la eficiencia y eficacia del trabajo del Estado revolucionario, resulta otra verdad incómoda para ser aceptada por nuestros adversarios ideológicos y políticos. Es demostrativa de la naturaleza de la sociedad revolucionaria, de las prioridades que establece el socialismo, si de desarrollo y crecimiento humano se trata.

Los recursos humanos

El alto potencial de especialistas formados por la educación cubana, resulta la condición fundamental, para el desarrollo del pujante sistema de ciencia, técnica e innovación tecnológica de que dispone el país. Hoy tenemos un graduado o graduada universitaria, por cada 10 habitantes, lo cual es un logro notable para un país subdesarrollado. Hay dos graduados universitarios, por cada graduado de sexto grado que había al triunfo de la Revolución el 1 de enero de 1959, y quince graduados por cada uno de los existentes entonces. Dentro de tres años se alcanzará el millón de graduados de la educación superior, resultado sin precedente para un país del llamado Tercer Mundo. De estos cubanos y cubanas, más de 100 mil cursan postgrado cada año, incluidas maestrías, especialidades y doctorado.
En la batalla por el conocimiento se destaca la aspiración por dar un vuelco en la formación, para enfrentar los retos de construir en el país una real sociedad del conocimiento, con capacidad para insertarse en el desigual flujo científico técnico de la globalización neoliberal. Este propósito llevó a la necesidad de crear centros de excelencia y al surgimiento de la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI).
En la UCI y en las facultades de ingeniería, cibernética matemática, pedagogía y tecnología de la salud de las universidades del país, se forman más de 10 profesiones con perfiles en las Nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (NTIC). Así mismo la educación general creó la salida del bachiller informático. Entonces en aspira contar para mediados de la próxima década, en este importante campo del saber tecnológico, con más de 40 mil especialistas de nivel superior y medio. Con tal fuerza profesional Cuba logrará en los próximos años, trascendentales avances en la informatización de su base productiva y social, y a la par que abrirá nuevas fuentes de inserción económica y cultural para su pueblo en el contexto mundial.
La Universidad Cubana cuenta con 80 centros dedicados a tiempo completo a la investigación, generación y transferencia de tecnología de punta. Vinculados a estas y otras instituciones de investigación está el 69 por ciento de las y los profesores universitarios. En general todos los docentes de la educación superior, tienen contemplado en su fondo de tiempo el trabajo de investigación científica. En total más de 250 mil docentes del Ministerio de Educación (MINED) y el Ministerio de Educación Superior (MES), están incorporados desde sus aulas a la actividad científica. El 42 por ciento de ellos la efectúa en forma extracurricular.
La investigación también forma parte de los currículos docentes de pregrado y postgrado. El 10 por ciento de las matriculas de estudiantes universitarios, son consideradas de alto rendimiento y estos jóvenes participan en las más complejas investigaciones.
En la mayoría de los países latinoamericanos y caribeños, el potencial científico se concentra en las universidades. Un resultado de la Revolución es el haber creado además el sector de ciencia en el que laboran unos 78 mil trabajadores. En esta masa profesional 44 mil especialistas son graduados universitarios y otros 19 mil han cursado la enseñanza media. Hay en la universidades y en el sector de ciencia y tecnología 6 mil 965 cubanos y cubanas que son doctores en ciencias.
El personal de ciencia y tecnología, se amplia y multiplica con la labor de las asociaciones de obreros y técnicos tanto entre los jóvenes organizados en las Brigadas Técnicas Juveniles (BTJ), como en la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (ANIR), y las asociaciones científico profesionales que cubren en más amplio espectro disciplinario. La ANIR, agrupa a los trabajadores mayores de 35 años que buscan constantemente soluciones técnicas a problemas de la economía cubana. La ANIR cuenta con unos 567 mil asociados, agrupados en más de 26 mil organizaciones de base en los centros de trabajo. Las BTJ, lideradas por la Unión de Jóvenes Comunistas, agrupan a más 177 000 brigadistas de todo el país.

El Sistema Nacional de Ciencia e Innovación Tecnológica

Fruto del empeño revolucionario es la creación del Sistema Nacional de Ciencia e Innovación Tecnológica, Para muchos pudo resultar paradójico que en medio de uno de los momentos económicos más difíciles de su historia, el Estado cubano decidiera crear en 1994 el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA). Y no se trataba de una restructuración más del sistema gubernamental.
La Academia de Ciencias de Cuba, había realizado un meritorio trabajo en el avance de la ciencia en el país, pero ahora se trataba de crear una institución central con capacidad legal y operativa para lograr la unidad y cohesión de todos los esfuerzos nacionales. Desde entonces la misión principal del CITMA, ha sido la de organizar todo el sistema nacional de ciencia y tecnología sobre la base de la integración, definir bien las prioridades en correspondencia con las necesidades económicas y sociales, y otorgarle a las fuerzas científicas y tecnológicas creadas por la Revolución, un papel protagónico en el desarrollo del país. Esta ha sido sin dudas, una de las decisiones políticas de mayor calado en la estrategia cubana de futuro. A nivel estratégico, una de las más trascendentales de la Revolución Cubana
En este sistema de ciencia-tecnología ha sido decisiva la creación de las estructuras de los Polos científicos a partir del Polo Científico del Oeste de Ciudad de La Habana en 1993, extendido a partir del año 1995 a los Polos Territoriales, al Polo Industrial y al de Humanidades. Los polos científicos constituyen una forma novedosa y viable, de interacción socialista, para el trabajo cooperativo y cohesionado, de las instituciones científicas y los investigadores, en la solución de múltiples y complejas problemáticas económicas y sociales y en la potenciación del conocimiento y la ciencia como fuerza productora efectiva del socialismo cubano. Tal sistema garantiza priorizar los recursos humanos, materiales y científico tecnológicos, en atención al impulso de los principales programas del país, con un alto nivel de integración e interdisciplinaridad.
En los polos se ha logrado resolver varias de las insuficiencias que arrastraba el diseño de ciencia en el país. Los proyectos no se asumen como simples gastos presupuestados, sino como inversiones con estudio de impacto económico y tasa de retorno esperada. La investigación no concluye hasta su introducción y aplicación tecnológica y social.
En el mundo empresarial cubano es cada día mayor el trabajo de innovación en la búsqueda de productos y servicios de mayor calidad a más bajos costos, y en la solución de múltiples problemas cotidianos. La ANIR, los sindicatos y el Estado, impulsan el Fórum de Ciencia y Técnica que es un movimiento popular basado en las ideas de Fidel Castro y el Che Guevara sobre la sustitución de tecnología importada. El Fórum abarca cada año a miles de cubanos que buscan aportar soluciones técnicas a problemas de la economía nacional. Se organiza desde cada estructura de base empresarial hasta nivel nacional. Más de 222 mil personas en calidad de autores, coautores y colaboradores intervinieron en las acciones del Movimiento Nacional de Ciencia y Técnica durante el 2008 Los jóvenes de las BTJ desarrollan el movimiento de la Exposición Forjadores del Futuro y las Conferencias de las Brigadas Técnicas Juveniles (BTJ). En los Fórum y Exposiciones se presentan en cada edición un conjunto no menor de dos millones de ponencias con racionalizaciones, propuestas e innovaciones que recorren todo el espectro de la producción y los servicios del país.

Contra el criminal bloqueo

Los avances del conocimiento y la ciencia en Cuba se realizan también como victoria frente la política criminal de los Estados Unidos. A los científicos cubanos se les impide acceder a los más actualizados bancos de información existentes en el país del Norte. Los convenios y demás intercambios con la comunidad científica estadounidense, están sometidos a las leyes del bloqueo. Todos los años a un buen grupo de académicos e investigadores, se les niega el visado para asistir a conferencias internacionales y otros eventos académicos que se realizan en el territorio de ese vecino país, mientras a sus colegas norteamericanos no se les otorga licencias de viajes y cuando logran obtenerlas, están presionados por el entramado de leyes que pueden llevarlos a ser objeto de severas multas y hasta presión. La prohibición de importar desde nuestro país equipos, reactivos y hasta literatura científico técnica estadounidense, conforma un escenario sumamente hostil para la ciencia cubana.
El bloqueo al acceso a las NTIC, continúa la obcecada política imperialista. Recordemos que el gobierno estadounidense no permitió que Cuba ingresara formalmente a la red mundial de computadoras hasta 1996, y desde entonces le impide conectarse a alguno de los cables de fibra óptica submarinos, que pasan cerca de nuestras costas, con lo que obliga al país a emplear un canal satelital con escasos 65 megabytes por segundo (mbps) de ancho de banda para la salida, y 124 mbps para la entrada. Las propias leyes estadounidenses, establecen que cualquier nueva adición o modificación de este canal, requiere la obtención de licencia del Departamento del Tesoro del país del Norte.
A la comunidad científica cubana se les bloquea la información, el equipamiento y el intercambio académico no solo como sabotaje a la construcción del conocimiento, sino también como parte de política de aliento a la deserción. Los mecanismos de robo de cerebros enfilados para apoderarse de los talentos y drenar la sabiduría creada con los recursos de nuestras naciones subdesarrolladas, en el caso cubano cuentan con el extorsión adicional de la asesina Ley de Ajuste Cubano.

Resultados de la ciencia cubana

A pesar de la política imperialista, en el campo del equipamiento, la información científico técnica y las NTIC, la Revolución Cubana también ha avanzado sustancialmente. En el país se han alcanzado en distintas categorías más de 2 000 resultados científicos y dentro de ellos 750 de los Programas Nacionales Científicos Técnicos. Año tras año, los planes estatales de resultados de ciencia, y generalización de innovaciones y racionalizaciones, obtienen altos niveles de cumplimiento, tanto en lo científico tecnológico propiamente dicho, como el impacto de estos en la economía y la sociedad. Se incrementan los volúmenes de ingresos en divisas del país por concepto de exportación de productos y servicios de alto valor agregado en más de un 30 por ciento, mientras el efecto económico de la sustitución de importaciones por acciones de ciencia y tecnología refleja también un aumento significativo. En los planes de desarrollo es de gran utilidad social INTERNET, puesta al servicio de la ampliación de los conocimientos.
Tales avances no solo son del CITMA, además hay logros importantes relacionados con la energía, industria azucarera, agricultura y defensa, que realizan los centros de investigación adscritos a otros ministerios. El país posee un modelo de potencial e integración científica única en el mundo, que hoy se reanima con nuevas inversiones según las necesidades ya determinadas. (1).
La biotecnología, legítimo orgullo científico del país, es un inobjetable ejemplo de cómo un país pequeño, con tenacidad y una inteligente estrategia puede desarrollar centros de excelencia científica y productiva. Este logro se concreta con 13 nuevos productos farmacéuticos, que garantizan el acceso de nuestra población a medicamentos de alta tecnología. Una hazaña de la biotecnología cubana la constituyó el desarrollo y producción de la primera vacuna sintética en el mundo contra la bacteria del Haemophilus Influenzae tipo B. También se realizan otros avances significativos en la obtención de vacunas combinadas como la Heberpenta, contra la difteria, tétanos, tosferina, hepatitis B y haemophilus influenzae. Así mismo se cuenta con la primera vacuna terapéutica para el tratamiento del cáncer de pulmón avanzado, única inscrita en el mundo para ese tipo de tumor maligno.
El complejo de la biotecnología garantiza para los enfermos cubanos, la producción de la mayoría de los medicamentos con que se trata el SIDA y se avanza en un prospecto de vacuna cubana contra esta terrible enfermedad. A su vez pone en su horizonte inmediato nuevos retos como el desarrollo de la bioinformática.
El espíritu humanista y solidario de la ciencia cubana se refleja en cómo se destinan importantes fondos para apoyar indagaciones sobre el cólera, si bien este mal no se reporta en Cuba. Otra esperanza para cientos de millones de personas en territorios subdesarrollados, radica en las pesquisas nacionales sobre vibro cholerae, bacteria que causa la enfermedad diarreica aguda del cólera, por la cual se contagian anualmente entre cinco y siete millones de seres humanos, y fallecen 120 000.
La industria biotecnológica y en general, el Polo Científico del Este de la capital cubana, pionero en esta novedosa forma de integración de ciencia y producción, se destacan por su concentración de conocimiento, capacidad productiva integrada, calidad y volumen exportador. Estas cualidades le permiten abrirse paso al servicio de los seres humanos, en el intrincado mercado mundial de productos biotecnológicos, y romper tanto el bloqueo y la persecución económica de los Estados Unidos, como el monopolio transnacional del mercado mundial, con más de 500 patentes registradas internacionalmente.
Los trabajos en el campo de las ciencias naturales y ambientales aportaron nuevos elementos sobre las cuencas hidrográficas priorizadas, la dinámica de nuestras playas y el estudio de la biodiversidad, y contribuyen, junto a otras medidas, a la disminución de la carga contaminante. La ciencia en el campo del medio ambiente ha dado pasos importantes. Se destacan la conclusión del diagnóstico de la carga contaminante a nivel nacional, la cual se logró reducir en un 9 por ciento. Fueron importantes también los aportes de las ciencias técnicas al desarrollo de los programas de extracción de petróleo y de gasificación, así como a elevar la eficiencia en otras industrias. Se obtienen asimismo nuevos resultados de reconocimiento internacional en las ciencias exactas. Los resultados de los programas nacionales, ramales y territoriales realizados bajo la rectoría del Ministerio de Ciencias, Tecnología y Medio Ambiente, favorecieron a las industrias del níquel, azucarera y sidero-mecánica. El sistema de salud pública alcanzó favorables resultados, con el uso de avanzados métodos en la cirugía video-endoscópica, la oftalmología y la cardiología.
También hay resultados en la esfera de la agricultura, entre ellos los vinculados con las nuevas tecnologías de cultivos, que permiten aumentar los rendimientos en arroz, papa y frijoles. Para hacer realidad la perspectiva de un modelo de agricultura agroecológica, los Centros de Reproducción de Entomófagos y Entomopatógenos (CREES) han sido fundamentales para obtener biofertilizantes, biopesticidas y el control biológico derivado de investigaciones. En el caso de la caña de azúcar se obtuvieron nuevos marcadores moleculares, para desarrollar diferentes variedades con madurez temprana, mientras se hizo la caracterización molecular de los patógenos causantes de las enfermedades más importantes de esta gramínea en el país. Las investigaciones agrícolas a su vez, han contribuido a incrementar las producciones en la agricultura urbana que ya supera los 3,7 millones de toneladas de vegetales y condimentos frescos.
Las ciencias sociales concluyeron un conjunto de investigaciones que han contribuido a tomar decisiones en aspectos de gran importancia para el país, como el desarrollo de la vida social y la producción en las montañas, el estudio de las localidades, las problemáticas sociodemográficas, los grupos sociales en riesgo, el desarrollo de la igualdad, la democracia socialista, la política exterior del país, la política de juventud y familia, y el trabajo con los directivos, entre otros; y hacen aportes crecientes en apoyo a los Programas sociopolíticos de la Revolución y especialmente a las rectificaciones y transformaciones en la educación y la cultura.

