martes, marzo 31, 2015

La crisis agónica de Izquierda Unida y del PCE



En estas semanas la crisis del PCE (Partido Comunista Español) e IU (Izquierda Unida) ha sido un hecho político importante que trastoca a toda la izquierda parlamentaria del Estado español, tras la irrupción de Podemos y la crisis del bipartidismo.

El hecho nuevo ha sido el duro enfrentamiento entre la candidata a la Comunidad de Madrid Tania Sánchez y la dirección histórica de Ángel Pérez y Gregorio Gordo. La dirección está fuertemente cuestionada por la implicación de IU en las tarjetas black de Bankia. El abandono de ésta formación por parte de su candidata es un misil directo a la línea de flotación del PCE/IU. Sin embargo, la crisis es mucho más profunda y no se circunscribe a la Capital.

Años de reformismo

El Partido Comunista español ha sabido ir acomodándose a lo largo de las décadas a los cambios de viento. Ha cambiado de chaqueta en varias ocasiones y por ello ha jugado un rol importante en el control del movimiento de masas, desde los años 30 del siglo pasado.
En los 70, bajo la dirección de Carrillo, se sumó al eurocomunismo pujante de los PCF y PCI. Carrillo, como ellos, se sumó al tinglado construido por la burguesía nacional dando un decisivo apoyo al Rey y a la Constitución del 78. Para Carrillo y la cúpula era más importante conseguir un lugar bajo el sol, antes que desarrollar las luchas obreras en curso. Así jugaron un gran papel frenando a las masas y garantizando esta “democracia” para ricos.
A mediados de los 80, diseñaron otro “traje” que permitiera superar el gran coste pagado por las traiciones de la “Transición democrática”. Constituyeron Izquierda Unida junto a otros grupos de poca monta. Este Movimiento, dirigido por el PCE, aprovechó un vacío dejado por el PSOE de González, al ubicarse como gestores del capitalismo español y el movimiento anti-OTAN. Con éste nuevo traje, el PCE logró ampliar su dominio en el espacio de la izquierda. Pero igualmente para continuar jugando el rol de contención de masas, mientras el PSOE pasaba durísimos ataques contra la clase obrera (y luego el PP).
Ahora con la grave crisis que atraviesa el Estado Español y el reaccionario Régimen del 78, los dirigentes del PCE-IU se preparaban para dar el sorpasso al PSOE. Sin embargo, ha surgido una nueva formación que no solo ha golpeado duramente al PCE, sino que parece que superará al PSOE y quizás pueda ganar las elecciones. Podemos se apoya en el movimiento juvenil surgido del 15M, aunque le da una interpretación muy conservadora. Pero IU no le puede dar nada a un movimiento en el cual no ha participado y al cual ha visto con gran preocupación. IU está pagando las décadas de traiciones y de apoyo a la democracia capitalista.

El futuro del PCE-IU

Esta crisis no es una más. Tampoco está reducida a Madrid. El PCE desde siempre ha querido dar el sorpasso al socialismo. Parecía que este era el momento del PCE: el PSOE a la deriva y una terrible crisis capitalista. Sin embargo, el PCE se encuentra reducido a una presencia testimonial en la arena política. Y, el sorpasso lo dará otro grupo político, Podemos. Esta es la gran crisis del PCE-IU. El PCE no puede adelantar a los socialistas por haber garantizado, desde el margen izquierdo, la estabilidad del reaccionario régimen del 78.
Por ello, en estos años se encuentra en un gran dilema. Dentro de IU, los nuevos dirigentes como Garzón y Sánchez, entrañaban un intento de adecuación a la realidad creada por el movimiento 15M y los indignados (aunque no un cambio de estrategia). Así buscaban el camino del “sorpasso”. Pero la vieja guardia, no está dispuesta a ponerse a un lado. Esto ha implicado un revés con la renuncia de Sánchez y un peligroso golpe que puede afectar a la supervivencia del PCE o abandonarle a un espacio residual, antes de celebrar el primer siglo de vida. De esta manera, le han facilitado el camino a Pablo Iglesias y sus acólitos.
Una posibilidad es el acercamiento del PCE-IU hacia el PSOE, de hecho en Andalucía han formado un Gobierno juntos. A principios de los 90, el Partido Comunista Italiano afrontó su reconversión y un rápido acercamiento a la socialdemocracia que culminó en la formación del Partido Democrático junto con la democracia cristiana y los socialdemócratas. En Catalunya el PSUC realizó un camino similar aunque en su reconversión participaron otros grupos ecologistas. Y de hecho compartieron listas comunes con el Partit dels Socialistes Catalans.
No es imposible un camino común con Podemos y los grupos de la izquierda radical, aunque por ahora no es lo más probable. La salida de Tania Sánchez, una de los dirigentes que más abogaba por ello, es una muestra de las dificultades de ese sendero. Aunque algunos dirigentes que decidieron quedarse en IU, aprueban sumarse a las listas “Ganemos”.
Otra posibilidad, sería un camino más “a la francesa”. Es decir, conservar la marca mientras se van perdiendo posiciones y se autocondena a la marginalidad política. Sería un suicidio, pero no se puede descartar. Que es lo que le sucede al PCF luego de su fracasada experiencia de la Gauche Plurielle.

Una izquierda de clase e independiente de la burguesía

Más allá del devenir del estalinismo español; dentro de la izquierda radical, es decir, revolucionaria, es necesario abrir una amplia discusión sobre los motivos de la crisis orgánica del PCE-IU para elaborar una estrategia que permita acabar con los durísimos ataques capitalistas contra los trabajadores y el pueblo y poner en pie de combate al movimiento obrero. Para algunos sectores como la ya extinta Izquierda Anticapitalista pasa por diluirse dentro de Podemos. Otros grupos se suman a las candidaturas de Ganemos-Guanyem. Otros se suman a “Crida Constituent”.
Sin embargo, el gran problema de la izquierda anticapitalista es que no reflexiona sobre cómo acabar con el sistema culpable de los graves problemas sociales que padecemos. Casi todas las discusiones se centran desde cual coalición se pueden juntar más votos. Las polémicas de estrategia se abandonan por la urgencia de conseguir un cambio de personal político aún a pesar de que se haga bajo la poderosa vigilancia de las reaccionarias instituciones del 78.
¿Cómo sería posible acabar con el paro si los empresarios son quienes deciden qué hacer? o, ¿cómo acabar con el empleo precario, por horas y mal pagado? ¿Cómo acabar con los desahucios sin pararle los pies a la gran banca? ¿Cómo lograr un Gobierno que gobierne para los trabajadores si todas las instituciones de este reaccionario sistema defienden a los empresarios? ¿Cómo acabar con la policía que tiene a cuestas miles y miles de “4F”?
No nada de eso, ahora toca hacer las listas para las elecciones locales, para las andaluzas, etc, etc. El electoral 2015 nos urge crear marcas electorales ya. Y, así la izquierda radical continúa una y otra vez repitiendo los fracasados ejemplos de la izquierda institucional. No hay proyecto social progresista que no se proponga destrozar las reaccionarias instituciones del 78. Instituciones que siempre benefician a los capitalistas y sus representantes políticos. La izquierda radical necesita apoyar las luchas de la clase obrera y los derechos de la juventud oprimida, de las mujeres golpeadas por este sistema. Es necesaria una estrategia de clase e independiente de la burguesía para que en lugar de un cambio de personal político nos dirijamos hacia un cambio de sistema.

Guillermo Ferrari
Barcelona - @LLegui1968

Rosas y Fusiles, mujeres de las FARC-EP



Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, la guerrilla de más largo aliento en nuestro continente, siempre ha contado con la participacion de la mujer combatiente. ¿Quiénes son estas mujeres? ¿Por qué arriesgan sus vidas por los ideales del socialismo y la liberación nacional en un país bajo la bota de los Estados Unidos? ¿Cuál es su papel en el actual proceso de paz?
"Rosas y Fusiles", grabado en La Habana con las mujeres de la Delegación de Paz de las FARC-EP, abre una ventana que muestra la vida de compromiso y lucha de las guerrilleras farianas: las razones que les llevaron a ingresar a la insurgencia bolivariana, su vida cotidiana en las montañas de Colombia y la visión de paz con justicia social que mueve su accionar político en el campo de batalla y en la mesa de diálogo. El documental es también una meditación sobre la condición de la mujer colombiana y su rol en la revolución social.

Dirección: Vilma Kahlo
Producción: Escuela de Cuadros
Fuentes archivísticas: La noche de los lápices, La Insurgencia del Siglo XXI, Iluminados por el fuego, y diversos materiales de teleSUR, Hispan TV y Dick Emanuelsson.
Música
"Guerrero del Amor", de Guardabarranco (iTunes)
Artista
Guardabarranco

La tragedia de España

El 1° de abril de 1939, el último parte de guerra confirmaba la victoria de Franco en la guerra civil española, tres años después de su comienzo.

Sin embargo, el proceso revolucionario ya había sido clausurado dos años antes en la retaguardia republicana con la derrota de su vanguardia en Barcelona en 1937. Franco no tenía enfrente una revolución a la que aplastar. Esa tarea ya la había cumplido el Frente Popular (frente de conciliación de clases). El triunfo de la revolución por la que luchaban los trabajadores, los campesinos y el pueblo español hubiera impulsado la revolución en Europa. Por el contrario, la política impulsada por el estalinismo en alianza con la burguesía republicana española (al igual que sucedió en 1938 en Francia) , dio pie a que la burguesía imperialista impusiera la Segunda Guerra Mundial, que comenzó apenas 5 meses después.
Reproducimos un artículo publicado en el volumen 7 de las Obras Escogidas de León Trotsky escrito pocos días después de que el ejército franquista entrara en Barcelona.

La tragedia de España

30 de enero de 1939

“Uno de los capítulos más trágicos de la historia moderna se acerca en estos momentos a su fin. Del lado de Franco no hay ni ejército poderoso ni apoyo popular. Solo hay propietarios rapaces dispuestos a ahogar en sangre a las tres cuartas partes de la población, nada más que para mantener su dominación sobre el otro cuarto. Pero esta ferocidad no habría sido suficiente para asegurar su victoria sobre el heroico proletariado español. Franco necesitaba una ayuda procedente del lado opuesto del frente. Y la ha obtenido. Su principal ayuda ha sido, y es todavía, Stalin, el sepulturero del Partido Bolchevique y de la revolución proletaria. La caída de Barcelona, la gran capital proletaria, es el precio directo de las masacres del proletariado de Barcelona en mayo de 1937.
Por muy insignificante que sea Franco en sí mismo, por muy mezquinas que puedan ser sus camarillas de aventureros, de gente sin honor, sin conciencia ni talento militar, la gran superioridad de Franco consiste, a pesar de todo, en poseer un programa claro y definido: salvaguardar y estabilizar la propiedad capitalista, el poder de los explotadores y el dominio de la Iglesia, y restaurar la monarquía.
Las clases poseedoras de todos los países capitalistas, tanto de los países fascistas como de los países democráticos, se han puesto, como es lógico, del lado de Franco.
La burguesía española se ha pasado enteramente al bando de Franco. A la cabeza del bando republicano se han quedado los escuderos “democráticos”, despedidos por la burguesía. Estos señores no podían desertar y pasarse del lado fascista, ya que las fuentes mismas de sus ingresos y de su influencia residen en las instituciones de la democracia burguesa que necesita –o necesitaba– para su normal funcionamiento, juristas, diputados, periodistas, en una palabra, campeones democráticos del capitalismo. Todo el programa de Azaña y Cía. no representaba más que la nostalgia de los días pasados y constituía una base muy inadecuada.
El Frente Popular ha recurrido a la demagogia y a las ilusiones para arrastrar a las masas tras él. Ha conseguido hacerlo durante cierto tiempo. Las masas que habían asegurado todos los éxitos anteriores de la revolución seguían creyendo todavía que la revolución iba a llegar a su conclusión lógica, es decir, a la inversión de las relaciones de propiedad y a la entrega de las tierras a los campesinos y de las fábricas a los obreros.
La fuerza dinámica de la revolución consistía, precisamente, en estas esperanzas de las masas en un porvenir mejor. Pero los caballeros republicanos han hecho lo que estaba a su alcance para pisotear, mancillar e incluso ahogar en sangre las más anheladas esperanzas de las masas oprimidas. El resultado –lo hemos podido ver en el curso de los dos últimos años– ha sido una desconfianza y un odio creciente de los campesinos y obreros hacia las pandillas republicanas.
La desesperación o una triste indiferencia han sustituido gradualmente el entusiasmo revolucionario y el espíritu de sacrificio. Las masas han dado la espalda a los que les habían engañado o pisoteado. Esta es la principal causa de la derrota de las tropas republicanas. El instigador de los engaños y de la masacre de los obreros revolucionarios españoles es Stalin. La derrota de la revolución española es una nueva mancha indeleble de infamia sobre la banda del Kremlin, cargada ya de tantos crímenes.
El aplastamiento de Barcelona asesta un golpe terrible al proletariado mundial, pero también le enseña una gran lección. El mecanismo del Frente Popular español, como sistema organizado de engaño y traición a las masas explotadas, ha quedado completamente al descubierto.
La consigna “defensa de la democracia” ha revelado, una vez más, su esencia reaccionaria y al mismo tiempo su carácter vacío. Los obreros desean liberarse de la explotación. He aquí los auténticos objetivos de las clases fundamentales de la sociedad moderna. Las miserables camarillas de intermediarios pequeñoburgueses que habían perdido la confianza y los subsidios de la burguesía han querido salvaguardar el pasado sin hacer ninguna concesión al futuro. Bajo la etiqueta del Frente Popular, han fundado una sociedad anónima. Bajo la dirección de Stalin, han conocido la más terrible de las derrotas, cuando todas las condiciones previas para la victoria estaban al alcance de la mano. El proletariado español ha dado brillantes pruebas de una extraordinaria capacidad de iniciativa y de heroísmo revolucionario.
La revolución ha sido conducida al desastre por unos “jefes” despreciables y absolutamente corrompidos. La caída de Barcelona ilustra, ante todo, la de la II y III Internacionales, así como la de los anarquistas, todos podridos hasta la médula. ¡Trabajadores, adelante por una nueva vía! ¡Adelante por la vía de la revolución socialista internacional!”

León Trotsky

Radio Benjamin



La reciente edición en castellano de una selección de las casi 100 programas de radio que realizara Walter Benjamin para Radio Berlín y Radio Frankfurt, entre 1927 y 1933, permite acercarse no solo a algunos buenos ejemplos de la característica forma del pensador alemán de acercarse a los problemas culturales, sino también a las posibilidades y límites que veía en ese nuevo medio.

Con la aparición de cada nueva técnica aplicada a la producción cultural surgen los entusiastas y los detractores, los que ven en ella nuevas posibilidades de acceso a la cultura y los que sospechan de su posible manipulación. Esa discusión, que también ocupó a los marxistas en las primeras décadas del siglo alrededor del desarrollo del cine –con las producciones del primer cine soviético y Hollywood como los polos que ejemplificaban esa alternativa–, y que hoy se da en torno a internet, fue también una preocupación de Walter Benjamin cuando comenzó a difundirse la radio como novedoso medio de comunicación, y que puede entreverse en la transcripción de las emisiones que hiciera el autor y compila la editorial Interzona.
En estas breves crónicas se siente el pulso de la exploración del nuevo medio: son habituales las referencias al tiempo que tiene para desarrollar el tema elegido, e incluso compara su tarea con la de un boticario que debe medir cuidadosamente, gramo a gramo, las cantidades de elementos que requiere una preparación. Algunos de los temas elegidos, como la caída del puente ferroviario de Tay por un escaso dominio aún de las técnicas de construcción con el hierro, se extienden más allá del hecho en consideraciones sobre la aparición y desarrollo de la técnica en la historia.
No es la única catástrofe que recopila el libro titulado justamente Juicio a las brujas y otras catástrofes: el volcán en Pompeya, la crecida del Mississippi, el terremoto de Lisboa o el incendio de un teatro chino son algunas de las catástrofes naturales que abordan las crónicas, aunque siempre con la idea de, a través de ellas, dar a conocer rasgos de las sociedades en las que se produjeron. Pero no hay solo desastres naturales sino también catástrofes cuya responsabilidad es estrictamente social. El que destaca el título es el mejor ejemplo: las cientos de miles de muertes provocadas por la persecución estatal a estas mujeres –sobre todo, aunque podían ser hombres también– que supuestamente habían hecho un pacto con el diablo, muestra no sólo la brutalidad de ese ensañamiento sino también cómo el “progreso” de las formas filosóficas y jurídicas puede no sólo reforzar viejas supersticiones sino volverlas aún más dañinas adaptándolas a determinados intereses. Benjamin da cuenta de que la creencia en las brujas tenía una larga historia, pero que no fue hasta que los filósofos la catalogaron y los juristas intentaron reprimirla, que se inició lo que sería una de las matanzas que más siglos llevó detener: “El error y el sinsentido son males suficientes. Pero solo se vuelven muy peligrosos cuando se pretende imponerles orden y lógica. Eso es lo que ocurrió con la creencia en las brujas y por eso es que la tozudez de los eruditos produjo un desastre mucho más grande que la superstición. (…) Pero ahora vienen los peores: los juristas. Y con ello llegamos a los juicios a las brujas, la plaga más espantosa de aquella época, junto con la peste”.
La veta de los “fuera de la ley” recorre otros artículos de la selección: saltadores de caminos, traficantes de alcohol, falsificadores de estampillas. Y de hecho el autor permite preguntarse en alguno de ellos si tales temas son adecuados para un público juvenil, pregunta que reconoce como legítima pero que responde avanzando con sus historias. También en esta veta, lo que se trata es de ver el trasfondo social en que estas actividades se dibujan.
El postfacio del libro, a cargo de Esther Leslie –especialista en la obra de Benjamin que ha colaborado con un artículo al respecto en Ideas de Izquierda donde tomaba aspectos de este problema–, resume bien cómo al filósofo alemán le tocó vivenciar de cerca el desarrollo contradictorio de la radio. La consideró un nuevo medio democrático porque permitía llegar a miles, y dedicó buena parte de su tiempo a estas columnas y sendas obras radiofónicas –para adultos y jóvenes, a los que se dedica esta selección– durante el breve interregno republicano entre las dos guerras mundiales; hasta soñó con la posibilidad de hacerlo interactivo y no unilateral. Pero también llegó a ver cómo las antenas se extendían no con fines culturales sino bélicos, y cómo el nazismo comenzaba a usarla como medio privilegiado de su propaganda.
No fue una sorpresa. Benjamin, quien dedicó una parte importante de su obra a analizar el impacto del cine, la fotografía, los medios y la reproductibilidad técnica de las obras de arte, siempre partió de la idea de que la cuestión nunca estaba en los medios técnicos en sí, sino en el uso que se hiciera de ellos. Por ello ya en estos breves textos, incluso siendo previos a su instrumentación como parte del aparato de propaganda del régimen, ya cuestionaba los núcleos duros de esta configuración contradictoria.
En su breve texto “Reflexiones sobre la radio” de 1931 –paralelo a sus trabajos para la radio–, al igual que cuando analizaba las posibilidades de reproducción de las obras de arte, o el teatro brechtiano, el modelo de la audiencia de Benjamin no era la de un mero consumidor pasivo, sino el de un sujeto que pudiera evaluar, criticar e intervenir en dicha producción. En ese sentido intentaba en sus columnas distintas formas de participación de los oyentes mediante preguntas y votaciones para los espectadores, algo novedoso en su época. Era claro algo limitado, pero Benjamin confiaba en que el medio técnico permitía una redefinición de los roles del productor y la audiencia; si ello tenía límites, no era un problema técnico sino de política.

Ariane Díaz
@arianediaztwt

Hace 80 años León Trotsky publicaba ¿Adónde va Francia?



En su exilio francés, a pesar de tener prohibida la intervención política, Trotsky escribió y debatió con la sección francesa de la IV Internacional la intervención en una situación que podía poner a la clase obrera a la cabeza e impedir el inicio de la Segunda Guerra Mundial.

