domingo, diciembre 13, 2015

Ayotzinapa: la mentira histórica y la crisis del régimen



El informe final del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para el caso Ayotzinapa ha asestado un golpe demoledor a la llamada verdad histórica del Estado. El GIEI mostró que no hay evidencia científica para asegurar que los 43 normalistas desaparecidos de manera forzada fueron incinerados en el basurero de Cocula, Guerrero. Al mismo tiempo dejó claro que los mismos no intentaban impedir algún acto oficial y que hubo participación y conocimiento del ataque de parte de diversas fuerzas de seguridad, entre éstas elementos militares.
Aunado a ello, Amnistía Internacional calificó el caso como “uno de los peores escándalos de derechos humanos en la historia reciente” y reprobó el “escandaloso encubrimiento” oficial, mismo que señaló, alcanza los niveles más altos del gobierno mexicano. (La Jornada, 24 de septiembre de 2015).
Lo anterior no es sólo una revelación ministerial, sino que representa un golpe político a la nula credibilidad del gobierno federal, que en un intento de aminorar los efectos del golpe, se vio forzado a recibir el pasado 24 de septiembre a los padres de los normalistas. Pero como era evidente, esto se trató de una simulación en la que por más que de forma cínica aseguró a los padres “estar del mismo lado” no se comprometió a cumplir ninguna de las peticiones de los mismos, ni siquiera a fincar cargos contra el ex procurador de justicia Jesús Murillo y el exgobernador de Guerrero Ángel Aguirre, terminando el encuentro con la promesa vacía de crear una fiscalía especializada para la búsqueda de desaparecidos. Recordemos que en nuestro país las fiscalías especializadas se crean para simular y dar carpetazo a las exigencias del pueblo.
En un intento más de control de daños, hace unos días se estrenó el documental oficialista “La noche de Iguala” patrocinado por TV Azteca y basado en una supuesta investigación del periodista sin credibilidad Jorge Fernández Menéndez. En dicho procudrama, violando la Ley General de Víctimas, se intenta criminalizarlas asegurando que junto con el director de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos, José Luis Hernández Rivera, forman parte del grupo criminal conocido como Los Rojos. Sin haberse tomando siquiera la molestia de entrevistar a los testigos y los familiares de las víctimas, el chayotero asegura que aquel 26 de septiembre los normalistas querían secuestrar 25 camiones para llevarlos a Iguala “a reventar un acto político” y sostiene la mentira histórica del basurero de Cocula.
En contraste el documental “Mirar Morir. El ejército en la noche de Iguala”, dirigido por Coizta Grecko y producido por Témoris Grecko, en medio de una gran acogida, mostró el rol de las fuerzas armadas en los ataques en Iguala a normalistas y la posterior desaparición de 43 alumnos de la Escuela Normal Rural de Ayoztinapa, apoyándose en una amplia investigación periodística que cuestiona la supuesta investigación del gobierno mexicano.
“La tragedia de Iguala no empezó en la noche del 26 de septiembre del 2014. Un reino criminal fue establecido en la región en los últimos años sin que las autoridades estatales y federales lo impidieran. ‘Desaparecer’, así como si fuera algo natural, se convirtió en un hecho recurrente que afectó a cientos de personas. En muchos casos, lo hicieron corporaciones policiacas. En algunos, militares. El Ejército mexicano sabía todo lo que pasaba, como lo supo también durante la noche de Iguala”, señaló Témoris Grecko. (Aristegui Noticias, 19 de octubre de 2015)
Ha quedado claro que cualquier intento por minimizar o distorsionar lo ocurrido el 26 de septiembre de 2014 en Iguala, sumirá más al gobierno mexicano y sus instituciones en el descrédito y demostrará el carácter burgués del régimen.
Sin embargo, si bien es cierto que el gobierno de Peña se encuentra en una crisis sin precedentes, esto no bastará para su caída, ya que los diversos focos de descontentos social se deben unificar en un sólo movimiento que tenga la fuerza capaz de lograrlo. Sólo atacando las causas de la violencia y la corrupción del Estado, que no son otras sino la existencia misma del sistema capitalista, se logrará hacer verdadera justicia a la lucha de nuestros hermanos de Ayotzinapa.
¡¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!!

Ninnette Torres

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