lunes, agosto 13, 2012

Elogio de Sánchez Gordillo (aunque no haga falta)



En los tiempos que corren –o mejor, que vuelan-, Sánchez Gordillo es el personaje más popular de la izquierda sin sillón, o sea de lo que queda de la izquierda consecuente con lo que dice.
Estuvo no hace mucho en Vilanova, en un acto masivo (no menos de 300 personas) que fue acogido en una hermosa plaza detrás de la Iglesia de la Geltrú. Entre los y las presentes, gente de todas las edades, y de todas las izquierdas, incluyendo electores de Iniciativa que ha perdido peso municipal a favor de las CUP, que actuaron como anfitriones aprovechando antiguos hilos que datan de los años setenta, de lo mejor del PTE.
Unas semanas antes había estado Julio Ánguita, uno de los pocos políticos respetado, pero que no consiguió la misma audiencia. Aunque sé que existen acuerdos y afinidades entre ambos (según Gordillo, Ánguita: "…ha estado siempre muy en contra del pacto y mucho más, después de la aplicación de los recortes. Él dice que hemos pasado la raya y que Izquierda Unida ha cavado su propia tumba. Él plantea una alternativa global contra todo esto porque entiende que el problema ya no sólo estriba en que pueda desaparecer el Estado del bienestar sino el propio estado o la civilización occidental. O sacamos la crisis en clave democrática, o lo único que lograremos es que haya más miseria para los pobres, con más recortes. O no sé si acaso una tercera crisis mundial porque la depresión de 1929 se resolvió con la Segunda Guerra. Aquí y ahora, Estados Unidos ha aumentado los gastos militares en un 67%, Rusia en un 81%, y China en un 195%, casi ha triplicado dichos presupuestos. Vamos a ver si al final la crisis no se resuelve con la típica válvula de escape de destruir para construir. La invasión de Libia, lo que ocurre en Siria y lo que pueda ocurrir en Irán, solamente persigue controlar las energías. En estos momentos, existe más inestabilidad para la paz que hace quince años. Las salidas que hasta ahora han planteado para la actual crisis han fracasado. Los problemas de mercado, decían, hay que resolverlos con más mercado. Lo de más mercado nos lleva al desastre, nos lleva a regresar cincuenta años atrás desde el punto de vista social"), también existen diferencias.
Gordillo no vino a explicar un programa sino a informar de cómo se estaba aplicando en unas luchas concretas que hilaban con la lucha de todo un pueblo, y de un sindicato al que nunca recibirá el monarca. Seguramente su discurso anticapitalista era primo hermano del de Julio, solamente que en el caso de Juan Manuel estaba explicado de una manera mucho más llana, propia de alguien habituada a hablar a la gente del pueblo, un discurso en el que se decían las verdades desarrolladas por economistas honesto, una especie que parecía en extinción. Sus tonalidades me recordaban a veces las de Pepe Rubianes que había convertido palabras como “la madre que los parió” y otras más gruesas en todo un arte. Finalmente, Gordillo no se olvidó en gritar en catalán “!Visca Catalunya lliure¡”, algo que nunca ha hecho Julio del que sobre este punto recuerdo alguna que otra metedura de pata cuando era coordinador de IU. Gordillo vino a Vilanova “escaqueándose” de una acción de una acción que seguía a otra, y que precedía otra. La de Mercadona.
Gordillo es pues un tipo que habla claro, que tiene detrás una lucha pasada y presente. Alguien para el que los análisis y las propuestas resultan impregnadas de caras y ojos, de situaciones concretas comenzando por la de Marinaleda donde el Ayuntamiento que preside –jugando en campo contrario pero por sus propias finalidades-, no se ha limitado gestionar más o menos honradamente las cuatro reformas que se pudieron hacer hasta mediados los años noventa. Los de Marinaleda ha transformado el pueblo en función de los que viven y trabajan en él. Es un pueblo en el que no existen privilegios –todos los que les atribuyen desde la derecha y el PSOE se descalifican por sí mismos-, que se comparte el trabajo, y en donde los concejales están al servicio del mandato de la asamblea de vecinos.
Con lo que está cayendo, con todo lo que viene, con las medidas de intervención de los ayuntamientos y los recortes de todo tipo, está claro que Marinaleda es como el poblado galo de Asterix: un ejemplo viviente de otro mundo, de otra forma de hacer política…Es una forma que se hace al andar siguiendo los valores clásicos de las izquierdas enriquecidos por la propia experiencia. Si se le estudia, se pueden encontrar vetas de la tradición anarcosindicalista, pero también del institucionalismo subversivo que antaño aplicaron los socialistas más auténticos. En una reunión que tuvo lugar en el local de las CUP, Juan Manuel respondió como le es propio a requerimientos y preguntas, dejando claras al menos un par de cosas. Una de ellas es el posibilismo institucional, muchas de las cosas que se han hecho, la resonancia que tienen sus actos, no los habría obtenido sin haber ganado la batalla electoral del pueblo, y ser diputado de IU. La otra que dejó clara contra las potentes tendencias del “nosaltres sols”, es la importancia a la gente que lucha, y debatir ideas en función de lo que hay que hacer.
