sábado, enero 05, 2013

El sometimiento educativo de los trabajadores



Todos sabemos que estudiar nos prepara supuestamente para conseguir un “mejor” trabajo. La escuela hace rato que no es vía de ascenso social. Salvando algunos casos individuales casi heroicos, la escuela lejos de igualar, hoy, clasifica entre los que podrán responder a las condiciones que se les imponen y los que no.
La educación en este sistema es un soporte a la explotación capitalista. Prepara la mano de obra necesaria, le enseña a soportar la miseria a los trabajadores que el sistema considera innecesarios y a la mayoría le da apenas las herramientas para sostener un trabajo mal pago.
Todo esto lo hace gastando lo menos posible del bolsillo de los patrones. Si una vez tuvieron que hacer un gran sistema educativo público y gratuito, cuando comenzó a abarcar a más población de la que ellos realmente necesitaban alfabetizada, comenzaron a privatizarlo.

¿Con los K se acabaron las políticas neoliberales en educación?

A medida que transcurre el proceso de política nacional van quedando al descubierto las ideas y concepciones, formas de encarar los cambios demandados por los obreros y el pueblo en aquellas jornadas del 2001. Los K con cambios cosméticos, cambiaron muy poco de aquello contra lo que se luchaba, el neoliberalismo.
Así es que ya hace años vivimos en Educación, en un trágico paralelismo, las mismas políticas que en el terreno económico: la privatización de los sectores básicos de la economía sigue siendo el eje del modelo económico.
Así como no hay trenes, electricidad, combustibles, la producción de éstos y de los alimentos son todos ajenos, ninguno está para satisfacer genuinamente las necesidades de los que no pueden llegar a pagarlos, con la Educación pasa lo mismo.

Dónde surge la idea de privatizar…

El tremendo robo que eso significa aparece más difuso; si pensamos en lo educativo, es todo menos evidente. Tal es así que cuando comenzaron las reformas de los 90, éstas se basaron en documentos emanados de los organismos de crédito internacional, y el resto de los organismos internacionales también sostenía que la educación no es un derecho, es una inversión, algo que tiene que dar un beneficio al que pone la plata, léase al Estado y a los patrones que lo manejan.
Hace unos años comenzaron a decir que la Educación escondía “un tesoro”. Y la realidad es que cada vez está peor. De allí en más no hay cumbre internacional en la que no se acentúe lo mismo: Cumbre del Milenio. Foro Mundial sobre la Educación. E infinidad de otras más.

Cómo se privatiza la educación

Subsidio a la educación privada

Cada vez se destina más dinero a sostener los salarios de los docentes de las privadas. Una escuela privada es un negocio redondo, sólo hay que mantener con las cuotas el edificio en condiciones.

Desfinanciamiento de la educación pública

Se podrá aumentar mucho el presupuesto, pero se lo hace atado al PBI (si hay crisis se pone menos plata) y gran parte va para las privadas y el sector científico. Esto es lo que sancionó la Ley de Financiamiento Educativo kirchnerista y el resultado es escuelas que se caen a pedazos.

Fragmentación del sistema educativo

La respuesta de las escuelas a no ser financiadas es apoyarse en los recursos económicos de las familias, que no siempre pueden dar una mano. No se garantiza la igualdad de condiciones.

Descentralización del financiamiento y de la negociación salarial

Por si fuera poco, el menemismo avanzó (y el kirchnerismo no volvió atrás) en la descentralización presupuestaria del sistema. Así, las provincias más pobres están en peores condiciones para financiar sus escuelas y pagarle a sus docentes.

Ajuste a las necesidades del capital

Por otro lado, y esto es algo bastante más viejo que las políticas neoliberales, se busca adaptar lo que se aprende a lo que los capitalistas de este país necesitan.
Unos pocos sectores con educación de elite tecno científica, una escuela para pobres, otra para ricos, y una mayoría de trabajadores que acepten malas condiciones de trabajo.
Con este modelo en mente se hizo primero la reforma que puso EGG y polimodal y luego la contrarreforma que nos devolvió la primaria y el secundario. Con tal desorden y en un contexto de desfinanciamiento y apriete a los docentes para que los chicos pasen, la educación pública resulta que perdió nivel de contenidos: hoy se puede terminar el secundario con lectura silábica y sin saber las tablas de multiplicar. Todos saben que el título secundario te habilita para conseguir un mejor trabajo... mejor que una changa, quizás, pero nada más.

Lo que se oculta pero también se aprende

La escuela siempre sirvió para que el niño aprenda la diferencia entre juego (recreo) y trabajo (hora de clases). Para que aprenda a no cuestionar la autoridad del que dirige el trabajo (maestro o supervisor), etc. Además integra a la fuerza al obligar desde una edad muy temprana a hacer rituales militares como la formación, saludo y jura a la bandera.

Se aprende pero no está escrito. Se eligió este modelo de escuela porque forma obreros más dóciles.

Hay hoy otros contenidos ocultos… Se habla de inclusión y la idea suena positiva. Sería como que todos los niños puedan ir a la misma escuela sin discriminación y en igualdad. En la práctica no es así. En una escuela desfinanciada y fragmentada hay diferencias, hay escuelas de pobres. Allí se aprende en secundaria lo que se supone que se aprende en la primaria. A los docentes se los presiona para que mantengan a los pibes dentro del aula y dentro de la escuela a toda costa, aunque no se enseñe ni se aprenda. No hay alternativas para aliviar alguno de los problemas que les impide aprender “como otros niños”: hay pocos asistentes sociales y psicólogos, desbordados de trabajo, y que sin recursos tampoco pueden hacer milagros; la escuela les promete un ascenso social y saben que es una mentira del sistema, por lo que se sienten engañados, muchos docentes los discriminan y desprecian abiertamente, etc. Aprenden a soportar el desprecio, a dar lástima para pasar y a someterse a las redes clientelares.

Qué educación queremos

Para que tu hijo mismo pueda ser lo que quiera y no lo que pueda: un intelectual, un artista, un hombre de ciencia, con idea cabal sobre lo justo y lo injusto, necesitamos un sistema educativo que tienda a dar igualdad de oportunidades.
No nos engañemos que mientras haya patrones y obreros, más oportunidades tendrán los patrones, los más ricos, y no será lo mismo ser ocupado que desocupado. Pero aun así, podemos apuntar a un mejor sistema educativo o incluso prefigurar cuál querríamos en una sociedad sin explotadores ni explotados.
Además la actitud que tengamos de acompañamiento real, en la trayectoria de nuestros hijos en la escuela es una vigilancia necesaria para ellos y porque también debe haber una vigilancia si la escuela se viene abajo, si surge una actividad comunitaria. También, y frecuentemente, hace falta ir a patear las puertas del Consejo Escolar para que arreglen los baños, y porque no, ante un directivo o docente chanta.

Inclusión con recursos para construir igualdad

Incluyamos a todos los niños en el sistema educativo pero poniendo muchísimos más recursos en las escuelas más pobres. Estaticemos la educación privada para que los docentes no pierdan su trabajo ni los estudiantes su lugar de estudio e igualemos HACIA ARRIBA las condiciones de estudio (edificios, materiales, laboratorios, bibliotecas, campos de deportes). Que el dinero para esto salga de los bolsillos de los sectores empresarios y ricos. Lograr todo esto depende de que, como madres y padres, acompañemos y estemos presentes en la escuela misma.

Periódico El Roble.

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