El futuro inmediato

Hoy la ciencia cubana transita por una etapa de madurez y consolidación y está en condiciones de incrementar sus aportes a la economía y la sociedad. Se han creado las bases de recursos humanos e infraestructura necesarias, para el tránsito a una economía basada en el conocimiento. Y no solamente por la amplitud de su plantilla de ciencia y la acumulación de conocimientos científico técnicos, sino por la siembra de valores éticos y patrióticos (2).
El futuro científico del país se garantiza además con la creación de la Reserva Científica, constituida desde el año 1991, con los jóvenes talentos que estudian en nuestras universidades. Así los egresados universitarios de alto rendimiento, reciben el adiestramiento laboral que les permite desarrollar los conocimientos y habilidades que requiere la labor de investigación. Esta Reserva se ha constituido en fuente estable y altamente calificada de renovación del personal dedicado a la actividad científica. Y es un factor determinante en los resultados alcanzados en los últimos años en las investigaciones, la docencia y procesos productivos de alta tecnología.
Está en curso un cambio paradigmático que no sólo es un asunto epistemológico intracientífico, sino relativo a la manera en que se relaciona la actividad académica y científico técnico profesional, con el conjunto de la sociedad, con su cultura civilizatoria y destino político. Precisamente una de las tendencias que ha de imponerse para el desarrollo progresivo de nuestra sociedad es la del crecimiento del papel de los colectivos de científicos en la vida de la nación, tanto a nivel comunitario, como en los distintos niveles de toma de decisiones de carácter operativo y estratégico.
En la Batalla de Ideas y en los nuevos Programas de la Revolución, encontramos un cauce natural para desplegar toda la inteligencia y creatividad acumulada. Nuestra ciencia, es una ciencia para la paz, para el desarrollo humano sostenible, no para la guerra y la destrucción. El reto actual, es lograr que el impacto de la ciencia y la tecnología sean cada vez más efectivos en el desarrollo del país, en la vida y felicidad de sus ciudadanos y ciudadanas.

Nota:

(1)Declaraciones de Fernando González, titular en funciones del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) en Mesa Redonda Televisión Cubana, La Habana, 20 de abril del 2008.
(2)Agustín Lage Dávila: Cuba ha creado las bases para el tránsito a una Economía basada en el Conocimiento, Rebelión, 08-10-2007.

Felipe de J. Pérez Cruz

lunes, marzo 30, 2009

Los cambios en Cuba.


“....a todos lo que conocen las virtudes y los defectos de la Revolucion cubana y prefieren como nuestro José Martí ver la luz antes que las manchas y confian en su causa, la apoyan, defienden o muestran su solidaridad, pues como tambien sentenciò nuestro apostol, Cuba no anda de pedigüeña por el mundo, anda de hermana y al salvarse, salva”.

Alejandro Castro Espín

No es la primera vez que entrevisto a Manuel David Orrio del Rosario, el agente Miguel de la seguridad cubana (1), ya en marzo del 2007, en ocasión de la visita a Cuba de un grupo del partido radical italiano, en apoyo a las llamadas “damas de blanco”, esposas de los denominados erróneamente disidentes, que son en realidad mercenarios alistados por una potencia extranjera para subvertir el orden democráticamente constituido sobre la isla, le pregunté su parecer.
En aquella ocasión quise subrayar la ridícula posición de los italianos “intervencionistas” que con la esperanza de un lauto pago de parte de la mafia de Miami se prestaron a apoyar una marcha de las “damas de blanco”, sin que absolutamente sucediera nada, y por esto, despues, ¡no pudieron tampoco cobrar ni un centavos!!
Este 4 de abril de 2009 se cumplen exactamente 6 años del fin de la misión del agente Miguel, que vio con orgullo cómo su trabajo había sido útil para desenmascarar a estos mercenarios, que ahora se encuentran solos acusando a la isla caribeña, mientras que Cuba pudo ver reconocido, de lleno, su papel en el continente.
Decididamente, ya no está de moda dejar a Cuba sola, también Costa Rica y El Salvador, que fueron los últimos gobiernos que quedaban sin tener contactos diplomáticos plenos con Cuba, a nivel de América Latina, han virado la espalda a la ideología yanqui y han actuado autónomamente restableciendo los nexos de la diplomacia.
Hasta la BBC subraya que en los últimos 15 meses, ninguna de las personalidades internacionales que visitó Cuba quiso encontrarse con los líderes de la disidencia, que han tenido la arrogancia de escribir una carta donde acusan de traición a la Unión Europea.
¿Por qué hasta a hoy, a pesar de las decenas de millones de dólares que han recibido de Washington, no conseguieron un golpe de estado en la isla?
¿Pero, entonces, con sus protestas contra el gobierno cubano, a quiénes se dirigen, estos mercenarios, al pueblo cubano o a sus dueños que los financian?
Los Marta Beatriz o Elizardo quedan cómo héroes sólo para una “prensa basura” de bajo nivel, que se mantiene fiel a la minoría de Miami, que pretende, después de 50 años, querer una rendición de cuentas con la Revolución cubana, como en los tiempos del Oeste y de los vaqueros.
Pero esta vez mis preguntas han sido más “molestas”, quise importunar el agente Miguel, famoso por no ser sumiso y taciturno, como nos demostró en la reciente entrevista que le hizo Dax Toscano (2), sobre algunas cosas que creo estan torturando tanto a “los gusanos” como a los solidarios del planeta con la Revolución cubana: los misterios que envuelven a las destituciones de Carlos Lage Dávila y Felipe Pérez Roque.
Las voces de pasillo, que parecen más habladuría que otra cosa, puesto que ningún periodista da una sola prueba de lo que afirma contra la falta de democracia sobre la isla, llegaron hasta implicar al presidente Chavez!!!!
Es increíble lo que una prensa poco seria es capaz de inventar, subvencionada por el enemigo, por tratar de destruir esta America Nuestra maravillosa, que se está formando, creando dudas y tinieblas y tramas típicas de la política neoliberal.
En primer lugar, para tratar de entender, me acuerdo que el agente Miguel me dijo que la SINA lo captó por conocer bien y de cerca a Carlos Lage, para tener informaciones directas sobre él y me entra la duda, de que el verdadero objetivo fuera justamente el vicepresidente destituido.
El agente Miguel me contesta que la Oficina de Intereses de los EEUU en La Habana (SINA), no sólo representa oficiosamente al gobierno de ese país o atiende trámites consulares. Ampliamente sabido es que también es una maquinaria de espionaje y subversión contra el régimen político, económico y social vigente en Cuba, consagradocomo Estado de Derecho por el voto aplastante de los cubanos a favor de su Constitución. La SINA, además, es la ejecutora sobre el terreno de la ingerencistaley norteamericana Helms-Burton y otros engendros que conforman la política de sanciones unilateralesde ese país hacia la Isla, la cual fue calificada por un anticomunista probado y confeso como Juan Pablo II, mediante lapidaria frase: éticamente inaceptable.
“No me consta que la SINA haya siquiera pensado en la posibilidad de reclutar a Carlos Lage a través de mí, aunque no descarto el delirio de algún funcionario mediocre. Simplemente conocieron de mis vínculos de juventud no sólo con él, sino con otros cargos del gobierno o prestigiosos académicos que fueron mis condíscipulos en la Universidad de La Habana o compartieron conmigo labores de dirección enla Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) de dicho centro de estudios.
De este modo, les resulté un individuo de interés que a lo largo de su labor como supuesto “periodista independiente” mostraba un alto nivel de información sobre la economía y otros sectores de la vida social cubana, todo lo cual fue astutamente aprovechado por la Seguridad del Estado de Cuba para reforzar mi “leyenda” y alcanzar los objetivos de inteligencia y contrainteligencia que se perseguían.
Por supuesto, el “oficial de enfrente”, como en la jerga de la Seguridad llamamos a la CIA, nada tenía de tonto. Hube de pasar por numerosas pruebas y medidas de control, incluídas dos en la que tres economistas del Buró Cuba del Departamento de Estado me sometieron a minucioso interrogatorio, así como una visita personal de Vicky Huddleston a mi casa, en la cual mostró un marcado interés por mis fuentes de información.
Así pues, puede decirse que desde 1999 hasta el término de mi misión en abril del 2003, mis “acciones” se cotizaban a precio alto, al punto de que se me solicitaba constantemente por distintos funcionariosnorteamericanos, residentes o visitantes, o mis artículos era tomados como referencia para episodios como el de la destitución de Salvador Lew como director de la mal llamada Radio Martí. Phil Peters, director del Proyecto Cuba en el Instituto Lexington y un destacado crítico de la política norteamericana hacia Cuba, escribió un artículo después de conocerse mi identidad como hombre de la Seguridad cubana, donde me menciona y cuyo título es muy sugerente: El Club de los Engañados”.
Paso a otra pregunta que es un tema candente sobre el argumento Lage-Pérez Roque, y es que las cartas de renuncia enviadas a Raúl Castro parecen escritas por el mismo gobierno cubano.
“Creo firmemente que las cartas de renuncia de Lage y Pérez Roque fueron escritas por sus firmantes de manera voluntaria a raíz de la Reflexión de Fidel acerca de sus conductas, lo que no excluye la sugerencia de un determinado estilo de redacción, y opino que un consejo sobre el particular nada tiene de pecaminoso”.
Entonces, la curiosidad me empuja a preguntarle por qué han renunciado a cargos donde fueron elegidos por el pueblo?
“Como en el caso de la mayoría, mi información firme es la Reflexión de Fidel, quien sus razones de peso tendrá para haberles tratado como les trató. Un dato curioso es que, según la prensa, el hijo de Lage se encuentra en España junto con su esposa. Sinceramente, no comprendo cómo pudo pasar éso en un país donde existen severas regulaciones sobre el derecho a la libre circulación, muchas de ellas inconstitucionales. Cualquier hijo de vecino ha de realizar engorrosos trámites para viajar fuera de Cuba, y ahora resulta que “Carlitos” Lage se habría marchado del país sin mayores obstáculos, tras haber desempeñado cargos de confianza como el de presidente nacional de la FEU.
Lage y Pérez Roque, por deseo propio u orientaciones precisas en las que pudieran existir razones de seguridad nacional, no lo descarto, estarían evadiendo el dar explicaciones sobre los motivos de las destituciones y las posteriores renuncias, y es aquí donde hay una clave para analizar. He asistido como invitado a sesiones de la Asamblea Municipal del Poder Popular en Plaza de la Revolución, y he visto la combatividad de sus delegados, por no decir indocilidad. Lage, diputado por ese municipio, habría tenido que verse ante el escenario de una severa rendición de cuentas que por demás es un derecho legalmente reconocido para esos delegados. Entonces, mejor renunciar. Lo mismo opino para el caso de Pérez Roque.
No obstante, transcribo los artículos correspondientes del Reglamento de la Asamblea Nacional de Poder Popular para proceder en el caso de renuncia de un diputado, y me pregunto a partir de éstos si una simple carta publicada en la prensa CUMPLE con los requisitos legales establecidos para que sea aceptada una renuncia. Aquí van:
ARTICULO 22.La renuncia de un diputado a su cargo, debe formularse por escrito dirigido a la Asamblea del municipio donde fue electo diputado, por conducto de su Presidente, quien lo informa a la Asamblea Nacional o al Consejo de Estado, si aquella estuviera en período de receso, a fin de conocer sus consideraciones.
ARTICULO 23.El Consejo de Estado o la Asamblea Nacional, según corresponda, da respuesta a la correspondiente Asamblea Municipal en el plazo no mayor de 30 días hábiles, a fin de que ésta adopte la decisión correspondiente.Mientras la renuncia no le sea aceptada, el diputado continúa en el ejercicio de su cargo, con los derechos y deberes inherentes al mismo.
Ahora, haga cada quien sus propias conclusiones sobre la legalidadde las cartas de renuncia de Lage y Pérez Roque. Insisto en el punto, porque si existe consenso sobre la necesidad de reforzar una institucionalidad que sin lugar a dudas pasa por el respeto a la Ley, sin excepciones, entonces, ¡a respetar la Ley sin excepciones y a exigirlo por quien le toque!”.
Una cosa que para mí alimenta la fantasía de los contra-revolucionarios es el silencio que hay sobre toda esta historia y así le pregunto al agente Miguel si es debido al hecho de todavía faltan por descubrir personas que tienen que separar de sus cargos porque estan siendo seducidas por la “miel del poder”.
“Desconozco las entretelas y profundidades de ambos casos. Me limito a señalar que la falta de transparencia alrededor del proceso y de la cual la prensa cubana se ha hecho cómplice, contraviene a la Ley de una institucionalidad que se pretende reforzar.Y una vez más, cito a Raúl: “Los revolucionarios tenemos que buscarnos problemas y estar dispuestos a pagar el precio necesario, con razón y sin razón”.
El hecho, que según un ex canciller de México, hasta Chávez fué implicado en toda esta historia, me indigna y también el agente Miguel me contesta que a pesar de que no sepa directamente sobre este tema, está convencido de que Chávez es incapaz de interferir en los temas internos de Cuba, a menos que no sea para solidarizarse a pecho descubierto en aspectos como lo de la libertad de los Cinco héroes prisioneros del imperio.
He leído una información muy extraña en Wikipedia, y es que en Santiago de Cuba el pueblo, en apoyo al vicepresidente destituido, escribió sobre los muros “Lage presidente” y el agente Miguel me confirma lo que yo también he notado en estos años vividos en la isla.
Me dice que no sabe si sucedió realmente, pero está seguro de que Lage no era tan popular en el interior de Cuba como en el exterior.
Como última curiosidad le pregunto cerca de la afirmación más publicada por la prensa extranjera: Raúl está sacando a los hombres de Fidel para poner los de su confianza.
“El ya no tan nuevo Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros está en todo su derecho de elegir a sus colaboradores cercanos, y para nada éso significa que “se esté quitando a los de Fidel para poner a los de Raúl”, porque de acuerdo con sus biografías, todos los designados son hombres y mujeres de la Revolución. Otra cosa son las campañas mediáticas contra Cuba, donde apenas se ha resaltado que los cambios en el Consejo de Ministros fueron consultados con el Buró Político del Partido Comunista y el Consejo de Estado de la República, para así dar estricto cumplimiento a la Ley”.
Concluyo mi entrevista agradeciendole al agente Miguel y felicitándolo una vez más por su trabajo y su sinceridad y espero que todos los ejecutivos revolucionarios del mundo puedan llevar a la práctica el consejo del Che Guevara, cuando dijo: “El estímulo moral, la creación de una nueva conciencia socialista, es el punto en que debemos apoyarnos y hacia donde debemos ir, y hacer énfasis en él.El estímulo material es el rezago del pasado, es aquello con lo que hay que contar, pero a lo que hay que ir quitándole preponderancia en la conciencia de la gente a medida que avance el proceso. Uno está en decidido proceso de ascenso; el otro debe estar en decidido proceso de extinción. El estímulo material no participará en la nueva sociedad que se crea, se extinguirá en el camino y hay que preparar las condiciones para que el tipo de movilización que hoy es efectiva, vaya perdiendo cada vez más su importancia y la vaya ocupando el estímulo moral, el sentido del deber, la nueva conciencia revolucionaria”.