Trotsky relataba el 9 de abril en el Diario del exilio: “Leí hace varios días un número de La Vérité: ¿Adónde va Francia? Ese diario es, como dicen los franceses, partidario de Trotsky. Hay mucho de cierto en su análisis pero mucho de inacabado. No sé quién ha escrito esta serie para ellos. En todo caso ¡un hombre instruido en el marxismo!” [1]. El gran revolucionario ruso no podía revelar que era él quien lo había escrito, ya que las condiciones de clandestinidad en las que vivía no le permitían inmiscuirse en los asuntos políticos del país que lo albergaba.
En su exilio había llegado a Francia en 1933, pero en menos de un año el gobierno francés le exigió abandonar el país. La orden pudo cumplirse recién en junio de 1935, cuando el gobierno de Noruega consintió en brindarle asilo.
“¿Adónde va Francia?” y “Una vez más ¿adónde va Francia?”, publicados el 28 de marzo de 1935 en La Vérité, consideran diferentes momentos de la situación a partir de una fecha clave en la vida política de ese país. El 6 de febrero de 1934 los fascistas franceses trataron de tomar el poder mediante una manifestación armada dirigida contra la Cámara de Diputados. Aunque la intentona fracasó gracias a la acción del movimiento obrero, el gobierno giró a la derecha y la llegada del fascismo se transformó en un peligro real. Trotsky estimó que el país entraba en un período prerrevolucionario y que se había transformado en la clave de la situación internacional, como lo había sido Alemania en el período 1930-1933. Desde 1934, Trotsky juzgaba que si el proletariado no triunfaba, se allanaba el camino a la Segunda Guerra Mundial. Por eso apostaba con todas sus fuerzas al triunfo de la revolución en Francia y, posteriormente, en España.
En “Una vez más ¿adónde va Francia?”, Trotsky opinaba que nuevamente el pueblo francés se encontraba en una encrucijada: un camino llevaba a la revolución socialista y otro al fascismo. La elección del camino dependía del proletariado y de su vanguardia organizada. Polemizaba con el Partido Comunista (PC) francés, que se negaba a llevar adelante la lucha por el poder, levantando un programa que contemplara las milicias, el control obrero y un plan de nacionalización, porque este partido al caracterizar que la situación no era revolucionaria, justificaba su falta de estrategia revolucionaria.
Trotsky planteaba que la premisa económica de una situación revolucionaria está dada por la exacerbación intolerable de las contradicciones entre las fuerzas productivas y la forma de propiedad, y que estas condiciones ya existían desde hacía mucho tiempo, dada la crisis económica mundial. No obstante, destacaba que el capitalismo no iba a desaparecer por sí mismo sino que solo la clase obrera podía arrancar las fuerzas productivas de manos de los explotadores.
Contra la concepción del PC y de la Internacional Comunista (IC), que desde 1929 oscilaban en plantear si la crisis mundial era la última o no, Trotsky señalaba dos errores en este análisis: uno era confundir la crisis coyuntural con la crisis histórica del sistema capitalista y otro, admitir que, independientemente de la actividad consciente de las masas, una crisis pueda ser, por sí misma, la última. Desde la Primera Guerra, con la dominación del capital financiero monopólico, había más crisis coyunturales que recuperaciones económicas y el desarrollo económico de las naciones iba en descenso. Pero ninguna crisis por sí sola es mortal para el capitalismo sino que las oscilaciones de la coyuntura crean una situación en la que es más fácil o más difícil para el proletariado derrocar al capitalismo. Combatía el fatalismo de los partidos obreros que no se preparaban ni preparaban al proletariado para la toma del poder. Contra la concepción de la IC de que era imposible luchar porque no había situación revolucionaria, planteaba que esta situación se forma en la lucha de clases y que el partido del proletariado es el factor político más importante para esa formación.
Quien sí tenía claridad sobre la situación era la burguesía: “El 6 de febrero de 1934 únicamente sorprendió a las organizaciones obreras y a la pequeñoburguesía. Los centros del gran capital participaban desde hacía mucho tiempo en el complot, con el objetivo de sustituir al parlamentarismo por el bonapartismo. Esto significa: los bancos, los trusts, el Estado Mayor y la gran prensa percibieron tan próximo el peligro de la revolución que se apresuraron a prepararse mediante un ‘pequeño’ golpe de Estado (…) ¡La gran burguesía ha dado una inapreciable lección de estrategia de clase a los obreros!” [2]. Sin embargo en ese momento la burguesía no recurrió directamente al fascismo porque el frente único de los comunistas y socialistas no representaba todavía un peligro revolucionario inmediato.
Trotsky señalaba que los estados transitorios –entre una situación revolucionaria y otra contrarrevolucionaria– en la época del capitalismo en putrefacción son los que tienen una importancia decisiva para la estrategia política.
Había que analizar los procesos que se desarrollaban en los millones de campesinos, artesanos, pequeños comerciantes y pequeños funcionarios franceses, es decir, en la pequeñoburguesía que, en definitiva, determinarían el giro de la situación. La política del proletariado hacia este sector era fundamental para arrancárselo al Partido Radical y al fascismo.
Contra la manera rutinaria de plantear la consigna de huelga que proclamaba el PC, por reivindicaciones parciales y con temor a que se eleve a huelga general, Trotsky afirmaba que esta última era uno de los medios de lucha más revolucionarios y por encima de ella sólo existía la insurrección armada. Definía con total claridad que su importancia “radica en el hecho de que plantea la cuestión del poder de un modo revolucionario. Paralizando las fábricas, los transportes, todos los medios de comunicación en general, las centrales eléctricas, etc., el proletariado no solo paraliza la producción sino también el gobierno” [3]. Alegaba que las fuerzas del proletariado francés estaban intactas y que el fascismo como factor político en la pequeñoburguesía todavía era débil.
Concluía que era necesario impulsar la intervención de los bolcheviques-leninistas franceses dentro del Partido Socialista (táctica conocida como “giro francés”), porque “la fuerza de sus consignas proviene de que reflejan la lógica del desarrollo de la situación prerrevolucionaria actual. (…) El ala izquierda del PS crece. En el PC se ahoga la crítica como antes. Pero el crecimiento del ala revolucionaria en la SFIO (Partido Socialista francés) abrirá inevitablemente una brecha en la mortífera disciplina burocrática de los estalinistas: los revolucionarios de ambos partidos se tenderán las manos para trabajar en común” [4].
Los estalinistas no estaban interesados realmente en un frente único de la clase obrera contra el fascismo. Por órdenes de la Internacional Comunista, que en VII Congreso había votado por la política de los frentes populares, los dirigentes del estalinismo llamaron al Partido Radical (PR) burgués a unirse al PC y al PS en un frente de colaboración de clases contra el fascismo. Los radicales aceptaron la invitación y en 1935 nació el Frente Popular en Francia. Trotsky definió categóricamente esta alianza como una coalición del proletariado con la burguesía imperialista, representada en el PR, que se extendía al terreno parlamentario.
Como resultado de esta política, aplicada hasta la firma del pacto Hitler-Stalin en 1939, las oportunidades revolucionarias que surgieron en Francia y en España en 1936 se desperdiciaron deliberadamente y la clase obrera se encontró políticamente desarmada al estallar la Segunda Guerra Mundial.
Estos apasionantes textos de estrategia política, como otros más de la compilación, pueden leerse en el volumen 5 de las Obras Escogidas de León Trotsky.. Además, el Diario del exilio, traducido por primera vez al castellano, es una obra riquísima en contenidos políticos, culturales, literarios así como en reflexiones sobre la burocracia soviética y las terribles condiciones de persecución por las que atravesaban Trotsky y su familia.

Rossana Cortez
CEIP “León Trotsky”

Notas

[1] Diario del exilio, p. 266.
[2] Ver “Una vez más ¿Adónde va Francia?, p. 80.
[3] Ibídem, p. 103.
[4] Ibídem, p. 126.

Yemen bajo fuego



La ofensiva aérea de Arabia Saudita, apoyada por Estados Unidos, sobre los rebeldes huties en Yemen pone a este último país en el centro de las tensiones que recorren Medio Oriente. Yemen corre el riesgo de seguir el camino de Libia tras los bombardeos de la OTAN, ahogada entre el desmembramiento y la guerra civil.

Los bombardeos de Arabia Saudita, que cuentan con el apoyo de Obama, comenzaron el jueves luego de hacerse conocido que el impopular presidente de Yemen Abd-Rabbu Mansour Hadi, había abandonado el país tras el avance de las milicias chiitas huties que ya se encontraban a pocos kilómetros del palacio presidencial.
Hadi, respaldado por Arabia Saudita y Estados Unidos, había pedido una intervención militar directa a la ONU y la Liga Árabe, que derivó en el envío de artillería pesada por parte de la monarquía sunita saudí a la frontera con Yemen, para continuar luego con el inicio de los ataques aéreos. Hadi abandonó ayer su refugio y viajó a Arabia Saudita, dando lugar a diferentes versiones sobre su paradero, lo que acrecentó la inestabilidad en los mercados globales del petróleo, ante el temor por los suministros de la región.
El miércoles miembros de las milicias chiítas hutie habían tomado el control de Al Huta, capital de la provincia meridional de Lahech, situada a solo 50 kilómetros de Adén. En la ciudad de Adén se encontraba refugiado Hadi, donde se instaló el febrero tras huir de la capital, Saná. Saná se encuentra bajo el poder de los huties desde fines del año pasado cuando un levantamiento de esta importante minoría (los huties representan a más de un tercio de la población), exigió la renuncia del presidente Hadi.
En Saná, los aviones de combate bombardearon el jueves el principal aeropuerto y la base militar de Dulaimi, en un aparente intento por debilitar el poder aéreo de los rebeldes y su capacidad de disparar misiles. En la operación conocida con el nombre "Tormenta de la Firmeza", participa Arabia Saudita con 100 aviones de combate, mientras que otros 85 fueron proporcionados por Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Bahréin, Kuwait, Jordania, Marruecos y Sudán. Las fuerzas egipcias también estaban participando en la ofensiva, y cuatro de sus buques viajaban rumbo al Golfo de Adén.
La Casa Blanca dijo que apoyaba la operación y que el presidente Barack Obama autorizó el "respaldo logístico y de inteligencia" estadounidense.

Un complicado escenario regional

Cuando hace unas semanas el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, visitó el Congreso de Estados Unidos invitado por los republicanos, y en un claro desplante hacia Obama, tenía al menos dos objetivos en mente. Uno de ellos era el de posicionarse como el candidato indiscutible de la derecha y los conservadores hacia las elecciones en Israel, objetivo que superó con creces tras adjudicarse el triunfo de la semana pasada. El otro objetivo era torpedear las negociaciones que Obama lleva adelante junto a otros países sobre el plan nuclear Iraní, al que Netanyahu atacó por ineficiente, denunciando que las negociaciones permitían a Irán mantener la tecnología alcanzada hasta el momento convirtiendo a este país en un peligro para toda la región. Este último objetivo no llegó a cumplirse pero obligó al Secretario de Estado norteamericano, John Kerry, a hacer un viaje por Medio Oriente para intentar convencer a sus aliados del mundo árabe de que las negociaciones con Irán no implicaban un peligro regional. Si bien Kerry pudo ganar tiempo que por ahora le permite a Obama avanzar en las negociaciones con Irán, dejó muchas dudas entre sus aliados, sobre todo en la monarquía sunnita de Arabia Saudita que ve a un Irán chiita ganando fuerza en el Irak de posguerra e incluso detrás de los rebeldes huties en Yemen. Al mismo tiempo se fortalecen sectores sunnitas radicales como el Estado Islámico, que en el último mes se extendió mediante “franquicias” -algunos de ellas provenientes de Al Qaeda- a Libia, Túnez, Nigeria y el propio Yemen.
De esta manera la escalada militarista sobre Yemen ha tomado carácter de conflicto regional. La monarquía sunita de Arabia Saudita apoya abiertamente a Hadi como el líder legítimo del país, mientras que el chiita Irán ha pedido a Hadi que abandone el poder, dando su apoyo a los huties, que pertenecen a la minoría chiita zaidí del Islam.
Irán denunció el ataque sobre las milicias huties, y dejó en claro que el despliegue de una coalición sunnita complica los esfuerzos para poner fin al conflicto, avivando los conflictos internos. Sin embargo, según la agencia Reuters, un alto funcionario iraní descartó una respuesta militar. El grupo libanés chiita Hezbollah, también condenó el operativo.
Yemen, es uno de los países más pobres de Medio Oriente y se encuentra atravesado por conflictos históricos, la injerencia norteamericana y de Arabia Saudita no hace más que exacerbar las tensiones descargando sobre el país las contradicciones regionales. Los conflictos internos pueden terminar arrastrando a Yemen a un escenario similar al de Libia, dividiendo al país y extremando aún más los conflictos tribales.
Las petromonarquías del golfo, con el visto bueno de Estados Unidos ya habían actuado en los últimos años como un factor reaccionario para sofocar los levantamientos de la “Primavera Árabe” que incluyo ataques sobre los manifestantes en Barhein y la injerencia directa de Estados Unidos en Yemen. En este último Estados Unidos tenía una base militar de más de 500 millones de dólares en armas y equipos de combate, desde la que operaba sus drones bajo la excusa de la llamada “guerra contra el terrorismo”, que contaba son el apoyo del presidente Hadi.
La actual crisis en Yemen no hace más que mostrar que el descalabro generado por Estados Unidos tras el fracaso de sus objetivos en la guerra de Irak y Afganistán, junto a las tensiones que generan sus propios aliados, desde Arabia Saudita hasta Israel, son el principal factor de inestabilidad regional.

Claves:

• 23,8 millones de personas viven en el país más pobre del mundo árabe

• 50% de la población vive debajo de la línea de pobreza y un tercio sufre de hambre crónica

• 54% es analfabeto

• 35% de la población está desocupada

¿Quién es Abd-Rabbu Mansour Hadi?

