miércoles, mayo 31, 2017

A 146 años del primer "asalto" obrero: ¿qué aprendimos de La Comuna de París?



En el último fin de semana de mayo, se cumplen 146 años de la experiencia llevada a cabo por los “comuneros” de París. El 18 de marzo de 1871, aprovechando el encarcelamiento del monarca Napoleón III en manos del ejercito franco-prusiano, la Guardia Nacional junto al proletariado y al pueblo golpeado por las guerras y la miseria en las calles, consumaron la ira popular en la conformación de La Comuna de París (La Commune de París). Se realizaron elecciones y se conformó un concilio comunal integrado por 92 delegados que representarían la conciencia colectiva del pueblo y proclamaron una serie de reivindicaciones revolucionarias. El primer gobierno del pueblo y para el pueblo trabajador en la historia, fue aniquilado por la clase dominante en unos pocos meses.
En aquel entonces, Karl Marx, previo a los levantamientos, recomendaba a los protagonistas de la contienda popular no intentar el derrocamiento al gobierno como acto de desesperación, advirtiéndoles la ineludible contraofensiva que produciría el Estado Franco-Prusiano inmediatamente. Sin embargo, producto de la coyuntura, una vez realizada la hazaña por el pueblo parisino, Marx no se contentó con entusiasmarse solamente ante el heroísmo de los comuneros que, según sus palabras, “tomaban el cielo por asalto”. Él veía en aquel movimiento revolucionario de masas una experiencia histórica e inigualable hasta el momento, un paso hacia la revolución proletaria mundial, un acto que superaba lo empírico y asentaba las virtudes de la filosofía de la práctica popular.
Tanto para Marx como para Federico Engels, la experiencia del pueblo revolucionario de París dejaba enseñanzas día a día a la clase obrera combativa del mundo entero. De esa manera, la única corrección que Marx consideró necesario introducir en el Manifiesto Comunista fue hecha por él basándose en la experiencia de los comuneros de París. El último prólogo a la nueva edición alemana del manifiesto, suscrito por sus dos autores, lleva la fecha de 24 de junio de 1872. En este prólogo, los autores Marx y Engels escriben que el programa es “ahora anticuado en ciertos puntos”.
“La clase obrera no puede simplemente tomar posesión de la máquina estatal existente y ponerla en marcha para sus propios fines”
(Marx en La guerra civil en Francia).
Dicha corrección se volvió fundamental para la historia del proletariado. Cuando los autores refieren a esta imposibilidad de los obreros en tomar el poder de Estado -únicamente- y desde ahí impulsar sus demandas. No quieren decir con esto que sifnigique “la toma del poder por el desarrollo lento y reformista, en oposición a la apropiación violenta de la actividad estatal” (Lenin, El Estado y la Revolución: 1917). Es decir, la mayor enseñanza del primer gobierno obrero de la historia es que no alcanza simplemente con tomar el poder y dictar nuestras propias normas reivindicativas y revolucionarias, ya que esto deriva en la obligada conciliación constante con los burgueses de turno (oportunismo/reformismo) o, como lo muestra la lucha de clases, en una masacre por parte del régimen anterior para recuperar el poder. O sea, la clase obrera debe destruir, romper, la “maquina estatal existente y no limitarse a apoderarse de ella”.
Si te fijas en el último capítulo de mi ’18 Brumario’, verás que expongo como próxima tentativa de la revolución francesa, no hacer pasar de unas manos a otras la máquina burocrático-militar, como se venía haciendo hasta ahora, sino romperla, y ésta es justamente la condición previa de toda verdadera revolución popular en el continente.
Son las palabras que escribía Marx a Kugelmann (Médico ginecólogo, amigo y confidente de Marx, integrante de la Asociación Internacional de los Trabajadores y el Partido Socialdemócrata alemán) el 12 de abril de 1871, en pleno movimiento de la Comuna.

¿Con qué sustituir la máquina del Estado?

