sábado, abril 29, 2017

La tan visitada figura del Che



A 50 años de su asesinato un acercamiento a diez de las películas que hablan de su apasionante vida

Ernesto Guevara de la Serna (1928-1967), el mítico Che, es una figura histórica tan apasionante que han sido numerosos los cineastas que desde el documental o la ficción han querido acercarse a su intensa vida.
El próximo mes de octubre se estará rememorando un luctuoso aniversario, el 50 de su asesinato en Bolivia que, entre otros aspectos, desencadenó en disímiles cinematografías la necesidad de conocer y comprender su vital existencia.
De una extensa filmografía que ha buscado hacer un retrato de ese hombre/leyenda, uno de los personajes latinoamericanos más importantes del siglo pasado, haremos referencia a diez de ellas.

DESDE EL DOCUMENTAL…

En octubre de 1967, pocos días después de conocerse el asesinato del Che, se efectuó en la Plaza de la Revolución de La Habana una impresionante velada solemne. Para ella se solicitó al documentalista Santiago Álvarez, reconocido por el manejo del lenguaje audiovisual y director del Noticiero del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), realizar, en apenas 48 horas, un material para exhibirse en la concentración In memoriam.
Resultó Hasta la victoria siempre, uno de sus mejores trabajos, aunque realizado con muy poco material de archivo y fotografías a su disposición, pero el suficiente para convertirse en un emotivo homenaje al Che.
Para sustentar su teoría de un cine urgente, Santiago Álvarez había proclamado que con dos fotos, una moviola y una música, podía hacer una película. Y lo demostró.
Con respecto a la música de Hasta la victoria siempre, tomó un fragmento de Suite de las Américas, de Dámaso Pérez Prado (1917-1989), y la convirtió en una pieza emblemática y evocadora de la figura del Guerrillero Heroico.
Algo similar sucedería con la foto tomada al Che por el cubano Alberto Korda durante los funerales de las víctimas del atentado al barco La Coubre, en 1960 que se constituyó en un símbolo.
En el documental de 15 minutos Una foto recorre el mundo, de 1981, de Pedro Chaskel, uno de los principales precursores del llamado Nuevo Cine Chileno (1955 – 1973), hace la historia del retrato fotográfico más famoso del siglo XX, reproducido cientos de miles de veces en diferentes formatos, y lo realiza a través de una entrevista al propio Korda.
Otro grande del cine latinoamericano, el argentino Fernando Birri, acudió igualmente a la entrevista para realizar en 1985 Mi hijo el Che - Un retrato de familia de don Ernesto Guevara.
Birri, en un largo diálogo, y de forma amena, con el padre del Che, logra trazar un perfil a través de sus recuerdos y testimonios de otros familiares.
Tres décadas después del asesinato en Bolivia, el argentino Juan Carlos Desanzo, preparó un nuevo documental, Hasta la victoria siempre/ Che, en el cual muestra a Ernesto Guevara niño, su infancia en Córdoba, sus viajes por Latinoamérica, su encuentro con Fidel Castro Ruz y el comienzo de su actividad revolucionaria en Cuba, que tiene un momento trascendental con el triunfo de la Revolución Cubana en 1959. Para el guion, Desanzo toma el último día de vida del Che y a partir de ese momento analiza toda su trayectoria.
Toda una curiosidad resulta Di buen día a papá, filmada por el boliviano Fernando Vargas en 2005. Su principal atractivo es el de abordar el punto de vista de los habitantes de la región boliviana de Valle Grande, donde Ernesto Che Guevara, asume el carácter de santo que éstos le atribuyeron. La historia atraviesa tres generaciones de vallegrandinos y su convivencia con toda la construcción mitológica, que late alrededor de la figura del Che, y de cómo llevan una vida normal en un escenario de tanto simbolismo para los habitantes de toda Latinoamérica.
A la actriz cubana Isabel Santos, que desde su primer protagónico en el cine en 1983 en la película Se permuta, de Juan Carlos Tabío, ha recibido más de diez premios nacionales e internacionales, le nació la idea de ponerse tras las cámaras precisamente mientras participaba en Bolivia en el elenco de la cinta de Vargas.
Surgió entonces el proyecto de filmar sobre el Che, que devino el documental de 2006 San Ernesto nace en La Higuera, donde recoge también las impresiones y recuerdos de los lugareños sobre ese acontecimiento alrededor del cual han surgido varias leyendas como la del poder místico de Guevara de la Serna.
Santos y el codirector y fotógrafo Rafael Solís, ambos además guionistas, filmaron en Cuba y en la localidad boliviana de La Higuera, donde asesinaron al Guerrillero Heroico. Allí realizaron decenas de entrevistas en las que se rescata el sentir de los vallegrandinos sobre el Che.
El documental recoge los testimonios de los pobladores de Valle Grande, La Higuera y Pucará, del periodista y senador Antonio Peredo, de la luchadora Loyola Guzmán y del actual presidente de Bolivia, Evo Morales.
Otro documental, este de 2009, realizado por el argentino Tristan Bauer es Che, un hombre nuevo, un extenso y riguroso recorrido por la vida del mítico revolucionario argentino cubano.
Bauer y Cristina Scaglione, guionistas, asumieron el rol de investigadores y aportaron datos nuevos, que sumados a los que forman parte de la biografía básica componen un informe más completo sobre el Che Guevara.
La película hace un máximo aprovechamiento de recursos documentales y aportó en su momento novedades de archivo facilitados por Aleida March, viuda del Che, como fotos, metrajes de archivo, registros sonoros, fotografías, cartas y escritos de puño y letra de Guevara de la Serna. Otro importante aporte fueron los archivos militares de Bolivia, propiciados por el presidente Evo Morales.
En más de dos horas de relato, Bauer lleva al espectador por Argentina primero y luego por América Latina, su decisiva participación en la Revolución Cubana, sus viajes diplomáticos, la fallida experiencia en el Congo, y el trágico desenlace en Bolivia.

