sábado, septiembre 25, 2010

El “caso Joaquín Maurín” durante el proceso contra el POUM


Los y las militantes interesados en la historia del marxismo hispano están de enhorabuena por la edición el ensayo de Alfonso Clavería, Joaquín Maurín. Desde Huesca a Nueva York. La revolución interrumpida (Ed. Salvador Trallero, Seriñena, 2010). Se trata de un modesto pero hermoso libro que se inserta en la campaña general desarrollada desde el ámbito de la Fundación Andreu Nin por recuperar la memoria de un revolucionario aragonés-catalán que fue secretario general de la CNT en los tiempos en que asesinato a Salvador Seguí, delegado cenetista en Moscú, cofundador del PCE, líder de la Federación Comunista Catalano-balear, fundador del Bloque Obrero y Campesino, y principal dirigente del POUM. El libro será presentado en Barcelona en el marco de las jornadas de la FAN dedicadas al 75 aniversario de la creación del POUM…
En las páginas que siguen se ofrece constancia de la tentativa por parte de la maquinaria policial estaliniana por inculpar a su compañera, a su hermano Manuel y a él mismo en el curso de un proceso que manchó de mentira y sangre nuestra historia social, y la lucha contra la barbarie franquista. Los lectores interesados encontrarán una mayor documentación sobre la cuestión en mi libro, Un ramo de rosas rojas y una foto. Variaciones sobre el proceso del POUM, editado por Laertes (Barcelona, 2009), y claro está en el citado libro de Alfonso. Habría que añadir que esta alta consideración sobre los valores teóricos y organizativos de Joaquín Maurín es ampliamente compartida entre la gente conocedora del pensamiento socialista y de la historia del comunismo español…
…Entre los personajes digamos secundarios de la trama contra el POUM, aparece Juana Maurín, cuyo nombre de soltera era Jeanne Lifschitz (París, 1904-Rosemont, USA, 1995), hija de una familia rusa emigrada de Kiev muy comprometida contra el zarismo, y hermana de Boris Souvarine, uno de los primeros dirigentes del PCF, oposicionista y estudioso, famoso autor de una temprana biografía de Stalin. Conoció a Maurín mientras trabajaba en la oficina de prensa de Komintern. En el proceso aparece ligada a “los autos, procedentes de los registros efectuados, documentos y cartas autenticas que delataron que el POUM tenia una organización completa en España y en el extranjero, de agentes que se relacionaban por medio de claves diversas, que adquirían unas veces a precios costosos y otras confeccionaban ellos mismos. Alguno de estos agentes, como Juana Maurín, domiciliada en Paris, tenía carácter permanente, y era agente de enlace entre unos y otros, recibía fuertes cantidades cuyo origen y destino no ha podido comprobarse, llama en sus cartas territorio español al rebelde, declara que se han mandado agentes especiales a la zona facciosa y todo esto en relación directa con los dirigentes del POUM, a quienes dirige estas cartas (p. 98)”.
Dicha conexión la hace aparecer en el segundo punto de la acusación que cita: el testimonio “literal de las cartas y argumentos recogidos a los procesados, que sirven de fundamento para afirmar, que éstos mantenían relación con alemanes, rebeldes o fascistas, con expresión del lugar donde han sido encontradas personas a quién se atribuya cada uno de esos documentos y que los enviara o recibiera”, por lo que encuentra “ ESPECIALMENTE ES DE INTERÉS LA CORRESPONDENCIA EN QUE HA TENIDO INTERVENCION JUANA MAURÍN, ya que el señor Juez instructor especialmente la cita. Y el milimétrico, con el letrero que aparece en su revés simpática, al que tanta importancia da el señor Juez y CON TESTIMONIO LITERAL DE LO QUE LOS PLANO HAYAN DECLARADO EN EL SUMARIO — FERNÁNDEZ GOLFÍN, y demás antecedentes sobre el mismo (p. 116, subrayados en el original).
