martes, julio 05, 2011

La nueva tragedia griega


Desde el monte Olimpo, los dioses -comandados por el gran Zeus- miran absortos las revueltas del pueblo griego contemporáneo, motivadas por el corsé económico que el mal gobierno, a través del nuevo plan de austeridad, pretende imponerle para disminuir una crisis de la cual no es culpable.
De este modo, en el actual sistema capitalista neoliberal, “los de Arriba”: banqueros, empresarios de las multinacionales y ejecutivos, se aprovechan de las políticas económicas de acuerdo a sus intereses, mientras los malos gobiernos a su servicio pretenden que sean “los de Abajo”, el pueblo trabajador y clases medias, quienes paguen las facturas de los grandes negocios hechos por los Rotchilds, Maddofs, Slims...
“Muy bonito”, diría mi abuela Maximiliano, mientras el gobierno griego invierte, gasta, y se endeuda exorbitantemente para enriquecer a una minoría salvajemente inhumana y rapaz que especula con los precios en las bolsas de valores, después quiere que sean los trabajadores quienes paguen los altísimos costos del descalabro neoliberal.
Pero en tanto los medios de (des)información nos muestran los efectos de las malas políticas públicas: las explosivas revueltas de los trabajadores y clases medias en las calles de Grecia, a su vez nos ocultan las causas que motivaron que cientos de miles de estudiantes, trabajadores y profesionistas tomaran violentamente las calles.
La verdad, nos dice el cubano Jorge Gómez Parada, es sencilla: bastaría con decir que los países desarrollados industrialmente se han vuelto insolventes, o sea, que durante décadas gastaron más de lo que pueden pagar y ahora “ya no pueden con el paquete” del pago de sus enormísimas deudas contraídas con los Banqueros-Agiotistas del mundo. Y en sus crisis, que ruedan en un plano inclinado, Pedro Díaz Arcia dixit, arrastran al resto del mundo en su letal caída.
Pero, ¿contra qué protestan los ciudadanos griegos? Contra la decisión de sus diputados, quienes cumpliendo instrucciones de los prestamistas internacionales: Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial, aprobaron -contra sus legítimos intereses- polémicas medidas en su contra para remediar la crisis desatada por la ambición capitalista.
El plan anticrisis aprobado, contempla: Aumentarle los impuestos al pueblo en 40,000 millones de dólares, recortar el gasto público para programas sociales: escuelas, hospitales, o servicios públicos, así como recaudar 71,000 millones de dólares privatizando empresas públicas para rematárselas a los empresarios (cualquier parecido con el FOBAPROA mejicano es la pura realidad).
Pero, ¿por qué debe tanto la nación de Grecia y los países industrializados, como Estados Hundidos que encabeza a los países endeudados? Apunten por favor: Para sostener enormes maquinarias militares y sostener guerras infames; dilapidar enormes sumas en seguridad, represión y espionaje para costear la “administración de justicia” y encarcelar a millones de ciudadanos por delitos que podían ser evitados; mantener costosas, gigantescas e ineficaces burocracias; sobre facturar servicios públicos; sobrepagar a los ejecutivos de las empresas multinacionales; así como el excesivo gasto de ciudadanos que se han acostumbrado a estándares de vida que ya no pueden sostener con sus salarios y compran a crédito cuanto artefacto sale al mercado.
Como a los dioses no se les puede ocultar nada, los del Olimpo observan atentos las revueltas populares, mientras los diputados aprueban reformas en contra del pueblo trabajador, elucubrando si la sociedad griega se mantendrá en los cauces de la “democracia representativa” de los partidos políticos, o será capaz de emular a los islandeses, quienes hace apenas unos soles acabaron por ejercer la “democracia directa”, cambiando a todo su gobierno, nacionalizando sus bancos, negándose a pagar su deuda externa, integrando una Asamblea del Pueblo, y redactando una nueva Constitución a favor de las necesidades de los trabajadores.

Edgar Rodríguez Cimé

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