miércoles, agosto 31, 2011

La economía mundial hacia la recesión


Los sacrificios no aplacan la codicia de los capitalistas

Los sacrificios han jugado un papel importante en la historia de la humanidad. Si nos remontamos a la antigüedad, en concreto a los aztecas que poblaron México antes de la llegada de los españoles y su posterior extermino, el sacrificio a su dios Huitzilopochtli (Colibrí zurdo o Colibrí del sur) era de suma importancia: El objetivo de los sacrificios humanos era darle energía en la batalla diaria y renovar el ciclo de salida del sol que caducaba cada 52 años. Así el mundo continuaría existiendo.
En la actualidad, capitalistas y sus representantes en todo el mundo, ya sean gobiernos de derechas o socialdemócratas, mantienen que debemos hacer sacrificios en nuestras condiciones de vida de cara a superar la crisis. Nos venden el temor de que el sol capitalista deje de salir al no poder colocar regularmente las emisiones de deuda pública. Aunque evidentemente el sujeto de sacrificio no son los bancos, si no los trabajadores y los jóvenes de todo el mundo que están rebelándose contra esta situación.
El recorte del déficit público y, con ello, del gasto social es el sacrificio que hay que hacer para mantener y aplacar la desconfianza de los “mercados” (léase los grandes fondos de inversión y riesgo) tras los cuales se ocultan las grandes fortunas capitalistas. El patriarca Abraham tuvo más fortuna que la clase trabajadora, pues requerido por Yahvé para sacrificar a su hijo Isaac, en el último momento cuando se disponía a cortarle el cuello, la mano salvadora del espíritu santo detuvo el golpe fatal. Yahvé, dios tan severo como desconfiado, quiso sólo probar la obediencia de Abraham en el sacrificio de su primigenio.
El capital financiero internacional y los estados burgueses que los sostienen son tan severos como Yahvé. Exigen sacrificios a la clase obrera que finalmente tendrá que pagar hasta el último céntimo de la deuda pública. Sin embargo, los capitalistas no mandan al espíritu santo en ningún momento para terminar con la sangría a la que se está sometiendo a los trabajadores, si no todo lo contrarío, jalean para que el puñal entre bien dentro de la garganta.
No obstante, la clase obrera no es un niño indefenso y está demostrando que no acepta pasivamente estos ataques, sino que su resistencia está tomando cada vez un carácter más revolucionario. Los trabajadores y sectores de la juventud que engrosan no ya el ejército de reserva industrial (del que hablaba Marx en la época de ascenso juvenil del capitalismo que servía para mantener bajo el precio de la fuerza de trabajo), si no un ejército conformado por desempleados crónicos que en el caso de la juventud obrera, alcanza en buena parte de los países tasas de hasta un 40% y 50% de desempleo.
Este desempleo es el reflejo de que el capitalismo como sistema está agotado ya que es incapaz de garantizar un futuro digno para la juventud y con ello un futuro para la humanidad. Yahvé-Capital sí quiere el cuello de la juventud obrera. Por eso, no es casualidad que tanto en los países árabes la juventud desempleada se haya puesto al frente del movimiento revolucionario, al igual que está aconteciendo en Europa con los indignados en España o los saqueos en Londres (que parecía Caracas hace 20 años). La entrada en escena de la juventud sólo es el anticipo para la entrada en escena de la clase trabajadora que mostrará el camino al conjunto de los oprimidos para salir del callejón sin salida de los capitalistas.

Agosto 1991-Agosto 2011

El agitado mes de agosto ha venido marcado por el empeoramiento generalizado de la economía capitalista mundial profundizándose todos los síntomas de recesión. Los malos resultados de la economía real impulsaron el descalabro bursátil durante este mes.
Curiosamente este mes de agosto coincidió con el 20 aniversario del golpe de estado contra Gorbachov que precipitó la completa desintegración de la URSS. Esta efeméride, lejos de ser celebrada por todo lo alto por la propaganda capitalista arremetiendo contra las ideas del socialismo y tratando de desprestigiar al marxismo, hubo de rememorarse, por lo bajo, en los medios burgueses debido a que el capitalismo se halla inmerso en la mayor crisis desde la II Guerra Mundial, con una economía mundial completamente incontrolada a merced de la voluntad del capital especulativo.
Toda la propaganda creada por la burguesía y sus acólitos en el movimiento obrero acerca del fin de la historia, el fin de la lucha de clases y del triunfo definitivo del capitalismo que se lanzó tras la caída del estalinismo, se nos muestra con la perspectiva de 20 años como una farsa ante la inestabilidad y la crisis profunda del modo de producción capitalista. La historia finalmente ha dado su veredicto y nos está diciendo que el capitalismo tampoco sirve.
La irracionalidad y anarquía del sistema capitalista se está poniendo de manifiesto frente a los ojos de millones de trabajadores que ya vivieron durante el boom anterior, la sobre-explotación que generó un enorme malestar en todo el planeta. El problema es que todos los sacrificios, despidos y recortes sociales en nombre del bienestar común y o para “dar señales de confianza” a los mercados, lejos de aplacar su codicia, están empujando a la economía mundial hacia una nueva recesión, tal y como hemos visto durante las últimas semanas.
Los especuladores, como ya hemos señalado más arriba, no se han aplacado con los sacrificios, ni siquiera con el último paquete de ayuda del BCE y el FMI a Grecia, la penúltima ayuda para enviar un país a la indigencia y garantizar el cobro de la deuda. Alimentados por esa avidez se desató de nuevo una ofensiva de los especuladores sobre la deuda de Italia y España que situó a ambos países al borde del impago. Lo más peligroso para la burguesía europea dentro de esta nueva escalada de desestabilización es que la avidez financiera golpeó a economías que parecían fuertes como la belga o la francesa.
Para empeorarlo todo y al mismo tiempo como reflejo de la época, la rebaja de calificación de la deuda norteamericana realizada por Standard & Poors ha descubierto, para el que no lo supiera o imaginase, que la mayor potencia capitalista del planeta no está a salvo del problema de la deuda. El detonante de la rebaja de calificación de la deuda fue consecuencia del agrio debate entre republicanos y demócratas y particularmente dentro del partido republicano con el sector del tea-party que evidenció las fuertes divisiones dentro de la burguesía norteamericana, situando al país al borde de la suspensión de pagos, algo insólito en la historia del capitalismo internacional moderno.
Estas divisiones de la clase dominante fruto de la profunda crisis del capitalismo norteamericano se ha reflejado tanto en la política exterior como en la política interior norteamericana en los últimos años y reflejan en profundo cambio en la conciencia de las masas que se está dando en el país y que es preludio de grandes acontecimientos revolucionarios que están quebrando el equilibrio social que la burguesía norteamericana ha conseguido mantener los últimos 60 años tras la II Guerra Mundial. El despertar del sueño americano no es más que una pesadilla para millones de trabajadores y jóvenes. El malestar acumulado estallará de un modo explosivo y revolucionario más pronto que tarde.
El secreto de la impotencia capitalista para salir de la crisis reside no en el Olimpo de la Bolsa o los fondos de inversión, si no en terreno concreto, en la economía real, en la evolución de la industria, el empleo y el comercio. Los datos económicos en Estados Unidos, principal potencia capitalista del planeta, muestran como la crisis de sobreproducción golpea al coloso norteamericano.
Expresión de ello es el aumento de desempleo, reflejo de que se siguen destruyendo fuerzas productivas por un lado y, por otro, que las medidas de recorte del gasto público lejos de impulsar la economía la está hundiendo. Como señalaba el diario El País en un artículo titulado “EE.UU miedo a la recesión” del 7 de agosto “Hay 25,1 millones de estadounidenses para los que la recesión no ha terminado. Son en concreto 13,9 millones de parados (el 44,4%, de larga duración), 8,4 millones de empleados obligados a trabajar a tiempo parcial y 2,8 millones que en la situación actual ni se molestan en buscar trabajo. En julio, la tasa de paro se situó en el 9,1% y lleva 30 meses por encima del 8%”.
A todo esto, se suma el desplome del precio de la vivienda donde se había refugiado buena parte del ahorro de las familias que se ha volatilizado y que fue el principal motor de la economía norteamericana. “El desplome del precio de la vivienda en donde en algunos estados se ha desplomado el 50% como Arizona, Nebraska. Para dar dimensión al desplome, el valor de las propiedades inmobiliarias de las familias cayó de 13,5 billones de dólares en 2006 a 5,3 billones en 2009, según la Reserva Federal”. Según el citado artículo, el desplome del mercado inmobiliario ya supera al que se dio durante la Gran depresión y el precio de la vivienda en EEUU, según el economista, ha caído ya más de un 26% desde junio de 2006. Este porcentaje supera en una décima el desplome de 25,9% que registró el sector inmobiliario durante los años comprendidos entre 1928 y 1933.
La situación del sector bancario lejos de mejorar con las ayudas, ha conducido a una nueva crisis y a los rumores de una nueva quiebra de Bank of América (BoFA) y su posible compra con ayuda del gobierno estadounidense. Warrent Buffet invirtió 5.000 millones de dólares y eso calmó temporalmente los mercados, por lo que fue presentado como el gran rescatador de bancos. La verdad es que todo es una clara maniobra especulativa que puede llevar al moribundo BoFA a la tumba, al igual que sucedió con Lehman Brothers. “Los gestores de Bank of America esperan que la intervención del multimillonario ponga fin al desplome de la entidad, que en apenas un mes había perdido un 37% de su valor en bolsa. La caída se había recrudecido en los últimos días a rebufo de los rumores de que el banco necesitaba una inyección de capital de unos 140.000 millones de euros y se disponía a ser rescatado por JP Morgan”. (El Mundo 25-08-2011). Bank of America es el banco más grande de Estados Unidos y su caída significaría un recrudecimiento de la crisis bancaria en EEUU. Buffet al igual que cuando Jesús le dijo a Lázaro, levántate y anda, le dice lo mismo BofA. Y los crédulos que creen en milagros mientras sus depósitos son desplumados, esperan que los muertos resuciten.
El País, en un artículo titulado Impotentes ante la recaída, señalaba cuál era el panorama de la principal potencia capitalista del planeta: “En EE UU, el panorama es aún peor que en Europa. La primera economía mundial ha crecido en los últimos seis meses apenas un 0,8% en términos interanuales, un ritmo claramente insuficiente para crear empleo. El consumo sigue sin remontar y la producción industrial está estancada. La tasa de paro, que lleva 30 meses por encima del 8%, está en el 9,1%. Este dato, difundido el viernes, fue algo mejor de lo esperado, pero ayudó poco a rebajar el pesimismo. El semanario The Economist cifra en un 50% las probabilidades de que EE UU entre en zona negativa en los próximos seis meses”.
A la zaga le sigue la economía de la zona euro que refleja la tendencia hacia una nueva recesión, con el añadido de que Alemania que había conseguido permanecer inmune debido a la potencia de su comercio exterior y la sobreexplotacion de la clase obrera se ve arrastrada hacia la recesión. “Alemania registra el peor dato de crecimiento desde la Gran Recesión: Entre un tren de alta velocidad y uno de vapor hay diferentes categorías. Sin embargo, Alemania ha pasado de ser uno a otro en tres meses sin pasos intermedios. En el primer trimestre del año registró un incremento de su PIB del 1,3%, pero en el segundo la locomotora de Europa anotó un leve aumento del 0,1%. La crisis de deuda de la eurozona y la debilidad de EE UU frenaron a la economía germana.” (El País 17-8-2011). Y si se frena Alemania se frena el resto de Europa: “La recuperación se frena en Europa. El crecimiento de la zona euro se limita a un avance del 0,2% entre abril y junio - El parón de Alemania y Francia hace retroceder la tasa interanual del 2,5% al 1,7%” . (El País 17-8-2011).

