lunes, mayo 31, 2010

Uribe se va pero el fascismo a lo colombiano se queda


La frase de Jorge Eliecer Gaitán, no puede ser más lapidaria: “En este país –dijo en 1928- el gobierno tiene para los colombianos, la metralla homicida; y una temblorosa rodilla en tierra ante el oro americano”.
82 años después (2010) no solo que el gobierno de turno (cada uno más fascista que el otro) ha seguido ametrallando a los pobres colombianos sino que ha ensayado “técnicas genocidas” viejas y nuevas (los falsos positivos, las fosas comunes, los hornos crematorios) y han entregado su país (7 bases militares) al “oro americano”
Lo más grave, de los nueve candidatos presidenciales, cinco se declararon abiertamente partidarios de seguir la misma senda trazada en los últimos ocho años por el para presidente Álvaro Uribe Vélez; y solo uno con posibilidades ciertas (Antanas Mokus) no es que esté totalmente en contra de esta política fascista sino que promete someterse a la ley; la ley nacional y la ley internacional.

La derecha fascista no perdona

Es decir, si no gana Mokus, la premonición de Gaitán seguirá aplicándose pero no solamente dentro de Colombia sino en otros países, como ya lo ensayó el dueto Uribe-Santos, con Ecuador, y ha tratado de hacerlo con Venezuela.
El problema de geopolítica regional es que, por el momento, son mayoría en Latinoamérica y El Caribe los países con tendencia hacia el cambio, hacia el rescate de la soberanía y la dignidad nacionales. Pero, quién sabe si la tendencia pueda consolidarse y seguir adelante. Por lo menos, la derecha tradicional ya se ha establecido (o ha logrado un continuismo) en Honduras, en Panamá, en Chile, en Costa Rica, en Guatemala, Perú, México. Están en duda (mejor dicho, a medias) en Argentina, Paraguay, Brasil. Ya no tienen la menor duda de a adónde van, Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua y también el Ecuador, a pesar de que los pachakutecs ecuatorianos, otrora en posiciones de izquierda, “han descubierto” que Correa es neoliberal, ya que no hace lo que ellos quieren que debe hacer.
Es casi un axioma político ineludible que, tras la izquierda viene la derecha; pero no esa derecha candorosa, pacífica, que todavía cree sinceramente en Dios y en Cristo; sino esa derecha cavernaria, esa derecha troglodita que piensa que si desaparece a todo anticristiano o que suene a ello, están sirviendo a Dios, a la Iglesia y, desde luego, a sus bolsillos, que han dejado de llenarse durante un tiempo. Y eso no lo pueden seguir permitiendo.

La tragedia colombiana

“En Colombia existe una política de exterminio de la oposición; una banda de criminales organizada desde el Estado para asesinar” ¿Quién dice esto?: Sandra Piedad Córdova, esa senadora que se las ha jugado sin miedo porque en Colombia se den por lo menos algunos rasgos de humanismo y que ha logrado salvar a varios rehenes de las FARC, especialmente el último, el célebre sargento Moncayo, a quien la gran prensa sipiana, no solo de Colombia sino del Continente, de pronto “lo olvidó” a pesar de que hasta hace muy poco, fue figura principal de la prensa de espectáculo. ¿Será porque cometió el desliz, tan pronto como fue liberado, de insinuar que había que conversar con las FARC, porque “las FARC están ahí” y esa expresión estaba fuera de libreto?
Pero la senadora Córdova, que ha demostrado ser “muy macha” (muy berraca como dicen los colombianos) como diríamos en Ecuador y ha desafiado las iras imperiales del moderno fascismo y hasta ahora ha salvado su vida, no habla ni acusa en retórica barata, como los nuestros: recuerda a cada rato que en Colombia hay nada menos y nada más que 18 millones de pobres; y que de estos, por lo menos 7 millones no comen todos los días
Recuerda también que Colombia registra uno de los más altos índices de desplazados (internos y externos) por la violencia: más de cuatro millones (solo en Ecuador, se han refugiado, en los últimos años, más de 100.000) En esta lista, no hay que olvidar que más de 5.000 fueron asesinados por sicarios al servicio de la clase dominante; y de estos, más de 4.000 pertenecían a la izquierda.
Constan, aparte de este espantoso recuento, más de 1.700 jóvenes desempleados que fueron asesinados por soldados de carne y hueso en descampados de Colombia; fueron vestidos de “terroristas” (guerrilleros) y presentados como “muertos en combate”. Por esta práctica, que supera cualquier ficción literaria, los asesinos cobraban premios en dinero, en medallas, en canonjías. Y ninguno ha sido sentenciado, a pesar de que fueron identificados por un auditor de las Naciones Unidas, en sus repartos militares.

Los por qués de un por qué

Ahora, ¿por qué Colombia no puede salirse de semejante conjura? Las explicaciones son varias. Recogemos algunas:
- El miedo; el miedo que ha logrado imponer la clase dominante colombiana en más de medio siglo de violencia bestial (no olvidemos que, por los años 60-70 se denunció que soldados de la extrema derecha jugaban fútbol con las cabezas de liberales oposicionistas)
- Ese miedo que impera en poblaciones rurales, a donde llegaban los paramilitares con armamento ligero y muy eficaz, sacaban de una reunión social o de sus casas, a hombres y mujeres, lista en mano, les enfilaban en la plaza principal y los fusilaban sin más. Después, obligaban a los sobrevivientes (ancianos, mujeres, niños) a huir antes de que les pase lo mismo, para luego adueñarse de sus tierras.
- O el miedo impuesto por el sicariato. Un político de oposición, un dirigente sindical, un sospechoso de “castro comunismo” era sorprendido por un criminal en cualquier sitio o lugar y ejecutado ipso facto. El criminal (generalmente un joven desempleado) huía del escenario como que se iba de compras. Muy pocos fueron identificados y casi ninguno llegó a recibir la sentencia que se merecía. Peor, los que encargaban “el trabajito”
- O el miedo a que su majestad Álvaro o cualquiera de sus lugar tenientes los “anatematice” en público y les obligue a salir de Colombia precipitamente, para salvar por lo menos la vida. Muchos periodistas colombianos viven en el exilio forzado pero por ellos ni la SIP, o el Grupo de Diarios de América, Fundamedios o Participación Ciudadana, dijeron jamás esta boca es mía. Bastaba que el “gran demócrata” les dijera públicamente que eran “terroristas de corbata” para que tuvieran que poner los pies en polvorosa o atenerse a las consecuencias: el asesinato en la vía publica.
- ¿Otros miedos? los otros sicarios, que recurrían a los hornos crematorios o a las fosas comunes; una sola (del Llano) con más de 2.000 restos de seres humanos que fueron asesinados. Acaso se puede pedir a toda una población que denuncie, que increpe a sus verdugos. Que tenga valor.
En lo de los sicarios, me temo que esta atroz práctica se está empleando en Ecuador. No de otra manera pueden explicarse esos asesinatos ocurridos en Guayaquil, Quito, Esmeraldas, Manabí, que tienen la misma “técnica” que los sicariatos colombianos.
Otro factor -volviendo a lo de Colombia- ha sido y sigue siendo, el absoluto control mediático que las fuerzas represivas y sus empresarios tienen sobre los medios de comunicación más importantes, especialmente prensa escrita y televisión . Desde hace rato, en esos medios solo se publica lo que le conviene a la “seguridad democrática”. Es decir, el pueblo colombiano (no todo) ignora los crímenes del uribismo y sus antecesores. Y como que creen que “si no dicen nada” no les pasará nada. Tremendo error que le ha costado a millones de personas sus vidas, sufrimientos sin fin. Solo hay que revisar la historia de Alemania, de España, de Italia.
Para el Ecuador, las elecciones colombianas tienen alto significado. Juan Manuel Santos, a quien pintan como favorito pero seguido muy de cerca por Antanas Mokus, no tuvo empacho en declarar, en un panel de principios de campaña, que “había tenido el honor de ordenar el bombardeo del terrorista Reyes en territorio ecuatoriano” y que volvería a hacerlo si fuera necesario y de acuerdo con el “derecho a la defensa anticipada” una de las genialidades del imbécil de Bush hijo. Bueno, después se supo que fue la Condolessa esa, la que se ideó estas y otras frases para tratar de justificar lo injustificable (la invasión de Irak, por ejemplo)
Desde luego, Rafael Correa reaccionó como debía reaccionar y por lo menos logró que el candidato fascista trate de dorar la píldora y de endosarle el problema “al Estado colombiano” Pero, una corresponsal en España de la agencia franquista EFE se aprovechó para tratar de poner en boca de Correa que había dicho que la posible elección de Juan Manuel Santos, como presidente de Colombia, “sería un problema para Ecuador” cuando en verdad lo que le preguntó fue que si no era un problema que un juez ecuatoriano había sindicado y ordenado la prisión de Santos por ser el autor confeso y directo de la masacre de Angostura (26 personas y tres heridas) a lo cual Correa respondió “que si, que ese podía ser un problema” ya que él como Presidente de Ecuador no puede, por si y ante si, ordenarle al juez que deje sin efecto esa disposición judicial.
¿Podremos los ecuatorianos sentirnos seguros si llega a la Presidencia Juan Manuel Santos y su equipo depredador? ¿Podrá sentirse seguro Rafael Correa y su equipo de gobierno y su Alianza País y su revolución ciudadana, si la mayoría de colombianos designa presidente a este genocida confeso?
Serán cuatro años de lo mismo o peor ya que de la hermana Colombia llegan informaciones que don Álvaro Uribe Vélez está aprovechando al máximo los días que le quedan como presidente para visitar pueblos y aldeas a los que nunca fue y reafirmar su decisión de que “cualquier gobierno que venga” debe profundizar su “seguridad democrática” (un práctico autoritarismo de la peor especie) ya que ello garantizará que finalmente sean derrotados los “terroristas” de las FARC a quienes su gobierno ha asestado “duros golpes”
“Los mal pensados de siempre” (que en Colombia todavía quedan) ven en esta actitud un anticipo de que Uribe y su combo se disponen a regresar después de un período de 4 años ya que no le fue permitida su segunda reelección. Para ello, necesita de urgencia en el Palacio de Gobierno, alguien que le cuide las espaldas y que no vaya a tranzar (ni de broma) con los “terroristas”. Ya que con los narcotraficantes –al parecer y según reiteradas denuncias- tiene muy buenos puentes al extremo que en estos ocho años de uribismo, la producción de hoja de cosa y otros elementos se ha más que duplicado.
Quizá entonces (para el 2014) ya las bases militares norteamericanas se hayan establecido a plenitud en toda Colombia, hayan por lo menos “provocado” militarmente a la vecina Venezuela (o hayan logrado matar a Chávez) y desplazar “para siempre” las veleidades de esos gobiernos “díscolos” que tanto dolor de cabeza les están dando al Imperio y a sus aliados locales.

Alberto Maldonado

Israel ataca la 'Flota de la Libertad' y causa al menos dieciséis muertos y más de 30 heridos


Censura israelí prohíbe información sobre heridos y muertos

Soldados israelíes atacaron esta madrugada la denominada 'Flota de la Libertad', un grupo de seis barcos, tres de ellos turcos, que transportaba a más de 750 personas con ayuda humanitaria para Gaza, causando al menos dieciséis muertos y decenas de heridos.
"La imagen que va formándose de los hechos es que hay catorce muertos, no dos como se habla en Turquía" reveló el corresponsal de asuntos militares del Canal, Chico Menashé.
El Canal 2 indica, por su parte, que el número de muertos asciende a entre dieciséis y veinte, pero la información exacta se desconoce porque está bajo "censura militar".
Según ese canal, el ministro israelí de Defensa, Ehud Barak, ha convocado esta mañana una reunión en Tel Aviv con todos sus asesores "ante los imprevistos resultados de un asalto que se esperaba que transcurriera sin víctimas mortales".
Los medios turcos mostraron imágenes captadas desde el barco turco Mavi Marmara, en las que se veía a los soldados israelíes abriendo fuego.
En contacto telefónico en directo con los buques, miembros del convoy humanitario, que está formado en su mayoría por activistas turcos, informaron de que los comandos israelíes abordaron los barcos turcos desde helicópteros, dispararon con fuego real para reprimir a los tripulantes a pesar de que estos mostraron banderas blancas.
Según los medios turcos, el ataque se produjo en aguas internacionales hacia las 4:00 hora local (1:00 GMT).

