martes, abril 11, 2017

“Ataquen a las organizaciones obreras”



Desde que asumieron, Macri y sus muchachos se han dedicado a atacar a los trabajadores, sus organizaciones, dirigentes y medidas de lucha.

Lógicamente que esto no es nuevo, lo hicieron Néstor y Cristina K, Menem, De la Rúa, Alfonsín, y los militares de todos los pelajes.
Es larga la lista de agresiones, represiones, planes económicos anti obreros, leyes contra los trabajadores, anulación de históricas conquistas. Pero la clase obrera supo enfrentar esas medidas.
Y la pregunta es ¿por qué quieren atacar a las organizaciones obreras?

Capital-trabajo frente a frente

Lo primero que debemos preguntarnos ¿Cómo y por qué surgen las organizaciones obreras, para que han servido y sirven las formas organizativas que se ha dado el movimiento obrero desde sus orígenes a la actualidad?
Podemos comenzar diciendo que las mismas surgieron de los enfrentamientos con los patrones, los empresarios, con el capital, por mejores salarios, las jornadas laborales, condiciones de trabajo. Fueron creadas por los trabajadores, producto de sus prácticas, sus experiencias, que pasaron de generación en generación, se fueron perfeccionando, y siempre siguen apareciendo nuevas formas organizativas, para defender sus intereses y sus reclamos.
La clase obrera, ha tenido triunfos y derrotas, y aunque tuvo que retroceder en muchas ocasiones, sus experiencias, sus conquistas organizativas y programáticas no desaparecen; forman parte del sustrato de su memoria y de su conciencia colectiva.
Por ello sigue vigente aquella consigna que “la liberación de los trabajadores será obra de los trabajadores”.
En defensa de sus intereses económicos y políticos fue creando desde las primeras organizaciones obreras como mutuales de ayuda, cooperativas, sindicatos, comisiones internas, cuerpos de delegados, coordinadoras interfabriles, centrales sindicales.
Se recurrió a la acción directa como huelgas, piquetes, movilizaciones, cortes de rutas, paros activos con grandes movilizaciones, tomas de fábricas con o sin control obrero de la producción, trabajos a desgano, a reglamento, sabotajes, boicot, label, se apeló a los fondos de huelgas, solidaridades expresadas de muy diversas maneras.
Y en la intensidad de las luchas se llegó a los motines, enfrentamientos cuerpo a cuerpo con las fuerzas represivas, insurrecciones revolucionarias, conformación de milicias obreras para la autodefensa o en procura de las transformaciones sociales.
En ese largo camino dio vida a la democracia directa, que hoy se expresa en cada asamblea de sección, de cada fábrica, de cada sindicato, en todos los conflictos.
Se aplicaron esos métodos en las fábricas, calles, plazas, lo hicieron en la clandestinidad o en la legalidad, en forma violenta o pacifica, etc. Los motivos fueron y son múltiples: aumentos de salarios, mejores condiciones de trabajo, duración de las jornadas laborales, reconocimientos de las organizaciones obreras, por el derecho de huelga, contra la desocupación, los ritmos de trabajo, etc.
Todas esas variantes de resistencia, son ejemplos claros como los trabajadores en distintos momentos de su historia no aceptaron pasivamente la dominación de las clases dominantes. Por eso es que resaltamos todos los métodos que utilizó la clase obrera a nivel mundial y en nuestro país en la lucha de clases para enfrentar los planes políticos, económicos y represivos de las clases dominantes.
Pasando a las primeras organizaciones de las cuales participan obreros aparecen en el siglo XVIII y las verdaderas organizaciones obreras lo harán en medio del proceso de la revolución industrial, en Inglaterra y a principios del siglo XIX. Por lo tanto, una cosa es la existencia de la clase obrera y otra la aparición de los movimientos obreros sean éstos de carácter mutual, sindical o político.
Los primeros movimientos obreros de resistencia aparecen como protesta por los bajos salarios que se pagan en los talleres manufactureros. Las reivindicaciones, al principio precarias, parciales y aún contradictorias, irán con el tiempo abarcando otros planos y adquiriendo coherencia.
De una actitud mutualista, cuyo objetivo era la defensa del salario, se pasará a una ofensiva irracional contra las nuevas máquinas industriales, y de ésta a la organización obrera moderna que se concreta con la aparición de los primeros sindicatos en 1829 en Inglaterra, y también de los primeros grupos políticos.
“Tanto en las fábricas, las minas, las hilanderías o en su vida cotidiana el obrero vivía constantemente en la miseria, la pobreza. El trabajo extenuador, las largas jornadas laborales, la subalimentación, las enfermedades, socavaban las fuerzas físicas de los obreros. Por esos motivos el desarrollo de la clase obrera dependía de su capacidad de resistencia a la explotación capitalista, de lucha por el cambio de las condiciones de vida y de trabajo”.
Comenzaron los conflictos por lograr y posteriormente ampliar los derechos sindicales, las libertades fundamentales en unos países y conquistarlos en otros. Incluso en Inglaterra donde la libertad de coaliciones y huelgas había sido reconocida formalmente antes que en ninguna otra parte, las tradeuniones (sindicatos) no gozaban hasta 1870 de derechos jurídicos. Los dirigentes y participantes de las huelgas eran objeto de persecución policial y de prisión, variando las acusaciones desde organizar un complot, de ejercer la violencia hasta de crear obstáculos a las empresas.
Los trabajadores empobrecidos, que no lograban satisfacer sus necesidades básicas, comenzaron a buscar formas para mejorar su vida cotidiana. Algunos buscaron soluciones en forma individual, el esfuerzo personal y del grupo familiar era la forma pensada de mejorar su situación social. Otros en cambio pensaron que una acción colectiva, como las rebeliones, que podían ser una respuesta mucho más efectiva. Aunque los motines fueron derrotados, a partir de esos movimientos de protesta fueron surgiendo las primeras asociaciones de trabajadores.

