miércoles, febrero 29, 2012

Julián Conrado saluda al Foro "Colombia entre Rejas"

Desde su cautiverio en Caracas



"La solidaridad es la ternura entre los pueblos", a ella se refiere el cantor insurgente aludiendo al capitalismo y sus consecuencias como la raíz del conflicto social y armado colombiano que tiene en la existencia de los miles de sus prisioneros políticos una de sus expresiones más sangrantes. Con la moral alta y las convicciones firmes, la palabra de Julián Conrado vuelve a expresar su amor por el pueblo y su aliento a la organización y unidad para conseguir una Colombia Libre y con Justicia Social. Detenido en Venezuela desde hace más de nueve meses y a la espera de juicio, su entrega a Colombia o a los EE.UU supondría su tortura y sentencia de muerte.

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Sobre la estatización y el control obrero de los ferrocarriles



En “comentarios” se me preguntó qué pienso de la renacionalización de los ferrocarriles argentinos, bajo control de los trabajadores y usuarios, que se propone desde varios sectores políticos.
Dado que en otras notas ya he analizado estos temas, aquí ampliaré algunos argumentos, a la luz de lo sucedido en los ferrocarriles.

El enfoque de partida

La primera cuestión a subrayar, y es el eje de mi enfoque, es que el carácter progresivo de la estatización, o nacionalización, se define en relación al programa económico y social en que está inserta. Bajo el capitalismo, una estatización puede considerarse progresista si acelera o fortalece el desarrollo de las fuerzas productivas. Aquí, lo que subyace es la vieja idea de Marx y Engels, que el desarrollo de las fuerzas productivas mejora las condiciones sociales y materiales para la lucha por un cambio socialista. Esto significa que un régimen de propiedad estatal burguesa no es “en sí mismo” progresista. De hecho, el sistema capitalista en casi todos los países se desarrolló articulando en diversos grados el mercado y la intervención estatal. Por eso, responder a la pregunta de en qué grado estas distintas combinaciones favorecen el desarrollo, exige estudios concretos de las situaciones concretas. No existe una respuesta “en general” (más discusiones aquí).

El estatismo en los ferrocarriles argentinos

Entrando ahora en el tema de los ferrocarriles argentinos, es imprescindible responder al discurso, que está circulando por estos días, que presenta como absolutamente opuestos al Estado (capitalista) y a las empresas (capitalistas). Según este relato, el Estado (o los ferrocarriles en manos del Estado) habrían funcionado de maravillas, hasta que en los noventa vino una ola privatizadora, impuesta “por los grupos económicos, el Consenso de Washington y el menemismo cipayo”, que barrió con todo y nos llevó al actual desastre. Se trata de un discurso muy conveniente al kirchnerismo, y se repite insistentemente. Por caso, la diputada Adriana Puiggrós, del Frente para la Victoria, afirma por estos días que todo el problema estuvo en las empresas concesionarias. La maniobra del Gobierno, de presentarse como querellante en la causa de la tragedia de Once, responde al mismo intento de establecer esta idea. El Estado con el pueblo, ambos víctimas del capitalismo codicioso e insensible. Pareciera que el Estado capitalista siempre habría impulsado el desarrollo de los ferrocarriles (además de “defender al pueblo”), y el capital privado hubiera sido el único responsable del atraso (y la explotación, etc.).
Pero esta historia no se sostiene cuando nos remontamos hacia atrás. Hay que decirlo con todas las letras: los ferrocarriles en manos del Estado, a fines de la década de 1980 y principios de los 1990, ya estaban en una situación calamitosa. No se cumplían horarios, el material rodante estaba deteriorado, también la infraestructura. La caída de la carga total transportada es una muestra de lo que decimos. En 1970 el sistema ferroviario argentino había transportado 22 millones de toneladas; en 1980 se había reducido a 16 millones, y en 1992 a 8,3 millones. Era el resultado de una larga decadencia -algunos dicen que se inició en 1958- conducida desde el Estado. Esta situación explica por qué la entrega de los ferrocarriles haya encontrado tan poca resistencia por parte de la población. Recuerdo que en 1995 el gobierno de Menem ganó las elecciones muy cómodamente, estando frescas aún las privatizaciones de ferrocarriles. Aquella política del menemismo fue aprobada por casi toda la clase dominante, y por buena parte de lo que hoy se reivindica del “movimiento nacional”. Subidos al carro privatizador, los Kirchner aplaudían las privatizaciones (ver aquí para más datos). Por esto mismo, es un acto de cinismo decir hoy que la principal razón de la tragedia de Once fueron “las políticas del neoliberalismo”, y callar quiénes, cómo y por qué estuvieron detrás de esas políticas. Pero además, esta historia demuestra que hay “vaivenes” que van desde el acento en el Estado al mercado, y viceversa; vaivenes que, de alguna manera, se suceden periódicamente.
La decadencia y postración a que habían sido llevados los ferrocarriles estatales también explica cómo fue posible que las concesionarias recuperaran pasajeros y cargas, sin hacer grandes inversiones. Por ejemplo, en el último año de administración estatal los ferrocarriles de conjunto transportaron 246 millones de pasajeros; en 1997 fueron 459 millones (aunque en 1965 habían sido casi 500 millones). Pero en materia de infraestructura la inversión siguió siendo muy débil; y el material rodante no se renovaba, apenas se mantenía o reparaba. Para colmo, por aquellos años se aceleró el cierre de ramales; cientos de pueblos quedaron aislados, una situación que ha sido denunciada reiteradamente. Además, miles de trabajadores fueron despedidos, y se cerraron o desactivaron talleres. La productividad (pasajeros y cargas transportadas por trabajador) aumentó sobre la base de una mayor explotación; no por incorporación de mejor tecnología.

Los 2000, nacionales y populares

Si pasamos ahora a los 2000, recordemos que fue el mismo Estado el que relevó a las empresas de la obligación de invertir, en medio de la “emergencia económica” provocada por la crisis de 2001-2. Y en los años que siguieron, no se renegociaron los contratos, y el Estado hizo la vista gorda. A partir de 2003, cuando se pone en marcha “el modelo productivo”, las cosas no variaron de fondo. Esto ocurrió en un período en que, supuestamente, estaban dadas todas las condiciones para desarrollar los ferrocarriles. En primer lugar, porque el Gobierno tuvo mucha injerencia en la actividad. Es necesario destacar que desde hace años las inversiones son responsabilidad directa del Estado, no de las empresas. Por eso, es intelectualmente deshonesto afirmar, como lo hace Adriana Puiggrós, y tantos otros militantes K, que el problema se reduce a las empresas ferroviarias.
Pero además, las empresas dependen de forma crucial de los subsidios del Gobierno, dado que las tarifas están congeladas. Por lo cual, el Estado tiene palancas muy concretas para presionar y controlar. Además, desde 2003 hubo mucho superávit fiscal, y existieron los recursos. Digamos también que en ferrocarriles predominó el capital nacional; no había que luchar contra los pulpos colonialistas imperialistas. En la rama estaba, y está, “nuestra” burguesía; nada del “empresariado oligárquico”, al estilo de la AEA. Y por último, el movimiento obrero organizado –léase la dirección sindical central- estuvo consustanciado con el proyecto nacional. Estaban dadas las condiciones óptimas para que desplegara el proyecto nacional, popular y productivista en ferrocarriles. La unidad Estado-burguesía nacional- movimiento obrero, más bonanza económica, más pueblo comprometido, ¿qué más? Sin embargo, los ferrocarriles argentinos continuaron estancados, cuando no en franca decadencia. No hay que hacerse el burro, y pretender que ahora todo la “culpa” es del empresario Cirigliano.

Evidencias inocultables

Lo anterior pone en evidencia, una vez más, que el estatismo burgués, en sí mismo, no necesariamente es la salida del atraso y la dependencia. Al respecto, hay muchos testimonios y evidencias disponibles. Por ejemplo, el informe sobre la situación del sistema ferroviario en el país, de la Auditoría General de la Nación, de 2008, que se ha citado repetidas veces en los medios. En el mismo se dice, por ejemplo, que Trenes de Buenos Aires no presentaba todos los planes de mantenimiento necesarios, ni daba respuesta a los pedidos de aclaración. También se señala falta de mantenimiento de los trenes, vías en mal estado, sistema de seguridad y frenado obsoletos y sin control, y formaciones que viajan con las puertas abiertas, a pesar de que está prohibido. La Comisión Nacional Reguladora de Transporte hizo advertencias similares. Todo esto para no mencionar las múltiples y reiteradas denuncias de trabajadores y delegados sindicales (opositores de la burocracia), de organizaciones defensoras del ferrocarril y de dirigentes políticos, como Pino Solanas o los del FIT. Además, desde hace mucho se está denunciando que trabajadores, e incluso personal jerárquico de las empresas ferroviarias, son sancionados cuando se niegan a sacar los trenes por el peligro que representan, o cuando formulan denuncias. Pero el Gobierno no amparó a estos trabajadores; por el contrario, a veces intentó eliminarlos del ferrocarril (el caso Sobrero). Organizaciones defensoras de los derechos humanos, alineadas con el Gobierno, tampoco abrieron la boca. Pareciera que el derecho a hablar y denunciar tiene límites muy precisos en el “modelo productivo transformador”.
Por último, alguien todavía podría pensar que el problema se reduce a una falta de control del Estado sobre TBA. Sin embargo, donde el Estado está involucrado directamente en la gestión, las cosas no son muy distintas. En los ferrocarriles Roca y San Martín, donde el Estado participa de la administración (a través de la Unidad de Gestión Operativa Ferroviaria de Emergencia), la gente viaja tan mal e insegura como en el Sarmiento.

Inversiones estatales ausentes

En 2005 el discurso K decía que “2003 marcó el comienzo de un proceso de transformación y desarrollo del sistema ferroviario nacional” (sostenidos aplausos). Pero el balance es que hubo mucho discurso, pero pocas nueces. Sin pretensión de ser exhaustivo, menciono algunos casos notorios de promesas incumplidas: 1) la electrificación del ramal Constitución – La Plata, que demandaría una inversión de casi 1400 millones de dólares; 2) la remodelación de 50 estaciones y la compra de 200 unidades nuevas en el Roca; 3) el tren rápido de Constitución al aeropuerto de Ezeiza; 4) el tren bala Retiro -Rosario; 5) el soterramiento del Sarmiento; 5) el tren de alta prestación Retiro – Mendoza; 6) el cambio del sistema de señalamiento automático del Sarmiento (entre Once y Linieres el sistema es de antes de 1930); 7) la reactivación de los talleres de La Plata. Nada de esto se cumplió.
Por otra parte, las nueces fueron escasas, cuando no estaban podridas. Por ejemplo, se habilitaron los talleres de Tafí Viejo, con la promesa de que se generarían 5000 puestos de trabajo (discurso de la presidente). Hoy trabajan menos de 100 personas en esos talleres. También se compraron trenes a España y Portugal. Ricardo Jaime, cuando era Secretario de Transporte, acordó con España la compra de 500 unidades, entre coches y locomotoras usadas, que debían ser reparadas en Argentina. Llegaron unas 40 unidades, en pésimas condiciones, que están juntando óxido en Gerli y Chascomús. Algo similar ocurrió con material comprado a Portugal. Mejor suerte tuvieron los Talgo, que también se le adquirieron a España, y se utilizan para viajes a la costa atlántica. Y hay que mencionar la construcción de los vagones de doble piso, aunque se hicieron pocos; amén que se construyeron sobre estructuras viejas. No hay mucho más digno de mención.