HASTA LA FICCIÓN…

Existe un criterio bastante unánime, algo extraño entre críticos, que Diarios de motocicleta, la cinta de 2004 dirigida por el brasileño Walter Salles, es la mejor película de ficción sobre el Che Guevara. Sobresaliente en todos los rubros técnicos y artísticos, incluido el actoral, con Gael García Bernal como el Che y Rodrigo De la Serna como su compañero Alberto Granados,
Pero lo que en gran parte explica su éxito fue el acierto en la elección de un tramo profundamente significativo en la vida del joven médico Ernesto Guevara de la Serna: aquel viaje en moto por la América del Sur profunda, colorida y desgarrada. Una historia sumamente entretenida por su ritmo de road movie.
La cinta, más de dos horas, lleva a 1952, cuando el estudiante de Medicina de 23 años conocido como Fuser por sus amigos, y el bioquímico de 29 años Alberto Granados, se lanzan a un viaje de cuatro meses por 8 000 kilómetros por América del Sur.
La película se diferencia en dos partes, la primera más optimista, con grandes paisajes y momentos de comedia y alegría, mientras la segunda da paso a la reflexión, a las desigualdades entre los pueblos y las personas, la injusticia, la pobreza y la lepra.
Magníficos los créditos finales con fotografías reales que los auténticos protagonistas tomaron durante su viaje y hay que detenerse en la canción del compositor uruguayo Jorge Drexler, Al otro lado del río, con la cual ganó el premio Oscar. En la ceremonia de entrega, sin embargo, fue interpretada por Antonio Banderas y Carlos Santana, pero Drexler al subir al escenario a recoger la estatuilla, en lugar de dar un discurso cantó la canción a capella durante 30 segundos.
Cuatro años después llegó el díptico del norteamericano Steven Soderbergh, Che El Argentino y Che Guerrilla, basado en dos escritos del Che: Pasajes de la Guerra Revolucionaria y el Diario de Bolivia.
La primera cinta narra los sucesos que desembocaron en la caída del régimen dictatorial del general Fulgencio Batista y el inicio de la Revolución Cubana, mientras la segunda se centra en sus actividades revolucionarias fuera de Cuba, con una recreación de su histórico discurso en la ONU y su campaña en la selva boliviana.
Fue estrenada como un solo filme el 21 de mayo de 2008, en el Festival de Cine de Cannes, con unas cuatro horas de duración. Por su interpretación del Che, Benicio Del Toro ganó la Palma de Oro al Mejor Actor.
No se trata de un biopic al uso convencional. No cuenta toda la vida del Che. Narra periodos concretos, entre México 1957 y el triunfo de la Revolución en la Mayor de las Antillas en enero de 1959, con constantes flashbacks y también forwards (como su viaje en 1964 para comparecer ante las Naciones Unidas).
La película queda mucho más redonda junto con la segunda parte, Guerrilla, aunque en ella Soderbergh dosifica la acción, muestra el día a día de la guerrilla en las montañas de Bolivia, constantemente recordada en las fechas del diario.
De una manera curiosa, hay poca épica en esta película. Incluso la escena de la muerte del Che, el momento más esperado del filme, apenas causa ruido, como si Soderbergh y Del Toro quisieran evitar hacer un espectáculo de su ejecución.
Ernesto Che Guevara es una figura fascinante. Con su propia vida realizó la mejor de las películas, entre la literatura, la poesía y la acción. Benicio del Toro confesó que «es imposible hacer una película sobre el Che pero nosotros lo intentamos».
Otros cineastas también aspiraron a llevar su historia a las pantallas. Nunca ha sido plenamente logrado. Su tan visitada figura tiene espacios y tiempos aún inaprensibles.

Mireya Castañeda | internet@granma.cu

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