La sacudida en las bolsas.

La crisis de la deuda y los malos datos económicos empujaron las bolsas hacia abajo. El mes de agosto comenzó con un seísmo generalizado en los mercados de valores y el ataque contra la deuda española e italiana, que sólo se pudo contrarrestar cuando el Banco Central Europeo empezó a comprar deuda de ambos países y frenar la especulación. Pero no fue el amor a Italia o España lo que empujo al BCE a comprar deuda. Ante la extensión de la crisis y la posibilidad del rebaje de la deuda francesa y rumores sobre la viabilidad de los bancos alemanes es cuando la burguesía alemana se decidió a actuar. Sólo el inicio del ataque especulativo contra la moneda alemana y cuando se dispararon los CDS (seguros contra impago de la deuda alemana), se impulsó a que el BCE empezará a comprar deuda española y italiana.
Las pérdidas por la crisis bursátil obligaron a no permitir en la Bolsa de varios países, las operaciones en corto. Los precios de las bolsas mundiales han caído una media del 15% desde el mes de julio. “En siete días de agosto las bolsas de EE.UU y Europa perdieron 930.000 millones de euro . Los índices de EEUU pierden un 7% de media, mientras que en Europa, tan sólo el Ftse 100 británico consigue frenar su castigo por debajo del 12%, en la que se ha convertido en la peor racha de las bolsas mundiales en ocho años. El Dax alemán, hasta entonces el más resistente a las embestidas del mercado por su alto carácter cíclico, se ha desplomado un 17,35% en 10 sesiones consecutivas en rojo”. (Expansión 10-7-2011).
Así, lejos de resolver el problema, durante la aprobación del segundo paquete de ayuda a Grecia , los mercados no dieron ni un solo respiro y arreciaron sus ataques. La ira divina no había sido aplacada. En una semana, la propia existencia del euro se puso en juego.
El nivel de endeudamiento de Grecia no es superior al de California, sin embargo la UE a diferencia de EE.UU no es un mercado unificado por una sola burguesía. El caso es que en Europa no hay una única burguesía unificada si no, como predijimos los marxistas, cuando la crisis arreciara predominarían los intereses de la económica más poderosa - la alemana- que utiliza el BCE a su antojo. El BCE presta al 1% a los bancos mientras no regatea un euro a los estados más débiles.
Desde sectores de la burguesía se está pidiendo que se instauren los eurobonos que servirían para frenar la especulación. Esto significa que los países de la UE no emitieran deuda pública a título particular , sino a través del sistema de bonos que emitiría el BCE. En un principio, Alemania que es el estado que más aporta a la UE, no quiere Eurobonos: según cálculos costaría 47.000 de euros anuales según el instituto IFO, unos de los más prestigiosos de Alemania. En su comunicado el citado organismo señala: “"Para Alemania, una convergencia artificial de los tipos de interés mediante una transferencia de pasivos generaría unos costes adicionales importantes a largo plazo", destaca el organismo alemán en su comunicado”. (Cotizalia 17-8-11)
Sin embargo, esta crisis de agosto ha demostrado que Alemania no puede dejar a los socios más grandes como España o Italia caer en un default o aproximarse a él, porque el futuro del euro estaría muy comprometido y la economía alemana se vería seriamente afectada. Así que quizás intenten llegar a algún tipo de acuerdo temporal e inestable que espante el fantasma del default para los países más grandes de la UE. Sea como fuere con Eurobonos o no, cualquier acuerdo será sobre la base de un posicionamiento mejor, en una situación más dominante de la burguesía alemana en el continente. La burguesía alemana ha estado utilizando la crisis de la deuda, como un medio de meter en cintura a los países que no cumplían los limites de deuda, y con su dominio junto a Francia del BCE presionando en la política interior de todos ellos. Sea como fuere el poder de la burguesía europea saldrá reforzado frente al del resto de naciones de la UE. Un ejemplo de ello es la reciente propuesta de reforma de la constitución española con el fin de fijar un tope de deuda. Es un caso claro de cómo los intereses de las burguesías nacionales se anteponen a los del conjunto en la UE. La integración económica se subordina a los intereses de una burguesía nacional.

La burguesía en decadencia: ni aprende ni olvida.

Tal como nuestra tendencia política señaló en anteriores escritos los paquetes económicos de recorte del gasto público lejos de resolver el problema del capitalismo recrudecería la crisis existente. Durante la Gran Depresión de los años treinta la reserva federal dejó caer el sector bancario de tal modo que en 1936 buena parte de la banca privada norteamericana había quebrado. En la actualidad, la burguesía norteamericana se decidió por no permitir que la banca siguiera el camino de los años 30, entregando miles de millones de dólares para tapar la estafa bancaria, provocando, como señalamos, la quiebra de los países y que la crisis y la depresión mundial sea más aguda y estalle con más virulencia en el futuro.
En un artículo en Rebelión, el premio nobel de economía Stiglitz refuerza esta idea “¿Cómo evitar el prolongado letargo de la economía? A comienzos de la recesión, escuchamos muchas amables palabras acerca de que habíamos aprendido lecciones de la Gran Depresión y del prolongado letargo japonés. Ahora sabemos que no habíamos aprendido nada. No se ha obligado a los bancos a volver a prestar. Nuestros dirigentes han intentado camuflar las debilidades de la economía, temiendo tal vez que hablando francamente se corría el riesgo de destruir totalmente una confianza ya demasiado frágil. Pero la partida ya está perdida … Ahora la amplitud del problema ha salido a la luz y ha surgido una nueva certeza: la certeza de que cualesquiera que sean las medidas que se adopten, las cosas van a emporar. Un prolongado letargo parece ser de ahora en más el escenario más optimista”. (Rebelión 17-8-11)
Como economista burgués keynesiano, Stiglitz piensa que el estado burgués está por encima de los intereses de la clase que domina la sociedad, la clase capitalista. Propone que se premie a las empresas que invierten productivamente y que se obligue a los bancos a prestar para así salir de la crisis.
Pero la crisis no es para todos: esta crisis está siendo un gran negocio para los capitalistas, para el capital financiero que es el que domina la economía mundial; en su búsqueda de beneficios genera esta inestabilidad, anarquía y desequilibrio. Y esto lo hacen los capitalistas, aunque se desbarate el aparato productivo y se reduzca la capacidad de consumo de las masas. Son los grandes negocios a corto plazo lo que propulsa esta turbulencia económica fruto de la fuerte corriente descendente del capitalismo como modo de producción social.
En un reciente artículo del diario El País, titulado “Las manos que mecen los mercados” del 4-8-2011 se mostraba cual es el mecanismo por el cual un sector clave del capital financiero, a través de los hedge funds introducía el pánico y el desorden apostando a la caída de un activo. Una muestra más del carácter parasitario del modo de producción capitalista. “…El cuarto actor del mercado es el más pequeño por tamaño pero quizás el más influyente: los hedge funds o fondos de alto riesgo. Al cierre del primer semestre de 2011 esta industria manejaba activos por valor de un billón y medio de euros, aunque el uso de apalancamiento (deuda) y derivados multiplica por varias veces su impacto real en el mercado. Las mayores gestoras hedge del mundo son la británica Man Group (50.000 millones) y la estadounidense Bridgewater (44.000 millones). El presidente de esta última, Ray Dalio, advertía recientemente que las políticas monetarias expansivas de los mayores bancos centrales "provocarán un colapso de las divisas y de los mercados de bonos" en 2013. El desarrollo de la ingeniería financiera ha puesto al servicio de los hedge funds un amplio abanico de productos que les permiten apostar por la caída de un activo. Estas estrategias suelen lograr su objetivo: causar el pánico en el resto del mercado”.
La enorme montaña de deudas acumuladas contra la que están apostando los especuladores y el mecanismo de las CDS, por los cuales se aseguran contra pérdidas es una bomba de relojería para la economía mundial. Se gana mucho dinero apostando a la de quiebra países o bancos con lo que la enorme masa de capital que no se puede valorizar fruto de la sobrecapacidad en la industria (sobreproduccion) van a estas actividades especulativas. En la época moderna el sueño capitalista de generar dinero sin pasar por el proceso productivo se ha transformado en realidad, pero este sueño es para la economía productiva y, sobre todo, para la clase trabajadora y las masas pobres de todo el mundo, una pesadilla. La pesadilla engendrada por un sistema que ha sobrepasado su límite, en donde las fuerzas productivas hace tiempo se rebelan contra la propiedad privada de los medios de producción, acaparados por una élite financiera que los pone al servicio de la especulación, la estafa y frena el avance de la sociedad.
Las políticas de recorte del gasto público merman aún más la capacidad de consumo de la clase trabajadora, restringiendo aún más el mercado y exacerbando la crisis de sobreproducción. Del mismo modo la crisis está siendo utilizada como chantaje para recortar derechos históricos de la clase trabajadora, como es la sanidad, educación, etc. La crisis está significando la caída de la participación de la renta de todos los países de la clase trabajadora y un trasvase de fondos de los trabajadores a la clase capitalistas. El desmantelar del Estado del Bienestar forma parte de este proceso por el que se recorta también el salario social de la clase trabajadora a través de las privatizaciones.
En una entrevista al Economista Nouriel Roubini a Wall Street Journal Americas, titulada Marx, Bush y otra recesión del 15 agosto, explica esta idea.
WSJ: Usted pinta un cuadro sombrío. ¿Qué pueden hacer los gobiernos y las empresas para hacer que la economía vuelva a crecer?
Roubini: Las empresas globales no están haciendo nada, no están ayudando... Afirman que hay un exceso de capacidad y por eso no contratan, porque no hay demanda final. Pero hay una paradoja y eso crea un círculo vicioso, si no contratan trabajadores no hay ingresos por trabajo, no hay confianza por parte de los consumidores, no hay suficiente consumo, no hay demanda final.
Y en los últimos dos o tres años esto ha empeorado porque ha habido una redistribución masiva de los ingresos del trabajo al capital, de los salarios a las ganancias, las desigualdades entre los salarios y los patrimonios han crecido, y la propensión marginal al gasto por parte de un hogar es mayor que la de una empresa, porque las empresas tienen una alta propensión marginal a ahorrar comparadas con un hogar. Esta redistribución de ingresos y patrimonio hace que el problema de la excesiva falta de demanda agregada empeore.
Karl Marx tenía razón, llegado un punto, el capitalismo puede autodestruirse, porque no se puede seguir trasladando ingresos del trabajo al capital sin tener un exceso de capacidad y una falta de demanda agregada. Y eso es lo que sucedió. Pensamos que los mercados funcionaban. No están funcionando. Y lo que es individualmente racional es que cada empresa quiere sobrevivir y prosperar, y eso significa recortar costos laborales aún más. Mis costos laborales son los ingresos laborales y el consumo de otros. Por eso es que es un proceso de autodestrucción”.

Hacia la profundización de la crisis capitalista.