Concentración del capital

“Es el barco del Pueblo contra el acorazado de los grupos económicos”, proclamaba hace algunos meses el hoy jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, a la militancia peronista y kirchnerista. Palabras más, palabras menos, fue uno de los mensajes más escuchados. La realidad, sin embargo, es que el Estado favoreció la concentración de grupos empresarios del transporte que ya venían enriqueciéndose desde los 90. Cometrans, el conglomerado en el que está integrado TBA, es representativo de lo que se hizo.
Cometrans se formó en 1991, y fue integrado por empresarios del autotransporte de pasajeros, para participar en las privatizaciones. Transporte Automotor Plaza (línea de colectivo 61/62), perteneciente a la familiar Cirigliano, fue líder de la operación. Con el tiempo, los Cirigliano asumieron el control del grupo. En 1993 Cometrans adquirió, por licitación pública, la Fábrica Militar General San Martín. Desde 1994 y hasta 2000, fue accionista de Metrovías, que explotaba las cinco líneas de subterráneos, el premetro y el ferrocarril Urquiza. Desde mayo de 1995 operó TBA. A lo largo de los 1990 adquirió las líneas de colectivos (de Buenos Aires) 143, 141, 140, 142, 36, 133, 124, 114 y 104. Desde abril de 1998 y hasta mayo de 2007, operó servicios de transporte público en Río de Janeiro. En diciembre de 1999 ganó la licitación para la remodelación de la estación Retiro, del Mitre. En los 2000 se siguió expandiendo: hoy emplea 17.652 trabajadores, posee 2599 buses y 1083 coches ferroviarios.
TBA es la empresa más importante del grupo. Opera las líneas Sarmiento y Mitre en el Gran Buenos Aires. Además, desde 2005 participa, junto al Estado, de la operación de la línea San Martín a través de la UGOFE. A mediados de 2007 el Gobierno Nacional sumó a la UGOFE la operación de las líneas Roca y Belgrano Sur. En 2011 Cometrans llevó adelante la renovación del servicio ferroviario internacional Argentina – Uruguay, y pasó a ser la operadora del “Tren de los Pueblos Libres” (que ya ha sufrido dos accidentes). También en 2011 comenzó a operar el tren de pasajeros “El Gran Capitán”, que une Buenos Aires con Misiones (Apóstoles). Este tren era administrado por Trenes Especiales Argentinos; en diciembre el gobierno de Corrientes rescindió la concesión a TEA , e inmediatamente el Gobierno Nacional puso a TBA al frente del servicio, mediante contratación directa. TEA denunció que había habido maniobras para desplazarla del servicio. El grupo también continúa operando las líneas de transporte de pasajeros de corta distancia, ya mencionadas, y las de media y larga distancia Transporte Automotor Plaza, Plus Ultra Mercobus, Dumascat y El Rápido Argentino. Además, posee UpGrade, empresa dedicada al transporte de egresados. El transporte de colectivos recibe subsidios, de manera directa, y también a través del precio del gasoil. Por otra parte, y según datos del ministerio de Planificación Federal, sólo en enero pasado TBA recibió 76,9 millones de pesos. En defensa de estos subsidios se argumenta que las tarifas están muy retrasadas con respecto a la inflación de los últimos años.
Por otro lado, Cometrans se dedica a la construcción y reparación de unidades ferroviarias y autopartes. De manera que el Estado, del que recibe los subsidios, es también su cliente. En esta división se encuentran Emprendimientos Ferroviarios (EMFER) y Tecnología Avanzada de Transportes (TATSA). EMFER se dedica a la construcción de material ferroviario y ha encarado trabajos para TBA y Metrovías, pero también para Acindar y Minera Alumbrera. TATSA fabrica minibuses. Además está Baires Ferrovial, dedicada a obras de infraestructura vial; que, naturalmente, se ha visto beneficiada por muchos contratos realizados con el Gobierno.
Cometrans también integra el grupo Baires Comercial, que maneja los locales de la estación de Retiro del Mitre, que ya hemos dicho, remodeló Cometrans. Asimismo, el grupo posee SIG, Sistemas Integrados de Gestión, dedicada a tecnología aplicada al transporte. También pertenece a Cometrans la empresa Transmedios, dedicada al marketing y la publicidad en trenes, autotransporte de pasajeros y la vía pública; entre otros clientes, figura el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires. El grupo también se hizo cargo, por un tiempo, de Southern Winds, pagando los sueldos de los empleados, por pedido del ex Secretario de Transporte, Jaime. Y estableció negocios en Qatar, para participar en la importación de gas licuado promovida por el gobierno (aunque ahora la operación parece congelada). Por último, recientemente el grupo se metió en el negocio de la Televisión Digital Terrestre. Según La Nación (23/02/12), Corporate Corp., perteneciente a Cometrans, integró la Unión Transitoria de Empresas (una asociación de varias compañías) para fabricar una parte de los 1,2 millones de decodificadores a ser distribuidos por el Gobierno.
A lo largo de los años hubo varias denuncias contra el grupo, pero las investigaciones judiciales nunca llegaron a algún punto. Por ejemplo, en 1998 Página 12 denunció que Cometrans estaba pagando sobreprecios por la compra de material ferroviario de origen japonés. Años más tarde, hubo denuncias de asociaciones defensoras del ferrocarril, de que se estaban vendiendo maquinarias, tornos, raíles, materiales de rezago y durmientes sustraídos de talleres y depósitos en Victoria, o provenientes del levantamiento de vías. El Organismo Nacional de Bienes, del Estado, no dijo palabra. Recientemente se ha denunciado (Buenos Aires Económico 23/02/12) que TBA utilizó parte de los subsidios para comprar dólares y especular en el mercado cambiario. Este tipo de operaciones está bajo control del Banco Central, y hoy también de la AFIP.
Agreguemos todavía la cantidad de negociados en los que participaron tanto las empresas concesionarias como la burocracia sindical -con la complicidad de funcionarios del Gobierno- formando empresas contratistas, que sobreexplotaban trabajadores. Negociados que daban suculentas ganancias, y fueron defendidos con patotas y a los tiros (muerte de Mariano Ferreyra).
A la vista de estos hechos, debería admitirse, por lo menos, que el Gobierno tiene una extraña manera de luchar contra “los grupos concentrados”. Y es poco creíble el argumento (de la presidente) sobre que no se pudo controlar al grupo Cometrans porque tardó en implementarse la tarjeta SUBE.

Corrupción

La situación que acabamos de describir fundamenta el diagnóstico de mucha gente, que dice que la principal causa de la tragedia de Once -y de la postración de los ferrocarriles- es la corrupción. Más precisamente, se trataría de un trípode de corrupción conformado por el Estado, las empresas y las direcciones sindicales. En un plano más general, la corrupción es considerada una causa principal del atraso y el subdesarrollo.
Aunque el tema excede los límites de esta nota, cabe hacer alguna reflexión sobre esa tesis. Es que si bien la corrupción existe, y está muy generalizada, es necesario problematizar la vinculación “corrupción, entonces atraso y subdesarrollo”. En este respecto, es atendible el argumento de Chang (2009). En crítica a autores de la derecha, Chang demuestra que en muchos países conviven altas tasas de inversión con una extendida corrupción. Y sostiene que si los funcionarios, o los capitalistas corruptos, invierten lo producido por la corrupción en el mismo país, puede haber desarrollo. Habrá transferencias de la plusvalía (este término no lo emplea Chang) entre sectores de la clase dominante, sin mayores consecuencias.
Por supuesto, pueden hacerse algunas objeciones a este razonamiento. Por ejemplo, la corrupción aumenta los costos para los capitales privados, y por lo tanto puede afectar la rentabilidad; o trabar la competencia, etc. Sin embargo, la sustancia del razonamiento de Chang permanece: si los corruptos invierten, habrá reproducción ampliada del capital. De manera que la pregunta a responder es por qué los que se enriquecen con la corrupción no reinvierten productivamente en Argentina la plusvalía de la que se apropian. Lo que equivale a preguntar, de nuevo, por qué la clase capitalista no invierte. Ante esto, una respuesta bastante común en la izquierda es: “porque se trata de una burguesía lumpen”. Esta “lumpen burguesía (término utilizado por Paul Baran, y luego por Gunder Frank) despilfarra el excedente. Sin embargo, con esto no hemos avanzado mucho, ya que es lícito preguntarse por qué este país tiene una burguesía lumpen. Si se responde “porque padece de una tara congénita, de tipo rentístico y especulativo”, estamos en la misma. De última, lo psicológico no explica el fenómeno social. Por eso, en mi opinión, no es una cuestión de carácter o personalidad, sino de condiciones económicas y sociales -algunos marxistas dirán “un marco social de acumulación-, que llevan a reinvertir, o no, el excedente. El tema da para más, pero con esto solo quiero señalar la insuficiencia de la tesis “la causa principal del atraso del ferrocarril es la corrupción Estado-burguesía-burocracia sindical”.

Control obrero

La idea de que la corrupción fue la causa de la tragedia sustenta la demanda de estatización bajo el control de los trabajadores y los usuarios. Se piensa que así el Estado gestionará los ferrocarriles teniendo en cuenta los intereses de los trabajadores y los usuarios (en su mayoría gente humilde). En otras palabras, se podrían establecer islas en las que no prevaleciera la lógica del capital.
Esta demanda tiene, en mi opinión, un aspecto positivo, ya que plantea que la intervención del Estado, de por sí, no es la solución del atraso y de la falta de inversión. El problema, sin embargo, radica en que es imposible establecer el control obrero del modo de producción capitalista, y de su Estado (véase acá). Máxime cuando se pretende determinar los precios desde el gobierno, esto es, “manejar” la ley del valor. El problema es que, sencillamente, no se pueden establecer los precios desde el Estado. En otra nota he explicado por qué (ver aquí). La dificultad ya se ha puesto en evidencia en la experiencia reciente. Por caso, el gobierno congeló las tarifas ferroviarias, de manera que hoy, según las empresas, los ingresos por venta de pasajes apenas cubren el 30% de los gastos operativos. Pero… ¿quién determina estos costos y ganancias? En este punto se entra en una caja negra, en la que todo es posible. ¿Cuál es la salida que propone entonces la burguesía más “liberal”? (aunque nunca prescinde completamente del Estado). Pues liberar los precios a las fuerzas del mercado. ¿Qué propone el nacionalismo estatista? (aunque nunca prescinde del mercado). Controlemos con los funcionarios (si son de la Cámpora, mejor). ¿Cómo retruca la izquierda radical? Impongamos el control obrero. Pero sin vencer al capital, sin el poder político, esta “salida” no es viable. Un “control obrero” (que, además, se transforma, en las condiciones actuales, en colaboración de clases) no podría “determinar” los precios a voluntad. A duras penas podría intentarlo un Estado de los trabajadores, con un programa de transformación socialista; pero este escenario hoy no está planteado como posibilidad más o menos inmediata.
En conclusión, es necesario superar la idea de que la única manera de oponerse al capital es fortaleciendo al Estado capitalista. No hay que proponer soluciones utópicas, que conducen a callejones sin salida. Es importante discutir qué reivindicaciones y tácticas políticas son necesarias para enfrentar al capital y su Estado, pero teniendo presentes limitaciones que están impuestas por el modo de producción capitalista (es lo que se conoce, en la tradición del socialismo, como un programa mínimo).

Texto citado: Chang, Ha-Joon (2009): ¿Qué fue del buen samaritano? Naciones ricas, políticas pobres, Universidad Nacional de Quilmes.

Rolando Astarita

La humillación de Grecia


“¿Cómo puede alguien hablar de impago en tiempo futuro cuando estamos ya en una total bancarrota…? ¿Es que no ven cómo la gente escarba entre la basura y duerme en las aceras? Los que nos llevaron a la bancarrota –la troika y el gobierno- proclaman ahora que quieren salvarnos de la quiebra. ¡Es increíble!”

(Mikis Theodorakis, compositor y cantante)

“Todo está cambiando. Todo es terrorífico”, (Kathimerini, periódico griego)

