jueves, noviembre 19, 2009

Añorando las dictaduras


Las llamadas elecciones en Honduras van, sin el retorno de Zelaya. Después de las elecciones, es distantemente posible que los golpistas le concedan al presidente, cuyo término legal no ha vencido, un retorno breve, condicionado, y vigilado “en apego al acuerdo de San José,” o simplemente rechazarán su vuelta al país.
El mensaje es éste: Es de nuevo permisible dar un golpe de estado en cualquier país, con tal de que éste sea seguido por una presentación teatral electoral. No importa que tales elecciones estén marcadas por toques de queda, el cierre de los medios de oposición, el control de la información, y una represión militar y policial que incluya asesinatos, encarcelamientos, golpizas, maltratos, y violaciones.
Algo más: a ello se le llamará la defensa de la democracia, siempre y cuando el gobierno derrocado sea un gobierno de izquierda en un país neocolonizado, sobre todo si se le imputan relaciones con el gobierno de Venezuela.En el caso de un gobierno de derecha, es impermisible un tal golpe de estado.
El mensaje no ha sido bien recibido en los países de América; tampoco en Europa, aún cuando grupos de derecha europeos actúan abiertamente a favor del golpe. No lo han aceptado organizaciones multilaterales de Latinoamérica y el Caribe, ni Naciones Unidas. Pero Estados Unidos ya se comprometió a aplaudir los resultados de las elecciones golpistas en Honduras, así como el nuevo gobierno de Panamá; y el de Colombia va por el mismo camino.
Es sabido que los últimos dos citados son de derecha, pero hay quien cree que el gobierno de Barack Obama es de centro-izquierda. No lo es, ni lo es el pleno del gobernante partido demócrata en EEUU. Entienden que el resultado será el nombramiento del candidato del partido nacional, el más derechista de Honduras, y éso es lo que importa.
Es lo que quieren. Ideólogos de derecha se han expresado claramente al respecto, celebrando el golpe anti-democrático, como es el caso de los Vargas Llosa y Carlos Alberto Montaner. Avalando las elecciones golpistas estarán presentes Vicente Fox, Jorge Quiroga, Alfredo Cristiani, Vinicio Cerezo, Alejandro Toledo, y otras ex-estrellas del neoliberalismo, dejando saber en sus respectivos países que la opción golpista sigue en pie, siempre a nombre de la democracia preventiva.
Apadrinando a estos notables desde dentro de EEUU está el cubano-estadounidense Otto Reich, junto con todos los congresistas republicanos de origen cubano en EEUU. Si gana las elecciones en Chile Sebastián Piñera, el gobierno chileno, también, abrazará a los golpistas.
Vale recordar lo señalado por Ricardo Lagos, ex presidente de Chile, sobre Piñera: “todos los que le rodean son herederos de Pinochet.” El siglo XXI, que hasta ahora ha significado un cambio de era más que una era de cambios, enfrenta la amenaza del retorno de las dictaduras.
Sabemos quiénes buscan el regreso al pasado oscuro: los mencionados arriba y sus asociados; todos los que a fines de este mes estén celebrando la farsa electoral de la oligarquía hondureña. No hay que olvidarlos.

Luis Rumbaut

No hay comentarios.: