lunes, marzo 28, 2016

Clase obrera, "precariado", huelgas y estrategia socialista revolucionaria



Charlie Post es profesor de sociología en la Universidad de la Ciudad de Nueva York y columnista de la revista Jacobin. En esta entrevista habla sobre la precarización del trabajo en Estados Unidos.

Izquierda Diario: Los Estados Unidos son vistos como un país con un movimiento obrero débil. Sin embargo, las recientes huelgas de los trabajadores de las cadenas de comida rápida y el movimiento por un salario mínimo de 15$ han llamado la atención. ¿Cuál es su opinión acerca de estos movimientos? ¿reflejan estas luchas un cambio objetivo y/o subjetivo en el movimiento obrero de Estados Unidos?
Claramente, lo que se conoce como "luchar por 15$" (“Fight for $15”) (luchar por el salario de 15 dólares), llevado a cabo por los trabajadores de comida rápida, es un acontecimiento muy positivo en el movimiento de la gente trabajadora estadounidense. Inspirado por el Occupy Wall Street del otoño de 2011, hemos visto a trabajadores de diversas cadenas de comida rápida movilizar a sus partidarios en los sindicatos y en las organizaciones progresistas y llevar a cabo una jornada de acción obrera y de desobediencia civil en las empresas y en los distritos turísticos de todo el país. Estos trabajadores se encuentran entre los sectores más pobres y precarios de la clase obrera norteamericana, con una desproporción de mujeres, inmigrantes y personas de color.
Sin embargo, hay dos razones importantes para cuestionar si esta nueva ola de activismo de los trabajadores va a cambiar el equilibrio de fuerzas entre el capital y el trabajo en los Estados Unidos. En primer lugar, la estrategia del principal sindicato detrás de la movilización - el Sindicato Internacional de Empleados de Servicios (Service Employees International Union, SEIU). Mientras que el SEIU es uno de los pocos sindicatos que aumentaron su número de miembros en el siglo XXI, sigue siendo uno de los sindicatos más burocráticos y antidemocráticos en el país - un sindicato que promueve la cooperación entre empleadores y trabajadores en el lugar de trabajo y fuera de estos. Gran parte de su crecimiento en el número de afiliados es el resultado de una organización basada en los "empleadores" - los cuales ofrecen contratos de trabajo con salarios, derechos y normas de trabajo por debajo de la media, a cambio de la cuota sindical. En muchos hospitales o edificios comerciales sindicados por el SEIU no hay ningún delegado sindical, y los trabajadores están llamados a expresar sus quejas a través de "call centers" a cientos de kilómetros de distancia y a quienes les dicen que deben "esperar pacientemente" respuesta del sindicato.
Enfrentado, en la industria sanitaria, con la actuación de sindicatos más democráticos y más militantes, el SEIU se ha centrado en la "organización" de los trabajadores de comida rápida como una manera de contener la caída de afiliaciones y tratar de influir en la "narrativa política" a través de un modesto aumento en el salario mínimo. El resultado es que el SEIU actúa más como una ONG que promueve el teatro de calle que un sindicato que organiza el poder en el lugar de trabajo.
Las realidades del movimiento "Food Fast Forward" (comida rápida adelante) y de la "Lucha por un salario de 15$", impulsado por el SEIU, apuntan a un segundo factor que afecta a estas luchas - estos trabajadores no tienen el poder social para ganar y cambiar el equilibrio de poder por sí mismos. El trabajo en la comida rápida es uno de los trabajos más descualificados en el mundo. La capacidad de los trabajadores en una tienda individual -o en muchas tiendas- para afectar a la producción y a los beneficios es mínima. En otras palabras, este sector no se organizará tienda a tienda.
Se puede organizar a los trabajadores en la industria de la comida rápida y en los comercios y redes de grandes almacenes como Wal-Mart? Se puede. Pero no de la forma en como el SEIU está tratando de organizar a los trabajadores de comida rápida, o de la manera en como la Unión de Trabajadores de Comercio y Alimentos (United Food and Commercial Workers, UFCW) está tratando a los trabajadores de Wal-Mart. Una estrategia de tienda a tienda que no produce más que "huelgas" simbólicas, que no son exitosas debido al escaso poder social que tienen los trabajadores de estas tiendas. En su lugar, la clave es la organización de las cadenas de suministro para las tiendas de comida rápida y de los nuevas tiendas minoristas de grandes superficies.
Como la mayor parte de la economía capitalista de hoy en día, tanto la industria de la comida rápida como las grandes superficies minoristas se basan en sistemas de inventario justo a tiempo, con suministros que se entregan casi a diario. A pesar de que los trabajadores de los almacenes centrales y de los centros de distribución son numéricamente inferiores a los trabajadores de las tiendas, tienen la ventaja de que puede cerrar cientos de tiendas y forzar el reconocimiento de los sindicatos en estas empresas. Mientras que el SEIU y la UFCW no parecen interesadas en el trabajo duro y a largo plazo de organizar a los trabajadores de la cadena de suministro de las tiendas de comida rápida y de los centros comerciales, sindicatos independientes como los Trabajadores Electricistas Sindicados (United Electrical Workers, UE) están ganando terreno dentro de los almacenes y de los centros de distribución de Wal-Mart. En última instancia, el éxito en la organización de los trabajadores en los almacenes y centros de distribución es la clave para la organización de los trabajadores en estas ramas de la economía, y tal vez puede servir para estimular la organización de los trabajadores del sur de Estados Unidos, que es donde se encuentra la mayor parte de la industria pesada en la actualidad.