Si Grecia utilizara el préstamo de 130.000 millones de euros en estímulos fiscales, entonces valdría la pena el compromiso. Porque ese dinero podría hacer que mucha gente volviera a tener trabajo y que la economía se pusiera en marcha rápidamente. Pero el préstamo no va a utilizarse para estimular nada. Va a emplearse en recapitalizar los bancos y en pagar a los acreedores, ninguno de los cuales hará lo más mínimo para impulsar la actividad económica o crear puestos de trabajo. Entonces, ¿para qué molestarse? ¿Por qué cavar un agujero aún más profundo si no se va a conseguir nada? Si ese va a ser el caso, entonces Grecia no debería pagar ahora y sí empezar a reconstruir su economía tan rápido como sea posible. No tiene sentido dejarlo para más adelante.
La troika (el Banco Central Europeo, la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional) están exigiendo otros 3.000 millones de euros en recortes del gasto público aunque el desempleo alcance el 20% y la economía se haya hundido un 7% en el último trimestre. ¿Qué sentido tiene hacer eso? No necesitan ser unos genios para darse cuenta de que Grecia no alcanzará sus objetivos presupuestarios si los ingresos fiscales continúan cayendo porque a la gente la han despedido o le han recortado los ingresos. Solo van a conseguir que una mala situación empeore. Pero a la troika le trae al pairo este tipo de cosas. No les preocupa que sus absurdas teorías económicas hayan fallado miserablemente hasta ahora o que sus medidas de austeridad no hayan sido más que un fracaso total. Siguen empeñados en cometer los mismos errores una y otra vez, insensibles a las críticas de acreditados economistas, ajenos a los pésimos resultados, siguen ahí firmes en su idea de que los griegos tienen que seguir apretándose el cinturón, seguros de que una dieta estricta a base de migas de pan y agua es la mejor forma para nutrir una economía enferma y hacer que recupere la salud. Sin que les altere lo más mínimo que los hechos demuestren lo contrario.
Fitch no está convencido de que la austeridad vaya a funcionar, en realidad las agencias de calificación bajaron la de Grecia a “C” el pasado martes, diciendo que en estos momentos piensan que es “muy probable” que Grecia no pueda pagar. De forma parecida, un “informe confidencial” entregado el pasado 19 de febrero a los ministros de finanzas de la Eurozona indica que hay una alta probabilidad de que la crisis griega empeore y que la deuda del país respecto a la ratio del PIB esté aún en un 160% en 2020, toda una década después de la puesta en marcha de las medidas de austeridad. Por tanto, aunque Grecia se azote con el cilicio y siga los diktats de la troika, su deuda podría estar aún en niveles “insostenibles” dentro de ocho años.
Entonces, ¿por qué empezar aceptando el préstamo? ¿Por qué no declarar rápidamente el impago y acabar de una vez? Que los acreedores (principalmente los bancos alemanes, franceses e ingleses) afronten las pérdidas. Ese es su problema. Verán, si Vds. no pueden pagar sus facturas, se declaran en quiebra, ¿no? Así es como se supone que funciona el sistema. La misma regla se aplica a los países. Cuando Vds. han intentado abarcar más de lo que pueden y no pueden pagar sus deudas, se pide “Tiempo Muerto”, se saca bandera blanca y a empezar otra vez. Ya es hora de que Grecia admita que el juego se acabó y ponga fin a la historia.
Todos hemos oído ya hablar mucho sobre “los flojos de los griegos” y del “despilfarro en el gasto” durante los últimos dos años, pero la verdad es esta: que la culpa la tienen siempre los prestamistas. Siempre. No importa si Grecia es el mayor gorrón de la historia; eso es completamente irrelevante. Es responsabilidad del prestamista hacer las diligencias debidas para asegurarse de que el prestatario es solvente. El prestatario no tiene responsabilidad en ese sentido. Ninguna. Su misión no es olfatear alrededor para ver si fulano de tal está empleado o si paga sus facturas o si tiene un buen historial de crédito o lo que sea. Ese es el trabajo del banco; y son bastante buenos en eso también (cuando no están estafando al sistema con hipotecas tóxicas). Y tienen criterios muy estrictos a la hora de prestar y si un solicitante no cumple con esos criterios, entonces, bum, de patitas a la calle. Por tanto, si los bancos de la UE pierden una tonelada de dinero porque no hicieron sus deberes y fueron tan estúpidos que no se dieron cuenta que prestarle a Grecia era más arriesgado que prestarle a Alemania, ¿a quién van a culpar de ello? ¿A Grecia? Para nada.
Desde luego, la gente en el poder rechaza esta línea de razonamiento porque no creen que los bancos o los tenedores de bonos deban siquiera perder un céntimo. De eso es de lo que va el último fiasco del rescate, de intentar proteger a incultos banqueros de las pérdidas en sus apuestas de mierda. Pero si los banqueros no asumen las pérdidas, entonces, ¿quién lo hará? ¿Los trabajadores? Eso es lo que se pretende en estos momentos, pero también es por eso por lo que Atenas se ha convertido en una zona de guerra, porque se está culpando a las personas equivocadas de una crisis que no crearon y por la que no deberían pagar… Así es como Satyajit Das resume el capitalismo salvaje: “Ya no se pretende en modo alguno ‘ayudar’ a Grecia. Solo se trata de asegurar que los bancos alemanes y franceses minimicen sus pérdidas”.
¿Ven? Eso no tiene nada que ver, en absoluto, con Grecia. Es solo otro rescate de los grandes capitostes de las finanzas. Veamos que más nos cuenta Das:
“Es probable que los fondos no se le entreguen a Grecia sino que se coloquen en una cuenta especial de dónde se irán sacando para satisfacer las obligaciones de deuda del país… Alemania y los Países Bajos han sugerido que la UE asuma el control de las finanzas griegas y que se suspendan las elecciones a favor de un gobierno tecnocrático que cuente con la confianza de Berlín, París y Bruselas. Al final, el comunicado exigía que Grecia aprobara una ley humillante en la que se dé prioridad a la amortización de la deuda por encima de cualquier otra obligación del gobierno”. (“It’s all Greek to me”, Satyahit Das)
Ahora que Grecia ha aceptado un contrato de esclavitud para el próximo milenio, o algo así, los eurócratas han decidido imponerle más condiciones onerosas, como colocarles un capataz en Atenas que supervise el presupuesto para asegurar que los acreedores extranjeros consiguen su dinero antes que los pensionistas, que las madres que atienden a personas dependientes, que los pacientes de cáncer, que los veteranos minusválidos, los huérfanos y los parados. ¿Qué es eso de las prioridades? Al mismo tiempo, los partidarios de la línea dura en Alemania quieren que el parlamento griego apruebe un proyecto de ley que haga imposible que futuros parlamentarios puedan rechazar los términos del rescate. Es decir, se espera que Grecia derogue los principios fundamentales del gobierno democrático para pagar a los degolladores que emitieron los préstamos. Lo siguiente será que los griegos tendrán que enviar a sus primogénitos como garantía de los préstamos. ¿Dónde acaba esta historia?
Y –como hemos dicho antes-, el plan de rescate ni siquiera soluciona el problema. La economía griega continuará desacelerándose mientras la deuda de la nación respecto al PIB siga creciendo. Así pues, una vez más, ¿por qué aceptar un acuerdo que solo va a servir para empeorar las cosas?
Les refiero un párrafo de un artículo en Der Speigel que saca la misma conclusión:
“Desde luego que los 130.000 millones de euros no van a resolver el problema. Solo se intenta comprar tiempo. Tiempo hasta que los mercados financieros se hayan estabilizado a un nivel en que puedan manejar la bancarrota real de Grecia sin una reacción en cadena. Sin quiebras bancarias, no hay consecuencias a través de la pérdida del seguro del crédito y para el problema existente de explosión de los países de la Eurozona.” (“Stop the 130 billion bank transfer!” Der Speigel)
Por tanto, están sacrificando a Grecia para impedir otro Lehman Brothers, ¿no es así? Le están arrancando su soberanía y abocando a su pueblo a una década de miseria absoluta porque las infracapitalizadas, superextendidas y poco reguladas instituciones financieras están amarradas a una línea de conga que podría estallar en cualquier momento y echar abajo con ellas todo el sistema financiero. ¿Verdad? ¿Es el sistema realmente tan frágil o se está invocando a Lehman (al igual que con el 11-S) para conseguir además un objetivo diferente?: Sustituir a los representantes elegidos con agentes de la mafia bancaria que planean convertir el país en una mina a cielo abierto para arrancarle todos sus tesoros mientras aplastan los sindicatos bajo los tacones de sus botas.

Pero, ¿es Grecia responsable, al menos en parte, de la crisis actual?

Seguro que sí. La corrupción, el caciquismo y la evasión de impuestos están a la orden del día, pero los problemas reales no aparecieron hasta 2009, como el compositor Mikis Theodorakis explica en este escrito editado en su página web:
“Hasta 2009, no había problemas económicos graves. Las mayores heridas de nuestra economía eran los enormes gastos relacionados con la compra de material bélico y la corrupción de una parte del sector político, económico y periodístico. De ambas heridas, los extranjeros son conjuntamente responsables. Los alemanes, por ejemplo, al igual que los franceses, ingleses y estadounidenses, ganaron miles de millones de euros de las ventas anuales de material bélico, en detrimento de nuestra riqueza nacional. Esa continua hemorragia nos puso de rodillas y no nos permitió avanzar, mientras que al mismo tiempo hacía que naciones extranjeras prosperasen. Lo mismo ocurrió con el problema de la corrupción. Por ejemplo, la compañía alemana S mantenía un departamento especial para conseguir accionistas a fin de colocar sus productos en el mercado griego. Por lo tanto, el pueblo griego ha sido víctima de ese dúo depredador de griegos y alemanes que se han enriquecido a costa suya.
Es obvio que esas dos grandes heridas podrían haberse evitado si los dirigentes de los dos partidos pro-estadounidenses en el poder no hubieran sido erosionados por elementos corruptos que recurrieron a préstamos excesivos para cubrir la fuga de riqueza (el producto de la clase trabajadora griega) a manos de países extranjeros, provocando una deuda pública que alcanzó los 300.000 millones de euros, i.e. el 130% del PIB.”
¿Les resulta familiar? Los bancos prestan montones de dinero a contratistas corruptos y a políticos venales que ponen sus bolsillos mientras se dedican a comprar gran cantidad de equipamiento militar inútil con gran frenesí. Todo el mundo se atraca en el pesebre público; todo el mundo engorda y es feliz. ¿Cuántas veces hemos oído esa historia antes? Y, oh, yeah, algunos pesos pesados de Wall Street también ayudaron a que el gobierno griego escondiera la tinta roja que había en sus libros contables para poder mantener el mayor tiempo posible el latrocinio de esos tiburones. Ahora que las facturas han vencido, las cucarachas se han dispersado y es a los trabajadores a quienes les toca pagar las cuentas.
¿Hay alguien que se pregunte por qué las víctimas de esta obscena estafa han tomado las calles e incendiado Atenas en vez de aceptar su destino sin protestar?
Nadie piensa que este último rescate griego sea algo más que un ejercicio de pataleo diseñado para prolongar lo inevitable. Finalmente, Grecia no podrá pagar y la razón de ello es porque las políticas puestas en marcha hacen que el fracaso sea inevitable. El feroz régimen de apretarse el cinturón impuesto por Bruselas y Frankfurt no pretendía hacer que la economía recuperara la productividad y el crecimiento; el objetivo era castigar, humillar y crear un “estado permanente de dependencia colonial”. Es tan solo una “terapia de choque” con un envoltorio diferente.

Mike Whitney

Vive en el estado de Washington. Ha colaborado en el libro de inminente aparición “Hopeless: Barack Obama and the Politics of Illusion” (AK Press). Puede contactarse con él en: fergiewhitney@msn.com"> fergiewhitney@msn.com

Fuente:

http://www.counterpunch.org/2012/02/23/the-humiliation-of-greece/

martes, febrero 28, 2012

Fidel Castro: la publicidad, una plaga que bombardea a los usuarios



El pasado 11 de febrero el líder de la Revolución Cubana, dialogó por espacio de nueve horas, con más de 100 intelectuales, escritores, pensadores y científicos cubanos y extranjeros.
Los temas fueron variados: el agotamiento de los recursos naturales, la perversión de las transnacionales mediáticas, la aparición de artefactos de guerra, la preservación del medio ambiente, la dominación cultural y la publicidad comercial.
Sobre esta última, Fidel refirió que es “una plaga que bombardea a los usuarios de los medios de comunicación en casi todo el mundo”.
Por su importancia en el debate de ideas, a continuación exponemos algunas ideas de Fidel sobre la publicidad comercial:
“Usted no ve a los medios masivos de divulgación en Cuba haciendo propaganda al juego, las drogas, o a la prostitución. Usted no ve la televisión en Cuba haciendo propaganda comercial. Cuando se hace una campaña, es una campaña a favor de la educación, a favor de la salud, la vacunación de los niños…
21-10-77. Conferencia de prensa ofrecida en el hotel Pegasus, Kingston, Jamaica
“¿Quiénes destruyen las culturas nacionales de otros pueblos a través del monopolio de los medios masivos y siembran el veneno del consumismo en todos los rincones de la Tierra? ¿Cómo juzgar el gasto de un millón de millones de dólares en publicidad comercial cada año, con los cuales podrían resolverse los principales problemas de educación, salud, falta de agua potable y techo, desempleo, hambre y desnutrición que azotan a miles de millones de personas en el mundo? ¿Se trata simplemente de un problema económico y no político y ético?
A pesar de los 800 millones de analfabetos que todavía existen, miles de millones de personas de una forma o de otra tienen acceso a determinadas informaciones y sufren a diario las calamidades del desempleo, pobreza, carencia de tierras, insalubridad, inseguridad; falta de escuelas, techos, condiciones higiénicas mínimas, autoestima y reconocimiento social. Hasta la propia publicidad comercial consumista exacerba la conciencia de sus propias carencias y desesperanzas.
14-2-2003. Discurso pronunciado en la clausura del V Encuentro sobre Globalización y Problemas del Desarrollo, en el Palacio de las Convenciones, La Habana
“Nuestra televisión, radio y prensa no practican la publicidad comercial. Cualquier promoción está dirigida a cuestiones de salud, educación, cultura, educación física, deporte, recreación sana, defensa del medio ambiente; a la lucha contra las drogas, contra los accidentes u otros problemas de carácter social. Nuestros medios de difusión masiva educan, no envenenan ni enajenan. No se rinde culto ni se exaltan los valores de las podridas sociedades de consumo.
Se educa a las nuevas generaciones y a todo el pueblo en la protección del medio ambiente. Los medios masivos de difusión se emplean en la formación de una conciencia ecológica.
1-5-2003. Discurso pronunciado en el acto por el Día Internacional de los Trabajadores efectuado en la Plaza de la Revolución, La Habana
“El sistema imperialista que hoy impera, hacia el que inevitablemente fue evolucionando la sociedad capitalista desarrollada, arribó ya a un orden económico global y neoliberal tan despiadadamente irracional e injusto, que es insostenible. Contra él los pueblos se rebelarán. Ya han comenzado a rebelarse. Son estúpidos los que afirman que esto es fruto de partidos, ideologías o agentes subversivos y desestabilizadores de Cuba y Venezuela. Entre otras cosas esta evolución trajo consigo, de forma igualmente inevitable dentro de las bases y normas que rigen el sistema imperante, las llamadas sociedades de consumo. En ellas, sus tendencias despilfarradoras e irresponsables han envenenado las mentes de gran número de personas en el mundo, las que en medio de una ignorancia política y económica generalizada son manipuladas por la publicidad comercial y política a través de los fabulosos medios masivos que la ciencia ha creado.
13-6-2004. Mensaje a la XI Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Comercio y el Desarrollo
“…. Mientras esto ocurre a los ojos del mundo, los gastos militares ascienden a un millón de millones de dólares cada año, solo comparable a otro gasto absurdo, el de la publicidad comercial, que también se eleva a un millón de millones. Cualquiera de los dos, bien invertido año tras año, sería más que suficiente para que todos los habitantes del planeta alcanzaran a vivir decorosamente ….
19-9-2005. Discurso pronunciado en el acto de constitución del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastre y Graves Epidemias “Henry Reeve” y graduación nacional de estudiantes de medicina, en la Ciudad Deportiva
“…. Claro, cómo van a seguir creyendo en las tonterías y las basuras que les cuentan todos los días, y se las quieren hacer creer a la fuerza mediante técnicas estudiadas, convirtiendo a los seres humanos en personas que actúen por reflejo, como los animales que actúan en los circos. Eso hacen con el millón de millones de dólares que se gastan cada año en publicidad y no en educación, como puede hacer, por ejemplo, nuestro país, y lo hace hoy: cada vez existen en él más medios masivos, cada vez más televisoras, y más del 60% del tiempo de las emisiones están dedicadas a la educación y sin publicidad comercial. Por eso es muy malo para el imperio hablar con Cuba, con los cubanos.
3-2-2006. Discurso pronunciado en el acto de entrega del Premio Internacional “José Martí”, de la UNESCO, a Hugo Chávez Frías, Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, efectuado en la Plaza de la Revolución
“No es fácil la tarea de los cuadros en un mundo donde la incitación al consumismo es permanente a través de todos los medios radiales, televisivos, electrónicos y escritos, y los métodos de seducir al ser humano son extraídos de laboratorios y centros de investigación. Obsérvese lo que ocurre con lo que se ha dado en llamar publicidad, por la que los consumidores pagan más de un millón de millones cada año. Se repiten tanto los anuncios comerciales, que desesperan por su banalidad a casi todas las personas”.
19-9-2008. Reflexiones del compañero Fidel. Los vicios y las virtudes

Omar Pérez Salomón
La pupila insomne

45 años de la Tricontinental



La voz impresa de los pueblos contra el dominio político, económico y la penetración cultural imperialista

La revista Tricontinental es el órgano teórico de la Organización de Solidaridad de los Pueblos de África, Asia y América Latina (OSPAAAL); surgida por acuerdo de los participantes en la “Conferencia Tricontinental de los pueblos de África, Asia y América Latina”, que efectuada en La Habana del 3 al 15 de enero de 1966, sesionó con la evidente convicción proclamada el 4 de febrero de 1962, en la Segunda Declaración de La Habana, de: “… esta gran humanidad ha dicho: «¡Basta!» y ha echado a andar. Y su marcha de gigantes, ya no se detendrá hasta conquistar la verdadera independencia”.
La OSPAAAL creada, para alcanzar la unidad de las fuerzas revolucionarias en lucha por alcanzar la liberación, la independencia y la soberanía nacional de los pueblos, frente a el imperialismo, contra el apartheid y la segregación racial; para su identidad comunicativa__ además de sus comunicados, mensajes y llamamientos, boletín, filmes, producciones literarias y noticieros radiales__ erigió la revista Tricontinental.
La revista Tricontinental en contrapartida a la dramática situación que impuso el imperialismo norteamericano que enviaba sus soldados a reprimir los movimientos progresistas y revolucionarios de liberación en cualquier parte del mundo perfiló su contenido temático, con la publicación de artículos y valoraciones, en armonía con la proclamación del derecho de los pueblos, para proteger sus soberanías e independencias nacionales, oponiendo a la violencia imperialista la lucha armada revolucionaria, mostrando que las causas que originan las revoluciones tienen sus consecuencias de las condiciones de vida y la conciencia de cada país y no de su exportación; convocando a los pueblos a defenderse de la penetración cultural y de las agresiones directas o indirectas de las potencias capitalistas
En el protagonismo de la revista Tricontinental, para lograr la unidad entre los pueblos y enfrentar la dramática situación impuesta por el imperialismo, además del Che quien con su histórico mensaje marcó la fecha fundacional de su publicación y deslumbró como su principal inspirador, también estuvieron asociados con su fundación las voces de importantes líderes del movimiento revolucionario, como: Fidel Castro, Amilcar Cabral y Ho Chi Min.

