sábado, septiembre 07, 2013

¿Hay que quemar a `Juana de Arco’ Forcades?



Dado el protagonismo mediático que está ocupando Teresa Forcades (TF) y el carácter de sus posicionamientos, nada más natural que, de una manera u otra, se le busquen sus posibles contradicciones y fisuras. Lo que ya no es tan de recibo es que las andanadas vengan avalada por una revista como Sin Permiso que sentimos como nuestra. La misma que, entre otras cosas, se ha distinguido por un ponderado cuidado en no herir sensibilidades de la izquierda anticapitalista –un pleonasmo obligado dada la confusión existente-, un aval sin el cual, el artículo de Mariano-José Schwarz (MJS), `Juana de Arco´ Forcades, más allá del antivacunismo mortal, no habría suscitado ni la mitad de interés.
Dado que TF ejerce de un tiempo a esta parte, como portavoz de un programa (el del Procés Constituent que se suele obviar), y forma parte de un extenso equipo de hombre y mujeres comprometidas, no es menos más natural que se la defienda. No es otra cosa lo que han hecho que han hecho Marti Caussá (Teresa Forcades en la hoguera digital, Viento Sur), Pepe Mejías (Forcades: la larga mano de las multinacionales farmacéuticas), y sobre todo, Vicenç Navarro (No al sectarismo de izquierdas, en defensa de Teresa Forcades)…En su primera manifestación sobre la polémica después de las vacaciones de agosto, la revista ha tomado a mi parecer una solución salomónica en una réplica titulada ¿De qué se queja Vicenç Navarro?, firmada por Reinald Roca, enólogo, periodista e historiador, es un veterano activista del movimiento obrero barcelonés quién, de entrada, personaliza una polémica que explica como una rabieta del doctor Navarro.
A mi lo primero que me llamó la atención de la andanada de MJS fue la que tildara de Juana de Arco y que en conjunto, sus pronunciamientos sean calificadas de “actividad brujeril y religiosa”.
Está claro que lo de Juan de Arco es un recurso muy periodístico –como lo fue en otro tiempo llamar “Pasionaria” a cualquier mujer comprometida, por ejemplo a Jane Fonda en tiempos de la guerra del Vietnam-, pero en el caso de MJS no contiene ninguna reflexión seria sobre el referente. A mi entender, llamar Juana de Arco a una activista de convicciones religiosas, no puede entenderse más que como un elogio. Esto lo dejó patente nuestro Daniel Bensaïd en su obra Jeanne de guerre lasse, Gallimard, 1991), no se podía dejar a esta hija del pueblo en manos de Le Pen y familia. Daniel dedicó el libro a una Une Jeanne d’Arc entre la légitimité et l’insurrection, consciente de que la “pulga” de Orleáns era una hija del pueblo que descubrió la realidad nacional –en oposición al ocupante que martirizaba a los suyos-, y asumió la responsabilidad de una resistencia que –como sucedió en estos andurriales en 1808- habían abandonado el monarca, la nobleza y el clero que se había decantado por la opción colaboracionista para defender sus privilegios. Fueron estos últimos los que la acusaron de brujería y la quemaron la hoguera. Muchos siglos más tarde la Iglesia la beatificaría (1909), y la canonizaría como Santa (1920), canonización sobre la que ironizaría G.B. Shaw al final de su obra sobre ella, cuando el espíritu de Juana le pregunta a Dios cuando dejarán de ser necesarios los sacrificios de los santos, y en 1923, la República francesa la proclama patrona de las Galias e instituye un día de fiesta nacional en su honor. La historia y el mito de Juana se convirtieron en un tema recurrente para la literatura, y entre los autores que le dedicaron su especial atención.