El actual presidente Mansur Hadi llegó al poder en 2012 luego de que su antecesor, Ali Abdullah Saleh, renunciara en medio de masivas movilizaciones contra el aumento de los combustibles y la energía, y el deterioro de las condiciones de vida. Estas movilizaciones fueron un eslabón más de los levantamientos de la “primavera árabe” contra los gobiernos dictatoriales que tuvieron lugar en distintos países de África y Medio Oriente en 2011. El propio Saleh se encontraba a la cabeza de una dictadura de más de 33 años, primero gobernando Yemen del Norte y luego de la unificación de 1990, toda la república de Yemen. Saleh fue un estrecho aliado de Estados Unidos y de la vecina monarquía de Arabia Saudita y prestó su territorio para la instalación de bases militares como parte de la “guerra contra el terrorismo” de Bush y Obama.
Aun así frente a la situación de inestabilidad que se generó durante 2011, Estados Unidos y las monarquías del golfo presionaron por su salida asumiendo el poder su vicepresidente, Mansur Hadi. Hadi mantuvo lo esencial de las políticas de Saleh, incluida la subordinación política al imperialismo norteamericano, y no pudo desactivar el descontento que continuó hasta fines del año pasado cuando los huties junto a un sector que había desertado del Ejercito tomaron la capital, Saná, obligando a Hadi a presentar su dimisión.
El conflicto en Yemen se agravó el pasado febrero cuando Hadi huyó a Adén donde se retractó de la dimisión que había presentado un mes antes, y donde anunció que continuaba siendo el presidente legítimo del país, en oposición a lo dictado por los huties, que en ese momento estaban estableciendo nuevas instituciones para llenar el vacío de poder.

Juan Andrés Gallardo
@juanagallardo1

Netanyahu recargado para nuevas tormentas



La reelección del premier Benjamín Netanyahu por tercera vez consecutiva desde 2009 (sin contar el mandato de 1996-1999) es una expresión genuina de la derechización de la sociedad israelí durante los últimos veinte años, que a su vez introduce elementos de polarización política en la gran elección de la Lista Árabe Común que consiguió 13 diputados, rompiendo la apatía de los llamados “árabes israelíes” que concurrieron a votar en masa, cuando asoma un horizonte regional muy inestable.

Si bien la mayoría de los analistas y encuestadores estimaban la derrota de Netanyahu reservando el primer lugar para la opositora Unión Sionista del laborista Itzjak Herzog, la radicalización del discurso derechista durante los últimos días de la campaña se convirtió en el aspecto determinante de su victoria.
El líder del Likud había sido duramente cuestionado por derecha, pues tras el brutal operativo Margen Protector que arrojó más de 2100 muertos, la Fuerza de Defensa Israelí (FDI) destruyó la infraestructura de Gaza pero no alcanzó sus objetivos de eliminar a Hamas y los diversos grupos que componen la resistencia nacional, cuya estructura de comando aún se conserva intacta. Naftali Bennett de Habait Hayeudí y Avigdor Lieberman de Israel Beiteinu, los dos partidos más representativos del movimiento de colonos que residen en los territorios palestinos de Jerusalén oriental y Cisjordania, criticaron duramente a Netanyahu y propusieron el exterminio de Hamas y la reocupación de la franja de Gaza con el objeto de “enviar a los palestinos a la edad de piedra”.
“Netanyahu no es tan de derecha”, cuestionó el archi reaccionario Bennett. Por ese motivo, Netanyahu apeló a la honestidad más brutal y tradicional del Likud al filo del cierre de la campaña, sosteniendo públicamente que en su gobierno jamás habría un Estado palestino, del mismo modo que agitó por una Jerusalén unida e indivisible (ignorando la demanda palestina por Jerusalén oriental como ciudad capital) y remató prometiendo la extensión de las colonias con miles de nuevas viviendas en los territorios palestinos. De ese modo, y ante la gran oferta de partidos derechistas, los electores de derecha optaron por no dispersar el voto y asegurar el triunfo de Netanyahu, repitiendo como consigna que “Netanyahu es tan de derecha como Bennett y Lieberman”.
Probablemente, quien mejor sintetizó los elementos de polarización política fue el jefe del Estado judío Reuven Rivlin, señalando que “hemos atravesado una tormentosa y apasionada campaña electoral y ahora es tiempo de comenzar el proceso de curar y fusionar a la sociedad israelí”. Rivlin aludía a las declaraciones racistas de Netanyahu, alentando una campaña de miedo porque “los árabes acudían en masa a votar”, aunque a renglón seguido, y ubicado como árbitro, fustigó a los “partidos árabes” porque “tampoco son aceptables las comparaciones entre el sionismo y el Estado Islámico”.
Contemplando un plazo de dos semanas, Netanyahu garantizó la formación de su coalición de gobierno, sostenida por una alianza derechista entre el Likud, los partidos del movimiento de colonos Habait Hayeudí e Israel Beiteinu, los judíos ortodoxos de Shas (sefaradíes) y Judaísmo Unido por la Tora (ashkenazis) y el centroderechista Kulanu de Moshé Kahlon, quien puso sus 10 escaños con la expectativa de obtener el Ministerio de Economía para atender a las “demandas locales” contra la carestía del costo de vida y la necesidad de vivienda, de las que se hizo eco Unión Sionista como representante de las clases medias urbanas y liberales.
Esa coalición derechista revela sin ambigüedades el curso de Netanyahu para “manejar el conflicto” con el pueblo palestino, siguiendo la huella del halcón y ex premier Ariel Sharon y su formula de formaldehido. Dov Weiglass, socio de Sharon y arquitecto del plan de desconexión de Gaza en 2005 (cuando los colonos judíos y la FDI se retiraron de la ocupación de la franja), explicó que “el objetivo de nuestro plan de retirada es la congelación del proceso de paz… esto suministra la cantidad de formaldehido (fijador) necesaria para evitar un proceso político con los palestinos… cuando usted congela el proceso, usted impide el establecimiento de un estado palestino… así ha sido quitado indefinidamente de nuestra agenda”.
Indudablemente, Netanyahu encarna la tradición histórica del Likud, surgido de las ideas del dirigente político-militar Vladimir Jabotinsky, “el primer ciudadano fascista” (tal como fue designado por Mussolini) que mucho antes de su fundación, llamó a poner en pie un Estado judío como una “muralla de hierro” sobre la base de la “transferencia” del pueblo palestino.

Obama desempolva el fraude de dos estados

El espaldarazo a Netanyahu resultó un disgusto para Obama, tras el desaguisado del 4 de marzo cuando el líder del Likud acudió al Congreso norteamericano, invitado por el partido republicano, con la finalidad de boicotear el acuerdo celebrado con Irán para limitar su capacidad nuclear. Recientemente, la tensión parece haberse incrementado todavía más, pues altos funcionarios de la Casa Blanca dejaron trascender que el Estado hebreo habría espiado las negociaciones a puertas cerradas entre EE.UU. e Irán. “Una cosa es que EE.UU. e Israel se espíen mutuamente, otra muy distinta es que Israel robe secretos de EE.UU. y los comparta con legisladores estadounidenses para socavar la diplomacia estadounidense”, especificó un funcionario. Sin embargo, y a pesar del recelo de Obama, las autoridades anunciaron que EE.UU. se negaría a hablar en el Consejo de Seguridad de la ONU sobre las acusaciones por crímenes de guerra que pesan sobre el Estado sionista, demostrando la inquebrantable alianza estratégica entre el estado imperialista y ese estado gendarme y vasallo.
De todos modos, Obama delegó en el secretario de Estado John Kerry desempolvar una vez más la cantinela sobre la solución de dos estados, lamentando la derrota de Unión Sionista, dado que el partido laborista, el principal socio de esa coalición de centroizquierda, fue el signatario de esos acuerdos firmados en 1994 entre el entonces premier israelí Itzjak Rabin, el líder histórico del Fatah y la OLP Yasser Arafat y el presidente norteamericano Bill Clinton. En realidad, el partido laborista siempre objetó el legítimo derecho del pueblo palestino a tener su propio Estado. Tras la ocupación de los territorios palestinos de Gaza, Jerusalén oriental y Cisjordania, como resultado de la Guerra de los Seis Dáas de 1967, los generales Moshé Dayán e Igal Alón expresaban las dos posiciones entre las que el partido laborista oscilaba: la anexión mediante un sistema de apartheid o la anexión con la concesión de algunos derechos mínimos.
El “pacifista” Rabin, uno de los carniceros de la Nakba, se vio obligado a firmar el acuerdo de dos estados años mas tarde para descomprimir el cisma causado por la primera Intifada, el levantamiento radicalizado mas importante de las grandes masas palestinas, combinado con la emergencia de un movimiento de soldados israelíes objetores de conciencia (refuseniks) que se negaban a intervenir en los territorios palestinos, revelando una división profunda en la sociedad israelí.
Amén de las razones, esos acuerdos constituyen un fraude por donde se los mire. Entre los puntos más importantes, creo la Autoridad Palestina con jurisdicción sobre un cuarto de los territorios palestinos, en tanto los tres cuartos restantes quedaron por resolver en las calendas griegas. Jamás fue contemplado el derecho de retorno de 7,5 millones de palestinos que residen en la diáspora, la mayoría en campos de refugiados, la demanda democrática más importante que objetan todos los partidos sionistas por poner en tela de juicio el equilibrio demográfico que garantiza la opresión nacional de la mayoria judía sobre la minoría palestina.
¡Qué clase de Estado es aquel que no tiene siquiera derecho a tener sus propias fuerzas armadas! Después de veinte años ininterrumpidos de avance en la colonización de Jerusalén oriental y Cisjordania, la solución de dos estados se reduce a una broma de mal gusto. Pero la reedición senil de esta política se da de patadas con un Netanyahu recargado para nueva tormentas.