Hay un debate global sobre si los trabajadores precarios, como los de la industria de comida rápida, deben ser considerados como parte de la clase obrera o si deben ser tratados de manera diferente, como un "precariado" o un nuevo sujeto. ¡Cree usted que esta nueva categoría es útil?
La idea de un "precariado" como una categoría social con intereses diferentes del resto de la clase obrera es una idea problemática tanto empírica como teóricamente. En primer lugar, esta idea exagera el nivel en el que cada vez más trabajadores están en condiciones inseguras o en trabajos temporales, a tiempo parcial (media jornada) y, en algunos casos a través de empresas de trabajo temporal y otros empleadores "no-tradicionales".
Contrariamente a lo que muchos piensan, alrededor del 90% de todos los empleados en los EE.UU. trabajan en relaciones laborales tradicionales de empleador-empleado, y el 83% de los puestos de trabajo son a "tiempo completo".
Las encuestas de la US Bureau of Labour Statistics tanto de 1995 como de 2005 muestran que estos "convenios alternativos", como contratos autónomos o como trabajadores de agencias temporales de empleo, representan en ambas encuestas un 10% de la fuerza de trabajo. Mientras que los empleados en los "servicios de empleo" se disparó de 1.512.000 en 1990 a 3.849.000 en 2000, su número se redujo a 2.717 millones en 2010, una disminución de 1.132 millones de dólares.
Incluso si los trabajos no tradicionales aumentan significativamente con los empresarios tratando de aumentar la producción sin incurrir en la contratación indefinida, este tipo de relación de empleo sigue siendo un minoria/1 clara.
Kevin Doogan hizo un completo estudio transnacional sobre el empleo en la Unión Europea y llegó a conclusiones parecidas /2. El número de trabajadores a tiempo parcial se ha incrementado significativamente en Europa durante los últimos treinta años, en particular en el sector de la industria sanitaria y en las grandes tiendas al por menor. Sin embargo, incluso en estos puestos de trabajo los trabajadores no cambian de trabajo en trabajo en unas pocas semanas o meses. Por el contrario, muchos de estos trabajadores permanecen en la misma empresa durante años. Los directivos de estas ramas de la economía quieren beneficiarse de tener trabajadores a tiempo parcial, con los salarios más bajos, junto con la capacidad de programar el trabajo en estas empresas de forma regular.
Ud investigó y comparó la situación actual de la fuerza de trabajo con los datos históricos de los EE.UU. y del Reino Unido. Si observamos el fenómeno desde un punto de vista histórico, qué es lo nuevo y sin antecedentes en esta situación de "precariedad" generalizada?
La "precariedad" ha sido la norma histórica para la mayoría de los empleados en el mundo capitalista durante la mayor parte de los dos últimos siglos. Con la excepción de los excepcionales "años dorados", entre 1945 y 1975, la mayoría de los trabajadores de Japón, los EE.UU., Canadá y de la Europa capitalista, han sufrido un trabajo inseguro, horas de trabajo y turnos cambiantes, etc. Teóricamente, esto no debería ser una sorpresa. Como Marx sostuvo en El Capital, hace unos 150 años, la acumulación capitalista, con su creciente mecanización de la producción y la concentración y centralización del capital, reproduce constantemente un ejército industrial de reserva a partir de la gente desempleada, subempleada y empleos precarios. A diferencia de la teoría de un "precariado" con intereses opuestos a los de una clase trabajadora estable - y a la teoría de la corrupta "aristocracia obrera" /3 - los "privilegios" de los empleados de forma habitual no se originan a expensas de los precarios. Por el contrario, el crecimiento de una parte de los trabajadores a tiempo parcial con una mayor inseguridad en el empleo, aumenta la competencia entre los trabajadores y produce una espiral descendente en los salarios y las condiciones laborales de todos los trabajadores.
La razón por la que la idea del "precariado" tiene tanta audiencia hoy en día es debido a una ofensiva capitalista mundial exitosa contra el trabajo desde finales de los años 70 - el neoliberalismo - la cual aumentó la precariedad de todos los trabajadores. El debilitamiento de los sindicatos, el desmantelamiento de la regulación estatal del mercado de trabajo y la destrucción de los beneficios de bienestar social, han hecho más inseguros los puestos de trabajo y más graves las consecuencias del desempleo en todo el mundo capitalista. En otras palabras, el neoliberalismo ha devuelto a la clase trabajadora a su situación típica bajo el capitalismo - la precariedad.