Para leer esta experiencia histórica veamos algunos de los primeros decretos de la Comuna de Paris:
• El Ejército permanente y la Policía fueron reemplazados por la Guardia Nacional, integrada por ciudadanos comunes, como artesanos, jornaleros y otras profesiones u oficios. (El pueblo armado)
• Se estableció la separación entre la Iglesia y el Estado.
• Los cargos públicos eran sometidos a elección popular (orígenes de la democracia representativa) y se regían por el principio de mandatos revocables, además de ser remunerados como el salario de un obrero calificado.
A este último punto Marx le da un valor fundamental en la transición de un Estado Burgués a un Estado Proletario. En El Estado y la revolución, V. Lenin asegura: “En este sentido, es singularmente notable una de las medidas decretadas por la Comuna, que Marx subraya: (…) la reducción de los sueldos de todos los funcionarios del Estado al nivel del “salario de un obrero “. Aquí es precisamente donde se expresa de un modo más evidente el viraje de la democracia burguesa a la democracia proletaria, de la democracia de la clase opresora a la democracia de las clases oprimidas, del Estado como “fuerza especial ” para la represión de una determinada clase, a la represión de los opresores por la fuerza conjunta de la mayoría del pueblo, de los obreros y los campesinos”.
Otras de las medidas fueron:
• Dejar de impartir clases de religión en los colegios, por tratarse de un tema de decisión personal.
• Las fábricas abandonadas fueron recuperadas y puestas a producir por los trabajadores.

“La antítesis directa del Imperio era la Comuna”

Nos gustaría comenzar este último apartado con un significativo pasaje que escribe Marx en La Guerra civil en Francia:
“En el siglo XIX, se desarrolló, con sus bases impulsivas de la Edad Media, “el poder centralizado del Estado”, con sus órganos omnipresentes: el ejército permanente, la policía, la burocracia, el clero y la magistratura”.
(…) [Al evolucionar el antagonismo de clase entre el capital y el trabajo] “el Poder del Estado fue adquiriendo cada vez más el carácter de un poder público para la opresión del trabajo, el carácter de una máquina de dominación de clase. Después de cada revolución, que marcaba un paso adelante en la lucha de clases, se acusaba con rasgos cada vez más salientes el carácter puramente opresor del Poder del Estado”.
(…) [La Comuna de Paris] “Era la forma definida (…) de aquella república que no había de abolir tan sólo la forma monárquica de la dominación de clase, sino la dominación misma de clase”.
Estás conclusiones imprimían su peso en las discusiones de la clase obrera del mundo, hace ya aproximadamente 150 años. Hoy, todas las grandes luchas obreras, campesinas o cualquier tipo de manifestación que se presente antihegemónica son reprimidas por el gobierno burgués de turno y su fuerza armada (casos como el del pueblo brasilero y sus luchas actuales contra la corrupción descarada de su clase política, los obreros franceses en Lyon o París, trabajadores y trabajadoras reprimidos en el sur argentino, etc), o son el objetivo de cooptación por parte de los partidos progresistas, reformistas, que aseguran pasivos, que el cambio de las injusticias capitalistas sostenidas en el tiempo, pueden transformarse dentro del perímetro de las instituciones del Estado burgués… ¡Es decir con sus reglas! ¡Es una invitación coercitiva e irónica a conciliar la explotación del hombre por el hombre!
Ellos, oportunistas, junto a sus aliados los “sindicalistas empresarios” (contradicción por definición), desvían las luchas populares o bien las hacen dormitar con el único objetivo de ensanchar sus ganancias. “Miserables”, los calificaría Marx.

Delta En Sinestesia

#Cordobazo: revolución y contrarrevolución en Córdoba



Como todo hecho histórico donde las masas participan activamente, el Mayo cordobés implicó un quiebre del devenir político. Aquí se debate contra los intentos de mistificarlo.