Porqué y para qué una organización de los explotados

Otra etapa de la lucha y de los métodos utilizados por la clase obrera mundial fue la pelea por el derecho a la organización gremial.
La reunión de un gran número de obreros en las fábricas sirvió para que coordinaran y actuaran de manera conjunta. Fue durante la primera mitad del siglo XIX que desarrollaron una gran actividad. La creación de sindicatos, cooperativas, grupos de agitación y periódicos fueron dando forma a una resistencia organizada frente a la explotación. Así fue surgiendo el movimiento obrero.
Los trabajadores se organizaron en sindicatos para sostener bajo una forma que se distingue porque el proletariado resiste para que dinero-mercancía se pague por más dinero. Por supuesto que la mercancía es fuerza de trabajo. Pero, para entender mejor esto, ¿cómo resiste el proletariado? Resiste igual que el tendero, porque regatea con su mercancía: como libre vendedor de su fuerza de trabajo que lleva a la venta su mercancía exige más dinero por la misma, en el caso que se lo nieguen no vende y hace huelga.
En todo ese largo camino de resistencia, los libres vendedores de fuerza de trabajo fueron necesitando de una organización externa a las fábricas.
¿Quién organiza al proletariado dentro de la fábrica? la burguesía.
¿Dónde y Cómo se organiza el proletariado? Lo hacen los propios trabajadores.
Pero estar dentro o fuera de las fábricas no consiste simplemente en un hecho geográfico, porque fuera están los libres vendedores de fuerza de trabajo y dentro están los obreros desposeídos de su fuerza de trabajo. Dentro de las fábricas la fuerza de trabajo es posesión del capital y el salario se ha convertido en capital variable. El vendedor de fuerza de trabajo está siendo desplazado por el desposeído, en la que el libre ciudadano (en el plano del intercambio) está siendo reemplazado por el esclavo asalariado en el plano de la producción.
La organización sindical, organización de los libres vendedores de fuerza de trabajo, no se proponía (por lo menos en su surgimiento) más que el papel de resistencia a la explotación capitalista, ya fuere en lo concerniente a las condiciones de trabajo como al plano salarial.
La disputa pasó al interior de las fábricas
Con los años la organización de los obreros, pasó al interior de las fábricas, y en el corazón de la producción, los trabajadores parieron a los Delegados y Cuerpos de Delegados.

