lunes, junio 20, 2011

Europeos reclaman por su bienestar y los invadidos por sus vidas


Nunca hay dos cosas importantes a la vez o lo que viene a ser lo mismo, hay prioridades en la vida, interpretar correctamente este principio es acercarnos lo máximo posible a la realidad concreta y al acercarnos a esa realidad concreta e interpretarla no es suficiente, sino tener la capacidad de “transformar esa realidad”, eso es parte importante del ABC de quienes ya transformaron y de los que queremos cambiar y no reformar esta realidad del sistema capitalista.
Después de la larga noche de las dictaduras fascistas en el continente latinoamericano en la década de los años setenta y luego la época de la entrega y saqueo de las riquezas naturales por parte de las burguesías de nuestro continente, con el lema del “retorno de la democracia”, en los años 80, decidida por del imperialismo norteamericano como recambio a las dictaduras, y frente a tanta ignominia por las privatizaciones y depredación de todas las riquezas naturales en nombre del “bienestar” y amparándose en las leyes hechas a sus medida, los pueblos decidieron decir basta y empezando por Venezuela al final de los años 90, comenzaron a darse gobiernos populares, luego, Bolivia, Ecuador y continuaron surgiendo gobiernos progresistas en America y el Caribe, todo esto como parte de la acumulación de fuerzas de sus trabajadores y sus organizaciones naturales, sindicales y políticas que unidas a las mayorías de los pueblos, se dieron este tipo de gobiernos para acabar con el neoliberalismo y hoy se encuentran en plena brega por seguir avanzando a estados superiores en la lucha revolucionaria, por una nueva sociedad de iguales.
Mientras todo esto ocurría en esta parte del mundo, dictaduras, neoliberalismo y pueblos batallando por sus vidas y subsistencia, las clases dominantes y su entorno gozando de las prebendas del saqueo generalizado, engrosando las arcas de empresas transnacionales tentáculos del sistema capitalista al servicio del imperialismo norteamericano. Los pueblos del llamado “primer mundo” beneficiarios de las bondades de las migajas del sistema explotador del capitalismo, por aquel entonces muy poco se “indignaban”, sus reclamos sólo se reducían a más pan y en sus vacaciones tener el poder adquisitivo de “viajar a lugares más lejanos” o “cambiar el coche más frecuentemente”, su “bienestar” era excelente, es verdad que no podemos generalizar, hubieron sectores que soportaron una situación parecida a cualquier ciudadano del llamado “tercer mundo”, pero en general la pasaban muy bien.
No nos alegramos de las desgracias ajenas, las luchas y batallas que están emprendiendo esos pueblos, son nuestras luchas, cuando cuestionan al verdadero responsable de la situación,esta parte del mundo siempre fue y seguiremos siendo solidarios con las luchas de los trabajadores y pueblos, siempre y cuando quieran verdaderamente cambiar esta realidad del sistema capitalista, que nos hace daños a todos por igual. Los pueblos del norte se han dado cuenta de que el bienestar dentro del sistema capitalista, es la desgracia de otros pueblos, porque la explotación y las grandes utilidades del capitalismo son para beneficio de minorías.
Las luchas deben seguir siendo como prioridad por mejores condiciones de vida, trabajo, salud, educación, con igualdad y sobre todo por el sagrado derecho político de regir nuestros propios destinos, en que los pueblos nos demos una verdadera democracia revolucionaria, con plena solidaridad y eso sólo es posible en una democracia revolucionaria y socialista, pretender remendar el sistema capitalista cuando se encuentra en una caída libre y sin fondo, es hacerle un favor.
Cuando luchamos por más pan,no nos olvidemos nunca que siempre hay alguien en peores condiciones que nosotros y en este momento, hay pueblos como Irak. Afganistán, Gaza y Libia, donde cada hora se asesinan a seres humanos y en otros pueblos donde existen insurgencias como Colombia, donde no existen garantías políticas, ni se respetan los derechos humanos desde los miles de presos políticos, hasta campesinos “sospechosos” de colaborar con la guerrilla.
El capitalismo aguanta todo mientras no se le toque el sistema, el no entiende de razones sino de acciones, no concede nada voluntariamente, todo hay que arrancarle luchando y donde más le duele es en su bolsillo. Luchemos por la muerte del capitalismo, no por mejorar su salud.

José Justiniano Lijerón
Ex Dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB)

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