viernes, octubre 14, 2011

Aumenta la rebeldía popular en Estados Unidos


Sabemos como ha comenzado todo esto --marchas, discursos, gritos y simples arrestos--; pero no como va a terminar. 1-. La respuesta
Las protestas populares que comenzaron en la Plaza Zucotti de Nueva York, próxima a Wall Street, el 17 de septiembre, se han extendido a todo el país en menos de un mes. Cientos de miles de personas han participado en cientos de ciudades a lo largo y ancho del país. Ha habido más de mil arrestos. La policía ha tenido que usar fuerza excesiva y gas pimienta en varias ocasiones. El país entero está envuelto en una gran protesta social, aun pacífica y en sus inicios, que no se producía desde la guerra de Vietnam y la lucha por los derechos civiles.
Nadie sabe adonde va a conducir este formidable movimiento del pueblo, pero los crímenes perpetrados por los últimos cinco gobernantes –Reagan, Bush, Clinton, W. Bush y Obama–, además de los cometidos por todos los demás gobiernos desde fines del Siglo 18, en complicidad con la exigua minoría que ha dominado siempre las riquezas del país, ha traído como consecuencia esta crisis social que pudiera convertirse en una tormenta, aunque no de agua ni viento.
Esperemos que no llegue a eso, pero las circunstancias están dadas para un estallido social, y la historia del pueblo de Estados Unidos no ha sido de sumisión ni sosiego, sino de orgullo y rebeldía.

2-. ¿Contra qué protesta hoy el pueblo?

Protesta contra las guerras que enriquecen a la industria bélica, la más poderosa e influyente del país, pero lo ensangrientan y lo empobrecen a él, que es no sólo el que tiene que morir y matar y asesinar y torturar y arrasar, sino, además, cubrir con su trabajo los inmensos gastos de los conflictos bélicos.
Protesta contra el sistema de capitalismo salvaje que domina toda la vida del país.
Protesta contra la desigualdad social y económica entre los pocos que tienen mucho y los muchos que tienen poco.
Protesta contra la criminal avaricia de las corporaciones que fue la causa de la grave caída económica del 2008, la peor sufrida por el país desde 1929, que aún se mantiene.
Protesta contra la ausencia de un sistema nacional de salud, como existe en todos los países civilizados del mundo.
Protesta por los millones de compatriotas que han perdido sus empleos y hogares.
Protesta contra los procesos electorales que están dominados por el dinero y de los que surgen funcionarios que no son servidores del pueblo, sino esclavos del capital.
Protesta contra la falsa democracia que, en rigor, es plutocracia.
Protesta contra las elecciones “multi”-partidistas en las que no aspiran quienes tienen más conciencia y aptitudes, sino más dinero y, por ello, un mayor acceso a los medios de difusión masiva.
Protesta en favor de los sindicatos que sólo representan a la décima parte de los trabajadores del país (el movimiento obrero, que era poderoso y mayoritario a principios del Siglo XX, fue desapareciendo, poco a poco, por la política criminal de los grandes intereses económicos en complicidad con el Gobierno Federal, el Congreso, la Corte Suprema, los gobiernos estatales, la prensa y Hollywood)
Protesta para que se mantengan el Medicare y el Seguro Social, cuyos fondos pudieran desaparecer en pocos años, sobre todo si prosigue el gran despilfarro que ocasionan las guerras.
Protesta para que no se siga cometiendo la gran injusticia de que las corporaciones millonarias no tengan que pagar impuestos de acuerdo a sus ingresos, como hace el resto de la población, incluyendo los más pobres, o sea para que se termine el Corporate Welfare, medida que favorece Obama, pero a la que se opone la mayoría republicana en la Cámara sin el voto de la cual no se puede resolver esa grave iniquidad.
Protesta contra el crony capitalism, el sistema en que los socios –o compadres-- se ayudan unos a otros sin tener en cuenta el beneficio a la comunidad.
Protesta contra el salario mínimo, que se ha mantenido inalterable por varios años, mientras los funcionarios federales, estatales y municipales elevan sus ya altísimos salarios y los dueños de las industrias aumentan sus ganancias y siguen subiendo los precios de los alimentos y de muchas otras mercancías de primera necesidad.
Protesta contra un sistema económico en que los ricos se hacen más ricos y los pobres se hacen más pobres, y esto no es una frase manida, sino una realidad que ratifican las estadísticas mas científicas.
Protesta, en fin, contra todos los crímenes del capitalismo y el imperialismo que ha tenido que sufrir desde los tiempos germinales de esta república, a fines del Siglo18.