Sea como fuere, la perspectiva para los próximos meses, una nueva profundización de la crisis económica se está preparando, y paralela a ella el panorama de inestabilidad y estallidos sociales en todo el mundo va a continuar, a una escala superior. El intento infructuoso de equilibrar la economía capitalista sobre la base del mayor ataque a los trabajadores desde la II Guerra Mundial está significando una sacudida en todo el continente europeo. Los huelgas generales en Grecia, Portugal, Francia, los saqueos en Londres, las manifestaciones del 15M en el estado español son una muestra de que la clase obrera y la juventud no está dispuesta ser la sacrificada al altar de los mercados, del capital financiero.
Los economistas burgueses neokeynesianos como Stigliz se lamentan de que actualmente hay una secta económica neoliberal que domina el capitalistmo que se caracteriza por tener fe ciega en los mercados y en la necesidad de aplacarlos a cualquier costo. La aristocracia financiera que domina el mundo y que no duda - cual plaga bíblica- en tumbar y llevar a la miseria a países enteros y, por lo tanto, a millones de personas, hombres, mujeres, niños y ancianos a la miseria con tal de que se garantice su inversión no se frena ante beneficios multimillonarios.
La clase dominante no ve las consecuencias de sus actos en el callejón sin salida hacia el que empuja a la economía mundial. En la medida en que la anarquía domina más el escenario económico, la misma, es decir la ley de la selva se traslada a todos los ámbitos de la sociedad. La propia burguesía en decadencia desarrolla una conciencia enajenada que la ciega y conduce hacia ese callejón sin salida. Al mismo tiempo los ataques contra los trabajadores, los choques cada vez más frecuentes y virulentos entre las clases, conllevan a un proceso de maduración del proletariado y que el malestar acumulado entre los trabajadores vaya adoptando un programa político definido. La burguesía enloquece, se divide y pierde fe en sí misma, mientras que la clase obrera en los diferentes choques con la burguesía y con los elementos burgueses dentro de sus filas va madurando y tomando más consciencia de sí misma, de las tareas que tiene por delante: en palabras de Marx la clase obrera pasa de “clase en si” a “clase para si”.
La crisis de sobreproducción sólo se puede resolver sobre la base de la destrucción de fuerzas productiva, mostrando que las fuerzas productivas han entrado en contradicción con las relaciones sociales de producción: ¿Cómo se expresa esto hoy en día?. En la destrucción de fuerzas productivas por la crisis que se refleja en el desempleo crónico, en el nivel de deuda pública y privada que señala que durante décadas la sociedad capitalista ha vivido del trabajo futuro, del crédito. De cómo la propia existencia de los estados nacionales guardianes de los intereses mezquinos y egoístas de cada burguesía nacional, como vemos en la actualidad en la crisis de la UE, no son más que un obstáculo para el desarrollo y la prosperidad de la mayoría de la población. El hecho mismo de que el interés mezquino de la burguesía entra en colisión con los intereses generales de la sociedad, de cómo este interés mezquino pone en peligro el propio dominio de la burguesía que aparece cada vez más a los ojos de las masas como carente de sentido e injusto.
En definitiva, como el orden social establecido, tolerado por las masas por el papel traidor y adormecedor a la par de la socialdemocracia, es visto como injusto por sectores cada vez más amplios de las masas y que debe ser cambiado. En palabras de Hegel, “todo lo real es racional y todo lo racional es real “, pero como señalaba Engels cuando lo real pierde su racionalidad, pierde su necesidad de existir, se vuelve irracional: ese es el caso del capitalismo en la actualidad. En estos momentos, el orden social existente pierde su legitimidad, su racionalidad a los ojos de millones y con ello estamos a la puerta de grandes estallidos revolucionarios, que veremos en toda Europa y que más pronto que tarde también sacudirán Estados Unidos.

Una perspectiva histórica.

Todas las reformas que, tras la II Guerra Mundial, tuvo la burguesía que conceder a la clase trabajadora y que la socialdemocracia se jactaba de haber conseguido, fueron el fruto del miedo de la burguesía mundial a la revolución socialista y la victoria de la Unión Soviética frente al nazismo. El miedo a perderlo todo, expresión de la fuerza del proletariado hizo a los capitalistas de los diferentes países coordinarse en sus políticas económicas bajo la batuta norteamericana y hacer concesiones a la clase trabajadora en los países capitalistas avanzados. Este equilibrio fue posible sobre la base del papel traidor del estalinismo que frenó el movimiento revolucionario de postguerra, a cambio de repartirse con el imperialismo el mundo en áreas de influencia. Las reformas a veces son la consecuencia de una revolución inacabada o desviada. Esas concesiones que se concretaron en la redistribución de la renta a favor de la clase obrera en los países capitalistas avanzados, sentó las bases el dominio en el movimiento obrero de la socialdemocracia en Europa y el partido demócrata en EE.UU. El predominio de EE.UU como única potencia capitalista dominante creó las condiciones de estabilidad económica, político y militar para esta estabilidad.
La caída del estalinismo condujo a un estado de euforia de los capitalistas principalmente en los Estados Unidos: los sectores decisivos de la clase dominante, se emborracharon de éxito y perdieron el miedo a la clase trabajadora, midiéndola a través de sus dirigentes tanto socialdemócratas como estalinistas. La secta neoliberal de la que habla Stigilz consolidó su poder en esos momentos y desde entonces maneja libre de toda atadura la economía mundial conduciéndola al desastre.
Se ha abierto, tras la crisis del 2008, la época de revolución social en EE.UU y Europa y con ello la de todo el mundo. Los próximos meses y años ante el empuje revolucionario de los trabajadores, más fuertes que nunca numéricamente y bajo los golpes de la crisis capitalista y el brazo represor del estado burgués reaprenderán las lecciones del pasado: entonces del panorama cambiante de potencias mundiales surgirá, dando un aldabonazo que resonará en todo el mundo, la que de un modo latente y persistente ha ido construyendo, desde Argentina hasta China la propia clase capitalista, la potencia organizada del proletariado mundial.

Yonie Moreno

martes, agosto 30, 2011

Un año de Santos.

Grupo terrorista celebra en Miami su 50 aniversario


Boca de Samá, fue atacado por la CIA y Alpha66 en 1971

Con un comunicado difundido ampliamente en Miami entre los partidarios de la intervención armada en Cuba, el jefe del grupo terrorista Alpha 66 anuncia que su organización, protegida por el FBI, celebrará próximamente su aniversario 50 “como organización con estrategia de combate frontal”.
Esto en el país que publica una controvertida lista de “países patrocinadores del terrorismo”.
Ernesto Díaz Rodríguez señala que desde su fundación “en septiembre de 1961″ el grupo ha sido consecuente con su firme propósito de mantener una independencia total de gobiernos e ingerencias externas y luchar bajo el lema de “sin pedir permiso ni esperar por nadie”.
Los archivos revelan sin embargo todo lo contrario.
Alpha 66 es una fachada creada por la CIA precisamente en este año donde iba estimulando a golpe de millones las llamadas “operaciones autónomas” desde su estación miamense JM/WAVE, entonces la más grande del mundo.
El concepto era organizar grupos supuestamente surgidos “espontáneamente” entre los exilados de Miami que habían huido la Isla por su complicidad criminal con la sangrienta dictadura de Fulgencio Batista, con el proposito de multiplicar los atentados y negar luego cualquier relación con estos hechos.
Entre las acciones criminales del grupo se encuentran innumerables planes de asesinato contra el Presidente de Cuba; ataques piratas a embarcaciones pesqueras; amenazas de muerte a personas vinculadas con Cuba en México, Estados Unidos, Ecuador, Brasil, Canadá y Puerto Rico.

“Una de las más peligrosas organizaciones” terroristas

Documentos de inteligencia de la policía de Miami calificaron, en aquellos años, Alpha 66 como “una de las más peligrosas organizaciones y de las más activas” en la Miami terrorista.
Desde la muerte de su ex líder Nazario Sargen, Alpha 66 es dirigido por Ernesto Díaz Rodríguez, de 66 años de edad, este mismo firmante de la declaración citada.
Entrenado por la CIA en la República Dominicana, Díaz fue capturado en Pinar del Río el 4 de diciembre de 1968, en una fracasada infiltración armada y fue condenado por la comisión de actos terroristas. Liberado, regresó a Estados Unidos y se vinculó a varios extremistas conocidos como Eusebio de Jesús Peñalver Mazorra, René Cruz Cruz y Mario Chanes de Armas, desarrollando planes de acciones criminales. En 1999, estuvo involucrado, con esta misma tropa, en un plan de atentado al presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
Su brazo derecho, Osiel González Rodríguez, fue formado por la CIA en Fort Benning, donde estudió técnicas de sabotaje junto a Posada, Félix Rodríguez Mendigutía, Jorge Mas Canosa y otros personajes que conformaran la mafia terrorista de Miami.

Invitado por Bush a la Casa Blanca

El 20 de mayo del 2003, el presidente norteamericano George W. Bush, invitaba a la Casa Blanca a Rodríguez, así como su socio Eusebio de Jesús Peñalver Mazorra, arrestado el 12 de diciembre de 1995, en California, con un arsenal cuando participaba en preparativos para realizar un ataque terrorista en Cuba y otro connotado terrorista, Angel Francisco D”fana Serrano.
El 2 de junio del 2005, el Presidente norteamericano dirigió una carta de agradecimiento por su “apoyo” a Alpha 66, en la cual decía que “apreciaba conocer” las ideas del grupo paramilitar.
Luis Posada Carriles ha participado en numerosas oportunidades a actividades, incluso públicas, de Alpha 66, antes y después de su “juicio” de El Paso, con el cual Washington pretende regalarle la inmunidad.
Reinol Rodríguez, asociado a los crímenes de Posada y cómplice del asesinato en Puerto Rico de Carlos Muñiz Varela, es el autodenominado jefe militar del grupo terrorista Alpha 66.
Alpha 66 sigue promoviendo abiertamente el terrorismo desde sus oficinas del 2250 S.W. de la calle 8, en Miami mientras el Departamento de Estado mantiene la absurda publicación de su lista de “países patrocinadores del terrorismo” con el propósito evidente de calumniar, difamar y satanizar a las naciones que rechazan su dominio.

En el mismo instante


Olimpiadas de Moscú 80, transmisión de la televisión cubana del torneo final de boxeo. Aún escasean los televisores en la zona oriental de Moa y varios hombres se reúnen para ver toda la competencia.
Se inicia el combate de José Gómez con el sudcoreano Mung Jan Bong. El cubano no se ve en plena capacidad deportiva porque un accidente automovilístico lo tuvo inmovilizado por varios meses.
El asiático parece conocer esa debilidad y se esfuerza por golpear duro a un contrincante que tiene problemas en el desplazamiento. La pelea sube de tono cuando un golpe del coreano hace caer al cubano. Se reanuda el combate y el cubano aguanta puñetazos hasta que cae por una segunda vez.
Los comentarios frente al televisor, con imagen en blanco y negro, suben de tono. Se grita al favorito como si este pudiera oírlo. Incluso se aconseja dónde marcar el punto como todo buen experto.
No se escuchan las voces de los comentaristas deportivos y sólo frases de aprobación o negación se proliferan en la sala.
Se inicia el tercer asalto, el peleador cubano toma un tercer aire, el subcoreano viene a rematar y la derecha recta sacude a un boxeador.
Un grito unánime se desprende al unísono en todos los lugares de Cuba y en Moa, un corazón dejó de latir, una acalorada emoción provocó un infarto masivo en un aficionado en el mismo momento en que un golpe derrotó a un rival asiático.

