domingo, agosto 16, 2009

La payasada antiterrorista del Presidente Uribe


Recorrió varias naciones de Latinoamérica para expresar sus puntos de vista con respecto a la instalación de siete bases militares en Colombia. Álvaro Uribe, aliado incondicional de los Estados Unidos, destacó que esta decisión no significaba peligro alguno para las naciones del área y que solo tenían como objetivo el combate al narcotráfico y a la guerrilla.
En su periplo recibió el rechazo, la duda o el apoyo de gobiernos como el de México, pero sí encontró manifestaciones populares de total repudio a esta decisión.
La posición más fuerte está en sus vecinos Venezuela y Ecuador, cuyos presidentes ven a los militares norteamericanos en Colombia como una real amenaza a sus respectivas soberanías. No se puede pasar por alto la incursión de paramilitares y mercenarios desde Colombia a Venezuela para acciones terroristas y la eliminación física de Hugo Chávez, o la intervención directa de militares de esa nación en territorio de Ecuador en busca de guerrilleros de las FARC el 1 de marzo de 2008.
En la real estrategia de dominación a largo plazo para imponer una posición unitaria de subordinación al gobierno de los Estados Unidos, no resulta una quimera la posibilidad de hacer de Colombia lo que para el Medio Oriente resulta Israel. Sería el contén o la destrucción de las fuerzas y gobiernos de izquierda, a su unidad y frenar el avance del proceso integracionalista que sin los Estados Unidos comienza a gestarse.
En el reaccionario periódico ABC de España, en su edición digital, se reproducen desde Caracas las declaraciones de Iván Carratú, ex director del Instituto de Altos Estudios de la Defensa Nacional, quien después de reconocer el alto poderío militar de Colombia, según él superior al de Venezuela, aún sin la presencia de los militares norteamericanos, para “ Uribe, las bases tienen un efecto añadido: «Disuadir militarmente a Venezuela o a cualquier país de atacar a Colombia. Si Venezuela ataca a Colombia estaría atacando a los EE.UU.». Esta declaración, indudablemente forma parte de la actual guerra mediática contra la revolución bolivariana pues en su política exterior se reafirma la paz y en particular con sus naciones hermanas de Latinoamérica y el Caribe.
Además, los Presidentes de Bolivia, Nicaragua, Uruguay y Brasil se han manifestado en contra de l a presencia de siete bases militares de los Estados Unidos en Colombia y han alertado sobre el peligro que esto representa.
En su toma de posición correspondiente a un segundo mandato, Rafael Correa, Presidente de Ecuador, puntualizó con respecto a Álvaro Uribe: "Ojalá no tenga que pedir disculpas a toda América, sobre todo a América del Sur, por permitir que se instalen bases norteamericanos en nuestra región".
Mientras desde Colombia la agencia mexicana NOTIMEX, reportaba este 15 de agosto, que en el Congreso de esa nación hay preocupación por el estatus que asumirán los soldados y oficiales norteamericanos.
Se afirma que: “La senadora Alexandra Moreno dijo que la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso le expresó al gobierno del presidente Alvaro Uribe Vélez su preocupación por el tema y le exigió definir "algunas reservas" para otorgar ese beneficio.
"Nosotros le expresamos al gobierno y al ministro de Defensa (Gabriel Silva) que hiciera algunas reservas o excepciones en cuanto a la inmunidad" a los militares estadounidenses que operarán desde siete bases colombianas, subrayó la legisladora independiente.”
El apoyo solapado al golpe de estado en Honduras, la instalación de siete bases militares en Colombia, y la no aplicación de las medidas anunciadas para beneficio del pueblo cubano como esquivo a la erradicación del criminal bloqueo, muestran una vez más la hipocresía del gobierno de los Estados Unidos con respecto a América Latina y el Caribe. En la V Cumbre de las Américas, efectuada en abril último en Trinidad y Tobago, Barack Obama, Presidente de los Estados Unidos, expresó su intención de mejorar las relaciones con las naciones del área sobre la base del diálogo, la cooperación y el entendimiento común, sin presiones de ningún tipo. Algo muy lejano de lo que está sucediendo.
En sus Reflexiones del pasado día 5, Siete puñales en el corazón de América, el Comandante en Jefe Fidel Castro, puntualizó: “A la luz de esta y otras realidades, los gobernantes de los países de UNASUR, MERCOSUR, Grupo de Río y otros, no pueden dejar de analizar la justísima pregunta venezolana ¿Qué sentido tienen las bases militares y navales que Estados Unidos quiere establecer alrededor de Venezuela y en el corazón de Suramérica? Recuerdo que hace varios años, cuando entre Colombia y Venezuela, dos naciones hermanadas por la geografía y por la historia, las relaciones se volvieron peligrosamente tensas, Cuba promovió calladamente importantes pasos de paz entre ambos países. Nunca los cubanos estimularemos la guerra entre países hermanos. La experiencia histórica, el destino manifiesto proclamado y aplicado por Estados Unidos, y la endeblez de las acusaciones contra Venezuela de suministrar armas a las FARC, asociadas a las negociaciones con el propósito de conceder siete puntos de su territorio para uso aéreo y naval de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, obligan ineludiblemente a Venezuela a invertir en armas, recursos que podían emplearse en la economía, los programas sociales y la cooperación con otros países del área con menos desarrollo y recursos. No se arma Venezuela contra el pueblo hermano de Colombia, se arma contra el imperio, que intentó derrocarlo ya y hoy pretende instalar en las proximidades de la frontera venezolana sus armas sofisticadas.
Sería un error grave pensar que la amenaza es solo contra Venezuela; va dirigida a todos los países del Sur del continente. Ninguno podrá eludir el tema y así lo han declarado varios de ellos.” (www.cubadebate.cu)
El historial de agresiones e intervenciones directas o indirectas del Gobierno de los Estados Unidos en América Latina y el Caribe no dan a pie en pensar en las buenas intenciones.
Incluso en la Carta de la OEA, tradicional instrumento del gobierno de los Estados Unidos, se afirma en su Art. 21: “El territorio de un Estado es inviolable; no puede ser objeto de ocupación militar ni de otras medidas de fuerza tomadas por otro Estado, directa o indirectamente, cualquiera que fuera el motivo, aun de manera temporal. No se reconocerán las adquisiciones territoriales o las ventajas especiales que se obtengan por la fuerza o por cualquier otro medio de coacción”.
Por cierto, no ha habido pronunciamiento alguno de este organismo a la instalación de bases militares en Colombia, aún cuando se viola este artículo.
El próximo día 28 en Argentina, y con l a prometida presencia de Álvaro Uribe, Presidente de Colombia, se realizará una reunión con los países integrantes de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), para evaluar el alcance y las reales pretensiones del Acuerdo en Materia de Cooperación y Asistencia Técnica en Defensa y Seguridad entre Bogotá y Washington.
No por lejanos en tiempo y contexto, pierden valor estos dos pensamientos de José Martí, Héroe Nacional de Cuba, ambos expresados en el semanario Patria. En 1892 decía: “En l a política de América, es riesgosa la idea de política del continente, porque con dos corceles de diferentes genio y hábitos, va mal el carruaje”, y dos años más tarde, confirmaba: “Los pueblos de América son más libres y prósperos a medida que más se partan de los Estados Unidos”. (Obras Completas de José Martí. Tomo 5.Pág.343 y tomo 6. Pág. 27)

Roberto del Valle Menéndez | Cuba

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