- EL MENSAJE DEL CHE A LA TRICONTINENTAL

El 16 de abril de 1967 la OSPAAAL editó un folleto con el texto íntegro del histórico Mensaje del Che a la Tricontinental ; devenido en la edición 0 en su la página de presentación, se advirtió la futura publicación de la revista Tricontinental El Che lo había enviado en respuesta a un pedido del Secretariado Ejecutivo de la OSPAAAL; de solicitud de colaboraciones, de los más destacados dirigentes revolucionarios del mundo, para incluirlos en el primer número de la revista y por la claridad en que, en ese artículo, se abordaron los problemas de vital importancia para el movimiento revolucionario y la denuncia enérgica contra la política del imperialismo se decidió publicarlo en un suplemento especial. El Mensaje del Che a la Tricontinental, una vez hecho público y distribuido a diversos países, fue reproducido en folleto y revistas por organizaciones progresistas y partidos amigos, que lo imprimieron, en otros idiomas como; italiano, inglés, francés, árabes y japonés.

-PRIMERA ÉPOCA DE LA REVISTA TRICONTINENTAL

Convencionalmente distinguida su edición y circulación por la periodización de dos épocas; es conveniente destacar sus rasgos generales que han diferenciados su publicación, como han sido: su periodicidad bimestral; alternado mensualmente, hasta mediado de la década del ochenta del siglo pasado, con la edición del Boletín Tricontinental que con aproximadamente 68 páginas y portada a color, diseñado por Lázaro Abreu Padrón, comenzó a circular en abril de 1966 con periodicidad mensual, en español, inglés, francés y árabe; a través del cual se difundieron noticias y artículos de fondo
La primera época de la revista Tricontinental (1967-1992), en cuanto a su formato se identificó por su formulación en dos dimensiones: de 23 x 15 centímetros y 120 páginas, similar al formato de un libro, que abarcó desde la No 1, en agosto de 1967, con una tirada de 50 mil ejemplares, (25 mil en español, 15 mil en inglés y 10 mil en francés) extendiéndose hasta la No 87 (1983) y sucesivamente con el formato de 21 X 28 centímetros, entre la No 88 hasta la No 130 en 1992
La concepción y presentación de la maqueta del primer número de la revista Tricontinental había sido concebida por el diseñador gráfico José Gómez Fresquet (Frémez) y al no poder ocuparse este de su proceso editorial, a solicitud del Secretariado General de la OSPAAAL, lo realizó Alfredo Rostgaard, quien en su condición de director artístico fundador, incidió en materializar su edición, así como de los carteles y otros impresos que formaron parte de su circulación. En esta tarea se contó con la colaboración de Lázaro Abréu Padrón, quien además de continuar diseñando el boletín informativo de igual título, brindó su aporte creativo en las cubiertas y contracubiertas así como en ambos reversos de la revista.
La portada del primer número, en conformidad con un reportaje inédito aparecido en el mismo, reflejó la imagen de Pierre Mulele quien, después del asesinato de Patricio Lumumba, había conducido la lucha armada en el Congo. Portadora, en sus páginas, de un mensaje de Ho Chi Minh, que se adhería a lo expresado en su editorial de que la publicación serviría de órgano de difusión e intercambio de las experiencias revolucionarias así como de las ideas más nobles de los hombres que luchaban y pensaban por la libertad plena de la humanidad, también constituyeron parte de su sumario temático los artículos: “Reforcemos la lucha antiimperialista y anti-yanqui”; del Primer Ministro Coreano Kin II Sung, “El Tercer Mundo nuestro mundo”, otro acerca de los objetivos de la lucha de los afroamericanos en los Estados Unidos; de la autoría de Stokely Carmichael y el amplio estudio titulado “Medio Oriente 5 días con futuro. La estrategia del petróleo” donde se denunció el dominio del petróleo árabe por el imperialismo internacional
Entre otros trabajos completaron las 122 páginas del número inaugural de la revista Tricontinental una carta de Ho chi Minh al presidente norteamericano Lyndon Johnson, que con el título “Viet-nam: esta es mi respuesta”, insertada en la sección Actas para la Historia reafirmaba la decisión del pueblo vietnamita de continuar la lucha has la victoria final. En la sección el Hombre en su Palabra se incluyó aspectos de la trayectoria del líder marroquí El Mehdi Ben Barka quien había sido secuestrado y asesinado en momento en que se desempeñaba como Presidente del Comité Preparatorio Internacional de la Primera Conferencia Tricontinental.
Desde la publicación de ese primer número se asumió la práctica del empleo del cartel que desde comienzo de 1967 había sistematizado la OSPAAAL, su recurrencia como información visual complementaria a los artículos de la revista tuvieron dos visibles distinciones: los que plegados en su interior formarían parte de su perfil editorial y los que insertados en sus portadas, contraportadas y páginas interiores servirían como apoyo visual a su contenido temático.
En la ejecución editorial y distribución al mundo de la Tricontinental, desde la aparición del primer número, se involucraron distinguidos periodistas, notables artistas de las artes plásticas y diseñadores gráficos integrantes la vanguardia artística, que conjuntamente con los trabajadores de la industria grafica cubana han hecho posible una publicación que ha servido como fuente de información sobre la lucha contra el colonialismo, neocolonialismo y el imperialismo y al propio tiempo tribuna abierta al debate de ideas, donde han sido abordado los principales problemas que afectan a los pueblos y la posibilidad de buscarles solución a través de transformaciones revolucionarias.
Por su dinámica efectividad comunicativa, durante la administración de Richard Nixon, en Estados Unidos, la revista Tricontinental fue señalada como una publicación de contenido subversivo porque recomendaba a las fuerzas revolucionarias orientaciones acerca de cómo emplear sus armas en sus enfrentamientos de defensa de los ataques y agresiones imperialistas. Tal imputación no se ajustaba a la realidad porque los medios de combate que aparecieron ilustradas, con instrucciones para su manejo en las contraportadas de los primeros 12 números publicados, eran precisamente las empleadas por las fuerzas reaccionarias para aniquilar a los guerrilleros, luchadores urbanos y otros combatientes. Con tal falsedad pretendían enmascarar sus acciones subversivas tales como: la invasión de revistas, folletos, postales y otros impresos de contenido pornográfico y distorsionador de la realidad de la lucha de los pueblos de los tres continentes.
Contra las calumnias por la aparición de la revista Tricontinental estuvieron las opiniones expresadas por destacadas personalidades como la de Ho Chi Minh en un mensaje que aparece publicado en el primer número de esa publicación donde manifestó: “...me siento muy feliz de enviar a los pueblos hermanos de Asia, África y América Latina mis mejores votos de solidaridad y de éxitos en su gran lucha contra el imperialismo, el colonialismo y el neocolonialismo con el imperialismo norteamericano a la cabeza, por la liberación nacional y el movimiento de la paz mundial. Deseo un éxito total a Tricontinental en el cumplimiento de sus nobles tareas revolucionarias”.
Impresa en ediciones en español, inglés y francés, contó hasta el No 24 de mayo-junio de 1971 de una edición en italiano. La edición de los 24 números en italiano de la revista Tricontinental estuvo a cargo de la librería Feltrinelli, en Milán. Igualmente entre, 1966 y 1969, se editó en francés por Editions Francois Masperó; una de las casas editoriales más importantes de Francia. También en Alemania durante un año por Trikontuerlag. En poco tiempo el Secretariado Ejecutivo de la OSPAAAL contó con tres medios fundamentales para su labor de propaganda: el cartel, la revista y el boletín que conjuntamente con la sección cinematográfica y los programas de radio que se escuchaban lo mismo en Buenos Aires que en la zonas liberadas de Guinea Portuguesa, integraron el conjunto de su gráfica política de la solidaridad tricontinental que circulaba por todo el mundo.
En cuanto a los carteles que plegados en su interior constituyeron parte de su perfil editorial de la revista Tricontinental estuvieron configurados con imágenes fotográficas y dibujadas o ambas combinadas, con elementos de la realidad y en ocasiones figurados, floreciendo portadores de elementos y signos gráficos con la representación de elementos autóctonos y folklóricos de los diversas nacionalidades acompañados con lanzas, ballestas, arcos, flechas y armas de combates convencionales que simbolizaban la defensa de los pueblos frente a la potencias occidentales.
Entre los primeros artículos de intelectuales cubanos de reconocidos prestigio internacional, contra la penetración cultural, figuró el trabajo “Arte y compromiso” del cineasta Santiago Álvarez, en el que el creador cubano puntualizó el papel a desempeñar por los cineastas en momento en que se acentuaba la lucha de los pueblos contra el dominio imperialista.
La repercusión que sucesivamente consiguió el mensaje orientador y solidario de los impresos de la OSPAAAL motivó preocupaciones y comentarios suscitados en periódicos de Estados Unidos, por las autoridades de la aduana, así como por la prohibición de la circulación distribución y la puesta en venta de la revista Tricontinental, (con sus carteles plegados) en Francia, donde se distribuían tres mil ejemplares por la editorial de Francois Masperó uno de los editores más destacados de ese país siendo condenado el 8 de julio de 1969 a cuatro meses de prisión y 18 mil francos de multas. Dicha revista fue la primera en el mundo en dar a conocer informaciones inéditas y documentos sobre África, Asia, América Latina, el movimiento negro en Estados Unidos y la situación en Europa Occidental.
Es significativo en los últimos años de la década del sesenta la presencia reiterada de prospectos con ilustraciones gráficas que sin poseer una frase o un texto, fueron distribuidos doblados en el interior de la revista esa forma de comunicación gráfica, tomó mayor relevancia en la pintura al óleo Cristo Guerrillero (1969) de Alfredo Rostgaard, reproducida en offset en homenaje a la memoria del sacerdote y guerrillero colombiano Camilo Torres.
Esos ejemplos, aunque no asumieron las normas convencionales de la relación que debe existir entre la imagen y el textos que caracterizan a un cartel, por su forma de presentación cumplieron con la función comunicativa inherente a este medio para incentivar la lucha revolucionaria contra la penetración cultural y por la independencia de los países del yugo neocolonial, lográndose difundir ideas que eran necesario defender a través de esta manifestación artística a personas que no sabían leer y que solo era posible trasmitir mediante la ilustración gráfica.
Otros de los recursos empleados en la gráfica de la OSPAAAL distribuidos con la revista Tricontinental fue el conocido de la técnica gráfica japonesa de origami introducido por Alfredo Rostgard para satirizar la explotación y la deformación cultural impuesta a los pueblos subdesarrollados por las potencias imperialistas como los realizado: para la Jornada de solidaridad con el pueblo de Puerto Rico (1968), que en la parte superior poseía la imagen de un candidato electoral de un aparente partido llamado Unión, que al ser abierto revela la imagen del presidente de los Estados Unidos Lyndon B. Jonhson respaldado el texto: “Por el camino de la traición” y el de formato pequeño que reflejó la lucha de la comunidad negra en Estados Unidos, su configuración residió en un dibujo con una pantera símbolo del Black Power que en simulacro a un rugido se abre al recibir impacto de un proyectil.
Entre 1967 y 1970 además de la condena al sionismo de Israel, el rechazo a las intervenciones norteamericanas en Viet Nam, Laos y Cambodia, contra la ocupación de República Dominicana, el enclave colonial de Puerto Rico y las que apoyaron a la Revolución Cubana también se formularon las diversas muestras de apoyo político patentizada en la Tricontinental en solidaridad con: Frentes de Liberación Nacional (FLN) y las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) de Venezuela, que se unieron bajo un mando único (FLN-FALN), Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) del Perú, Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR) de Guatemala, Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Bolivia, Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) de Nicaragua, Frente de Liberación Nacional (FRELIMO) de Mozambique, Movimiento de Liberación de Angola (MPLA), Partido de Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIG), Congreso Nacional Africano de Sudáfrica (ANC), Organización Popular de África Sudoccidental (SWAPO), Unión Popular Africana de Zimbawe (ZAPU) y la Organización de Liberación de Palestina (OLP).
Y aunque habitualmente la OSPAAAL, en correspondencia con el alcance del trabajo de solidaridad fundamentalmente expresaba su apoyo a favor de los pueblos de países del llamado Tercer Mundo; tales propósitos, por su repercusión y significación para las causas de los tres continentes, también se extendió a favor de la lucha del pueblo afro-norteamericano víctima del racismo y privados de sus derechos civiles, por la reunificación en la República Popular Democrática de Corea y contra los lanzamientos de bombas nucleares, por Estados Unidos, en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki.
Continuamente la constitución en 1973 de su equipo de diseñadores le permitió a la OSPAAAL fortalecer su política comunicativa a través de sus diversos aportes gráficos y en particular para la edición de la revista Tricontinental, al frente del mismo en su condición del primer director artístico de la revista Tricontinental se designó a Alfredo González Rostgaard e indistintamente lo integraron Lázaro Abréu Padrón, Olivio Martínez, Rolando Córdova Cabeza y Víctor Manuel Navarrete
En el contenido temático la revista Tricontinental, al igual que en los carteles y otros medios de propaganda, desde 1970, se incluyeron la realización de acciones comunicativas en apoyo a las nuevas jornadas de solidaridad realizadas en la década del setenta, como fueron: Solidaridad con los pueblos de Indochina (1971), Jornada de solidaridad con el pueblo de Uruguay y libertad para los presos políticos (1974), Solidaridad con el pueblo de Chile tras sangriento golpe fascista contra el gobierno constitucionalista de Salvador Allende (1974), Derechos civiles de la población negra de Estados Unidos (1977), Jornada de solidaridad con Namibia (1977), Solidaridad con el pueblo de Nicaragua (1978), Solidaridad con la lucha del pueblo de Sahara Occidental (1978) y Solidaridad con el pueblo del Líbano (1979).
La Tricontinental que en 1975 estuvo entre las primeras publicaciones en dar a conocer la noticia de que los combatientes del pueblo de Viet Nam hicieron ondear su bandera victoriosa en el cielo de Saigón; a partir del segundo lustro de la década del setenta, se comenzó a reflejar en sus páginas artículos acerca de la llamada Línea del Frente, agrupación política africana creada en 1976, que presidido por Julius Kambarage Nyerere, líder de Tanzania e integrada por Zambia, Botswana, Angola, Mozambique y Zimbabwe, que apoya la lucha de la SWAPO por la independencia de Namibia y la lucha del pueblo sudafricano contra el apartheid y por la liberación nacional.
Entre otros destacados dirigentes e intelectuales del llamado Tercer Mundo de proyección revolucionaria interesados en la lucha de los movimientos de liberación nacional que periódicamente, hasta mediado de la década del setenta, colaboraron con artículos que fueron publicados en la Tricontinental, estuvieron: Amilcar Cabral, Juan Maris-Bras, Agostino Neto, Manuel Galich, Carlos Marighella, César Monte, Yasser Arafat, Inti Peredo, Carlos Mariguella, Camilo Torres, Oliver Tambor, Jean-Paul Sartre, Inti Peredo y Roque Dalton.
En las ediciones de la Tricontinental destinadas a esclarecer el objetivo de la lucha revolucionaria contra el dominio imperialista estuvieron los estudios publicados que revelaron aspectos de la contraofensiva del imperialismo en los años sesenta con la implantación de dictaduras fascistas. Igualmente en correspondencia con las circunstancias del continente africano entre 1975 y 1979 reflejó en sus páginas la victoria de Angola que bajo la dirección de Agostino Neto derrotó a los racistas sudafricanos y abrió una nueva perspectiva para el proceso de descolonización en esa región y la significación del ejemplo de internacionalismo proletario del siglo XX, que protagonizó el pueblo cubano a través de la “Operación Carlota”.
Sucesivamente en la Tricontinental en correspondencia con las circunstancias del continente africano también abordó las transformaciones socio-económicas y políticas emprendidas en Mozambique luego de obtener su independencia nacional Asimismo recibieron cobertura en sucesivos números de la revista Tricontinental la caída de Haile Selassie en Etiopia, el triunfó la Revolución de Afganistán en Abril de 1978; que liquidó al régimen feudal y estableció en ese momento un gobierno progresista. En Irán la caída del Sha; gendarme de Estados Unidos en el Medio Oriente que abrió paso un proceso de orientación antiimperialista.
Igualmente en la revista Tricontinental, desde principio del 1978, se comenzó a reflejar en sus contenidos temáticos los nuevos signos de recuperación de parte del movimiento revolucionario de América Latina, fuertemente golpeado en años anteriores por las dictaduras militares. La reactivación de la lucha se manifestó en Centroamérica, el Caribe y en algunos países del Cono Sur como Bolivia, Perú y Colombia, pero donde se logró un rápido incremento fue en Nicaragua, Granda y El Salvador.
Hacia comienzos de los años ochenta la edición sistemática de la revista y los carteles se dificultaron debido a que en el mercado internacional se produjo un aumento del costo del papel, las películas y otros insumos necesarios para la impresión gráfica, lo que motivó una disminución en la importación de dichos materiales, situación que se agravó por el bloqueo económico de Estados Unidos contra Cuba existente desde febrero de 1961.La industria poligráfica disminuyó considerablemente su producción de revistas, periódicos y todos los impresos en general. Las tiradas de la revista Tricontinental se redujo a 25 mil ejemplares por números (12 mil español, 8 mil en inglés y 5 mil en francés) y las reproducciones de carteles se limitó a 5 mil en papel cromado y 3 mil en papel bond.
Para entonces los integrantes del equipo de realización artística: Rafael Enríquez Vega (director artístico), los diseñadores Rafael Morante Boyerizo y Alberto Blanco González, y como realizador Eladio Rivadulla Pérez, sistematizaron la inclusión en sus programas de trabajo la opción de que el cartel creado fuera simultáneamente empleado en la cubierta, contracubierta, en el reversos de ambas y en las páginas interiores de las nuevas ediciones de la revista Tricontinental.
Entre las temáticas reflejadas en las publicaciones y los carteles de la OSPAAAL en ese periodo, estuvieron las vinculadas con: el triunfo de la Revolución en Granada, la intensificación de la lucha del pueblo de El Salvador, la solidaridad con Cuba, el movimiento revolucionario en Guatemala, el movimiento de liberación Tupamaro en Uruguay, los derechos civiles en Estados Unidos, la lucha contra la carrera armamentista, la reconstrucción de Viet Nam, la oposición al sistema del apartheid en Sudáfrica, el triunfo de la Revolución en Nicaragua, el combate contra el fascismo en Uruguay, Paraguay, Chile y Argentina, la causa del pueblo de Palestina, la independencia del pueblo de la República Árabe Saharauí Democrática y los aniversarios de la muerte de los principales líderes revolucionarios en los tres continentes.
No obstante las limitaciones para la OSPAAAL la década del ochenta constituyó un periodo de reconocimiento a su labor gráfica; sus logros quedaron reflejados en numerosas exposiciones de carteles nacionales e internacionales así como en tres hechos de gran significación para la gráfica de la solidaridad Tricontinental, primero: la publicación de la revista Tricontinental en el idioma árabe, lo cual se realizó el 9 de febrero de 1982 y que lamentablemente no pudo continuar porque la imprenta fue destruida durante uno de los bombardeos israelíes a Beirut (Líbano), segundo: la edición de un número especial para conmemorar el aniversario quince de la caída en combate del Che, que, además de los artículos, contenía una selección de carteles sobre el comandante guerrillero, los más emblemáticos realizados por la OSPAAAL y diversas instituciones cubanas; y tercero: la adopción de un nuevo formato de la revista´
Con el histórico crédito de haber sido la primera revista en dar a conocer, en 1967, al movimiento palestino Al Fatah; en 1983 en una edición especial, que en su portada se mostró la imagen del legendario líder palestino Yaseer Arafat, a través de sus artículos, poemarios y fotos se revelaron la actitud agresiva y criminal de Israel con su expansión a territorios árabes.