Nuria Barbosa León, periodista de Radio Progreso y Radio Habana Cuba

Yo Pisare las Calles Nuevamente.

El Gobierno de Allende en 4 minutos

Chile, carteles 1971-1973

Libia, derrotada por la OTAN


Que no nos vengan con otro cuento como el del malvado Bin La­den o el de las armas de destrucción masiva en Irak. Los rebeldes no han derrotado a las tropas gubernamentales libias. Los rebeldes libios son cuatro gatos aunque a ellos se les haya unido una caterva de oportunistas de fuera, de esos que en todas partes se arriman al sol que más calienta. Ellos no son más que títeres manejados por los titiriteros angloeuropeos y su OTAN. Como otros lo fueron en los dos países asiáticos invadidos.
Nadie, a menos que le interese creerlo, puede creer que un pu­ñado de rebeldes mal armados, ni aun contando con unos pelotones de mercenarios pagados asimismo por las cias, ganen una guerra civil por ellos mismos. Ni por el número ni por el armamento.
Una vez más la historia cuenta las cosas al revés. Aquí, quienes están ganado la guerra y desalojando o matando al dictador (si es que lo era bajo el prisma de aquella cultura), han sido la OTAN y Estados Uni­dos. Ni de lejos la OTAN se ha atenido a la resolución de la ONU cuyo permiso para intervenir en una zona de exclusión no incluía el desembarco de tropas aliadas.
A Libia, donde para los invasores escudados en los "rebeldes" lo único de valor es su petróleo y no un régimen que había situado al país a la cabeza de Africa en renta per capita, sani­dad y edeucación (el trípode del bienestar), lo han derrotado las le­giones imperiales precedidas por bombardeos durante meses que han hecho fosfatina todo cuanto no son pozos de petróleo. Como hicieron en Afganistán y luego en Irak.
Los países sin una defensa antiaérea eficaz están perdidos. Eu­ropa y Estados Unidos harán cuanto se les antoje. Siem­pre tendrán la excusa de que un puñado de insurgentes se han alzado en ar­mas, hartos de que al frente del país no esté el gran títere puesto por aquellos.
Además, los yanquis ya han abierto de par en par sus intenciones. Europa calla, porque le deja el papel de malo a quien no ha dejado de serlo desde la segunda guerra mundial. Mientras las energías re­novables se desarrollan lo suficiente para mantener el despil­farro del petróleo no sólo destinado a la energía sino también a sus numerosos derivados y aplicaciones, todo país que albergue en su subsuelo una gota de petróleo está en peligro. Así lo ha proclamado en la cadena internacional MSNBC el senador demócrata Ed Markey a la periodista Andrea Mitchell: “Bueno, nosotros estamos en Libia por el petróleo. Igual que Japón lo está por la tecnología nuclear. Y esta dependencia que tenemos por el petróleo, es una necesidad que tiene Estados Unidos de tener un programa de energía renova­ble en el futuro”, ha dicho cínicamente, como nos cuenta Homar Garcés desde “Argenpress”.
La historia del mundo es la historia de la fuerza bruta y brutal. Quien, contando con el armamento más mortífero, más disposición tuvo en el pasado a descargarla para obtener oro amarillo, y tiene en el presente para conseguir el negro, tendrá el mundo a sus pies. Esto es lo que hace la canalla angloeuropea, y lo que seguirá haciendo cuantas veces quiera. La otra historia, la de la cultura, no es más que la historia de los débiles. Sólo la “voluntad de poder”, así formulada por NIetzsche, es lo que gana siempre. Porque esa otra historia, la de los cultos, los pacíficos, los buenos y los débiles, es la sempiterna historia de los eternos perdedores. No tenemos nada qué hacer…

Jaime Richart

Den una oportunidad a Marx para salvar la economía mundial


Los responsables políticos que luchan por comprender la avalancha de pánico financiero, las protestas y otros males que afligen al mundo harían bien en estudiar la obra de un economista muerto hace mucho tiempo: Karl Marx. Cuanto antes se reconozca que estamos frente a una de las grandes crisis del capitalismo, el mejor equipado para gestionar una manera de salir de la crisis será el que sepa estos detalles.
El espíritu de Marx, que está enterrado en un cementerio cerca de donde vivo en el norte de Londres, se ha levantado de la tumba debido a la crisis financiera y la recesión económica posterior. El profundo análisis del filósofo más conocedor del capitalismo tiene un montón de defectos, pero la economía global actual presenta muchas misteriosas semejanzas con las condiciones que él había previsto.
Consideremos, por ejemplo, la predicción de Marx de que el conflicto inherente entre el capital y el trabajo se manifestaría. Como escribió en "Das Kapital", la búsqueda de las empresas de los beneficios y la productividad, naturalmente, les lleva a necesitar cada vez menos trabajadores, lo que lleva a la creación de un "ejército industrial de reserva" de los pobres y los desempleados: "La acumulación de riqueza en un polo es, por tanto, al mismo tiempo acumulación de miseria".
El proceso que Marx describe es visible en todo el mundo desarrollado, particularmente en los esfuerzos de las compañías de EE.UU. para reducir costos y evitar la contratación de EE.UU. han aumentado las ganancias corporativas como parte de la producción económica total de más alto nivel en más de seis décadas, mientras que la tasa de desempleo se sitúa en el 9,1 por ciento y los salarios reales están estancados.
La desigualdad de ingresos en Estados Unidos, por su parte, ha llegado a su nivel más alto desde la década de 1920. Antes de 2008, la disparidad en los ingresos fue oscurecida por factores tales como el crédito fácil, que permitió a los hogares pobres disfrutar de un estilo de vida similar al de los más ricos. Ahora el problema es volver a casa a descansar.

La paradoja del exceso de producción

Marx también señaló la paradoja de un exceso de producción y de bajo consumo: cuanto más trabajadores se queden relegados a la pobreza, menos serán capaces de consumir todos los bienes y servicios que las empresas producen. Cuando una empresa reduce los costos para aumentar los ingresos, es inteligente al maximizar beneficios, pero cuando lo hacen todas las empresas al mismo tiempo, socavan la distribución del ingreso y la demanda efectiva de los que dependen de los ingresos y beneficios.
Este problema también es evidente en el mundo desarrollado de hoy. Tenemos una capacidad sustancial de producción, pero en los sectores de mediano y bajos ingresos, nos encontramos con una inseguridad generalizada financiera y de bajas tasas de consumo. El resultado es visible en los Estados Unidos, donde la construcción de nuevas viviendas y las ventas de automóviles siguen siendo alrededor del 75% y 30% por debajo de sus picos de 2006, respectivamente. Como decía Marx en El Capital: "La razón última de todas las crisis reales sigue siendo la pobreza y el consumo restringido de las masas"

Frente a la crisis

Entonces, ¿cómo afrontar esta crisis? Para poner el espíritu de Marx en la caja, los responsables políticos han de colocar puestos de trabajo en la parte superior de la agenda económica, y considerar otras medidas poco ortodoxas. La crisis no es temporal, y ciertamente no se va a curar por la pasión ideológica de austeridad de los gobiernos.
Aquí hay cinco ejes principales de una estrategia cuyo tiempo, por desgracia, aún no ha llegado.
En primer lugar, tenemos que sostener la demanda agregada y el crecimiento del ingreso, o de lo contrario podría caer en una trampa de la deuda, junto con graves consecuencias sociales. Los gobiernos que se enfrentan a una inminente crisis de la deuda -incluidos Estados Unidos, Alemania y el Reino Unido- deberían hacer de la creación de empleo la prueba de fuego de su política. En los Estados Unidos, la tasa de empleo-población es ahora tan baja como en la década de 1980. Las estadísticas de subempleo en casi todas partes se encuentran en niveles récord. La reducción de impuestos a la nómina del empleador y la creación de incentivos fiscales para alentar a las empresas a contratar más personal e invertir sería el comienzo.

Aligerar la carga

En segundo lugar, para aligerar la carga de deuda de los hogares, las nuevas medidas deben permitir a los hogares elegir una reestructuración de su deuda hipotecaria, o crear algunos mecanismos de condonación de la deuda para los futuros pagos a los prestamistas ante cualquier apreciación del precio de su casa.
En tercer lugar, para mejorar la funcionalidad del sistema de crédito, los bancos bien capitalizados y bien estructurados deben permitir un alivio temporal de adecuación de capital para tratar de obtener un nuevo crédito que fluya, sobre todo, hacia las pequeñas empresas. Los gobiernos y los bancos centrales podrían participar en el gasto directo o en la financiación indirecta de la inversión nacional con programas de infraestructura.
En cuarto lugar, para aliviar la carga de la deuda soberana en la zona euro, los acreedores europeos deben ampliar la baja en las tasas de interés y dar mayores plazos de pago a los propuestos recientemente para Grecia. Si conjuntamente los eurobonos son un puente demasiado lejos, Alemania ha de defender una recapitalización urgente de los bancos para ayudar a absorber las pérdidas inevitables a través de una muy ampliado Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, - una condición sine qua non para resolver la crisis del mercado de bonos, al menos.

Construcción de defensas

En quinto lugar, para construir defensas contra el riesgo de caer en la deflación y el estancamiento, los bancos centrales deberían mirar más allá de los programas de compra de bonos, y dirigirse, en su lugar, a un ritmo de crecimiento de la producción económica nominal. Esto permitiría por un período temporal alcanzar una inflación moderadamente alta que podría empujar ajustes en las tasas de interés muy por debajo de cero y facilitar una reducción de la carga de la deuda.
No podemos saber cómo estas propuestas podrían funcionar, o cuales pueden ser sus consecuencias. Pero la política de status quo no es aceptable, tampoco. Puede ser que los Estados Unidos alcancen una versión más inestable que Japón, y que la fractura de la zona euro tenga insospechadas consecuencias políticas. En 2013, la crisis del capitalismo occidental fácilmente podría extenderse a China, pero ese es otro tema.

George Magnus, asesor económico senior de UBS y autor deUprising: Will Emerging Markets Shape or Shake the World Economy?

lunes, agosto 29, 2011

Campaña Un Millón de Firmas: FSM eleva a la ONU el reclamo de libertad para los Cinco


La FSM eleva a la ONU el reclamo de libertad para Los 5 revolucionarios cubanos presos en EEUU por combatir el terrorismo ML.González Rebelión

En una resolución, emitida la pasada semana por el Consejo presidencial de la Federación Sindical Mundial (FSM), la organización obrera internacional dirige al secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, una carta en la que se le pide que demande, a quien pueda ejercerla (en este caso el presidente de Estados Unidos, Barack Obama), la Clemencia Ejecutiva para Los Cinco revolucionarios cubanos que cumplirán en breve trece años de injusta prisión en cárceles de máxima seguridad estadounidenses.
La carta, aprobada como resolución por el pleno de los 828 participantes en el 16 Congreso de la Federación Sindical Mundial (FSM), celebrado en Atenas del 6 al 9 del pasado abril, forma parte de la campaña europea “Un millón de firmas por la Libertad de Los Cinco” y suma a ella no sólo la cuantificación de los doscientos delegados europeos en dicho Congreso, sino la solidaridad efectiva de los más de seiscientos representantes sindicales que, junto a los de Europa y venidos de los otros cuatro continentes del planeta, asistieron al evento.
La propuesta de resolución fue llevada al 16 Congreso de la FSM por la delegación del sindicato canario Intersindical Canaria, organización de trabajadoras y trabajadores implicada, desde su inicio, en el desarrollo de la citada campaña.
El documento, que se hace público por primera vez en esta edición digital, supone una ampliación del ámbito político en el que se ha enmarcado la campaña, en tanto implica a las Naciones Unidas en la resolución de un caso directamente relacionado con la defensa de la paz y los Derechos Humanos, sobre cuyas irregularidades procesales y de derecho se han pronunciado instancias internacionales como Amnistía Internacional o el propio Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias de la ONU.
En el texto de la FSM, fechado en Atenas, se afirma el hecho de que “Los Cinco no cometieron ningún crimen contra los EEUU ni supusieron nunca amenaza alguna contra la seguridad nacional de este país, sino que estaban protegiendo a Cuba y al pueblo cubano frente a futuros actos de terrorismo” planificados por organizaciones mafiosas establecidas en el sur del territorio estadounidense.