Represión en el conflicto de Kraft (Mondelez)

Lo hicieron para mejorar las condiciones del trabajo y conquistar otras reivindicaciones como: condiciones laborales, medidas de seguridad, ritmos de producción, ropa de trabajo, intervalos para comer, etc.
Fueron y son un escudo para contener los intentos permanentes de los patrones de mantener o recuperar sus prerrogativas y aumentar la explotación.
Los delegados no son nombrados por ninguna organización externa a los trabajadores, sino que es exclusivamente la expresión de la voluntad de los compañeros. Son los más representativos, porque en su elección participaban todos. La elección de los delegados, se fue extendiendo de una fábrica a otra fábrica.
Los cuerpos de delegados, son la representación del conjunto de los obreros de una fábrica ante la patronal, como lo es cada delegado ante los compañeros de su sección.
Por eso, son organismos que surgen desde abajo, incorporando a todos los trabajadores, agrupados o no en los sindicatos. Expresan la capacidad de auto organización de la clase obrera, en cuanto no se sujetan a reglamentos anteriores, del estado, de la empresa o del mismo sindicato. Se basan en un funcionamiento permanente de asamblea, se constituyen por el sistema de delegados directos. Establecen normas de vida democrática en la fábrica.
De esa manera, los obreros conquistaron un órgano de defensa permanente de sus derechos, al cual puede acudir y sobre el cual ejercer presión directa, durante el trabajo cotidiano.
El cuerpo de delegados y los delegados están en la primera línea de la lucha de clases: el interior de las fábricas. Como organización hunden sus raíces en el lugar de trabajo, en el proceso productivo, y es una especie de parlamento interno.
Antes de que surgieran, en las fábricas, imperaba una dictadura abierta del patrón, fueron ellos los que vinieron a poner límites a ese poder.
Sus formas de protestas fueron desde el trabajo a reglamento, de brazos caídos, quites de colaboración, paros, tomas de fábricas, y en algunos casos con control y gestión obrera de la producción.
Entendiéndose esta última forma como el manejo del proceso productivo, no solamente para poner en cuestión el despotismo del patrón sobre la producción, sino contraponer la organización obrera, la de los productores directos a los del capital. Hacer valer sus opciones técnicas, su forma de ver la organización del trabajo.
Es decir, desbordaron la lucha legal por la reglamentación estatal de las condiciones de trabajo, para asumir la lucha por el control obrero del uso de la fuerza de trabajo por el capital en el lugar mismo de la producción.
Fueron y son el germen de la lucha por terminar con la separación entre los organizadores intelectuales de la producción y los productores inmediatos. Es decir, por sustituir la división del trabajo en la fábrica y en la sociedad, por la organización del trabajo, por la decisión libre, colectiva y racional de los productores. Tienden a desbordar los límites de la fábrica y extenderse a la sociedad.
Los cuerpos de delegados, con su surgimiento cambiaron las relaciones de fuerzas en el interior de los lugares de producción favorable al trabajo y desfavorable al capital.
El temor de la burocracia sindical hacía los delegados es perder el poder, el monopolio al interior de las fábricas, cuando se eligen delegados que no respondan verticalmente a sus órdenes.
El Dr. Horacio Zamboni, en su artículo “La libertad sindical y el fallo de la Corte Suprema”, plantea que “Los delegados y los otros organismos representan a los trabajadores ante el empleador y la autoridad administrativa del trabajo, cuando esta actúe en los establecimientos respectivos. Al mismo tiempo, representan al sindicato ante el empleador y también ante los trabajadores. En este punto la ley reconoce al conjunto de los trabajadores como una entidad distinta a la organización sindical. Debe recordarse, además, que para la elección de los delegados votan todos los trabajadores, mientras que para las autoridades sindicales, solamente los afiliados. Las normas legales sobre negociación de convenios colectivos de trabajo disponen que cuando los mismos sean convenios de empresa, será obligatoria la integración de delegados del personal en la comisión negociadora, es decir, paritarios elegidos por la totalidad del personal”.
“La legislación sobre delegados ante la empresa se remonta a la Ley 14.455 de agosto de 1958, sancionada durante la presidencia de Arturo Frondizi (en cumplimiento del pacto Perón-Frigerio), cuyas disposiciones se reproducen en este tema, en su esencia, en la ley actual. Durante la primera y segunda presidencia de Perón no se dictó disposición legal al respecto pero la institución extendida a prácticamente la totalidad del mundo del trabajo, estaba consagrada en los convenios colectivos. Y jugaba un rol preponderante que disgustaba y afligía a los patrones, como se planteara en el Congreso de la Productividad en 1955”.
“El nombre de delegados aparece en la historia como el dado en los pliegos de reclamos del personal presentado al patrón, en las primeras épocas del movimiento obrero. Los primeros contratos colectivos de trabajo, que en Argentina se pactan a principios del siglo XX son de los hoy llamados "de empresa", pues la organización sindical y los acuerdos colectivos por toda una industria con la suma de los patrones corresponde a la etapa posterior del movimiento sindical”.
“De tal manera, se puede afirmar que el reconocimiento de la representación de todos los trabajadores de un establecimiento, no sólo de los afiliados a una organización sindical, es la continuación de una práctica que corresponde a los orígenes del movimiento obrero y que se respeta y mantiene por su eficacia, en el texto de los convenios colectivos y legislación posterior, la correspondiente al reconocimiento legal de los sindicatos y sus derechos fundamentales en negociación colectiva y huelga, entre otros”.