Los lectores y lectoras pueden evocar este luminoso episodio en una obra maestra del cine: La pasión de Juana de Arco (La passion et la mort de Jeanne d’Arc, 1927), obra del mítico cineasta danés Carl Theodor Dreyer que conoció toda clase de percances y de la que nos ha quedado una versión. En su estreno resultó un gran fracaso. Suscitó protestas en los medios eclesiásticos, y el obispo de París exigió el corte de algunos planos. Durante bastantes años se la creyó perdida…También son de gran interés las versiones de Robert Bresson, Otto Preminger y la última de Alain Cavalier, realizada por desmontar su falsificación reaccionaria del Front NatIonal
Aunque la intención de MJS sea otra, también encuentro que lo de “actividad brujeril” sea algo insultante. Hoy cualquier persona medianamente culta sabe que las brujas fueron mujeres a liquidar por el orden existente y que su exterminio fue una medida obligada para acabar con la resistencia de las mujeres que acuñaban viejas sabidurías y actitudes que la Iglesia no había logrado domesticar.
MJS trata de desacreditar a TF atribuyéndole estas actividades, y lo hace como antes lo había hecho con Eduard Punset en un artículo que, por cierto, leí con cierto interés. Desde luego, uno carece de la formación adecuada para rebatir a tan importante señor, pero no podía por menos que disfrutar con una tomadura de pelo a un señor al que los medios le han otorgado una aureola científica que esconde intereses profundamente conservadores. Pero TF se sitúa en la antípoda de Punset. Mientras que este hace de Pangloss y auspicia libros de autoayuda al margen de cualquier consideración social, TF denuncia. En su ignorancia, uno trata de situarse ante una cuestión como las vacunas y la OMS, un pronunciamiento personal que no implica para nada una opción política y social ampliamente compartida
Aún y así, sabemos el papel siniestro de las multinacionales farmacéuticos, por ejemplo, tuvieron un papel destacado en la inversión Pinochet en septiembre de 1973, también tiene noticias de cómo ha defendidos sus intereses en un continente asolado como el africano. La primera vez que pude ver a TF fue en un lejano programa de TV3 durante el cual fue entrevistada…por Josep Cuni. Este es, junto con Pilar Róala (quien por cierto en su desorientación para enfocar el significado de TF), un tipo de orden con capacidad de obligar a sus entrevistados de izquierdas a pedir perdón por tal pertenencia. Era evidente que aquel día “iba a por Teresa”. Se lo había preparado bien, y actuó como uno de esos fiscales del cine judicial norteamericano, capaces de hacer que los testigos molestos acaben llorando y siendo desautorizado. Sin perder la calma, dominando datos, revistas científicas, declaraciones, etc., TF acabó el programa con más credibilidad que con la que entró.
Seguro que sus opiniones se pueden discutir, qué duda cabe, pero lo que escribió MJS no fue nada parecido a lo que podía haber escrito el Dr. Laporte, sus argumentos son los de un profano. En ningún momento se cuestiona lo que hacen las multinacionales de los fármacos. Otra cosa habría sido un artículo de Dr. Laporte, al que habríamos leído con el mayor respeto, pero con todo su prestigio, Laporte, no es alguien que nos tenga acostumbrado a redactor un yo acuso a lo Emile Zola, tampoco lo hace ICV-EUiA, cuya preocupación hasta el momento ha defender su propio espacio en el sistema.
TF podía errar en sus fuentes, qué eran de la mayor entidad científica, pero lo cierto es que hasta el momento solamente hemos visto al tal MJS, intentando rebatirla. No hay que decir que sí hubiera metido la pata a fondo, de seguro que habría sido linchada mediáticamente, lo vemos cada día. Probablemente no habría faltado una tribuna de señores como Vargas Llosa que habría aprovechado la “actividad brujeril” para dejar constancia de los valores humanísticos y democráticos de las grandes multinacionales. En cuanto a la “conspiración”, yo la menos no tengo la menor duda de que las multinacionales farmacéutico o no, funcionan con un “PolitBuró” con mayor poder que los Estados. Por otro lado, la pertenencia a la Trilateral de Trinidad Jiménez, la ministra de Sanidad, no es precisamente una garantía. Finalmente: después de las denuncias contra las farmacéuticas por parte de TF, Jordi Evole hizo uno de sus primeros programas entrevistando a autoridades que abundaban en la denuncia del poder casi ilimitado de tales empresas.