NUEVO FORMATO

En ese contexto comenzó a circular la revista Tricontinental No 87, del bimestre mayo-junio de 1983, en la cual se adoptó el nuevo formato (28 x 24 centímetros), la cual estuvo dedicada a África, ese cambio le permitió situarla a la par de otras publicaciones similares, incrementar el nivel de aceptación entre sus lectores e hizo posible su fácil manipulación y embalaje para su distribución.
“La guerra de las Malvinas y la solidaridad Tricontinental y los antecedentes históricos de la agresión del imperialismo anglo-norteamericano en ese archipiélago perteneciente a la República Argentina fue oportunamente publicado en la Tricontinental así como las evocaciones sobre: Guatemala, a 30 años de la agresión yanqui, y la gesta heroica del pueblo dominicano contra invasión de los marines sucedida en 1965.
Entre los temas de actualidad e interés general de ese período también estuvo el de la impagable e incobrable deuda externa de los países de América Latina y el Caribe, siendo otras de las temáticas tratadas con gran. La fuerza del argumento demostró la necesidad de que la deuda externa fuera anulada a favor de la supervivencia de más de cuatro millones de seres humanos que sufren las consecuencias del orden económico injusto que el imperialismo le ha impuesto a los pueblos.
Rompiendo el silencio de las poderosas transnacionales de la información de las fuerzas imperialistas no hubo un solo escenario de la lucha revolucionaria de los pueblos dado a conocer por la Tricontinental y sus carteles que en esos momentos a través su sistema de distribución internacional con peculiaridades propias, sin antecedentes en Cuba ni similitud en otros países, incluyendo los propios Estados Unidos y las demás potencias imperialistas, constituido por centros receptores y re-expedidores que formaron amigos comprometidos con la lucha de los pueblos del Tercer Mundo e integrantes de diversos comités de solidaridad con los movimientos de liberación de apoyo, como: la causa palestina y de Solidaridad con la Revolución Cubana permitieron que las influencias políticas de la Tricontinental llegara a más de cien países.
En la trascendencia y amplia acogida de la Tricontinental se contó con las colaboraciones de artículos y trabajos periodísticos que, entre mediado de la década del setenta y finales de los años ochenta, aportaron líderes políticos, intelectuales, periodistas, artistas, investigadores y practicante de otras profesiones de diversas partes del mundo comprometidos con las más nobles causas humanitarias y solidarias de su época, también estuvieron: Gabriel García Márquez, Graca Machel, Manuel Galich, Guillermo Toriello, Nills Castro, Zulficar Ali Brutto, Vo Hguyen Giap, NguyenThi Binh, Carlos Fonseca Amador, Jean Suret-Canale, Alex La Guma, Maurice Bishop, Gerar Pierre-Charles, Gregorio Seiser, Carlos Núñez, Hernán Uribe, Jorge Timossi, Phil Hutchings, Doris Pizarro, Julio A. Muriante y Ernesto Guevara Lynch.
Igualmente contribuyeron periodistas e investigadores cubanos, como: Gregorio Ortega, Fernando Salinas, Bardomero Álvarez Ríos, José M. Ortiz, Estrella Rey, Lourdes Cervantes Vázquez, Luis Suárez, Enrique de la Osa, Luis M. Arce, Silvio Baró, José A. Benítez, Orlando Contreras, Miguel A. D, Estefano, Eugenio Espinosa, José Luciano Franco, Gabriel Molina, Armando Estralgo, Gaspar García Gallo, Mauro García Triana, Osvaldo Martínez, Mirta Muñiz Eguea, Hugo Rius, Joaquín Riverí, Luis Suarez López, Gabriel Gumá, Enrique González Manet, Fernando Nápoles Tapia, Luis René Fernández Tabío, Ismael Zuaznábar. Luis Sexto, Enrique González Manet y Valentín Rodríguez.
En las configuraciones de portadas, portadillas y en diversos artículos, además de los integrantes del equipo de diseñadores de la OSPAAAL, también estuvieron presentes las aportaciones artísticas de relevantes artistas de la plástica cubana; como: Servando Cabrera Moreno, René Portocarrero, Raúl Martínez González, Umberto Peña y Mariano Rodríguez, así como de creadores gráficos, como: Modesto Braulio, Esteban Ayala Ferrer. Jesús Forjans, René Mederos, José Papiol, Helena Serrano, Félix Beltrán, Asela Pérez, Ernesto Padrón, Berta Abelenda, Heriberto Echeverría, Daysi Garcia, Clara García, Arturo A. Palomino y Emilio Gómez. Indistintamente también bridaron sus contribuciones distinguidos fotógrafos; como: Edgargo Carulla Tur, Manuel Kampos, Raúl Aroche, Fidel Pazo, Roly Montaval y Argel Gómez
A través de la fotografía, la composición pictórica y el eficaz empleo la maqueta y la imagen corporal se mostraron diseños en los que a través de las influencias del pop art interpretaron los principales problemas sociales que afectaban a pueblos de los tres continentes con configuraciones visuales de intensos efectos cromáticos en los que están presentes la iconografía de líderes revolucionarios y de la presencia de mujeres y hombres en escenificaciones de acciones patrióticas en defensa de sus identidades nacionales. En otras también se revelaron imágenes de mujeres y flores con los predominios del barroco y diversas formas visuales que captaron en sus lenguajes plásticos rasgos de la esclavitud de las metrópolis europeas a los pueblos de África y América Latina
De las expresiones artísticas pictóricas, insertadas en la revista, se distinguieron entre 1987 y 1989 una sucesión de ilustraciones aportadas por Rafael Morante Boyerizo de evidentes derivaciones cromáticas y solidez conceptual que significaron diversos artículos realizados sobre África y que por sus atrayentes delineaciones motivaron interés en organizaciones solidarias y artistas de las potencias occidentales, en particular Canadá y Estados Unidos. Las inspiraciones de Morante identificadas por sus riquezas en estilos y diversidad de expresiones pictóricas visualmente asociadas a revistas de arte facilitaron el acceso a través de las aduanas de Estados Unidos en momento en que en el contexto de la “guerra fría” se restringían las publicaciones de contenidos progresistas y revolucionarias, censuradas como propaganda comunista subversiva.
Esas infamante alusiones estuvieron presentes contra ediciones de la Tricontinental durante la postrimería de los años ochenta y los albores de la década del noventa, con las cuales pretendieron disimular sus preocupaciones motivadas por una trilogía de artículos de René Anillo Capote, aparecidos sucesivamente, en ese periodo, en los que con sólidos argumentos tomados de fuentes estadounidenses reveló los imperativos de la política de la Casa Blanca, bajo la administración del presidente George Bush, que para imponer sus designios por medio de la agresión militar y su nueva arma la asfixia económica a los pueblos subdesarrollados no tiene en cuenta ni el sentir de sus ciudadanos y mucho menos cuando se trataba de los negros, indios e hispanos.
Un nuevo período que particularizó la edición de la revista Tricontinental y los carteles de la OSPAAAL se produjo con la llegada de la década del noventa, que heredó de finales del decenio anterior algunas de las situaciones que afectaron su volumen de edición, como fueron: el alto costo de los materiales de diseño, el papel, la tinta y otros insumos, lo cual se agravó a partir de la desintegración de la Unión Soviética y la desaparición del Campo Socialista con las que Cuba realizaba sus principales operaciones comerciales, provocando que la industria poligráfica quedara prácticamente paralizada por la falta de materia prima para la producción.
En tales circunstancia en que Estados Unidos, con el apoyo de las demás capitalistas, aprovechando las secuelas derivadas de siglos de dependencia económica y del saqueo a los pueblos, a través de chantaje económico y las amenazas del empleo de la fuerza continuó ejerciendo sus predominios imperiales en países de África, Asia y América Latina; la OSPAAAL a través de su revista Tricontinental y sus carteles intensificó sus mensajes en los que se hicieron alusiones que denunciaban el militarismo y contra las desigualdades sociales que se registran entres las naciones ricas y los países pobres.
Las nuevas temáticas abordadas en los carteles y la revista Tricontinental, tuvieron lugar en el contexto de un mundo unipolar y globalizado por el neoliberalismo de la economía, modelo impuesto, tras la caída del campo socialista, por el imperialismo a los países subdesarrollados de los tres continentes donde se agudizaban los problemas económicos y sociales como el atraso existente, consecuencia de su pasado colonial o neocolonial y de la injusta política de ajustes expuesta por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), controlados por Estados Unidos, la mayor potencia imperialista que hace gala de su poderío militar para intervenir y actuar en cualquier país del mundo bajo el pretexto de proteger sus intereses y de la seguridad nacional.
Partiendo de lo antes expresado, la OSPAAAL a través de la propaganda reflejó; el rechazo a las acciones económicas, comerciales y financieras contra la vida de los pueblos, la preservación del medio ambiente, la negativa a aceptar los bloqueos económicos, comerciales y financieros como instrumento de presión política, el respeto a la voluntad de los pueblos a la elección libre del régimen socio-político y económico que deseen adoptar, la condena a las agresiones y ataques militares, la crítica a la aplicación de la política neoliberal, el rechazo a toda forma de discriminación y todos aquellos males que afecten a la vida de los pueblos.
Igualmente se le prestó atención a los relacionados con las tradiciones combativas y patrióticas de la Revolución Cubana, como los realizados en ocasión del XXX Aniversario de la victoria cubana en Playa Girón; el del Cese del bloqueo económico y el de la retirada de la Base Naval de Guantánamo y el XXX Aniversario de la caída en combate del Che. En el diseño de las diversas temáticas, en los años noventa, abordadas en la revista y los carteles participaron los diseñadores Gladys Acosta y Eladio Rivadulla Pérez.
La OSPAAAL en estos momentos de crisis, de limitaciones materiales y financieros contó con la ayuda de manos amigas de otros países para que continuara la edición de la revista Tricontinental y sus carteles políticos de apoyo solidario al Tercer Mundo, y dentro de este último los de solidaridad con la Revolución Cubana. Una de estas expresiones solidarias fue materializada por la Coordinadora de apoyo a la Revolución Cubana de Italia (estrechamente vinculada con la labor de solidaridad en países de África y América Latina) con la reedición de de tres carteles del Che y el aporte del financiamiento para reeditar la revista Tricontinental, después de casi cuatro años de ser publicada y que se concretó a partir de la edición del número 131.