Nos contó con detalle su posición sobre IU en general, y en Andalucía en particular. Fueron semejantes alo que dijo en una declaración para “Público”: "Yo hice un discurso durante las elecciones en el sentido de que no nos íbamos a rendir a los mercados. Y los mercados lo que han hecho ha sido apretar su dictadura y hay que rebelarse mucho mejor de lo que lo estamos haciendo, con más ganas. No estoy de acuerdo con el pacto de gobierno en Andalucía porque se veía venir lo que está viniendo, esto es, que estamos comulgando con ruedas de molinos. Una fuerza anticapitalista no puede aceptar recortes, sencillamente. No se trata de aliviarlos, es que no puedes aceptarlos. Los recortes consisten básicamente en que los ricos roban a los pobres. Aquí estamos trabajando para los bancos alemanes. La deuda, además de ilegítima es impagable. Y, por ella, estamos desmantelando el Estado del bienestar y servicios tan esenciales como la salud y la educación. Desde Andalucía hace falta mostrar una clara rebeldía contra Madrid, contra Bruselas, contra todo lo que está ocurriendo. Hay que salirse del gobierno o provocar otro cuatro de diciembre".
Pero eso no era tampoco teoría, así es que el paso siguiente ha sido el de los hechos consumados. IU se ha visto obligada a responder ante una situación que va mucho más allá que sacar la bandera republicana en los balcones. Se trata de dar un paso en el sacrosanto territorio de la propiedad, de los señores del marcado. Gordillo no es de los que mira hacia otro lado cuando se encuentra con situaciones de miseria. Eso lo hará Felipe González al que recuerdo un bla, bla, bla, como respuesta a una pregunta de “El loco de la colina” sobre la hambruna en África. O lo que hace el portavoz socialista andaluz que ha mostrado su solidaridad con los amos de Mercadona arguyendo que los problemas…se arreglan en los parlamentos. Le hubiera quedado mejor como chiste, como uno de esos que cuenta el monarca diciendo que no duerme pensando en los jóvenes parados o cuando declaró que la ley debía de ser igual para todos.
Desde luego, sí las requisiciones de Mercadona fueran una meda fuera del tiesto, no habría suscitado tamaña conmoción pública, obligando a hablar de ello hasta a la ciudadanía más cretina, que existe y no es poca. No habría obligado al ministro de la represión a decir que ellos no están por “la paz de los cementerios”, lo que no deja de ser una manera de decir que es una paz que tienen en cuenta. Tampoco diarios como “El País” se habrían visto obligados rizar el rizo de la hipocresía burguesa escribiendo en un “acento” reiterado en la portada de la edición digital –la otra que la compre Cebrián-: “…La fórmula es la de siempre. En el mundo hay buenos y hay malos. Y están los héroes, que se ven obligados a saltarse las leyes para ayudar a los más desfavorecidos. Si una trama con estos ingredientes suele funcionar casi siempre, con mayor razón triunfa en tiempos de crisis. El mensaje con el que justificar los desmanes lo fue radiando en Écija el alcalde de Marinaleda: “Hemos expropiado a los expropiadores”, dijo. “Esta crisis que la paguen los capitalistas”. Un argumento que suena a música celestial a cuantos consideran que hay que hacer algo contra los responsables del actual erial en el que pasan hambre miles de familias (…) Acciones como las impulsadas el martes (prometen más) no contribuirán en modo alguno a reparar el desastre”, el desastre a que nos ha llevado una política económica avalada sin titubeo desde las páginas económicas y las editoriales del diario.
Finalmente, he escuchado diversas críticas a Sánchez Gordillo desde la izquierda y desde la derecha, en este último caso hay un frente común desde “Manos limpias” hasta el PSOE, en particular de su patético concejal en Marinaleda. Es lo propio, aunque Gordillo no desespera que se dé crítica una reacción en la base del PSOE. En cuanto a los primeros, las recuerdos de un líder independentista andaluz, que torció el gesto al hablar de él, y enfatizó su excesivo personalismo. Es un rasgo que se suele comparar con el de Hugo Chávez. Es evidente que el egocentrismo es un pecado muy generalizado, también lo es que a veces adopta la forma de la modestia, y eso pensé mientras escuchaba al compañero andalucista. G. B. Shaw decía que la modestia comienza cuando se reconoce la propia vanidad, pero esta no es una discusión sobre alguien que está en un despacho, de alguien entronizado en un aparato que victorea.
No. Sánchez Gordillo es un compañero que camina por la calle, y está a la mano de cualquiera. Alguien con el que la gente de Marinaleda y del sindicalismo combativo y muchísima gente más, tiene un trato familiar. Sus ideas y propuestas están sujetas a la discusión sin restricción, en realidad, creo que lo que dice, hasta la forma en que lo dice, es harto representativo de toda la gente que representa como uno más. Gordillo por supuesto podría haber hecho carrera. Desde 1979 le habrían puesto un puente de plata. Un puente que cruzó Manuel Copete, otro alcalde elegido en las listas del PTE en mi pueblo, La Puebla de Cazalla, y todavía no ha parado cayendo cada vez más lejos del pueblo llano que en 1979 lo votó. Sin embargo, ahí está.
Lo pensé cuando pude ver por la tele a las niñas y los niños bonitos del PP andaluz mofarse de él en el Parlamento andaluz. Juan Manuel los oyó y siguió con su discurso, ¿para qué perder el tiempo que medios días si hay días enteros? Este es de los míos, no se arredra ante nada, ni delante de las poltronas. Por lo tanto, no creo que este asunto sea importante, lo importante es que vayan surgiendo hombres y mujeres que puedan gozar de la audiencia que han logrado él y los suyos. Los nuestros.

Pepe Gutiérrez-Álvarez

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