3-. Algunos datos sobre las protestas.

17 de septiembre: comienzan las manifestaciones, en Nueva York, bajo el lema Occupy Wall Street –Ocupar Wall Street--. El grupo que dirige la protesta adopta el nombre de Asamblea General de la Ciudad de Nueva York y se reúne todos los días a las 7 de la tarde. La asistencia es abierta. Todos tienen derecho a hablar y hacer proposiciones.
24 de septiembre: miles marchan por las calles de NY: se producen 80 arrestos.
1 de octubre: casi 10,000 personas marchan a través del Puente Brooklyn, que une la parte baja de Manhattan, el centro financiero más importante del mundo, con la barriada de Brooklyn, la más poblada de la metrópolis. Se producen 700 arrestos.
5 de octubre: más de 15,000 obreros sindicalizados, estudiantes y desempleados se unen a la marcha a través de todo el centro financiero de Nueva York. Al anochecer, unos 200 protestantes tratan de derribar las barricadas para penetrar en la Bolsa de Valores de Wall Street y la policía los repele usando gas pimienta y separándolos mediante el uso de redes anaranjadas. Hubo 28 arrestos.
Ese mismo día, Mitt Romney, el principal aspirante a la nominación republicana para las elecciones presidenciales del año que viene, declaró:
--What we're seeing here is open class warfare (Lo que estamos viendo aquí es una abierta guerra de clases)
Es lógico que en un país cuya clase dominante ha sido la más guerrera no sólo del mundo de hoy sino de todos los mundos que ha habido desde el origen de la civilización, se hable de “guerra de clases” y no de “lucha de clases”, como en el resto del mundo.
6 de octubre: Miles de personas marchan en Portland, Oregon, en el extremo noroeste. Otras protestas se producen en muchas otras ciudades, entre ellas Houston, Los Angeles y San Francisco. Obama reconoce que “las protestas representan las frustraciones del pueblo por la más grave crisis económica que hemos tenido en ochenta años”.
9 de octubre: miles protestan frente a la Casa Blanca y en numerosas ciudades.
10 de octubre: presionado por la opinión pública, el Alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, autoriza para que las marchas continúen indefinidamente en esa ciudad.
11 de octubre: varios manifestantes anti-bélicos son arrestados cuando tratan de entrar en el Capitolio.
13 de octubre: Reporteros Sin Fronteras –RSF-- denuncia que los periodistas que cubren las protestas del movimiento Ocupar Wall Street sufren una fuerte represión por parte de la policía de Nueva York.
Estas encendidas protestas comenzaron hace menos de un mes, o sea están en su etapa germinal. Para que desaparezcan, tendrían que eliminarse todas las tremendas y numerosas injusticias del sistema de capitalismo salvaje que el Imperio ha impuesto en este país.
Sabemos como se inició todo esto, pero, por supuesto, no como va a terminar. Ese final pudiera ser trágico para los canallas ultra-capitalistas y ultra-imperialistas que tanta sangre han derramado en el mundo y en este país, y que a tanta gente han engañado y explotado.
Seguiré de cerca este proceso tan estimulante y, por supuesto, le dedicaré otros artículos a medida que se vayan desarrollando los hechos.

4-. Una historia de violencia, pero en este caso justa.