Fuerte respuesta

Las autoridades turcas intentaron ponerse en contacto con el barco Mavi Marmara, pero resultó imposible.
Cientos de personas han intentado entrar en el consulado israelí de Estambul.
Los canales de televisión turcos mostraron imágenes en directo del ataque hasta las 5:00 hora local, pero entonces se cortó la conexión.
El Ministerio de Asuntos Exteriores turco trató de contactar con Israel varias veces desde la partida de la flota desde Turquía para pedir que no interfiriese en su objetivo.
Ahora se espera que la diplomacia turca de una fuerte respuesta y se abra un nuevo capítulo en las críticas relaciones entre Turquía e Israel, que se han tensado desde el ataque israelí a la franja de Gaza entre 2008 y 2009.
En Estambul cientos de personas se concentraron ante el consulado de Israel e intentaron penetrar en él pero fueron obstaculizados por la policía.

Una torre de Babel con ayuda humanitaria

El barco Mavi Marmara, atacado por los israelíes, es un viejo barco de pasajeros que hasta hace unos años realizaba el trayecto entre las islas del sur del mar de Mármara y Estambul para la empresa pública de transportes IDO. Se trata de un barco de cinco alturas, muy espacioso y con capacidad para cientos de personas.
El convoy de ayuda internacional está compuesto por seis barcos, tres de ellos turcos, y transporta 10.000 toneladas de ayuda humanitaria -incluyendo materiales de construcción, equipos médicos y productos de necesidad básica-, con el objetivo de romper el bloqueo que sufre la Franja de Gaza.
Entre los 750 participantes en la iniciativa hay voluntarios de diferentes religiones y nacionalidades, entre ellos más de veinte parlamentarios europeos, una ex congresista estadounidense, un premio Nobel de la Paz y un superviviente del Holocausto, aunque viajan en barcos diferentes.

Tres españoles a bordo

En la flotilla van al menos tres españoles, una cooperante catalana, Laura Arau, otro madrileño, Manuel Tapial, y el periodista de Telesur David Segarra
Los activistas Manuel Tapial y Laura Arau, de la ONG Cultura, Paz y Solidaridad Haydeé-Santa María, viajaban en el barco Mavi Marmara invitados por la asociación turca IHH, responsable de buena parte de la organización de la Flota de la Libertad.
En la última entrada de Tapial en su blog Crónicas desde Gaza, poco antes del ataque de Israel, se afirma que los barcos del Ejército israelí estaban presionando a la "Flotilla de la Libertad". "Encontrándonos a 105 millas de la costa (de Gaza), cinco barcos del Ejército se nos van acercando, uno de ellos se encuentra relativamente cerca del carguero con bandera turca Dafne" explica.
"A los cinco barcos hay que sumarle al menos dos helicópteros de comandos y varias zodiacs ¡¡Alerta que parece que van a ir barco a barco!!" añade.
Poco antes de su partida, Efe habló en Estambul con los integrantes españoles de la expedición y se mostraron pesimistas sobre la consecución de su objetivo ya que sabían que Israel trataría de bloquear el acceso a Gaza, aunque no esperaban que fuese de forma tan violenta.

domingo, mayo 30, 2010

Honduras: Asamblea nacional constituyente y la imaginacion del pueblo al poder


Cuando el Presidente de la República Manuel Zelaya Rosales expresó su posición oficial de consultar al pueblo de Honduras sobre la posibilidad de instalar una asamblea Nacional Constituyente a fin de que se operara una profunda reforma constitucional, la reacción inmediata fue de indiferencia, con clara excepción de los grupos de apoyos populares que eran vistos con reticencia por los sectores más conservadores de la sociedad. La derecha encontró en esa decisión presidencial otra de las locuras del Presidente, la izquierda heterogénea por su parte no encontró en ello una acción política que se correspondiera con sus moldes teóricos.
Históricamente la instalación de Asambleas Constituyentes no le ha traído gratos recuerdos al pueblo hondureño, porque en su conformación casi siempre se le ha soslayado, y éstas solamente han servido para justificar la continuidad en el ejercicio del poder político de caudillos emborrachados de poder. El caso particular de la Constitución Política de 1936 es ejemplar en la instauración de la dictadura de Tiburcio Carias Andino. Como consecuencia de ésta y otras arbitrariedades históricas realizadas por civiles y militares, las constituciones políticas que se han aprobado después de la instalación de una Asamblea Nacional Constituyente han nacido con un marcado sello de gamonalismo y de prácticas antidemocráticas.
La Constitución de 1982 que nació precedida de un sesgo militar innegable, viene impuesta por un contexto internacional complejo, en el que Estados Unidos tenía en el territorio hondureño un espacio propicio para contener el avance del comunismo internacional instaurado en la Nicaragua de los Sandinistas. Era necesario darle a Honduras un marco constitucional de principios, declaraciones y garantías ambiciosas para dejar sin discurso político a los grupos de izquierda que se alinearon a la esperanza de una revolución triunfante como la Sandinista.
El golpe de Estado contra el Presidente Manuel Zelaya Rosales le aclaró el panorama al pueblo. Como un fenómeno sociológico insospechado se suscitó en el país un periodo de consciencia constitucional que llevó a la reflexión y al debate público en torno a la viabilidad de la constitución Política existente. La inquietud del pueblo por conocer la Constitución denostada era manifiesta, porque ese libro de leyes que se creó a principios de los años ochenta del siglo XX nunca había formado parte de sus vidas, y la interacción entre derechos con sus vidas personales o su roles en la sociedad era prácticamente inexistente, parecido a un campo vedado al pueblo y ocupado exclusivamente por abogados privilegiados.
Las asambleas constituyentes no han formado parte de las expectativas de la izquierda tradicional, la que siempre ha negado por razones de concepciones y de análisis sociopolíticos, que mejorando la superestructura podamos corregir las causas que operan en el orden estructural de las sociedades. Ello es lógico, porque desde cualquier punto de vista, la instalación de una asamblea constituyente no es otra cosa más que un proceso de reciclaje del sistema político republicano, y una apuesta por los cambios que se operaran en el seno de su propia lógica conceptual.
La revolución francesa que surge por la necesidad de sacudir la hegemonía feudal es secuestrada por los intereses burgueses, que toman el poder político y le dan al pueblo únicamente aspiraciones abstractas de libertad, igualdad y fraternidad que a lo largo de la historia solo se podrán concretizar a fuerza de sangre y martirios, luchas y sacrificios de muchas y cuantiosas generaciones de hombres y mujeres por todo el mundo.
Es indudable pues, que las asambleas constituyentes tienen un correlato revolucionario o como ha sucedido en Honduras han surgido de aspiraciones continuistas de dictadores o de voluntades impositivas del estamento militar, y que en ellas la participación del pueblo ha sido negada y defraudada mediante el sistema espurio de la representación.
Pese a ello, la historia ha dado valiosas lecciones y es inédito encontrar en los procesos del sur de América Latina, un referente valido de apropiación popular de las soluciones republicanas que en coyunturas pasadas han sido manipuladas exclusivamente por las burguesías y por los intereses sectarios de los partidos políticos. Es iluso pensar que la reforma constitucional traerá con una solución de varita mágica el tan añorado cambio de estructuras. Sin embargo esta reforma en el campo de lo jurídico, que en el mundo del marxismo clásico es categorizado como superestructura, creará sin lugar a dudas el marco real de la legalidad en que se pueden mover nuestras aspiraciones y nuestras luchas, y la legitimidad tan vindicada en el repertorio de la conflictividad social tendrá un fundado espacio positivo.
Hace muy poco tiempo era impensable en América Latina, que la agenda de la conflictividad social que ha sobrevivido pese a la pujanza de la represión oficial, sea acogida en el catalogo constitucional de cambios políticos, económicos y sociales, y que rija de ahora en adelante la vida en sociedad. Es igualmente impensable que el imperio norteamericano no tenga recelos de la nacionalización de los bienes estratégicos y de las plataformas públicas del poder popular existentes en esas naciones.
El constitucionalismo operado en las naciones del sur de América ha sido muy ambicioso y ha servido como marco especial para incorporar en las Constituciones Políticas los derechos de tercera generación que no son más que los derechos colectivos de los pueblos. Quizás este sea el punto de flexión de la bonanza de los cambios constitucionales. En el orden de derechos fundamentales la primacía ha estado fundada en los derechos y garantías individuales; y la igualdad, libertad y fraternidad habían sido reducidas a una dimensión de preeminencia de la individualidad frente a cualquier otro bien jurídico protegido. Sin embargo, la categoría de colectividad, la dimensión del pueblo como sujeto de derechos no se había abordado sustancialmente. No podemos ignorar que el derecho internacional ha incorporado instituciones jurídicas importantes como el principio de la autodeterminación de los pueblos y derecho de estos a la paz. No obstante el contenido dado a estos derechos colectivos es lo inédito y lo esperanzador en estos procesos de cambios. No se puede presumir de autodeterminación con una economía embargada o sin una soberanía alimentaria garantizada. Tampoco de autonomía cuando la voluntad de los pueblos está atada a un estafador sistema de representación. La constituyente construida con este fervor popular nacido de la dignidad de la lucha es el que le da contenido y legitimidad a esta aspiración del pueblo hondureño que se apropió históricamente con su sangre y con sus mártires de la voluntad de un poder ejecutivo que interpretó sus sueños.
La única posibilidad de ser libres es buscar nuestros propios caminos. El capitalismo es monolítico, su mundo ideal está basado en la técnica y fuera de la producción, el consumo y el lucro, la vida del hombre resulta intrascendente. Paradójicamente fue la herencia de la ilustración la que nos legó un espacio de autonomía que en la práctica es negado por el sistema pese a que está incorporado en nuestras normas constitucionales. Es risible ver un sistema que se ufana de ser heredero del liberalismo y la ilustración y niega la más elemental libertad de expresión o de reunión.
El sistema democrático instituido como el discurso formal dominante no soporta el más mínimo ejercicio de los derechos y garantías constitucionales. Por eso es que a veces resulta contradictorio que las luchas más progresistas de la historia reciente se hayan sustentado en los principios de la ilustración en contra de la reacción de los que se denominan demócratas y observan conductas fascistas o que para el caso aspiraciones socioeconómicas de carácter marxistas hayan sido incorporados a las constituciones políticas como derechos de segunda generación.
La autonomía requiere de la ética pero sobre todo de la política, de la ética como un acto de decisión personal frente a la incertidumbre del mundo y sus problemas, y de la política porque es dentro de este ámbito donde se producen las más grandes decisiones que tienen incidencia en el destino de millones de seres humanos. Si aceptamos la democracia como un sistema inevitable dentro de determinada coyuntura histórica lo ideal es profundizarla a niveles que en la actualidad solo existen como declaraciones abstractas. Si para el caso la democracia bajo el sistema de representación es un fraude, la solución inmediata es apropiarnos de nuestro propio destino y crear por nosotros mismos las leyes que regirán nuestras vidas.
El discurso de la productividad busca uniformar las voluntades y minar las bases de la crítica y la reflexión. Esta y la otra solamente existen en el mundo de la academia y del espacio privado, lugar en el que pueden pervivir sin causar más que una que otra critica certera que no encuentra eco en los aparatos ideológicos del Estado o en los centros de control social. Cuando la indagación del statu quo llega a niveles populares y se disemina como pólvora incontrolable, el régimen de verdad corre peligro y el recurso a la coerción para sostener los últimos jadeos de la institucionalidad se vuelve indiscriminado.
En este espacio actúa la autonomía y epifanicamente surge como suceso espontaneo, pero no es casual e intuitivo sino que tiene sus bases en la acumulación de contenidos consciensales que encuentran su cauce de expresión en determinada oportunidad histórica. Esta expresión de madurez política se ha suscitado en nuestro país con motivo del Golpe de Estado y la reacción en defensa del orden constitucional por parte del pueblo en resistencia. La verdad universal en el campo de la política de que solo las crisis desnudan la necesidad de cambios no es excepción en la realidad hondureña, en que la defensa de la constitucionalidad provocó una aspiración legítima por la reforma constitución y la refundación del Estado.