EEUU: la muerte por mil cortes (presupuestarios)


Este artículo fue escrito a mediados de julio, cuando se dio la posibilidad de que se llegase al impago de los organismos federales norteamericanos ante la inicial falta de acuerdo entre Demócratas y Republicanos para incrementar el techo del déficit admitido por la legislación. Posteriormente la agencia de calificación Standard & Poor’s rebajó la calificación de la deuda estadounidense.

Cuando la agencia de evaluación de crédito Moody's considera la posibilidad de rebajar la prima de riesgo de los EEUU a AAA, temiendo que los EEUU pudieran incumplir sus obligaciones de deuda, publicamos un artículo en Socialist Appeal (EEUU) sobre la futura ola de recortes masivos del gasto público en los Estados Unidos. Como señala el artículo: “los capitalistas deben imponer una nueva normalidad sobre la clase trabajadora de los EEUU. La crisis de su sistema significa que los pequeños recortes o ajustes han dejado de ser suficientes. El hacha ya ha sido afilada...”
La “muerte por mil cortes” era una forma horrorífica de tortura originada en la China Imperial que hacía desangrar lentamente a la víctima hasta la muerte. Ningún corte individual era suficiente para causar el fallecimiento, pero el efecto acumulado de la pérdida de sangre, dolor, horror y trauma de cientos de pequeños cortes sí lograban dicho efecto.
Algunos han llamado este fenómeno “normalidad progresiva”, donde pequeños, casi imperceptibles cambios producidos gradualmente en el tiempo, conducen en un determinado momento a cambios cualitativos. O como dice el refrán: “dale la mano y te tomará todo el brazo”.
De una manera similar, el Sueño Americano ha sido mermado en las últimas décadas pasadas. Un pequeño incremento en “premium” (poliza de seguro privado) en sanidad. Un pequeño aumento de salario. “401k” (cuenta de ahorros para jubilación) en vez de un sistema tradicional de pensiones. Menos días de licencia por enfermedad. Pequeños recortes en servicios sociales esenciales, empezando por Carter, continuando bajo Reagan y Bush padre, acelerándose bajo Clinton, Bush hijo y ahora Obama. El efecto acumulativo de esos “pequeños” recortes ha dejado la red de Seguridad Social por los suelos, por no hablar del promedio de calidad de vida que los estadounidenses han llegado a considerar como “normal”.
Pero esos recortes no eran más que la “punta del iceberg” como menciona el proverbio. Ahora es cuando empieza el verdadero dolor. Como hemos explicado, los capitalistas deben imponer una nueva normalidad sobre la clase obrera estadounidense. La crisis de su sistema significa que los pequeños recortes o ajustes han dejado de ser suficientes. El hacha ya ha sido afilada, e incluso programas que parecían “intocables” como Medicaid, Medicare, e incluso Social Security están bajo el punto de mira. Porque bajo el capitalismo, nada es “intocable”. Siempre y cuando haya beneficios por hacer y la clase obrera no emprenda una resistencia masiva, la Patronal siempre demandará más. Más recortes. Más concesiones. Todo en la búsqueda de más beneficio.
El tamaño de los recortes que vienen por delante es inimaginable. Los trabajadores comunes no pueden hacerse la idea del tsunami que se acerca. Todavía más asustados están los dirigentes obreros, quienes esperaban, contra toda esperanza, que podrían de alguna manera llegar a un “acuerdo de caballeros” con la Patronal y sus partidos políticos. Sin embargo, el dinero habla, y los grandes negocios tienen un control depravado sobre todos los niveles del Gobierno, sin importar cuál de los dos principales partidos esté al poder.
Muchos pensaron que Scott Walter [gobernador republicano de Wisconsin] era un anormal y particularmente despiadado representante del “Tea Party”. Pero la historia es la misma en todos los sitios: recortes, despidos, suspensiones, aumento de los costos de seguridad social y matrículas. En California, el gobernador demócrata Jerry Brown está aplicando una batería de recortes abismales. En Nueva Jersey, la oposición demócrata aplaude los recortes aplicados por el gobernador republicano. En Minnesota, una disputa por los presupuestos ha conducido a un cierre de la administración, con billones de dólares en recortes previamente concedidos a los Republicanos por el gobernador demócrata “amigo de los trabajadores”.
Esto es lo que escribimos acerca del imminente debate presupuestario en el ejemplar de enero de 2011 de Socialist Appeal:
“La Comisión bipartidista Bowles-Simpson, donde se exponían recortes drásticos en gasto social y aconsejaba un incremento de la edad de jubilación, será el modelo de referencia de los recortes por venir. Obama encontrará inevitablemente un “compromiso”, lo que significa serios recortes en nuestras ya precarias condiciones de vida. Desde la inminente batalla sobre el incremento del límite de la deuda federal a la derogación de la reforma de la sanidad, los Republicanos seguirán amenazando a los Demócratas, quienes continuarán cavando y comprometiéndose, vendiendo el futuro de millones de estadounidenses. La razón es simple: la clase dominante necesita hacer bajar los salarios y recortar en servicios sociales, y no les importa qué partido capitalista haga el trabajo.”
La perspectiva que establecimos hace seis meses ha sido completamente confirmada por los hechos. Sin embargo, el tamaño de los recortes por venir es todavía peor que los previstos por Bowles-Simpson (conocida cínicamente como comisión “comida de gato”, ya que los pobres y personas mayores deberán recurrir a alimentarse de comida para mascotas si quieren pagar el alquiler y comprar medicamentos)
Como CNN.com escribía, “Obama juega limpio, los Republicanos se fortalecen.” En otras palabras, el “poli malo” tiene ventaja sobre el “poli bueno”, y la “mano” se ha convertido en el “brazo”.
CNN.com sigue:
“Las negociaciones sobre el techo de la deuda han ascendido a una sucesión de retiros y concesiones por parte de Obama. El presidente abrió negociaciones ofreciendo 3$ de reducción de gasto por cada 1$ de suba de impuestos. Su oferta cada vez se inclina más hacia la de los Republicanos: 6$ de reducción de gasto por cada 1$ de suba de impuestos (...) Las reducciones de gasto vendrían de programas los cuales desagradan a los Republicanos, como Medicaid, más que de programas acordes a ellos, como el presupuesto agrícola. La suba de impuestos, mientras tanto, está diseñada para ser lo más aceptable posible para los Republicanos: ninguna suba en el porcentaje impositivo; sino recortar algunas de las deducciones menos defendibles en el código tributario.”
Los ricos y las corporaciones son más ricos que nunca, con menos impuestos que el trabajador promedio, y más libres de explotar lagunas jurídicas que en cualquier momento de la historia. Y todavía quieren más.
Parafraseando al Tea Party, Obama dice que el Gobierno debe “adaptarse a sus recursos”. ¡Nosotros decimos que necesita más recursos! Incluso una modesta reforma del código tributario produciría un enorme excedente en el presupuesto, pero los ricos se opondrían con uñas y dientes. Sólo un movimiento político y social de tamaño masivo, encabezado por los sindicatos y luchando en los lugares de trabajo, en los campus universitarios y en las calles, puede obtener hasta la demanda más básica.
Los Demócratas son absolutamente incapaces de combatir los enormes “recortes y concesiones” de los republicanos. Simplemente están tan atados a los grandes negocios como sus socios a la capilla.
Hemos hecho sonar el tambor “¡construyamos un partido obrero!” durante años, pero la necesidad nunca ha sido más urgente. La recogida de 1,3 millones de firmas hecha en Ohio para llevar a cabo un referéndum sobre la legislación contra los trabajadores del sector público en la votación de noviembre es solo un ejemplo de cómo el movimiento puede movilizar sus fuerzas para construir tal partido.
Nos dicen que no hay dinero para un programa masivo de obras públicas útiles. Mientras, el ejército gasta 400$ en un simple galón de gasolina en Afghanistán y 1 millón de dólares al año en mantener cada soldado estacionado allí. Nos dicen que no hay dinero para sanidad y educación, y ahora el Pentágono gasta la increíble suma de 20,2 billones de dólares en aire acondicionado solo en Irak y Afghanistán. Eso es más que el presupuesto entero de la NASA y más de lo que costó limpiar el derrame de petróleo en la Costa del Golfo de México.
En Minnesota, los Republicanos llamaron fanfarrón al gobernador y provocaron un cierre administrativo. No se puede dudar que también llamarán así a Obama, dando lugar a una suspensión de pagos del Gobierno de los EEUU, lo cual haría parecer una suspensión de Grecia como una fiesta en el jardín. Puede parecer imposible que Wall Street dejara las cosas ir tan lejos, pero la clase dominante debe renovar el Gobierno Federal y lo que los ciudadanos esperan de él. Quieren hacer retroceder las agujas del reloj hasta 100 años antes o más, para exprimir todavía más a los trabajadores mientras pagan lo menos posible en retribución, y no les importa usar un poco (o mucho) de dolor para adquirir sus metas.
Pero los capitalistas hacen caso omiso, en perjuicio propio, al principio marxista de que las condiciones determinan la consciencia. Así como las condiciones hace 100 años desembocaron en un poderoso contraataque por parte de la clase obrera, éste también será el caso en un futuro no muy distante. Explosiones tremendas de la lucha de clases se dibujan en el horizonte: ¡A los trabajadores no les queda otra opción!
Las bases materiales para el Sueño Americano están siendo completamente socavadas. Y a medida que las ilusiones en este cuento de hadas sigan erosionándose, también lo harán las ilusiones en el propio sistema capitalista. Esto proporcionará un suelo enormemente fértil para las ideas del marxismo revolucionario y el socialismo, ya que los trabajadores no solo buscan una explicación a la crisis, sino una vía para salir de ella.
¡El momento del contraataque es ahora! ¡No a los recortes bipartidistas! ¡No a las concesiones! ¡Construyamos un partido obrero! ¡Luchemos por el socialismo!

John Peterson


domingo, agosto 28, 2011

20 años sin la URSS: ¿Qué hemos logrado y adónde hemos llegado?