“Articular históricamente lo pasado no significa conocerlo «tal y como verdaderamente ha sido». Significa adueñarse de un recuerdo tal y como relumbra en el instante de un peligro. Al materialismo histórico le incumbe fijar una imagen del pasado tal y como se le presenta de improviso al sujeto histórico en el instante del peligro. El peligro amenaza tanto al patrimonio de la tradición como a los que lo reciben. En ambos casos es uno y el mismo: prestarse a ser instrumento de la clase dominante. En toda época ha de intentarse arrancar la tradición al respectivo conformismo que está a punto de subyugarla. Walter Benjamin.
Como todo hecho histórico donde las masas participan activamente, el Cordobazo implicó un quiebre del devenir político y social. Esas grandes acciones son escenarios de irrupción del pueblo trabajador que vienen a alterar el curso de los acontecimientos y poner la historia fuera de los gabinetes, los congresos y las sedes partidarias. Poner la historia en las calles, las plazas, los barrios, las fábricas y las universidades.
Desde ese punto de vista, el Cordobazo cambió significativamente el panorama político nacional de los años 60 y 70, pero además implicó profundas modificaciones en la conciencia de los explotados. Desde ese punto de vista, tuvo el carácter de hecho fundante de una tradición en el movimiento obrero y la juventud.
Al mismo tiempo, precisamente por su significación histórica, el Cordobazo se convierte en “terreno en disputa” en cuanto a los sentidos comunes que genera o se pueden intentar generar a partir del mismo. ¿Punto de cierre o punto de apertura de un periodo histórico? ¿Espontaneidad u organización? ¿Revolución o lucha contra la dictadura? Tal vez los puntos centrales de muchos debates que se han abierto en la historia. A riesgo de incurrir en repeticiones volvemos sobre algunos de esos nudos para dar nuestra visión.
Porque si la “herencia de todas las generaciones muertas acosa la mente de las vivas como una pesadilla” la herencia del Cordobazo acosa la mentes de las generaciones vivas y una parte de éstas buscar escaparle a muchas de las verdades forjadas al calor de las barricadas, en las calles de aquel mayo violento de hace 48 años. Así se constituyen mitos o, para usar un término en boga, “relatos” que buscan relegitimar el presente a partir de una reconstrucción del pasado en términos “inofensivos”. Las viejas tradiciones son incorporadas, pero dejando de lados las aristas filosas que puedan tener implicancias reales en el presente. Dichos “relatos” tienen una clara funcionalidad político-ideológica que apunta a sostener y legitimar el statu quo existente.