Miguel Raider

Los gigantes brasileros del agrobusiness a la ofensiva



La compra de Kraft Foods Group por la firma brasileña de capital privado, 3G Capital, es una nueva prueba del apetito del gigante sudamericano por el agroalimentario mundial

A comienzo de semana la adquisición por la gigante estatal China National Chemical Corp (ChemChina) de la histórica firma italiana de neumáticos Pirelli por un valor de 7.100 millones de euros había llamado la atención. De esta manera, la firma asiática toma el control del quinto fabricante de neumáticos del mundo. Pero los grandes grupos brasileños del agrobusiness no le van en zaga: el pasado jueves, se confirmó que 3G Capital alcanzó un acuerdo para comprar Kraft Foods Group, monstruo norteamericano de la alimentación con un valor de 36.500 millones de euros. Kraft Foods se fusiona con Heinz para crear la tercera mayor compañía alimentaria en Norteamérica y la quinta del mundo.
La operación tiene la firma del inversor brasileño Jorge Paulo Lemann y del estadounidense Warren Buffett, que hace dos años se hicieron con el control de la marca de ketchup, con la que protagonizaron entonces la mayor compra en la historia de la industria. Ahora los dos magnates dan un nuevo salto buscando utilizar la plataforma de distribución internacional de Heinz para expandir los productos de Kraft, todavía muy dependientes del mercado norteamericano y canadiense. La nueva compañía será conocida como Kraft Heinz Company. El negocio combinado generará 28.000 millones de dólares en ingresos anuales, la mitad que PepsiCo. En su cartera de productos habrá ocho marcas con un valor superior a los 1.000 millones de dólares cada una y cinco que superan los 500 millones. No solo tendrá una presencia muy fuerte en las estanterías de los supermercados, también en los restaurantes.
El nuevo grupo tendrá un valor de 100.000 millones de dólares, deuda incluida. Se trata de la operación más importante del año en materia de fusiones y adquisiciones, y marca otro paso en la conquista de la industria de la alimentación estadounidense por un grupo brasileño de capital de riesgo. Desde su sede en Brasil, 3G se ha convertido en un actor mayor en el mundo de las marcas de alimentos.
Su co-fundador, el multimillonario brasileño Jorge Paulo Lemann fue uno de los principales accionistas de la cervecera InBev, empresa belgo-brasileña quien compro en 2008 a su contrincante Anheuser-Busch a 70 dólares por acción (52.000 millones de dólares en total). La compañía resultante de la operación tomó el nombre de Anheuser-Busch InBev (AB InBev). Es el líder de la industria en todo el mundo con marcas como Budweiser, Corona, Leffe o Stella Artois, además de marcas locales como Brahma o Quilmes. Lemann, que es uno de los accionistas mayoritario de éste conglomerado cervecero, está considerado el hombre más rico de Brasil. Con 3G junto con otros dos empresarios brasileños, apuesta por grandes grupos estadounidenses con dificultades para crecer.
Lemann es conocido por sus habilidades de reducción de “costos”: la compra de Heinz significo el despido de una parte importante de la plantilla. Alex Behring da Costa, el socio gerente de 3G, será presidente de Kraft Heinz, mientras que Bernardo Vieira Hees, el presidente ejecutivo de Heinz, será el presidente ejecutivo de la compañía combinada. Este último es el actual CEO de H. J. Heinz Company desde junio de 2013. Según el ranking de las grandes fortunas mundiales de la revista Forbes, Lemann su ubica en el número 26 y sus dos asociados ocupan los puestos 101 y 122 respectivamente.
En los últimos siete años, 3G se ha hecho con Heinz y con las cadenas de comida rápida Burger King y Tim Hortons, además del fabricante de cervezas Anheuser-Busch InBev. Parte de estas operaciones se hicieron conjuntamente con Warren Buffett y su fondo de inversión Berkshire Hathaway. Esta es su tercera operación conjunta, después de Heinz hace dos años y el año pasado la compra de la cadena canadiense de cafeterías Tim Horton por parte de Burger King, que previamente había sido adquirida por el fondo brasileño 3G Capital.

De la banana a la carne

Pero más allá de la fusión de Heinz-Kraft, las empresas y fondos de inversión brasileros multiplican sus operaciones espectaculares. En 2014, la firma de bananas norteamericana Chiquita Brands pasó a manos de dos multimillonarios brasileños: José Luis Cutrale y Joseph Safra. Ellos lucharon por meses para arrebatarle su presa a la irlandesa Fyffes que también la codiciaba. Los dos brasileños pusieron $ 681 millones sobre la mesa, y con el traspaso de la deuda, Chiquita Brands ha sido valorado $ 1.3 mil millones.
Una compra simbólica ya Chiquita (la antigua United Fruit), Fresh Del Monte y Dole forman el trío estadounidense que ha dominado el mercado del plátano. Safra tiene el fondo de inversión Safra Group que cobró mucha publicidad recientemente por la adquisición del llamativo edificio Gherkin (pepinillo) en Londres. El propio señor Cutrale ha hecho una fortuna con el jugo de naranja a través de una empresa que lleva su nombre.
Otro ejemplo no menos importante de este espíritu de conquista de la agroindustria brasileña es la compañía JBS SA que lleva las iniciales de su fundador José Batista Sobrinho. La carnicería original que fue fundada en 1953, en Anápolis, Goiás se convirtió en líder mundial de la carne, ahora dirigido por su hijo Wesley Batista. Por cantidad de ventas es la compañía de procesamiento de carne más grande el mundo, produciendo carne procesada de vaca, pollo y cerdo, y también la venta de los subproductos de la transformación de estas carnes. Tiene su sede en São Paulo.
La empresa cuenta con 150 plantas industriales en todo el mundo. Tiene ingresos 38.100 millones de dólares y está clasificado en el Top 10 de los agronegocios globales. Aventaja por poco de su gran rival estadounidense Tyson Foods, otra gigante de la carne, aunque aún por detrás y a distancia del mastodonte suizo Nestlé, cuya cifra de negocios superó los 90.300 millones de dólares en 2014(es la más grande empresa privada brasileña en términos de facturación). Ha experimentado un crecimiento acelerado gracias a adquisiciones sucesivas apoyadas por la Banca pública (un cuarto de su capital es propiedad del Banco Brasileño de Desarrollo).
En estos últimos años JBS Friboi, absorbió numerosas empresas: Frangosul, filial sudamericana del grupo francés Doux; la rama avícola de su compatriota Marfrig; el rey del pollo estadounidense Pilgrim’s Pride o las actividades avícolas de Tyson Foods en México y Brasil.En noviembre aumentó su presencia en Australia, adquiriendo Primo Smallgoods, lo que le permite llegar a países como Japón o Corea, mercados en pleno crecimiento. La contracara de esta frenética expansión es su elevado nivel de endeudamiento

Desindustrialización relativa y potencia agrícola: vulnerabilidades del nuevo modelo

Desde hace décadas, a diferencia de la época del milagro económico brasileño, Brasil conoce un proceso de desindustrialización relativa desde los años 1980 y de abandono de la producción de bienes a fuerte contenido tecnológico: el saldo comercial de brasilero de los productos de alto valor agregado es deficitario. Durante la misma época o un poco antes, desde los años 1970 el sector agrícola brasileño conoce un proceso de modernización que se traduce tanto por un alza de la productividad agrícola (mayor rendimiento de la tierra ya explotada, mayor uso de fertilizantes, etc.) como de la concentración brutal de la tierra. Pero la clave junto a esto es el salto los productos elaborados de origen agrícola, sostenidos por una política de subvenciones impositivas, créditos a las exportaciones a la vez que se imponen trabas a los productos no transformados, proceso que se continua una vez liberalizado el sector agrícola con las reformas neoliberales .
Es así que la exportación de materias primas agrícolas no procesadas representaban el 84% de las exportaciones agrícolas en 1960, esta parte no es más que un 20% a al comienzo de 1990 (aunque luego subió de nuevo hacia 2013 en el pico del ciclo de las materias primas). Lo novedoso es el desarrollo de un fuerte sector de procesamiento industrial de la producción agrícola/ganadera, el agronegocio, que abarca casi un cuarto del PBI y sobretodo un 43% del superávit de la balanza comercial.
Las vulnerabilidades de este modelo es que su suerte está ligado a al deterioro de los términos de intercambio ligado a su producción centrada en las materias primas. Luego de un periodo de auge los precios de esta están en retroceso. Es en este contexto que hay que poner a la ofensiva en curso de los grandes grupos brasileros del agronegocio. Las movidas de estos son parte de las maniobras que están sacudiendo la industria mundial de alimentos. La fiebre de fusiones y adquisiciones están en pleno auge. La baja de crecimiento experimentado por los principales grupos industriales con la desaceleración en los “países emergentes” y las dificultades económicas en Europa y las dudas sobre la sustentabilidad del crecimiento en EEUU está generando un nuevo impulso para una nueva oleada de concentración en el sector.
Los grandes grupos de Brasil buscan en su internacionalización comenzada varios años atrás y cada vez más profundizada, escapar a la suerte de los ciclos económicos tanto nacionales como regionales con su alcance global, a costa de profundizar los males estructurales del sector agrícola doméstico.
Este último es una rémora enorme a un desarrollo integral del país con sus características bien desiguales, el aumento de la pobreza rural, la evolución de las desigualdades regionales y la persistencia (y agravamiento a pesar de ciertos paliativos coyunturales en los últimos años, hoy en cuestión); además de la insuficiencia alimentaria debido al desarrollo de la cultura exportadora en contra de la cultura de subsistencia , en especial la producción de porotos y mandioca que se ha estancado y su disponibilidad por habitante ha disminuido.
No hay salida a esto sin una revolución agraria, que toque los intereses y expropie a los grandes magnates del agro brasileño, hoy en día la fracción más concentrada de la burguesía nacional, integrada a su vez por miles de lazos con la gran burguesía internacional.

Juan Chingo
París | @JuanChingoFT

Uruguay: Un gobierno de continuidad con cambios a derecha



En una ceremonia que no contó con la algarabía popular de otros años, el pasado domingo 1º de Marzo se llevó a cabo el traspaso de mando que invistió a Tabaré Vázquez nuevamente como presidente uruguayo, coronando un tercer período consecutivo del Frente Amplio, en el poder desde 2005.

La ceremonia, que más bien se destacó por ser corta y fría, contó con la presencia del Rey Juan Carlos de Borbón, y otros jefes de estado, como Dilma Rousseff, Evo Morales, y Raúl Castro, entre otros. Tampoco faltaron representantes de patronales nacionales y extranjeras, así como también delegaciones diplomáticas de países imperialistas, y cientos de efectivos policiales y militares que "adornaron" la plaza. El flamante nuevo presidente abrió su discurso saludando al neoliberal Julio María Sanguinetti, por el “retorno a democracia” hace 30 años. La imagen de las calles semivacías desde el Palacio Legislativo hasta la Plaza Independencia marca el grado de apatía popular que despierta la figura de Tabaré Vázquez en el casco militante del Frente Amplio, aún después de haber ganado en segunda vuelta con el 54% de los votos.
Así, esta ceremonia confirma una vez más, y contra las ilusiones de transformaciones sociales que supieron tener miles de sus honestos militantes cuando Vázquez asumió por primera vez en 2005, que es el "partido de la estabilidad" capitalista. En grandes líneas, el nuevo gobierno representa la continuidad con la administración Mujica. Pero Tabaré vuelve con menos margen en lo económico, y sus concepciones más conservadoras en lo social, provocan una tendencia al ajuste económico y el retroceso en las pocas conquistas democráticas que se obtuvieron. Una muestra de esto es el anuncio de suspensión de la implementación de la venta de cannabis en farmacias aprobada por el anterior gobierno. Vale recordar que fuera Tabaré quien vetó la ley que otorgaba el derecho al aborto. Probablemente también esté en riesgo la ley que, pese a todas sus restricciones, se consiguió hace poco más de un año.

Déficit fiscal y aumento de tarifas

Ante la preocupación por la situación de la economía brasileña que podría afectar negativamente al Uruguay, el gobierno saliente lanzó en sus últimos días un bono con vencimiento en 2050 buscando generar ingresos para las arcas estatales que funcionen como un colchón que permita al nuevo gobierno de Vázquez tener cierto margen de maniobra si la situación empeora.
Es que el gobierno entrante deberá administrar un déficit fiscal de 3,5% del PBI, y controlar la inflación que actualmente se sitúa en alrededor del 8%. En lo que respecta al precio del dólar (en torno a los 25 pesos) la Asociación Rural ya puja nuevamente por una devaluación fuerte que recupere la “competitividad” del sector exportador que hace más de 10 años viene ganando como nunca antes. Esto inevitablemente enfrentará al gobierno con las aspiraciones de los trabajadores y el pueblo de mantener lo poco conquistado.
Ante esto, el gobierno comenzó el año ajustando los cinturones contra el pueblo trabajador. El “tarifazo” expresado en las subas de electricidad (6,9%), obras sanitarias (9%), y de un peso en el boleto capitalino ($24) son un primer paso en esta dirección. Son movimientos en sintonía con el último informe del FMI para Uruguay, donde se destaca la “solvencia política y financiera”, pero plantean un alerta con las cuentas estatales y la inflación. La solución para el FMI ya la sabemos: ajustes y rebajas de las condiciones de vida como sufren los trabajadores griegos o españoles, entre otros.

