domingo, julio 31, 2016

Fidel habla del Che



Larga entrevista en la que Fidel narra momentos importantes de su vida al lado del Che. El testimonio, no del jefe, no del Comandante, sino del amigo.

El dinero de los generales de Franco



Queipo de Llano manejaba al finalizar la Guerra Civil cuentas con unos 26 millones de pesetas, según los papeles que guardó Franco.

Los papeles privados que Franco acumuló durante años y que aparecen en el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca revelan hechos llamativos sobre la Guerra Civil 80 años después de su inicio, como el dinero que manejaron los generales franquistas, informes sobre la masonería o detalles sobre la rendición final de Madrid, que significó prácticamente el final de la contienda.
El 10 de agosto de 1939, recién terminada la guerra, Franco recibió un informe con el acta de la entrega que el general Queipo de Llano realizó de los saldos de las “diversas cuentas y suscripciones llevadas por él”. El bando franquista abría a menudo suscripciones para hacer frente a gastos de la guerra, de las que se sabe poco. El informe enviado a Franco da cuenta de la rendición de cuentas de Queipo de Llano, seguramente el general que más se prodigó en esta práctica. En agosto de 1936 llamaba a ofrecer “sin vacilar vuestra vida y vuestro oro” a la causa franquista.
En el informe se señala que el general Kirkpatrick recibía cada mes la cuenta correspondiente “como inspector general de suscripciones”, pero el propio Franco daba instrucciones sobre el uso de estos fondos, ya que en la carta que encabeza los informes sobre las cuentas de Queipo de Llano se señala que alguna de las operaciones relatadas en esta exposición de cuentas fueron aprobadas por el dictador personalmente. Igualmente, el autor del informe pide instrucciones a Franco sobre el destino que había que dar a las alhajas, piedras preciosas y cuadros guardados en Málaga de los que no se conocía aún el valor que alcanzaba.
En el primer resumen de cuentas del “Negociado de donativos de la Segunda Región” se repasan las ayudas que se daban a los familiares de caídos del bando franquista en la zona a cuenta de la llamada como suscripción del Ejército. Estas ayudas distinguían en “clases de caídos” según se tratara de militares, guardias civiles y carabineros o legionarios y regulares. Las ayudas eran de 3.000 pesetas por los primeros, 1.500 por los segundos y 250 para los familiares de legionarios y regulares. El informe describe que se habían concedido 5.065 de estas ayudas que sumaban un total de unos 8 millones de pesetas de la época correspondiente a los casos de Sevilla, Huelva, Córdoba, Cádiz y Badajoz. Aún quedaba un saldo de otros tres millones de pesetas aproximadamente que prácticamente se correspondía a los casos pendientes de tramitar.

La “cuenta de Queipo”.

Según estos documentos, Granada y Málaga manejaban sus propias suscripciones. Otro informe fechado en la localidad malagueña de Ronda el 5 de agosto de 1939 da cuenta de la entrega de Queipo de Llano de otros saldos de varias suscripciones y cuentas. Existía, como en Sevilla, una suscripción del Ejército, con un saldo de 2,8 millones de pesetas, pero además existían otras como la del Acorazado, de camiones, de aviación o depósitos procedentes de multas. En total sumaban casi 19 millones de pesetas. En ellas se habían producido algunas incidencias de las que se hace eco el informe, y, así, el propio Queipo de Llano informó, por ejemplo, que el duque de Almazán, a comienzos de la guerra, le solicitó 1.125 libras esterlinas para un viaje a Italia con el compromiso de reintegrarlas “cuando se liberase Madrid, sin que lo haya efectuado hasta el momento”. A Franco se le informó que ya se había solicitado por escrito al duque que hiciera efectiva esta suma.
Por lo tanto, al finalizar la guerra, en la “cuenta de Queipo” (así aparece nombrada en una anotación de puño y letra del propio Franco) había saldos por valor de unos 26 millones de pesetas sin contar con las joyas y cuadros procedentes de donativos que se guardaban en Málaga. Toda una fortuna para la época.
No es este el único documento sobre donativos y suscripciones realizados durante la guerra. Esta revista descubrió el año pasado que entre los papeles privados de Franco se encontraba la relación de cuentas a disposición del jefe del Estado que, en 1940, ascendía a unos 34 millones de pesetas. Entre estas cuentas se encuentran algunas que se identifican con colectas realizadas durante la guerra. Los documentos que se han conservado entre los papeles privados de Franco permiten seguir la pista de estos fondos, que pasan a ser manejados como inversiones privadas del dictador.
Entre la documentación de Franco relacionada con la Guerra Civil pueden encontrarse también referencias a una de sus grandes obsesiones: la masonería.
El 13 de agosto de 1939, por ejemplo, Franco recibía del Estado Mayor de su Cuartel General un “Extracto de informaciones para conocimiento de Su Excelencia” que contenía un informe del Servicio de Información y Policía Militar titulado “Actividad de la Masonería”. En él se relata que “la Masonería en Perpignan desarrolla intensa actividad con los jefes y oficiales que fueron del Ejército Rojo” y cita una frase de un jefe masónico “un turco llamado Sesana” en una reunión con militares republicanos en la que no paraba de decir, según este servicio de inteligencia, que “dentro de poco en España y por la puerta grande tendremos monarquía con Don Juan III... contamos con el apoyo de dos generales nacionalistas... después ya veremos”.

Franco escribe sobre los masones.

Franco, tras subrayar este apoyo de alguno de sus generales redacta unas notas manuscritas en las que dice que la masonería, “fracasada en sus intentos de democracia” persigue con “una monarquía que claudicara con ellos” prometérselas muy felices “para traicionar la sangre derramada”. Franco termina anotando: “A la busca de un traidor, aparecen nombres de generales o jefes con que engañar incautos”.
Franco también guardaba un supuesto mensaje del Gran Oriente Español a la Asociación Masónica Internacional sobre una infiltración masónica en Falange. Un extenso informe del citado Servicio de Información y Policía Militar que lo acompaña señalaba: “Se trata de un documento absolutamente falso redactado tanto con fines derrotistas como para sumar la pesadumbre de terribles calumnias a una campaña evidente de descrédito de la Falange en provecho de rivalidades de turbio origen y finalidad subversiva”. Aun así, se realizaba un pormenorizado análisis, que incluía un informe de un agente en el sur de Francia. Este informaba sobre varias reuniones de los masones españoles en el exilio recién iniciado y daba cuenta de sus diferencias internas. “Como siempre: pocos y mal avenidos”, resume este agente, que los califica como “inofensivos del todo”.
Franco guardó como recuerdo algunos documentos históricos de la guerra, como el manuscrito en el que el coronel Casado pretende negociar las condiciones de la rendición del Madrid republicano. En estas cuartillas se describe el temor de que los vencedores hagan concesiones territoriales a otros países. También se destaca la petición de garantías sobre la vida de militares y funcionarios del bando republicano y la concesión de un plazo de 25 días para que cuantos quieran puedan marchar al exilio.
Entre estos papeles, Franco guardó también un folio con las “Concesiones del Generalísimo”. Entre estas, destaca que “ni el mero servicio en el campo rojo, ni el haber militado simplemente y como afiliado en campos políticos extraños al Movimiento Nacional serán motivos de responsabilidad criminal”. A los que rindieran las armas les garantizaba “plena seguridad personal” para abandonar el país. Y un final amenazante: “El retraso en la rendición, la estéril resistencia a nuestro avance, serán causa de graves responsabilidades, que exigiremos en nombre de la sangre inútilmente derramada”.

Javier Otero | Tiempo

El II° Congreso del POSDR y la división entre bolcheviques y mencheviques



En el año 2006 el PTS realizó las Conferencias sobre Lenin y la Historia del Partido Bolchevique. Aquí un extracto de la la dedicada al Congreso que comenzó el 30 de julio de 1903.