“Relato I”: el espontaneísmo no existió

Mucho se ha debatido sobre este punto. Y no es casual ya que este “relato” tiene por función justificar la continuidad de la burocracia sindical actual así como limitar la compresión del verdadero proceso que se operaba en las masas obreras del período del Cordobazo. En esta versión de la historia, los protagonistas son los “dirigentes” que “organizaron” esa gran batalla en las calles. Los trabajadores cumplen su papel “encolumnados” dentro de las organizaciones obreras. Sostener la espontaneidad de la acción de masas es atacar a las organizaciones sindicales.
Tal vez el paradigma de esta visión sea este libro donde se pretende abordar la historia “sin mitos”. Pero no ha sido el único. Cuando se cumplieron 40 años del Cordobazo, una andanada de textos escritos por representantes e ideólogos de la burocracia sindical defendió esta idea con el objetivo de cubrir de (falsa) gloria a las direcciones sindicales.
Uno de ellos, fue Lucio Garzón Maceda que, en el libro La CGT Córdoba de La Falda al Cordobazo, señala “siempre en toda contienda hay algo espontáneo, siempre está la creación individual. Pero debo decirle que hasta las dos de la tarde, todo se desarrollaba como estaba previsto. El paro activo, el encolumnamiento masivo y su distribución geográfica, los actos de distracción policial, el combate callejero”.
Esta visión de la ejemplar organización que garantizaron los sindicatos, sin embargo, tiene su “pequeño” talón de Aquiles. “Lo único que no fue previsto fue la derrota de la policía; nunca esperamos que la policía se replegara y retirase por falta de gases y por temor. Son imponderables que juegan para uno u otro contendiente (…) es ahí cuando los trabajadores se sienten dueños. Se desparraman, al no tener a nadie que los contenga, libremente por toda la ciudad y realizan atentados a sitios representativos del imaginario y conforme la creatividad popular”[1]
El “imponderable” en cuestión constituye un aspecto esencial del Cordobazo: la derrota de las fuerzas policiales y la toma de la ciudad por los trabajadores, la juventud y el pueblo. Sin tomar en cuenta este “detalle” casi no se puede hablar de Cordobazo. Garzón Maceda no se pregunta cómo se explica la derrota de la Policía.
Precisamente esto viene a mostrar que no todo estaba organizado y que la espontaneidad jugó un papel central, superando los planes originales de los dirigentes y siendo protagonista de la derrota de las fuerzas policiales.
Al respecto, el historiador James Brennan señalará que “a pesar de los intensos esfuerzos de Tosco por restaurar la disciplina. Esto se manifiesta imposible (…) el dirigente lucifuercista, por ejemplo, no había estado involucrado en los incendios de la avenida Colón ni se lo había consultado sobre la decisión de quemar el Club de oficiales”[2]
Este libro además muestra el verdadero papel que jugaron muchos dirigentes en esas horas de combate. Eso viene a tirar por tierra el argumento de la "organización" del Cordobazo. Señala Brennan que “el espectáculo era tan impactante que hizo que muchos de los organizadores obreros comenzara a amilanarse, temiendo que la protesta hubiera llegado demasiado lejos. La dirigencia de la UOM se retiró a su sede central en la más segura zona este de la ciudad y dejó de participar por completo del levantamiento. Juan Carlos Toledo, un periodista que cubría los acontecimientos para un diario local, Los Principios, visitó la sede de la CGT donde habían buscado refugio Correa y otros dirigentes gremiales. Encontró allí trabajadores asustados y dirigentes aturdidos, una visión que contrastaba con el desafío y la ira que había advertido en los rostros de los obreros de las columnas del SMATA (…) Torres había estado en su sede sindical desde las primeras horas de la tarde y pasado de la euforia y la petulancia y de ésta al abatimiento. Desde el comienzo de los incendios en la Avenida Colón se había hundido en un sombrío malhumor y cortado temporariamente las comunicaciones con Tosco, apartándose durante un período de varias horas de la participación directa en el levantamiento”[3]
Constituye una verdad de Perogrullo afirmar que si los sindicatos no convocaban al paro y la movilización, no se producían los enfrentamientos que abrieron paso a la semi-insurrección que constituye el Cordobazo. Pero en Córdoba se convocaron más de 20 paros generales a lo largo de este período y tan sólo dos terminaron con una semi-insurrección de masas. El argumento de que estaba “todo previsto” no constituye más que un intento de presentar a dirigentes al frente de las masas combatientes, cuando la enorme mayoría de ellos estuvieron en la retaguardia.
Por eso es más preciso hablar de momentos o episodios al interior de las jornadas que constituyen el Cordobazo. El episodio de la huelga general con movilización abre el camino para el enfrentamiento a las fuerzas represivas. El asesinato de Máximo Mena es un detonante de ese cambio en la situación como muy bien lo describe el compañero Orzaocoa en la entrevista que se podrá ver aquí.
Precisamente, esos elementos de espontaneidad que escapan claramente al control de las organizaciones sindicales, constituyen un aspecto esencial del período porque son un termómetro de la fuerza social obrera. La batalla en las calles contra la Policía y el desborde del control de las organizaciones sindicales son elementos de autonomía obrera que tenderán a desarrollarse abiertamente en el siguiente período. En ese sentido, el Cordobazo abre un proceso de agudización de la lucha de clases con crecientes elementos de guerra civil. Esto nos lleva directamente al “relato II”.

“Relato II”: el Cordobazo sólo fue posible por la existencia de la dictadura.