(1) idagarberi.blogia.com

(2)http://www.kaosenlared.net/noticia/entrevista-manuel-david-orrio-rosario-agente-miguel-seguridad-estado-c

Ida Garberi
* la autora es la responsable de la página en italiano de Prensa Latina

La república soviética húngara de 1919. La revolución olvidada

El 21 de marzo de 1919, se proclamó la República soviética húngara. El 1 de agosto, ciento treinta y tres días después, este capítulo heroico de la historia de la clase obrera húngara, terminó con la entrada en Budapest del ejército blanco rumano. Si el proletariado húngaro hubiera triunfado, habría terminado con el aislamiento de la República obrera rusa.
Junto a la revolución húngara la breve experiencia de la República Soviética Bávara, desde el 7 de abril hasta el 1 de mayo de 1919, demostró que la marea de la revolución que se estaba extendiendo de Oriente a Occidente, parecía tener un impulso irresistible. Si se hubiera consolidado el estado obrero húngaro, en pocos meses, la revolución habría llegado a Viena y Berlín, donde la clase obrera estaba en una situación de fermento revolucionario. El triunfo de la revolución alemana habría cambiado el curso de la historia humana.
La revolución húngara de 1919 ha entrado en los anales de la historia como otro episodio heroico similar a la Comuna de París en 1871.
Hoy en día, estudiar las causas de su fracaso, nos ayudará a comprender los procesos que llevan hacia la transformación socialista de la sociedad, y también a estar mejor equipados para la lucha por el socialismo.

El atraso histórico de Hungría

En 1919, la sociedad húngara se caracterizaba por ser una estructura arcaica que a lo largo de los siglos se había mantenido más o menos intacta.
La reacción sangrienta llegó tras la derrota de la Revuelta Campesina de 1514, y con ella la ley húngara incluida en el Código Tripartito de Werboczi, que dividía la población húngara en tres castas fijas, la pequeña y gran nobleza, el clero y los "plebeyos".
Durante 150 años Hungría languideció bajo dominio otomano. Hasta que finalmente en 1687 entregan la corona húngara a los Habsburgo austriacos (por línea masculina).
Durante generaciones, los húngaros lucharon por el derecho a existir como nación. El intento más serio de liberarse del yugo austriaco llegó con la oleada revolucionaria europea de 1848. Pero la burguesía y la nobleza húngaras eran tan débiles que fueron incapaces de liberar a Hungría de la opresión extranjera.
Después de la derrota de 1848, la opresión nacional de Hungría se intensificó con la ejecución de 10.000 húngaros.
Se prohibieron los periódicos húngaros mientras los austriacos controlaban férreamente las escuelas húngaras. Las propiedades confiscadas a los rebeldes húngaros fueron entregadas a los aristócratas de la corte vienesa. Entraron en el país miles de policias y espías. La nación húngara sufrió la humillación de la censura Habsburgo y la germanización.
Después llegó el ascenso de Prusia y en 1866 la derrota humillante de Austria a manos de Bismarck. El emperador Francisco José intentó llegar a un acuerdo con la aristocracia húngara, que cristalizó en el famoso compromiso "Ausgleich" de 1867.
Con este compromiso el imperio Habsburgo a partir de ese momento, estaría formado por dos "pueblos gobernantes" -austriacos y magiares (húngaros)-, dos "pueblos de segunda clase" -croatas y polacos-, seis pueblos sin derechos -checos, eslovacos, rumanos, rutenios, eslovenos y serbios-. La clase dominante magiar apoyaba a los Habsburgo y permitían a estos últimos explotar y oprimir a las nacionalidades que vivían en la mitad de su imperio.
La sociedad húngara se caracterizaba por sus relaciones semifeudales y la concentración de poder en manos de un pequeño número de nobles ricos -el 5% de la población tenía el 85% de la tierra- La servidumbre en teoría estaba abolida, en la práctica, los trabajadores de los veinte millones de acres propiedad de los grandes terratenientes, vivían y trabajaban en condiciones de servidumbre.
Estas grandes fincas no se podían vender ni dividir. Un ejemplo del carácter feudal de la ley húngara era que la familia Esterhazy, tenía en perpetuidad cien mil acres de tierra. Una prueba del nivel de desarrollo social húngaro, es que la mayoría de estas "fincas" se crearon a partir de 1869, es decir, en el período en el que, en la mayoría de los países europeos desaparecían los últimos restos de las relaciones feudales de la tierra.
Tres cuartas partes del campesinado eran campesinos pobres y trabajadores agrícolas -entre 2,5 y 4 millones-, la mayoría vivía en la pobreza. La vida normal de un campesino era levantarse a las dos o tres de la madrugada en pleno invierno, trabajar hasta las nueve o diez de la noche, vivir de cortezas de pan y tocino rancio, dormir en un agujero cavado en la tierra con una azadón y sin vacaciones ni descanso.
Una familia campesina media, vivía en una cabaña con una sola habitación y a menudo era compartida por dos familias o más, algunas de veces en una habitación convivían entre veinte y veinticinco personas. Seis niños de cada diez morían antes de cumplir el primer año de vida. La tuberculosis provocada por el hambre, era tan común que era conocida en Europa como "el mal húngaro".
La única vez en su vida que un campesino tenía unas botas, era cuando se incorporaba al ejército, y allí sufría los abusos racistas y la violencia física de los oficiales austriacos. Los azotes y los golpes también eran la norma en las fincas agrícolas. De acuerdo con una ley "liberal", los propietarios agrícolas podían golpear a los sirvientes entre doce y dieciocho años de edad, pero sólo de forma que "las heridas no tardaran más de ocho días en curar".
Una minoría de campesinos tenía pequeñas parcelas de tierra de aproximadamente un acre. Pero estos "pequeños propietarios" no podían mantener a su familia con el producto de su tierra y tenían que alquilarse y trabajar para otros. En el último peldaño se encontraban los "csiras" o vaqueros: "El trabajo de los csiras... es el más duro. Cuatro años de trabajo duro y de respirar estiércol en los establos, destruían los pulmones de los csiras. Éstos tenían suerte si conseguían salir antes de empezar a escupir sangre. Pero muchos se quedaban, y se convertían en los que iban al pueblo a vivir de la limosna".
La necesidad de tierra, junto con la cuestión nacional, fue siempre la fuerza motriz de la revolución en Hungría, plagada con una historia de revueltas campesinas reprimidas brutalmente. En la revolución de 1848 se intentó distribuir los pastos comunes entre los campesinos y confiscar las grandes propiedades. Pero la victoria de los Habsburgo, también fue la victoria de los grandes terratenientes que conformarían un baluarte sólido de la reacción en Hungría, convirtiéndose en los agentes locales del imperialismo austriaco en suelo húngaro.