-SEGUNDA ÉPOCA, DE LA REVISTA TRICONTINENTAL.

Con la publicación de la revista Tricontinental No 131 en marzo de 1995 se inicio una nueva época de su edición en la que manteniendo su tradicional apego a la solidaridad, como factor primordial de unidad entre los países del Tercer Mundo por la defensa de sus soberanías e independencias, reformuló su contenido con la asimilación de los problemas globales o generales más acuciantes que afectaban a los pueblos, como: la militarización, la creación de un mundo unipolar, la pobreza, las políticas económicas desiguales imperialistas, la imposición de patrones occidentales y otras acciones encaminadas a menoscabar la independencia de os países subdesarrollados.
La Tricontinental No 131 con artículos realizados en el contexto de la celebración, en La Habana, del Encuentro Internacional sobre Derecho a los Pueblos al Desarrollo Social (1994); con la inserción en el reverso de la portada y en una portadilla de la pintura “Madre y niño, La ternura” del emblemático pintor ecuatoriano Osvaldo Guayasamin y en sus páginas ilustraciones artísticas de: Erasto Cortés Juárez; México, Eduardo Audivert; Argentina, Livio Abramo; Brasil, Luis Camnitzer, Uruguay, Isabel Villaseñor y José Clemente Orozco; México, Matta; Chile, Jesús Soto; Venezuela y de Cuba; Wifredo Lam; ese número se distinguió de las anteriores ediciones por su realización editorial digitalizada en la que a las tradicionales representaciones visuales, le sucedieron configuraciones con expresiones contemporáneas apoyadas de los recursos y posibilidades de la digitalización computarizada, que le propugnaron atrayentes definiciones estéticas que en sus mensajes reafirman el augurio de que un mundo mejor es posible.
Para honrar el centenario de la muerte del Héroe Nacional Cubano José Martí paradigma de los revolucionarios que luchan contra el imperialismo, que entre su sumario contó con el articulo “Del anticolonialismo al imperialismo”; de Roberto Fernández Retamar, también contó en su portada de una obra del pintor cubano Adigio Benítez que con proverbial definición delineo un significado aporte a la iconografía martiana en la que armónicamente reveló dos singularidades del insigne patriota su enardecida convicción independentista, por la que ofrendó su vida en el campo de batalla y sus significativos vigores poéticos
En sucesivas ediciones de la Tricontinental también reflejaron artículos relacionados con la Conferencia Internacional José Martí y los desafíos del siglo XXI (Santiago de Cuba, 1995) y otros como el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, en La Habana 1997, ocasión en que organizó una exposición con las obras presentadas durante un concurso que convocó la OSPAAAL, por la conmemoración de las 30 años de la muerte del Che, denominado La imagen Constante; donde fueron premiados los originales de carteles de los jóvenes creadores: Paris Volta; en el que de las delineaciones fingidas de dos montañas representa la conversión imaginada de una paloma blanca que al levantar vuelo va dejando plasmada en sus sombras simulaciones de los elementos configurativos del rostro del Che y debajo el texto: Hasta la Victoria Siempre, y la otra obra fue la titulada: ACHE, de Daniel Cruz, donde empleó deleznables configuraciones derivadas de las influencias del art pop y el art nouveau para advertir de alusiones armónicas entre los ideales guevarianos y la practica popular de la religión afrocubana.
La Tricontinental reflejó en sus páginas las influencias del legado de Ben Barka, donde magistralmente se expusieron aspectos de la génesis y proyección del pensamiento del dirigente marroquí y nuevas develaciones del misterio sobre su secuestro y crimen cuando en su condición Presidente del Comité Internacional Preparatorio se ocupaba a finales de 1965 de la preparación y organización de la “Conferencia Tricontinental de los pueblos de África, Asia y América Latina”
Con la conquistada consagración de su existencia como “La voz impresa del Tercer Mundo”, obtenida por su sostenida adhesión a las causas justas en defensa del pensamiento político, la historia y la cultura de los pueblos de los tres continentes; la Tricontinental acogió el advenimiento del nuevo milenio con la incremento de colaboradores que le permitieron extender su influencia comunicativa, entre los cuales se encuentran: Noam Chomsky, Eduardo Galeano, Evo Morales, Stella Calloni, Hugo Chavés Frias, Percy Francisco Alvarado Godoy, Atilio Bóron, Manuel Mardonado Denis. James Petras, Richard Frick, Glen Rangwala, Raymond Whitaker y los investigadores y periodista cubanos: Luis Suarez Salazar, Ulises Estrada Lescalle, Mercedes Santos Muray, Ana María Pellón, Eliades Acosta, Ángel E. Pino, Manuel E. Yepe, Jorge Risquet Valdés, Mario Mencia, Teresa Valdés, Hedelberto López Blanch, Ernesto Gómez Abascal, Raúl Galcés, Giraldo Mazola, Humberto Rodríguez y Ana María Lujan.
Nuevas irrupciones visuales creadas por los diseñadores: José Ángel Lama, Raúl García Valdés, Alfonso M. Peña, Leonardo Regalado, Leonid Prado y Rafael Enríquez Vega, sustentados en el eficaz empleo de la digitalización, expresaron en una conceptualización grafica diferente, que revelaron expresiones temáticas con atractivas definiciones estéticas y airadas frescuras, donde contrates y yuxtaposiciones —sostenidos en alusiones figurativas, efectos ópticos y distorsiones refulgentes— irradiaron derivaciones visuales de eficaces registros comunicativos
Aires de alientos y vigorización comunicativa se patentizó en la Tricontinental mostrados en la portada y páginas interiores con ilustraciones del humorista gráfico cubano Tomás Rodríguez Zayas (TOMY) en los que el multipremiado humorista ridiculiza al pretendido proyecto norteamericano del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Formaron parte de esa edición trascendentales artículos contra la pretensiones de dominación imperialista y las profunda connotación opresora del ALCA,
Eduardo Roca “CHOCO”; conocida como “La madre”, oleo sobre lienzo, acompañada del texto: ¿Qué hombre, hijo de mujer, podría dejar caer la muerte sobre tus rosas…? reveló la brutal guerra contra el pueblo iraquí a través de la opinión editorial “Mentiras y bombas sobre Iraq”; donde se desenmascaró los verdaderos propósitos de la guerra imperialista de Estados Unidos en Iraq que sucesivamente se reveló en diversos artículos
Otra excelente concurrencia de lo político con lo artístico de autentica expresión solidaria quedó revelada en las gestaciones de líneas y colores de solida figuraciones humanas configurada en una obra pictórica del pintor, dibujante y muralista cubano Orlando Hernández Yanes para la Tricontinental No 158 en la que se acogió como temática central el 45 aniversario de la Revolución Cubana, en que con precisión y detalle la iconografía de dirigentes cubanos simbólicamente la confluyó con las de líderes e intelectuales revolucionarios de diversas nacionalidades.
La independencia de Puerto Rico contó con nuevos espacios donde se reflejaron la lucha del pueblo puertorriqueño contra el status colonial, el saqueo constante de las reservas naturales y la penetración cultural e ideológica sostenida con ese territorio por las fuerzas gobernantes de Estados Unidos. La realidad del pueblo saharaui, constituyó en este periodo otros de los temas recurrentes por la Tricontinental, donde quedaron nuevamente revelados aspectos sobre las agresiones de Marruecos y la ejecución de su proyecto anexionista, con la prolongada actuación intervencionista de Estados Unidos y sus aliados en la OTAN para la no aplicación de las normas de la ONU que establece la autodeterminación de la población saharaui.
Sucesivamente a través de la revista Tricontinental No 168 y un cartel con el texto PREMIO NOBEL DE LA PAZ, se desentrañó la pretendida imagen pública bondadosa del actual presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que aunque obtuvo tan alto galardón aun continua practicando contra Cuba y las fuerzas progresistas del mundo, la misma política agresiva que su predecesor como inquilino de la Casa Blanca, George W. Bush.
En la ilustración de la portada de la referida revista y en el cartel a través de una perspicaz metamorfosis se muestra las auténticas intenciones de Obama, para lo cual su creador Rafael Enríquez Vega acudió a la escenificación del Águila Imperial que en sus alas posee rotuladas la insignia de identidad de la poderosa y agresiva fuerza área de Estados Unidos, orgullo del Pentágono y del poder militar. En la que vislumbran sus desafiantes garras, que con su desgarrador poderío destructivo posan sobre países como: en Honduras; donde apoyó el golpe de estado que desencadenó una feroz opresión contra la resistencia brindada por el pueblo y en Afganistán, Pakistán, Iraq, Yemen y otros del Medio Oriente, donde bajo el pretexto de la infundada lucha contra el terrorismo, los militares norteamericanos causan víctimas indiscriminadamente entre la indefensa población de esos territorios. También se denuncia el establecimiento de bases militares en Colombia que bajo el pretexto de combatir al narcotráfico, es evidente que apuntan hacia Venezuela y contra los cambios sociales que se están gestando en países de América Latina.
Han ocupados las páginas de la Tricontinental las revelaciones de los fracasados intentos de 11 Presidentes de Estados Unidos mediante la prolongación del bloqueo económico y todas sus variantes de agresión: invasión mercenaria, sabotajes, actos terroristas, guerra bacteriológica y mediática, para aniquilar a la Revolución Cubana, incluyendo entre sus planes recientes el frustrado empleo de la disidencia cubana, que reciben dinero y apoyo logístico, con el propósito de subvertir el orden constitucional y derrumbar al sistema político.
Confortada por la edición No 171 dedicada a la celebración en abril del 2011 de los 50 años de la primera derrota militar del imperialismo en América Latina; en Bahía de Cochino (Playa Girón) y de que su precursora la OSPAAAL haya cumplido su 45 años de fundación; la Tricontinental que condena las irregularidades cometidas contra los luchadores antiterroristas cubanos: Gerardo Hernández, René González, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Fernando González, continúa afianzándose como vehículo trasmisor de la convicción de quienes luchan por la eliminación de todas las desigualdades e injusticia que genera el capitalismo y se enardece ante la satisfacción de haber conseguido exponer, a través de textos e imágenes, el sentir de la lucha antiimperialista de los pueblos de los tres continentes
Porque como espina atravesada en la garganta del águila imperial Tricontinental continuará oponiéndose a los planes de Estados Unidos y sus aliados que para derrocar a los gobiernos progresistas y revolucionarios que no responden a sus intereses; tratan de imponerles sus doctrinas mediante los métodos de penetración ideológica: a través de la tecnología de la informática y la diplomacia con la supuesta defensa de los derechos humanos que hacen confluir con el empleo de la fuerza con acciones de: guerras de agresión, ataques selectos, actos terroristas y sabotajes.

