jueves, septiembre 12, 2013

Chile: la lucha contra la privatización educativa



La lucha por una educación pública y gratuita ha movilizado por más de tres años no sólo a los estudiantes y la juventud; ha motivado la toma de liceos y universidades, y logrado que sus organizaciones se multipliquen, muchas en alianza con trabajadores. Las políticas privatizadoras instauradas a sangre y fuego bajo la dictadura militar, han logrado destruir por completo la educación pública del país y un incremento voraz de las instituciones educacionales privadas, fenómeno sin parangón en el continente.

¡Ni Alianza ni Nueva Mayoría!

Los últimos cinco gobiernos, tanto derechistas como concertacionistas, han desarrollado y defendido estas políticas privatizadoras y desplegado un millonario vaciamiento de dinero público, el cual ha terminado directamente en los bolsillos de los dueños de liceos y universidades privadas.
El gobierno de la Alianza, con Piñera a la cabeza, ha respondido con la más brutal represión y con toda una batería de políticas que profundizan la privatización. El ajuste tributario de 2012 es insuficiente en su monto para aumentar el gasto en educación y se ha usado para pagar directamente a los bancos el diferencial del 4% de la reducción de la tasa de interés de los préstamos a los estudiantes. Se trata de una maniobra para el cobro de los bancos, frente a la alta tasa de no pago de los créditos de los últimos años. Al utilizar dinero público para esta refinanciación de deuda de las familias -105 mil millones de pesos anuales- se reduce aún más el presupuesto en educación para el próximo año.
Lo más peligroso es la “ley de financiamiento de la educación”, que propone un crédito único para la educación superior, puesto que elimina el “fondo solidario” de las universidades públicas y reasigna el dinero en favor de las privadas, ya que la gran mayoría de las públicas precarizadas no tienen la capacidad de competir en esas condiciones. De aprobarse estas leyes, serán la lápida de la educación pública y el endeudamiento permanente de las familias.
Bajo los gobiernos de la Concertación la cosa no fue distinta. Hoy vemos cómo la vuelta de Bachelet es apoyada desde los altos ejecutivos del Banco Chile -propiedad de los Luksic- declarando que “no hay nada de qué preocuparse de su vuelta a La Moneda” (El Mostrador, 9/8) hasta el PC, que en las palabras de su presidente Guillermo Teiller afirma que “nuestro partido va a apoyar a Michelle Bachelet como su candidata” (ADN Radio, 25/5). Esta “Nueva Mayoría”, donde el PC se juega a sacar a los luchadores de las calles, aún no explica cómo logrará un “70% de gratuidad en seis años”, como declaró Bachelet, sin terminar con las leyes privatizadoras que ella misma contribuyó a profundizar.

La lucha por la educación es la lucha de los trabajadores

La mercantilización de la educación provoca un encarecimiento del costo de vida de los trabajadores. La lucha por una recuperación de la educación pública es una verdadera lucha por la defensa del salario. En el marco de la crisis capitalista, las políticas de privatización son políticas de confiscación del salario, las cuales serán defendidas a muerte por la Alianza y la Nueva Mayoría en las próximas elecciones presidenciales. Por esto la unión obrero-estudiantil es vital para la recuperación de la educación pública gratuita, al servicio del desarrollo nacional. Se une esta lucha a la lucha contra el subcontrato, por la nacionalización del cobre, la salud pública y el fin a las AFP.

Por una crítica socialista

Muchos “charlatanes izquierdistas” hablan de gratuidad de la educación y de estatización, sin dejar en claro quién lo llevará adelante. Sin tocar al capitalismo esto no se logra. Una política revolucionaria parte de la recuperación de la educación publica que sólo es posible recuperando el conjunto de la economía del país al servicio de los trabajadores, donde la educación esté bajo la dirección de trabajadores y estudiantes. Que la educación esté al servicio de las y los trabajadores, será producto de una revolución social acaudillada por la clase obrera, donde hoy la juventud que levanta una crítica socialista a este capitalismo en bancarrota, debe luchar por promover la lucha por el poder, la lucha por el poder de la clase obrera. Levantando estas banderas volvemos a las calles este 5 de septiembre, para seguir luchando por hacer crecer la organización socialista de la juventud, que lucha junto a los trabajadores contra los privatizadores de la educación.

Tendencia Juventud Revolucionaria (Chile)

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