martes, diciembre 20, 2016

Ofensiva de Temer sobre los derechos de los trabajadores



Despidos más baratos, contratos de trabajo por hora y sin jornada definida, contratos por 180 días: estas son algunas de las medidas propuestas por el gobierno que acompañan la reforma previsional.

El paquete económico anunciado por el presidente Michel Temer en la última semana es una bomba contra la CLT, equivalente del Convenio colectivo de trabajo de Argentina. Es también una forma de extender la flexibilización de las leyes laborales, que ya existe para los más de 13 millones de tercerizados en Brasil, a toda la clase trabajadora. Despidos sin justa causa con menores costos, contratos de trabajo por hora y sin jornada definida, contratos temporarios por 180 días. Estas son algunas de las medidas que vienen acompañadas de una dura reforma del sistema previsional y las jubilaciones.
Cualquier persona entiende que este plan no tiene nada que ver con el combate al desempleo. Parece hasta ridículo tener que mencionarlo, cuando la primera medida es disminuir el monto de las multas del Fondo de Garantía del Tiempo de Servicio (FGTS) que las empresas tienen que pagar cuando despiden, que irán disminuyendo año a año, es decir, en la práctica significa: despidan que será cada vez más barato. ¿Cómo esto puede ser un combate el desempleo? Michel Temer debería explicarlo mejor.
Otra medida “mágica” es el contrato de trabajo por hora. Se necesitó una lucha muy dura para conquistar la jornada de trabajo de 8 horas, que ni siquiera se cumple en el conjunto del país. Ahora con esta medida el patrón puede emplear al trabajador en cualquier momento, a cualquier hora, incluso sin respetar el supuesto “horario comercial”. El trabajador queda a merced del patrón, no puede planificar mínimamente su vida, ni las horas libres, ni económicamente y el gobierno presenta esto como una gran ventaja, ya que el trabajador puede tener otro empleo (!)..., chau vida.
Para cerrar este paquetazo, se viene el aumento del tiempo de contrato temporario. El contrato temporario es una eficaz manera de tercerizar el trabajo y facilitar que los patrones no tengan que comprometerse en nada con el trabajador, que es descartable. El aumento del tiempo del contrato de trabajo, aunque pueda parecer que en lo inmediato beneficia al trabajador temporario, es una manera de ir sustituyendo el contrato normal de trabajo según Convenio por contratos de 6 meses así, “por las dudas”, “mejor contratar por 6 meses y después vemos…”. Es decir, es otra forma de “facilitar” el despido solo que dándole el bonito nombre de “fin del contrato temporario” y el trabajador regresa a la fila de los desempleados.
Todas estas medidas que Temer anunció esta semana ya venían siendo implementadas a los más de 13 millones de brasileros. Son los que ya sufren las distintas formas con las que se burlan, en los hechos, las leyes laborales pautadas por CLT. Son los trabajadores tercerizados, temporarios, informales, aprendices, jóvenes-ciudadanos. Sus contratos cuando son por Convenio están acompañados del asedio moral “legalizado” que garantiza transferencias súbitas y despidos instantáneos, que en los sectores de servicio y del comercio tienen el mayor índice de “turn over” (rotatividad). Cuando el contrato es temporario, actualmente por 90 días, la persona aún está obligada a permanecer 90 días más sin poder ser contratada por la misma empresa pues la idea, en realidad, es seguir como temporario y que el trabajador sea reventado durante ese tiempo. Además, los trabajadores precarios sufren con horas extras y jornadas de trabajo mayores a lo que la CLT permite, eso sin hablar de los trabajadores informales y las mujeres que cumplen doble jornada de trabajo.
Muchas empresas están entusiasmadas con el paquete anunciado y consideran que tendrán posibilidades mayores de contratación de la juventud trabajadora, uno de los sectores más precarizados actualmente, junto con las mujeres. Además, hay que preguntase si el Proyecto de Ley que tenía el objetivo de legalizar y ampliar la tercerización en las actividades que no estaban directamente ligadas a la producción central de una empresa (PL 4330) no está siendo impuesto indirectamente por medio de este paquetazo. Al final, si el contrato de trabajo podrá ser por hora y se amplía el plazo del contrato temporario, eso representa directamente trabajo tercerizado. Entonces, queda más que claro que el gobierno de Temer está buscando ampliar la tercerización y precarización del trabajo en todo el país como forma de descargar la crisis sobre nuestras espaldas para garantizar las ganancias de los empresarios.
Queda claro también que sin lucha no se podrá impedir este histórico ataque a la CLT y a los derechos laborales. Para eso los trabajadores brasileros deben unirse: efectivos, temporarios, tercerizados, informales, desocupados y jubilados. No aceptar la división que nos imponen, defender los derechos laborales y luchar para poner fin al trabajo precario, con la efectivización inmediata de todos. Por eso, deberíamos preguntar: ¿por qué las centrales sindicales como CUT y la CTB no organizan ya un fuerte paro nacional en todas las fábricas y lugares de trabajo contra la reforma laboral y de las jubilaciones? Es necesario dejar de lado la “tregua” con el gobierno y salir a la lucha.

Diana Assunção San Pablo

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