Reinaldo Morales Campos

lunes, febrero 27, 2012

No es una crisis, es el sistema



Entrevista con Jorge Martín, de la Corriente Marxista Internacional

La crisis actual del sistema capitalista permite evidenciar, una vez más, que Marx tenía la razón. Su obra, su pensamiento revolucionario están hoy más vigentes que nunca antes. El pensamiento débil, posmoderno, progre, no ha podido ni tan siquiera comprender la situación que vive el mundo actualmente, mucho menos explicarla y, peor, encontrar las vías para la transformación revolucionaria de la sociedad.
No puede ser de otra forma, porque, en definitiva, a esos intelectuales de cafetín, representantes de ese pensamiento, investidos de una vanidad que raya con la prepotencia, los mismos que exaltan todo lo post, lo light, que abogan por el fin de las ideologías y la lucha de clases, solo les interesa su prestigio como profesionales al servicio del poder dentro de las instituciones académicas universitarias. Igual sucede con los sociólogos, fundamentalmente los abiertamente puestos del lado de la burguesía y el imperialismo, quienes prestan sus servicios a quienes les pagan sus sueldos.
Con Jorge Martín, miembro del Comité de Redacción de la página web “In Defence of Marxism” (www.marxist.com/es), editor de “América Socialista”, revista política de la Corriente Marxista Internacional en las Américas, conversamos sobre la actualidad del pensamiento de Marx en una época en la que no hay otra salida que la de luchar por el triunfo del socialismo.
Jorge, ¿tiene vigencia en la actualidad El Manifiesto Comunista para el análisis de la sociedad capitalista? En este contexto ¿son válidas las categorías usadas por el marxismo de clase social, plusvalía, trabajo asalariado, puesto que hoy se dice que estamos frente a la economía del conocimiento, una economía desmaterializada, una economía que ya no está basada en el trabajo productivo?
En realidad el Manifiesto Comunista es el documento más actual que alguien que quiera entender lo que está sucediendo hoy en día pueda leer. Aunque fue escrito hace casi 165 años, el Manifiesto describe de manera brillante el mundo capitalista que vemos hoy, incluso más que la situación que existía en 1847. Si uno se molesta en leer cualquier texto burgués de aquella época, verá que no tiene más que un interés puramente histórico. El Manifiesto en cambio describe en detalle la dominación aplastante del mercado mundial, las crisis periódicas del sistema capitalista, el surgimiento de la clase trabajadora, la concentración de los medios de producción, etc.
Las categorías marxistas están, si cabe, más vigentes hoy en día que en la época de Marx, cuando realmente el sistema capitalista mundial estaba en su infancia. A los que afirman que la economía capitalista ya no se basa en el trabajo productivo habría que pedirles que se paren a pensar en las cosas que les permiten funcionar durante un día de su vida. ¿Quién y cómo se produce la cama donde duermen, las cobijas que los abrigan, las paredes, ventanas y techo que los protegen de la intemperie? ¿De dónde sale la comida que lo alimenta, la energía con la que la cocinan, el horno y los fogones dónde la transforman en deliciosos platos? ¿Quién produce el auto o el transporte colectivo que los lleva a su lugar de trabajo y quién lo conduce? Podríamos seguir.
En cuanto a la “economía del conocimiento”, si de lo que estamos hablando es del papel de las tecnologías de la información y la comunicación, nada de ello entra en contradicción con el análisis marxista del capitalismo. Marx y Engels explican como “la burguesía no puede existir si no es revolucionando incesantemente los instrumentos de la producción”. Las nuevas tecnologías se aplican a la producción para aumentar la productividad del trabajo, el conocimiento por el conocimiento no tiene ningún valor bajo el capitalismo si no encuentra una aplicación en la producción de mercancías.
Si hablamos, por ejemplo, del desarrollo de programas de software, esto lo hacen trabajadores que generalmente trabajan para grandes multinacionales y que reciben un salario a cambio de su fuerza de trabajo. Aunque trabajen delante de una pantalla de computadora y con un teclado, en lugar de apretar tornillos en una cadena de producción, igualmente son trabajadores asalariados de los que se extrae plusvalía. El producto final de su trabajo quizás no se puede tocar físicamente, pero igualmente es una mercancía, en la medida que tiene un valor de uso y un valor de cambio y se vende en el mercado capitalista.
En el contexto de la aguda crisis económica a la que se enfrenta el sistema capitalista, ya no somos sólo los marxistas los que reclamamos la validez de los análisis de Marx, sino que también los estrategas más inteligentes de la burguesía se ven obligados, a regañadientes, a reconocer su validez.
¿Es posible superar un sistema basado en relaciones mercantiles y en el trabajo asalariado?
No solamente es posible sino que es necesario. El capitalismo es un sistema que está en crisis. Las fuerzas productivas que ha creado se rebelan contra los límites impuestos por la propiedad privada de los medios de producción y por el Estado nacional. La actual crisis económica ha provocado la destrucción de 27 millones de puestos de trabajo, llevando el total a 200 millones de desempleados. Dos cientos millones de hombres, mujeres y sobre todo jóvenes condenados a la inactividad, no porque no existan necesidades humanas que cubrir, sino porque los capitalistas, la minoría que es propietaria de los medios de producción, no encuentran un mercado para transformar mercancías en beneficios.
Sobre la base de la planificación democrática de la economía sería posible resolver de un plumazo los problemas del hambre, la enfermedad, la desnutrición, la falta de acceso al agua potable, el desempleo y la pobreza extrema que afectan hoy a cientos de millones de personas en todo el mundo. El único obstáculo es el capitalismo, que se basa no en satisfacer las necesidades de la mayoría, sino en el lucro privado de una minoría. Para superar este obstáculo es necesario expropiar los medios de producción y el capital para ponerlo al servicio de la población.
Ese sería el primer paso hacia una sociedad basada no en la necesidad sino en la abundancia. Y progresivamente la eliminación del dinero y de las relaciones mercantiles, lejos de ser un instrumento de dominación y explotación, se convertirían en un mero mecanismo de control administrativo, para finalmente desaparecer por completo.
¿En qué consiste la teoría marxista de la política? ¿Cómo entender desde el marxismo lo que es la política? ¿Cuál es la diferencia entre la política burguesa y la política revolucionaria? ¿Es posible ser apolíticos?
Desde un punto de vista marxista, toda lucha de clases es una lucha política. Lógicamente, existe hoy en día una amplio rechazo a la “política” en general por parte de jóvenes y trabajadores que entran en la arena de la lucha justamente repugnados por el espectáculo de políticos tanto de derecha como de “izquierda” que siguen fundamentalmente las mismas políticas y todos afectados por escándalos de corrupción. Este es un rechazo sano y saludable. Pero hay que ir más allá. La política no es más que la lucha por los intereses propios y colectivos de los trabajadores y los oprimidos como clase en oposición a los intereses de los capitalistas como clase.
Desde el punto de vista de la clase dominante, la política se limita a ofrecer a los trabajadores la posibilidad de votar cada cierto tiempo por un partido u otro, pero en última instancia todas las decisiones importantes se toman en los consejos de administración de los grandes bancos y empresas. Esa es la política burguesa. Desde el punto de vista de los trabajadores, la política debería ser la lucha por avanzar en los intereses diarios y concretos de la clase oprimida, y la vinculación de esa lucha con el objetivo general de tomar el poder político para poner fin al régimen capitalista de explotación.
La idea del rechazo general a toda la política, en realidad es muy útil a la clase dominante pues si los trabajadores y trabajadoras no participamos políticamente, defendiendo nuestros propios intereses, entonces dejamos la política en manos del enemigo. Lo que es necesario es organizarse de tal forma que las organizaciones, que la clase obrera ha creado a lo largo de décadas y ha mantenido con su esfuerzo militante, respondan realmente a sus intereses.
Puedes explicarnos ¿qué es el reformismo? ¿El reformismo se enfrenta necesariamente a los cambios revolucionarios? ¿El dilema sigue siendo reforma o revolución?
El reformismo es básicamente la idea de que el sistema capitalista se puede ir mejorando, con pequeños parches y reformas, de manera gradual y parlamentaria, hasta llegar a transformarlo por completo. En realidad esto era el reformismo clásico, del dirigente de la socialdemocracia alemana Bernstein por ejemplo.
El reformismo vivió su época dorada durante el boom de la posguerra en los países capitalistas avanzados. Allí sí se realizaron reformas importantes que mejoraron las condiciones de vida de la clase trabajadora, lo que se vino a llamar el Estado del bienestar. Salud y educación gratuitas para todos, viviendas sociales baratas, seguro de desempleo generoso, pensiones de jubilación dignas, licencia por maternidad, guarderías infantiles públicas de calidad, etc. Todo eso fue posible, por una parte, debido a la lucha y la organización de la clase trabajadora y, por otra, debido al largo período de crecimiento económico que el capitalismo experimentó durante casi 3 décadas.
En esas condiciones parecía normal, por lo menos en los países capitalistas avanzados, pensar que un proceso gradual de reformas iría limando las aristas del capitalismo. Eso fortaleció la dominación de las ideas reformistas en el movimiento obrero de esos países. Sin embargo, las crisis capitalistas de 1973 y 1979, pusieron fin a esa época.
El capitalismo ya no podía permitirse conceder ni siquiera algunas migajas que sobraran de la mesa del patrón. Empezó toda una época de contra-reformas y ataques que han ido destruyendo gran parte de las conquistas del pasado. Incluso cuando los partidos social-demócratas han llegado al poder no han aplicado políticas reformistas. La actual crisis del capitalismo pone de manifiesto, incluso de manera más aguda, la imposibilidad de conseguir reformas significativas y duraderas en el marco de un sistema senil.
Algunos describen este período como “neo-liberal” o argumentan que las políticas de austeridad están motivadas por criterios ideológicos. Aunque obviamente la clase dominante trata de establecer un andamiaje ideológico para sus políticas, lo cierto es que la crisis económica no les permite conceder ninguna reforma.
Los revolucionarios no estamos contra las reformas, al contrario, participamos de manera seria y consecuente en la lucha por defender o conquistar cualquier reforma seria que mejore las condiciones de vida, de trabajo y los derechos democráticos de la mayoría. En su obra clásica “Reforma o revolución”, la gran revolucionaria alemana Rosa Luxemburgo lo explica claramente en respuesta a los reformistas dentro del movimiento socialdemócrata:
“ La lucha cotidiana por las reformas, por el mejoramiento de la situación de los obreros en el marco del orden social imperante y por instituciones democráticas ofrece a la Socialdemocracia el único medio de participar en la lucha de la clase obrera y de empeñarse en el sentido de su objetivo final: la conquista del poder político y la supresión del trabajo asalariado. Entre la reforma social y la revolución existe, para la socialdemocracia, un vínculo indisoluble. La lucha por reformas es el medio; la revolución social, el fin.”
Lo que diferencia a revolucionarios de reformistas pues, no es la lucha por las reformas, sino el que los reformistas piensan que es posible reformar el capitalismo, mientras que los revolucionarios estamos convencidos que el mismo debe ser abolido de manera revolucionaria. Si las ideas reformistas fueron siempre utópicas, en el contexto de la más severa crisis capitalista desde los años 30, hoy en día lo son todavía más.
¿Se puede cambiar el mundo sin tomar el poder?
La idea, defendida por algunos intelectuales como Holloway, de que es posible cambiar el mundo sin tomar el poder, aunque puede parecer atractiva, y en cierta medida es una reacción contra el estatismo estalinista del siglo 20, en realidad no tiene ni pies ni cabeza.
La clase dominante, lo es en virtud de su propiedad de los medios de producción, pero se dota de un Estado (“cuerpos de hombres armados en defensa de la propiedad privada” como dijera Engels), para defender esa dominación. El poder estatal es parte integrante de la dominación capitalista. El poder económico no se puede separar del poder político.
La idea de que uno puede simplemente “salirse” del capitalismo, crear “espacios liberados” o “autónomos” en los que el capitalismo cesa de existir, y que de alguna manera esos espacios se van a extender hasta que el sistema capitalista no pueda ya funcionar, es utópica y refleja además una profunda incomprensión del carácter de fondo del sistema capitalista.
Además de tener muchos puntos en común con el gradualismo reformista, es una concepción profundamente idealista. Se argumenta que si convencemos a una mayoría, mediante el ejemplo voluntarista de unos cuantos, de que se puede vivir “fuera del capitalismo”, entonces el resto nos seguirá. Sin embargo las cosas no son tan simples. El capitalismo no es un modo de vida, sino un conjunto de relaciones sociales y de poder y eso es lo que hay que transformar para poner fin al mismo.