El problema de las minorías nacionales

Un informe oficial de la poderosa asociación de terratenientes húngaros -la OMGE-, fechado en 1894, describe perfectamente la situación explosiva que existía en el campo a finales del siglo XIX:
"La población de la gran llanura está formada por funcionarios del estado, campesinos ricos y proletariado agrario aislados unos de otros.
El funcionario considera los distritos agrícolas húngaros como colonias y por lo tanto su empleo es considerado como un servicio colonial.
Los campesinos ricos en cierta forma, son los guardianes del conservadurismo estable e inatacable, mientras que los trabajadores de la tierra recuerdan las grandes revoluciones históricas y ven el futuro sin esperanza. No obstante, todavía están presentes su aspiraciones revolucionarias".
Los burócratas del gobierno que escribieron este informe no estaban equivocados. A principios del siglo XX, la oleada huelguística de los trabajadores agrícolas se extendió por todo el país, con frecuencia se enfrentaban con la policía. Este proceso culminó con la huelga de diez mil trabajadores de las fincas agrícolas en 1905 y la huelga general de cien mil "jornaleros libres" en 1906, que terminaron con la llamada a filas de los huelguistas. La única posibilidad de escapar a esta miseria era la emigración. Entre 1891 y 1914 casi 2 millones de húngaros -el 80% campesinos pobres- abandonaron el país a bordo de barcos rumbo a Estados Unidos.
El problema social en Hungría se agudizaba y se complicaba aún más por la existencia de las minorías nacionales. En 1919 el país contaba con una población de veintiún millones de personas, diez millones de húngaros, dos millones y medio de croatas y eslovenos, tres millones de rumanos, dos millones de alemanes y el resto de la población estaba formada por eslovacos, serbios, ucranios y otras nacionalidades minoritarias.
En Hungría el problema nacional no se limitaba sólo a la dependencia semicolonial de Austria, también incluía el problema de la opresión nacional de aquellos que no eran magiares y que vivían dentro de las fronteras de Hungría, la discriminación sistemática de las minorías se veía más claramente en el terreno educativo.
En 1900 casi el 39% de la población era analfabeta. Entre los eslovacos la cifra era del 49,9%, entre los serbios del 58,5%, entre los rumanos el 79,6% y entre los ucranios el 85,1%. Los salarios húngaros eran un 33% inferiores a los austriacos y un 50% inferiores a los alemanes. Los salarios de los trabajadores no magiares eran un 30% inferiores a los de los trabajadores húngaros.
La burguesía húngara, débil y atrasada, durante toda su historia fue incapaz de enfrentarse a ninguno de los problemas básicos de la sociedad húngara. El motivo no es difícil de comprender. Hungría sin duda era la mitad más atrasada de imperio, pero ya había entrado en el proceso de desarrollo capitalista. Junto a las grandes propiedades feudales coexistía la industria capitalista moderna, gracias a la inversión de los capitalistas extranjeros.
Los bancos dominaban la economía húngara y a través de ellos el capital financiero austriaco, alemán, francés, británico y estadounidense. El desarrollo del capitalismo situaba a Hungría aún más cerca del dominio del imperialismo austro-alemán. Además la aristocracia feudal tenía fuertes vínculos con los grandes negocios y los bancos.
En 1905, en los consejos de administración de empresas industriales, de transporte y bancos, había 88 condes y 64 barones. Uno de ellos, el conde Istvan Tisza, era el presidente del banco mercantil más grande del país.
Por todas estas razones, cualquier tentativa de destruir la humillante y secular dependencia de Austria y eliminar las relaciones feudales en el campo, necesariamente presuponía luchar abiertamente contra el capitalismo, y esto sólo lo podía hacer la clase obrera, junto con la gran masa de campesinos pobres y jornaleros agrícolas.
En vísperas de la revolución, Hungría era la región más atrasada del imperio austro-húngaro; eso la convertía en la región donde las tensiones sociales más rápidamente entraban en ebullición, y donde la clase dominante tenía menos capacidad de resistencia ante los envites del cambio social. El proletariado era una minoría en una sociedad formada sobre todo por campesinos pobres. La relaciones sociales en los pueblos eran tan opresivas que convertían al campesinado en un poderoso aliado revolucionario de la clase obrera.

La Primera Guerra Mundial

El trato brutal y degradante a las minorías nacionales era el talón de aquiles de la clase dominante húngara. Era necesaria una fuerza social capaz de galvanizar estas fuerzas y dirigirlas en la lucha final contra la oligarquía dominante.
Sólo la clase obrera, en virtud del papel que juega en la producción de su cohesión, organización y conciencia de clase a pesar de su inferioridad numérica, era capaz de cumplir esta tarea.
El proletariado húngaro era inferior numéricamente que sus hermanos austriacos y alemanes. En 1910 sólo el 17% de la población trabajaba en la industria, y de ésta, el 49% trabajaba en fábricas con menos de veinte trabajadores.
Poco a poco en Budapest y sus alrededores, se iba extendiendo la gran industria financiada por el capital extranjero.
Más del 50% de la industria se concentraba en esta zona. La industria se desarrollaba de forma desigual, por ejemplo, el 37,8% de la fuerza laboral estaba concentrada en grandes industrias con más de quinientos trabajadores. Estos gigantes bastiones del proletariado, jugarían después un papel decisivo en los acontecimientos de 1918-1919. Ochenta y dos cárteles controlaban la industria húngara (26 húngaros y 56 austro-húngaros).
En vísperas de la Primera Guerra Mundial, Hungría todavía era una semicolonia de Austria y Alemania, dedicada fundamentalmente a la producción agrícola destinada a Austria, de la que recibía a cambio productos industriales. Los intereses de la burguesía húngara estaban intrínsecamente unidos con la policía estatal burocrática austro-húngara y la oligarquía terrateniente feudal, y su expresión política era el Partido Liberal.
Durante decenios la burguesía húngara luchó para mantener una base de masas, utilizando una fraseología nacionalista para ocultar su impotencia y su servil dependencia de imperialismo austro-alemán, que saldría a la luz en agosto de 1914.
La guerra imperialista puso a toda la sociedad en tela de juicio. La oligarquía y la iglesia la apoyaron con entusiasmo. La guerra contra Serbia también recibió las bendiciones del Partido 1848 -el partido de la burguesía "liberal", que hacía tiempo había abandonado sus sueños juveniles de independencia nacional para caer en brazos de los ladrones imperialistas de Viena y Berlín.
Al principio de la guerra -como ocurrió en otros países-, la clase obrera quedó paralizada por una oleada de chovinismo patriótico. Los dirigentes socialdemócratas, a pesar de sus anteriores frases de "izquierdas" rápidamente se subieron al carro de la burguesía. Para justificar su postura decían que la guerra tenía el objetivo de "defender la democracia frente al barbarismo ruso", incluso llegaron a plantear que era una guerra para "reducir la jornada laboral y subir los salarios"; en el fondo defendían la colaboración de clases y la "paz social".
Pero la guerra era interminable y poco a poco la penosa realidad llegaba a los hogares de los trabajadores y campesinos. La guerra para "reducir la jornada laboral", en la práctica, para los trabajadores representaba trabajar sesenta horas semanales. Los niños entre diez y doce años de edad, trabajaban doce horas diarias o más en las fábricas. Los beneficios subían y los salarios bajaban. En 1916 el valor de la moneda húngara era un 51% inferior al de antes de la guerra, y continuaba su descenso. La guerra también significó el colapso de la industria.
Las condiciones en el frente todavía eran peores. En el invierno de 1914-15, cientos de miles de soldados húngaros perecieron en los Cárpatos a causa del frío intenso. En la guerra murieron más de dos millones de húngaros.
En muchas ocasiones era tal el descontento entre las tropas húngaras que iban a la fuerza al campo de batalla con los soldados alemanes y austriacos apuntándoles a la espalda. Según se acercaba el final de la guerra aumentaba el número de deserciones.

Los efectos de la Revolución de Octubre

Entre 1915 y 1916, las huelgas se intensificaron. El cansancio de las masas se unía a la opresión nacional. El fermento revolucionario en las fábricas, barracones del ejército y en los barrios obreros provocó divisiones internas dentro de las mismas filas de la clase dominante.
A principios de 1915, el conde Karolyi fundó el Partido de la Independencia antialemán que tenía un carácter pacifista, e intentó ponerse en contacto con los aliados. Esto demostraba que los sectores más perspicaces de la burguesía, presagiaban ya la derrota alemana, y estaban dispuestos a echarse en brazos del imperialismo anglo-francés y entregar el poder a las bayonetas aliadas.
La revolución de febrero en Rusia dio un enorme impulsó al movimiento revolucionario húngaro. El 1 de mayo de 1917, comenzó una oleada de huelgas y manifestaciones que consiguieron el 23 de mayo, derribar al gobierno reaccionario del conde Tsiza. El conde Esterhazy formó un nuevo gobierno que intentó maniobrar entre las clases para controlar la situación. El gobierno era una coalición que incluía a diferentes grupos de la burguesía y contaba con el apoyo, desde fuera, de los dirigentes del SDP (Partido Socialdemócrata Húngaro).
Los trabajadores interpretaron, correctamente, este movimiento como una muestra de debilidad e intentaron aprovechar la situación. El nuevo gobierno se enfrentó a una oleada de huelgas espontáneas que contó con la oposición de los dirigentes sindicales "moderados". Uno de estos dirigentes, Samu Jasza más tarde reconoció que: "En 1917 hubo muchas huelgas a pesar de la insistencia de los sindicatos en que no se debería interrumpir el trabajo". Estos dirigentes obreros "arrepentidos" tuvieron que "coger la delantera" porque sino, corrían el riesgo de perder toda su influencia entre los trabajadores.
La victoria de la revolución de octubre en Rusia tuvo un efecto electrizante en Hungría. La magistral agitación antibélica de los bolcheviques durante las negociaciones de paz de Brest-Litovsk, encontró un gran eco entre las masas de trabajadores, campesinos y soldados cansados de la guerra. La reivindicación de "paz sin anexiones, ni indemnizaciones" encontró eco en las fábricas, en los pueblos y en las trincheras. En esta situación el partido antibélico de la burguesía dirigido por Karolyi -el "Kerensky húngaro"-, ganó influencia entre las masas.
El fermento en las fábricas encontró su expresión en una huelga general contra la guerra, el 18 de enero de 1918 en Budapest. Los mítines eran masivos y además participaban muchos soldados. La oleada huelguística de enero se extendió como una bola de fuego a Austria, Hungría y Alemania. Fue precisamente el peligro de la revolución, lo que obligó al representante austriaco en Brest-Litovsk -Czernin-, a defender una postura conciliadora con respecto al gobierno bolchevique, aunque después fue desautorizado por el estado mayor alemán, en concreto por el general Hoffman.
Por el mismo motivo, el gobierno húngaro se dio prisa en conceder el derecho al voto. Como siempre, la clase dominante sólo estaba dispuesta a hacer reformas serias si su poder y privilegios estaban amenazados.
La burguesía estaba aterrorizada. Lo mismo les ocurría a los dirigentes obreros que habían apoyado la guerra y que se oponían a cada uno de los movimientos de los trabajadores.
Los dirigentes socialdemócratas impresionados por la rápida extensión de la huelga general, la desconvocaron cuatro días después de su inicio, el 21 de enero. Está traición agudizó aún más las divisiones en la base del SDP y fortaleció la oposición de izquierdas dentro del partido.
El despertar de los sectores oprimidos más atrasados e inertes, sobre todo las mujeres obreras, demostraba la intensificación de la insurrección revolucionaria. El heroico papel que jugaron las mujeres obreras en estos acontecimientos quedó reflejado en una circular secreta del Ministerio de Guerra del 3 de mayo de 1918:
"Las mujeres obreras no sólo interrumpen con frecuencia e incluso paralizan la producción en las fábricas, además hacen discursos inflamatorios, participan en las manifestaciones, marchan en primera línea con sus hijos en brazos y se comportan de una forma insultante hacia los representantes de la ley".
El 20 de junio de 1918, varios trabajadores fueron heridos por los disparos de la policía, y estalló otra huelga general. Los trabajadores formaron soviets o consejos obreros, para luchar mejor por sus reivindicaciones: paz, sufragio universal, todo el poder a los soviets. La huelga se extendió desde Budapest al resto de centros industriales del país. Una vez más, diez días después del inicio de la huelga, la dirección la desconvocó.
Las masas estaban dispuestas a tomar el poder, pero a cada paso se encontraban con el freno de sus propios dirigentes. Sin embargo, las insoportables condiciones de vida, la furia acumulada y las frustraciones pasadas, conducirían inexorablemente a una nueva explosión social en el otoño de 1918.
La caída del frente búlgaro provocó una nueva oleada de deserciones que se convertiría en una auténtica sangría para el ejército. Estallaron insurrecciones y motines en el ejército y en la armada. Las bandas de desertores armados se unían a los huelguistas y campesinos en sus choques con la policía y participaban en las ocupaciones de tierras. Cuando ya era evidente que la guerra estaba perdida, los motines se generalizaron.
El aparato del estado se desintegró hundido por su propio peso. El gobierno de Budapest estaba suspendido en el aire y el poder estaba en las calles.
En medio de las huelgas, motines y manifestaciones callejeras, la clase dominante estaba dividida. En el parlamento se producían acaloradas discusiones, el 17 de octubre el conde Tisza completamente desmoralizado anunció: "hemos perdido la guerra". La oligarquía terrateniente burguesa, sentía que el suelo se hundía bajo sus pies y buscaba desesperadamente una segunda línea de defensa, y la encontró en su antiguo enemigo: Karolyi.
El 28 de octubre en Budapest, hubo una gigantesca manifestación para exigir la independencia de Hungría. El 29 de octubre se proclamó la república. El 30 de octubre estalló en Budapest una insurrección de trabajadores, soldados, marineros y estudiantes.
El gobierno se parecía a un castillo de naipes y nadie quería mover un dedo en su defensa. Los insurgentes habían tomado las calles y gritaban consignas como: "larga vida a una Hungría independiente y democrática"... "¡Abajo los condes!"... "¡No más guerras!"... "¡Sólo aceptamos órdenes del consejo de soldados!". Al caer la noche del 31 de octubre, los insurgentes habían ocupado todas las posiciones estratégicas y liberado a todos los prisioneros políticos.
La revolución había triunfado rápida y pacíficamente. La clase dominante no ofreció ninguna resistencia. Fue una insurrección de masas espontánea, como la revolución de febrero en Rusia, pero sin dirección y sin un programa claro. Los dirigentes obreros no hicieron nada, excepto ser un freno a la revolución a la que temían como la peste.
Las masas de trabajadores, soldados y campesinos, carecían de programa y de un partido revolucionario, pero los buscaban a ciegas. A lo mejor, no comprendían claramente lo que querían, pero sabían muy bien lo que no querían. No querían el dominio de la oligarquía privilegiada y corrupta; no querían la monarquía o cualquiera de sus sustitutos; no querían las relaciones de tierra feudales y la opresión nacional.
En la lucha comprendieron rápidamente que no era posible ninguna solución parcial a sus problemas y que era inevitable reconstruir completamente la sociedad, para eliminar todo la suciedad acumulada durante siglos de opresión feudal y humillación nacional.
Los trabajadores exigían la república. Los políticos liberales del Partido 1848 y los dirigentes obreros reformistas resistieron tanto como pudieron. Las masas agarraron por el cuello a estos "revolucionarios" renuentes, y los empujaron al gobierno.