Hace 20 años tuvo lugar un acontecimiento que cambió el destino, no solo de cada uno de nosotros, sino de la humanidad en su conjunto. Dejó de existir un estado, una superpotencia, núcleo del sistema socialista mundial, que garantizaba una existencia estable y el desarrollo de la civilización en la Tierra.
Las causas y las consecuencias de este, para la mayoría de nosotros, trágico acontecimiento, exigen un sopesado y objetivo análisis científico. Están apareciendo ahora numerosas publicaciones dedicadas a este tema. Se está haciendo un intento de interpretar a su manera este decisivo momento en la historia de nuestro país en un proyecto conjunto, organizado por “RIA novosti”, por el periódico “Moskovskie novosti” y la revista “Rusia en la política global”. La mayoría de las publicaciones oficiales coinciden en destacar que: sí, sin duda la vida es ahora más difícil, pero eso es algo inevitable cuando se aplican reformas, debemos tener un poco de paciencia y podremos empezar a vivir como en Occidente, aunque ya ahora se pueden ver varios aspectos positivos. Así por ejemplo, en el informe “El nivel y el modo de vida de la población en Rusia en 1989 y 2009”, elaborado por ese baluarte del monetarismo, como es la Escuela superior de economía, se habla del crecimiento del consumo en un 45% para 2008 con respecto a 1990. Cierto que los datos de consumo en algunos indicadores muestran un descenso del consumo de productos de alimentación. Algo que no debería sorprendernos. Siempre es difícil pretender equipararse con los indicadores de una superpotencia. Al fin y al cabo, según datos de la FAO (Organismo de la ONU para la Agricultura y Alimentación), a mediados de los 80, la URSS aparecía entre los 10 países del mundo con una mejor alimentación. Además, hay que tener en cuenta que se ofrecen unos indicadores medios, en un país donde encontramos una estratificación social inadmisiblemente alta.
En lo que respecta a que se trata todavía de un periodo histórico corto, se nos dice que en Europa Occidental para llegar al actual estado de bienestar hubo que pasar por un periodo de más de cien años, y que nosotros de momento solo llevamos 20. ¿Y cómo estaba la URSS en 1945 y que logros se alcanzaron hacia el 1965? ¿Y la industrialización de los años 30? ¿Víctimas? Las hubo, igual que hubo injusticias, pero no como las que vemos hoy en día. Para confirmar esa afirmación basta con estudiar la dinámica del crecimiento demográfico. En primer lugar, entonces la población crecía, mientras que ahora el crecimiento es negativo. En segundo lugar, la mayoría de la población percibía entonces que había una mejora real de las condiciones de vida: se eliminaban las cartillas de racionamiento, la fábrica construía viviendas que permitían dejar la residencia y mudarse a un apartamento propio. En los años 70-80, los habitantes de las zonas rurales alcanzaron por fin un nivel de vida decente. Y en cuanto a la represión, lo que vemos es como en la actualidad la población reclusa en Rusia es mayor que en la época de Stalin. ¿Y lo rápido y eficazmente que resolvió el poder soviético el problema de la infancia abandonada?
Puede que sea esa la principal diferencia entre la Rusia soviética y la actual; la resolución de un modo rápido y eficaz de los problemas más acuciantes, y siempre en beneficio de la mayoría. Por eso en cuanto a todo lo que se habla sobre la torpeza e ineficacia del sistema planificado, basta con comparar, para ver dónde esta la verdad. Vale la pena que recordemos que el Estado trataba a las personas, precisamente como eso, como personas, asumiendo su responsabilidad ante la gente. Eran impensables situaciones como el no cobrar el salario durante meses, como el estar condenado porque no tienes medios para pagarte el tratamiento médico, como el no tener literalmente nada que llevarte a la boca, como el que los niños no acudan a la escuela, o cuando en lugar de productos que han pasado un control de calidad, te venden vete a saber qué, cuando da miedo salir a la calle, cuando hay núcleos de población en el campo sin agua, ni electricidad.
Después de todo, no basta con comparar los indicadores de consumo, también los de producción, los sistemas de salud y educación, el nivel de seguridad personal, y muchas otras cosas que conforman la vida diaria. Pero esa sería una conversación que daría para mucho.
Centrémonos solo en algunas cifras.
Como es sabido, uno de los principales apartados de gasto en el presupuesto familiar de la mayoría de los rusos, es el relacionado con los servicios comunales de la vivienda. El pago por el suministro de agua, de calefacción, agua caliente o electricidad, recae como un pesado fardo sobre cada uno de nosotros. Cada año aumentan las facturas, sin que eso se vea acompañado de una mejora en la calidad de los servicios prestados. ¿Dónde y a qué manos va nuestro dinero? En 1989, el gasto medio por todos esos servicios no representaba más del 3% del presupuesto mensual familiar, ya que por cada rublo que pagaba el inquilino, el estado subsidiaba otros 6
En la actualidad, el estado ruso se ha liberado de cualesquiera obligaciones. Nos inculcan, que debemos ser nosotros los que asumamos por completo los gastos relacionados con los servicios comunales, costearnos nuestra salud y educación. Al fin y al cabo, nosotros somos los únicos interesados. Según parece, nuestro estado no está en absoluto interesado en tener una población sana y formada. Los gastos presupuestarios destinados a la salud suponen el 3,5% del PIB, lo que es muy poco. Y ya hoy, la población gasta en servicios médicos el 1,5% del PIB y esa cifra va en aumento, ya que es algo que va implícito en la propia política de comercialización del sistema sanitario. Y eso, que según los expertos, tenemos un déficit de médicos en el país, con un coeficiente de pluriempleo que alcanza el 1,6. Puede que sea por eso, por la colosal carga trabajo y cansancio que arrastran, que los médicos ponen tan a menudo diagnósticos equivocados: 10 veces más diagnósticos errados que en los países de la UE.
Una situación similar encontramos en el sistema educativo. Si queremos tener un conocimiento aceptable y optar a recibir educación superior o profesional cualificada, deberemos pagar por las principales asignaturas en la escuela. La educación universitaria privada sigue creciendo. Para poder llegar a dedicarnos a la ciencia, tendremos que pagarnos un master. Al mismo tiempo vemos como aumenta la carga de trabajo en el profesorado, lo que acaba repercutiendo negativamente en la calidad de la educación.
Ha crecido ya una generación que no llegó a conocer la URSS. La juventud actual, en su mayoría, se hace una idea de la vida en la Unión Soviética, partiendo de los estereotipos que se publican e inculcan desde los medios. Y por raro que parezca, hay una parte de las viejas generaciones que parece padecer un extraño tipo de amnesia. El principal estereotipo, es que en la URSS había carencia de todo. Es innegable que los ciudadanos soviéticos, tenían motivos más que de sobra para estar descontentos con el sistema de distribución, y especialmente con la comercialización de los productos de alimentación. Se producían irregularidades en el suministro y desequilibrios en el reparto según regiones, y había filas, etc. Conviene sin embargo señalar, que ese descontento surgía como una manifestación natural de esas nuevas exigencias, fruto los logros alcanzados en los niveles de alimentación. Además la percepción de muchas de esas insuficiencias, tenían mucho que ver con la presión ideológica. Así por ejemplo, en la URSS como media en 1989 se consumían 363 kg. de leche y productos lácteos por persona y año (en los EE. UU. eran 263). Sin embargo en los sondeos que se hacían en la URSS, el 44% de los encuestados respondían que no consumían suficiente leche. En Armenia, por ejemplo, donde la propaganda antisoviética era especialmente notable, el 62% de la población se mostraba insatisfecha con los niveles de consumo de leche y productos lácteos, siendo que en 1989 el consumo medio allí era de 480kg. por persona.
¿Si el poder adquisitivo de la mayoría de los ciudadanos de la Rusia actual fuese aproximadamente igual al de hace 20 años, no sería ahora el déficit más agudo que el que vimos en la época de la perestroika, que fue el que destacó precisamente por los aparadores vacíos, y que a la postre allanarían el terreno para la llegada de los “reformadores”?
Para tomar conciencia clara de los resultados de las dos últimas décadas, podemos de un modo honrado, mirar alrededor, coger un folio y dividirlo en dos columnas: incluir en la primara columna los cambios positivos y en la segunda los negativos. Por ejemplo, cuántos habitantes de la región de Moscú mejoraron sus condiciones habitacionales entre 1971 y 1991 y cuántos entre 1991 y 2011. Cómo ha variado la estructura de la alimentación. Cuántas empresas trabajaban en las ciudades y en las haciendas agrarias y cuántas quedan. Recordar o preguntar a los mayores cómo pasaban las vacaciones (teniendo en cuenta que eran asequibles para la mayoría de la población). Y así podríamos seguir. Sería interesante ver esas valoraciones honestas, serenas. Creo que la principal conclusión sería que la Rusia actual, vive de lo que se creó entonces, es decir, vive todavía del potencial soviético y una vez que se agote, el país se verá irremediablemente al borde del abismo.
En el país se inculcan unos valores morales anormales, que son los que crean el caldo ideal para que surja gente sin principios. El sistema creado, es un sistema que ha arrebatado a la gente el derecho al trabajo y a un sueldo digno. Un sistema que nos ha privado del derecho a una educación y salud de calidad y gratuita. Un sistema que ha dejado sin un futuro digno a nuestra juventud y ha dejado sin protección social a nuestros mayores. Un sistema que ha conculcado los vínculos culturales y familiares de nuestra sociedad. Un sistema, donde se presuponen la corrupción y el latrocinio. Un sistema que ha destruido la seguridad del estado y ha originado una escandalosa incapacidad de mando y una estructura de organización enfermiza.
Crear un paraíso en la tierra es algo imposible. Y la justicia es un concepto intrínsecamente subjetivo, por eso siempre habrá descontentos. Pero lo criterios que deben guiar el funcionamiento eficaz de las estructuras de gobierno, deben ser en primer lugar la seguridad y un nivel de vida digno para la mayoría de la población. Y partiendo de eso, podemos poner un suspenso a estos 20 años de gobierno de estos “perestroikos”, que destruyeron una superpotencia y que hoy pisotean incluso los derechos constitucionales de los ciudadanos de Rusia a una vida digna en un estado social.

Konstantín Cheremisov
Kprf.ru

Traducido del ruso por Josafat S. Comín

Libia: los rebeldes del imperio

"Los rebeldes del Gebel han sido decisivos"


Entrevista con Angelo Del Boca, historiador del colonialismo italiano y biógrafo de Gadafi