Tal vez muchas personas en el mundo hayan creído que el estadounidense es un pueblo de mansos corderitos porque desde hace casi cuarenta años no se han producido protestas populares. Están en un error. La historia de este pueblo es heroica y estas cuatro décadas han sido una excepción.
No hay tiempo ni espacio para exponer todas las rebeldías, por lo que me voy a limitar a mencionar sólo algunas.
Durante la colonia, las rebeliones de la población nativa, los esclavos y las clases más pobres tuvieron un alto costo de sangre. Estas acciones fueron mucho más violentas después de la independencia porque los “libertadores” eran mucho más enemigos de los nativos, los esclavos y los pobres que los colonialistas británicos y de esto hay muchos ejemplos que he mencionado en varios de mis artículos.
En el gobierno de Washington, el más anti-democrático que ha tenido este país ya que sólo el 8% de la población tenía plenos derechos civiles, se produjo la Rebelión de Daniel Shays, un campesino que luchó, por varios años, con gran heroísmo, en la guerra de independencia y al regresar a su pueblo se encontró que su finca y su vivienda habían sido confiscadas por un banco porque no había pagado las mensualidades, lo cual llenó de ira a cientos de ciudadanos, muchos de ellos veteranos, que se alzaron en armas. También se produjo la Rebelión del Whiskey, porque el gobierno le cobraba más impuestos a los dueños de las pequeñas destilerías familiares que a los de las mayores –como ahora, en que los más ricos pagan menos impuestos proporcionales que los más pobres-- en cuya revuelta participaron miles de ciudadanos. Ambas rebeliones populares fueron aplastadas, personalmente, por el general George Washington quien, dejando a un lado su cargo de presidente, se puso al frente de las tropas federales.
Durante el gobierno del genocida Andrew Jackson comenzaron las guerras de la Nación Seminole y se produjo la infame Acta de Remoción de los Indios –Indian Removal Act-- que obligó a cientos de miles de seres humanos –cuyos antepasados habían vivido en esta tierra por más de veinte mil años--, a retirarse por la fuerza al oeste del Mississippi con un alto costo de sangre. Las numerosas rebeliones de la población nativa hasta fines del Siglo XIX causaron miles de muertos.
Hubo dos grandes epidemias en Nueva York: la de cólera en 1832 y la de tifoidea, en 1837. Los ricos huyeron; los pobres se quedaron y murieron por cientos.
En 1835 hubo graves disturbios populares en Boston con un saldo de veinte muertos.
Miles de obreros fueron a la huelga en Nueva York, en 1863, para protestar por la guerra civil en la que los pobres morían y se empobrecían aun más, y los ricos y poderosos ganaban más riqueza y poder. Lincoln fue indiferente al reclamo de las clases populares. Lo único que le interesaba era que los capitalistas industriales del norte vencieran a los capitalistas agrícolas del sur. Su gobierno aprobó muchas medidas en favor de los empresarios y ni una sola en favor de las clases trabajadoras. Sí, efectivamente, el propio Lincoln al que tanta gente admira … porque no lo conoce.
En 1872, decenas de miles de personas marcharon por las calles de Chicago pidiendo “pan para los hambrientos, ropa para los desnudos, casa para los desamparados”. Hubo cientos de arrestos y varios heridos.
Dos años después hubo una gran manifestación en la Plaza Tompkin de Nueva York que fue disuelta a porrazos por la policía con un saldo de decenas de heridos.