Un gobierno amigo... del capital financiero

Si Mujica tuvo muy buenas relaciones con el capital imperialista y sus organismos de crédito, Vázquez no será menos.
Cuando el nuevo presidente anunciaba su candidatura los grandes periódicos de Wall Street y las calificadoras de riesgo expresaron su beneplácito por su postulación. Es que desde su primer presidencia se constituyó como un “hombre fuerte” del régimen político facilitando la penetración de capitales imperialistas y administrando sus grandes negociados. A su vez Vázquez cuenta con mejores relaciones que Mujica con la dirección mayoritaria del PIT-CNT, cuyo rol de contención y sostenedor del régimen quedó demostrado una vez más en el reciente conflicto de Ecolat que deja 400 trabajadores en la calle.

Fernández Huidobro: el ministro más odiado que confirma la política de impunidad

Aunque con el anuncio de la creación de la Comisión por Verdad y Justicia Tabaré Vázquez intenta posar de defensor de los Derechos Humanos, el nombramiento de Fernández Huidobro como Ministro de Defensa muestra sus verdaderos objetivos. No en vano fue el más abucheado de la jornada en el acto en Plaza Independencia por la mayoría de las 5 mil personas presentes. Es que las propias bases frenteamplistas saben que este personaje encarna abiertamente la política de impunidad de los mandos de las Fuerzas Armadas en la dictadura.
Luego de haber obstaculizado sistemáticamente el accionar de la justicia impidiendo el ingreso a los batallones militares en búsqueda de restos de desaparecidos durante su gestión como ministro en el gobierno de Mujica y sus declaraciones contra Serpaj (Servicio de Paz y Justicia), a fines del año pasado el gesto de Vázquez reafirmando su nombramiento constituye una clara demostración de que el objetivo del nuevo Presidente es garantizar la impunidad de los militares genocidas y cerrar definitivamente el tema.

Los grandes problemas estructurales no se resolvieron

Más allá de las loas que los medios de comunicación y la intelectualidad le dedican a Mujica, los grandes problemas estructurales del país no se han resuelto. Exactamente después de 10 años de gobiernos frenteamplistas hay 800 mil trabajadores con salarios inferiores a 14 mil pesos (mientras la canasta básica familiar es de 59 mil pesos) y continúa la precarización laboral para la juventud. La tierra sigue en manos del gran latifundio, y más del 70% se encuentra extranjerizada en manos de los grandes consorcios sojeros. La estructura dependiente y atrasada del capitalismo uruguayo no se ha modificado en lo sustancial, todo lo contrario. En estos años de gobiernos del Frente Amplio han aumentado exponencialmente las inversiones de capitales trasnacionales, han proliferado las zonas francas, y se votaron leyes como la que habilita la Participación Público Privada que son una puerta de entrada para la privatización de empresas públicas.
En materia de deuda externa, el ministerio de Astori ha pagado religiosamente los intereses de la deuda, mientras niegan mejoras para la salud y la educación. Y el gobierno entrante profundizará la línea privatista en educación que ya comenzara Mujica con la intención de implementar los planes Pro-Fime y Pro-Mejora.

Ecolat y Urupanel

Los ejemplos de Ecolat y Urupanel, dos "daños colaterales" del modelo frenteamplista son una muestra de lo que puede venir. Empresas que en los últimos 10 años han gozado de cientos de beneficios impositivos que ante los primeros golpes de crisis en el sector se van dejando a cientos de trabajadores en las calles. Esta es la farsa del "desarrollo nacional"... con capitales extranjeros. Con el verso de “generar puestos de trabajo”, les abren cada vez más la economía nacional a las multinacionales y muchas veces ni les cobran impuestos. Lo que se plantea ahora el FA es cómo hacer que no se vayan esos capitales extranjeros, lo que significa cómo mantener o mejorar la tasa de ganancia empresarial. La respuesta es simple: que paguen los trabajadores. Para eso Vázquez sabe que cuenta con los servicios del Partido Comunista (PCU) y el resto de la burocracia sindical. La designación de Juan Castillo (PCU) como Director Nacional de Trabajo es un nuevo salto en calidad en la integración del PCU al estado capitalista.
La lección de Ecolat es que para enfrentar nuevos despidos tanto por la crisis en la industria láctea, como en otras áreas, la clase trabajadora deberá deshacerse de su dirección tradicional y construir una nueva. La pelea por la independencia política del PIT-CNT y recuperar los sindicatos para los trabajadores sigue planteada.

Walter Vidal
Montevideo

Túnez: Concluye el Foro Social Mundial más difícil de su existencia

Arrancó en las calles capitalinas con una nutrida movilización ciudadana el martes 24 de marzo y concluyó el último sábado con otra manifestación. Esta vez en solidaridad con Palestina, menos concurrida que la del inicio y significativamente menos nutrida que la de clausura del Foro Social Mundial (FSM) 2013.
Con ausencia casi total de grandes actores de los dos foros tunecinos: la Unión General de Trabajadores de Túnez (UGTT), los Diplomados Desempleados e incluso las Mujeres Democráticas. Y con menos presencia de organizaciones internacionales de primer nivel como Vía Campesina. La presencia activa de la Marcha Mundial de Mujeres y de la red del Comité por la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo (CADTM), junto con algunos militantes de un puñado de sindicatos europeos fue la excepción.
La complejizada coyuntura política desde los hechos del Museo Bardo el 18 de marzo, aportan una clave de explicación. El país no termina de sacudirse del “shock” y las prioridades de movilización miran hacia adentro. Este domingo, miles de ciudadanos –incluida la UGTT- salieron a la calle convocados por del gobierno y por los principales partidos políticos tunecinos junto con varias decenas de invitados internacionales especiales para reforzar la débil unidad nacional bajo las banderas de la lucha condena al terrorismo.

Convergencia en la acción

Hasta un par de horas antes de la manifestación de clausura, el FSM protagonizó en la Universidad El Manar, lo que es su esencia: el debate, el intercambio y el consenso sobre una agenda común para las principales movilizaciones de la sociedad civil internacional.
Desde el jueves a la tarde, una treintena de Asambleas de Convergencia temáticas, buscaron sistematizar conclusiones. La del Clima, de cara a la Cumbre de París de las Naciones Unidas de diciembre próximo, agendó acciones y movilizaciones que se realizarán en los diversos continentes durante todo el año para concluir en la capital francesa en una especie de contra cumbre de los pueblos que incluirá acciones pacíficas de desobediencia ciudadana.
La del Agua y la Tierra, elaboró una Declaración detallada que reitera que “al agua, la tierra y las semillas son bienes públicos y no mercancías”, dándole continuidad a un proceso de reflexión que nació en el FSM de Dakar en 2011.
La propuesta de la asamblea de los Medios Libres, insiste en reforzar la información y la comunicación al servicio de los movimientos sociales.
En tanto, el Foro Parlamentario Mundial que se reunió el jueves 26 en la misma universidad y que funcionó como un espacio de convergencia de legisladores progresistas, emitió cinco mociones sobre temas de actualidad: la construcción de la paz; la migración; la deuda injusta; las multinacionales así como el ingreso mínimo ciudadano.

El futuro del FSM

Volvió a aparecer como tema transversal durante todo el FSM. Y centraliza la agenda del Consejo Internacional del foro en su reunión evaluativa de ayer domingo y hoy lunes. El futuro del FSM animó numerosos espacios de reflexión en Túnez y fue el tema central una de las asambleas de síntesis del sábado a la mañana, convocando a una buena centena de participantes.
Lo que está en juego no es solo el lugar de realización del próximo Foro Social Mundial. Sino también el momento de su realización; la metodología de funcionamiento; la presencia y visibilidad del mismo en el plano mediático internacional e incluso, el rol del actual Consejo Internacional que actúa como “instancia facilitadora” . En síntesis, todo el foro se abre al debate.
“El FSM es una nueva invención política. Expresa otra forma de concebir y hacer la política…Tiene apenas 15 años de existencia y los cambios exigen tiempo”, sintetizó el dirigente brasileño Chico Whitaker, uno de los co-fundadores y persona de referencia de este espacio altermundialista.
Whitaker no ahorró críticas, que dada su participación en esa instancia tienen el sentido de autocrítica: “el Consejo Internacional está totalmente perdido en cuanto a propuestas. Ya hace algún tiempo propusimos la eutanasia de este elefante blanco y buscar una nueva fórmula. Por ahora no lo logramos. Hubo gente que asumiendo la vieja forma de hacer política se integró a esta instancia creyendo que ahí había una cuota de poder a disputar. Pero no es así. El FSM no tiene una dirección. Debemos recrear métodos innovadores de coordinación y facilitación”.
El premio nobel alternativo 2006 reiteró dos propuestas para los próximos meses: volver a realizar el FSM en paralelo al Foro Económico de Davos, “para recuperar la visibilidad perdida. Para volver a existir internacionalmente”. Y convocar a un seminario de reflexión en 2016 en Porto Alegre, Brasil, “para conmemorar los 15 años de la existencia del Foro, demostrando que el proceso sigue y para reflexionar a fondo sobre su futuro. Retomando todas las nuevas ideas que circulan”.
Propuesta que, en la práctica, contradice la iniciativa impulsada por organizaciones canadienses de realizar la próxima edición a mediados de 2016 en Montreal. “Hoy no existe más un Norte y un Sur. Debemos globalizar las luchas. Canadá y sus movimientos sociales necesitan ser reforzados” subraya Rafael Canet, joven promotor del Colectivo de Comités pro FSM en Montreal en 2016. “Debemos superar el concepto tradicional de Norte-Sur. Hay movilizaciones y resistencias por igual en los dos hemisferios. Necesitamos innovación y energía para dinamizar este proceso. Buscar nuevas formas de relacionar el arte, la creatividad y el compromiso político. Integrando metodologías más abiertas para empujar hacia adelante al FSM”, subrayó.
El FSM abre puertas nuevas y cierras viejas ventanas conceptuales. No hay fórmulas ni recetas a la vista. Pero el cuestionamiento interno aparece como sinónimo de vitalidad. Concluyendo esta segunda edición tunecina. La más compleja de los diez foros centralizados realizados hasta ahora en los últimos tres lustros. Por interrogantes internos; por problemas logísticos de los organizadores locales –mayores que dos años atrás- y por la realidad política de Túnez. Nunca antes una edición del FSM estuvo tan amenazada como la actual.