La revolución incruenta

Una vez en el poder, estos "revolucionarios" se dedicaron a defender el sistema de la clase dominante y sus privilegios. El terror a las masas era cien veces mayor que su aversión a la reacción feudal, y para mantener la situación se agarraron con todas sus fuerzas a los pocos puntos de apoyo que les quedaban.
Al darse cuenta de que todo su futuro como clase privilegiada estaba en manos de la odiada burguesía liberal y sus socios socialdemócratas, los banqueros, los oligarcas feudales, los obispos y los generales se unieron alrededor del "Kerensky húngaro", ocultos detrás de un disfraz de "demócratas". Los trabajadores y soldados, como ocurrió en Rusia después de febrero de 1917, depositaron todas sus esperanzas en sus organizaciones: los soviets.
Igual que en Rusia, en Hungría existían elementos de doble poder. Pero a diferencia de Rusia, no existía un partido bolchevique capaz de conducir la situación prerrevolucionaria en dirección hacia la revolución socialista. Los reformistas de izquierdas del SDP, confundidos y sin un programa claro, fueron incapaces de jugar un papel independiente. Mientras, los dirigentes reformistas de derechas apuntalaban a Karolyi y restauraban las antiguas relaciones de clase disfrazadas de revolución "democrático burguesa".
Hoy en día, los "teóricos" de los partidos comunistas, caracterizan esta revolución como "democrático burguesa". Pero la burguesía no jugó ningún papel en la revolución, no tenía ninguna intención de tomar el poder, ni tampoco quería destruir el antiguo estado semifeudal, incluso se resistió a la proclamación de una república burguesa.
En todo momento, la iniciativa partió de los trabajadores y soldados que obligaron a los liberales a tomar el poder, a pesar de sí mismos, y a emprender desde abajo las tareas de la revolución democrático burguesa. En otras palabras, no fue una revolución democrático burguesa, fue una revolución socialista truncada por la ausencia de una genuina dirección revolucionaria y por la traición de los dirigentes socialdemócratas.
El gobierno burgués de Karolyi, que no hizo ni pudo, llevar adelante las tareas fundamentales de la revolución democrática burguesa en Hungría, demostró ser mil veces más débil e impotente que el gobierno provisional en Rusia.
El proletariado era la única fuerza organizada de la sociedad, el poder estaba en manos de los trabajadores y soldados, armados y organizados en los soviets. Los dirigentes "moderados" del SDP y los sindicatos, bloquearon el camino con su política de "posponer la lucha de clases" a favor de la "defensa de la democracia", etc..
Al igual que los mencheviques rusos en 1917, y después los estalinistas en todo el mundo, los dirigentes socialdemócratas húngaros pidieron a los trabajadores y campesinos que dejaran a un lado la lucha por el socialismo para consolidar en primer lugar la democracia (burguesa).
No comprendían que las contradicciones existentes en el seno de la sociedad, habían creado tal polarización social, que sólo dejaba dos opciones: o la clase obrera se ponía la cabeza de todas las capas oprimidas y explotadas de la sociedad para derrocar a la burguesía, acabar con el ficticio "Consejo Nacional" de Karolyi y aplastar sin piedad a las fuerzas de la reacción que le apoyaban, o estos últimos aprovecharían la situación para recuperar su fortaleza, reagruparse y lanzar una nueva contraofensiva que arrojaría a un lado el guante de terciopelo "democrático" para enseñar el puño de la reacción fascista.
No existía un "camino intermedio". O los trabajadores triunfaban y establecían una auténtica democracia obrera, o la clase dominante se vengaría. No había otra salida. Mientras los defensores del "camino intermedio" estaba firmemente sentados en sus poltronas. Korolyi disfrutaba de cierta popularidad, sobre todo entre las masas de la pequeño burguesía gracias a su anterior oposición a la guerra.
Al principio, el SDP creció a pasos agigantados. Las masas recién despertadas a la vida política, entraban en las organizaciones obreras, inconscientes del papel que jugaría la dirección. No sólo trabajadores, muchos intelectuales, profesionales, incluso policías y funcionarios entraron en el SDP, algunos por motivos honrados, otros como una "póliza de seguros" para lo que pasara en el futuro. De repente, socialdemócratas y republicanos, hasta ahora perseguidos como radicales peligrosos, se convirtieron en pilares de la respetabilidad y salvadores de la sociedad.
Ahora que la causa de la monarquía estaba perdida, todos los elementos reaccionarios de la sociedad se reunieron alrededor de la bandera de la república burguesa, apoyada incondicionalmente por Karolyi y los socialdemócratas.
Pero las masas no querían perder más tiempo en salvar el gran abismo que las separaba de la república que ellas querían y la república que habían conseguido. Envalentonados por el éxito, los trabajadores tomaron las calles para defender sus reivindicaciones de clase, a pesar de los frenéticos llamamientos a la calma que les hacían sus dirigentes. El 16 de noviembre se celebró una gigantesca manifestación en la que participaron cientos de miles de personas a las puertas del parlamento para exigir la república socialista.
Las masas habían puesto fin a cuatrocientos años de imperio Habsburgo, y ahora el poder estaba en manos de sus viejos amos con nuevo hombre. Los soldados llegaron desde el frente a Budapest, en los hombros llevaban prendidas las insignias que habían quitado a sus oficiales. Las calles de la capital estaban llenas de tropas amotinadas: trescientos mil soldados que esperaban su desmovilización y en las calles atacaban a los oficiales y a la burguesía.
El gobierno Karolyi sólo era nominal. No contaba con el apoyo del ejército. Las armas estaban en manos de los trabajadores. La economía había colapsado, los aliados bloqueaban el país, la situación era crítica.
Para pacificar a las masas, el gobierno Karolyi aprobó la reforma agraria, el objetivo era distribuir la tierra entre los trabajadores y el gobierno compensaría económicamente a los antiguos propietarios.
El propio Karolyi era un terrateniente y entregó sus tierras al campesinado. Pero el resto de su clase no siguió este ejemplo. Como en otras tantas medidas de este gobierno, la reforma agraria se quedó en el tintero. Con relación a la cuestión de la tierra y al problema de las nacionalidades oprimidas, la democracia burguesa húngara había llegado tarde y con las manos vacías. Como el propio Karolyi reconoció más tarde: "la situación había cambiado radicalmente, lo que podía haber sido para nosotros una oferta extremadamente liberal, se había convertido en un completo anacronismo. Las minorías de ayer se consideraban los vencedores de mañana, y se negaban a dar ninguna solución dentro del marco del reino húngaro, el mismo nombre para ellos era una ofensa ".
"Demasiado poco y demasiado tarde", sería el epitafio de la democracia burguesa en Hungría. Llegó al poder cuando la historia ya había puesto en el orden del día la revolución proletaria como la única solución para aquellos problemas que la burguesía era incapaz de solucionar. Además al creciente descontento que existía en el país había que añadir una nueva amenaza desde el exterior.