Selvin Aguilar. Escritor hondureño.

Las ambiciones de Google


Un conocido estilo colonial

Nacido como motor de búsqueda en la década de 1990, Google se ha ido expandiendo y diversificando, a tal punto que abarca desde teléfonos hasta la flamante Google TV, estrenada el 20 de mayo, un sistema para interconectar el televisor con Internet. Las razones dadas por Larry Page, presidente de la compañía en una reciente entrevista (Le Monde, 22 de mayo), a la hora de dar cuenta de la multiplicación de áreas, son elocuentes: “queremos ganar aún más dinero”. Sin embargo, la ambición económica es apenas una disculpa de los objetivos de fondo de la exitosa empresa.
En el trasfondo de todo proyecto de expansión capitalista late el deseo de poder, de controlar al resto de la humanidad para dominarla y poder explotarla en su beneficio. “Nuestra ambición -confiesa Page en la entrevista- es organizar toda la información del mundo, no sólo una parte de ella”. Cuando el periodista cuestiona la enorme cantidad de datos que almacena Google, muchos de ellos acerca de la vida privada de las personas, el director confiesa: “Las fronteras de la vida privada se están moviendo”.
Si al objetivo de almacenar la información producida por la humanidad se le suma que la empresa no reconoce la intimidad de las personas, el hecho es ya preocupante. Pero la realidad es peor aún, ya que no reconoce ninguna frontera, tampoco las fronteras nacionales, otrora consideradas inviolables. El contencioso que mantiene Google con China, país al que acusa de censurar los contenidos de la empresa, revela una actitud muy similar a la que el país asiático sufriera en el pasado colonial.
En marzo Google cerró su servicio con sede en China y comenzó a redirigir las búsquedas de la web hacia un portal de Hong Kong, argumentando censura. Intentó sin éxito que otras empresas siguieran su camino. Para el Gobierno chino el tema siempre fue claro, y sostuvo que cualquier empresa que actúe en ese país debe acatar la legislación local. “Los productos informativos aportados por las transnacionales informativas tienen que someterse a la supervisión de seguridad como otros productos. Sólo así se podrán asegurar los intereses de los países anfitriones y sus pueblos. Cuando entró en China, Google manifestó con claridad que observaría las leyes de China, y ahora apela por extralimitarse de la jurisdicción de las leyes de China”, dijo Diario del Pueblo (2 de abril de 2010).
Incluso el británico The Financial Times aseguró que Google había fracasado en su intento de que sus competidores respondieran a su llamada para presionar a China. ¿Acaso Google no pretende actuar de modo similar a la Compañía Británica de las Indias Orientales? La Compañía, recordemos, era mucho más que una importante empresa comercial: gobernó de forma virtual la India y buena parte de Asia, a tal punto que mediados del siglo XIX, una quinta parte de la población mundial estaba bajo su autoridad. Y jugó un papel destacado en las dos guerras del opio (1839 a 1842 y 1856 a 1860), que forzaron al Gobierno chino a tolerar el comercio del opio en aras de la “libertad de comercio”.
Los tiempos han cambiado: ahora se emplean tecnologías aparentemente neutras. Pero el colonialismo está lejos de haber llegado a su fin. Google fue condenada en Francia (y en otros países) por no respetar derechos de autor, o sea por pillaje. Si la empresa pretende avasallar alguno de los más poderosos países del mundo, su actitud es una señal de alarma para todos los habitantes del planeta y para los pequeños y medianos países, cuya soberanía está en cuestión.
Hace tiempo el Pentágono coloca en lugar destacado la guerra electrónica, que incluye tres aspectos: el ataque electrónico, la protección electrónica y el apoyo a la guerra electrónica. La opacidad de las grandes empresas y el control que ejerce Estados Unidos sobre Internet, tienden a convertirla en un arma valiosa en manos de una potencia en decadencia. En efecto, la ICANN (Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números), es un organismo autónomo pero depende en última instancia de la Casa Blanca, ya que sólo es responsable ante su Departamento de Comercio, y al estar radicada en California, está sujeta a las leyes de ese estado.

Raúl Zibechi
ALAI AMLATINA

Colombia: dos caras de la misma moneda


Todo indica que en las elecciones a celebrarse el próximo domingo en Colombia la presidencia se disputará entre dos candidatos, Santos y Mockus, aunque probablemente ninguno tendrá mayoría absoluta y será necesaria una segunda vuelta.
Todos los candidatos -a excepción del centro-izquierdista Petro- se declaran herederos del legado de Uribe Vélez por lo que hace al manejo de la economía nacional (agudamente neoliberal), la solución militar del conflicto armado y las relaciones exteriores de un alineamiento claro con Washington. Las diferencias efectivas son más bien de matices en torno a cuestiones retóricas de la ética política, en particular por parte de Mockus que se presenta como el adalid de la decencia y la honradez frente a los políticos tradicionales que la opinión pública asocia con la corrupción. El gobierno de los Estados Unidos confía en un entendimiento armonioso con el ganador, sea el anterior ministro de la defensa; sea el dos veces alcalde de la capital.
Si Santos resulta vencedor contaría con una bancada mayoritaria en congreso y senado; Mockus, por el contrario, carece de ese respaldo y se vería obligado a permanentes negociaciones con un poder efectivo que puede fácilmente convertir en nada sus promesas de combatir la corrupción y sanear la política.
Mantener la estrategia del Plan Colombia tampoco está exento de grandes dificultades con independencia de quien resulte ganador. Santos está lastrado por la guerra sucia, de la cual es el principal responsable después del mismo Uribe Vélez. A la orden de captura emitida contra él por un juez ecuatoriano por el bombardeo ilegal a su país se une la acusación al gobierno como violador de derechos humanos por parte de destacadas instituciones nacionales e internacionales, incluida la misma Organización de Naciones Unidas. Su mayor dificultad será intentar revertir esas prácticas desde el mismo estado que las ha promovido. Sobre los grupos paramilitares el control siempre ha sido escaso y los militares ya han hecho saber con toda rotundidad que no están dispuestos a pagar los platos rotos y exigen el llamado fuero militar que en la práctica no es otra cosa que asegurarse total impunidad. La actual estrategia contrainsurgente difícilmente admite correcciones importantes; su éxito depende entra otras de prácticas como el desplazamiento masivo de población (quitar el agua al pez), el terror sistemático y la eliminación física de los apoyos sociales a la insurgencia, es decir, las políticas de tierra arrasada, de “quemarlo todo, destruirlo todo”. Se asume el alto coste político (nacional e internacional) que eso conlleva y los “excesos” se justifican por los exitosos resultados que se esperan.
Tampoco son halagüeñas las perspectivas de ayuda militar estadounidense a juzgar por la propuesta de Obama de terminar con la “guerra contra el terror” que heredó de Bush. En realidad, ni los Estados Unidos ni menos Colombia parecen en condiciones de mantener el actual esfuerzo bélico. Las arcas están agotadas y la estrategia militar, fracasada, tanto aquí como en las guerras en Asia. Aún es pronto sin embargo para saber con exactitud cómo va a afectar esa nueva estrategia de Washington al compromiso con Bogotá, y sobre todo, si el Pentágono y el poderoso complejo militar-industrial no van a dejar en pura retórica esta reforma, al igual que ha ocurrido con las otras promesas del inquilino de la Casa Blanca.
El mantenimiento efectivo de la “guerra contra el terror” afectaría igualmente a Mockus, con el agravante de la manifiesta incompatibilidad de su discurso con las prácticas de las fuerzas armadas. La vieja costumbre de que “se obedece pero no se cumple” convertiría en una farsa un discurso del candidato del Partido Verde que proclama que “la vida es sagrada”. Si la nueva política exterior de Obama realmente representa un cambio Mockus tendría un margen mayor por el respaldo de Washington pero se enfrentaría a la resistencia tenaz de las fuerzas armadas y de policía.
Nada indica entonces que haya iniciativas esperanzadoras en relación a la guerra que vive Colombia desde hace más de medio siglo. Y como no es previsible una derrota de las guerrillas, ni se vislumbra la intención de iniciar un proceso de paz, la perspectiva inmediata no es otra que la continuación del conflicto.
La lucha contra la corrupción es sin duda otro de los grandes escollos para el próximo presidente, en particular si gana Mockus que se presenta como el adalid de la honradez y el modelo del manejo correcto del erario público. Santos no tendrá ciertamente mucho interés en combatir las prácticas del manejo indebido de los dineros públicos que han sido tan comunes en un gobierno del que él ha sido pieza fundamental; Mockus por su parte no ha explicado cómo piensa desmontar ese gigantesco entramado que convierte las instituciones y los partidos en verdaderas cuevas de Alí Babá. Mockus ha explicado muy poco de su programa; en realidad no ha explicado nada, más allá de abundar en un discurso lleno de buenos propósitos morales, muy útil electoralmente en un país hastiado de violencia, corrupción y descomposición social. En el fondo, Mockus sería tan solo el uribismo decente, algo que resulta casi imposible para unas fuerzas armadas acostumbradas a los privilegios y la impunidad, para el entramado burocrático y político sustentado en la corrupción y para las bases sociales del paramilitarismo (ganaderos, comerciantes, multinacionales), incrustados fuertemente en la sociedad y nada dispuestos a renunciar al retorcimiento de la ley o a la abierta violación de la misma.
No deja de sorprender que un candidato proponga con bastante éxito la honradez y el cumplimiento de la ley como su bandera principal. Mucha debe ser la descomposición social, mucha la corrupción y el deterioro de la moral pública en el país para que algo que se debería suponer en cada candidato se convierta en una oferta al electorado.
El manejo del problema paramilitar por parte de los candidatos tampoco llama al optimismo. Santos no mostró mayor interés en combatirlos mientras fue ministro de defensa y apenas se pronuncia sobre el tema. Entre otras razones porque su gobierno ha decretado oficialmente la inexistencia del fenómeno. Como presidente tendría al menos dos alternativas; o seguir utilizando a los paramilitares en la guerra sucia como se ha hecho hasta ahora, o por razones de conveniencia aniquilarlos como ya se hizo con los llamados bandoleros fruto de la violencia liberal-conservadora de los años 50. Primero se los utilizó y luego se los exterminó cuando ya eran un estorbo. Mockus parece asumir la versión oficial según la cual el paramilitarismo habría desaparecido fruto de la ley de “justicia y paz”.
Las autoridades anuncian alborozadas que en esta ocasión es posible que la participación ronde el 50% del censo electoral. Lo entienden como un record (en un país de abstención masiva y permanente desde hace al menos medio siglo) ignorando a propósito la enorme falta de legitimidad que supone para el sistema político. Ante la falta real de alternativas, frente a dos candidatos que en el fondo son las dos caras de la misma moneda, seguramente se mantendrá la abstención de las mayorías y se producirá el crecimiento de los votos en blanco, una opción que esta vez parece ganar muchos adeptos, como una forma de protesta ciudadana y de dar la espalda a un sistema que no muestra la menor señal de querer resolver los problemas del país.