Teniendo en cuenta la situación actual de la fuerza de trabajo en los EE.UU. y en los países donde se han producido cambios objetivos y subjetivos, ¿piensa que esta exige nuevas reevaluaciones de la estrategia y de las tácticas para la izquierda socialista revolucionaria?
La debilidad actual del movimiento obrero en todo el mundo, no es, en mi opinión, el resultado de un cambio "sociológico" - no es la aparición del "precariado" ni la idea de que la "globalización" en realidad podría "des-industrializar" los antiguos centros de la acumulación de capital, ni tampoco lo es la idea de la tecnología como producción "desmaterializada" /4. Por el contrario, las raíces se pueden encontrar en un cambio marcado en las relaciones de fuerza entre las clases, sobre todo desde finales de los años 70, y como resultado de la reorganización política e ideológico de la clase obrera.
Como entienden la mayoría de los marxistas, la lucha de la clase obrera - y la conciencia de la clase obrera - es necesariamente desigual. En los períodos de ascenso, particularmente durante los periodos de huelgas de masas, masas de trabajadores entran en la batalla contra el capital y el estado y crean las condiciones para la radicalización en la clase. Sin embargo, de la separación de los trabajadores de los medios de subsistencia se deriva que los trabajadores no pueden permanecer en huelga de forma continua y que todos los ascensos en las luchas tienen un final.
En la fase de descenso de la lucha de clases, sólo permanece activo una minoría de los trabajadores. Por un lado, algunos se convierten en miembros de las organizaciones creadas al calor de la lucha - los sindicatos y los partidos políticos. En pocas palabras, se convierten en el funcionariado obrero - la base social para el reformismo en el movimiento obrero. Los mayoría de los trabajadores activos tratan de "continuar la lucha por otros medios" - huelgas por las condiciones de trabajo, manifestaciones y acciones políticas, etc. Esta "minoría militante" - la vanguardia de los trabajadores - fue históricamente la audiencia de masas para la política revolucionaria antes de la Segunda Guerra Mundial, proporcionando la base social para el sindicalismo revolucionario, la izquierda de la socialdemocracia y los primeros partidos comunistas.
El giro del Partido Comunista a la estrategia del frente popular después de 1935 no sólo marcó el abandono programático de la política revolucionaria, sino que desorganizó de forma efectiva la vanguardia de los trabajadores. Los partidos comunistas de todo el mundo dejaron de ser organizaciones de militantes de la clase obrera organizados de forma independiente y, en los momentos en que era necesario, en oposición a la burocracia obrera. En su lugar, se convirtieron en el terreno para el reclutamiento de nuevas capas de burócratas para los partidos y sindicatos.
Cuando el capital pasó a la ofensiva a finales de 1970 la cúpula sindical - socialdemócrata, comunista, o "sin ideología" (tal como se definen la mayoría de los burócratas sindicales en los EE.UU.) - fue incapaz de organizar una fuerza militante e resistencia. A diferencia de las ofensivas capitalistas previas no hubo una minoría militante bien enraizada en los lugares de trabajo y en las comunidades de la clase obrera, una minoría que pudieran proporcionar alternativas estratégicas y tácticas.
El resultado fue que el retroceso de la clase a finales de los 70 dio lugar a una derrota durante los siguientes cuarenta años - creando el profundo nivel de desorganización del movimiento obrero que vemos hoy.
Para la izquierda socialista revolucionaria esta situación significa que no hay una tarea simple y fácil de reconstrucción del movimiento obrero o de un partido revolucionario de masas en la clase obrera. Debemos perseguir dos objetivos al mismo tiempo - educar a aquellos trabajadores que han llegado a ser militantes políticos revolucionarios, y reconstruir activamente la "minoría militante" en torno a políticas de militancia, solidaridad, democracia e independencia política de capital /5.

Notas

1/ Datos extraídos del US Bureau of Labor Statistics (BLS), ‘New Data on Contingent and Alternative Employment Examined by BLS, News, USDL 95-318, August 17, 1995; BLS, ‘Contingent and Alternative Employment Arrangements’ News, USDL 05-1433, July 27, 2005; US Census Bureau, Statistical Abstract 2012, p. 410.
2/ New Capitalism: The Transformation of Work (Cambridge, UK: Polity Press, 2009), Capítulos 7 e 8.
3/ C. Post, “Exploring Working Class Consciousness: A Critique of the Theory of the Labor Aristocracy,” Historical Materialism 18,4 (2011).
4/ Ver Doogan, The New Capitalism, Capítulos 2 y 3.
5/ Argumentado con mayor detalle en: K.A. Wainer and C. Post, Socialist Organization Today (Detroit, MI: Solidarity Pamphlet, 2006)
Charlie Post es profesor de sociología en la Universidad de Nueva York y militante socialista. Es columnista de la revista estadounidense Jacobin y simpatizante del grupo estadounidense Solidarity.

Entrevista publicada originalmente en junio de 2015 en Esquerda Diario
Traducción: Anticapitalistes.net

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