martes, noviembre 17, 2015

Ofensiva guerrerista de Hollande y tensiones en la cumbre del G20



Hollande reafirmó su discurso guerrerista en la Asamblea Nacional francesa. Los atentados en Paris y la lucha contra el Estado Islámico coparon la cumbre del G20 en Turquía. Divergencias entre Obama y Putin.

"Francia está en guerra”, fue la idea central que reafirmó Hollande en su discurso frente a asamblea conjunta de las dos cámaras.
“He decidido que el parlamento trate un proyecto de ley que prolongue el estado de excepción durante tres meses”, dijo sobre el final de su discurso y exigió un tratamiento “exprés” antes del fin de semana.
Hollande aseguró que se intensificarán los bombardeos en Siria: "seguiremos estos ataques. El portaaviones Charles de Gaulle saldrá al Mediterráneo".
También propuso al parlamento una reforma de la Constitución para contar con “herramientas” para “combatir al terrorismo” y poder utilizar el régimen de estado de sitio. Dijo que es necesario “tener las herramientas adecuadas para tomar medidas excepcionales durante un periodo”. Para reforzar las fuerzas represivas y de “seguridad interna” anunció un incremento del presupuesto de defensa, con más efectivos y equipamiento, creando 5000 plazas adicionales de policías y militares, para alcanzar los 10.000 nuevos efectivos en dos años. Hollande defendió el aumento del presupuesto de defensa, diciendo que “el pacto de seguridad tiene que prevalecer sobre el pacto de estabilidad.”

Tensiones en la cumbre del G20

Si bien para la foto todos los líderes del G20 hicieron causa común, las tensiones sobre el conflicto en Siria recorrieron los debates.
Los presidentes y jefes de Estado del G20 emitieron un comunicado conjunto donde aseguran que “intensificarán la gestión de fronteras, atacarán las fuentes de financiación de las redes terroristas y mejorarán su cooperación en la seguridad aérea”. También se comprometieron a combatir el flujo “creciente” de ciudadanos europeos que viajan a Siria para sumarse a las filas del Estado Islámico. Sin embargo, el discurso unitario, mostró fisuras rápidamente.
El que dio la nota discordante fue Putin, quien durante una rueda de prensa al finalizar la cumbre señaló que varios de los países presentes colaboraban activamente con la financiación del Estado Islámico.
"La financiación, como hemos sabido, proviene de 40 países, entre ellos varios países del G20", dijo Putin.
La denuncia de Putin golpea en un punto oscuro del que nadie quiere hablar, que es la colaboración directa de países como Arabia Saudita, Qatar o Turquía, aliados estratégicos de “occidente” en la financiación y equipamiento de grupos armados yihadistas, relacionados directamente con Al Qaeda y el Estado Islámico.
Putin además lanzó un dardo envenenado directo a Francia, país que hasta ahora venía sosteniendo que cualquier transición en Siria debe comenzar sin Al Assad.
"Lamentablemente, nadie está a salvo de atentados terroristas. Por ejemplo, Francia estaba entre los países que mantenían una postura muy firme contra el presidente sirio, Bachar al Asad", dijo. "¿Salvó esto a París de los ataques terroristas? No".
Durante la cumbre, el presidente ruso mantuvo un encuentro bilateral con Obama y otro con Cameron para discutir la cuestión siria, pero no hubo avances concretos.
Por su parte, Barack Obama manifestó que enviar tropas terrestres a Siria sería "un error" e insistió en que su estrategia actual "será exitosa, aunque tardará tiempo" para acabar con EI.
La realidad es que la “estrategia actual” de Estados Unidos en Siria está bien lejos de ser “exitosa”. El plan de entrenar a milicias de la oposición siria terminó en un rotundo fiasco cuando hace poco se conoció que terminaron entregando su equipamiento a las milicias de Al Nusra, grupo afín a Al Qaeda en la región.

La crisis de los refugiados desestabiliza a Merkel

La cumbre del G20 llamó a hacer un “esfuerzo” para “compartir las cargas” de la llegada masiva de refugiados: "Nos comprometemos a aumentar aún más nuestro esfuerzo para ofrecer protección y ayuda a la cantidad sin precedentes de refugiados y desplazados internos en varias partes del mundo".
Un discurso vacío y lleno de cinismo, en el marco de que todos los países están restringiendo cada vez más el ingreso de los refugiados.
La misma Merkel viene implementando medidas cada vez más duras, modificando las leyes de asilo para acelerar las deportaciones y eliminar subsidios. Pero aun así, sigue presionada por la derecha y la extrema derecha germanas, que la acusan de tener una política de “fronteras abiertas”. Esto ha llevado a la primera crisis de magnitud para Merkel, que no logra controlar los cuestionamientos en sus propias filas. Algo que seguramente tenderá a aumentar después de los atentados en París.
El que parece haber salido mejor parado de la cumbre es su anfitrión, el presidente turco Erdogan, que revalidó su lugar como “aliado estratégico” de occidente, premiado con nada menos que 3.000 millones de euros para contener a los refugiados en la frontera.
Entre los líderes mundiales, defensores de la “democracia occidental” y los “valores europeos”, nadie le cuestiona la escalada represiva contra el pueblo kurdo y militantes opositores de la izquierda, ni su complicidad -directa o indirecta- en los brutales atentados de Ankara y Suruc.

Josefina L. Martínez
Historiadora | Madrid | @josefinamar14

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