Juan Diego García

A Mockus le faltan bigotes

Son las presidenciales en Colombia, el partido verde y su candidato show anuncian ya la victoria. Raros y novedosos elementos acompañan este fenómeno. Podría decirse que el surgimiento de la candidatura de Mockus es más una decisión del pueblo que un resultado real de sus campañas. La participación del mundo virtual, la comunicación vía Internet en faceboock y twiter arroja cifras impresionantes de seguidores: Con un crecimiento del 60 % en el último mes en su página de Facebook, lo que equivale a 255.322 nuevos seguidores, Mockus se ubicó en segundo lugar en la lista de los grupos de dicho portal con más usuarios a nivel mundial.
Pero cabe la pregunta que he propuesto desde hace meses: ¿Colombia está votando por Mockus o está votando contra Santos? Creo que la respuesta es la segunda, Colombia está cansada de la sangre y Mockus con su promesa de “legalidad” ha sido el seleccionado para darle un parao a las sanguinarias políticas paramilitares e imperialistas de Uribe y su sucesor en la contienda. ¿pero que es lo que hará Mockus?
Obama habla de virar a otras políticas diferentes a las de Bush y su guerra preventiva, si esto fuera cierto, entonces Mockus es el candidato para esta transición, Colombia adecentaría su rostro ensangrentado para transformarlo en una cara decente del mismo imperio a quien ha servido, como quien dice, todo tiene que cambiar para que todo siga igual. Ya los soldados gringos se ocuparán del trabajo de los paramilitares o mejor dicho el paramilitarismo será oficializado tan solo cambiando de nombre. Ante los medios comunicacionales Colombia habrá superado este decenio de asesinatos y desaparecidos y habrá entrado en el modernismo obamático: más silencio y peores acciones represivas disfrazadas.
Mockus no tiene bigotes para representar un cambio social verdadero. Le faltan bigotes, por no decir otra cosa, para ser un verdadero luchador social, es un muñeco de torta, otra marioneta con nuevos hilos que colgará igual de los dedos del Departamento de Estado. Es una lavada de cara y un cambio de traje para seguir de rodillas sirviendo al mismo imperio. Esto tiene que seguirse con atención: ¿Qué pasará con los carteles de la droga tan en las manos de la familia Uribe y Santos? Obviamente que cambiaran los carteles, jamás desaparecerán, pasarán a ser parte de la industria americana y gerenciados desde las 7 bases gringas. Nadie quita que hasta el mismo Uribe pasara a ser victimizado o desaparecido. Como cada vez es más rigor en Afganistán y el mercado de la heroína, el mercado de la cocaína tendrá nuevos gerentes. Bastante distracciones mediáticas tendrá Mockus para entretener a los colombianos y sus vecinos con investigaciones y castigos a los desafueros de Uribe, con esto distraerá la atención mientras se confecciona el verdadero plan de Obama. Cambiando de escenario, o más bien de actores, será más creible cuando se denuncie una agresión de Chávez a Colombia, ya no se supondrá que es otra patada a las rodillas de Chávez propinada por el cretino de Uribe o de santos, Mockus ha sido bastante recatado en su antichavismo y eso servirá para darle veracidad a la estrategia de la guerra con Colombia y darle paso a las estrategias de Obama, que, a diferencia de Bush, toma más precauciones y es menos descarado, lo que no se traduce en que sea menos criminal y sanguinario, ya lo vimos actuar en Honduras y el medio oriente.
Mañana, sin embargo, estos resultados son más bien un presagio de conciencia popular. La tal llamada “legalidad democrática” de Mockus de igual forma deberá abrirle paso a nuevas expresiones democráticas, a esta misma expresión que hoy le da la victoria y que no es más que la transición a la Colombia que se despierta y empieza su lucha por los cambios por medio de los votos.
La historia marcha de a poco pero inflexible. En el andamiaje de la crisis imperial se bate en el temblor de las luchas sociales.
Mockus es un actor de pacotilla que tan solo podrá payasear en la casa de Nariño. Colombia estará más cerca de Venezuela fortalecida con su Asamblea victoriosa de revolución y cada día estará más cerca la gran Colombia que soñamos todos y que soñó Bolívar.

Raúl Bracho

brachoraul@gmail.com

sábado, mayo 29, 2010

Fuera de la ley: la memoria de la guerra de Árgel


La reacción contra la película de Rachid Bouchared Fuera de la ley, liderada como no podía ser menos por el FN, demuestra que la guerra contra la verdad histórica es propia de toda la derecha.
En espera de que la película no “desaparezca”, y que no tarde mucho en llegar a nuestros cines, cabe anotar que el incidente ha vuelto a poner en calendas otro título, ya legendario, La batalla de Ángel, que tardó casi un cuarto de siglo en se estrenado en Francia, y que aquí nos llegó con la conquista de las libertades. No es la primera ve que se habla de ella por diversos motivos, el último fue quizás por su pase privado en la Casa Blanca para ilustrar al presidente Bush y a su camarillla, sobre lo que les podía ocurrir (y les está ocurriendo) en Irak.
Actualmente, La guerra de Ángel es una película perfectamente asequible, se puede encontrar en DVD, y puede servir plenamente para un buen cine-club con la garantía de que los asistentes disfrutaran de una obra maestra, de una producción que vale tanto por su historia como por su mensaje, y podrán tener algunos de4 los hilos de los significó la revolución anticolonial, y hacerlo además desde la perspectiva que ofrece el tiempo transcurrido.
Como supongo que estas cosas no se enseñan en las escuelas, me gustaría contar que el filme cuenta una historia real, que su protagonista es Yacef Saadi, toda una leyenda para el pueblo argelino y para el anticolonialismo.
Muchos independentistas estaban ya encarcelados o muertos. y la organización que Yacef Saadi ha­bía montado pacientemente durante dieciocho meses estaba prácticamente destruida. El 15 de febrero los cinco miembros supervivientes del Comité de Coordinación y Ejecución se reunie­ron en un ambiente depresivo, y Ramdane Aba­ne decidió que lo mejor era abandonar la ciu­dad. Sin embargo la empresa no iba a ser fácil debido a la estrecha vigilancia francesa, que consiguió la detención de Ben Mhidí el día 23. Tras ser sometido a interrogatorio por el coro­nel Bigeard en persona. Ben Mhidi sería entre gado a los hombres de la sección especial y apa­recería muerto el día 6 de marzo de 1957. Los militares, reforzados por policías, des­mantelaron las redes europeas de apoyo al te­rrorismo del FLN, deteniendo a universitarios, religiosos, sacerdotes, militantes católicos y co­munistas, con lo que la rebelión perdía un apo­yo fundamental para continuar la lucha en Ar­gel.
Sin embargo Yacef Saadí intentó demostrar a la población que las detenciones eran vanas, dado que continuaba su sangrienta ofensiva: el 3 de junio de 1957 explosivos colocados en fa­rolas próximas a paradas de autobús causaban cinco muertos y noventa y dos heridos; el día 9 un artefacto colocado bajo el podio de la orquesta del Casino de la Corniche mató a once personas e hirió a otras treinta y cinco. Pero, poco a poco, Saadi perdía a sus princi­pales colaboradores: detenidos, muertos o huí­dos fuera de la ciudad. Los medios para fabricar bombas empezaban a faltar, al no poder intro­ducir los rebeldes suministros en la Casbah de­bido al cerco militar. Los talleres clandestinos habían sido descubiertos uno tras otro. El apoyo moral y logístico del terrorismo había disminui­do, singularmente desde el momento en que las autoridades francesas manifestaron su firme voluntad de no ceder ante el chantaje... Las horas de Saadí estaban contadas, máxi­me cuando el 26 de agosto dos de sus más estre­chos colaboradores, Murad y Kamel, fueron muertos por los paracaidistas de Bigeard, Aco­sado como una fiera, Saadí vivía permanente­mente escondido en los números 3 y 4 de la calle Catón, en plena Casbah. La delación de un co­rreo llevó allí, el día 24 de septiembre de 1957, a los legionarios paracaidistas del coronel Jean­ Pierre. Yacef Saadí y Zohra Drif fueron captu­rados tras una breve e inútil resistencia. Conde­nado a muerte tres veces por los tribunales mili­tares franceses, Yacef Saadi fue finalmente amnistiado por el general De Gaulle al acceder éste a la presidencia de la República francesa.
Sobre su realizador, Gillo Pontecorvo (Pisa, 1919) se ha dicho que es hombre de un solo film, y de hecho, ningún otro realizado antes o después de La batalla de Argel resisten la comparación. Científico de formación -cursó Química-, abandona la teoría y el laboratorio por el periodismo, trabajando en París como corresponsal de va­rias publicaciones italianas, tras la Segunda Guerra Mundial, se incorporó al cine como ayudante de Marc Allegret y Mario Monicelli. En 1953, pudo realizar sus primeros tentativas como do­cumentalista. Tras colaborar en diversos guiones, dirige el mediome­traje Giovanna (1956), que posteriormente sería incluido en un film de montaje de Joris Ivens. El mismo año colaborar debuta tras la cámara en un episodio de La rosa di venti, supervisado por el pionero Alberto Cavalcanti. Su primera película Prisionero del mar (La Grande Strada, 1957, codirigido con Maleno Malenotti), estaba basado en una novela de Franco Solinas, y narraba un conflicto entre un pescador individualista (Ives Montand), y los que mantenían una actitud más solidaria y colectivista (Francisco Rabal).
En 1960, destaca con Kapo (1961), donde describe la vida de los campos de concentración que suscitó una dura polémica que ponía en duda su integridad moral por el tratamiento que le daba a un alegato sobre una realidad como el “holocausto”. Sin la oportunidad de “la batalla…”, que lo convirtió en uno de los directores más emblemáticos del “cine político” de la época, Pontecorvo no habría ido mucho más lejos que otros realizadores izquierdistas italianos que acabaron refugiándose en la RAI o en el cine comercial. Su comparación con las dos obras que le siguen, Queimada (1969), una torpe metáfora sobre la “revolución permanente” en el Tercer Mundo, y la eurocomunista Operación Ogro (1979), un no menos torpe alegato contra el terrorismo etarra, dejan en evidencia que su mayor mérito en Argel fue habar sabido expresar lo que estaba en el ambiente y de la fuerza viva de la historia palpitante a través de los actores-protagonistas, y no el fruto de un talento que se evidenció ausente en las demás ocasiones.
Retirado del oficio de realizador, Pontecorvo volvió a ser noticia como director del Festival de Venecia de 1999, y especialmente por su expresa invitación a Mario Vargas Llosa, no en tanto que novelista (y por supuesto, mucho menos por su relación con el cine), sino en su faceta de militante neoconservador (o neoliberal). La Casbah quedaba ya muy lejos.
Aunque se habla menos de su guionista, quizá parte de la responsabilidad del film había que buscarla en Franco Solinas, escritor de 50 años de abrumadora desigualdad en cuya obra co­existen, sin aparente esfuerzo, guiones de gran calidad -Salvatore Giuliano. La batalla de Argel, Los dientes del diablo, Una vida violenta. Estado de sitio- junto con otros menos interesantes como La mujer más guapa del mundo. Madame Sans Gene o Mr. Kleín, pasando por su colaboración en el guión de Vanina Vanini de Rossellini, del que renegó pú­blicamente por las modificaciones introducidas por Rosselliní, que deformaban substancialmente el significado del film. Además Solinas ha colaborado en todas las películas de Pontecorvo desde La gran­de strada azurra (Prisioneros del mar . 1957) hasta Queimada pasando por ~ Pero probablemente mucho más de lo que pueda haber influido el trabajo de So­linas, lo ha hecho la necesidad que tenía el pueblo argelino de contar cómo se llevó a cabo su proceso de liberación. De esta necesidad, nace la extraordinaria fuerza de este filme, que se llevó a cabo como co­producción italo-argelina y en la que el productor argelino Yacef Saadi se interpreta a sí mismo. Lo dicho: fue uno de los principales dirigentes de FLN detenido en la lucha por una independencia que más tarde se vería gravada. Trágicamente gravada.

