viernes, abril 07, 2017

EE. UU. lanza 50 misiles en Siria contra posiciones de la fuerza aérea



Es la primera vez que la potencia norteamericana interviene en forma directa contra el gobierno de Bachar Al Assad. Rusia había advertido con “consecuencias” ante una acción militar.

El bombardeo con armas químicas que causó la muerte de por lo menos 80 personas esta semana en Siria, ha provocado un giro brusco en la situación de la guerra en ese país. El gobierno de Donald Trump decidió intervenir militarmente contra Bachar Al Assad y atacó con unos 50 misiles un aeródromo militar.
Tras el ataque químico ocurrido el martes, Francia y Reino Unido habían culpado inmediatamente al presidente Al Assad mientras que Rusia acusó a los grupos opositores armados que habrían tenido armas químicas almacenadas en instalaciones que atacó la fuerza aérea siria. EEUU, aunque más tarde, se sumó a la postura de sus socios occidentales. Su embajadora ante la ONU Nikki Haley dijo "¿Cuántos niños más tienen que morir para que a Rusia le importe?".
El jueves, al tiempo que se daban infructuosas negociaciones en el seno del Consejo de Seguridad, el presidente Trump afirmó que "algo debe suceder" tras el ataque químico en Siria. "Creo que lo que pasó en Siria es una desgracia para la humanidad, y que él (Al Assad) está ahí, y supongo que está dirigiendo las cosas, así que pienso que algo debería suceder", afirmó.
Por su parte, el secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, fue todavía más allá y prometió una "respuesta apropiada" al bombardeo con armas químicas. En sus declaraciones, Tillerson también atribuyó a Al Assad un "papel incierto" en el futuro de su país, lo que es clave en el conflicto sirio ya que uno de los objetivos centrales de cada bando es imponer el rol que pueda jugar Al Assad en un gobierno de transición pos conflicto.
La intervención militar norteamericana implica un giro brusco en el curso de la guerra en Siria y también es un simbronazo en las relaciones geopolíticas ya que pasa por alto la instancia del Consejo de Seguridad de la ONU. Aunque el gobierno de Trump ya había roto sus promesas de campaña ordenando los bombardeos en Yemen, esta nueva intervención militar es un salto significativo.
No está claro hasta dónde llegará Trump. Si se limitará a algunos bombardeos para intentar “poner un límite” a Assad, o si irá más lejos tratando de debilitarlo al punto de revertir la actual relación de fuerzas en el terreno.
La ex candidata presidencial por el Partido Demócrata, Hilary Clinton, expresó el jueves públicamente su postura favorable a una intervención militar que por lo menos anulase la capacidad operativa de la fuerza aérea siria.
Pero esto también dependerá de hasta dónde esté dispuesto Trump y su gobierno a deteriorar las buenas relaciones que, pese a fuertes presiones, venía manteniendo con Vladimir Putin. Para el líder ruso, Al Assad es un aliado clave ya que Siria es la última posición fuerte que tiene en Medio Oriente, en el marco de una constante presión de la OTAN con la que mantiene un conflicto latente en Ucrania.
Apenas horas antes de conocerse el ataque con misiles de EEUU, el gobierno ruso había declarado que habría “consecuencias” si se daba alguna acción militar contra Al Assad. "Hay que pensar en las consecuencias negativas. Toda la responsabilidad, si hay una acción militar, estará sobre los hombros de aquellos que la inicien", dijo a los periodistas el embajador ruso ante la ONU, Vladimir Safronkov.
De cualquier manera, la intervención norteamericana implicará un debilitamiento para el régimen de Asad que en el último año y medio había logrado cambiar la relación de fuerzas a su favor en la guerra gracias al apoyo de la fuerza aérea rusa y a la lucha de EEUU contra el ISIS. Lo que habrá que ver es hasta dónde afectará las relaciones geopolíticas entre las distintas potencias mundiales.

Diego Dalai

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