En su favor hablan Juan Andrade (“Que Juana Maurín era la representante del partido, pero que jamás se escribían con ella en clave Que las cartas a Juana se las enviaban por correo ordinario y otras a mano. Que nunca se a nuestras secciones instrucciones en clave, porque correo o personalmente”), Gorkin y Rebull…
Pero será el defensor, Benito Pabón quien alegara con vehemencia que “respecto a las cartas de Juana Maurín, se cree en la obligación, de ayudar a los fines de Justicia el esclarecimiento de la verdad al Juzgado, y pedir la práctica de cierta diligencia que pondrá de manifiesto cuán absurda es la suspicacia de la Policía, viendo en esas cartas indicios de la existencia de una red de espionaje. Juana Maurín era la mujer legítima (y decimos era, porque, según informaciones fidedignas, su esposo fue fusilado por los rebeldes) de Joaquín Maurín (a quién llamaban con el diminutivo catalán de Quínet, Kin)”.
En su intervención, Pabón explica que “Joaquín Maurín, Diputado a Cortes y Secretario general del POUM, salió el 17 de Julio de Madrid para Santiago de Compostela, donde debía asistir a una asamblea. Allí le sorprendieron los sucesos y como a su compañero [ilegible], parece ser, que después de algún tiempo fue preso y posteriormente fusilado. De Joaquín Maurín que no era trotskista, sino jefe del bloque obrero y campesino, nadie dudara de su antifascismo, y con él fueron a las elecciones reunidos todos los partidos de izquierdas, entre ellos los comunistas”.
Por lo tanto “Ya es aventurado y arbitrario suponer que la esposa de Maurín, en pago a lo ocurrido con éste, se dedicara a maniobras en favor de los facciosos”, pero dados que no encontramos en “el terreno de la maledicencia, y del mal pensar (donde) todo es admisible, aunque ello no cuadre muy bien a la serena actitud de enjuiciar que estos perjudicaban el criterio de la Justicia. Ahora bien, en este caso, existe una prueba concluyente contra tan peregrina suposición. Era lógico, humano, y hasta obligado, que la mujer de Maurín (de naturaleza francesa del preocupara de la suerte de su marido) y los componentes del POUM, de la situación de su Secretario general. Y Juana Maurín por medio de las autoridades francesas, consiguió hacer diversas gestiones, incluso que un periodista frances se ofreciera a ir a Galicia con pretexto de su misión, para traer noticias concretas de Maurín, y ver la probabilidad de un rescate sí aún existía”.
Pabón concluye: “De este asunto tuvo conocimiento expreso León Blum, Presidente entonces del Gobierno francés, e intervino directamente el señor Blumel, Secretario de la Presidencia…Por ello, SUPLICO al Juzgado, que teniendo por presentado este escrito, acuerde, que por los trámites procesales oportunos, se tome declaración sobre los extremos expresados en el cuerpo del escrito a Juana Maurín con residencia en París, con domicilio en 22, rue d’ Orleans, Neuilly sur Seine y a los señores León Blum y Blumel, Vicepresidente del Consejo de Ministros francés, y Secretario del primero respectivamente, lo cual pido por ser de justicia en Valencia a 11 de Septiembre de 1937” (pp., 117-118)
Sin embargo, aunque en el tiempo que sigue la acusación abandona esta “maledicencia”, la campaña estalinista contra Joaquín Maurín seguirá, y todavía sigue siendo uno de los ejemplos recurrentes en lo que queda del estalinismo. La mayor “prueba” parece ser que dado que los fascistas fusilaron sin piedad a personas por la mera sospecha de ser republicana, la traición o la complicidad sería la única razón de la supervivencia de Maurín, quién, además, resultaría finalmente liberado, y marchar a los Estados Unidos donde –proclaman- se pondría al servicio de la CIA. La acusación contiene los mismos trazos que los que los empleados contra militantes comunistas judíos que salvaron la piel de los campos de la muerte, y qué mayor prueba de culpabilidad. Por esta singular regla de tres habría que preguntarse como que Louise Michel “La Petrolouse” de la Comunne no acabó siendo fusilada, y los ejemplos podrían extenderse sin dificultad. En el caso de Maurín hay toda una documentación para el quien quiera investigar.