Pepe Gutiérrez-Álvarez en Kaos en la Red

Oda a Charles Fourier


No tenía ni idea, pero unos camaradas me contaron que existe una suerte de “internacional” de estudiosos de Fourier que se reunía periódicamente en congresos para debatir sobre su vida y su obra…
Sí sabía que nos había llegado tiempo una edición sumamente apasionante titulada Aproximación a Fourier (Miguel Castellote, Madrid, 1973), y en la que recopilaban textos de Michel Subor, Bretón (An­dré), Octavio Paz (antes de venderse a la Bolsa) y Pierre Klossowski, entre y otros, entre ellos, Andre Breton..
Como debía ser sabido, Bretón escribió la Oda a Charles Fourier durante un viaje que efectuó, en 1943, al Oeste americano en el que atravesó Nevada, Atizona, y Nuevo Méjico visitando las ciudades fantasma de Silver City y Virginia City, y conviviendo con los indios pueblos, cuyos poblados de Shungapovi, Wolpi, Zuni y Acoma le impresionaron. En un lugar tan grandioso, y ante la sabiduría de una civilización primitiva, el único pensador europeo que no le parecía irrisorio era
Fourier. La Oda marca una etapa dentro dé su pensamiento poético (se trata de un poema compuesto, que prescinde del automatismo) y político (afirma que la utopía es más eficaz que el pragmatismo). En ella lanza los más mordientes sarcasmos contra los «cinocéfalos de la tienda» y contra los «apóstoles del progreso social hecho ferozmente» inmovilistas, y opone a ello las ideas asombrosamente fecundas de aquel hombre que pensaba hasta en los menores detalles:

Lo que me desemboca para siempre el pensamiento socialista.
Es que tú hayas sentido la necesidad de distinguir
[la coma al menos en cuádruple forma
Y de hacer pasar la clave de sol de la segunda a la
[primera línea en la notación musical
Porque el mundo entero debe ser no sólo vuelto al
revés sino aguijoneado por todas partes en sus con-
[venciones
Pues no existe una manija en que confiar de una vez
[por todas
Ni un lugar común dogmático que se tambalee ante
la duda y la exigencia ingenuas.

Era el saludo respetuoso y fraternal que el poeta dirige al sociólogo que supo concebir la Armonía, asoma un sentimiento ardiente que ya no le aban-
donará: “Aun cuando, y este es el caso, tuviera por demostrado que la mejora de la suerte humana se opera sólo de forma lenta, a golpes, al precio de
reivindicaciones a ras de tierra y de fríos cálculos, no es menos cierto que la verdadera palanca es la creencia irrazonada en el encaminamiento hacia un
futuro edénico.»
Habría que añadir otras variantes, por ejemplo la admiración del último Emile zola, el de “Trabajjo”, obra de profunda inspiración fourierista…
Pero, ¿quién fue Fourier?. Olvidado en los archivos y en los viejos libros en el apartado de los socialistas utópicos Charles Fourier (Besançon,1773-París, 1837). La vida de Charles Fourier, aunque no alcanzó la relevancia de otros grandes utópicos, tiene todo el brillo que le confiere su obra que son sus sue­ños. Unos sueños que aún nos sobrepasan por su genialidad, por su espíritu abierto a las enormes posibilidades de las personas para alcanzar la Armonía Universal. No deja de ser paradójico, que un hombre como Fourier -tan admi­rado por los surrealistas y por los socialistas ulteriores- que odiaba la mediocridad y el mercantilismo, que imaginaba grandes empresas, pasó la casi totalidad de su vida en un estrecho escritorio. Su única aventura transcurrió en los ejércitos napoleónicos, de cuyo jefe fue siempre un ferviente admirador. Tras varios empeños comerciales que le arruinan ter­mina estableciéndose en la ciudad del Sena como empleado de una empresa norteamericana.
De su carácter hay que señalar su natural horror a la crueldad, sobre ello explica Edmund Wilson en Hacia la Estación de Finlandia: "Su casi enfermiza capacidad de compasión hizo que en su época colegial recibiera espantosas palizas por defender compa­ñeros de menor edad y que, a los sesenta años, anduviera durante horas debajo de la lluvia para hacer algo en favor de una pobre criada que no conocía pero que la había oído decir que era maltratada por su ama». En la soledad y en las horas mustias de su despacho se sublima con los proyectos más extensos las comunidades del futuro, señalando los detalles más ínfimos y llegando a cosas como que el mundo duraría exactamente 80.000 años y que al final de estos tiempos cada alma habría efectuado 810 viajes entre la tierra y otros planetas.
Para Fourier, éstas ideas eran totalmente ciertas, lo que le daba la impre­sión (común entre los utópicos) de ser un auténtico elegido, así podemos citar el siguiente pasaje: "Yo sólo he conse­guido confundir a veinte siglos de imbecilidad política y las generaciones actuales y futuras me deberán su inmensa felicidad. Antes de mí, la humanidad ha despreciado varios miles de años luchando locamente contra la Naturaleza. Yo, el primero, me he inclinado ante ella estudiando la atracción, órgano de sus designios; y ella se ha dignado sonreír al único mortal que le rindió culto; me ha entre­gado todos sus tesoros. Como poseedor del libro del destino vengo a disipar las tinieblas políticas y morales, y elaboro la teoría de la Armonía Universal sobre la ruina de las cien­cias inciertas».
Los delirios (acentuados al final de su vida), de Fourier no nos deben de impedir de considerarlo como uno de los pensadores fundamentales de la historia del socialismo, a los cuales ha aportado ideas absolutamente geniales. El pensamiento de Fourier se desarrolla sobre una serie de ejes, que son esenciales para comprender su significado. El tiempo en que vivió con sus extraordinarias convulsiones llevó al autor del Nuevo mundo amatorio a tres consideraciones básicas: a) que el tiempo en que vivía era una transición, pues al igual que Saint Simon consideraba que las ideas del si­glo XVIII y la Revolución francesa sólo habían planteado las cuestiones básicas de la vida, pero no habían hecho nada por solucionarlas; b) que la sociedad vive en perpetuo cambio gracias a las transformaciones en su naturaleza económica, que lo hacen a su vez gracias al crecimiento de las riquezas por el trabajo humano; c) que estas contradicciones son productos del progre­so, pero deben de alcanzar su coherencia y solución com­pensando las fuerzas adversas y creando la armonía o sea el sistema fourierano.
A los avances anteriores de la ciencia, hay, según Fou­rier, que añadirles un avance nuevo, así, sí Newton había descubierto la ley de la materia que es la gravedad, él había descubierto una nueva ley paralela para las almas: o sea la atracción pasional, es decir los impulsos que animan a los seres vivos y de ahí, se podrá comprender los instintos, las tendencias, las pasiones. Siendo este descubrimiento para Fourier el hecho más decisivo "de todos los cientí­ficos desde la aparición del género humano".
Para Fourier el centro de todos los problemas está en el equilibrio armónico que el hombre debe encontrar con la madre Naturaleza. y esta armonía radicaba en el hecho en que existían las mismas leyes para las sociedades huma­nas que para la Naturaleza creada por Dios. Una vez descu­bierto esto, sólo quedaba aplicarlo para encontrar la felici­dad inmediata. Hasta llegar a este principio, Fourier considera que la humanidad había transcurrido en las siguientes fases: 1. El estado más primitivo o llamado Edad de Oro; 2. El del sal­vajismo; 3. El patriarcado que coincide con la Antigüedad; 4. La barbarie que es como Fourier llama al Medievo; 5. La actual, el tiempo del comercio y la industria. A partir de ahí, emprende Fourier una crítica a la sociedad burguesa que se está desarrollando y en la que los hombres se mues­tran como enemigos y el espíritu del comercio es antagónico con los sentimiento elevados.
Siguiendo a Max Beer pode­mos enumerar los hechos que él ve como nefastos en aque­llos momentos: "Las características de la época son: falta de espíritu de humanidad, de patria, justicia, y solidaridad; especulación, maniobras bursátiles, astucias, fraudes, hipo­cresías, enriquecimiento de los ricos, empobrecimiento de los pobres, desprecio a los no poseedores, anarquía, desapa­rición de espíritu familiar, lucha del hijo contra el padre y del obrero contra el patrono, explotación del trabajo por el capital, dominación del gobierno por los ricos, rebeliones y revoluciones de los pobres». Una particular sensibilidad tenía Fourier ante la mujer, a la que consideraba como la esclava de los esclavos…
Así proclamaba que "El grado de emancipación de las naciones, se puede medir por el grado de emancipación de la mujer.» El mal de la sociedad también lo establece Fourier sobre el tanto de la división de trabajadores y parásitos, mientras que el número de los primeros es sólo un tercio de la po­blación o "población activa», el resto de la sociedad vive del trabajo ajeno. La división que sobre los parásitos establece Fourier es extensísima, pero básicamente son: 1º) los pa­rados domésticos, 2º) los parásitos sociales y 3º) los parásitos accesorios y cada categoría la subdivide a su vez con todo lujo de detalles.
Para acabar con esta auténtica plaga de Egipto, Fourier había ideado una forma de reorganización social que en la sexta fase de su desarrollo se llamará "garantismo", que será conseguida por la formación de pequeñas comunidades socialistas, que producían una transformación radical de la sociedad que desde entonces se basará en la libre coopera­ción entre los hombres y un trabajo feliz en contacto con la Naturaleza. Su idea de la nueva sociedad se concreta en los llama­dos falansterios, que desde 1822 piensa construir con la ayuda esperada de algún filántropo (durante muchos años establecía una cita diaria con las posibles personas que quieran colaborar, pero no se presentó nunca nadie) deta­llando sus más mínimos aspectos.
Diría que desde el primer falansterio se probaría la verdad y en poco tiempo el mundo se poblaría de ellos, de inmensas comunidades so­cialistas federadas que comprenderían entre 1.600 a 1.800 personas, dedicadas a la agricultura ya la industria. Serían como enormes hoteles-cooperativas con comedores comunes, salas de diversi6n, de deportes, de lecturas, de teatro, etc. La educación de los niños sería al igual que las labores co­lectiva y libre, facilitando el desarrollo total del individuo y de la comunidad, que encontrarían a través del trabajo, la cooperación y el contacto con la naturaleza la armonía en todos los terrenos, en el del gusto, en el del estímulo o en el de la pasión sexual. Fourier era firme partidario del amor libre y del mayor refinamiento y fantasía en un nuevo mun­do pasional y sexual.
La verdadera democracia alcanzaría para Fourier su es­plendor en todos los terrenos. La propiedad se generalizaría entre todos, al igual que las utilidades laborales que se re­partirían según las necesidades. La asamblea de los miem­bros decidiría el reparto general de las cuestiones, intentan­do que el dinero no sea imprescindible y corruptor y que nadie predominará sobre nadie, para lo cual, se impediría la formación de cualquier Estado. El gobierno no sería nada más que la administración de las cosas. La influencia de Fourier fue por lo menos en lo inme­diato más débil en Francia que la de Saint-Simon, pero fue más importante en el extranjero, en países como Norteamé­rica, España y Rusia tuvo su apogeo. En la actualidad se puede decir que tiene un gran atractivo para la juventud universitaria en Norteamérica y en Francia, escuchándose ecos suyos en la revolución de Mayo de 1968.
Los fourieristas o "societarios" fundaron una escuela en 1830 para finalizar a mitad del siglo mismo. Su órgano de expresión se llamó La democracia pacífica. Los intentos de poner en práctica el ideal societario fueron inmediatos. En la misma Francia se fundó en 1833 un falansterio en Cende-sur-Vesgres que todavía existe aunque no alcanzó el esplendor soñado por el maestro y sus componentes. Por lo demás las ideas de Fourier se extendieron en un campo menos conocido como el de la predicción en las adquisicio­nes de las ciencias y la técnica.