Los iskristas habían quedado a cargo de la preparación del II° Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR) (1). El congreso se realizó entre julio y agosto de 1903; comenzó en Bruselas y luego se trasladó a Londres por cuestiones de seguridad. Luego de los importantes acontecimientos de Rostov, donde miles de trabajadores se enfrentaron varios días con la policía, y de la disolución del comité iskrista de Kiev por las fuerzas represivas del zarismo, los iskristas junto a otras tendencias formaron un Comité de Organización, que fue como un primer Comité Central, encargado de preparar el Congreso. Los delegados fueron elegidos por los distintos comités del POSDR existentes en Rusia y en el extranjero. Los iskristas eran 32; 6 eran del Bund (2); 3 de Rabocheie Dielo (La causa obrera) (3); 3 de Yuzhny Rabochii (El obrero del sur) (4) . El resto no estaba definido a priori por ninguna de estas tendencias partidarias. Plejanov y Lenin presentaron un proyecto de programa que surgió luego de fuertes discusiones entre ambos y que más tarde, obtuvo el apoyo de toda la redacción de Iskra.
En las primeras sesiones del Congreso nada hacía esperar la escisión posterior. Los iskristas votaron juntos y enfrentaron en común los dos primeros debates relevantes: la cuestión del Bund y el programa agrario. La primera discusión versaba sobre el carácter centralizado o federal del partido. Martov, por ejemplo, respondió a uno de los delegados del Bund diciendo: “Recordaría al compañero Lieber que nuestro principio organizativo no es la autonomía amplia sino la centralización estricta”. Los bundistas, más tarde, se retirarían del Congreso.
La primera discusión entre los propios iskristas surgió ante el punto 1 del estatuto, donde se enfrentaron Lenin y Martov. El artículo planteado por Lenin sostenía: “Se considerará miembro del Partido todo el que acepte su programa y apoye al Partido tanto con recursos materiales, como con su participación personal en una de las organizaciones del mismo”. En cambio, el texto presentado por Martov, que fue aprobado por mayoría, planteaba: “Se considerará miembro del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia a todo el que acepte su programa, apoye al Partido con recursos materiales y le preste su colaboración personal en forma regular bajo la dirección de una de sus organizaciones.” Pese a que Plejanov votó por el proyecto de Lenin, se aprobó el de Martov por una corta mayoría (28 a 23), votando con éste los delegados de Rabocheie Dielo, del Bund y de Yuzhny Rabochii.
Aunque la diferencia parecía menor, la clave de la discusión radicaba en si se podía considerar miembro del partido –en esa situación- a cualquier persona que simpatizara con la socialdemocracia. Axelrod dejó claro en la discusión a quién quería contemplar la fórmula de Martov: “De hecho tomemos por ejemplo a un profesor que se considera a sí mismo un socialdemócrata y así lo declara. Si adoptamos la fórmula de Lenin, estaremos tirando por la borda un sector de aquellos que, incluso si no pueden ser admitidos directamente a una organización son, no obstante, miembros. (...) Tenemos que tener cuidado de no dejar fuera de las filas del partido a gente que conscientemente, aunque quizás no muy activamente, se asocia con el partido”. A lo que Lenin respondió: “Aquí se ha dicho que algunos profesores que simpatizan con nuestras posiciones podrían encontrar humillante entrar en una organización local. En esto, recuerdo a Engels diciendo que donde el destino de uno es el de tratar con profesores, te tienes que preparar para lo peor. El ejemplo es, de hecho, uno particularmente malo. Si algún profesor de Egiptología considera que, como sabe de memoria los nombres de todos los faraones y todas las oraciones que los egipcios rezaban al toro Apis, entrar en nuestra organización se encuentra por debajo de su dignidad, no tenemos necesidad de ese profesor. Hablar del control del partido sobre personas que están fuera de la organización es simplemente jugar con las palabras. En la práctica semejante control es imposible”. Es una definición útil no sólo para pensar la relación que el partido tiene que establecer con intelectuales diletantes sino también con sindicalistas que, en determinados momentos, se sienten molestos por el “control” partidario.
En Un paso adelante, dos pasos atrás, Lenin señala cómo de una lectura profunda de los argumentos en debate, se pueden advertir dos concepciones distintas, y cómo el planteo de Martov se acercaba al de los economistas. Véase la correcta distinción que hace Lenin entre partido y clase: “Nosotros somos el Partido de la clase, y, por ello, casi toda la clase (y en tiempo de guerra, en época de guerra civil, la clase entera) debe actuar bajo la dirección de nuestro Partido, debe tener con nuestro Partido la ligazón más estrecha posible; pero sería manilovismo (4) y ‘seguidismo’ creer que casi toda la clase o la clase entera pueda algún día, bajo el capitalismo, elevarse hasta el punto de alcanzar el grado de conciencia y de actividad de su destacamento de vanguardia, de su Partido socialdemócrata. Ningún socialdemócrata juicioso ha puesto nunca en duda que, bajo el capitalismo, ni aún la organización sindical más rudimentaria, más asequible al grado de conciencia de las capas menos desarrolladas, esté en condiciones de englobar a toda o casi toda la clase obrera. Olvidar la diferencia que existe entre el destacamento de vanguardia y toda la masa que gravita hacia él, olvidar el deber constante que tiene el destacamento de vanguardia de elevar a capas cada vez más amplias a su avanzado nivel, sería únicamente engañarse a sí mismo, cerrar los ojos ante la inmensidad de nuestras tareas, restringir nuestras tareas. Y precisamente así se cierran los ojos y tal es el olvido que se comete cuando se borra la diferencia que existe entre los que están en contacto y los que ingresan, entre los conscientes y los activos, por una parte, y los que ayudan, por otra”.
Esta divergencia, sin embargo, no anunciaba aún la ruptura, ya que Lenin se manifestó dispuesto a aceptar la resolución, aunque le parecía equivocada. Hay que decir también que Lenin nunca tuvo una fórmula organizativa única. Lejos de ello, este mismo Lenin fue quien sostuvo en otras circunstancias –como la revolución rusa de 1905 o el auge obrero de 1912- que todo aquel obrero que distribuyese el periódico e incluso que se manifestase partidario del mismo, debía ser considerado miembro del partido. Nunca las formas de la organización fueron para Lenin una cuestión supra-histórica, sino algo que se modificaba en relación a los cambios de la situación política y su relación con las posibilidades de desarrollo del partido revolucionario.
Pero volviendo al Congreso del POSDR, podemos señalar que una segunda discusión de importancia fue la actitud hacia los liberales. El Congreso votó una formulación intermedia, entre el planteo intransigente de Lenin y Plejanov, y la propuesta conciliadora de Martov y Potresov.
Finalmente, la ruptura se provocó luego de la discusión sobre la composición del Comité de Redacción de Iskra. El acuerdo entre los iskristas –previo al Congreso- establecía votar un Comité Central de tres miembros (que estaría en el interior de Rusia), un Comité de Redacción de Iskra de tres miembros y un Consejo del partido compuesto de ambos organismos, además de Plejanov. Ya en el congreso había una primer discusión sobre si había que votar un Comité Central puramente iskrista (posición de Lenin) o uno que incluyese también una representación de los centristas de Yuzhny Rabochii (lo que quería Martov). Pero el Congreso del POSDR implicaba, justamente, la disolución de los grupos locales en un partido centralizado común, y este grupo Yuzhny Rabochii había defendido la posición de no disolverse, alegando la necesidad de sacar un periódico “popular”.
La propuesta de Comité de Redacción de Iskra hecha por Lenin era que junto con él estuviesen Martov y Plejanov, que eran los que realmente habían dirigido Iskra hasta el momento. Pero Martov (que se veía en minoría frente a Lenin y Plejanov) y los viejos miembros de la redacción que quedaban fuera (Axelrod, Vera Zasúlich, Potresov) se opusieron a esto, ganando el apoyo de Trotsky, que planteó la continuidad del viejo equipo de redacción.
Sin embargo, la posición de Lenin ganó por dos votos, ya que a esta altura del Congreso se habían retirado los bundistas y los delegados de Rabocheie Dielo. A partir de esta votación, los que apoyaron a Lenin fueron llamados “bolcheviques” (que en ruso significa, mayoritarios) y sus oponentes, “mencheviques” (que en ruso significa, minoritarios).
El Congreso terminó con una escisión de los antiguos iskristas, ya que Martov no aceptó ser electo en la redacción de Iskra y organizó un “Buró de la minoría”, que contaba con buena fuente de financiación y con los contactos internacionales con la socialdemocracia europea. Desde ese lugar lanzó un fuerte ataque contra Lenin, que inicialmente estuvo apoyado por Plejanov. Bajo la dirección de estos últimos, Iskra editó seis números, hasta que Plejanov empezó a titubear para adherir finalmente a los mencheviques, que se adueñaron de Iskra. Aunque Lenin buscó el acuerdo haciendo concesiones, la minoría planteó como condición la anulación de todas las resoluciones del Congreso y provocó la escisión, que se consolidó hacia fines de 1903.
Con la ruptura de Plejanov, Lenin quedaba en una situación difícil, ya que los mencheviques controlaban Iskra, la Liga en el extranjero y el Consejo del partido. Por el momento, sólo el Comité Central quedaba en manos de los bolcheviques. Pero luego, incluso éste será ganado por los mencheviques, cuando entre los partidarios de Lenin surge un ala conciliadora que se opone a la propuesta de Lenin de realizar un nuevo congreso.

Christian Castillo
@chipicastilloEmilio Albamonte

Notas:

1. Este Congreso es analizado puntillosamente por Lenin, en base a la lectura de sus actas, en su conocido trabajo "Un paso adelante, dos pasos atrás".
2. Una de las primeras organizaciones socialdemócratas, basada en obreros judíos más artesanos que industriales. Su característica positiva era su gran nivel organizativo, la dedicación y la devoción de sus obreros. Pero tenía una característica negativa que era su carácter corporativo, nacionalista, poco abierto al intercambio con las otras tendencias del movimiento obrero ruso e internacional.
3. Órgano de la Unión de los Socialdemócratas en el Extranjero editado entre 1899 y 1902. Entre sus principales referentes están B. N. Krichevsky y A. S. Martinov. Sostienía las posiciones economistas con las que polemiza Lenin en el Qué hacer.
4. Periódico editado por el comité socialdemócrata de Yakaterinoslav y Borba, editado en el extranjero, que contaba entre sus miembros a David Riazanov. Publicó trece números entre 1900 y abril de 1903.
5. Alude a Manilov, uno de los personajes de la obra Almas Muertas, de Gogol, un ciudadano de temperamento plácido, inactivo, con imaginación ociosa y despreocupado por sus asuntos.

Pravda: un diario para construir el partido



Si Iskra fue un periódico para trabajadores que llegaba a cientos de lectores, logrando nuclear a las organizaciones marxistas dispersas en Rusia y en el exilio, Pravda se convirtió en un diario hecho por y para los trabajadores, con la colaboración de los intelectuales de izquierda.

En la nota anterior llegamos a la conclusión de que, para Lenin, la prensa cumple un rol completamente diferente al que le da la burguesía: “el periódico no es sólo un propagandista y un agitador colectivo, sino también un organizador colectivo”. Pero no cualquier organizador sino el de un partido de acción, es decir, que intervenga en la realidad política como un agente de peso para cambiar de raíz la sociedad. Pero ¿Cómo logró una organización de centenares influenciar a cientos de miles a través de un diario obrero? Para responder tomaremos la experiencia de Pravda (La Verdad) entre 1912 y 1914, momento en que funcionó bajo la dirección de Lenin.
Si Iskra fue un periódico para trabajadores que llegaba a cientos de lectores, logrando nuclear a las organizaciones marxistas dispersas en Rusia y en el exilio, Pravda se convirtió en un diario hecho por y para los trabajadores, con la colaboración de los intelectuales de izquierda. Para Lenin, un “periódico político es una de las condiciones básicas para la participación de cualquier clase de la sociedad moderna en los asuntos políticos del país en general” (1). Por eso, los trabajadores tenían que tener un periódico propio.
A comienzos de la década de 1910 se produjo un nuevo despertar de las luchas obreras y los estudiantes se radicalizaron. En 1911, 400.000 obreros se movilizaron el 1 de Mayo. Los bolcheviques se decidieron a actuar y en la Conferencia del partido de enero de 1912 –momento en que se profundizó la escisión entre éstos y los mencheviques– adoptaron a Pravda como su órgano de publicación oficial. La redacción se instaló en San Petersburgo, centro vital del movimiento obrero ruso y publicó su primer número bajo la dirección de Lenin el 5 de mayo de 1912. Quince días antes el zarismo había reprimido ferozmente a más de 6.000 mineros que estaban en huelga en la región de Lena (cerca de Siberia), dejando cientos de muertos y heridos. La ira de los obreros se despertó en todo el país y más de 300.000 personas participaron de las jornadas de lucha. Pravda aprovechó el momento e hizo su lanzamiento con una masiva campaña de agitación en las fábricas y también entre los mineros de Lena, para incentivar las suscripciones públicas. Fue la primera vez que se publicaba como periódico legal. Costaba dos kopeks y tenía cuatro páginas donde se mezclaban artículos económicos, del movimiento obrero, huelgas y noticias de la vida cotidiana de los trabajadores (sumado a 2 poemas proletarios incluidos en su primer número).
El Pravda denunciaba el verdadero carácter de explotación del sistema capitalista y el autoritarismo del Zar y a la vez, educaba a miles de obreros transformando las luchas económicas y sindicales en políticas. Combinaba en sus páginas la agitación de las bancas obreras en el Parlamento (la Duma), con elementos de formación marxista para explicar la situación nacional e internacional e impulsaba campañas políticas masivas para canalizar la bronca obrera en organización. En 1912 fue central la campaña por un sistema de jubilaciones para todos los trabajadores.

Los corresponsales, columna vertebral de Pravda

Lenin tomaba como ejemplo el diario norteamericano Appeal to Reason (Apelando a la Razón) que contaba con medio millón de suscripciones de trabajadores urbanos y rurales y cientos de corresponsales. Su lenguaje sencillo y popular permitía una rápida difusión. El dirigente revolucionario pensaba aplicar la misma “receta” a la coyuntura política rusa porque consideraba que la forma más rápida en que los obreros adquieren conciencia de clase era a través de su propia experiencia. Por eso pensaba la prensa en forma estratégica, para construir el partido revolucionario.
Cada vez más corresponsales de toda Rusia enviaban 40 denuncias diarias –en la reconocida sección “Informes de Corresponsales” (similar a nuestro De Buena Fuente)– y se crearon más de 500 grupos que apoyaron financieramente la salida del Pravda. En las cartas los obreros denunciaban las condiciones de explotación a los que eran sometidos, opinaban sobre campañas electorales, elecciones de delegados en las fábricas y diferentes temas de interés y de la vida cotidiana que afectaban al conjunto del pueblo. Estas crónicas eran columna vertebral del diario.
Los trabajadores rusos identificaron al diario bolchevique como “nuestro diario”. Si el primer número tuvo una tirada de 25 mil ejemplares, en las semanas siguientes superó los 60 mil. Algunas fábricas competían entre sí por el mayor número de suscriptos.
Las obreras rusas también denunciaron las condiciones de explotación y de opresión en la sección especial titulada “Trabajo y vida de las obreras”. Se informaba acerca de las manifestaciones y preparativos para la conmemoración del Día de la Mujer e impulsaba la creación de organizaciones sindicales y políticas de mujeres.
Lenin planteó que el periódico tenía que dividirse en regionales (Moscú, Urales, Ucrania, etc) y sumar suplementos, entre ellos, uno sindical. Su tensión por el uso de la prensa fue constante. No sólo escribía notas sencillas explicando la naturaleza del sistema capitalista y la necesidad de superarlo, también enviaba críticas a notas, aportaba con ideas y mantenía una correspondencia constante con el comité editorial durante su exilio.
La información que podía extraerse de los números de Pravda fue fundamental para tener una lectura científica del estado de ánimo de las masas. “Nos proporcionan, por primera vez, con datos muy precisos, sobre los más diversos aspectos del movimiento de la clase obrera y de la vida del trabajador” (2). Los corresponsales actuaron como antenas trasmisoras del estado de ánimo del proletariado.