Hemos planteado algunas preguntas sobre la caída del régimen libio a Angelo Del Boca, historiador del colonialismo italiano y biógrafo de Gadafi.
Toda la capacidad de resistencia de las fuerzas de Gadafi se ha disipado en menos de dos semanas. ¿Qué ha ocurrido? ¿Hasta qué punto ha resultado decisiva la batalla en Gebel Nefusa? Ha sido realmente decisiva. Como ya he mencionado varias veces en el Gebel Nefusa hay árabes y bereberes, históricamente enfrentados unos con otros, pero que se han unido esta vez. No hay que olvidar que los bereberes en Libia han estado siempre del lado del poder. Cuando la presencia italiana estaban con los italianos contra los resistentes. Este ha sido un elemento decisivo. Lo confirma la información que recibo directamente del disidente Anwar Fekini, que ha participado en la resistencia en el Gebel, y que desde hace días me insistía en que la situación había cambiado mucho desde el punto de vista militar. A pesar de la falta de armas pesadas los rebeldes del Gebel habían llegado a 50 a 60 km de Trípoli. Luego, en los últimos días habían podido capturar tanques, armas pesadas para poder acecarse y entrar en la capital libia. Las rebeliones siempre han empezado en el Gebel, también durante la presencia italiana. Cuando los italianos desembarcaron en Trípoli en octubre de 1911, no fueron los turcos quienes resistieron contra ellos, sino los montañeses del Gebel que bajaron a caballo desde los montes, llegaron a Trípoli y causaron aquella matanza de 550 soldados italianos en Sciara Sciat. Los jóvenes rebeldes de hoy pertenecen a las mismas familias de los rebeldes de hace cien años. Desde este punto de vista, los insurgentes de Bengasi, que lidian todavía con una profunda división interna, poco tienen que ver con la operación final de la caída de Trípoli.
La despedida de Gaddafi y su régimen es sangrienta. Él aún lucha y se escapa de la captura. La situación no ha terminado. ¿Qué va a hacer Gadafi?
Gadafi tenía tres opciones: huir, lo que no va con su carácter; negociar, pero vimos que las negociaciones comenzaron y se interrumpieron deprisa pese a que el presidente Zuma, de Sudáfrica vino dos o tres veces a Trípoli y Bengasi a buscar una solución política pero los bombardeos de la OTAN, que hasta cierto punto fueron para Gadafi un paliativo porque salió fortalecido, las frustraron siempre. Con esos bombardeos Gadafi tenía al menos la excusa de decir: ven ustedes, hay bombardeos y es aterrador. Cómo no darle la razón: si no me equivoco creo que se ha llegado a seis mil acciones de bombardeo y a matanzas de civiles en los ataques cubiertas de silencio. Al final, sin esta devastación los rebeldes no lo habrían conseguido. Un día conoceremos el coste de estos bombardeos, en los que Italia también ha tomado parte. La tercera posibilidad de Gadafi era combatir hasta el final y en su estrategia, en su leyenda, que terminara muriendo. No excluiría esta posibilidad dadas las circunstancias. Para muchos ahora es imposible para él encontrar una fuga decorosa. Yo creo que este hombre, con tal de no fracasar, para no traicionar su leyenda, llegará hasta el final. Aunque desde Túnez, Amwar Fekini me dice que confía en capturarlo vivo.
¿Qué sucederá ahora? Al-Jazeera divide Libia en tres áreas: la mayor parte de Trípoli y Cirenaica; Sirte y la región colindante actualmente en mano de las fuerzas de Gadafi, y una vasta zona desértica aún contendida.
Ha caído Trípoli, lo que no es poca cosa. Sin embargo, está claro que en Sirte se han concentrado los últimos medios bélicos de Gadafi porque había dejado allí una enormidad de fuerzas, incluidos los famosos Scud, viejos y no muy precisos, pero ahí están, y según creo, cuenta con unos 4.000. En resumen, aunque caiga Trípoli, la situación sigue en el aire. A menos que se llegue a una mediación. Sin embargo, apresaron a Seif al-Islam, hijo de Gaddafi, que desde el principio había hablado de negociaciones, de elecciones, es decir, de un futuro de Libia, futuro que yo no veo en este momento.
¿El Consejo de Transición de Bengasi, en su opinión, es capaz de pacificar a Libia, de arreglar sus fuertes conflictos internos evidentes tras el asesinato del Jefe de Estado mayor de los insurgentes Younes Abdul Fatah, y tras las divisiones entre comunidades tribales que desde entonces se han hecho abiertamente la guerra?
Es una dicotomía muy fuerte. No creo que puedan. A decir verdad, no sólo hay caos en Bengasi, sino que también existe el peligro del islam extremista y radical, cosa que Gadafi había denunciado desde el principio. No olvidemos que Occidente lo había premiado porque era un baluarte contra el islamismo radical. Este baluarte me parece que se ha roto precisamente en Bengasi.
¿El bajo perfil de Obama que, a diferencia de Sarkozy y Cameron, no alardea de triunfo, indica según usted una preocupación porque nazca una "Somalia" a orillas del Mediterráneo? En un contexto peligroso en el que , además, se reaviva el conflicto entre Egipto e Israel ...
El peligro es real. Y el nuevo contexto no ayuda a la solución. Sobre todo porque no consigo ver ni siquiera después de la caída, muerte o fuga de Gadafi, qué será de esas decenas de miles de personas vinculadas a Gadafi de quien obtenían grandes ventajas, dinero, jerarquía. Cómo podrán conciliarse con los de Bengasi si, después de todo, tenían en sus manos un poder enorme. No sé cómo podrán dividir todo ese poder, porque es inaceptable que vayan a entregar todo lo que tenían. En el futuro de Libia es el punto más difícil. Y el conflicto es seguro.
Dentro de un mes se cumplirán 100 años de la ocupación italiana de Libia. El gobierno de Berlusconi, comprometido con Gadafi, apoyó luego a los insurgentes, a quienes ha comprometido mediante la firma de un tratado en contra de los inmigrantes que huyen de África, una fotocopia del firmado hace dos años con el líder libio. Ahora Italia corre ansiosa por los negocios en la estela de "ganadores", Sarkozy y Cameron. Y prepara la carta Abdessalem Jalloud ...
Es grave lo que se ha firmado contra los emigrantes, que, también el CNT de Bengasi quiere que terminen dentro de un campo de concentración para evitar que lleguen a Italia y Europa. Pero ahora el gobierno italiano se engaña al pensar que con el final del régimen de Gadafi encontrará del otro lado del Mediterráneo las mismas oportunidades y beneficios que tenía antes. Es impensable que Sarkozy – y también Cameron - hayan inventado esta guerra para nada. La hicieron por el petróleo, quizás el mejor del mundo, sobre todo porque Francia no estaba en Libia. En cuanto al "opositor" Jalloud, no es una alternativa viable; está demasiado comprometido con el régimen, aunque sólo era el número dos en los años ochenta y luego salió del escenario político. Lo conocí cuando estaba en un “dorado” arresto domiciliario en el '92 en su villa en la Plaza Verde. Es sólo el jefe, desacreditado, de una gran tribu; no "nuestro hombre" en Trípoli.

Tommaso di Francesco
Il Manifesto

Las consecuencias mundiales de la decadencia de Estados Unidos

Hace 10 años, cuando algunas personas y yo hablábamos de la decadencia de Estados Unidos en el sistema-mundo, a lo sumo nos topábamos con sonrisas de condescendencia ante nuestra ingenuidad. ¿No era Estados Unidos la única superpotencia, involucrada en cada uno de los rincones más remotos de la Tierra, haciendo lo que quisiera casi todo el tiempo? Ésta era una visión compartida a todo lo ancho del espectro político.
Hoy, la visión de que Estados Unidos está en decadencia, en seria decadencia, es una banalidad. Todo el mundo lo dice, excepto algunos políticos estadunidenses que temen ser culpados por las malas noticias de la decadencia si la discuten. El hecho es que prácticamente todo el mundo cree hoy en la realidad de esa decadencia. Sin embargo, algo que está menos discutido es cuáles han sido y serán las consecuencias en el mundo de esta decadencia. La decadencia tiene raíces económicas que siguen su curso. Pero la pérdida del cuasi monopolio del poder geopolítico que Estados Unidos ejerció alguna vez tiene consecuencias políticas importantes en todas partes.
Empecemos con una anécdota contada en la sección de Negocios del New York Times el 7 de agosto. Alguien que gestiona inversiones en Atlanta apretó el botón de pánico en nombre de dos acaudalados clientes que le dijeron que vendiera todas sus acciones y que invirtiera el dinero en un fondo común de inversión más o menos blindado. El gestor dijo que, en los 22 años que llevaba en el negocio, nunca había recibido una petición como ésa. Era algo sin precedentes. El periódico le llamó a esto el equivalente “Wall Street” de la opción nuclear. Iba en contra del consagrado consejo tradicional de asumir un enfoque firme y constante conforme se avanza ante los vaivenes del mercado.
Standard & Poor’s ha reducido su calificación crediticia de Estados Unidos de AAA a AA+, también algo sin precedentes. Pero esto fue una acción bastante leve. La agencia equivalente en China, Dagong, ya le había reducido la credibilidad crediticia a Estados Unidos en noviembre pasado a A+, y ahora se le redujo a A-. El economista peruano Oscar Ugarteche ha declarado que Estados Unidos es una república bananera. Dice que Estados Unidos ha optado por la política del avestruz para no espantar a las expectativas (de crecimiento).
Y en Lima, la semana pasada, los ministros de finanzas de los estados sudamericanos, reunidos, han discutido urgentemente cómo aislarse de la mejor manera ante los efectos de la decadencia económica de Estados Unidos. El problema para todo el mundo es que es muy difícil aislarse de los efectos de la decadencia estadunidense. Pese a la severidad de su decadencia económica y política, Estados Unidos continúa siendo un gigante en el escenario mundial, y cualquier cosa que pase ahí sigue provocando grandes olas en todas partes.
Con toda certeza, el impacto más fuerte de la decadencia estadunidense ocurre y seguirá ocurriendo al interior de Estados Unidos. Los políticos y los periodistas hablan abiertamente de la disfuncionalidad de la situación política estadunidense. ¿Pero qué otra cosa puede ser sino disfuncional? El hecho más elemental es que los ciudadanos estadunidenses están aturdidos por el mero hecho de la decadencia. No es sólo que los ciudadanos estadunidenses sufran ellos mismos, materialmente, por la decadencia, y que estén profundamente asustados de que sufrirán más conforme el tiempo avance. Es que habían creído a nivel muy profundo que Estados Unidos es la nación elegida, designada por Dios o la historia para ser el país modelo en el mundo. El presidente Barack Obama sigue tratando de tranquilizarlos diciendo que Estados Unidos es un país triple A.
El problema para Obama y para todos los políticos es que muy pocas personas siguen creyendo eso. El golpe al orgullo nacional y a la imagen propia es formidable, y es también muy repentina. El país está tomando muy mal este golpe. La población busca chivos expiatorios y ataca muy a lo loco, y no con demasiada inteligencia, a los supuestos culpables. La última esperanza parece ser que alguien sea culpable, y como tal el remedio sea cambiar a las personas con autoridad.
En general, las autoridades federales son vistas como las que hay que culpar: el presidente, el Congreso, ambos partidos principales. La tendencia es muy fuerte hacia tener más armas a nivel individual y a ejercer un recorte del involucramiento militar fuera de Estados Unidos. Culpabilizar de todo a la gente de Washington conduce a una volatilidad política y a luchas intestinas locales cada vez más violentas. Estados Unidos es hoy, diría yo, una de la entidades políticas menos estables en el sistema-mundo.
Esto hace de Estados Unidos no sólo un país cuyas luchas políticas son disfuncionales, sino uno que es incapaz de consolidar mucho poder real en la escena mundial. Entonces, hay una caída importante en la fe en el país, y en su presidente, por parte de los aliados tradicionales de Estados Unidos fuera y por la base política del presidente en casa. Los periódicos están llenos de análisis de los errores políticos de Obama. ¿Quién puede argumentar con esto? Con suma facilidad, yo podría enlistar docenas de decisiones que Obama hizo, y que desde mi punto de vista fueron equivocadas, cobardes o algunas veces directamente inmorales. Pero me pregunto si, de haber tomado las mucho mejores decisiones que su base supone que debió tomar, habría habido mucha diferencia en el resultado. La decadencia de Estados Unidos no es el resultado de decisiones pobres por parte de su presidente, sino de las realidades estructurales en el sistema-mundo. Obama puede ser el individuo más poderoso del mundo todavía, pero ningún presidente estadunidense es tan poderoso hoy como los presidentes de antaño.
Hemos entrado en una era de agudas, constantes y rápidas fluctuaciones –en las tasas de cambio de las divisas, en las tasas de empleo, en las alianzas geopolíticas, en las definiciones ideológicas de la situación. El grado y rapidez de estas fluctuaciones conduce a la imposibilidad de contar con predicciones de corto plazo. Y sin alguna estabilidad razonable en las predicciones de corto plazo (tres años más o menos) la economía-mundo se paraliza. Todo el mundo tendrá que ser más proteccionista e introspectivo. Y los estándares de vida bajarán. No es un cuadro bonito. Y aunque hay muchos, muchos aspectos positivos para muchos países a causa de la decadencia estadunidense, no hay certeza de que en el loco bamboleo del barco mundial, otros países puedan de hecho beneficiarse como esperan de esta nueva situación.
Es tiempo de un análisis de largo plazo mucho más sobrio, de juicios morales mucho más claros acerca de lo que el análisis revela, y de acciones políticas mucho más efectivas en el esfuerzo, en los próximos 20 o 30 años, para crear un mejor sistema-mundo que en el que estamos atorados ahora.