Algunas anotaciones bibliográficas…

El ex­travío de la razón (Grijalbo, col. Hipótesis, BCN, 1974, con un prólogo de Fernández Buey); Teoría de los cua­tro movimientos (Seix Barral, BCN); La armonía pa­sional del nuevo mundo (Taurus); Doctrina social (el fa­lansterio, una antología del Tratado de la Asociación), y Jerarquía de cornudos (Júcar, Madrid, 1978); Críti­ca de la civilización y de las ideologías, una selección que está precedida por artículos de René Schérer, Pierre Klossowski, Daniel Guerin y otros, ed. Rodolfo Alonso, Buenos Aires, 1973, entre sus biografías: Maublanc (R), Armand (F), Fourier (Fondo de Cultura Económica, México); Lebouck, Fourier o La armo­nía y el caos, (Labor; Madrid) Sánchez Casas (Carlos), Guerra (Felipe), Fourier, ¿socialismo utópico? (ZYX, Madrid, 1973), sin olvidar los ensayos entorno suyo, como los de Henri Lefervre y otros bajo los auspicios de las ediciones Anthropos y el Comité para el bicentenario del nacimiento de Charles fourier, Actualidad de Fourier (Monte Ávila,Caracas, BCN, 1980): Larizza (Manuel), Presupuestos del anarquismo de Char­les Fourier (ZYX, Madrid); Elorza (Antonio), El fourie­rismo (Revista del Trabajo)…