Asamblea de los Movimientos Sociales

La Carta de Porto Alegre desestima que el Foro Social Mundial publique una declaración final aunque no impide que actores importantes divulguen sus propios pronunciamientos. Desde la primera edición, la Asamblea de los Movimientos Sociales ha elaborado su propia declaración. Dinámica repetida una vez más en Túnez 2015. Los puntos centrales expresan la continuidad de la lucha contra las trasnacionales y el sistema financiero, convocando para el próximo 18 de abril a una jornada de acción internacional contra los tratados de libre comercio. El compromiso por la justicia climática y la soberanía alimentaria, estableciendo el 2015 como año de la movilización por la justicia climática culminando con una gran movilización ciudadana en diciembre en París, Francia, al margen de la COP21. Además denuncia la violencia contra las mujeres, llamando a apoyar la 4ta Marcha Mundial de Mujeres que comenzó el 8 de marzo y concluirá en octubre del 2015. La Declaración expresa su compromiso por la paz, contra la guerra, el colonialismo, la ocupación y militarización de los territorios, exigiendo la reparación de los pueblos víctimas del colonialismo. Se pronuncia por la democratización de los medios de comunicación y la construcción de medios alternativos. Así como convoca a multiplicar la resistencia y la solidaridad. Llamando a una semana de acciones mundiales contra el sistema entre el 17 y el 25 de octubre próximos.

Sergio Ferrari

Derechos Humanos en Estados Unidos: una materia pendiente

Desde 1976, se ha aplicado la pena de muerte a 1264 personas

La pena de muerte es la última e irreversible negación de los derechos humanos, según declara la organización internacional Amnistía Internacional. Parece que el gobernador del estado de Utah, Gary Herbert, no comparte esta premisa; ya que ha promulgado recientemente que las personas con sentencia de muerte serán ejecutadas por un pelotón de fusilamiento. Explica el gobernador que tendrá que usar este método porque ya no llegan asiduamente los químicos fabricados y comercializados en Europa para realizar la inyección letal.
Es que los europeos se niegan a exportar estos químicos, porque ya saben que uso tendrán. No parece casualidad esta postura en el viejo continente, ya que la mayoría de los países están en contra de la pena de muerte. Si observamos organismos de integración internacionales como el G8, Estados Unidos es el único donde todavía se aplica la pena máxima; en cambio en el G20, esta medida es compartida por China y Arabia Saudita; y dentro de la Organización Para la Seguridad y Cooperación de Europa, solo Bielorrusia acompaña al país del norte en la aplicación de esa condena.
La historia de la ejecución, tiene larga data en la historia de Estados Unidos. La primera sentencia de muerte registrada en las colonias británicas de Norteamérica, se llevó a cabo en 1608. La primera víctima fue el capitán George Kendall, ejecutado por un pelotón de fusilamiento, acusado de espiar para el gobierno español. En 1612, el gobernador de Virginia, Thomas Dale promulgó la Divinidad, Moral y leyes marciales, que conllevaban la pena de muerte por delitos incluso menores como, robo de uvas, matar pollos y comercio con los indios. Las leyes relativas a la pena de muerte variaban de una colonia a otra, pero no todos estaban de acuerdo con estas medidas. Influenciados por el movimiento abolicionista que tenía sus raíces en Montesquieu, Voltaire, Bentham, algunas colonias fueron suprimiendo la pena capital. La primera fue Michigan, en 1846. Durante la guerra civil la oposición a la pena de muerte se desvaneció, ya que el movimiento contra la esclavitud estaba en el centro de atención. Después de la guerra se desarrollaron nuevos métodos de ejecución; como la silla eléctrica, construida en Nueva York en 1888.
Más adelante entre 1920 y 1940, con la revolución rusa, la primera y segunda guerra mundial y la depresión económica con sus conflictos de clase intensos hace que emerjan las luchas de los partidos socialistas desafiando por primera vez al capitalismo. Como contrapartida, la derecha apoyada en el terreno propagandístico, ayuda a incrementar la paranoia y el miedo de la población; y en ese marco avanzan nuevos métodos de ejecuciones, como el uso de gas de cianuro en 1924. El año 1930 fue claro ejemplo de estas pujas políticas y sociales; ya que fue cuando se produjeron más ejecuciones en Estados Unidos que en toda su historia, un promedio de 167 por año, (Bohm, 1999 y Schbas, 1997).

Ejecuciones y Minorías

Las mayores ejecuciones en masa de la historia de este país, se llevaron a cabo contra minorías. En 1862, 38 indios americanos fueron condenados por violación y asesinato y ahorcados simultáneamente en Mankato, Minnesota. En 1917 se ejecutaron a 13 soldados afroamericanos por tomar parte en el motín sucedido en Houston.
La geografía y la raza son factores importantes en las decisiones de pena de muerte
Es interesante como desde épocas tempranas, los castigados eran los mismos, que hoy en día. Según estudios realizado en el año 2003, por la Universidad de Maryland, se llegó a la conclusión que la geografía y la raza son factores importantes en las decisiones de pena de muerte. Los fiscales son más propensos a pedir la pena capital cuando la víctima es de raza blanca y menos propensa cuando la víctima es afroamericana. Estos estudios son reforzados por American Civil Liberties Unión (ACLU), que reporta en Octubre de 2002, que 12 personas han sido ejecutadas; el demandado era blanco, y la victima negra, en comparación con 178 acusados negros ejecutados por asesinatos con victimas blancas.
Desde que la pena de muerte se reinstalo en 1976, hay 1264 personas asesinadas, incluidas 12 mujeres. El 43%, pertenecen a la raza blanca, el 42% afroamericanos, el 3% asiáticos y el 13% latinos. Si tomamos en cuenta que la población negra es de 45 millones, y los blancos 62.6%, proporcionalmente la cantidad de ciudadanos afroamericanos ajusticiados es mayor.
En cuanto a la geografía, de los 32 estados donde se practica las ejecuciones desde 1976, el 82% se ubican en el sur. Siendo los estados con más números de ejecuciones: Texas 522, Oklahoma 112, Virginia 110, Florida 90, Misuri 82, Georgia 57, Alabama 56, Ohio 53, Carolina del Norte 43, Carolina del Sur 43 y Arizona 37. De acuerdo a Amnistía Internacional, hay 103 países en el mundo que han abolido la pena de muerte totalmente, 6 lo aplican en circunstancias excepcionales, 50 solo por delitos comunes, pero no lo han utilizado durante al menos 10 años pero 36 mantienen la pena de muerte en la legislación y en la práctica. Entre los últimos, se encuentra Estados Unidos, que según datos de M.Watt y Juan Ortiz Smykla, desde 1608 hasta 2002, han ejecutaron 15.269 personas. Aunque la población norteamericana, ha ido evolucionando y cambiando su posición sobre este tema, ya que en 1996, el 78% estaba a favor de la aplicación de la pena capital y en 2013, esta cifra se redujo al 55%; organizaciones de suma importancia como The American Bar Association, Catholics Against Capitol Punishment,Episcopal Peace Fellowship, Progressive Jewish Alliance, Amnesty International USA, entre muchas otras, siguen alzando sus voces para que definitivamente se elimine la pena de muerte en este país.

Anahi Rubin

lunes, marzo 30, 2015

EE.UU y sus aliados son la principal amenaza a la estabilidad de Medio Oriente



El editorial del New York Times de hoy es sobre el cambio táctico de Obama en Afganistán de mantener durante todo este año 9.800 soldados como tropas de ocupación, cuando hacia fines de 2014 había planteado una retirada rápida del país, dejando para este año solo la mitad de esa cifra.

“Obama dijo en una conferencia de prensa que todavía planea honrar su compromiso de reducir las tropas a alrededor de 1000 soldados cuando termine su mandato en 2017. Mientras EE.UU se dirige a una campaña presidencial en la que los republicanos ya están tomando una línea más dura en materia de seguridad en general, la decisión de Obama de frenar el ritmo de la retirada no debe ser una excusa para mantener las tropas en Afganistán indefinidamente.
El Sr. presidente Ashraf Ghani, educado en Estados Unidos y exfuncionario del Banco Mundial, que es percibido en general como alguien más serio y responsable que su errático predecesor Hamid Karzai, planteó en forma convincente que demorar la retirada le daría una garantía de seguridad para poder dedicarse a objetivos económicos, políticos y militares (…) No se pueden exagerar los desafíos. Uno de ellos es que el Ejército afgano será incapaz de defender el país si sigue perdiendo personal mediante deserciones, despidos y un nivel insostenible de bajas en combate. Aunque está autorizada a emplear a 195.000 personas, la fuerza perdió 17.000 soldados y empleados civiles el año pasado.”
El diario también señala que para los generales norteamericanos hoy la solución no es erradicar a los talibanes, sino llegar a un compromiso con ellos. Es decir, se trata de llegar a una condición de fuerzas tal como para llegar a imponerles la voluntad del vencedor. No se trata de aniquilar a un enemigo que por otra parte surgió hace 30 alimentado por el dinero norteamericano para combatir a la ocupación soviética. También el editorial señala que el objetivo es establecer el equilibrio en la frontera con Pakistán, en una zona de influencia de Rusia y China en un momento en que EE.UU tiene tensiones geopolíticas con ambos países y donde China en particular se está perfilando cada vez más como un jugador en la política mundial.
El editorial del Guardian/Observer de Londres de hoy está dedicado a la situación en Yemen. Allí hay una situación muy compleja, como contamos con mayor detalle aquí donde Arabia Saudita desde el pasado jueves se encuentra bombardeando la capital del país. Esta última se encuentra tomada desde hace meses por milicias de la población chiíta hutí, que cuentan con apoyo de Irán, mientras que el presidente formal del país, Abd-Rabbu Mansour Hadi, apoyado por EE.UU y Arabia Saudita se encuentra refugiado en este último país. Yemen se encuentra al borde una guerra civil y de la desintegración territorial al estilo de lo que pasó con Libia.
“Los aparentes vencedores, los hutíes del norte, casi seguramente no tienen los recursos para controlar totalmente el país. Este sería así incluso si los saudíes, que han bombardeado ya dos veces esta semana las bases aéreas cerca de la capital, Saná, no estuvieran listos para intervenir con tropas de tierra, junto con los egipcios y otros estados árabes. Esto también es parte de un patrón ya conocido de rebeliones suficientemente fuertes como para desafiar y a veces derrocar un gobierno, pero no lo suficientemente fuertes como para mantenerse en el poder por mucho tiempo. Han surgido naturalmente los temores de una nueva guerra por influencia entre Arabia Saudita e Irán, pero probablemente sean exagerados.
Es cierto que Irán ha proporcionado a los hutíes, que constituyen una rama remota del Islam chiíta, un poco de ayuda. Mantener distraídos a los saudíes armando problemas en su patio trasero tiene sentido desde el punto de vista de Teherán, pero es difícil ver la lógica de llevar todo esto a una guerra que los hutíes posiblemente pierdan, y a la que a Irán se le haría difícil contribuir. Por ahora, las palabras de Teherán, si se las toma en sentido literal, hacen hincapié en la necesidad de una solución pacífica de la crisis.”

Guillermo Iturbide

Estancamiento secular, tiempo libre y marxismo

Según una nota reciente de Financial Times, el debate sobre estancamiento secular es una de las discusiones económicas más importantes de la actualidad. El articulista agrega que el otro gran debate es el referido a las fuentes de la desigualdad. Estamos de acuerdo aunque consideramos que los temas están más ligados de lo que parece.