5-. Las luchas obreras fueron las más sangrientas de la historia

La Gran Rebelión Ferroviaria de 1877, que comenzó en West Virginia, se extendió a todo el país. Eran 100,000 huelguistas que fueron apoyados por más de dos millones de personas. Hubo unos 100 muertos y más de 500 heridos.
En 1880 había más de un millón de niños trabajando en las fábricas en las peores condiciones. Eso ocasionó numerosas protestas violentas.
El período de 1880 a 1910 es conocido como La Era de la Dinamita por los muchos atentados con bombas que realizaron los activistas obreros y populares, y los anarquistas, reclamando sus derechos.
En la primavera de 1886, cientos de miles de obreros marcharon en todo el país pidiendo la jornada de ocho horas. La policía los reprimió con gran violencia. Hubo cientos de arrestos y decenas de heridos. El 4 de mayo fue la famosa Masacre de Chicago en que la policía asesinó a doce obreros que realizaban una manifestación pacífica en la Plaza Haymarket. Es en honor a esa matanza que se celebra, en el mundo entero, el Primero de Mayo o Día Internacional de los Trabajadores … menos en este país.
Los obreros de los cañaverales de Louisiana pedían que se les pagara un dólar al día por su duro trabajo. 10,00 fueron a la huelga. En noviembre de 1887, la policía asesinó, en Thibodaux, a 28 trabajadores.
En 1892, los esbirros de la Pinkerton asesinaron a siete obreros en Homestead, Pennsylvania. Esto produjo violentas protestas en que la multitud mató a golpes a tres policías y los arrastraron por las calles.
En 1894, el líder Eugene Debs dirigió la Huelga Ferroviaria de Pullman. El presidente Cleveland ordenó que 14,000 soldados federales aplastaran la huelga. Asesinaron a siete obreros.
El 21 de abril de 1914 se produjo la masacre de Ludlow en que los esbirros de Rockefeller le dieron candela a varias tiendas que alojaban a los familiares de los huelguistas, quemando vivos a dos mujeres y o­nce niños pequeños. Eso originó sangrientas protestas.
Hubo muchas otras huelgas y protestas violentas en los años de la Primera Guerra Mundial, en las que hubo decenas de muertos y centenares de heridos.
Diez años después de la guerra, llegó la debacle económica, provocada –como la de ahora-- por la avaricia y la falta de previsión del capitalismo. Las huelgas y las protestas fueron sustituidas por el hambre y el desempleo.
A pesar de los monstruosos crímenes que cometería unos años después durante la Segunda Guerra Mundial, Roosevelt instauró una política inteligente y comprensiva no sólo hacia el resto de América, sino hacia las clases menos favorecidas que neutralizó, durante la década de los 30, las luchas obreras y las protestas populares. El país se esforzaba por sobrevivir y no había fuerzas para el desacato.
La violencia regresó durante la inmensa masacre de Vietnam, condenada por la mayoría del pueblo y mantenida a capricho por el Complejo Militar-Industrial-Terrorista que ya encarnaba el poder real en Estados Unidos.
La lucha por los derechos civiles de la población de ascendencia africana que comenzó en los años 50, se hizo violenta en los años sesenta, sobre todo después del asesinato del líder Martin Luther King, en abril del 68.
Fue una guerra de tres frentes: Vietnam, el pueblo antibélico y los derechos civiles de decenas de millones de seres humanos. Hubo cientos de muertos y miles de heridos.
Hoy, el pueblo de Estados Unidos ha perdido la fe en sus dirigentes y la está perdiendo en el sistema capitalista.
Creyó en W. Bush, en el 2000, y éste le asesinó a tres mil de sus ciudadanos y a más de un millón de seres humanos en el Oriente Medio.
Creyó en Obama, en el 2008, y éste resultó ser tan imperialista y tan enemigo del pueblo y la humanidad como Reagan y los Bush.
El Estados Unidos de hoy se caracteriza por la grave crisis económica, la corrupción de los políticos y funcionarios, la insolente estafa de las corporaciones, la probable desaparición en un futuro no lejano del Seguro Social, el Medicare, el Welfare y el Medicaid; el incremento de las guerras que ya abarcan a cuatro países y amenazan con extenderse a dos o tres más; la aumentada convicción general de que el 11 de Septiembre fue un auto-atentado terrorista dirigido por la Casa Blanca, que la muerte de Bin Laden es mentira y que Al Qaeda es un grupo creado y controlado por el Imperio para justificar sus guerras de dominio y exterminio; el gran desempleo, los millones que han perdido sus hogares, la ineficiencia del sistema educacional, la injusticia del orden judicial, y muchas otras graves realidades.
El pueblo de Estados Unidos no es de los suelen huirle a la brasa ni bajar la cabeza ante la ignominia ☼

Carlos Rivero Collado

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