La censura y los “fondos de hierro”

El diario logró publicarse de lunes a sábados a pesar de las demandas judiciales, las clausuras, la detención de militantes, las multas y los juicios. Debió cambiar de nombre en ocho oportunidades para sortear la censura zarista. También se crearon imprentas clandestinas para evadir los controles. Muchos trabajadores donaban un día de su sueldo para los “fondos de hierro” destinados a pagar las abultadas multas que recibía casi a diario. Estas contribuciones expresaban el “sentido de pertenencia” que tenían los sectores de vanguardia del movimiento obrero con Pravda, al que consideraban como “nuestro diario”.
La persecución policial y la fuerte campaña antibélica que se venía gestando desde las páginas del diario leninista llevaron finalmente a que el Zar clausure la publicación en julio del 14, en plena guerra mundial.
Pravda cobró fuerzas nuevamente a comienzos de 1917 cuando se convirtió en el “tribuno del pueblo” y en el organizador colectivo durante todo el proceso revolucionario. Los cuadros, militantes revolucionarios que dirigieron la insurrección, se forjaron al calor de las experiencias de esos años (muchos comenzaron a militar luego del ascenso obrero de 1912) y conformaron la vanguardia del partido revolucionario, como veremos en la nota de la semana próxima.

Claudia Ferri

1.Lenin, “Los resultados de seis meses de trabajo”, 1912. www.marxists.org.
2.Lenin, Ibíd.

Pravda en números

2.873 contribuciones de grupos de trabajadores en colectas y fondos entre 1912 y 1914.
645 números publicados.
11.000 cartas se recibían por año (entre 35 y 40 por día).
60.000 ejemplares llegó a ser la tirada media.
49 eran las ciudades a las que llegaba Pravda por intermedio de sus corresponsales.

sábado, julio 30, 2016

América Latina en la encrucijada // Conferencia Latinoamericana



Mesa debate en la Facultad de Humanidades en el marco de la Conferencia Latinoamericana por la unidad socialista de América Latina con la presencia de:
Osvaldo Coggiola, Dirigente sindical docente (Brasil)
Oscar Andrade, Dirigente Partido Comunista (Uruguay)
Rafael Santos, Dirgente del Partido Obrero (Argentina)
Gustavo Lopez, Dirigente Unidad Popular (Uruguay)

Hablemos del terrorismo



No resulta para nada sencillo hablar sobre todo el asunto del terrorismo, sobre todo cuando no quieres hacer el juego a lo que están practicando cotidianamente con el y a gran escala como los Estados Unidos, tal como deja patente sin ir más lejos, el documental” de Michael Moore, ¿Qué invadimos ahora? (Where to Invade Next, EUA, 2015),
No lo tienen pues fácil las voces de UP porque sí han llegado a escenificar una coproducción (PP-C´ s-PSOE) sobre Venezuela, ¿qué no serán capaces de hacer con la tragedia de Niza? Qué no serán capaces de ocultar cuando omiten lo más primordial: que los árabes son con mucho, las primeras víctimas de esta locura asesina.
Una vez más nos sentimos parte identificada con las víctimas, y sus familias, de la masacre. Con los hombres, mujeres, niños y ancianos que han sido golpeados, víctimas inocentes y expiatorias de una barbarie a la que son completamente ajenos. Esta violencia terrorista –mientras más mejor- tiende a crear una espiral irreversible de terror y violencia, sembrando el odio y el miedo entre los pueblos, echando sobre estos responsabilidades que corresponden a los que mueven los hilos. Resulta espeluznante contemplar como gobiernos como el “socialista” francés que está tratando de aplastar derechos sociales logrados por siglo y medio de luchas sociales, recurra nuevamente a la prolongación de tres meses del estado de excepción, a pesar de que ya estaba en vigor y que no ha impedido nada. Que cómo se ha demostrado siempre: produce más odio y más víctimas entre los que reciben todos los golpes.
UP ha insistido una vez en sus criterios diciendo cosas básicas dentro de la línea de prudencia que obliga la dificultad de ser comprendidos por el pueblo llano. Lo han reproducido algunos diarios –sobre todo los digitales en los la independencia informativa es más veraz-, se trata de:…cortar las vías de financiación del Estado Islámico, neutralizar sus redes de captación y adoctrinamiento, acabar con las guerras en Siria e Irak y reforzar en estos países a la sociedad civil, son algunas de las ocho medidas urgentes que deben adoptarse para combatir el terrorismo yihadista…Íñigo ha reiterado su sincera solidaridad con las víctimas, se avisa de que “no se puede apagar el fuego con fuego, sino con agua” y se lanzan algunas propuestas. UP apuesta por una estrategia de “integración y desradicalización”, por combatir “el miedo con solidaridad”, dar el protagonismo a la “cooperación intergubernamental” y por una mayor implicación de la UE para garantizar “la paz, el retorno, la reparación y la justicia para las víctimas y los desplazados”.
Propuestas sobre las que estaría muy bien discutir en los círculos. Se insiste en neutralizar sus redes de captación y adoctrinamiento, apoyar a las fuerzas democráticas en el mundo árabe, reforzar a la sociedad civil en Siria e Irak y acabar con las guerras en estos países…Se habla también de proteger a los refugiados, acabar con las mafias que trafican con personas y, por último “combatir la xenofobia que está tomando a los refugiados como cabeza de turco, y es justo lo que quieren los terroristas”.
Obviamente, los otros ponen cara de perro. Para ellos el imperio siempre tiene razón, ellos darían el Nobel a Obama. Por supuesto: apoyan los bombardeos decretados por el “compañero” Hollande que se atreve a llamar a la unidad nacional mientras la calle ruge de ira bendita. El hombre mejor peinado de Francia quiere incluso movilizar los reservistas y prevé una intensificación de la guerra en Siria, el principio de todo lo demás, ¿o es que lo del terrorismo está siendo una moda caída del cielo? Los especialistas detallan que los suicidas ya no son jóvenes fanáticos sin nada que perder. Pueden ser padres de familia con un trabajo fijo que creen en aquello de en la guerra como en la guerra.
Sin embargo, ¿no ha sido la barbarie de las guerras de Afganistán, de Irak, de Siria o de África los “factores” que causado el caos social y político, el terror generalizado y la miseria social de la que se alimenta la organización del Estado Islámico (EI), la que suscita movimiento a fascistas animados por su ideología apocalíptica y criminal? Nuestro gobernantes están cultivando “el espacio Le Pen” con sus discursos anti-inmigrados, anti-refugiados, anti-musulmanes, racistas, chovinistas y e xenófobos. La guerra de todos contra todos para haber quien es más fuerte.
Todo esto curre en un tiempo en el que podríamos disfrutar de una sociedad democrática entre libres e iguales dentro de unas diferencias razonables. Cuando los medios de producción podrían garantizar formas de vida que no sean fatídicas para el ecosistema. Detrás de esta locura hay una enfermedad que está siendo letal para la humanidad: la codicia. La de una clase dominante que no retrocede ante toda nada con tal de tener más dinero, más poder…

Pepe Gutiérrez-Álvarez

Postdata. Mientras repaso estas notas escucho Recuerdo de Amanda, a Víctor Jara asesinado brutalmente por un “milico” que sentía tan impune como los yagúes o los molas, criminales en serie en nombre de la patria cuyos nombres figuraron pródigamente en avenidas, calles e incluso hospitales.

(*) Lamento no poder atender los chat que me llegan. Mi tiempo es menos del que me gustaría, además me desenvuelvo mal con este cacharro. Solamente sé hacer las cuatro cosas que me han enseñado. Gracias a los amistades y a quienes me leen. Quienes tengan interés me pueden encontrar también la mi Web