Dedicamos a un asunto y a otro, múltiples artículos de esta columna. Nos interesa esta vez retornar sobre las cuestiones demográficas que los mentores del estancamiento secular enarbolan como una de las causas explicativas centrales de su tesis.
Como señalamos en Lo que es bueno para la humanidad no lo es para el capital, el escaso crecimiento poblacional en los países centrales, resulta para los economistas, una de las explicaciones más exhaustivas del bajo crecimiento económico durante las últimas décadas. La cuestión está adquiriendo cada vez mayor lugar como problema estructural del crecimiento económico capitalista. Veamos algunos ejemplos en términos -si se quiere- prácticos. Dice Financial Times, que Japón intenta escapar a dos décadas de deflación y el denominado programa de tres flechas -por sus facetas monetaria, fiscal y estructural- impulsado por el primer ministro Shinzo Abe, estaría fallando fundamentalmente en su aspecto estructural. Según el diario, los principales problemas estructurales que Japón afrontó débilmente y necesita enfrentar se encuentran en el mercado laboral y el sistema de seguridad social. Se trata por un lado de impulsar el alcance y la productividad de una fuerza laboral que disminuye y por otro, de controlar los costos a medida que la población envejece. Por otra parte, en una nota reciente The Economist, esta vez sobre Estados Unidos, se afirma que la salud del mercado laboral estaría entre las preocupaciones centrales de la Fed. El dilema consistiría en que la participación de la fuerza laboral en el mercado de trabajo que se incrementó en forma constante desde mediados de 1960 hasta finales de los ‘80, se habría aplanado durante la década del ‘90 decreciendo después del 2000 y encontrándose, actualmente, muy por debajo de su nivel pre-crisis. El problema consistiría en que si la escasez de la fuerza de trabajo es efectivamente una cuestión estructural y no cíclica, un ejército de reserva débil, podría no contribuir a disminuir los salarios en términos “suficientes”. Por el contrario, la escasez de mano de obra impulsaría los salarios hacia arriba. Si esto es así, la inflación se aceleraría pronto por lo que la fed debería elevar las tasas interés rápidamente. En el campo “teórico”, además del espacio que otorgan al problema Summers, Gordon y periodistas económicos como Davies, entre otros, recientemente Stephen Cecchetti y Kermit Schoenholtz escribieron en Una guía sencilla del estancamiento secular, que la razón más convincente que explica la baja de la producción potencial de Estados Unidos, es el envejecimiento de la fuerza de trabajo. Agregan que durante la década que comenzó en 2012, la Oficina de Estadísticas Laborales proyectó un crecimiento anual de la fuerza de trabajo de sólo un 0,5%, por debajo de un promedio cercano al 1% de las dos décadas anteriores, a lo que se agrega el dinamismo declinante del mercado laboral norteamericano.

Irracional

El bajo crecimiento poblacional como explicación de la tesis del estancamiento secular aparece como un sinsentido desde el punto de vista lógico e histórico. En realidad, la cuestión, estaría poniendo de manifiesto que existe un exceso de capital frente a las posibilidades del crecimiento poblacional. Representa de por sí un reconocimiento de la incompatibilidad entre las necesidades del capital y las necesidades históricas de desarrollo de la humanidad. Un verdadero problema entre forma y contenido se pone de manifiesto. La forma de valor por oposición a la riqueza que, como dice Marx, está dada por el contenido material de los valores de uso, se presenta como incompatible. En el caso de los países centrales y en los términos de la teoría burguesa, empieza a aparecer notablemente separada la necesidad de producción de valor por parte del capital y las necesidades de valores de uso de la sociedad. De este modo, lo genérico, el valor de uso, se distancia de su forma específicamente capitalista, el valor, poniendo en escena el problema como manifestación de los límites históricos del modo de producción capitalista.

El capital y la humanidad

Sin embargo, desde el punto de vista de la teoría burguesa, el dilema no resulta absurdo en absoluto. Expresa que a pesar de los índices de desocupación alarmantes en muchos países centrales, el capital ve con terror lo que en un sentido es obra del desarrollo de las fuerzas productivas. Esto es que la combinación de la extensión de la expectativa de vida y un índice relativamente bajo de nacimientos, no es compatible con las necesidades crecientes de succión de plusvalor por parte del capital. En el contexto de los países centrales, dada una mayor longevidad y una menor natalidad, autores como Davies plantean abiertamente que la productividad tendrá que contrarrestar la situación demográfica. En otros términos, los jóvenes tendrán que pagar con más plusvalía relativa la vida “improductiva” (en el sentido de la producción de plusvalor) de los viejos o mejor aún, tendrán que producir una cuota mayor de plusvalor cuando jóvenes, para pagarse una prolongación “improductiva” de sus vidas. Evidentemente la conquista de “tiempo libre”, aunque más no sea por el aumento de la expectativa de vida y no por la reducción del tiempo de trabajo, se la mire por donde se la mire, aparece como un obstáculo histórico para el desarrollo del capital. Pensada en estos términos la cuestión plantea claramente una contradicción entre el devenir del capital y el devenir de la humanidad y pone en escena los estrechos límites del reformismo burgués en los tiempos actuales. A decir verdad, este asunto actualiza en gran parte la discusión sobre las posibilidades de desarrollo de las fuerzas productivas bajo el capitalismo, en la medida en que opone el incremento de la expectativa de vida a las necesidades del capital como una cuestión que sólo podría resolverse incrementando la productividad en un contexto de “estancamiento secular”. Y precisamente porque este es el contexto, el problema aparece como una suerte de círculo vicioso. En los términos del capital, tal como explicamos en artículos anteriores, la cuestión choca nuevamente con el asunto de la escasa inversión y los declinantes índices de crecimiento de la productividad. Por ello las fuentes de plusvalía absoluta (nuevos oasis de trabajo abundante y barato) suenan siempre como una bendición y en gran parte una contratendencia al bajo crecimiento capitalista de las últimas décadas. En este contexto y ante el aparente –aunque aún relativo- agotamiento de las condiciones para la inversión del capital internacional en China, la India estaría apareciendo como nuevo objetivo, aunque en una situación económica, política y geopolítica cualitativamente más compleja para el capital que en las décadas previas.

El granito de arena de Piketty

Por último la “preocupación” por la desigualdad –en la medida en que limita la realización del plusvalor- y la lucha por la obtención de una cuota mayor de trabajo no pago, parecen términos contradictorios. Por supuesto que a la teoría económica burguesa la desigualdad no le preocupa en lo más mínimo salvo en la medida en que puede limitar la realización del plusvalor. Y esto es lo que parece estar sucediendo desde la recuperación de 2010 cuando debido a los grandes niveles de endeudamiento de los hogares, el crédito al consumo ya no puede cumplir el rol de antaño. La única salida pensable para la burguesía en los países centrales, consiste en aumentar la plusvalía relativa. Cuestión que hasta cierto punto y a la vez que eleva la desigualdad en términos relativos, sería compatible con incrementos salariales que regeneren a la “clase media” norteamericana. Pero el asunto es que esta vía sólo podría lograrse mediante el incremento de la productividad, lo que nos hace retornar otra vez al mismo punto. El caso de Estados Unidos es paradigmático.
Según Davies, más allá de lo que los datos oficiales norteamericanos puedan estar ocultando gran parte de la realidad (ya que existe una masa muy significativa de trabajadores por fuera de los índices oficiales), el empleo estaría aumentando de forma inesperadamente rápida en relación con los índices moderados de crecimiento de la economía. La caída del crecimiento de la productividad en el último período, sería la explicación de esta contradicción. Durante los últimos cuatro años la productividad en Estados Unidos habría estado aumentando a una tasa del 0,6% en comparación con la norma del 2% de hace una década. Y durante 2014 el incremento se redujo aún más, rondando una tasa de crecimiento cercana a cero. Pero y como también señala Davies, la desaceleración de la productividad se inició mucho antes de la crisis financiera por lo que se espera que persista. Una vez más los límites a la inversión y las condiciones de estancamiento secular, hacen poco probable una reversión de esta situación que vuelve a mostrarse bajo la forma de un círculo vicioso para el capital.

Paula Bach

domingo, marzo 29, 2015

Secretos en la Segunda Guerra



“El código Enigma”, de Morten Tyldum

El código Enigma (dirigida por Morten Tyldum, Reino Unido - Estados Unidos, 2014) narra algunos episodios clave en la vida de Alan Turing, quien, según Wikipedia, fue "matemático, lógico, científico de la computación, criptógrafo y filósofo británico. Es considerado uno de los padres de la ciencia de la computación, siendo el precursor de la informática moderna". La película se centra en el desciframiento del código que los nazis utilizaban para sus comunicaciones en la Segunda Guerra, producido por una máquina cada 24 horas. Para descifrarlo, Turing y su equipo crearon una máquina considerada una de los antecesores de las computadoras contemporáneas.
El film de Tyldum nos muestra mucho más que un descubrimiento científico. Junto a un thriller, donde un grupo de hombres lucha contra el tiempo para terminar una guerra, enfrentándose a las limitaciones que les imponen el control militar de la operación, hay un drama histórico de un hombre: Turing tiene que ocultar su homosexualidad, castigada por la ley en Gran Bretaña desde 1886 y despenalizada parcialmente en 1967. Hasta la década del '50, decenas de miles de hombres fueron condenados por la Justicia británica. Ese fue el caso de Turing: arrestado en 1952, para no ir a prisión se sometió a una castración química que afectó gravemente su salud y falleció en 1954, cuando no había cumplido los 42 años. A pesar de que su muerte fue caratulada como suicidio, otros hablan de accidente y hasta de asesinato. La contribución de Turing a la derrota del nazismo fue ocultada durante décadas.
Hay otra historia más que El código Enigma cuenta: la de un hombre que, venciendo sus miedos y su misantropía, logra trabajar en equipo, ser respetado y encontrar compañerismo y amistad.
El film recibió varias críticas por su falta de veracidad histórica, incluyendo al autor del libro en que se basa, Andrew Hodges. Entre otros temas, se cuestionó que se exagere el papel de Turing en el desciframiento de Enigma, tarea que fue colectiva, transformándolo así en una especie de héroe "sabelotodo" (incluso para descubrir espías soviéticos), como gusta Hollywood, o que Turing no era el ser semiautista que muestra el film.
Más allá de su cercanía con la historia real, la película logra entretener y emocionar. Para alcanzar esto, hay un papel central de las actuaciones, en especial Benedict Cumberbatch en el papel de Turing. Pero lo más interesante del largometraje es cómo refleja las tensiones de un régimen social que, por un lado, puede favorecer el desarrollo científico-técnico y que, por otro, está gobernado por fuerzas oscurantistas y reaccionarias que terminan saboteando y limitando ese avance. Esta contradicción central de las sociedades capitalistas se encarna trágicamente en la vida y muerte de Turing.
Pero la película de Tyldum no es tampoco una que corra muchos riesgos: contada en tres tiempos (la adolescencia de Turing en un colegio para hombres, el trabajo durante la Segunda Guerra y la detención), no se aparta nunca de una línea melodramática tradicional, explicando casi todos los comportamientos desde un psicologismo básico. Hay una decisión de carácter moral y político que el equipo de Turing toma tras el desciframiento del código que hubiera merecido mayor elaboración, sino otra película completa. La limitación principal del film se encuentra tal vez en cierta exageración del fetichismo tecnológico: en la obra se afirma que el desciframiento del código Enigma acortó la guerra en tres años, salvó 14 millones de vidas y ayudó a ganar batallas como Stalingrado y Normandía. Sin despreciar las inmensas invenciones y descubrimientos del "equipo Turing", otra vez vemos cómo el genio individual suele ser el héroe preferido de los films norteamericanos en vez de los pueblos y las clases con sus combates.
Que un film correcto, pero dramática y estéticamente convencional como El código Enigma, esté nominado a ocho premios Oscar habla más de la mediocridad generalizada del cine comercial norteamericano que de las virtudes de esta obra en particular.

Nicolás Rijman