sábado, octubre 24, 2009

La memoria olvidada


Resulta cuanto menos irónico lo cercano que para muchos de nosotros está la memoria histórica antifascista en nuestras ciudades y en nuestros barrios, sin que nosotros apenas podamos ni siquiera adivinarlo, ya que el paso de los tiempos y sobretodo el silencio y la ocultacion de las élites políticas han hecho suficientemente bien su trabajo.
Un caso bastante claro y evidente de esta memoria historica que pasa por nuestra cara sin darnos cuenta es sin duda alguna el caso del Centro Social La Traba, situado en la calle Batalla de Belchite de Madrid, en el popular e industrial barrio de Delicias.
Muy probablemente, los cientos de personas que cada año pasan por sus puertas, animando con su presencia a las actividades sociales del barrio y construyendo alternativas sociales frente a los modelos establecidos del sistema capitalista, probablemente apenas habrán reparado en el enorme simbolismo que encierra ese barrio, de hecho, esa misma calle. Un simbolismo que, sin darnos cuenta nos remite a las epocas más oscuras de nuestra historia reciente, a las épocas de mayor sufrimiento de la historia contemporanea del estado español, pero en parte tambien a las de mayor lucha y combatividad social reciente.
Muy pocas personas, al pasar por sus puertas para acudir a una asamblea, un concierto, o una charla, probablemente no habrán reparado nunca en el colegio que se situa justo en frente del centro social, (construido durante la II Republica y de arquitectura indudablemente racionalista y republicana), probablemente no habrán reparado nunca en el nombre de la calle donde se situa el centro social, y probablemente, no habrán reparado en la enorme mole de ladrillo y cemento que se situa en el solar vecino al centro social, en esa mole que sin duda alguna nos recuerda por su estructura a la temible arquitectura de las cárceles y la prisiones.
Y es que, en efecto, junto a este centro social, probablemente para sorpresa de sus moradores, se levantan los restos de una antigua cárcel, cuyos restos carcomidos y medio derruidos nos evidencian estar probablemente ante un edificio de una cierta antiguedad, y no se equivocan. Es una cárcel, sí, pero no una carcel cualquiera. El edificio en cuestión son los restos de la antigua Carcel de Yeserias, prisión utilizada en 1939 por parte del recien impuesto estado franquista para encarcelar, humillar y torturar a los presos políticos antifascistas del recién derrotado ejército popular de la república, justo al acabar la guerra civil española y tras el triunfo militar de las fuerzas fascistas del estado con apoyo del fascismo y del capitalismo internacional.
Por esta cárcel, numeros presos políticos antifascistas pasaron durante años, algunos más conocidos, otros más anonimos, pero todos ellos victimas de la represión fascista que hoy en dia sigue olvidada y perdida entre los restos de la vieja prisión. Algunos de ellos, pasaron años recluidos, algunos, los más afortunados pasarían a otros destinos, pero tambien muchos de ellos pasarían aquí encerrados sus ultimas horas antes de ser sacados en masa y fusilados en las tapias de algún cementerio perdido y olvidado de la capital.
Algunos de estos presos políticos, los que conservaron la memoria de semejante barbarie ideologica fascista, como el celebre militante anarcosindicalista Eduardo de Guzman, retrataba de esta manera el infierno de las numerosas prisiones fascistas de postguerra, haciendo mencion directa a la de Yeserias, donde él mismo estuvo recluido durante un tiempo de la siguiente manera:
"El 31 de diciembre de 1939, funcionan en Madrid las siguiente prisiones, Yeserias, Porlier, Conde de Toreno, Santa Engrancia, Torrijos, Duque de Sesto, Ronda de Atocha, Barco, Cisne, Ventas, San Anton, San Lorenzo, Santa Rita, Comendadoras, Claudio Coello y Príncipe de Asturias. Todas ellas estaban tan abarrotadas, que los presos amenazan con reventar sus recintos, teniendo muchas veces que dormir amontonados en un espacio de 35 centímetros de ancho por metro y medio de largo. Destaca la prision de Yeserias, en Delicias, donde pasan de 6000 los reclusos"
Así pues, ya en 1939, la prisión de Yeserias, en las calles Batalla de Belchite, Juan de Vera y Del Plomo, es ya un destacado centro de represión masiva de presos políticos antifascistas desde el primer momento de la instauración del estado franquista. Por ella, como hemos dicho antes, pasarian numerosos presos políticos, algunos más anónimos, y otros más conocidos por su militancia durante el periodo republicano y durante la guerra civil.
Así, por esta prisión de Yeserias, pasarian presos políticos como;Eugenio Mesón Gómez, secretario provincial madrileño de la Union de Juventudes Comunistas, marido de la celebre militante comunista Juana Doña, que un día llenó las Ventas "porque allí también hablaban Carrillo, Pasionaria y Largo Caballero", fue sacado de la cárcel de Yeserías y fusilado por los fascistas a los 25 años, en julio de 1941.
