miércoles, septiembre 23, 2015

Welcome, Francisco



El papa Francisco inició el martes 23 la segunda etapa de su gira con su llegada a Estados Unidos, tras cuatro jornadas en Cuba. La primera etapa en suelo cubano sirvió para fortalecer un acuerdo político entre el Vaticano y la burocracia castrista. La gira genera gran expectativa sobre temas claves de la política norteamericana, en especial sobre las leyes migratorias y el avance del acuerdo con Cuba impulsado por el gobierno y trabado en el Congreso por la oposición Republicana.

La etapa cubana de la gira Papal culmino. Bergoglio partió de Cuba con un objetivo cumplido, afianzar el acuerdo con el gobierno para posicionar a la iglesia católica como el principal actor político de la isla, aceptando la continuidad del régimen de partido único del Partido Comunista, al mismo tiempo que apoya el proceso general de restauración emprendido por la burocracia gobernante.
En el encuentro con periodistas durante el vuelo entre Cuba y Estados Unidos, Bergoglio volvió mostrar el compromiso en mantener el acuerdo con la burocracia del gobierno cubano. Luego de no hacer referencia alguna en sus misas sobre la situación de la oposición cubana, consultado por las denuncias de arrestos a disidentes durante su visita el Papa expreso "No tuve noticias de los arrestos.”. También expreso, sobre el pedido de fin del embargo de Estados Unidos sobre Cuba, que “En el Congreso (de Estados Unidos donde hablara el jueves) no aludiré a ello de manera específica, sino que hablaré en general sobre los acuerdos como un signo de progreso en la convivencia".
El vuelo que transporto al Papa y su comitiva desde La Habana aterrizo en la base aérea de Andrews (Maryland). Allí lo recibieron, en un gesto poco usual, el presidente de EE.UU., Barack Obama, y su esposa, Michelle, acompañados de sus hijas, Sasha y Malia.
Ese gesto inusual de ir a recibir en persona a un líder extranjero a su llegada a EE.UU. es "un símbolo del respeto y admiración" hacia el Papa explicó hoy en su rueda de prensa diaria el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.
Tan inusual es el gesto que la única vez en que Obama ha ido a Andrews para recibir a un jefe de Estado fue cuando el presidente François Hollande de Francia estaba de visita - y sólo porque ambos presidentes abordaron inmediatamente el avión presidencial para viajar a Charlottesville.
La calurosa recepción del presidente norteamericano hacia Bergoglio es todo un gesto que resume la inocultable convergencia que la diplomacia Vaticana tiene con la política exterior del gobierno de Obama. La presión por la apertura cubana ayuda a Washington a justificar su acuerdo con los Castro. El Vaticano apoyó el acuerdo con Irán apenas fue anunciado y se agrega ahora la insistencia de Francisco para que en Estados Unidos avance una reforma de las leyes migratorias. Estas coincidencias han despertado el reclamo de la derecha del Partido Republicano que acusa a la gira Papal de tener una clara intención de fortalecer a la administración de Obama.
Pero la elección del tema migratorio y en especial el reclamo de derechos para los inmigrantes indocumentados va más allá de un acuerdo político con la administración Demócrata. Bergoglio llega a Estados Unidos donde la autoridad de la Iglesia católica se encuentra en crisis. El Papa hará hincapié en la cuestión migratoria buscando recuperar la autoridad eclesiástica tomando un sentido y justo reclamo. Según un estudio de Pew Research, en los últimos años la cantidad de católicos en este país de Norteamérica ha bajado del 24% en 2007 al 20% en 2015, los casos de abuso y pedofilia por parte de curas católicos fueron uno de los principales motivos de perdida de autoridad de la Iglesia. Otro estudio de la misma consultora arroja que entre los inmigrantes que han conseguido la ciudadanía, en Estados Unidos, el 60% dice ser cristiano y la cifra sube a un 83% entre los 11 millones de inmigrantes indocumentados en el país.
Durante cinco días, el Papa, recorrerá tres ciudades de Estados Unidos para culminar en Filadelfia donde el propósito principal es fijar posiciones en el Encuentro Mundial de las Familias. Varias de estas posiciones ya las formuló, con el llamado a que los sacerdotes “perdonen” a quienes abortaron o la agilización del proceso de nulidad matrimonial. Su objetivo es recuperar el terreno que ha perdido la Iglesia, manteniendo su esencia misógina y patriarcal.

Diego Sacchi
@sac_diego

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