Así, la prensa comunista oficial acogió su liberación –contextualizada en el marco de la victoria aliada al acabar la II Guerra Mundial, y como uno de los gestos de cara a los vencedores- en sus términos consabidos, afirmando que “el espía y provocador Joaquín Maurín, líder de una banda de aventureros y traidores que abandonaron el frente para tratar de asesinar a la República, ha salido de Barcelona completamente libre y con el viaje pagado por Franco”. No hay que decir que la campaña contra la POUM en la que fue también víctima su hermano Manolo, con el que estaba muy ligado, la ironía de su propio destino, influyeron llevándolo hacia una orientación socialdemócrata. No consiguió estabilizar su situación en los estados Unidos hasta 1961.
Maurín que había marchado confiado al acto inaugural del POUM en La Coruña, confiado en la promesa de Azaña que le aseguró que para aquella semana no habría levantamiento. Allí le cogió el golpe, y pudo comprobar con estupor que una ciudad republicana, con una fuerte presencia proletaria, cayó en manos facciosas sin apenas resistencia. También comprobó que el consulado francés estaba a favor de estos últimos. Rompió su documentación, y adoptó otra hasta que, en Jaca, un guardia que lo había herido durante la dictadura de Primo de Rivera, lo reconoció por la cicatriz. La Voz de Galicia dio así la noticia:
“Jaca.—El delegado de la Territorial de Cataluña de F. E. T. y de las JONS, camarada Lauro Clariana, ha conseguido detener al ‘leader’ comunista trotskista Joaquín Maurín. El camarada Clariana se había desplazado a Galicia, donde, al parecer, se hallaba refugiado Maurín. Después de varias semanas de pesquisas, partió a Aragón, y en Jaca ha logrado detener al comunista catalán. Joaquín Maurín ha sido fundador del “Bloc Obrer y Camperol” de Cataluña, primera organización del trotskismo en España, que funcionaba de acuerdo con Andrés Nin —fusilado por orden de Prieto—, exsecretario de León Davidovitch Bernstein (a) Trotsky. Después, Maurín fundó, con Jaime Miravitlles, Julián G. Gorkin, Juan Andrade y el mismo Andrés Nin, el “Partit Obrer d’ Unificació Marxista”, conocido por el anagrama POUM. Al producirse el Movimiento Nacional, Maurín se hallaba accidentalmente en Galicia. Sus correligionarios, para despistarnos, dijeron que había sido fusilado. Y dieron el nombre de Maurín a un batallón. La presa realizada por la Falange es excelente. Maurín es uno de los tipos más peligrosos del marxismo afincado en España”.
La movilización de Jeanne se diversificó en los más variados frentes. Obligó al mismo León Blum, a través del ILP británico que tenía varios diputados, llegó hasta la potente diplomacia británica, llamó a todas las puertas del gobierno para que fue canjeado, pero según su biógrafa Yveline Riottot: “…resulta más que probable que Maurín le debiera la vida a la intervención de Ramón y Joaquín Iglesias Navarri, sobrinos del primer marido de la madre de Maurín, ambos sacerdotes, el primero de los cuales ejercía además las funciones de capellán militar encargado de los nombramientos de los capellanes militares de todas las guarniciones, con grado de comandante”..
En el proceso contra el POUM se hacen algunas referencias al hermano menor de Joaquín, Manuel Maurín Juliá (Bonanza, alta Ribagorça, 1905-Barcelona, 1937), que fue militante del BOC, y luego del POUM, militando en el Comité Local de Barcelona. Durante la represión estaliniana, sería detenido y encarcelado el 23 de junio de 1937 en la prisión Modelo de Barcelona, y procesado. Gravemente enfermo, fallecerá en el Hospital General de Cataluña. Teresa Rebull (compañera de “Pep” Rebull, militante y conocida “abuela” de la “Nova Canço” catalana, dejará un doloroso testimonio de su muerte en sus memorias, Tot Cantant (1999, Columna, Barcelona).


Pepe Gutiérrez-Álvarez

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