La caída de Karolyi

Durante la Primera Guerra Mundial, la burguesía nacional de Europa del Este y Central -incluida Hungría-, se había alistado bajo la bandera del imperialismo alemán. Derrotada Alemania y desintegrado el imperio austro-húngaro, las clases dominantes de estos pequeños países buscaban los favores del imperialismo anglo-francés-estadounidense, y al mismo tiempo se peleaban entre ellas para ver quién podía conseguir más territorio de sus vecinos.
La "doctrina Wilson" del imperialismo estadounidense, prestó un flaco servicio a la democracia y al derecho de autodeterminación de las pequeñas naciones, y fue la excusa adecuada para el inicio de pequeñas guerras de rapiña que sólo sirvieron para balcanizar Europa del Este y Central, y para atar aún más estos países a las directrices del imperialismo anglo-francés-estadounidense, ahora a través de los bancos, ferrocarriles y trusts.
La consigna de los Estados Socialistas Unidos de Europa, defendida por la recién formada Internacional Comunista, era la única esperanza para los pueblos de Europa, divididos por guerras sangrientas, el hambre y el colapso económico. Sólo el éxito de la revolución socialista podría ofrecer una solución al callejón sin salida en el que estaban inmersos los pequeños países de Europa.
La clase dominante de Hungría intentó protegerse de la tormenta ocultándose detrás de la democracia parlamentaria. Pero las convulsiones sociales que originó la guerra no admitían soluciones intermedias. Más rápido aún que el gobierno provisional ruso, el gobierno Karolyi entró en bancarrota.
Como decía Lenin: "La burguesía húngara admitió ante el mundo entero que renunciaba voluntariamente y que el único poder en el mundo capaz de guiar a la nación en un momento de crisis, era el poder soviético". (Lenin. Obras completas. Vol 29. p. 270).
Inmediatamente después de la caída del gobierno, el 20 de marzo de 1919, llegó un ultimátum -en nombre de los aliados- al régimen de Karolyi, exigían que Hungría aceptara una nueva frontera. Unos meses antes del armisticio, Hungría ya había aceptado pérdidas humillantes de su territorio. Ahora los aliados reunidos en París, querían las tierras que ocupaban más de dos millones de húngaros.
El gobierno Karolyi intentó impedirlo, para ello sugirió la celebración de un referéndum, pero esta propuesta fue rechazada. Los aliados exigían una respuesta inmediata. Karolyi, presionado dentro y fuera del país y consciente de su propia impotencia, se negó a tomar cualquier decisión o responsabilidad en los asuntos de la nación y dimitió.
Con la dimisión de Karolyi, la burguesía húngara reconocía una vez más su completa incapacidad para guiar a la nación en un momento decisivo. Al día siguiente -21 de marzo-, se proclamó la República Soviética Húngara. El proletariado tomó el poder sin un disparo.
La repentina caída de Karolyi dio un giro brusco a la situación del Partido Comunista Húngaro. Con tan sólo cuatro meses de existencia, se encontró de repente frente al problema de la toma del poder. Los dirigentes de este partido eran jóvenes e inexpertos. Sus ideas, como ocurría en otros partidos comunistas de reciente formación, eran una mezcla de ultraizquierdismo juvenil y sindicalismo.
Su impaciencia les llevó a pasar por alto la dinámica del proceso revolucionario y la complicada interrelación entre las clases, el partido y su dirección. En cierta forma, esto era comprensible. La diferencia con el Partido Bolchevique ruso es que éste contaba con décadas de existencia. Tras de sí tenía las experiencias de la revolución 1905 y el trabajo en situaciones muy variadas.
Pero los nuevos partidos de la Internacional Comunista en la mayoría de los casos eran muy jóvenes, su base era inexperta y habían entrado en contacto con las ideas del bolchevismo durante el periodo tormentoso que siguió a la revolución de octubre. No habían tenido tiempo para orientarse, para adquirir la experiencia y autoridad necesarias ante los ojos de las masas, y de repente se encontraban inmersos en el movimiento revolucionario de 1918-19. En ninguna otra parte la transición fue tan abrupta como en Hungría.
Los jóvenes dirigentes del PC, la mayoría recién llegados de Rusia, demostraron valor, iniciativa y energía. Pero desde el principio, su confusión en las cuestiones teóricas les hizo cometer errores serios en temas fundamentales que después tendrían consecuencias desastrosas.
En la cuestión clave de la tierra, defendían la confiscación de las grandes propiedades, pero se oponían a la distribución de la tierra entre los campesinos. Según ellos esto favorecería el desarrollo de pequeños propietarios e impediría la extensión de las ideas socialistas en el campo. En la cuestión nacional, en lugar de defender el derecho de autodeterminación, defendían el "autodesarrollo proletario".
El clima revolucionario hizo que los comunistas ganaran terreno rápidamente a pesar de sus errores, sus ideas penetraron en los barracones, fábricas, y sindicatos, hasta entonces dominados por los dirigentes obreros reformistas.
El ambiente entre las masas permitió al PC crecer de forma explosiva en cuestión de semanas, no sólo entre el proletariado de Budapest, también en Szeged, la segunda ciudad más grande del país -bastión del SDP-. Pero lo más importante es que la organización juvenil del SDP entró en bloque en el Partido Comunista en diciembre de 1918.
Alarmados por el rápido crecimiento del Partido Comunista y que amenazaba con socavar su posición entre la clase obrera, los dirigentes socialdemócratas iniciaron una campaña contra los bolcheviques "rusos" y la "contrarrevolución de la izquierda". Como hicieron los mencheviques rusos, los dirigentes socialdemócratas húngaros consideraban que Hungría no estaba "madura" para la revolución socialista.
Defendían el cambio pacífico y gradual, sin saltos bruscos: Hungría pasaría en primer lugar, a través de un periodo de democracia burguesa y posteriormente, quizá después de cincuenta o cien años, la sociedad húngara estaría "preparada" para socialismo. Desgraciadamente, para los ideólogos del gradualismo, los acontecimientos tomaron la dirección contraria. Al ver que la democracia burguesa no era la solución a sus problemas, las masas entraron de nuevo en acción y comenzó una oleada de ocupaciones de fábrica.
En muchos centros de trabajo se impuso el control obrero. Había constantes manifestaciones callejeras de trabajadores, soldados y parados. A finales de enero de 1919, hubo choques sangrientos entre soldados leales al gobierno y los huelguistas. El descontento llegó también al ejército. La cuestión nacional resurgió con una intensidad renovada debido a la insurrección revolucionaria en Ucrania occidental. Las promesas de Karolyi de conceder la autonomía, lejos de frenar el movimiento añadieron más combustible a las llamas.
Siguiendo el ejemplo de Noske y Scheidemann en Alemania -en enero de ese mismo año Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht fueron asesinados con la connivencia de los dirigentes socialdemócratas-, la dirección del SDP inició una campaña anticomunista que culminó con una provocación similar a las jornadas de julio en Rusia, en este caso, arrestaron a la dirección del Partido Comunista, Bela Kun y sus compañeros fueron torturados salvajemente en la prisión.
Pero el gobierno había calculado mal. En una situación revolucionaria el ambiente de las masas puede cambiar rápidamente. Los arrestos sirvieron para sacar a la luz el papel contrarrevolucionario de los dirigentes socialdemócratas en el gobierno. Las masas habían depositado sus esperanzas en los dirigentes del SDP, y ahora éstos les habían traicionado.
El Partido Comunista, que ya no era una pequeña minoría, ahora tenía la mayoría en las zonas claves del movimiento obrero. Los trabajadores sacaron una sencilla conclusión: si este gobierno está contra el bolchevismo debemos estar contra el gobierno. En todos los mítines públicos los dirigentes del SDP eran abucheados por las masas.
Incluso socialdemócratas como Erno Garami, admitieron después que "el arresto de los dirigentes bolcheviques no sólo no los debilitó, sino que fortaleció su capacidad de lucha". Wilhelm Bohm también llegó a escribir que: "privado de sus dirigentes, el movimiento bolchevique ganó nueva fuerza".
El movimiento obrero ahora miraba hacia el Partido Comunista. Los arrestos sirvieron de catalizador del descontento y frustración acumulados entre las masas. En el mes de marzo apareció la tendencia a la insurrección armada. En Szeged, el 10 de marzo, el soviet local tomó el control de la ciudad, rápidamente la siguieron otras ciudades. Los campesinos tomaron las tierras del Conde Esterhazy, sin esperar el decreto del gobierno.
Debido al inesperado giro de los acontecimientos, los dirigentes reformistas intentaron desviar el movimiento hacia canales más inocuos y comenzaron a defender la consigna de la asamblea constituyente. Pero el empuje de las masas superaba a los dirigentes del SDP. Los batallones pesados de trabajadores de las grandes fábricas de Budapest apoyaban al Partido Comunista.
Los trabajadores sacaban conclusiones revolucionarias de la situación. Habían terminado con cuatrocientos años de dominio Habsburgo con su propia fuerza y organización. Los soviets obreros estaban armados y el gobierno no podía depender del ejército para luchar.
Las masas habían pasado por la dura escuela de la guerra, la revolución y la contrarrevolución enmascarada de democracia, y ahora estaban preparadas para la lucha decisiva. En este clima las ideas moderadas de los dirigentes del SDP no encontraban ningún eco.
Los trabajadores comprendieron perfectamente que los dirigentes socialdemócratas sólo querían desviar su atención del objetivo central: la cuestión del poder. La impaciencia de los trabajadores ante el papel que jugaban los dirigentes socialdemócratas se expresó en la negativa de los impresores de Budapest a imprimir el periódico del SDP, Nepszava. Los impresores comenzaron una huelga el 20 de marzo, el mismo día que los Aliados lanzaban su ultimátum a Karolyi. El día 21, la huelga de impresores se había convertido en huelga general para exigir la liberación de los dirigentes comunistas y el traspaso del poder a la clase obrera.
Este movimiento espontáneo provocó una escisión en la dirección del SDP. Un sector de la dirección, identificado abiertamente con la burguesía, estaba dispuesto a jugar el mismo papel contrarrevolucionario que Noske y Scheidemann en Alemania. Otros eran más cautos.
Los liberales burgueses desmoralizados entregaron el poder a los dirigentes reformistas, y éstos aceptaron el regalo con las manos temblorosas. La burguesía depositó toda la responsabilidad sobre los hombros de los socialdemócratas "moderados". Pero éstos siempre deseosos de aceptar su "deber patriótico", también estaban en una posición bastante débil.
Su influencia entre las masas era prácticamente nula. ¿Cómo podrían mantenerse en el poder? Después llegó un acontecimiento sin precedentes en la historia: los dirigentes del SDP, aún en el gobierno, fueron a la cárcel a visitar y negociar con los dirigentes del PC a los que ellos mismos habían encarcelado poco antes. Este hecho por sí mismo, demuestra el cambio en la correlación de fuerzas de clase que se produce en una situación revolucionaria.

Los avisos de Lenin

Al principio, los dirigentes del SDP pidieron apoyo al Partido Comunista desde fuera del gobierno. Cuando lo rechazaron, la reformistas propusieron la fusión de ambos partidos. La propuesta era formar un gobierno de coalición disfrazado de Partido Socialista "Unido". Los astutos viejos zorros que dirigían el SDP estaban dispuestos a firmar, estaban a favor de cualquier cosa, no importaba lo radical que sonase, sólo querían llegar a un acuerdo.
De repente los exponentes del "realismo" se convirtieron a la dictadura del proletariado, al poder soviético, a la revolución, todo valía para conseguir que los comunistas entraran en el gobierno. Realmente los socialdemócratas con este movimiento sólo reconocían la verdadera situación. Mientras que los dirigentes comunistas negociaban la unidad con los socialdemócratas, los trabajadores de Budapest llevaban adelante una revolución pacífica, y el gobierno no ofrecía ninguna resistencia. El PC y el SDP se unieron cuando el poder ya estaba en manos de la clase obrera armada.
Para conseguir esta unificación, los dirigentes del PC cometieron un grave error que la clase obrera pagaría después. Mientras Bela Kun, el dirigente de los comunistas húngaros, intentaba calmar a los trabajadores con llamamientos a la unidad como "condición previa para conseguir el poder obrero", muchos militantes comunistas confusos se opusieron. Al intentar encontrar una solución "fácil" al problema de la construcción del partido y un "atajo" al poder, Bela Kun cayó en la trampa. Faltos de confianza en sí mismos, en su programa político y en la clase obrera, los dirigentes del PC se fusionaron con los socialdemócratas de la peor de las maneras imaginables.
Fue una fusión burocrática por arriba, en lugar de una verdadera unificación de las bases, con un trabajo paciente por parte de los antiguos dirigentes para convencer a los trabajadores de la unificación. Los comunistas tenían más influencia entre los sectores decisivos del proletariado que los reformistas, éstos últimos estaban comprometidos por su colaboración en el gobierno de la burguesía y por acciones represivas contra los trabajadores y plantearon la fusión cuando estaban en peligro y la revolución ya era una realidad. Su intención era preservar su prestigio y privilegios apostando por el caballo ganador. Sólo los elementos abiertamente más contrarrevolucionarios, encabezados por Erno Garami, se negaron a participar en la unificación. Entre los que se opusieron a la fusión, había luchadores honestos de izquierdas y curtidos burócratas de la derecha.
A pesar de la ausencia de información, y de las grandes distancias que le separaban de los acontecimientos en Hungría, Lenin inmediatamente fue consciente del peligro:
"La primera comunicación que hemos recibido sobre el tema [la unificación ] nos hace temer que, quizá los llamados socialistas, socialtraidores, han recurrido a alguna artimaña, para embaucar a los comunistas, aprovechándose de que éstos estaban en prisión" (Obras Completas. Vol. 29. p. 242. En la edición rusa).
En un telegrama a Bela Kun, Lenin planteaba sus dudas con relación a la unificación en los siguientes términos:
"Les ruego nos informen de las garantías existentes de que el nuevo gobierno húngaro será un gobierno verdaderamente comunista, y no sólo socialista, es decir, un gobierno de socialtraidores. ¿Tendrán los comunistas mayoría en el gobierno? ¿Cuándo se celebrará el congreso de los soviets? ¿En qué consiste realmente el reconocimiento de la dictadura del proletariado por parte de los socialistas?
Sería un error aplicar las mismas tácticas rusas, imitar cada pequeño detalle, e imponerlas a las condiciones particulares de la revolución húngara. Mi deber es advertirles de estos errores, pero me gustaría conocer qué garantías tienen". (Ibíd. P. 203).
Bela Kun respondió a las preguntas de Lenin con afirmaciones categóricas. Pero Lenin no estaba convencido, en el primer congreso de la Internacional Comunista celebrado poco después de la revolución húngara, Lenin avisó al comunista húngaro Laszlo Rudas:
"Considero esta unificación un peligro. ¿No habría sido mejor formar un bloque en el cual ambos partidos mantuviese su independencia? De esta forma los comunistas podrían aparecer ante las masas como un partido independiente. Así podrían aumentar su fortalezas día a día, y en el caso de necesidad, si los socialdemócratas no cumplen con sus deberes revolucionarios, entonces se puede plantear una escisión". (Szabad Nep. 21/1/1949).
El aviso de Lenin a los comunistas húngaros no tenía nada que ver con la intransigencia sectaria. Lenin defendía la unificación, pero había que hacerla de una forma adecuada, con un programa revolucionario claro y excluyendo a los viejos dirigentes de la derecha. El error no fue la unificación con los socialdemócratas, sino mezclar las banderas y los programas en una fórmula intermedia.
Los comunistas húngaros liquidaron el partido en el SDP, los dirigentes socialdemócratas se llevaron la parte del león de los puestos de dirección del partido, los sindicatos y del gobierno. Pero la actuación de Bela Kun y sus compañeros, que eran los elementos más avanzados y revolucionarios de la clase, obedecía fundamentalmente a su atraso político.
El error resultó fatal. Demuestra exactamente lo que habría ocurrido en Rusia, si los bolcheviques se hubieran fusionado con los mencheviques después de la revolución de febrero, como defendían Stalin y Kamenev, o si hubieran cedido en noviembre de 1917 a las presiones que recibieron para formar un "gobierno de coalición con todos los partidos soviéticos", a la que se resistieron con éxito Lenin y Trotsky.