No menos sorprendente es la parte “religiosa”, sobre todo porque todo el empeño de MJS es confundir a la Teresa con la jerarquía vaticana, todo ello sin aportar ningún dato que fundamente sus acusaciones. Me he dado una vuelta con el nombre de TF por las diversas páginas escritas desde la Iglesia establecida, y no he encontrado más que descalificaciones. Por citar un ejemplo, en una de ellas se puede leer: “Sor Teresa hace tiempo que está pidiendo a gritos dos leches desde Roma, y la verdad que en eso va por buen camino. Aparte sus más que controvertidas declaraciones (hoy estoy de buenas), hay ya algún librito que pone las cosas más serias. Si a todo esto añadimos su salto a la actividad política ¿tendrán las reuniones en el locutorio?, no sé yo si en Roma seguirán aguantando”, y podía seguir.
Nadie con una formación de izquierdas un poco seria confunde la Iglesia constantiniana con sus herejes, ni a la jerarquía con los creyentes de a pie. En este país, como en muchos otros de tradición católica, estas distinciones han sido básicas. El argumento de las posibles maniobras de la jerarquía son tan ciertas como todas las demás. Después de ver como los herejes se apartaban de la Iglesia de Franco y como la izquierda, incluyendo la más consecuente, se nutria de mucha gente de parroquia, también hemos visto como legiones de arrepentidos del marxismo o del anarquismo, buscaban su acomodo en la clase política del régimen. Pero ver detrás de TF la mano de una potencia extranjera me parece algo indigno de un artículo avalado por una revista como sin Permiso, que es también la nuestra.
Creo que en el fondo, la cuestión es muy otra. Desde luego, la actuación política de TF no implica para nada sus posicionamientos personales que por lo demás, merecen todos los respetos. Cuando hace de portavoz, explica lo que ya forma parte de lo común. Obviamente, incluso así la discrepancia no podía faltar en tal o cual aspecto. A mí por ejemplo, a veces me parece un tanto seráfica, pero eso no es lo fundamental.
Su importancia quizás excesiva se explica porque nos hemos quedado sin nadie con capacidad de convocatoria. Después de tantas derrotas y complicidades, de tanta devastación ética y organizativa, nos hemos encontrado con un capital financiero sin oposición, y sin apenas capacidad de respuesta. La que hay se está forjando desde diversos lugares. Lo que trata Procés Constituent es crear una plataforma común evitando los errores de otros tiempos, cuando los aparatos partidarios que habían conseguido el crédito de la resistencia, lo utilizaron para pactar derrotas que vendieron como victorias o como el mal menor.
La izquierda se había deshecho hasta el extremo que no se podía hablar tan siquiera de volver a levantar la piedra, como Sísifo. Partidos y sindicatos habían vendido o perdido hasta la piedra. Lo que está haciendo el Procés al que TF presta sus envidiables capacidades mediática, pero también científicas y didácticas, es tratar de poner eso, una primera piedra. Crear un punto de apoyo para volver a ocupar las calles y si es posible, las instituciones, en este trabajo, el aporte de los cristianos de base resulta del todo indispensable. Procés trata de hacer todo eso con un programa que une la defensa da los derechos sociales y los nacionales (algo que MJS considera aberrante desde su ajeneidad a lo concreto), llamando a trabajar desde abajo, creando un movimiento en el que nadie sea más que nadie. Por eso creo que las críticas que se hagan desde la izquierda, tengan el sello de la seriedad y la fraternidad. U el artículo de MJS no contiene nada de eso.
Lo han dicho los autores citado, y habrá que repetirlo cuanto sea necesario.

Pepe Gutiérrez-Álvarez

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