viernes, junio 21, 2013

Siria: naufraga de nuevo la ‘conferencia de paz’



La decisión de Estados Unidos de dar respaldo militar directo a los rebeldes, equipándolos con armamento de mayor poder destructivo, tiene que ver con el empantanamiento de su propia estrategia en la región. La conferencia de paz acordada entre Estados Unidos y Rusia, prevista en Ginebra para este mes, debió ser postergada y se encuentra ahora en un limbo.
En estas últimas semanas, el régimen de Al Assad ha recuperado la iniciativa en el campo militar. Recuperó la ciudad de Al Quasar en el norte, con el apoyo directo de Hizbollah. Además, reforzó el asedio de la estratégica ciudad de Alepo, la segunda en importancia. Según The New York Times, “los triunfos del presidente sirio Bashar al Assad en el campo de batalla han puesto en tela de juicio la estrategia en Estados Unidos en Siria, empujando a Obama a considerar otras opciones militares, incluyendo armar a los rebeldes y establecer una zona de exclusión aérea para proteger a los ciudadanos y a la oposición” (9/6).
La instalación de un “paraguas aéreo” es materia de debate en los círculos norteamericanos. El Pentágono ya ha desplazado sus sistemas antimisiles más avanzados, bombarderos y aviones a Jordania. A ello, se agrega la presencia de naves anfibias de gran alcance, así como de unidades de la Armada en el puerto jordano de Akaba. El primer paso de este plan sería “crear un área para entrenar y equipar las fuerzas rebeldes dentro de Siria y “una zona de exclusión aérea que se extendería en el territorio, lo que obligaría a valerse de aviones que despegarían de las bases jordanas” (Wall Street Journal site). Sin embargo, para el gobierno de Obama, todo esto “podría llevar a un costo grande e imprevisible para Estados Unidos y la comunidad internacional. Es mucho más complejo llevar adelante este tipo de esfuerzos en Siria de lo que fue en Libia” (Reuters, Huff Post, 14/6).
¿Cómo influye el levantamiento popular turco en la guerra de Siria? El gobierno de Erdogan es uno de los fogoneros de esta guerra. Encuestas recientes en Turquía, sin embargo, testimonian que el 70 por ciento de la población turca está en contra de la política intervencionista llevada adelante por su primer ministro. En las movilizaciones callejeras, se asocia el despotismo del premier turco con el de Bashar. La rebelión popular turca es otro síntoma de un período signado por las tendencias revolucionarias de las masas.

Pablo Heller

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