http://bolcheviqueandaluz.blogspot.com.es/

1936, 2016: ironías y tragedias de la historia



80 años del 18 de julio, un acontecimiento que sigue palpitando cuando otros mayores se han archivado. Después del 1789 francés, ningún otro evento de la historia moderna ha producido tanta bibliografía, no hay semana que no aparezca un libro nuevo, ahora quizás también un nuevo documental. Estamos hablando de un momento excepcional en la historia nacional e internacional, del final de la excepción republicana, del prólogo y del epílogo de la II Guerra Mundial, de una derrota popular en la estela de Auschwitz… De un acontecimiento sobre el que se podía empezar escribiendo a la manera de Charles Dickens en su Historia de dos ciudades: “Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. Todo lo poseíamos, pero no teníamos nada; caminábamos en derechura al cielo y nos extraviábamos por el camino opuesto. En una palabra, aquella época era tan parecida a la actual, que nuestras más notables autoridades insisten en que, tanto en lo que se refiere al bien como al mal, sólo es aceptable la comparación en grado superlativo.”
Mientras que en Europa el fascismo fue derrotado en 1945, en el Reino de las España el franquismo pudo sobrevivir sobre las cenizas de la derrota más devastadora jamás sufrida por el pueblo. Sus consecuencias fueron concluyentes: mientras que la República fue asesinada, perseguida, juzgada…, las consecuencias del franquismo han permitido hablar del “Gulag español” (Helen Graham) o el “holocausto español” (Paul Preston). Sobre su sombra alargada se fraguó el “pacto del olvido”. Un pacto vivido sobre el miedo, la necesidad de comenzar de nuevo, pero también sobre una confluencia de exigencias complementarias. La derecha necesitaba reajustar su relato para una nueva forma de hegemonía; para el PSOE, ajeno a la resistencia, se trataba de apostar por el “pensamiento débil” de la “modernidad”. Tampoco había mayor interés para la jerarquía del PCE asediada por sus propias páginas estalinianas (POUM, maquis rebelde, disidencias varias castigadas). En todo esto conviene no olvidar la restauración conservadora que confirió la máxima importancia a la “guerra cultural” con una victoria total sobre el estalinismo. Se trataba de entrar en una nueva fase, lejos de aquellos tiempos en los que el movimiento obrero y la agitación social que caracterizaban a la República resultaban inaceptables…
Nos metíamos de pleno en la última batalla de la guerra, la de la de interpretaciones, que se pueden dividir en tres grandes contendientes, cada cual con sus respectivas matizaciones:
a) La interpretación de la “España nacional” que dictó la “historia de la Cruzada”, una “escuela” que al final fue representada por el inefable Ricardo de la Cierva, cada vez más desprestigiado. Obviamente, a la derecha se le hizo necesaria una puesta al día de su biografía. Una medida financiada pródigamente desde la FAES y cuya finalidad central era reforzar una nueva derecha “sin complejos”, que no aceptaba ninguna “superioridad moral” de la izquierda con la ayuda de la rampante historiografía neoliberal. Se asienta en la equidistancia inherente a la nueva “historia oficial”. Desde esta la derecha “nacional” tuerce el bastón negando que la República fuese realmente una democracia, afirmando que resultó desbordada por el “totalitarismo” izquierdista en el que el PSOE (Largo Caballero), el “estalinismo” y la “extrema izquierda” se dan la mano. Es la excusa del PP para no condenar el franquismo, antes –dicen- habría que condenar los de 1934, el 6 de Octubre catalán. Por cierto, una fecha que se convirtió en un ejemplo de “lo que no había que hacer” del catalanismo conservador según el cual Cataluña había sido “oasis” agredido por los extremos. Al tiempo, mantuvieron el silencio sobre el “Vichy catalán” (Ignasi Riera, Los catalanes de Franco, Barcelona, Plaza&Janés, 1999).
b) La de la izquierda republicana dominante en los medios académicos y argumentada por autores como Ángel Viñas, Enrique Moradiellos, entre otros. Esta escuela, así como la de tradición comunista, entiende que el bloque numantino liderado por Negrín representó la opción más consecuente, la única vía posible de defensa conectando con la II Guerra Mundial. Autores tan importantes como el norteamericano Herbert R. Southworth (El gran camuflaje”: Julián Gorkin, Burnett Bolloten y la guerra civil española, incluido en la edición de Paul Preston, La República asediada y conflictos internos durante la guerra civil Ed. Península, Barcelona, 1999), descalifican a “la revolución” como un montaje de la CIA, olvidando completamente el contenido de sus investigaciones y obviando a otros autores, a una escuela amplia que no ha dejado de crecer con nuevas aportaciones y por la revalorización del Orwell de Homenaje a Cataluña. Este republicanismo tout court está representado por Antonio Elorza&Marta Bizcarrondo en Queridos camaradas. La Internacional Comunista y España, 1919-1939 (Planeta, Barcelona, 1999), y por otros tantos autores de la “cultura comunista”, por ejemplo Ferran Gallego. Algunos como Paul Preston, no han dudado en afirmar que la República se las tuvo que ver tanto con sus enemigos de derechas (franquismo) como con los de izquierdas. En otros casos se pone mayor énfasis en la equidistancia, en la concepción de una “tercera España” montada por autores como Santos Juliá, Jorge M. Reverte y Andrés Trapiello, entre otros, muy coherente con los presupuestos auspiciados desde plataformas mediáticas como El País.
c) La más obrerista y revolucionaria que apenas ocupaba media página en los libros de historia, emergió con potencia en los años sesenta gracias a editoriales como Ruedo Ibérico y a autores como Pierre Broué, José Peirats, George Orwell o el Noam Chomsky de La responsabilidad de los intelectuales. Esta corriente sitúa al movimiento obrero en el centro de la crisis española de los años 30. Representada por la CNT y el POUM, su apuesta era la del UHP (¡Uníos Hermanos Proletarios!). Desde un lado y otro se critica a la dirección de la CNT por haberse quedado a mitad de camino, tratando de mantener la coexistencia entre las medidas colectivistas y la colaboración con el gobierno, cavando de esta manera su propia fosa. Desde la tradición liderada por Trotsky se ha responsabilizado al POUM de no haber sido lo que decía, un partido bolchevique. Sin embargo, el camino de Octubre aparecía en España de manera casi invertida por más que el potencial militante de las clases trabajadores fuese superior. Aquí lo más comparable en fuerza a los bolcheviques era la CNT o el PSOE caballerista, que carecían de capacidad de análisis concreto, de una estrategia revolucionaria. Por otro lado, el Kornilov hispano no tenía detrás un ejército en descomposición como el ruso, sino todo lo contrario. Para mayor desastre coyuntural, el prestigio de la revolución de Octubre de 1917 estaba en manos de la URSS de Stalin o sea de su negación interna, de alguien que no optó por ayudar a la República hasta que no tuvo más remedio.
La historia pues, se torcía por un laberinto del cual aún no hemos salido.
El protagonista central de esta historia fue nuestro movimiento obrero que contaba con una rica tradición de luchas y de organización. Se había desarrollado a través de las internacionales: aunque minoritaria en un principio, la AIT fue el embrión tanto del potente movimiento anarquista (anarcosindicalista desde la creación de la CNT en 1910), el más importante de mundo, como de la socialdemocracia “pablista” muy influenciada por el modelo francés de Jules Guesde (muy puntillosa doctrinariamente, muy evolucionista en su actuación). La atracción hacia Bakunin o Marx estuvo muy relacionada con su análisis del fracaso de la I República. Los primeros decían que no había nada que esperar de la burguesía liberal ni de la “política”; pero los socialistas, aunque coincidían en dicha desconfianza, estimaban que en una primera etapa había que pasar por una coalición amplia por la República. En ambos casos, su evolución fue muy sólida por abajo, pero culturalmente nunca llegaron a realizar aportes analíticos dignos de mención, raramente hicieron aportaciones en aquello del análisis concreto de la realidad concreta y la historia les pasó por encima.
En su fase clásica, el PCE se planteó la línea del frente único obrero (matriz del pensamiento de Nin y de Maurín), pero el curso estalinista lo convirtió en una secta sin incidencia real entra los trabajadores que simpatizaban con la experiencia soviética, cuyo curso nacional-estalinista resultaría desastroso desde todos los puntos de vista. Durante la dictadura primorriverista primero y con la República después, se puede hablar de una “guerra fría” social-anarquista, envenenada además por el estalinismo que hablaba de socialfascismo y anarcofascismo al menos hasta 1934; esto afectó a la propia idea del frente único que fue visto como una maniobra comunista. En sentido contrario, desde 1933 comenzó a labrarse la idea del UHP, animada por la capacidad de los “herejes”, de Maurín-Nin, secundada por la izquierda socialista y los “trentistas” de la CNT (Joan Peiró, Ángel Pestaña), por cuadros libertarios lúcidos como Valeriano Orobón Fernández, que había conocido la experiencia “sovietista” y unitaria de la República de Baviera de 1923. Esta confluencia culminó en el 34 con todos sus problemas, y alimenta una línea unificadora que se traduce en el reingreso en la CNT de los disidentes y demuestra que la revolución es posible sí se actúa en Asturias.
Luego dará lugar a un proceso unificado” en la CNT, y se plantea entre los marxistas. Largo Caballero aceptaba que el POUM fuese el PSOE catalán y así, de paso, reforzar su ala. Pero esta propuesta fue rechazada por los líderes del POUM, que tampoco consiguen llegar a un acuerdo con el sector que acabará componiendo el PSUC. Entre ellos se mantiene un ambiente amigable hasta que desde el Moscú de los “procesos”, Stalin dictamina que el “trotskismo” ha dejado de ser una tendencia obrera para convertirse en una “quinta columna”.
De una manera u otra, todas las corrientes de izquierdas no mostraron tener una conciencia muy clara del verdadero alcance de la contrarrevolución. El gobierno se dedica a maniobras de escaso alcance, en parte porque no quería quedarse sin ejército, a pesar de que, ya en 1932, Azaña había planteado correctamente el dilema existente: o la República acababa con sus enemigos o estos lo hacían con la República. En julio de 1936, el propio Maurín, que se había destacado en las Cortes por sus denuncias contra la pasividad del gobierno, llama a Azaña para preguntarle sí podía marchar tranquilo a Galicia, y éste le responde que no se preocupe. La CNT por su parte celebró en mayo su Congreso en Zaragoza y pasa de refilón sobre el fascismo, victorioso en Alemania porque el pueblo allí era muy “autoritario”; su problema era la aplicación del ideal –para el que había que enjuagarse la boca varias veces antes de mencionarlo-, sí sería más industrial o más agrario, pero sería un producto del “nosaltres sols” que tanto influyó en el aislamiento trágico en la derrota de la “Comuna de Asturias”. Un terreno tan rico como complejo sobre el que cabe registrar las reconocidas aportaciones de Chris Ealham, especialmente La lucha por Barcelona. Clase, cultura y conflicto, 1898-1937 (Alianza, Barcelona, 2005); Una revolución a medias: los orígenes de los hechos de mayo y la crisis del anarquismo, incluido en EL POUM y el caso Nin. Una historia abierta (Laertes, Barcelona 2014), sin olvidar ’“Nosaltres sols”: La CNT, la unidad antifascista y los sucesos de octubre de 1934 en Cataluña’, texto incluido en la obra colectiva De Octubre a Octubre (AAVV, El Viejo Topo, Mataró, 2010)
No es cierto que los gobernantes del Frente Popular no estuvieran informados de que los militares estaban fraguando un golpe militar que, evidentemente, no iba a ser ni como el de Prim de Rivera ni como el de Sanjurjo. Hace mucho tiempo que se sabe que la guerra se podía haber evitado sí la República hubiera actuado como cualquier gobierno, un punto clave donde los haya y que nos remite al trabajo de Pedro L. Angosto, José Alonso Mallol, el hombre que pudo evitar la guerra.(Instituto de Cultura Juan Gil Albert, Alicante, 2006), que cuenta como este hombre que fue Director General de Seguridad, presentó en mayo de 1936 a Santiago Casares Quiroga y Azaña una relación de más de 500 golpistas con la intención de que fuesen detenidos de inmediato, lo que habría supuesto el desmantelamiento de la conspiración. Azaña y Casares, temerosos de posibles reacciones, no consintieron tales detenciones y el golpe de Estado siguió impunemente su camino. Un camino en el que estuvieron a punto de fracasar pero que les permitió ya de entrada ganar algunas batallas antes de que la guerra fuese un hecho.
Lograron entre otras cosas: a) liquidar con el procedimiento del tiro en la nuca a sus compañeros dudosos (a partir de ahí no se iban a detener ante nada); b) establecer un puente para el ejército colonial que iba a resultar su espina dorsal, extremo en el que resultan inexcusables las lecturas de La guerra que vino de África, de Gustau Nerín (Crítica. Barcelona, 2005) y Abrazo mortal De la guerra colonial a la Guerra Civil en España y Marruecos (1909 – 1939) deSebastián Balfour (Península. Barcelona, 2002); c) tomar sin apenas dificultades Oviedo, Zaragoza y Sevilla (Mola iba a huir pero se echó para atrás al conocer las noticias de “la gesta” de Queipo de Llano) aprovechando la ingenuidad y la desorientación de los líderes obreros, y d) reclutar un ejército de hambrientos magrebíes, pero sobre todo el apoyo de la Italia de Mussolini y de la Alemania de Hitler mientras que la República era traicionada por Gran Bretaña y Francia (recordemos, con un gobierno del Frente Popular).
La suerte estaba echada: de un bando quedó un ejército profesional perfectamente armado que con la línea del “ordeno y mando” se imponía por el terror; del otro, el pueblo en armas mientras que el gobierno lo primero que hizo fue trasladarse a Valencia. Ese pueblo armado luchaba por su República, la libertad que entendía indisociable de la igualdad y la fraternidad según los principios de 1789 aceptados por toda la izquierda. Quizás el “documento” mejor elaborado (al menos, sí el más asequible) sobre la trama es quizás la película Dragon Rapide (Jaime Camino, España, 1986), con una reconstrucción minuciosa del antes, obra de Roman Gubern e Ian Gibson. Explica entre otras cosas, cómo “contratan” a los “Moros” mercenarios. Queda por hacer otra que cuente cómo las “columnas de la muerte” llegaban a un pueblo, liquidaban de manera sistemática a una parte considerable de la población, y obligaban a rendir armas a todos los que tenían edad para coger un fúsil con la advertencia de ser pasados por las armas a la menor muestra de desafección.
Conviene no olvidar en ningún momento que por la mitad de la década, el contexto internacional no pudo hacerse más oscuro. El ascenso nazi en Alemania -fruto de otra “guerra fría” interobrera, entre socialdemócratas que no veía más allá de la República de Weimar y de un comunismo estalinista enloquecido- se constituyó en un ejemplo para la contrarrevolución. Demostraba que se podía destruir al movimiento obrero más potente del mundo, al tiempo que ofrecía lecciones básicas a Stalin, por un lado, demostrando como se podía liquidar una oposición interna con la “Noche de los cuchillos largos”-, de otra llevándole a operar un giro a un pacto con las potencias democráticas. De esta manera, el exterminio de la “vieja guardia bolchevique” aparecía como una demostración que nadie y menos que nadie la URSS, quería una revolución social. Y no digamos una revolución social basada en la democracia obrera. Por cierto. Una muestra de quela primera victima de una guerra es la verdad, y la segunda es el lenguaje, justo es anotar que “nacionales” son todos, incluyendo los republicanos que acabaron en los campos de exterminio nazi porque Serrano Suñer negó que fuesen españoles. En sentido estricto, el título les corresponde a los catalanes, vascos y gallegos que quieren sus derechos nacionales. Los sublevados ocuparon su propio país a sangre y fuego, y para lograr sus propósitos. No les importó mucho ceder soberanía a las potencias que les ayudaron. Como se pudo ver, para Franco, España era algo así como su finca particular.
La magnitud de la derrota final fue casi total. El descenso a los infiernos fue total. El “corazón de las tinieblas” se pudo percibir en “detalles” como en las oleadas de refugiados, en la conversión del país en una prisión, en detalles como el del sepelio casi clandestino de Manuel Azaña en noviembre de 1940, una muerte que le libró de la Gestapo y de ser fusilado. La situación pareció muy diferente cuando en el décimo aniversario (marzo 1946), Largo Caballero, que había pasado por los campos de concentración nazis como un obrero estucador, fue enterrado en París. La muchedumbre presente incluía a altos dignatarios del gobierno francés. Entre los republicanos se esperaba que los vencedores cumplieran imponiendo una democracia en Madrid, pero no fue así; temían una República animada por comunistas y anarquistas.
Entre la guerra y la posguerra el movimiento obrero, tal cual existió, fue destruido casi en su totalidad. Solamente sobrevivieron pequeños grupos de resistentes que, con la excepción del PCE (mejor situado entre la juventud y las mujeres, ayudado por el movimiento comunista internacional, por la mística de la resistencia antifascista europea, por su mayor capacidad organizativa), nunca volvieron a conectar con las nuevas generaciones. Algunos como la CNT y el POUM, se dejaron la piel en el empeño. Pero, aparte de la represión despiadada, sufrieron fracturas internas, y “siguieron con la guerra” o sea, no se adaptaron a las nuevas circunstancias.
Una década más tarde, cuando la resistencia clandestina republicana ya se había agotado, emergió un nueva una generación, en no poca medida compuesta por los “hijos de los vencedores”, de sectores sociales que no estaban tan castigados y que reflejan la pérdida de base social por parte del régimen. Se inició un proceso de recomposición del movimiento obrero: una juventud obrera y universitaria que comenzó a leer la guerra en clave de guerra contra el fascismo y revolución social, una percepción a la que no era ajena la temperatura social. Fue el momento de Ruedo Ibérico; de la revolución del libro de bolsillo; pero sobre todo del mayo-junio del 68 en Francia y más tarde, con “la revolución de los claveles” en Portugal. En la década siguiente (1976), las expectativas más combativas se confirmaron, por el alcance de la recomposición, la amplitud de las huelgas y de las movilizaciones. Todo parecía confirmar un auge inusitado de las luchas, amén de un avance cultural abrumador, todo lo cual permitían imaginar una democracia avanzada como fue la República. Por entonces, personajes como Carles Ferrer i Sala, presidente de la CEOE en 1976 proclamaba que con tanta lucha de clases se estaba provocando otro 18 de julio.
La República fue evitada. Ni tan siquiera resultó reivindicada por la izquierda mayoritaria (en algunas manifestaciones en Barcelona, la militancia del PSUC impedía incluso desplegar la tricolor), y después del 23-F, del “desencanto”, de Europa, última estación, se llegaba a un gobierno soi disant socialista que imponía la línea de olvido como parte de una etapa previa necesaria, no fuese que por mucho querer fuésemos a peor. De hecho, no sería hasta finales del siglo pasado que comenzó a surgir una generación no adocenada, inconformista que hacía preguntas impertinentes sobre los abuelos y las abuelas, miles de ellos aún “desaparecidos” en cunetas y tapias de cementerios. En esta época comenzaron a florecer las diversas entidades memorialistas con el apoyo de los jóvenes que se hacía notar por Internet. Ahora la lucha era por la verdad (histórica), la justicia y la reparación. Por alcanzar cuanto menos un “status” antifascista europeo semejante al que se llegó a lograr imponer contra el nazismo en Alemania.
Desde abajo, sin plataformas mediáticas, el paisaje va cambiando. Los familiares de las víctimas, los combatientes de siempre comenzaron a encontrar en los nietos una atención, un plano al que hay que añadir investigadores que “destapaban” el avance de la “Columna de la Muerte” en Andalucía y Extremadura, que ”descubrían” el inenarrable episodio de los republicanos que inauguraron los campos nazis como “apátridas” (spanier), etc.