La dictadura en la fábrica

La dirección del proceso productivo, es ejercida por la patronal, que asume en el capitalismo una forma despótica. Por eso el capital se opuso y se opone a la modificación de la organización del trabajo en ese espacio.
“Las masas de obreros concentrados en la fábrica, son sometidas a una organización y disciplina militar. Los obreros, soldados rasos de la industria, trabajan bajo el mando de toda una jerarquía de sargentos, oficiales y jefes. No son sólo esclavos de la burguesía y del estado burgués, sino que están todos los días y a todas horas, bajo el yugo esclavizador de la máquina, del contramaestre (capataz), y sobre todo, del industrial burgués dueño de la fábrica. Y este despotismo es tanto más mezquino, más odioso, más indignante, cuanta mayor es la franqueza, con que proclama que no tiene otro fin que el lucro”.
En la producción no hay libertad, no existe debate, distintas posiciones, pluralismo, crecimiento de las personas. Reina la autoridad. Al interior de la fábrica hay absolutismo, sumisión, control, exigencias.
“En ninguna parte se ve tan patente la esclavitud impuesta por la burguesía al proletariado como en la fábrica. Dentro de la fábrica, la libertad está, de hecho y por ley, en la agonía. De puertas adentro de su fábrica, el patrono es un legislador absoluto”.

Una viva pintura del despotismo de las fábricas.

“Por esa razón, los delegados y los cuerpos de delegados, es algo que al sistema capitalista le es muy difícil de digerir, porque pone en cuestión el mando del capital en la esfera de la producción, precisamente en el ámbito donde la patronal tendría que poder desplegar todo su poder autocrático, allí donde su voluntad tendría que acatarse sin ningún tipo de cuestionamientos ni restricciones. En ese lugar, donde es el reino de la patronal, se levanta una institución que le cuestiona su poder absoluto. Dentro de las unidades de producción, donde no existe democracia alguna, los trabajadores lograron construir una organización que pretende implantar mecanismos democráticos de decisión, que plantea reparos a la dirección unilateral del proceso productivo. Los cuerpos de delegados y comisiones internas ponen en evidencia la contradicción entre apropiación privada y trabajo social”.
La dominación se encuentra en la producción, es dictadura del capital en la fábrica, que es el símbolo de la dictadura de la burguesía en la sociedad.
Para los patrones, no existe democracia dentro de los perímetros de la fábrica. Por eso los representantes de los trabajadores, ponen en cuestión uno de los pilares sobre las que se funda la organización social capitalista.
Por todo esto que hemos comentado es que la consigna de Macri y Cía., de los Empresarios, de los políticos M, K, etc., que están a las órdenes del capital, la consigna sea “Ataquen a las organizaciones de los trabajadores”.
Y la lucha de los trabajadores será por la defensa de sus conquistas, de sus organizaciones, de sus formas históricas de lucha, y principalmente en las fábricas, oficinas, escuelas, o sea en los lugares de trabajo.
La clase obrera, deberá enfrentar esa ofensiva, porque como escribió Carlos Marx, en “Salario, precio y ganancia”, “El hombre que no dispone de ningún tiempo libre, cuya vida, prescindiendo de las interrupciones puramente físicas del sueño, las comidas, etc. está toda absorbida por su trabajo para el capitalista es menos todavía que una bestia de carga. Físicamente destrozado y espiritualmente embrutecido es una simple máquina para producir riqueza ajena. Y sin embargo toda la historia de la moderna industria demuestra que el capital, sino se le pone un freno laborará siempre implacablemente y sin miramientos por reducir a toda la clase obrera a este nivel de la más baja degradación”.

Leónidas Ceruti
Historiador

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