Pepe Gutiérrez-Álvarez

Un nuevo libro sobre el caso de Margarete Buber-Neumann


Militante comunista alemana de primera línea, compañera del legendario Heinz Neumann, uno de los principales dirigentes del partido comunista en los tiempos que anteceden el desastre de la victoria nazi…Este desastre obligó a ambos exiliarse en Moscú. Tras pasar por España con las Brigadas Internacionales, a su regreso a Moscú el matrimonio sufrió las purgas de Stalin. Heinz fue ejecutado y Margarete, enviada a Siberia. Cuando en 1939 se produce el pacto germano-soviético entre Stalin y Hitler, el primero le facilitó al Führer un buen número de las fichas de los militantes comunistas que había en Alemania. También le entregó a la Gestapo a algunos de los que se hallaban en la Unión Soviética, entre ellos a Margarete Buber-Neumann. Del campo de concentración de Siberia pasó al campo de concentración de Ravensbrück.
Sus memorias Prisionera de Stalin y Hitler escribió Margarete Buber-Neumann fueron ya publicadas en los años sesenta, y no hace mucho, por el círculo de Lectores como parte de una política de “recuperación” orientada por el inefable Antonio Muñoz Molina. Ahora aparece una nueva obra sobre ella: El pacto de los asesinos, del muy oportunista escritor francés Max Gallo que lo hace la colección Alianza Literaria
Antes de que os la expliquen ellos, quizás convendría que la contáramos nosotros…
La historia de Margarete Buber-Neumann (Postdam, 1901-Francfort, 1989) es la de una militante comunista que hasta entonces no se había cuestionado el significado del estalinismo, antes al contrario, participaba en él con toda su buena fe de militante probada que había viajado como funcionaria de la Internacional. Perteneciente a una familia de clase media, debe su primer apellido al más ilustre de todos los Buber, Martin (2), el célebre autor de Camino de Utopía, con cuyo hijo había estado casada y con el que había tenido dos hijos. Afiliada al Partido Comunista alemán en 1926, donde pronto alcanzó una notoriedad, sobre todo por su relación con uno de sus líderes más reputado, Heinz Neumann (Berlín,1902-Moscú, 1937), que le dará su segundo apellido. La historia de ambos se confunde... Heinz era lo que en términos leninistas clásicos se entiende por un auténtico “profesional de la revolución”, un militante a toda prueba que desarrolla actividades de extraordinario valor en el más absoluto anonimato, un profesional riguroso que por ejemplo merece el respeto del exigente León Trotsky que en uno de sus más importante trabajos, La Internacional Comunista después de Lenin (3) pondrá en solfa a todo su equipo dirigente, y lo cita sin cuestionarlo, posiblemente porque lo creía recuperable.
Heinz, que fue conocido por numerosos seudónimos (Gruber, Octavio, “Octavio Pérez, Karl Bieler, etc), pertenecía también a una familia burguesa. Estudió Filología en Berlín y siendo estudiante ingresó tempranamente en partido comunista de Alemania (1920). Pronto destacó como colaborador en la prensa del partido, y trabajó al lado de sus más importante dirigentes de entonces como Heinrïch Brandler y August Thalheimer, que serían desde la segunda mitad de los años veinte contrarios a su rusificación-estalinización desarrollada con el “nombre artístico” de “bolchevización”, término que escondía la pérdida total de una independencia que le llevó a protagonizar toda clase de debates en la Internacional. Como delegado alemán, Heinz tomó parte tanto en IV Congreso de la Komintern en 1922, (el último marcado por la fuerte presencia de Lenin y Trotsky) así como en el V (1924) y en el VI (1928). Igualmente fue el principal representante comunista alemán ante la más altas instancias de la Internacional (CEIC) entre 1925 y 1927, año en el que fue enviado a China junto con V. Lominadse como consejero del CC del partido comunista de China. Como tal sobresalió junto con Lominadzé en el desencadenamiento de la Comuna de Cantón (11-14 de diciembre de 1927), formando parte del ”soviet” dirigente que seguía las directrices del Komintern, y que acabó trágicamente en una derrota histórica, que fue determinante para el curso ulterior de la revolución china (4). A principios de los años treinta existía alrededor de Neumann una leyenda, y como tal evocaban su nombre algunos comunistas ilustrados de la época como el madrileño Quique Rodríguez que lo reconocía como uno de los autores de la obra colectiva La insurrección armada (5), una de las más emblemáticas del llamado “tercer periodo”, de carácter izquierdista con el que tanto se identificó Neumann.
Heinz regresará nuevamente a Alemania con el objetivo de ayudar a Ernest Thäelmann, y aplicar la política del “tercer periodo” de Stalin. Convencido partidario de la línea oficial, Neumann jugó con toda su buena fe un papel destacado en la estalinización del partido alemán entre 1928 y 1931. Luego será uno de portavoces del partido como diputado en el Reichstag de 1930 hasta1932, mientras mantiene su cargo en el Komintern. No obstante, como era de esperar más tarde o más temprano, un comunista con pensamiento propio como Neumann, tuvo que comenzar a criticar la política de Thäelmann (el verdadero “hombre de Stalin” en el partido), por lo que fue destituido de sus puestos de dirección, y llamado a Moscú en 1932. Dado que sus críticas se atienen en lo fundamental a la situación alemana, Heinz y Margarete son enviados a trabajar en España (1932-1933) con la dirección kominteriana del PCE, actividad sobre la que más tarde Margarete ofrecerá su testimonio en su libro sobre el Komintern.
Detenido en Suiza a finales de 1934, Hitler pedirá al gobierno suizo la extradición a Alemania (26.12.1934). Por su parte, Neumann solicitó asilo político en la URSS y lo obtuvo a finales de 1935 gracias a la intervención expresa Stalin. Por una propuesta del viejo bolchevique Piatnitsky (6), Neumann fue incluido en la delegación del CEIC a Brasil en calidad de consejero político del líder comunista Luis Carlos Prestes que preparaba una rebelión contra la dictadura de Getulio Vargas (7). Junto con su esposa Margarete recibió una preparación especial, a tal efecto (1935). En julio de 1935 recibió los documentos necesarios y las instrucciones de Piatnitsky, e incluso escribió un folleto sobre Prestes con el seudónimo “Octavio Pérez”, el mismo que había utilizado en España. Sin embargo, tras la caída de Piatnitsky, los planes sobre Brasil fueron cancelado. Neumann era ya un sospechoso por su probada independencia de criterio y en su radicalidad antinazi (Margarete lo describe en España obsesionado por leer todo lo que llegaba desde Alemania) en un momento en que Stalin preparaba el terreno de un pacto con Hitler. No tardó en ser detenido y fusilado bajo la acusación de “trotskista” y de “conspirar contra la revolución” (26.4.1937). De hecho, se trataba de una muerte anunciada.
Cuando emprendieron el viaje a Moscú en mayo de 1935, Heinz no se llamaba a engaño. Sabía lo que estaba ocurriendo, y le había comentado a Margarete "Quizá vayan a detenerme en Leningrado". A su llegada al. hotel Lux de Moscú, pudo vislumbrar como el clirnax de sospecha y detenciones que se había apoderado reinaba en la URSS se había extendido también entre los emigrados. En este ambiente, el contar con una página de desavenencia era prácticamente un certificado de muerte. "En Moscú, la atmósfera era asfixiante", escribirá Margarete que sobrevivirá pero que conocerá su particular descenso a los infiernos.
Margarete a la que Arthur Koestler define en sus Memorias como “una mujer de baja estatura de cabello negro, vivaz y alegre”, era la fiel compañera de Heinz, pero no un cuadro político recocido y la dejaron. Durante meses estuvo vagando de una prisión a otra, investigando sobre el destino de Heinz junto con centenares de esposas y madres desesperadas, que no entendían para nada lo que estaba ocurriendo. Poco a poco, en un ambiente de incertidumbre total –las víctimas eran por lo general antiguos revolucionarios, pero carecían de un perfila tan definido como el que poseían las victimas del nazismo-, escuchando cómo las noticias sobre la desaparición de amigos y conocidos, algunos de ellos estalinistas probaos, como ella misma que hasta entonces no se había cuestionado. Sus únicas pertenencias estaban reunidas en una maleta guardada bajo la cama, dispuesta para cuando los agentes de la NKVD vinieran a por ella. Su ingenuidad era tal que cuando por la noche del 27 al 28 de abril de 1937 vinieron a por ella, no se asustó "en absoluto", estaba persuadida de que tenía que haber un malentendido. Los siguió en un lujoso Ford, camino del centro penitenciario de Lubianka. En su libro anota: "Mi reloj luminoso y el pensamiento de que en mucho tiempo no volvería a ver aquello fueron las últimas impresiones de libertad".
La pesadilla sin embargo, no había más que comenzar. La comitiva la conduciría hasta las largas colas existentes ante las puertas de las oficinas de las prisiones en Moscú que disponía el traslado de los prisioneros hasta los campos de trabajo en Siberia. Allí las condiciones de vida eran estremecedoras, pero a Margarete le quedaba conocer todavía otra vuelta de tuerca. El Pacto de No Agresión con el que los firmantes se repartían Europa oriental, (que Stalin creyó, y que Hitler utilizó para ganar tempo) entre la Alemania nazi y la URSS estalinista, sellada por Molotov y Ribbentrop de 1939 (8) contenía una cláusula que lo hacía más repulsivo si cabe. Era la que dictaminaba el regreso a su país de origen de los comunistas alemanes detenidos en las prisiones soviéticas. En el régimen nazi no había confusión, y para los comunistas no tenían otra alternativa que no fueran los campos de exterminios, en el caso de Buber-Neumann, el destino era Ravensbrück.
El valor del testimonio de Margarete radica en su minuciosidad en la descripción un mundo complejo, de un abismo por el que desfilan numerosos personajes como la anciana prisionera que se alegra de llegar a la prisión moscovita tras su paso por Siberia, siguiendo con el caso de la vigilante jefe de Ravensbrück, Langefeld, que reniega de Auschwitz como un más allá de la crueldad que le había tocado protagonizar. A lo largo de sus páginas desfilan figuras tan siniestras como la del doctor Rosenthal y su amante (la prisionera Gerda Quernheim), que se dedicaban al asesinato sistemático de mujeres embarazadas y niños, aunque finalmente acabaron detenidos por robar las piezas dentales de oro de sus víctimas. Personajes e historias que se entrecruzan con las algunas militantes comunistas que negaban el terror estalinista, o como Erika Buchmaim, que "había interiorizado la teoría fascista del exterminio". Aquel fue su trágico destino hasta que consiguió su liberación en abril de 1945. en sus páginas finales escribe "Yo había pensado en todas las posibilidades de una salvación; la huida ante los rusos con ayuda de las polacas, la desaparición en el revuelo que se originase después de que escaparan las SS, pero nunca pensé en ser puesta en libertad".
Con una voluntad militante, y con la capacidad de observación de una buena periodista, Margarete lo observaba y lo registraba todo, incluso llegó a hacerse necesaria para sus compañeras, vivir historias de una intensa humanidad como se desprende de líneas como las siguientes: “Siempre encontré seres que me necesitaban, nunca me faltó el regalo de la amistad y de las relaciones humanas”.
La obra de Margarete está justamente considerada como un clásico en su género. Apareció en Alemania y Suecia en 1948 y se tradujo al francés en 1949, mientras que la primera traducción en castellano (firmada por Luis García Reyes) data de 1967 en la colección Libro Documento para Ediciones GP que “distribuía” la popular Plaza&Janés. En el catálogo de GP se podían encontrar diversos best-seller, algunos de ellos famosas adaptaciones para la gran pantalla como son los casos de Gigi de Colette, Cinco mujeres marcadas de Ugo Pirro, Que el cielo la juzgue de Ben Ames Willians, ¿Arde París? de Lapierre&Collins. No se trataba por lo tanto de una empresa “testimonial”, todo lo contrario. Era una editorial de las que llegaban a los kioskos, se leía pródigamente en las oficinas y en los metros. Entre sus divulgadotes hay que reseñar los Testigos de Jehová perseguidos por el nazismo, a los que les dedica unas páginas muy emotivas.
En Francia el libro tuvo una repercusión especial ya que Margarete una intervención muy impactante en el famoso proceso que los comunistas franceses –con la misma buena fe que ella había mantenido hasta su detención- contra el funcionario soviético Víctor Kravchenko en 1947. El estalinismo estaba perdiendo la aureola que había logrado con la victoria del pueblo ruso contra la invasión nazi, y la confusión que reinaba entre los intelectuales parisinos era considerable. De un lado estaba la derecha que se preparaba para la “guerra fría”, y que había hecho famosa la imagen del bolchevique en el cuchillo en la boca escondido bajo la cama. Del otro, una izquierda dividida entre los que creían que al criticar a la URSS se torpedeaba al movimiento obrero, y los que estimaban que (como confirmaría el tiempo) más daño le podía hacer mantener una mentira que ya había sido denunciada desde finales de los años veinte por escritores de la talla crítica de Panait Istrati (Hacía la otra llama), Boris Souvarine (Stalin), Víctor Serge (De Lenin a Stalin) y André Gide (Regreso de la URSS). Había dificultades para probar la veracidad de las acusaciones que Kravchenko arrojaba contra el sistema soviético, por eso el testimonio de Margarete podía inclinar la balanza.
Una de las personas más emblemáticas que asistió a su descargo fue Simone de Beauvoir que estuvo acompañada por Sartre en una audiencia. En su diario, la autora de El segundo sexo, escribió: “Cualesquiera que fuesen sus mentiras y su penalidad” (de Kravchenko), “y aunque la mayor parte de sus “testigos” fuesen tan sospechosos como él, de sus declaraciones surgía una verdad: la existencia de campos de trabajo. Lógico, inteligente, confirmado además por muchos hechos, el relato de la señora [Buber-Neumann) arrancaba la convicción.” Y añade “El testimonio de Margarete fue conmovedor y he salido atormentada por él”. Una ferviente estalinista de entonces, Dominique Desanti (y autora de otra historia de la Internacional comunista que publicó Anagrama en los años setenta), escribiría: “Pero si Margarete Buber-Neumann me hizo vacilar un momento, ni un solo instante he creído que lo que contaban todos los testigos fuese verdad...” Otra persona a quien ese proceso hizo vacilar fue Edgar Morín, pero que permanecería algún tiempo leal al partido hasta que pasó a animar las ediciones de Minuit y la revista Arguments, y que añadiría por su parte: “Sentía no obstante en esa época, aunque ignorase las prácticas de exterminación sistemática, que había demasiadas víctimas concentracionarias para que sólo los excesos o los abusos pudieran explicarlo” (9).
En la misma colección apareció su no menos impresionante evocación de Milena, la amiga de Kafka, una biografía complementaria a la suya. Como explica la propia Margarete, el relato de su paso por los campos nació a partir de su amistad con esta avanzada periodista comunista judía cuyo nombre completo era Milena Jesenská, y que cuenta con una popularidad añadida por haber sido la novia de Franz Kafka, la destinataria de las impresionantes Cartas a Milena. Ambas estuvieron en el mismo campo de concentración y hoy se conocen las famosas "Cartas a Milena", gracias a Margarete Buber-Neumann. Milena murió en brazos de Buber-Neumann. En Prisionera de Stalin y Hitler, ésta narra cómo lo que le ayuda a sobrevivir en su doble condición de huida es la promesa que le hizo a su amiga Milena, "la mujer hermosa, libre, heroica, que había resistido contra los alemanes en Praga, y logrado que se salvaran las cartas que le había dirigido a principios de los años XX aquel escritor judío desconocido, Frank Kafka", escribe certeramente Muñoz Molina en prólogo del libro. Cuando Milena murió en 1944, el primer pensamiento de Margarete fue” Ahora la vida carece de sentido”.
Fue Milena quien le propuso que escribiera sobre su trágica experiencia. "En su fantasía creó una obra sobre los campos de concentración de las dos dictaduras en la que hablaría de las llamadas a recuento, las marchas en columna y la degradación de millones de seres a la esclavitud; una dictadura en nombre del comunismo y la otra por el bienestar de los tiranos", escribirá Margarete en su libro que ha sido reeditado por Tusquets. Con todo lo que les une existe empero una doble diferencia a favor de la Milena: primero) siempre fue adversaria del estalinismo; segundo) murió siendo una revolucionaria...(10)
La mejor documentación sobre esta doble vertiente en la trayectoria de Margarete se puede encontrar en dos obras cuyas que abordan su itinerario amoroso-militante, De Potsdam a Moscú, e Historia del Komintern. La revolución mundial (Ed. Picazo, Barcelona. Desconozco la primera, pero leí la segunda en una traducción de Rolando Hanglin del mismo año que la edición alemana, 1975). En este caso, lo biográfico y lo histórico se combinan. Sin embargo, una y otra cosa no brillan a la misma altura. De su parte testimonial cabe extraer un tono vivo y apasionante. Aquí Margarete no puede ocultar su entusiasmo y fervor, ni su apasionada relación amorosa-militante. Describe su vida cotidiana con una mirada fresca, los revolucionarios que conoce nunca dejan de ser personas de carne y hueso, con sus grandezas y medianías. Cabría quizás destacar su vivida descripción del conflicto suicida que enfrentó a socialdemócratas (anticomunistas que preferían atenerse a la legalidad antes de luchar) y comunistas (que aseguraban que la socialdemocracia era el “enemigo principal”, y que ya ajustarían las cuentas con los nazis), es rica en detalles de la vida cotidiana.
Empero, su capítulo español (11) resulta bastante extraño amén de representativo de las limitaciones de la mirada política de Margarete. De entrada porque su cronología resulta cuanto menos confusa, mezcla acontecimientos, y aunque no lo diga, da la impresión de que tuvo que tener problemas con el castellano. También resulta sorprendente su preocuparon (sin duda una reflexión ulterior, o sea del momento del redactado) por la “cuestión religiosa” en España, y su descripción del anticlericalismo de las autoridades que desembocan en una acusación contra el sectarismo de la República así como con una aséptica referencia al general Franco, un detalle que cuadra con su anticomunismo y su evolución ideológica hacia cierta democracia-cristiana.
Hay pues dos Margarete, la comunista de buena fe que cree en Stalin hasta que la evidencia le cae encima y la anticomunista autora de este extraño testimonio con pretensión de historiadora. Desde esta última perspectiva, todo resulta embrollado, carente del más mínimo rigor. Cita a personajes históricos sin reseñar sus fuentes, así muchas de las palabras que llega a atribuir a Lenin resultan muy poco fiable, entre otras cosas porque las fechas que da son imposibles, por la sencilla razón de que el líder bolchevique ya había sido enterrado (un detalle que carece de la menor relevancia en la nueva historia oficial anticomunista). Más que de una historia, se puede hablar de una vehemente requisitoria para demostrar que el comunismo fue una aberración, además siempre y en todas sus facetas. El Komintern fue un mero invento de Lenin para dar rienda suelta a sus ambiciones; un Trotsky que le grita a los insurrectos de Kronstadt, “!Os cazaré como faisanes¡” (una versión del “Tirad a la barriga” de Azaña en Casas Viejas); Rosa Luxemburgo estuvo siempre y totalmente en contra de los bolcheviques, Stalin es pues, una consecuencia directa de la revolución de Octubre de 1917, y en todo esto no hay mucho que discutir. Ni de verdad.
Ya se sabe, el comunismo es intrínsecamente perverso. No deja de ser curioso que dicha “continuidad” fuera tabla de ley para los que creyeron en Stalin, como la propia Margarete Buber-Neumann que como si se tratara de una virgen atraviesa el cristal de la historia sin tocarlo ni mancharlo. Este giro es harto representativo de los comunistas arrepentidos, sobre todo para los que apenas si conocieron su fase revolucionaria, y para los que se habituaron a argumentar en clave estaliniana, y es el que conecta con los comentarios que podemos leer en Muñoz Molina, en lo diarios y en páginas web en las que -de paso- la descalificación total del “comunismo” se combina con reflexiones sobre la no-viabilidad del “Estado del Bienestar”, y es que una cosa lleva normalmente a la otra. El enfoque es siempre el mismo, la medida del comunismo se impone desde el estalinismo (posiblemente también su mayor negación, no menos de lo que Franco pudo ser del cristianismo), y se níngunea todo un comunismo de oposición, existente tantas veces dentro incluso de la mitificación estaliniana como prueban los mismos Heinz y Margarete.
Una forma de estalinismo invertido sobre el que sigue vigente las observaciones de Isaac Deutscher efectuadas en su célebre e insuperable Herejes y renegados (12)
Esto explica el hecho de que a pesar de ofrecer un testimonio sobre las actividades de Heinz Neumann, este libro no haya pasado precisamente como una aportación imprescindible, ni tan siquiera significativa, a la historia del Komintern. Ninguna de las monografías reconocidas sobre la Tercera Internacional la mencionan, lo cual no deja de resultar chocante ya que cuanto menos ofrece información de primera mano sobre las vicisitudes sobre Neumann, uno de sus profesionales más importante que, por citar un solo ejemplo, tuvo un papel destacado en diversos momentos históricos como o durante la crisis revolucionaria china de 1927 o en España republicana, y sin embargo, nadie parece haberle prestado la menor atención (13).
En el lanzamiento del libro, el enfoque escogido por Antonio Muñoz Molina -su introductor y de alguna manera recuperador y “avalador” de este seria de obras, siempre desde un ámbito político que podemos situar perfectamente en la derecha anticomunista, no hay más que repasar los artículos que publicaba en El País del cual -según Haro Teglen- salió por la derecha.
Partiendo del hecho primordial de que "Margarete fue víctima del pacto de no agresión que firmaron Hitler y Stalin en 1939. Un acuerdo que, en entre sus muchos artículos, acordaba la entrega a Alemania de aquellos ciudadanos del país que hubieran escapado del nazismo buscando refugio en la Unión Soviética...”, el subrayado lo establece en la siguiente consideración: “...Algo de lo que en España todavía se habla poco". Considera "escandaloso" que este tema en España sea "muy desconocido". Y como ilustración ofrece su propio ejemplo: "Puedo hablar en primera persona porque a mí me ha costado un disgusto tratar este tema y me han tachado de reaccionario. Todo el mundo está dispuesto a reconocer que los campos de exterminio nazi fueron horribles, pero si hablas del Gulag del estalinismo, todavía hoy te dicen que no es lo mismo".
Para el autor de Sefarad (novela en la que ya amalgamaba las víctimas del “holocausto nazi y comunista” en un cielo conservador exento de nubes), trata de reparar una injusticia ya que aunque “no es igual, porque los nazis mataban en nombre de la raza y los otros en nombre de la felicidad de un Estado?". Este matiz no contradice empero la existencia de una simetría a cuyo conocimiento contribuye poderosamente la obra de Buber-Neumann. Cierto es pues que existe una diferencia fundamental entre los dos regímenes. Mientras que "en que la persecución nazi se concentraba en perseguir a lo otro, a lo diferente, ya sea judío, extranjero, gitano u homosexual; mientras que los enemigos del sistema soviético, son sus propios ciudadanos". Por otro lado, "el sistema nazi está pensado para el exterminio, mientras que el soviético es un sistema esclavo y de control social".
Sobre la base de datos que me ofrece la nuera del socialutópico Martin Buber y luego señora Neumann –un representante de lo mejor del comunismo alemán-, se me ocurren las siguientes acotaciones:
1. Ciertamente, en España se habla poco del pacto Molotov-Ribbentrop, pero menos se habla de otras cosas por ejemplo de la connivencia franquismo-nazismo, de la matanza de comunistas en Indonesia (nuestros gobiernos democráticos han mantenido excelentes relaciones con el régimen de Suharto), o del crecimiento del hambre en un mundo en el que aumenta la concentración de las riquezas (según datos de la ONU), ¿y alguien ha leído a Muñoz Molina sobre algunas de estas cosas u otras parecidas?;
2. No fueron únicamente los “soviéticos” (¿dónde estaban los soviets en un país donde todo estaba desestructurado y todo dependía del “máximo líder?) los que pactaron con los nazis, y aunque nadie hable de ello conviene recordar el apoyo que contó (como Mussolini) por parte de la derecha conservadora europea y norteamericana...hasta que comenzaron a bombardear Gran Bretaña, por otro lado, como ilustra el propio caso de Margarete, los comunistas fueron las primeras víctimas de dicha pacto;
3. Stalin pudo llegar a ser personalmente mucho peor que Hitler, de hecho su dictadura fue muchísimo más personal, sin embargo esto no impidió que –por citar un solo ejemplo-, que el pueblo ruso se batiera contra los nazis a vida o muerte o que los comunistas fueran el principal baluarte de la resistencia antifascista, una paradoja que o se puede explicar únicamente con una comparación del horror totalitario...
4. Por otro lado, el exterminio de la vieja guardia bolchevique y el “Gran Terror” tenían un doble objetivo para Stalin, de un lado salvaguardar su poder absoluto sin necesidad de debatir ni de temer ninguna oposición, pero de otra demostrar a las potencias “democráticas” que la revolución ya estaba más que enterrada, y que la URSS era una garantía para el orden internacional, y así lo demostró también durante la guerra española empleando la “ayuda soviética” para desactivar la revolución;
5. El nazismo fue la expresión política del miedo a la revolución (socialista y por lo mismo democrática) de las clases dirigentes y amplios sectores de la clase media, y su objetivo primordial fue la destrucción del más poderoso movimiento obrero de Europa, amén de competir con los vencedores de la “Gran Guerra” (sobre la que tampoco se quiere hablar, Enrique Krauze la atribuye vagamente ¡a “los nacionalismos”!) en la expansión imperialista...La URSS representaba una revolución grotescamente deformada, como muchas otras que se quedaron aislada, por ejemplo la única revolución antiesclavista protagonizada por los mismos esclavos, la haitiana;
6. Margarete fue una militante comunista al menos entre 1925 y 1937, y su destino se explica como parte de la gran tragedia de una generación...¿Cuándo era comunista se la podía comparar con un SS o con un Serrano Súñer cualquiera?;
7. Es posible que los disgustos que la ha provocado a Muñoz Molina sus ejercicios de simetría parcial (o sea en una única dirección), no sean solamente porque hay viejos estalinistas aquí y allá, a lo mejor es también por su enfoque, extrañamente coincidente con los propios de la escolástica neoliberal;
8. Cabría preguntarse hasta donde alcanzó el desengaño de Margarete que, si nos atenemos a los criterios desarrollados por Muñoz Molina en el caso de Evgenia Ginzburg, fue mitad víctima, mitad verdugo; más, porque fue una estalinista mucho más involucrada que Evgenia, una militante provinciana;
9. Y para acabar: el hecho de que Muñoz Molina permaneciera ajeno a este tipo de aportaciones no significa que no tuvieran un eco significativo en su día, ni mucho que desde la izquierda más crítica no se le prestara la atención debida, por ejemplo esta izquierda fue la que publicó la obra de Panait Istrati en...1929.