Pepe Gutiérrez-Álvarez

El Candel o la memoria de la emigración



Mi primera relación -aunque fuese a lo lejos-, con un escritor de carne y hueso, coincidió con un primer paso en el activismo político.
Sucedió con ocasión de una frustrada presentación del libro que estaba un poco en boca de todos, Els altres catalans, de Francisco Candel Tortajada (Rincón de Ademuz, Valencia, 1925 – Barcelona, 2007), allá por 1964 en la prestigiosa Llibreria Porter, situada en la barcelonesa Portal de l´Ángel, en la que habíamos entrado en un par de ocasiones. Advertido por un amigo, Pedra me invitó a asistir con su habitual precaución. Justo un momento antes de la hora convenida se detuvo en las proximidades como oteando lo que podía pasar justo en el momento en el que “unos compañeros” que regresaban a pie rápido, nos advirtieron que la policía andaba pidiendo la documentación. Ni que decir tiene que regresamos por donde habíamos venido. No mucho más tarde, hubo otra tentativa de presentación en la sala de actos de la Iglesia de Collblanch, pero también concluyó con “espantada” policial.
El libro del que tanto se hablaba había aparecido a continuación del éxito de Joan Fuster, Els Altres valencians, si bien el título era copiado, no podía ser más acertado. Todos teníamos claro que en Cataluña, los emigrantes eran “los otros”, los de adopción, un fenómeno de una amplitud que ha hecho que dos de tres catalanes tenga procedencia foránea. Lo hizo en “Llibre a l´abast” de Edicions 62, una colección “rompedora”, propia de una altura cultural que más bien parecía más bien francesa. Las historias que contaba Candel causaron una verdadera conmoción en el pequeño círculo surgido en casa de los Pedra. Para este, la Cataluña emigrante era algo próximo y natural, había vivido directamente las viejas historias de los prejuicios contra los “murcianos”, historias que aparecían en el libro y de la que Lola y su familia eran parte, igual que los operarios de la primera fábrica en la que trabajé y que, para mi sorpresa, todos ellos hablaban catalán.
En palabras de Manuel Vázquez Montalbán, aquel libro era “el retrato del salvaje crecimiento urbano para absorber las riadas de la inmigración interior. Aún pueden verse hoy los escenarios de aquella derrota social y arquitectónica en la Barcelona fea del extrarradio o en lo que queda de la Barceloneta o del ya casi desconstruido Barrio Chino, unas zonas deprimidas que todavía se pueden ver en películas de los años cincuenta como Hay un camino a la derecha (España, 1953), del inquieto Rovira Beleta y cuyo paisaje urbano vale por sí mismo como testimonio de miserias extremas. La crudeza de los relatos del Candel a mi me parecieron tal cual los había escuchado o los escenarios tan reales que durante aquel tiempo se podían ver atravesando las rieras de barracas que por la época se podían ver aquí y allá. Sin embargo, parece que molestó a mucha gente se puso furiosa, porque, entre otras cosas, aparecían con sus nombres y con sus apodos.
Els altres catalans marcó un antes y un después, en una seña de identidad compartida, nosotros éramos de también de aquí porque habíamos trabajado y producido. Como libro, su primer gestación tuvo surgió cuando Candel lo utilizó como título de un artículo para la revista La Jirafa, allá por 1958. Desde entonces, Paco publicó una serie de artículos del mismo signo en la revista Destino de vocación liberal , llamando la atención en parte de la pujante “intelligentzia” crítica, en especial de Josep Benet, un catalanista cristiano radicalizado que evolucionó a favor de los trabajadores y que resultó clave en la edición del libro. Siendo este un ensayo-reportaje, se situaba incuestionablemente al lado de los oprimidos y defendía la vía un doble encuentro, de los emigrantes hacia Cataluña y su historia, de los catalanes hacia “los otros”, de aquellos esforzados trabajadores venidos del sur que progresivamente se estaban configurando como una parte básica de un movimiento que defendía por igual los derechos sociales y las libertades nacionales como dos caras de una misma moneda.
El libro llegó a ser un long seller, su editorial nunca lo descatalogó, las reediciones se sucedieron una detrás de la otra. Dio lugar a dos secuelas: Encara més sobre els altres catalans (1973, Todavía más sobre los otros catalanes) y Els altres catalans vint anys después (1985, Los otros catalanes veinte años más tarde) y suscitó toda clase de ensayos y estudios en un tiempo en el que el encuentro entre el movimiento obrero de base primordialmente emigrante y el “fet nacional”, estaban convocados a ir de la mano. Décadas más tarde, el Candel mostró idéntico interés hacia las nuevas emigraciones, en especial la más reciente y dramática, la de procedencia subsahariana, infinitamente más desfavorecida que nosotros, para ellos no constaba para nada la ya olvidada definición pujoliana según la cual catalán era todo aquel que vivía y trabajaba en Cataluña.
Provenientes de países expoliados por el comercio desigual y por guerras que siempre tienen detrás a alguna de las grandes potencias, se les niega hasta lo más elemental. Sensible como era a la cuestión, Candel ofreció su propia mirada con la modestia que le era propia. Más allá de las consideraciones de orden literario, su obra quedó como un testimonio ineludible de un tiempo, de un país y sobre todo, de una gente, de los que tuvieron que emigrar y comenzar de nuevo.
Desde entonces, todo había cambiado pero no siempre para bien

Pepe Gutiérrez-Álvarez

Operación Nikolai. El secuestro y asesinato de Nin (1992) M. D. Genovès



El 16 de junio de 1937, en plena guerra civil española, Andreu Nin, máximo dirigente del POUM; un partido marxista contrario a la política de Stalin, es secuestrado en Barcelona y desaparece sin dejar rastro.
Durante seis meses, un equipo de investigación de Televisió de Catalunya trabajó en los archivos de la Internacional Comunista y de la KGB en Moscú. Era el año 1992 y por primera vez los investigadores accedieron a una documentación secreta y sellada durante 55 años.
"Operación nikolai" demuestra la conspiración, secuestro y asesinato de Nin, siguiendo el modelo de las purgas estalinistas. El lugar también descubre el lugar donde fue enterrado el líder del POUM.