Domingo Girón Garcia, dirigente de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU), fue encarcelado por la junta de Casado cuando las últimas fuerzas leales al gobierno de la República se rindieron tras la huida del gobierno y la entrada en fuego por la espalda de las unidades de Mera, impidiendo a las fuerzas leales, entre las que se encontraba Girón, toda posibilidad de éxito. Los franquistas no tuvieron que molestarse en detener a Girón, Ascanio y otros miembros de las JSU. Fueron encausados en lo que se llamó "el expediente de la Junta de Casado" y tras pasar por Yeserias, fusilados dos años después, el 3 de julio de 1941 , contra las tapias del Cementerio del Este.
Miguel Núñez, uno de los fundadores en 1936 del Partido Socialista Unificado de Catalunya (PSUC) y un destacado luchador antifranquista. Gran parte de su juventud se la pasó en la cárcel, donde cumplió catorce años en tres etapas diferentes, aunque en muchos centros penitenciarios: la Modelo de Barcelona, el penal de Burgos, Atocha, Yeserías, Aranjuez y Ocaña, durante las cuales fue torturado en reiteradas ocasiones.
Antonio Molina Vázquez, militante anarquista, actuó como guerrillero y miliciano en la guerra civil en una columna de la CNT-FAI y luego en la 77ª Brigada Mixta del Ejercito regular. Posteriormente es encarcelado en la prisión de Yeserías el 31 de Junio de 1939, muriendo en la prisión de Huelva en 1945.
Eduardo de Guzmán, periodista, anarcosindicalista y escritor, se dedicó al periodismo, y escribió en periódicos como “La Tierra” , “La Libertad”, o "Castilla Libre", el último periódico editado en Madrid antes de la entrada de las tropas franquistas. Tras la guerra fue hecho prisionero, juzgado y condenado a muerte en la prision de Yeserías, pena que le fue conmutada por la de cadena perpetua.
A lo largo de toda la dictadura fascista, la prision de Yeserías seguiría funcionando como tal, y alcanzaría bastante celebridad; y ya a finales de siglo, modifica su uso penitenciario y pasa a ser el Centro de Insercion Social Victoria Kent, lo cual no deja de ser irónico, al ser esta una de las mas celebres políticas republicanas y antifascista, que se vio obligada a exiliarse para no caer en manos del estado franquista.
Resulta pues, irónico, humillante, casi incluso un gesto de mal gusto, que la misma prision que sirvio para encerrar, torturar y humillar a miles de republicanos antifascistas, lleve ahora, hoy en dia el nombre de una política republicana. Como irónico es también que hoy en dia, esta prision y el mismo centro social mencionado se situen en una de esas calles que diversos colectivos de recuperación de la memoria histórica antifascista con tanto esfuerzo combaten y luchan por modificar, una calle, la de la Batalla de Belchite, que es también un homenaje a esas victorias míticas y estrambóticas que durante 40 años el régimen fascista tan infatigablemente no se cansaba de repetir.
Así expresa el mismo general fascista Francisco Franco qué significado tiene esta batalla ( y por ende la importancia de darle el nombre a una calle situada junto a una prisión para presos políticos) en el imaginario colectivo franquista;
"Por esto la batalla de Belchite tiene un puesto de honor en la historia de nuestra Cruzada. La victoria momentánea del enemigo fue una victoria sin alas, más una victoria del heroísmo de los defensores que de las muy superiores huestes comunistas que lo ocuparon. Belchite fue, por otra parte, la piedra de toque del comunismo español y en él naufragó para siempre. Hoy se sabe por los relatos escritos por los rojos extranjeros que el comunismo internacional enroló en las filas rojas, que para la defensa de Belchite hubo un plan mandado desde Moscú y que pregonaba supervisado por Stalin, plan en que el comunismo internacional había depositado su confianza. Sin embargo, todo aquel sistema defensivo cayó al suelo derrumbado en la batalla de la reconquista de Belchite."
Sobran, pues, todas las palabras. Así pues, este ejemplo concreto, que es sin duda alguna extensible a todos los cientos de cárceles y prisiones, centros de reclusión y campos de concentración de todo el estado español que el régimen franquista utilizó para eliminar y reprimir todo resquicio o resto de movimiento antifascista y de izquierdas, este ejemplo es uno más de este tipo de geografia de la represión, de esta memoria historica que recorre, muchas veces sin saberlo, nuestras calles y barrios, a veces mucho más cerca de lo que creemos nuestro entorno directo mas cercano.
A su vez, resulta irónico poder comprobar en este claro ejemplo como la memoria de algunos pocos (Batalla de Belchite) prevalece todavia hoy, en el siglo XXI, acosta del olvido de otros muchos (presos de Yeserías).
Sin duda alguna, también está en nuestro deber como antifascistas recordar a todas estas personas que murieron o que sufrieron la represión del fascismo en sus propias carnes, no dejar que caigan en el olvido y sobretodo, tratar de homenajearlas con todos los medios que estén a nuestro alcance, pues este debe ser nuestro pequeño agradecimiento a todas esas mujeres y hombres que nos precedieron y que lucharon en nuestro nombre por un mundo más justo, por un mundo socialista y en libertad, que con tanta saña nos han arrebatado, y junto a él, la memoria de todos aquellos luchadores, forzados al olvido, a la memoria olvidada, que dieron su vida por ese mismo ideal que nosotros compartimos hoy en dia.

Wilfo, militante de IC

Imágen: desfile de presos antifranquistas ante las autoridades de la cárcel de Yeserías, a mediados de los años 40.

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