Esta tesis o idea ha sido sostenida por todos aquellos que consideran que lo particular del Cordobazo hay que buscarlo en la unidad del conjunto del pueblo contra la dictadura de la llamada Revolución Argentina, lo cual viene a abonar la “teoría” de que las duras luchas posteriores al retorno de la democracia en 1973 y el regreso de Perón, habrían constituido “excesos” por fuera de ese objetivo.
En este catálogo entran tanto las acciones de las organizaciones guerrilleras como los grandes combates dados por la clase trabajadora, como el Villazo y la huelga general contra el Plan Rodrigo. Pero además, en el estante de los que “no vieron” que se luchaba sólo por la democracia se coloca también a los sindicatos clasistas como Sitrac-Sitram, “culpables” de haber expresado un programa socialista y haber denunciado a la burocracia sindical peronista.
No cabe duda que ese elemento de unidad contra Onganía existió. Aquí hemos señalado que “el ataque de la dictadura contra el movimiento de masas, sectores de la burguesía y pequeña burguesía, la proscripción del peronismo, la persecución y encarcelamiento de militantes obreros, estudiantiles y populares, eran factores que unificaban” al conjunto de las clases contra la dictadura militar.
A principios de 1973, en la revista Pasado y Presente, Juan Carlos Portantiero lo ilustraba mejor: “Los reclamos del capital mediano y pequeño y de la burguesía agraria; las explosiones regionales que abarcaban zonas de desigual desarrollo económico, político y social, la situación de exasperación que desbordaba, en los hechos, los intentos conciliadores de la burocracia sindical y el descontento generalizado de la pequeña burguesía expropiada políticamente y sometida a una creciente pauperización, crearon una acumulación de fuerzas opositoras al proyecto monopolista tan poderosa, abrieron una crisis social tan honda, que precipitó la fractura del monolitismo militar”.
Esta fractura era el resultado del intento de superar el empate hegemónico que expresaba una situación en la cual el gran capital extranjero era predominante en la estructura social y económica, pero no podía imponer claramente sus designios en el terreno político y social. Una expresión de esa impotencia era gobernar a través de la dictadura de la llamada Revolución Argentina y no a través de mecanismos consensuales.
Si bien el Cordobazo surge en esta situación, la perspectiva del proceso que se abre, la trasciende ampliamente. En ese marco es preciso distinguir las dinámicas de las distintas clases sociales que “concurren” en la acción del Mayo cordobés. Al respecto podría aplicarse esta definición de Lenin acerca de la revolución rusa de 1905: “El medio principal de esa transición fue la huelga de masas. La peculiaridad de la revolución rusa consiste precisamente en que, por su contenido social, fue una revolución democrático-burguesa mientras que, por sus medios de lucha, fue una revolución proletaria”[4]
Salvando las distancias, (que toda analogía tiene por principio) los medios de lucha que se abren claramente con el Cordobazo y se extienden a lo largo de los años 70 hasta el golpe genocida, son métodos claramente proletarios: la huelga y la movilización, las toma de fábricas con rehenes, los piquetes para garantizar las medidas de lucha, las asambleas como forma de organización que le imprime un carácter democrático a toda acción obrera. Esos medios de lucha le dan claramente una tónica proletaria al proceso. A su lado, el movimiento estudiantil, constituye un actor central de esa alianza política y social que golpea en distintos momentos del período.
Pero el conjunto de las clases sociales no sigue claramente un camino revolucionario. Las fracciones capitalistas ligadas al mercado interno, intentan forzar una transición hacia un gobierno menos abiertamente favorable a los monopolios. Como señala Brennan, ya hacia el final del periodo de Lanusse y con el retorno de Perón, los empresarios nacionales, agrupados en la CGE se volcarán a pedir la protección del estado y se volverán garantes del orden. De ahí la participación directa de Gelbard en el gobierno nacional. Señala el autor que "luego de la cuasi-desaparición bajo el gobierno de Onganía, los industriales que conformaban la CGE, la “burguesía nacional” tan frecuentemente ensalzada por los peronistas, habían vuelto a ascender a una situación de influencia y poder considerables a comienzos de los años setenta (…) habían sido los principales promotores de la ley 19.135 sobre la industria automotriz, promulgada por Lanusse en 1971. Estaban decididos a impulsar aún más una legislación nacionalista para el sector automotor bajo el régimen peronista”.[5]
Si bien en el período abierto por el Cordobazo se entroncan claramente las demandas democráticas (contra la dictadura) con demandas sociales, estás últimas van a desarrollarse y empezar a cuestionar, progresivamente, la dominación capitalista en Argentina. Ahí se expresa la tendencia a la emergencia autónoma de la clase trabajadora. Tendencia, alimentada por la comprobación de la gigantesca fuerza social expresada en las calles de la Docta.
Tabular al Cordobazo como “rebelión contra la dictadura” tiene el objetivo de segmentar el proceso social que se abre. Allí la clase obrera profundiza su insubordinación mientras los capitalistas locales tienden, progresivamente, a volcarse al “orden”.
En ese sentido, se puede hablar de la emergencia de elementos de una nueva hegemonía a partir de la acción en las calles. Hegemonía que tenía por sujeto al proletariado. Pero esto proceso no alcanzó a trascender al plano político. En esto cumplió un rol esencial la dirección burocrática del movimiento obrero y el peronismo en su conjunto.
Así, el “relato II” busca, por un lado, quitarle filo revolucionario a la clase obrera y su accionar, diluyéndola dentro del marco del “pueblo”. Por otro, apunta a legitimar la democracia y el tercer gobierno peronista con el objetivo de sostener la imposibilidad actual de que una acción de ese tipo vuelva a repetirse.