Sobre “Memorias de un francotirador en Stalingrado”



“Memorias de un francotirador en Stalingrado” repasa la vida de uno de los más celebres francotiradores soviéticos: Vasili Záitsev.

Fue publicado por primera vez en 1956 y reeditado en español por Crítica en el 2014. El libro se desarrolla a lo largo de 19 capítulos y contiene además un par de apéndices. Además, el texto viene acompañado de una “orden de guerra” de Stalin, donde repasa el estado actual de la batalla y dicta ciertas órdenes, observándose allí la ideología del régimen estalinista, donde los soldados luchan por la patria y la familia.
Su narración, de lectura ágil, tiene la virtud de mostrarnos la batalla de Stalingrado a partir del relato testimonial del francotirador, quien con gran calidad literaria y una riqueza absoluta en detalles, presenta una de las máximas derrotas de la Wehrmatch. Esto, sin dudas, le da una gran fuerza al texto, que si bien como todo testimonio individual presenta ciertas limitaciones para comprender el proceso más global, esa mirada adquiere gran contundencia por el registro que logra.
Las memorias comienzan narrando la infancia y juventud de Záitsev en los Urales, donde aprende a cazar junto a su abuelo, continúa con su participación en la flota de la Armada del Pacífico, para luego, a partir del capítulo 3 y el cruce del Volga, desarrollar su participación en Stalingrado. El relato finaliza con el capítulo titulado “Yo sirvo a la Unión Soviética”. En él Záitsev, temporalmente ciego por una herida de ametralladora, recibe en Moscú la Orden de Lenin, segunda condecoración nacional en orden de importancia.

Záitsev, entre la caricatura y el mito

El libro se inicia con un pequeño prólogo, escrito por un especialista militar, Max Hardberger. Se propone distanciar la figura de Záitsev y el Estado soviético de la interpretación pobre y anticomunista -según él- que hace la película “Enemigo a las puertas” de Jean-Jacques Annaud. Denuncia que en el film, Záitsev es retratado como “un campesino sin instrucción” y como una mera creación de la maquinaria propagandística soviética. Además, afirma que se lo muestra como un soldado convicto, perteneciente a un batallón penal, cuando en verdad combatió voluntariamente. Esto es totalmente cierto y no fue el único. Millones de obreros y campesinos lucharon contra la ocupación del nazismo, con el objetivo de defender la URSS y sus conquistas, pese al régimen de Stalin.
Sin embargo, más allá de la interpretación que hace la película sobre Záitsev, al leer estas memorias no se puede negar que fueron parte de la propaganda soviética, tanto en la construcción de algunos aspectos de su historia, como la del héroe mismo.
Cada baja que realizaba un francotirador debía ser anotada en una libreta y firmada por un soldado testigo. Gracias a ello se sabe, por ejemplo, que a pesar de que hubo francotiradores que tuvieron muchas más bajas confirmadas que Záitsev no tuvieron la misma consideración por parte del régimen. Por ejemplo, el francotirador Ojlópkov, a pesar de que provocó muchas más bajas, nunca llegó al reconocimiento de su par Zpaitsev. Quizás debido a que no cumplía con las características de héroe que buscaba el régimen soviético: Ojlópkov era de origen yakuto, un pueblo autóctono minoritario de Siberia. Por el contrario, Vasili Záitsev provenía de una familia campesina de los Urales y era miembro del Komsomol, organización juvenil del Partido Comunista. Con estas características su historia fue rápidamente difundida y condecorado con diversas órdenes y medallas por sus logros militares.
Por otra parte, algunos de los hechos narrados en sus memorias quedaron bajo la sombra de la duda, sin poder constatarse. Uno de los más discutidos es, justamente, el que más envergadura le da a la figura del francotirador. El hecho está narrado en el capítulo 18, titulado “El duelo” y allí escribe sobre el enfrentamiento que tuvo con Erwin Koning, seudónimo que en realidad correspondería a Heinz Thorvald. Según las memorias, Thorvald, jefe de una escuela de francotiradores del ejército alemán, luego de que el francotirador soviético haya causado más de 100 bajas, habría sido enviado exclusivamente al frente de batalla para terminar con el “gran conejo ruso”. Sin embargo, luego de tres días de enfrentarse en la fábrica Octubre Rojo, moriría sin éxito y a manos del propio Záitsev. Sin embargo, el hecho y la misma figura de Thorvald nunca fueron constatados.
Pero, más allá de las implicancias en cuanto a la veracidad, esta construcción de héroes soviéticos cumplió con dos objetivos. Durante la guerra moralizar a las tropas extenuadas a través de soldados modélicos llenos de coraje, audacia y arrojo. Y en segundo lugar, después de la guerra, estos casos individuales y excepcionales fueron utilizados para dejar en las sombras el verdadero factor determinante en el triunfo de la URSS: la participación colectiva y heroica de cientos de miles de obreros y campesinos. Ya como voluntarios dentro del ejército rojo o integrando las miles de brigadas partisanas.
Reconocer esto, tomarlo en cuenta a la hora de analizar las causas del triunfo, podría haber significado darle demasiada entidad a la clase obrera y a los sectores populares, a su capacidad de transformación social. Por el contrario, el régimen estalinista se obstinó en ocultarlo. Quizás porque una clase obrera organizada que es capaz de ponerse al hombro tan dramática y gigantesca tarea, fuera también capaz de sacarse de encima a la burocracia estalinista para recuperar la perdida revolución de octubre.

Los soldados y el francotirador

El texto conserva un enorme valor, sobre todo cuando abandona el relato épico y hunde su narración descriptiva y testimonial en la durísima cotidianidad que debían enfrentar los soldados del ejército rojo, combatiendo en paisajes desoladores: “La ciudad parecía un infierno de llamas y azufre, los edificios quemados brillaban como tizones y los incendios consumían hombres y máquinas. Perfilados contra el fuego de los incendios se distinguían soldados en retirada. ¿Eran de los suyos o de los nuestros? Nadie lo sabía.” (Záitsev, 2014: 35). Como se ve, además del carácter testimonial, el texto también es un interesante ejercicio literario, lleno de descripciones elocuentes, con un buen manejo del ritmo para la narración y una habilidad para generar continuamente intrigas en el lector, que se van resolviendo en la medida en que aparecen nuevas.
A través de la narración en primera persona se nos permite observar con una pavorosa cercanía los aspectos más íntimos de las vivencias de la guerra, el esfuerzo técnico y físico por derrotar al enemigo, la presión por sobrevivir: “Pasado unos minutos, unos exploradores alemanes nos vieron y ordenaron abrir fuego de mortero contra nuestra posiciones. Al mismo tiempo, los Me 109 aparecieron en el cielo y empezaron a llover bombas incendiarias cuyos estallidos, a lapsos regulares, nos hacían castañear los dientes. Aquello sembró la confusión: los marineros corrían en todas direcciones sin saber qué hacer. Kotov, Bolshapov y yo saltamos al interior de un hondo cráter de obús y ahí nos quedamos, pegados al suelo, a la espera de que el bombardero remitiera. Alrededor, no se oían más que los gemidos y las súplicas de nuestros heridos”. (2014: 40).
Junto a las descripciones de los hechos, también se intercambian interesantes diálogos entre los soldados: agazapados en una trinchera o en el interior de las ruinas de una fábrica, planifican ataques o se leen las cartas que les llegan de sus familias. Así, el relato adquiere un gran “efecto de realidad” y se puede apreciar de cerca, casi desde sus mismos huesos, sus sensaciones.
Además de las descripciones de la batalla y las condiciones de los soldados, las memorias muestran a Záitsev en su desarrollo como francotirador. Y con ello, en distintos capítulos, se incluyen apreciaciones sobre el propio arte del tiro y la preocupación de cómo llevar al máximo su técnica para incidir en la derrota de la ocupación alemana. Calcular la distancia y el viento al realizar el tiro o no delatar la posición propia por eliminar a soldados rasos. Utilizar señuelos, como cascos o maniquíes, para provocar el disparo de los francotiradores alemanes y a partir de allí visibilizar su ubicación, son algunas de las consideraciones básicas que señala. Por momentos estos comentarios toman tanto desarrollo y se vuelven tan rigurosos que el texto parece acercarse a un manual de francotiradores.
Záitsev narra su experiencia en el momento de poner la mira sobre el enemigo: “Ajusté la mirilla a 550 metros y me fijé en si el viento podía desviar el tiro. El humo de la batalla subía en vertical, señal de que ese día apenas soplaba el viento, así que no había necesidad de compensarlo. Siempre me ha intrigado lo de mirar a través de la óptica a un enemigo a cientos de metros. Al principio apenas se ve una silueta pequeña e indistinta, y de pronto puedes distinguir todos los detalles del uniforme, si es alto o bajito, delgado o gordo. (...) En ocasiones tu objetivo está hablando con otro soldado o canturreando para sí. Y mientras tu hombre se frota la frente o inclina la cabeza para ponerse el casco, buscas el mejor punto para que la bala haga impacto.” (2014: 78).

Algunas conclusiones

Para todo aquel lector interesado en conocer Stalingrado desde “adentro”, además de la dedicada y rigurosa tarea de un francotirador, este libro resulta un interesante testimonio. A través de estas memorias uno vuelve al lugar, al paisaje derruido, a un horror y sacrificio que hoy nos resulta casi inconcebible. Ahí radica el valor del texto. Sin embargo, como contraparte, la exposición de estos “héroes de la guerra” y sus historias formaron parte de la propaganda soviética, que más allá de quitarle rigor histórico a los testimonios, sirvió para diluir y ocultar la participación colectiva de los obreros y campesinos.