Los errores de los comunistas húngaros

Es ley de toda revolución, que en el momento decisivo, cuando llega la cuestión de la toma del poder, la dirección del partido revolucionario tiende a caer bajo la presión y la influencia de clases ajenas, a la presión de la "opinión pública" burguesa e incluso de las capas más atrasadas de la clase obrera. Los dirigentes bolcheviques en Petrogrado en febrero de 1917, no tenían mucha más experiencia que los dirigentes comunistas húngaros en marzo de 1919; Kamenev y Stalin también tomaron la línea de menor resistencia, y apoyaron el gobierno provisional y la unidad con los mencheviques.
El temor a quedarse "aislados", a aparecer ante los ojos de las masas como "sectarios" ejerce una gran presión en la dirección revolucionaria. Sólo con una visión clara del proceso revolucionario en su conjunto, se pueden resistir estas presiones. Los jóvenes e inexpertos dirigentes comunistas húngaros carecían de la perspicacia y firmeza política necesarias, dudaron en el momento decisivo y lo perdieron todo.
Si se hubieran mantenido firmes, con una identidad independiente, si hubieran seguido el consejo de Lenin de formar una alianza con los dirigentes del SDP, mientras trabajaban pacientemente para convencer a los trabajadores socialdemócratas de la corrección de sus ideas y programa, habrían ganado rápidamente a la gran mayoría de los trabajadores y a los elementos más honestos de sus dirigentes, y habrían aislado y excluido a los corruptos arribistas. Lo que impidió que el Partido Comunista hiciera esto fue precisamente su deseo de buscar un "atajo".
El nuevo gobierno obrero húngaro tenía importantes ventajas. La revolución, contrariamente a todos los argumentos que siempre han planteado los reformistas sobre la violencia, fue totalmente pacífica. La burguesía estaba tan desmoralizada que no podía ofrecer ningún tipo de resistencia. Las masas se identificaban con el nuevo gobierno, no sólo los trabajadores y los campesinos pobres, también -a diferencia que en Rusia-, contaban con el apoyo de un sector importante de la intelligentsia que, debido a sus antiguas tradiciones nacional-revolucionarias, apoyaban la revolución.
Por otro lado, la República obrera de Hungría, nació en un momento crítico del imperialismo mundial. La misma base del sistema temblaba por los golpes de la revolución.1919 fue un año fatídico para la historia de la humanidad. Después de las insurrecciones revolucionarias de enero en Berlín, Austria entró en una etapa de fermento revolucionario y se proclamó la República Soviética de Bavaria.
En Francia, el periodo de desmovilización estuvo acompañado por una gran tensión. En Gran Bretaña, los delegados de empresa estaban en su apogeo. Hubo luchas por las cuarenta horas semanales y la campaña "Las manos fuera de Rusia", con motines en el ejército y la rebelión del Clyde.
Según pasaba el año también estallaron grandes movimientos huelguísticos en Holanda, Noruega, Suecia, Yugoslavia, Rumania, Checoslovaquia, Polonia, Italia e incluso en Estados Unidos. Con una política y orientación correctas, la revolución húngara había llevado las llamás de la revolución al corazón de Europa, y eso lo sabían perfectamente los estrategas del imperialismo.
Desgraciadamente, los dirigentes de los comunistas húngaros cometieron errores que determinarían el destino de la revolución. Como ya hemos señalado, el partido tenía una postura completamente equivocada en la cuestión de la tierra y la pusieron en práctica. De los 9 millones de habitantes de la República soviética húngara, 4,4 millones trabajaban en la tierra. Había 5.000 grandes terratenientes (1% del total), que poseían más tierra que el 99% restante. Había un millón de "proletarios rurales"; aproximadamente 700.000 familias de pequeños campesinos; más de 100.000 campesinos medios. Una política agraria correcta habría puesto a la gran mayoría de campesinos de parte de la revolución.
En Rusia el decreto sobre de la tierra fue uno de los primeros decretos de los bolcheviques inmediatamente después de la toma del poder. En Hungría el nuevo gobierno tardó dos semanas en publicar el decreto de la tierra -mucho tiempo para una situación revolucionaria- y esto dio a los elementos contrarrevolucionarios de los pueblos, una oportunidad de oro para extender rumores alarmistas y propaganda antisocialista. Peor aún fue la impaciencia ultra izquierdista de los comunistas húngaros que provocó el aborto de la reforma agraria.
Bela Kun y sus compañeros veían la cuestión campesina desde un punto de vista simplemente "económico". No habían comprendido la naturaleza dialéctica de la relación entre el proletariado y el campesinado y miraban con recelo la política bolchevique rusa de distribución de la tierra entre los campesinos, que a corto plazo afianzó el desarrollo de pequeños elementos de propiedad en los pueblos, pero que consiguió galvanizar a las masas de campesinos pobres alrededor de la bandera de la revolución socialista. "Tibor [Szamuely] y yo", escribía Bela Kun después de la derrota de la revolución, "creíamos que nuestra política agraria era más inteligente que la de los bolcheviques rusos, porque nosotros no dividíamos las grandes propiedades entre los campesinos sino que instalábamos en ellas la producción socialista, basándonos en los trabajadores rurales para no convertirles en enemigos del proletariado, gracias a que no les convertíamos en propietarios de tierra"
La impaciencia y el impresionismo de los dirigentes del PC les llevó a exagerar e idealizar los elementos de "conciencia socialista" existentes entre el campesinado húngaro, este error ya lo habían cometido los narodniks rusos en el siglo anterior. Tibor Szemuely expresó estas ilusiones en una reunión en Rusia en mayo de 1919 en un discurso publicado por Izvestia el 5 de mayo:
"La idea de organizar comunas agrarias fue recibida con gran simpatía. Entre el campesinado húngaro no hay grupos que luchen contra esta idea". (El subrayado es mío).

"Socialismo ahora"

En realidad, el campesino por su forma de existencia y su papel en la producción es la clase menos capaz de desarrollar una conciencia colectiva. Algunos comunistas húngaros comprendían esto mejor que Bela Kun. En un artículo publicado en el primer número de Communist International, Laszlo Rudas señalaba que el campesino pobre y de clase media era "en el mejor de los casos indiferente al destino de la dictadura del proletariado".
Esta observación sin embargo, es sólo relativamente correcta.¿Por qué los campesinos medios y pobres rusos no fueron indiferentes al destino del estado obrero ruso? Los bolcheviques rusos al distribuir la tierra sabían que los campesinos defenderían el estado obrero porque así defenderían también sus parcelas de tierra contra los grandes terratenientes que apoyaban a los ejércitos blancos. La "conciencia socialista" aquí no tiene nada que ver.
Los bolcheviques, dirigidos por Lenin y Trotsky, utilizaron diestramente la cuestión de la tierra para convencer a las masas campesinas y ganarlas a la revolución socialista. Lejos de convertir a los campesinos en enemigos, la política agraria de los bolcheviques los convirtió en entusiastas defensores de la revolución. Sin esta alianza, los bolcheviques habrían sobrevivido lo mismo que la República Soviética Húngara.
La postura de los dirigentes socialdemócratas sobre esta cuestión no era mucho mejor, incluso era peor que la de Bela Kun. En Nepszava, el órgano del partido unido, controlado por los socialdemócratas aparecía lo siguiente: "Estamos orgullosos de la solución que hemos dado al problema agrario... hemos podido solucionar la cuestión gracias a una circunstancia afortunada.[!] En nuestro país, la producción socialista agrícola no es una utopía. Una buena parte de la tierra cultivada ha estado entregada a la producción colectiva". (6/6/1919).
En la práctica, estos burócratas conservadores por naturaleza, estaban aterrorizados ante cualquier tipo de iniciativa de las masas. Para estos elementos, las ideas planteadas por Marx y Engels, y que los bolcheviques pusieron en práctica en Rusia, la "segunda edición de la guerra campesina" como arma auxiliar de la revolución proletaria, era un anatema. Los dirigentes del Partido Socialdemócrata apoyaban la colectivización, pero sin entusiasmo revolucionario, tan solo como un medio posible de evitar el "desorden" en los pueblos.
Pusieron en práctica la reforma agraria a través de métodos burocráticos. En el fondo de sus corazones, los socialdemócratas se oponían a la confiscación de la tierra, años después el conde Karolyi reveló que no sólo los terratenientes y la iglesia se oponían a la reforma agraria, también los dirigentes del SDP. El resultado fue un aborto. Pusieron al frente de las granjas colectivas a los "comisarios de producción". En algunos casos éstos no eran otros que los antiguos terratenientes, que vivían en su antigua casa y a quienes los campesinos seguían llamando "amo".
¿Cómo podían los campesinos pobres y jornaleros agrícolas apoyar esta situación? Para ellos nada fundamental había cambiado. Esto es lo que explica la indiferencia de los campesinos pobres y medios "en el mejor de los casos" ante la revolución.
A los pobres aldeanos no les convencía la nueva situación, ésta se parecía a la que existía anteriormente, solamente habían cambiado los nombres. Los pequeños propietarios recelaban de las intenciones del gobierno y estaban influenciados por la propaganda lanzada por los campesinos ricos y los terratenientes; éstos les decían a los pequeños campesinos que el gobierno deseaba nacionalizar también su tierra. Mientras que la política de Lenin había triunfado, había conseguido poner una cuña entre el pequeño campesino y los kulaks, la política "inteligente" de Bela Kun, sólo consiguió unir a los pequeños campesinos y a los kulaks en un bloqueo hostil contra la revolución.
El fracaso de la política agraria tuvo serios resultados en otros campos. El gobierno, consciente de la hostilidad y la indiferencia de la mayoría de los campesinos, no tenía la suficiente confianza como para requisar el grano, como habían hecho los bolcheviques en Rusia. Esto creó serios problemas de suministro en las ciudades y en el ejército Rojo, comenzando a aparecer la escasez de comida y ropa. El error resultó trágico.
En los meses siguientes, el gobierno en lugar de concentrar todos sus esfuerzos en ampliar su base de apoyo y librar una lucha despiadada contra los contrarrevolucionarios, malgastó tiempo y energías en todo tipo de cuestiones secundarias. Debido a la presión insistente de Lenin, implantaron la jornada laboral de 8 horas junto con varias reformas que mejoraban las condiciones de vida de la población.
Se malgastaba mucho tiempo en desfiles, discursos y celebraciones. En un momento en que las fuerzas de la reacción estaban reagrupándose en las fronteras y dentro de Hungría, los ministros se dedicaba a mil y un proyectos culturales. Lenin se quejó ante Laszlo Rudas:
"¿Qué tipo de dictadura [del proletariado] se consigue con la socialización de los teatros y sociedades musicales? ¿Realmente pensáis que ahora éstas son las tareas más importantes? (Szabad Nep, 21/1/1949).
La República Soviética Húngara, había conquistado el poder fácilmente y ahora se encontraba en una posición tan debilitada que no conseguía resistir el avance de la reacción. El propio gobierno formado por trece personas de las cuales sólo cuatro eran comunistas, imitaba todas las formas externas de la revolución rusa (algo a lo que se negó insistentemente Lenin) incluida la creación del Comité de Inspección campesina, incluso nombraron a Lenin "presidente honorario" del soviet de Budapest. Por otro lado, el Ejército Rojo, creado por decreto el 30 de marzo era el antiguo ejército con nuevo nombre, controlado por los socialdemócratas y por oficiales del antiguo régimen. La mayoría de los comisarios del ejército eran socialdemócratas, incluido el comisario jefe Moor.
La Milicia Roja incluía destacamentos que estaban controlados por la antigua policía y gendarmería. No sólo no liquidaron completamente el viejo aparato estatal, sino que elementos importantes del antiguo régimen controlaban estas nuevas estructuras. Poco a poco se fue purgando el ejército y las milicias de los viejos elementos reaccionarios. Pero mientras perdieron un tiempo precioso de lucha contra la reacción.
En sus 133 días de existencia, la república soviética público 531 decretos. Si las revoluciones se ganaran y se perdieran por la cantidad de trabajo administrativo, los trabajadores húngaros nunca habrían perdido. Lamentablemente para Bela Kun la reacción luchaba con balas de verdad y no con papeles.
En el frente económico también la impaciencia de los dirigentes del Partido Comunista provocó enormes problemas. Después de la revolución de octubre los bolcheviques sólo nacionalizaron los bancos y grandes industrias. Esto bastó para concentrar todos los sectores fundamentales de la economía en manos del estado obrero, la tarea más complicada de integrar las pequeñas y medianas empresas en el sector nacionalizado se podría hacer más lentamente y a un ritmo más ordenado.
Sin embargo, el deseo de Bela Kun de "hacerlo mejor" que los bolcheviques, llevó al estado obrero húngaro a nacionalizar cinco días después de la toma del poder todas las empresas con más de cincuenta trabajadores. Era demasiado pronto para un país atrasado en el que la gran industria todavía era relativamente pequeña.
En un mes, nacionalizaron más de 27.000 empresas -la mayoría con menos de veinte trabajadores-. La iniciativa de estas nacionalizaciones con frecuencia procedían de los propios trabajadores, y el gobierno estaba abrumado por las reivindicaciones de los trabajadores.
La idea de los dirigentes del Partido Comunista húngaro de introducir el "socialismo ahora", sin tener en cuenta ni considerar el problema de la transición del capitalismo al socialismo, provocaba serias dificultades. Sin la preparación adecuada y sin el desarrollo tecnológico, la nacionalización de miles de pequeñas empresas causó considerables problemas económicos.
Los errores cometidos por los comunistas húngaros debilitaron seriamente la revolución frente a la creciente amenaza de las fuerzas de la reacción. Las potencias imperialistas, reunidas en la Conferencia de Paz de París, comprendían muy bien el peligro que suponía la "cuestión húngara". La posibilidad de la intervención armada era cada vez mayor. Pero la debilidad subyacente del imperialismo en ese momento quedó en evidencia en su incapacidad de intervenir directamente contra la revolución húngara.
Los imperialistas británicos, franceses y estadounidenses tuvieron que recurrir a los servicios de los checos y rumanos para que hicieran el trabajo sucio por ellos. El 16 de abril los rumanos iniciaron el ataque, e inmediatamente se demostró la debilidad y falta de preparación de la República Soviética Húngara. El "Ejército Rojo", formado por tropas y oficiales del antiguo régimen, se desmoronó antes de la ofensiva, y varios destacamentos se pasaron al enemigo.