Immanuel Wallerstein

Bancarrota capitalista: se agotaron las aspirinas.


Cuando ingresa en su quinto año, la bancarrota capitalista que comenzó a mediados de 2007 avizora su fase más aguda. Se habla ni más ni menos que de la caída del Bank of America, uno de los primeros de Estados Unidos. El Bank of America había absorbido en el primer año de la crisis a rivales como Countrywide -el cual estaba hasta el cuello en créditos incobrables por hipotecas- y se había quedado con otro en el tope del ranking -el poderoso Merril Lynch. Semejantes bocados lo atoraron, debido a las enormes deudas que habían contraído estos bancos para financiar la especulación inmobiliaria.
A esta calamidad, se han sumado las penas y resarcimientos que deberá pagar por el fraude que cometió con otros bancos en oportunidad del ‘defol' de la mayor aseguradora del mundo, AIG. Por medio de la intervención del secretario del Tesoro norteamericano, el America se hizo pagar los créditos que tenía sobre AIG unas pocas horas antes de que la aseguradora declara la cesación de pagos; el mismo beneficio recibieron otros bancos, como el francés Société Gènerale.
Una caída del America desataría quiebras generalizadas, pero lo mismo ocurriría con las alternativas para salvarlo. Una inyección de capital, del orden de los 60 mil millones de dólares, provocaría una reducción fuerte del precio de sus acciones (superior al derrumbe que ya experimentó: en lo que va del año, sus precios se derrumbaron desde 14 a 7 en el día de hoy, o sea un 50%) y la consecuencia sería una extendida depresión en la Bolsa. Si, como otra opción, declarara una quita del valor de sus préstamos para facilitar su cobro a los clientes, el resultado sería una depresión aún mayor en el mercado crediticio. La variante que se vislumbra es que sea adquirido por el J.P. Morgan, que para eso requeriría un fortísimo subsidio del Banco Central (FED), en momentos en que la emisión monetaria ha tomado proporciones gigantescas. Según las versiones, "el secretario (del Tesoro) se habría ya comprometido a facilitarle al comprador unos 100.000 millones de dólares con objeto de que la entidad (Morgan) complete la compra", pero se estima "que el Bank of America requiere una ampliación de capital de 200.000 millones de dólares". El costo del seguro contra un ‘defol' del Bank of America ha subido cerca de 500 puntos sobre la tasa que se usa como referencia. Todo lo que se creía sólido se deshace en el aire.

Perdidos en Europa

De mayor alcance es lo que ocurre en Europa. Un banco pequeño de Grecia (de sólo 35 sucursales) tuvo que ser rescatado de la quiebra por parte de cuatro bancos de mayor porte para evitar una corrida de depositantes, que habría noqueado incluso a los grandes bancos de Europa que tienen una fuerte exposición a la deuda estatal y a los bancos de Grecia. El Banco Central Europeo, sin embargo, no aportó dinero a este operativo, porque los bancos griegos agotaron las garantías para acreditar ante el BCE. El pilotaje lo tuvo que asumir el Banco Central de Grecia, el que sumó así nueva deuda con el BCE, y la enorme deuda pública de Grecia, que es el garante último del Banco Central del país. Este rescate precario e improvisado ha aumentado las dificultades de España e Italia para acceder al mercado de créditos para financiar el pago de la deuda pública. La desvalorización que sufrirá esta deuda afectará fuertemente la solvencia de los bancos acreedores del Estado y la tendencia a una corrida contra ellos. Los bancos españoles están en la primera línea de fuego.
Como resumen general, se constata que los rescates de bancos realizados por gobiernos y bancos centrales a partir de comienzos de 2008 ha concluido con una nueva crisis financiera y fiscal aún mayor de los Estados, la cual repercute sobre los bancos que, durante toda la crisis, han especulado con la compra de deuda pública. Los ajustes fiscales, a partir de finales de 2009, y los despidos, reducciones en la jornada de trabajo y de los salarios golpearon fuerte a la demanda de consumo y de inversión, precipitando una nueva recesión. Estos ataques a los trabajadores aumentaron la tasa de explotación de la fuerza de trabajo por parte del capital, pero acentuaron la insolvencia financiera (la capacidad de repago de los préstamos) como consecuencia de la recesión. Se manifestó, de este modo, la tendencia de la crisis a quebrar las relaciones sociales propias del capitalismo (ausencia de crédito y una nueva crisis monetaria).

De nuevo la madre de todas las crisis: la monetaria

A este regreso de la crisis monetaria responde la suba descomunal del oro (llegó, hace tres días, a cerca de dos mil dólares la onza), mientras el precio del petróleo ha estado cayendo (algo que los analistas consideran relacionado con un horizonte económico recesivo). El oro no es considerado materia prima, sino refugio del capital bajo la forma metálica. El dinero y el capital se retiran del mercado y de la acumulación ampliada, y se repliegan al atesoramiento. Al mismo fenómeno responde -aunque no por mucho tiempo- la suba paradójica del precio de la deuda pública de Estados Unidos. Se trata de una forma disimulada de corrida bancaria: ocurre que los poseedores de enormes masas de dinero en forma líquida (4 billones de dólares) las están retirando de bancos y fondos especulativos por temor a una quiebra, para refugiarse en el santuario ‘políticamente seguro' de la deuda pública norteamericana. Pero la escasa remuneración que ofrece la compra de deuda pública de Estados Unidos perjudica el negocio bancario, que paga más por los depósitos que recibe que lo que cobra por los títulos del Tesoro que compra con esos depósitos. El resultado es que algunos de ellos (Mellon de Nueva York) han comenzado a desalentar el ingreso de depósitos mediante el cobro de una comisión.
La crisis monetaria ha retornado a la economía mundial, como ocurriera en las vísperas del derrumbe de Lehman Brothers en septiembre de 2008, cuando paralizó el comercio mundial y las transacciones financieras. El mercado monetario, donde se otorgan y renuevan los préstamos de cortísimo plazo (de un día hasta seis meses), ha sufrido una fuerte caída. Se comienza a hablar de un tercer plan de inyección monetaria para reactivarlo por parte de la FED, pero los principales observadores desechan que pueda tener efectos prácticos: los mercados están llenos de plata, no necesitan que ingrese más -el problema es que ese dinero se movilice. El recurso a la impresión de billetes para rescatar bancos se ha agotado; otra cosa sería que sirviera a un plan económico de conjunto para reconstruir a la sociedad sobre nuevas bases. El capitalismo se enfrenta a lo que procuró evitar: un replanteo político de conjunto. Ingresamos al punto más alto de la crisis.

El choque político

Varios comentaristas han atribuido la ‘politización' de la crisis mundial a la descalificación, que consideran arbitraria, de la deuda norteamericana por parte de las calificadoras de riesgo. En realidad, estas calificadoras llegaron tarde, si se tiene en cuenta que la deuda de conjunto de Estados Unidos es de 22 billones de dólares ¡un 150% del PBI! El monto suma la deuda federal (14,5 billones); las deudas de Estados y municipios (unos 2 billones de dólares) y la deuda de las agencias hipotecarias del Estado (5 billones y medio). Es impagable a su valor actual. El voltaje político que hay que asignar a esta rebaja de calificación pasa, antes que nada, por el hecho de que los acreedores más importantes son internacionales -China y Japón-, mientras que el principal acreedor interno es (como en la Argentina K) el Banco Central y los Fondos de Pensiones. La rebaja de calificación desvaloriza la deuda: ‘licúa', por un lado, los activos en poder de los jubilados y de los consumidores y, por el otro, el de los rivales del exterior. Estamos ante una presión para que Japón y, en mucha mayor medida, China, revaloricen sus monedas, para que sustituyan así la desvalorización del dólar. Una revalorización de la moneda de China favorecería el comercio de sus competidores y aumentaría la deuda interna en China medida en dólares; lo que desataría una crisis en regla en el país asiático. China ha respondido con una advertencia política: le exigió a Estados Unidos una reducción de los gastos militares, para pagar la deuda, y botó el primer portaviones nuclear, que Obama cuestionó con una advertencia ‘dura'. China no tiene márgenes: ahora mismo la inflación en el país está creciendo -especialmente y en gran medida en los alimentos básicos, muy sensibles para la población.
Europa atraviesa un proceso de características similares (crisis monetaria y política). Su capacidad para financiar el pago de la deuda pública de sus países se ha agotado; lo mismo vale para los ajustes fiscales. Se ha puesto en marcha una reestructuración insignificante de la deuda de Grecia, que carece de magnitud o profundidad para resolver el ‘defol'. El reemplazo de las deudas nacionales impagables por una deuda única de Europa, para hacerlas más solventes, solamente cambiaría el asunto si la carga del endeudamiento sustituto la asumieran los Estados más fuertes (Alemania y Francia), pero esto sería equivalente a subsidiar el rescate de sus competidores. Sólo podrían admitir ese rescate si antes el resto de los países cedieran sus soberanías para que, Alemania en especial, pudieran reorganizar sus economías en función de la industria alemana. La dimensión de la crisis la dejó ver recientemente el magnate George Soros, cuando planteó que Grecia y Portugal debían retirarse de la zona euro (no sin antes asegurar el pago de deudas y depósitos en euros) para cerrar filas entre los países restantes y de este modo salvar a la moneda común y a la Unión Europea. Pero esta salida implicaría un ‘defol' de esos dos países y la quiebra de los bancos acreedores de varios de los Estados acreedores de Grecia. Soros caracterizó una desintegración de la UE como la etapa última y final de la crisis en curso.
Nouriel Roubini, un economista con laureles, la ve de otro modo: es necesaria -dice- una reestructuración de la deuda hipotecaria de Estados Unidos, que saque del ‘defol' y del desalojo a 11 millones de familias y, en forma complementaria, obligar a los accionistas y acreedores de los bancos que dieron hipotecas a que carguen con las pérdidas correspondientes. A partir de aquí recomienda un fuerte aumento del gasto fiscal para recuperar la demanda. Que se diga esto, luego de que Obama pactara con los republicanos lo contrario, es un síntoma inconfundible de la violencia de la crisis política que asoma en Estados Unidos. Incluso el multimillonario Warren Buffet reclamó que los ricos paguen más impuestos para financiar un programa de obras públicas. La fase de las opciones políticas en el desarrollo de la crisis forzará a la participación masiva de las diferentes clases de la sociedad.

El núcleo

Las diversas explosiones -tanto económicas como políticas e internacionales- de la bancarrota capitalista se están acercando al núcleo del reactor. La vigencia de un programa de transición que opere como un factor de movilización de masas, entre la situación actual y la meta de la reorganización socialista de la sociedad (que la crisis la paguen los capitalistas), está más clara que nunca.

Jorge Altamira