Mariano Gigena Docente Agrupación 9 de Abril-Lista Marrón SUTEBA Quilmes

Las aspiraciones de Hillary sobre Cuba

Ya Hilary pronuncio su discurso de aceptación. Nuestra prensa, se encargó de transmitir sus puntos de vista sobre el evento. Una noticia dada a medias, o donde faltan elementos, carece de objetividad y da la impresión de que se quiere crear un criterio sobre bases poco serias y profesionales.
Cuando digo, transmitir sus puntos de vista sobre el evento, es porque en momento alguno se habló de los abucheos a los oradores de la cúpula del partido demócrata, los delegados de Sanders protestando por las trampas que había realizado el equipo de Hillary para escamotearle la victoria al que proponía toda una serie de medidas de beneficio para los más desposeídos, la represión policial contra los que protestaban por la nominación, el arresto a una periodista de TeleSur por estar filmando las protestas, el escándalo de los e-mail y sus consecuencias para la llamada Seguridad Nacional de Estados Unidos, las opiniones de toda una serie de representantes de grupos de izquierda estadounidense que consideran a Hillary un representante de la clase dominante y su más fiel aliado.
Muchas de las noticias que se difundieron en ésta, terminaban resaltando lo dañino y peligroso que pudiera resultar Trump, copiando el objetivo de los demócratas de desviar la atención de los problemas de Hillary hablando de los de Trump. Muchos cayeron en la trampa.
En ese momento la noticia era difundir lo que sucedía en la Convención Demócrata, no las campañas contra Trump.
Cómo formando parte del espectáculo está la aprobación de la Plataforma Política, el 21 de julio se conoció esta. La plataforma `pudiera considerarse la guía programática por la que el partido y en especial el presidente, si es electo, llevará a cabo su labor. La misma incluye distintos aspectos, tanto relacionados con la situación interna de Estados Unidos, como de su política exterior.
Cómo es de esperar, dentro de la plataforma se dedica un espacio a lo que será la política de Hillary en relación con Cuba, claro está, si sale presidente. La plataforma establece:
“En Cuba, continuaremos lo iniciado por Obama con su histórica apertura y terminaremos las restricciones de viaje y el embargo (bloqueo). También estaremos al lado del pueblo cubano apoyando su habilidad para decidir su propio futuro y disfrutar de los mismos derechos humanos y libertades de las que disfrutan las personas en cualquier lugar.
“En Venezuela forzaremos al gobierno a respetar los derechos humanos y responder al criterio de su gente.” Agregué lo de Venezuela por estar en el mismo párrafo de la plataforma, lo cual considero esta hecho a propósito.
(In Cuba, we will build on President Obama’s historic opening and end the travel ban and embargo. We will also stand by the Cuban people and support their ability to decide their own future and to enjoy the same human rights and freedoms that people everywhere deserve. In Venezuela, we will push the government to respect human rights and respond to the will of its people.)
Entonces, de acuerdo con la `plataforma, si Hillary es elegida, continuarán las acciones de subversión política contra la Revolución, mantendrán el financiamiento y dirección de los grupúsculos, seguiremos teniendo Radio y Televisión Martí, continuarán tratando de dar más poder económico a lo que ellos consideran la Sociedad Civil y el sector privado. Seguirán acusándonos de violar los derechos humanos y de que en nuestro país no existen libertades como las que existen en cualquier lugar del mundo (sobre todo si son países serviles a Estados Unidos).
Dicen que terminarán con las restricciones de viajes a Cuba y con el bloqueo. El mismo canto de sirena que nos ofreció Obama cuando se inició el proceso de restablecimiento de relaciones y que no se ha materializado, seguimos con el bloqueo y con las restricciones de viaje.
De devolución del territorio ocupado por la Base Naval estadounidense en la Bahía de Guantánamo ni hablan, parece que eso estará en el plan de los próximos aspirantes.
En fin, no encuentro nada nuevo en la Plataforma, más de lo mismo y continuar con los planes de Obama de destruir la Revolución Cubana, utilizando otros métodos, después de reconocer que los que utilizaron distintas administraciones, demócratas y republicanas, durante cincuenta años, habían fracasado.
Insisto en la forma en que debemos enfocar lo que está sucediendo en Estados Unidos en relación con las elecciones, debe ser de la forma más objetiva y amplia posible, sin tratar de crear una opinión desfavorable hacia alguno de los candidatos, sobre los que politólogos estadounidenses han dicho resultan los perores candidatos que han aspirado a la presidencia desde que se fundaron los Estados Unidos.
La opinión que tratemos de crear en Cuba no beneficiará a cualquiera de los aspirantes, los cubanos no votamos en estas elecciones. Serán los estadounidenses, utilizando un sistema electoral caótico, cuyos resultados están muy lejos de reflejar la verdadera voluntad del pueblo y menos sus intereses, a los que se les presentará un resultado, siempre el que más convenga a las grande corporaciones y al 1 por ciento que acumula la mayor riqueza del país.
En ocasiones algunos compañeros hablan de estas elecciones, como si fueran verdaderamente libres, limpias, sin fraudes y escándalos que se ponen de manifiesto desde las primarias. Como si aquel fuera un sistema electoral que verdaderamente pudiera calificarse como propio de una democracia representativa.
El análisis político debe primar sobre el criterio personal, o el apuro al copiar un cable de una agencia estadounidense, para nosotros sacar una noticia.

Néstor García Iturbe, editor del boletín electrónico El Heraldo (Cuba)

Macri recibió con honores a Peña Nieto, responsable del asesinato de docentes y estudiantes en México



Organismos de DDHH, organizaciones sociales y partidos de izquierda repudiaron la visita del presidente de ese país, responsable de la brutal represión y los asesinatos a docentes en ese país.

Sobre Peña Nieto recae el repudio internacional porque, durante su gobierno, 43 estudiantes de la Normal Rural Isidro Burgos en Ayotzinapa, Guerrero, desaparecieron la nefasta noche del 26 de septiembre en un operativo donde participó el Ejército mexicano, la Policía Federal y el narcotráfico.
El 19 de junio de este año, tras la brutal represión en Nochixtlán, Oaxaca, en donde la Policía Federal abrió fuego contra trabajadores que se oponen a la imposición de la Reforma Educativa, se asesinaron a 11 compañeros y compañeras.
Su legado está marcado por la denuncia de organismos de Derechos Humanos de la asociación del Estado mexicano con el narco y porque, durante su mandato, murieron 65 mil personas, desaparecieron miles y la tortura rutinaria se generalizó entre los cuerpos de seguridad.

Mil veces asesino

El presidente de México arribó a Casa Rosada este viernes 29 alrededor de las 11:30 horas, después de haber depositado un arreglo floral en la Plaza San Martín. Allí mantuvo una reunión privada con Mauricio Macri y después almorzaron en la sede presidencial. Afuera, organizaciones de Derechos Humanos, residentes mexicanos en Argentina y la izquierda, gritaban lo que en los medios de comunicación y redes sociales se repetía una y otra vez: Fuera Peña Nieto, asesino de maestros estudiantes. La repercusión mediática del repudio a la visita recorrió el mundo, desde las grandes cadenas informativas como CNN y EFE o El País de España, hasta importantes medios mexicanos como el semanario Proceso que retomó una nota publicada ayer en La Izquierda Diario titulada “Llega a Argentina Peña Nieto, el asesino de docentes y estudiantes mexicanos”.
La cena de gala que brindó Macri al presidente de México y su esposa en el Centro Cultural Néstor Kirchner, contrasta con el repudio desplegado a nivel nacional e internacional. Los hermana no solo un intento de acercar el Mercosur a la Alianza del Pacífico, si no el gobernar para los grandes empresarios. En un momento de duros ataques contra los trabajadores argentinos, tarifazos y ajuste, los une también el desprecio absoluto por la educación pública y el intento, mucho más avanzado en México que en Argentina de avanzar sobre los derechos de los trabajadores de la educación. Estos son los amigos y nuevos aliados del presidente Macri.

¿Cuál es la reforma educativa que quieren implementar en México?

En el 2013 se aprobó la Reforma Educativa realizada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) de la cual el país azteca es miembro. Fue impulsada y aprobada por los partidos del llamado “Pacto por México” que integra al partido gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), al ultra derechista Partido Acción Nacional (PAN) y al centroizquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Esta reforma fue aprobada a espaldas de los 1 millón 300 mil profesores mexicanos que se organizan en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) cuya principal oposición interna es la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
Con su aprobación se abrieron diversos debates desde los medios masivos de educación en México hasta los claustros de educación y pedagogía han explicado que la Reforma Educativa tiene como único objetivo atacar los derechos laborales de los docentes.
Esta reforma se basa en un sistema educativo similar a empresas privadas donde los profesores rinden una evaluación estandarizada que no toma en cuenta el contexto cultural y social de la comunidad educativa; lógicamente los sectores marginados y pobres obtienen resultados negativos y son castigados punitivamente con la pérdida del trabajo, como ya ocurrió con más de 3000 docentes en la capital mexicana.
Legaliza las cuotas para diversas actividades escolares y permite la entrada de empresas privadas a los centros escolares abriendo el camino de la privatización. Desaparecen las escuelas Normales, dejando a la deriva la formación didáctica, dejando sin formación y profesión a miles de hijos de campesinos, indígenas y obreros que se forman como docentes.
En Argentina, el macrismo es aún todo lo neoliberal que la relación de fuerzas le permite ser. Pero si pudiera haría lo que hace su par mexicano Peña Nieto. Aquí, la educación pública es un derecho conquistado por todos los trabajadores.
El concepto de meritocracia y las evaluaciones a los estudiantes y a docentes, la formación de ranking de escuelas (según la calificación lograda) y el constante ataque a los docentes cada vez que peleamos en defensa de la escuela, son los pilares fundamentales que el Banco Mundial y el FMI recomiendan para la educación en América Latina. En la Ciudad de Buenos Aires donde el PRO gobierna hace ya varios años estas políticas se fueron implementando de a poco como el cierre de grados, la implementación de la Nueva Escuela Secundaria, la creación del Instituto Evaluador y el problema creciente de vacantes, donde más de 11 mil chicos se quedaron sin escuela. Este modelo es el que quieren implementar a nivel nacional.
Estas políticas pueden ser implementadas gracias a las leyes neoliberales heredadas del menemismo, que durante 12 años de gobierno kirchnerista “nacional y popular” no fueron tocadas en su esencialidad como es el financiamiento descentralizado por provincias y la centralización de lo pedagógico. Los discursos de “los docentes son vagos y tienen cuatro meses de vacaciones” abonan a esta política de degaste, para aplicar el ajuste.
Cabe recordar que el presidente del PRI Peña Nieto también fue bautizado como “el mejor amigo de Cristina de Kirchner” en relación a las negociaciones del petróleo, siendo clave en el acuerdo de Repsol-YPF.
El inesperado “amigo” cobró notoriedad en Buenos Aires y en Madrid en el año 2013 porque posee el 9,49% de las acciones de Repsol y ostentaba un lugar en su consejo directivo. Por eso, Emilio Loyoza, CEO de Pemex, presionó para que el gobierno argentino y la petrolera española acordaran una indemnización de cinco millones de dólares por el 51% de las acciones expropiadas.
Paradójicamente, los grandes beneficiados fueron mexicanos: Pemex, interesado en explotar el yacimiento de Vaca Muerta, y Carlos Slim, propietario del 8,4% de las acciones de YPF y de fluidos vínculos con los Kirchner.
Ayer, mientras se producían movilizaciones y escraches de repudio a la visita del presidente mexicano a la Argentina, Macri lo recibía con todos los honores, bromeaba y firmaba una multiplicidad de convenios de colaboración entre ambos gobiernos.
Mientras en las calles sonaba el repudio, en la Casa Rosada se recibía con toda la pompa al represor Peña Nieto.