Notas
---(1) Me remito a mi reseña sobre el libro aparecida en el número de El Viejo Topo de septiembre (2005), y en la web de la revista Viento Sur.
---(2) No está de más recordar la personalidad de Martin Buber, cuyo prestigio –en especial en los medios libertarios y católicos progresistas del tipo Miret Magdalena- hasta los años sesenta como un pensador de la utopía y del diálogo entre religiones y culturas (un pecado mortal para la escolástica neoliberal, no hay más que leer a Wall Vagas Llosa).
---(3) Esta obra (editada por Akal en 1977 con un cuidado prólogo de Mariano Fernández Anguita) es por sí misma una demostración clamorosa de que la Internacional Comunista fue otra cosa, y pudo haber sido algo muy diferente.
---(4) Se ha hablado muy poco sobre las grandes derrotas revolucionarias, y en concreto de la China de 1927, seguramente más conocida por dos grandes novelas de André Malraux, Los conquistadores y La condición humana, sobre la que, por cierto, se gestó una adaptación fílmica que tenía que dirigir Fred Zinnemann con Ives Montand de protagonista. Recuerdo que a principios de los años ochenta, cuando el protagonista de Z y de Estado de sitio, ya se había convertido a la fe de Wall Street, reaccionó acremente a una pregunta efectuada desde un programa de cine en la 2, algo así que no se hacía porqué, ¿Quién iba a creer ahora que los comunistas chinos se portaron heroicamente?, como sí el presente pudiera negar el pasado, y como sí Malraux se hubiera inventado su narración. El lector interesado encontrará una extensa información, incluyendo fragmentos de artículos de Neumann, en La question chinoise dans l´ Internationale Communiste, edición de Pierre Broué (EDI, París, 1976), y la obra de Claudín, La crisis del movimiento comunista internacional.
---(5) No está claro que Neumann tal como pretendían algunos comunistas de entonces como Juan Andrade en conversaciones privadas hablando de su reedición, fuese el A. Neuberg que firma el libro. La insurrección armada tuvo una primera traducción en las Ediciones Rojas de Madrid, en 1931, y una reedición corregida en Fontamara, Barcelona, 1978. A falta de confirmación sobre el presunto papel de Neumann –por lo demás, todo un experto en la cuestión-, se tomaron los nombre que aparecían en la edición francesa de Maspero, o sea Mijhail Tujachevski, Hans Kippenberger, Ho Chi Minch, Unschlicht, Piatnitsky, Togliatti, Eric Wollenberg (general “Walter”).
---(6) Osip Pianitski (seudónimo de Iosif Aranovich Tarshis, 1882-1937), hijo de padre carpintero y judío, socialdemócrata desde 1898, responsable del aparato clandestino bolchevique desde 1903, pasó a ser uno de los cuadros de la Internacional sin cuestionarse nunca su línea política, hasta que fue acusado de “trotskista” y provocador” y fusilado; algo similar ocurrió con su compañero en la aventura china, Lominadzé.
---(7) Sobre este y otros episodios resulta de gran interés la minuciosa información que se pede encontrar en La Internacional Comunista y América Latina. Diccionario biográfico, obra conjunta de Lazar Jeifets&Víctor Jeifets y Peter Huber (Peter.Huber (a)unibas.ch).
---(8) Actualmente resulta difícil de comprender que el estalinismo consiguiera “comerle el coco” a militantes que llegaron a efectuar verdaderas barbaridades, pero que, a pesar de todo, siguieron al lado de los trabajadores y de la revolución, este fue el caso de André Marty que dio la espalda al pacto con los nazis, del español Gabriel-León Trilla, o del legendario Willy Müzemberg, quien después de denunciar dicho pacto, moriría misteriosamente. Müzemberg ha sido utilizado como modelo de manipulador al servicio del estalinismo, e hecho un causa en la que creía; con todo su experiencia ha sido retomada por la internacional neoliberal en la que muchos actúan de “buena fe”.
---(9) Kravchenko era un funcionario soviético que se hizo famoso con su fuga narrada en Yo escogí la libertad, de la que existió una edición española en NOS Editorial, Madrid, en la que no consta fecha aunque en el volumen que poseo encontré una nota de oferta de un librero fechada el 30 de septiembre de 1948. Por la misma época corrieron por España un par de chistes atribuidos popularmente al republicano Manuel Gila que, aparecía en el escenario con el libro de Kravchenko, y leía así su título: Yo encogí la libertad... En otra ocasión aparecía una chaqueta rota pero muy limpia en un tendedero, y comentaba: Mi chaqueta está rota, pero estalim-pita. No hay duda de que los que habían perdido la guerra le encontraban la gracia. La información sobre su proceso y la intervención de Margarete se puede encontrar en la obra de Herbert R. Lottman, La Rive Gauche. Intelectuales y política en París, 1935-1950 (Blume, Barcelona, 1985).
---(10) Creo que resulta muy importante subrayar Milena este doble aspecto porque no es lo que se suele hacer.
---(11) Sobre el que ofrecemos dos capítulos extraídos del libro, el que narra su encuentro con Heinz Neumann, y el que describe su viaje a España.
---(12) Sobre esta cuestión recomiendo fervientemente la lectura de Enzo Traverso, El totalitarisme. Història d`un debat (Universitat de Valencia, 2002), en particular el capítulo "Antitotalitarisme i anticomunisme: la guerra freda", en el que la influencia de Deutscher resulta luminosa.
---(13) No es citado por algunos estudios extensos sobre China como puede ser el voluminoso trabajo de Jacques Guillermaz, Historia del partido comunista chino, 1921-1949, Península, Barcelona, 1970), tampoco lo registran los autores con voluntad exhaustiva como los del Diccionario biográfico mencionado; ni Antonio Elorza y Marta Bizcarrondo en Queridos camaradas. La Internacional Comunista y España, 1919-1939 (Planeta, Barcelona, 1999), por cierto, una obra sumamente singular que podía haberse subtitulado "Como justificar la política estalinista reseñando los crímenes de Stalin.."..

Pepe Gutiérrez-Álvarez