lunes, marzo 07, 2011

Los agujeros negros del franquismo


Los que hemos seguido de siempre El País no estamos acostumbrado a que en un domingo, y un apartado destacado se publiquen un “dossier” como el de los “niños robados”, que bien podían desestabilizar la perfecta convivencia democrática que gozamos…Pero ahí está, con un titular que remarca que a los niños les “miraban los dientes, las piernas.... como si compraran caballos" , frase destacada ende una investigación según la cual “Durante décadas miles de bebés en España fueron sustraídos de sus padres”, una trama que plantea el siguiente interrogante sobre sectores de la sociedad: ¿y si fui un niño robado? Esta es la historia de las redes de tráfico de bebés Es bastante posible que el porqué de esta investigación ahora, cuando durante décadas se ha tratado de pasar la esponja sobre los crímenes contra la humanidad perpetrados en nombre de dos y de España por “el régimen anterior”, sea de la misma naturaleza del otro gran tema del día: la revolución árabe. El mismo diario –el único “de izquierdas” posible al menos hasta que apareció Público- que durante décadas ha seguido las pautas de la doctrina de los “Derechos Humanos” tal como ha sido impartida por Washington y sus aliados, ahora muestra su preocupación por la revolución, y publica no uno sino dos artículos de Bernard Henri-Levy, con uno en el que se pregunta sobre como ayudar a la “revolución”, lo que viene a ser algo así como que el señor Botín escribiera sobre cómo organizar huelgas contra las mafias financieras. El porqué nos parece sencillo: porque sí siguen poniéndose en contra va a ser peor, van a perder todavía más lectores de los que ya ha perdido… Es decir, los trabajos se sitúan hacia donde sopla el viento, y por lo que he leído, los profesionales que lo han redactado no ha tratan de quietarle hierro, como si había hecho TVE después de un “Informe Semanal” bastante valiente. Algo debió suceder en los despachos porque en las informaciones siguientes se enfocaba el hecho como una historia en la que tomaron parte “gente de todas las ideologías políticas”, y haciendo suya la preocupación de algunas de las víctimas que no querían que los confundieran con lo de “la memoria histórica”…
Sobre ello nos ofreció un buen relato Montse Armengol en el apasionante acto de presentación del nº 113 de la revista Viento Sur, más concretamente del “Plural”, un “dossier” que ocupa casi 50 páginas. Como es sabido, el acto titulado “Combats per la memòria social i democràtica”, tendría que haberse celebrado en los locales del “Memorial Democratic”, pero finalmente tuvo que hacerse en la Sala d´ Actes de l´EAPC, detalle que, no podía ser menos, suscitó agudos comentarios por parte de Montse y del otro convidado, Xavier Doménech, quien remarcó la siguiente curiosidad: la única vez que La Vanguardia había dedicado su atención al Memorial, fue el día de su cierre, y además con portada…También nos contó que no se sabía, o no se quería saber, que el primer tren de civiles destinados a los campos de concentración nazi –el ya célebre convoy 627-, estaba compuesto por republicaos españoles, y tenía el visto bueno de las autoridades franquistas, muy personalmente de Serrano Suñer. En una intervención desde el público, un veterano militante anticapitalista de La Maquinista nos contó la historia de un libro institucional sobre el historial de este empresa en el que se ha censurado toda referencia a las huelgas, comenzando por una que tuvo lugar en 1941, y quer acabó con varios obreros fusilados por la Guardia Civil en el campo de la Bota sin tan siquiera un simulacro de juicio. Del taller al pelotón…
A preguntas de una de las amigas presente, Montse nos habló del documental ¿Monarquía o República?, no emitido, o mejor dicho metido en latas en espera de las calendas griegas. Y esto no era porque en el documental no aparecieran muchas voces defendiendo la monarquía, habría cola. El problema radicaba en que se miraba debajo de algunas de las alfombras del palacio real, y eso no se podía consentir. Si hablar del franquismo todavía resultaba parte de una batalla, ¿Qué no será hablar de la monarquía?
Pero a lo que íbamos, Montse nos contaba que una de las víctimas se resistía en relacionar el roo de su hijo con el franquismo…porque Franco ya había muerto, de lo que se deduce, aparte de una falta de formación y conciencia política, la existencia de un miedo soterrado que en pocos casos, resulta ser mucho mayor en las víctimas que entre quienes no lo fueron tanto.
Personalmente, no pude por menos que quitarme el sombrero por el trabajo de Montse, sobre todo por Els nens perduts del franquismo, por lo que significaba de homenaje a mujeres como Tomasa Cuevas y Juana Doña, y también porque mi reflexión fue elemental: ¿sí algo así se emitía en TV3 en una hora punta, no había dudas: las cosas estaban cambiando.
Repesando este asunto de los “niños robados”, creo que se impone una explicación simple del miedo existente a la “memoria histórica”. Miedo porque revela que el franquismo no fue un mero régimen “autoritario” como nos contó Felipe González sino un régimen fascista, mucho más brutal y represor que cabe que el italiano, y que el de Hitler con la excepción claro está de judeocidio…Miedo porque su historial se proyecta sobre la incierta naturaleza “civilizada” de “nuestra” derecha, reacia a condenar el golpe militar, y temeros a que algo tan civilizado como enterrar los muertos en las cunetas se pueda hacer como tiene que hacerse, con todas las exigencias de verdad, reparación y justicia, pero también existe un miedo “democrático”. Porque han sido los “padres” de esta democracia los que aceptaron someter la lucha de masas antifranquista a un pacto en el que los crímenes perpetrados por el franquismo quedarán impunes…

Pepe Gutiérrez-Álvarez

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