Federico Puy
Docente, Congresal UTE-CTERA
Lorena Sokol

En caso de Trump

Según las encuestas estadounidenses Hillary Clinton es rechazada por 63 por ciento de los electores y Donald Trump por el 67 por ciento (que llega al 77 si se consideran sólo las mujeres). La abstención en las elecciones presidenciales oscila en promedio en torno al 49 por ciento ya que el voto no es obligatorio.
Hillary Clinton, que fue durante mucho tiempo la principal ejecutora de la política de Barack Obama desde el Departamento de Estado (Relaciones Exteriores), expresa la continuidad de la política imperialista, sionista, belicista de las transnacionales estadounidenses, las finanzas, el gran capital. Es la candidata de los nazifascistas de Israel y del establishment de EU.
Donald Trump, un gran especulador inmobiliario, está apoyado en cambio por el fascistizante Tea Party y por sectores marginales del gran capital que, como él, son aislacionistas porque no tienen sus intereses fundamentales en el plano internacional sino en el mercado interno y moviliza a los sectores más atrasados, iletrados, reaccionarios y nacionalistas de los obreros blancos que son cristianos fundamentalistas y se sienten lesionados por la crisis del Estado y por la inseguridad económica y financiera y que pretenden que los platos rotos por el capitalismo los paguen los negros, los latinos, los inmigrantes.
Los sindicatos abarcan sólo el 11.3 por ciento de la población económicamente activa y, en la industria privada, el 6.6 por ciento (hace 50 años llegaban al 35 por ciento) y el aparato sindical de la AFL-CIO (la central sindical ultraburocratizada que practica un sindicalismo de negocios) apoya al Partido Democrático. El senador socialdemócrata independiente Bernard (“Bernie”) Sanders no pertenece a éste pero logró más de 12 millones de votos en las elecciones internas del Partido Democrático enfrentando a Hillary Clinton y expresa el repudio a ambos partidos tradicionales de un amplio sector juvenil más culto y con una fuerte participación femenina. Sanders con su campaña electoral logró volver a darle espacio político al socialismo que, con Eugene Debs, había sido fuerte antes y poco después de la Primera Guerra Mundial. Además Sanders demostró que se podía ser independiente y tener gran éxito fuera de los dos aparatos políticos de los capitalistas –el partido Republicano y el Demócrata- y contra éstos. Esa independencia podría dar origen a una verdadera tercera fuerza no centrada en las instituciones y en la disputa sólo electoral. Si así fuese podría comenzar a superarse la gran tragedia que representa la despolitización y la aceptación del capitalismo por los tres mayores contingentes de oprimidos y de obreros –el chino, el ruso y el estadounidense- porque ese conservadurismo y esa pasividad influyen tan poderosamente sobre los trabajadores europeos, asiáticos y de los países dependientes como influyeron antes la revolución de Independencia estadounidense, la Revolución Francesa y, siglos después, la Rusa.
Las grandes olas históricas abarcan muchos decenios pero pierden impulso y, sobre ellas, hay olas más pequeñas empujadas por los cambios de los vientos sociales locales. En esa perspectiva hay que situar el triunfo electoral de la imperialista y sionista Clinton o el de Trump, que sería sólo una prolongación de la gran ola reaccionaria que arrastra al mundo desde los 80. Lo nuevo, en cambio, en un país donde el individualismo y el egoísmo son las bases de la ideología y el rechazo al socialismo y la represión anticomunista desde antes ya de la Primera Guerra (1914-1918), son los 12 millones de votos al candidato Bernie Sanders.
Es improbable que, para enfrentar a Trump, todos esos votos vayan a Hillary Clinton. Dado que gran cantidad de negros y de latinos no están en condiciones legales para votar y que Trump cuenta con el apoyo de las iglesias protestantes más agresivamente reaccionarias y con el 63 por ciento de los blancos trabajadores pobres, es posible el triunfo electoral de este McHitler con las terribles consecuencias para todos (recordemos que Hitler no se impuso con u golpe sino que ganó las elecciones y, desde las instituciones capitalistas liberales, impuso posteriormente su dictadura).
Frenar a Trump votando críticamente por Clinton para después de las elecciones luchar contra los grandes capitales que sostienen a ambos puede ser la etapa inicial de la creación de un nuevo partido independiente del capital con los votantes de Sanders y gran cantidad de trabajadores e intelectuales que no pueden votar o que se abstendrán.
En los años 30, cuando los sindicatos tenían fuerza y los obreros estaban radicalizados, Trotsky llamó a construir en Estados Unidos un partido obrero basado en los sindicatos. O sea, por un partido independiente que, a pesar de su dirección burguesa ayudase a los trabajadores a superar la ideología capitalista. Un nuevo partido socialdemócrata sanderista no sería anticapitalista ni revolucionario pero elevaría la moral de los trabajadores europeos, sobre todo del Reino Unido y serian un importante aliado de los trabajadores mexicanos y latinoamericanos. Eso es lo que hay que ayudar a construir más allá de las elecciones, en las que hay que votar por monstruos para alejar un monstruo peor.
De los laberintos –decía el gran escritor argentino Leopoldo Marechal-se sale por arriba. O sea, superando lo que se enfrenta en el momento para abrir nuevos panoramas. Precisamente para organizar y politizar a los oprimidos y explotados de Estados Unidos derrotando a Trump hay que crear las bases para salir del campo hostil y pantanoso de las elecciones pasando a encarar directamente los problemas económicos, políticos y sociales. Estados Unidos se prepara a entrar en una nueva fase aguda de la lucha contra el capitalismo.

Guillermo Almeyra

viernes, julio 29, 2016

Cuba en el debate político en Estados Unidos



Los debates sobre el tema Cu­ba en el Con­greso de Estados Unidos, su presencia en las plataformas políticas llevadas a las Convenciones de los dos principales partidos de ese país y los movimientos contra el bloqueo en distintos Estados de la Unión

Elsa Claro en Mesa Redonda: ¿Por qué falló el Golpe de Estado en Turquía?



Intervención de la analista de temas internacionales de la Mesa Redonda, Elsa Claro, ante pregunta de panelista Oliver Zamora Oria.

De la Noche de los Bastones Largos a Macri y Peña Nieto.



A 50 años de la intervención del gobierno militar de Onganía en las universidades.

Hoy, 29 de julio, se cumplen 50 años de la intervención de las universidades nacionales por parte de la dictadura militar de Juan Carlos Onganía.

Aquella noche de 1966, la Policía Federal desplegó una feroz represión para desalojar los edificios de cinco facultades de la UBA, que habían sido ocupados por estudiantes, graduados y profesores en rechazo a la intervención. Cerca de las 23, agentes de la guardia de Infantería entraron a los palazos al edificio de Perú 222, de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, dejando decenas de heridos y 150 detenidos. Cincuenta años después, el presidente Macri “conmemora” la noche más trágica de la universidad argentina reuniéndose con un represor, Enrique Peña Nieto, responsable de la desaparición de 43 estudiantes en Ayotzinapa y del reciente asesinato de docentes en el Estado de Oaxaca.
Medio siglo después, hay intereses sociales de fondo que marcan una continuidad histórica entre las líneas maestras de la política educativa que buscó imponer el Onganiato y las reformas antieducativas que levantan estos “demócratas” de hoy en Argentina y México.

La “modernización” de los milicos

¿Qué objetivo perseguía Onganía con la intervención?
Onganía seguía el libreto de la “modernización” de la universidad que planteaba el capitalismo mundial, apuntada a una creciente injerencia del capital financiero en el sistema educacional, en desmedro de las conquistas educativas de los trabajadores y de la universidad pública. Es para imponer esta política que Onganía metió a la cana en la universidad, que en aquel momento era un hervidero de debates políticos.
Los debates sobre la “formación permanente” –léase “posgrados arancelados”- y la “vinculación con el sector productivo” –léase “subordinación a las empresas”- que hoy están tan de moda y con los cuales se justifica el recorte de las carreras de grado y la mentada “evaluación docente” –leáse “flexibilización laboral”- que impulsan Macri y Peña Nieto, ya formaban parte, en la década del ’60, de la agenda de los organismos internacionales.
En 1967, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) elabora un informe sobre la universidad argentina donde plantea que “el sistema se caracteriza por el gran número de matriculados y abandonos” y propone reducir la matricula, introducir diplomas intermedios y acortar las carreras. Todo un programa de descalificación de la juventud, muy similar al que apuntan el gobierno y las cúpulas universitarias.
A los palazos, Onganía efectivamente logra, por primera vez en la historia argentina, una disminución absoluta de la matrícula universitaria: de 221.522 estudiantes en 1967 a 198.656 en 1970. Más de un 10% en 3 años. El otro aspecto de la “modernización” de la universidad fue el desarrollo de las universidades privadas. El gobierno de Frondizi había habilitado a las universidades privadas a dar títulos habilitantes –no sin resistencia del movimiento estudiantil, en la lucha de “laica o libre”, en 1958-, pero Onganía les daría un enorme impulso: de 12 universidades privadas que había en 1967, y que agrupaban el 6,7% de la matrícula, pasarían a ser 24 en 1971, reuniendo el 17,7% de la matrícula estudiantil.
Este fue el contenido de la Noche de los Bastones Largos. Pero el gobierno de Onganía no pudo llegar más lejos por el levantamiento obrero y estudiantil del 29 de mayo de 1969, el Cordobazo, que sellará definitivamente el destino de su dictadura.

De la intervención violenta al copamiento “democrático”

Cincuenta años después, todos los gobiernos democráticos desde 1983 intentaron, con mayor o menor suerte, profundizar ese rumbo. El menemismo sancionó la privatista ley de Educación Superior, a pesar de la oposición de docentes y estudiantes. El kirchnerismo la mantuvo. Durante la década K, las universidades privadas crecieron el 6%, contra el 1% de la pública. La privatización educativa es una verdadera política de Estado, que continuó atravesando democracias y dictaduras.
Ahora, el gobierno de Cambiemos le copia el libreto a Onganía. El discurso oficial retoma el argumento de la "modernización" de la universidad para avanzar en la entrega del presupuesto educativo a las corporaciones privadas.
La línea estratégica nuevamente es marcada por la OCDE, a la cual Macri pide ingresar. Los burócratas de la OCDE son los autores de la reforma educativa que enfrentan los estudiantes y docentes masacrados por Peña Nieto en México.
A diferencia de la dictadura de Onganía, Macri no tiene ninguna necesidad de intervenir la universidad para aplicar su política, porque las autoridades universitarias actuales son, ellas mismas, cómplices y beneficiarias de esta degradación educativa.
El procesamiento de funcionarios de la UBA por el desvío de fondos para el Hospital de Clínicas, la utilización de las universidades como cajas negras para triangulaciones de fondos millonarios o la compra de votos para elegir rector en la Universidad de Tucumán con los fondos de la mega-minera La Alumbrera, retratan a la camarilla que maneja las universidades en función de sus propios negociados. El co-gobierno universitario está monopolizado por esta minoría privatista que le sustrae la ciudadanía al 95% de los docentes y sub-representa a los estudiantes. La policía que en 1966 entró a la UBA para remover a las autoridades ahora custodia a los decanos radicales, macristas y kirchneristas que sesionan en un Consejo Superior vallado, a espaldas del conjunto de los estudiantes y docentes. De esta forma las autoridades “democráticamente electas” acompañan la política de ajuste y privatización del gobierno.
Por todo esto, finalmente no fue un exabrupto que las autoridades de la UBA invitaran a la conmemoración de la Noche de los Bastones Largos al Ministro de Cultura de Cambiemos, Pablo Avelluto, que afirmó que “hay que echar a todos los docentes que creen que hacer paro sirve para algo”.

Viva el movimiento estudiantil

El 12 de mayo pasado, 70.000 estudiantes y docentes copamos la Plaza de Mayo contra el intento del gobierno de recortar el salario docente y el presupuesto de la universidad. Macri se vio obligado a recular. En la provincia de Buenos Aires, tras una larga lucha que empezó contra el gobierno de Scioli, los estudiantes le arrancaron a Vidal el boleto educativo gratuito, que antes la gobernadora había dicho que era “inviable”. El hecho no es menor, porque este año también se cumplirá el 40 aniversario de otra noche sangrienta para el movimiento estudiantil: la Noche de los Lápices.
El ataque a la universidad es otro capítulo del ajuste del gobierno y los gobernadores.
De Onganía a Peña Nieto, la represión a estudiantes y docentes encarna los mismos intereses de clase. Derrotarlos implica una lucha común del movimiento estudiantil con los trabajadores, para que la universidad y la ciencia sean puestos a disposición de los verdaderos productores de la riqueza nacional.
“Si el presente es lucha, el futuro es nuestro”.

Juan Winograd y Julián Asiner, dirigentes de la UJS, integrantes de la conducción de la FUBA