La intervención imperialista

El ejército rumano penetró en territorio húngaro sin encontrar una resistencia seria. Los serbios instigados por los aliados, invadieron el sur de Hungría, mientras, la burguesía "democrática" checa también se unió y atacó el occidente con tropas dirigidas por oficiales franceses e italianos.
The Times, el 7 de mayo de 1919 público los objetivos de los imperialistas, exigían la redición de Hungría, el desarme del Ejército Rojo, la dimisión del gobierno y la ocupación del país por las tropas aliadas. A la primera señal de peligro, los socialdemócratas del gobierno querían arrojar la toalla. Wilhelm Bohm, uno de los principales dirigentes del SDP y antiguo dirigente del Ejército Rojo, preparó el plan de capitulación.
Los dirigentes obreros reformistas paralizaron el gobierno en el momento decisivo. Si se hubiera dejado todo en sus manos, los blancos habrían ocupado Budapest sin la menor resistencia.
Pero los proletarios de Budapest se hicieron cargo de la situación y obligaron al gobierno a cambiar de rumbo. Se celebraron mítines de masas, los trabajadores ignoraban las súplicas de Bohm y compañía y decidieron luchar. Recaudaban dinero en las grandes fábricas y lo enviaban desde los barrios obreros al frente. A los pocos días, gracias a la magnífica iniciativa de los trabajadores, miles de voluntarios se unieron al Ejército Rojo -trabajadores de fábricas, ferroviarios, carteros, oficinistas, la situación se transformó en 24 horas.
El 2 de marzo los trabajadores de Budapest consiguieron hacer retroceder a las fuerzas invasoras. En una campaña brillante que duró siete días, el Ejército Rojo proletario pasó de la defensiva a la ofensiva, y recuperó muchas ciudades y pueblos que estaban en manos del enemigo.
El ejército checo retrocedió ante esta ofensiva. El Ejército Rojo liberó grandes regiones de Eslovaquia, y el 6 de junio proclamó la República Soviética Eslovaca.
Sin embargo, los heroicos esfuerzos de los trabajadores húngaros se topaban continuamente con los dirigentes del SDP en el gobierno. Estos comenzaron una campaña contra los supuestos "métodos duros" y la "crueldad innecesaria". Realmente, nadie podría acusar a los trabajadores húngaros de excesiva crueldad, más bien todo lo contrario.
La revolución fue demasiado indulgente con sus enemigos, y por esto pagó un precio terrible. Exigir la renuncia a "medidas duras" en medio de una guerra civil terrible y sangrienta, equivalía a rendirse ante el enemigo. El gobierno burgués parlamentario más democrático no toleraría la propaganda derrotista en tiempo de guerra. Los trabajadores húngaros tenía que luchar dos frentes: contra su enemigo de clase en el campo de batalla, y contra los agentes del enemigo colocados en posiciones clave del gobierno para minar todos los esfuerzos de los trabajadores en la guerra.
Los dirigentes del partido comunista se dieron cuenta demasiado tarde del error que significaba la unificación. Bela Kun se quejaba ante los socialdemócratas y amenazaba con una escisión, en un momento en que la dirección tenía que estar unida y mostrar una firme decisión para luchar en la guerra. El gobierno estaba dividido. Los dirigentes del SDP eran la mayoría en todos los órganos de dirección del partido "unido". También controlaban el "consejo de gobierno revolucionario".
Estos arribistas consumados, que habían apoyado la "dictadura del proletariado" para salvar sus posiciones, ahora no querían tampoco perder su puesto. Buscaban poner tanto terreno como fuese posible entre ellos y los "bolcheviques" a quienes estaban dispuestos a culpar de todo los problemas. Todo valía para restaurar sus credenciales como políticos burgueses respetables y "democráticos", querían demostrar que realmente no iban a hacer ningún daño y que simplemente habían participado en la revolución para "evitar excesos".
A pesar de la presión de la Internacional Comunista, los dirigentes comunistas húngaros vacilaban, tan pronto se oponían abiertamente a los dirigentes del SDP, como un rato después se echaban atrás.
Las actividades del SDP en el gobierno dieron luz verde al imperialismo. A iniciativa del "campeón de los pueblos", el presidente Wilson, la Conferencia de Paz de París, alarmada por los éxitos del Ejército Rojo, realizó el 8 de junio un nuevo ultimátum a Budapest, en el se exigía que el Ejército Rojo dejase de avanzar e invitaba al gobierno húngaro a París para "discutir las fronteras de Hungría". Después siguió un segundo ultimátum, en este se amenazaba con el uso de la fuerza si no se cumplían los términos.
Este ultimátum fue aprovechado por Bohm y compañía para lanzar una nueva campaña por "la paz a cualquier precio". El 18 de junio, Lenin envió un telegrama en el que aconsejaba a Bela Kun, que continuaran las negociaciones con los aliados, esa táctica era correcta para ganar tiempo, pero que no se podía depositar ninguna confianza en los aliados ni en su oferta de paz. En realidad, no existía la más mínima garantía de que los aliados cumplieran sus promesas.
Con los ejércitos extranjeros todavía en suelo húngaro, pedían el desarme de la revolución sólo a cambio de un pedazo de papel. El 26 de junio, comenzaron las negociaciones y el Ejército Rojo inició la retirada.
Hay momentos psicológicos decisivos en la historia de una revolución, como en el caso de una huelga. La entrega de posiciones conquistadas por el Ejército Rojo en la batalla, tuvo un efecto desastroso. Entregaron a los enemigos la República Soviética Eslovaca. La moral de los trabajadores y campesinos sufrió un duro golpe. Lenin ya había advertido del peligro que era depositar todas las ilusiones en la "buena" fe de los aliados, ahora los húngaros caían de cabeza en la trampa. Más tarde Bela Kun lo reconocería:
"No respondimos a las maniobras de Clemenceau con contramaniobras. Nos esforzamos por ganar tiempo prolongando las negociaciones y ni siquiera intentamos obligarles a aceptar estas negociaciones, sencillamente aceptamos todo lo que ellos pedían, sin pedir la más mínima garantía, sin tener en cuenta la posibilidad de desintegración del ejército en caso de retirada".

El reino del terror

El destino de la revolución húngara ya estaba sellado. El 24 de junio hubo un intento de alzamiento contrarrevolucionario en Budapest encabezado por los autodenominados "Socialdemócratas Nacionales" que fue sofocado en 24 horas. El 20 de julio, Clemenceu publicó una nueva nota, en la que declaraba que el gobierno húngaro "no tenía competencias para negociar" y exigía la formación de un nuevo gobierno en el que no participase el partido comunista y estuviera formado por "dirigentes obreros responsables". Como era de esperar, los dirigentes del SDP aceptaron impacientes la demanda.
Los socialdemócratas se habían ocultado detrás del partido comunista y ahora que el péndulo había girado hacia el lado opuesto de Bela Kun y compañía éstos ya no les eran útiles. Una vez más, los dirigentes del partido comunista demostraron una gran ingenuidad y confusión. En lugar de dirigir la lucha a denunciar las maniobras de los dirigentes del SDP (que estaban en contacto directo con los ejércitos francés, británico, italiano y estadounidense en Budapest), finalmente aceptaron "evitar un derramamiento de sangre inútil".
El golpe de estado se había consumado sin un solo disparo. Los dirigentes obreros "responsables", concentraron todo el poder en sus manos con la intención de devolverlo tan rápido como fuera posible a los terratenientes y a los capitalistas.
Ahora el camino hacia la contrarrevolución adquiría un carácter irreversible. El nuevo gobierno socialdemócrata se dio prisa en deshacer todas las medidas aprobadas por la revolución. Devolvieron las empresas nacionalizadas a sus antiguos propietarios. Liquidaron las conquistas de los trabajadores y campesinos. Arrestaron a muchos militantes del Partido Comunista, mientras que liberaban a los elementos contrarrevolucionarios de las cárceles. Era tal la ceguera reformista de los dirigentes obreros socialdemócratas, que llegaron a creer que con estas acciones los blancos les permitirían seguir en sus puestos.¡Vana ilusión! El 6 de agosto, un puñado de militares derrocó al nuevo gobierno. El proletariado de Budapest, desorientado y sin dirección fue incapaz de ofrecer resistencia.
Con la entrada del ejército rumano en Budapest, comenzó el reino de terror contra la clase obrera húngara. Los terratenientes y capitalistas se vengaron de los "actos de crueldad". Los soldados heridos del Ejército Rojo fueron sacados de los hospitales y asesinados, los blancos utilizaron los métodos de tortura medievales más bárbaros: en este periodo murieron asesinadas cinco mil personas. Y los grandes defensores del "gran realismo", esos dirigentes reformistas que habían protestado a gritos por los supuestos "excesos" de los trabajadores y campesinos, ahora miraban a otro lado, y justificaban los asesinatos y la represión de la forma más cobarde, mientras conseguían mantener sus empleos y sus privilegios.
La derrota de la revolución húngara de 1919 representó un duro golpe para la Internacional. La revolución rusa siguió aislada en un país atrasado, y este hecho contribuyó en la posterior degeneración del primer estado obrero del mundo. La derrota no era inevitable. A pesar de lo difícil que era defender un pequeño país sin defensas naturales, con una política correcta el resultado habría sido diferente. Sobre todo si hubieran adoptado una política agraria correcta, y hubieran hecho llamamientos a los soldados campesinos de los ejércitos invasores, rumanos, checos y serbios. Las condiciones estaban ahí. El cuarto y noveno ejércitos rumanos se negaron a luchar en la guerra, estallaron huelgas entre los trabajadores rumanos en Ploesti, Bucarest, etc. El periódico austriaco Deutsche Volksblatt describía el ambiente de descontento existente entre las tropas invasoras:
"Los ejércitos rumano y checo se caracterizan por la ausencia de disciplina, las ideas bolcheviques se están extendiendo, el ejemplo más evidente es que el movimiento de campesinos y trabajadores de Bessarabia se ha vuelto contra el gobierno rumano".
Muchos de los 8.000 soldados checos se negaron a luchar y desertaron en masa en los Cárpatos, hacia Galitsia, donde les esperaba la encerrona de los soldados polacos. También se dieron casos de confraternización en el frente yugoslavo. Todo esto demuestra que habría sido posible si los comunistas húngaros hubieran aplicado en la revolución una política correcta.
Hoy, 60 años después, a pesar de todos los errores, la breve experiencia de la República Soviética Húngara es una fuente de inspiración para todos los trabajadores. Sólo analizando los errores del pasado podremos educar a esta generación y prepararnos para las tareas a las que el movimiento obrero se enfrentará en el próximo periodo.

Alan Woods
lunes, 23 de marzo de 2009