lunes, mayo 27, 2013

10 años: De la ilusión al desencanto

En el 2003, las y los argentinos intentábamos salir de una crisis política, económica y social tras el paso del menemismo y del delarruismo. Es decir, de una coyuntura similar a la que hoy sufre Europa en su conjunto, teniendo en cuenta los recientes estallidos sociales en Suecia.
Aparecía en escena Néstor Kirchner, de la mano de Duhalde, el gran titiritero de la política argentina, cuyos primeros pasos dieron pié a la ilusión de muchas y muchos pero también a la desconfianza del establishment y a buena parte de la derecha procesista.
En diciembre de 2004, en el editorial "¿Kirchner es igual a Menem?" (1), afirmábamos que "si bien ambos políticos son partidarios del doble discurso, con el deliberado fin de confundir a quienes tratan de oponerse y de buscar adhesiones que les permita sustentarse en el poder, las diferencias son abismales aunque ellas lleguen al mismo fín: el sustento del orden fundado por la dictadura militar de 1976" y que el extinto presidente "izó la bandera de los Derechos Humanos para diferenciarse de la rata pero resultó ser otra falacia, más allá de la reparación histórica que significó el desmantelamiento de la ESMA y su conversión en el Museo de la Memoria. Sin embargo, resulta interesante advertir que ello generó una importante adhesión a su gestión aunque, a simple vista, es claro que su verdadero compromiso está con la perpetuación del esquema neoliberal".
Bastó un año y medio para que el arrebato de la bandera histórica de la resistencia llevada por la izquierda, en eterna diáspora, se constituyera en la herramienta política fundante junto a la cooptación por diversos medios de los organismos históricos de Derechos Humanos. Sin dudas, fue el primer desencanto para muchas y muchos.
Otra herramienta fundamental, afirmábamos en aquella oportunidad, fue "la utilización del método del doble discurso para lograr sus fines políticos" y "bajo la apariencia de ser derecho y humano, viene convalidando la represión subrepticia, como en Caleta Olivia, y sigue dividiendo, con sus manejos maquiavélicos aunque delegados en los Fernández, al campo popular aprovechando la atomización de la oposición". Nada diferente a una actualidad candente, donde la represión ya se hizo explícita como ocurre en Formosa, Chaco, La Rioja, Catamarca y Santiago del Estero.
Sin dudas, la ausencia de una verdadera oposición desde la izquierda, desde la praxis, permitió que el kirchnerismo se asemejara a algo izquierdoso pese al "capitalismo en serio". El trotskismo, por un lado y por otro, otras agrupaciones de izquierda facilitaron el discurso del cero a la izquierda a nivel electoral. Por aquel entonces, la implementación de un modelo neodesarrollista "maquilló" el sistema neoliberal heredado de la dictadura, mediante la Asignación Universal por Hijo, la jubilación a las amas de casa y los incrementos semestrales de las jubilaciones.
Videla no murió. Sigue más vivo que nunca, al igual que Martínez de Hoz... Sucede que los cimientos del neoliberalismo no han sido demolidos. En un claro continuismo, quedó casi intacta la Ley de Entidades Financieras y la estructura tributaria basada casi exclusivamente en el consumo, además del pago de una deuda externa, incluída la "odiosa", que sigue impidiendo tener los recursos necesarios para volcarlos a este verdadero Capitalismo de Estado.
En aras de desterrar el "anarco-capitalismo", como lo definiera Cristina Fernández de Kirchner durante la reunión del G-20, se prefirió la alianza con los grupos transnacionales como Barrick Gold, Xstrata y Monsanto. Pronto comenzaría la patria sojera, causa del exterminio de los pueblos originarios en Formosa, Chaco y Santiago del Estero, faltando el inicio de la megaminera, la cual no pudo sentar sus bases gracias a la resistencia popular en Chubut, Famatina y Tinogasta.
Pero no podemos olvidar que el Capitalismo mata, destruye y arrasa... Y las pruebas son evidentes. No es casual la escalada represiva, tal como lo denuncia el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia o los informes de CORREPI; éstos últimos, una verdadera radiografía de la represión estatal e institucional. Tampoco lo es las muertes y discapacidades producidas por las fumigaciones, como en el Barrio Ituzaingó Anexo, en la provincia de Córdoba o en el sur de la provincia de Santa Fé, sin olvidarnos de los niños correntinos que fallecieron en el Hospital Garrahan.
Si bien la muerte de Néstor Kirchner provocó un fuerte cimbronazo en el Frente para la Victoria (de los empresarios), ello pronto fue capitalizado por el kirchnerismo, a pesar del comienzo del desencanto de varios sectores populares y de la resistencia de muchos otros que no acordaron nunca con el oficialismo pero tampoco con la oposición burguesa, ligada a la clásica derecha que supimos conseguir.
Pasamos de la ilusión al desencanto en los últimos años. Si bien se avanzó con respecto al juzgamiento y condena de los genocidas, todavía no están todos en una jaula gracias a la estrategia de la fragmentación de causas y de jueces funcionales a la estrategia defensiva de los represores. Ocurre lo mismo en materia laboral, donde si bien las y los trabajadores en blanco volvieron a tener paritarias, éstas deben tener un techo según el oficialismo. Ni hablar de la ley de ART que limita el inicio de causas civiles contra las Aseguradoras y los empresarios, con el fin de acotar los costos empresariales.
Los únicos victoriosos fueron las y los empresarios, los Dueños de la Argentina... Los bancos y las transnacionales, junto con el empresariado sojero, fueron los grandes beneficiados por el neodesarrollismo llevado a cabo por el kirchnerismo en estos 10 años, gracias a la continuidad de los beneficios existentes desde hace décadas. A los únicos que persigue la AFIP, sin dudas, es a los pequeños y medianos empresarios: ¿porque no se meten con los Roggio o con los Rocca?. Tampoco se modifica el esquema del Impuesto a las Ganancias que actualmente perjudica a muchas y muchos trabajadores, pero no afecta a las transacciones financieras o bursátiles que aún siguen exentas. Ni hablar, por supuesto, de la red de empresas ad hoc creadas por los empresarios para evadir y eludir los impuestos.
La década ganada es una falacia. En realidad, está perdida para quienes todavía están sumergidos en la pobreza y en la indigencia. Bariloche, Rosario, Córdoba, Tucumán, Santiago del Estero, Salta, Chaco y Formosa siguen con sus bolsones de pobreza. Lo mismo ocurre con el conurbano bonaerense, si tenemos en cuenta lo que acontece en La Matanza y San Martín. A ellos no les llegó el "derrame" neoliberal y neodesarrollista.
Y mientras no exista una verdadera oposición de izquierda, desde el trotskismo al socialismo, en donde se conjuguen el Che, Santucho, Tosco y Massetti, tendremos más kirchnerismo. Precisamente, para terminar con el desencanto, debemos articular esfuerzos en pos de la construcción socialista que la Argentina necesita. De lo contrario, todo seguirá igual: Como dijo Discépolo: seguirá la Biblia junto al calefón...

Prof. Juan Carlos Sánchez

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