Las ideas de Holloway se basan en gran medida en la experiencia de los zapatistas en México. La lucha de los campesinos pobres indígenas de Chiapas es sin duda heroica, y su levantamiento contó con simpatías muy amplias entre todos los oprimidos de México y mucho más allá. Sin embargo, la estrategia zapatista ha quedado desacreditada en la práctica. Al renunciar a la lucha por tomar el poder en México, su movimiento ha quedado reducido a la lucha por una autonomía cultural limitada en una parte del país. Los jóvenes de las comunidades zapatistas siguen siendo obligados a emigrar para encontrar un sustento a otras zonas del país, a las regiones turísticas o petroleras. La agricultura de subsistencia no puede ofrecer una salida a los millones de trabajadores y pobres de México. La dirigencia zapatista, al llevar hasta su extremo la idea de que todos los políticos son iguales, de que no podemos participar en la farsa electoral burguesa, finalmente se aislaron de uno de los movimientos más importantes que han visto los oprimidos en México en mucho tiempo: la lucha contra el fraude electoral a López Obrador en el 2006.
La experiencia de las fábricas ocupadas en Argentina y en otros países, también demuestra en la práctica que es imposible construir islas de socialismo rodeadas de capitalismo, enclaves de una nueva sociedad, dentro de la vieja. Las fábricas necesitan insumos, fuentes de crédito, necesitan colocar sus productos en el mercado capitalista, etc.
Recientemente en un artículo sobre Grecia, Holloway proponía como alternativa a los brutales planes de austeridad “la vuelta al campo, los huertos urbanos, las ollas populares”. Aquí vemos realmente la estrechez de miras de ésta teoría. Una cosa es que muchos griegos, sin empleo, sin ingresos, sin casa, se hayan visto obligados a volver al campo, o a plantar unas hortalizas en un huerto para subsistir. Pero ¿realmente se puede proponer eso como una alternativa al capitalismo? La salida en Grecia es la unidad de la lucha obrera para derribar al gobierno, la nacionalización de la banca y las grandes empresas bajo control obrero, para tomar control de la economía y poder planificarla democráticamente en interés de la mayoría. Esto debería ir acompañado por un llamamiento internacionalista a los trabajadores de Europa y del mundo a seguir el mismo camino y levantar un movimiento de solidaridad con la revolución griega.
Los trabajadores de la Acería Griega han ocupado las instalaciones y llevan más de tres meses en huelga. ¿Acaso la alternativa para ellos es abandonar la fábrica y ponerse a cultivar tomates en el balcón de su casa? Su lucha pasa por la nacionalización bajo control obrero de la empresa, para poder poner esos medios de producción, condenados a la inactividad por la crisis capitalista, a funcionar en beneficio de la mayoría, usando el acero para construir hospitales, puentes, escuelas, etc.
Definitivamente no se puede cambiar el mundo sin poner fin al sistema capitalista, y eso pasa por la toma del poder político y económico por parte del pueblo trabajador, por los que producen toda la riqueza.
¿Se debe participar o no políticamente en el régimen parlamentarista burgués?
El régimen parlamentarista burgués no es más que una fachada bonita para la dictadura del capital. Sin embargo, por el momento, la mayoría de la población no lo ve de esta manera. Como consecuencia, los revolucionarios debemos participar en el parlamento, pero sin ninguna ilusión en el mismo, sino para utilizarlo como altavoz, como plataforma para la explicación de las ideas revolucionarias. Los bolcheviques en Rusia, mientras no tuvieron el apoyo suficiente como para oponer al parlamentarismo una auténtica democracia soviética, participaron hasta incluso en las más restrictivas elecciones a la Duma (parlamento) zarista, y utilizaron de manera muy hábil a los parlamentarios electos para hacer propaganda pública de la necesidad de una revolución y para denunciar al régimen zarista.
En los países europeos más severamente afectados por la crisis, incluso la farsa del parlamentarismo burgués empieza a quebrarse y mostrar de manera más abierta su auténtico carácter. En Grecia e Italia hemos visto la sustitución de gobiernos elegidos democráticamente en elecciones burguesas, por gobiernos “tecnocráticos” compuestos de representantes directos de los banqueros y capitalistas, a los que nadie eligió.
Esto lleva a un descrédito cada vez más amplio de los políticos burgueses y del régimen parlamentario burgués en general. En el Estado español por ejemplo, uno de los gritos de guerra del movimiento de los “indignados” ha sido: “que no, que no, que no nos representan”. Al mismo tiempo vemos el aumento en los votos para aquellas opciones de la izquierda que aparecen como un punto de referencia alternativo (por ejemplo Izquierda Unida en España, el KKE y Syriza en Grecia).
Los parlamentarios revolucionarios sin embargo tienen que romper abiertamente con las normas y costumbres del parlamentarismo burgués. En primer lugar deben renunciar a los privilegios y prebendas que acompañan el cargo. Un diputado que quiere representar a la clase obrera debería percibir el mismo salario que el de un obrero cualificado, y entregar el resto al movimiento obrero. Un diputado obrero debería convertirse en el portavoz de todas y cada una de las luchas de los trabajadores en la arena parlamentaria para darles de esta manera la más amplia publicidad. En Gran Bretaña en los años 80, la tendencia marxista Militant logró elegir a 3 diputados al parlamento nacional dentro de las listas del Partido Laborista precisamente sobre la base de la consigna “diputado obrero, sueldo obrero”. La participación de los revolucionarios en los parlamentos burgueses no debe de ser un fin en sí mismo, sino una herramienta auxiliar en la lucha de clases, complementando y amplificando la acción en la calle.
¿Cómo explicar desde la teoría marxista las categorías de democracia y la de dictadura del proletariado?
La llamada “democracia”, democracia burguesa en realidad, no es más que una fachada de la dictadura del capital. Es decir, se garantizan formalmente una serie de derechos democráticos, siempre que el ejercicio de los mismos no amenace el poder, los privilegios y la propiedad de la clase capitalista. En cuanto estos se ven amenazados, la clase dominante no duda en recurrir a métodos dictatoriales de dominación, como vimos gráficamente en el golpe de Estado de Pinochet en Chile en 1973.
Pero incluso en un régimen formalmente democrático, el poder real reside en los propietarios de los medios de producción que tienen la capacidad económica para decidir sobre el destino y el empleo de millones. También controlan los medios de comunicación para moldear la opinión pública, compran y venden políticos para defender sus intereses, etc. La democracia y la igualdad bajo el capitalismo son ilusorias. Como dijo el escritor francés Anatole France, “la ley, en su majestuosa igualdad, prohíbe por igual, al rico y al pobre, dormir bajo un puente, mendigar en las calles y robar pan”.
La dictadura del proletariado no es más que otro nombre para la democracia obrera. Bajo el capitalismo tenemos una dictadura ejercida por una clase minoritaria sobre otra, mayoritaria. Bajo la dictadura del proletariado, es la clase trabajadora, la mayoría de la sociedad, la que ejerce el poder y lo defiende contra una minoría explotadora que quiera restaurar el viejo régimen. La democracia obrera en realidad, no es más que un régimen transitorio, en la medida en que el socialismo crea un régimen de abundancia, la necesidad de un aparato estatal va desapareciendo.
Recomiendo la lectura de los textos de Marx y Engels sobre la Comuna de París y el clásico texto de Lenin “El Estado y la Revolución” para una explicación más detallada de estos conceptos.
¿Tienen vigencia los planteamientos hechos en el Manifiesto Comunista respecto a la organización revolucionaria de la clase trabajadora?
Totalmente. La clase trabajadora, por el lugar que ocupa en las relaciones capitalistas de producción, es la única clase que potencialmente revolucionaria de manera consecuente. Eso no quiere decir que no precise de, y deba buscar el apoyo de, otras capas en la sociedad, como el campesinado en aquellos países en que tiene un peso específico en la sociedad, los pobres urbanos, las capas bajas de la pequeña burguesía, etc.
En las recientes huelgas masivas en defensa del sistema de pensiones de jubilación en Francia vimos dos ejemplos de esto. Por una parte, los trabajadores de las refinerías, un sector altamente organizado y que había conquistado condiciones de trabajo y salariales superiores a otros sectores, se lanzó a una huelga indefinida con bloqueos de las instalaciones. La medida rápidamente generó la simpatía y solidaridad de amplias capas de la población y llegó a paralizar prácticamente la vida económica de todo el país. Eso demostró el poder potencial de incluso un grupo numerosamente pequeño de trabajadores. El otro ejemplo fue la huelga de los trabajadores de los transportes de seguridad que distribuyen el dinero a las sucursales bancarias y cajeros automáticos. Una huelga que en pocos días amenazaba con paralizar la vida financiera del país.
La clase obrera, por lo tanto, potencialmente tiene el poder para tomar el control de la sociedad. Lo que se requiere es una dirección revolucionaria que esté a la altura. Esta dirección no se puede simplemente proclamar sino que tiene que ganarse el derecho a dirigir a la clase, mediante su intervención en todas y cada una de las luchas de los oprimidos. En palabras de Marx:
“Los comunistas no forman un partido aparte de los demás partidos obreros.(…) Los comunistas no se distinguen de los demás partidos proletarios más que en esto: en que destacan y reivindican siempre, en todas y cada una de las acciones nacionales proletarias, los intereses comunes y peculiares de todo el proletariado, independientes de su nacionalidad, y en que, cualquiera que sea la etapa histórica en que se mueva la lucha entre el proletariado y la burguesía, mantienen siempre el interés del movimiento enfocado en su conjunto. Los comunistas son, pues, prácticamente, la parte más decidida, el acicate siempre en tensión de todos los partidos obreros del mundo; teóricamente, llevan de ventaja a las grandes masas del proletariado su clara visión de las condiciones, los derroteros y los resultados generales a que ha de abocarse el movimiento proletario.” (El Manifiesto Comunista, Marx y Engels, 1848)
¿Cómo comprender el movimiento de los Indignados y Ocupa Wall Street?
Estos movimientos son extraordinariamente sintomáticos. Reflejan un estado de ánimo cada vez más amplio de oposición instintiva al sistema capitalista, que se ha ido acumulando durante años y que ha salido a la superficie con la actual crisis económica.
Consignas como “no somos mercancías en manos de políticos y banqueros”, “somos el 99%”, “no es una crisis, es el sistema”, sacan a la luz la oposición existente entre la mayoría de la población que tiene que vender su fuerza de trabajo para asegurarse un sustento y una minoría parasitaria, no electa, que se enriquece cada vez más a costa de ese 99%. Esta es una conclusión profundamente revolucionaria y a la que han llegado capas cada vez más amplias de la población. Es cierto que el papel decisivo en esos movimientos lo ha jugado la juventud, como no podía ser de otra manera y como suele suceder a lo largo de la historia. Pero la juventud no es más que un barómetro sensible de los estados de ánimo generales en la sociedad. Tanto en EEUU como en España, por ejemplo, todas las encuestas de opinión realizadas muestran como el 80% o más de la población apoya estos movimientos y sus objetivos.
El que en los EEUU, el país capitalista más poderoso del mundo, se haya planteado la idea de una huelga general como sucedió en Oakland, California, contra la brutal represión al movimiento Ocupa, es también muy significativo. Estos movimientos, además de cuestionar al propio sistema capitalista, reflejan la idea muy avanzada de que es posible hacer algo para cambiar la situación, rompen con el fatalismo y el escepticismo del “no hay alternativa”. Inspirados por los levantamientos revolucionarios en Túnez y en Egipto, millones de personas en los países capitalistas avanzados han llegado a la conclusión de que la única manera de cambiar las cosas es mediante la acción revolucionaria de las masas en las calles.
Estas dos conclusiones -el sistema no sirve, podemos cambiarlo mediante la movilización– son por sí mismas muy importantes. Es cierto que estos movimientos carecen de una alternativa clara al sistema capitalista y que en ellos hay todo tipo de ideas confusas al respecto. ¿Cómo podría ser de otra manera? El movimiento apenas acaba de iniciarse, empieza a despertar.
La tarea de los marxistas es la de participar activamente en el mismo, insistiendo y resaltando sus elementos más positivos, señalando al mismo tiempo cuál pensamos que debería ser el camino a seguir. Entrar en un diálogo compañero y paciente con las nuevas capas de jóvenes que se unen a la lucha para, en la práctica, demostrar la utilidad y la superioridad de las ideas del marxismo para la lucha revolucionaria.
Sociedad civil, ciudadanía, multitud vs. clase social. ¿Cuál de ellas es válida?
En realidad estos conceptos de “sociedad civil”, “ciudadanía”, “multitud”, etc., no hacen otra cosa que esconder el verdadero carácter de la sociedad capitalista y las contradicciones en su seno. Ciudadanos somos todos, desde el banquero especulador que recibe bonificaciones millonarias mientras deja a cientos de miles de familia sin casa, hasta el trabajador de la construcción que es despedido y no puede permitirse un techo sobre su cabeza. ¿Qué intereses comunes tenemos? Ninguno. La multitud tampoco significa nada en realidad.
Incluso en el caso de las revoluciones en Túnez y en Egipto, las masas salieron a las calles, ocuparon las plazas y se enfrentaron al ejército y la policía. Pero el factor clave en el caso de Túnez fue una serie de huelgas generales regionales que culminaron en una huelga general en la capital. En el caso de Egipto, el movimiento había sido precedido por una oleada huelguística y el ejército decidió apartar a Mubarak de en medio, justo cuando la clase obrera estaba empezando a entrar en la escena de forma organizada.
El capitalismo se basa en la contradicción central de una clase dominante, propietaria de los medios de producción y una clase desposeída, que no tiene más que su fuerza de trabajo (manual o intelectual) para vender. Es sobre la base de este análisis científico que debemos ver cuál es el sujeto revolucionario.

Dax Toscano Segovia