Del Cordobazo al Navarrazo

Pero la dinámica del proceso revolucionario abierta en mayo del 69, sólo se clausura casi 7 años después con un golpe genocida que empezó militarizando 200 empresas, luego de haber pasado por mecanismos como las 3A o el Comando Libertadores de América. Incluso el mismo Navarrazo fue impotente para frenar la movilización revolucionaria de la clase obrera cordobesa a pensar de haberle impuesto una derrota a su vanguardia, como hemos señalado aquí.
Pero el mismo Navarrazo, que pasó también a la historia como el Contra-Cordobazo, constituye la confirmación de que el período abierto por el Cordobazo no puede reducirse a la pelea por la vuelta de la democracia. La clase capitalista argentina y el peronismo en el poder fueron los artífices de un golpe dado con el objetivo de imponer una derrota estratégica a los sectores avanzados del movimiento obrero. Precisamente por ello, presentó un alto nivel de preparación tanto en el terreno militar como en el terreno político.
Pablo Bonavena hace un relato bastante detallado del levantamiento policial en la página 224 de este libro. Allí pueden verse elementos centrales del golpe: la toma de la sede de gobierno, el copamiento de los medios de comunicación y su utilización para legitimar el golpe, la utilización de la ideología peronista en sus aspectos más reaccionarios y macartistas con la reivindicación del “peronismo auténtico” como punto de apoyo en las ilusiones de sectores de masas que todavía confiaban en Perón. La derecha del peronismo había venido preparando el golpe durante meses. Se trataba de derrotar el proceso de masas abierto desde el Cordobazo y restaurar el orden burgués.
En Córdoba se instauró un régimen de persecución y ataques abiertos contra las organizaciones obreras combativas. Se intervinieron Luz y Fuerza y el SMATA, estallaron bombas y grupos parapoliciales atacaron los locales de esos sindicatos. Además fueron asesinados por la Triple A, el Cuqui Curuchet (abogado de Sitrac-Sitram) y Atilio López. Empezó asimismo a actuar el Comando Libertadores de América provocando secuestros y desapariciones, adelantando los métodos de la dictadura del 76. En resumidas cuentas, se instauró un régimen de características fascistas que tuvo por objetivo, liquidar a la clase obrera como sujeto autónomo.
Del análisis de este periodo es posible desprender una conclusión clara. La acción del Cordobazo trascendió ampliamente el cuestionamiento a la dictadura de Onganía, enfrentó al gobierno peronista, elegido en el año 73 y sólo pudo ser derrotado bajo el Proceso abierto en el 76.
En este nuevo aniversario del Cordobazo, las lecciones estratégicas del periodo abierto con aquella gran acción de masas, sirven para preparar las futuras batallas de una lucha de clases que se hace cada vez más nítida. En Córdoba, como hemos escrito aquí, el régimen político intenta montar un freno preventivo a la emergencia de la clase obrera, pero lo hace no sin algunas contradicciones. Incluso, en ese objetivo, recurre a las burlas hacia la misma historia, como se puede ver en este plenario de burócratas sindicales intentando recuperar algo de imagen.
Pero como escribió León Trotsky, “las leyes de la historia son más fuertes que cualquier aparato burocrático”. Tarde o temprano, la clase obrera cordobesa retomará las leyes de la historia en sus manos. Para ser un factor actuante en esos momentos nos preparamos.

Eduardo Castilla
@castillaeduardo

[1] La CGT Córdoba de la Falda al Cordobazo. Edición UOGC. Córdoba. 2009. Pág. 99-100
[2] El Cordobazo. Las guerras obreras en Córdoba. Sudamericana.1996. Pág. 197. Recordemos que los incendios en la Avenida Colón son hechos emblemáticos de la jornada.
[3] Ídem. Pág. 198
[4] Informe sobre la revolución de 1905. Lenin. Ed. Anteo. Pág. 21-22.
[5] El Cordobazo. Pág. 353-354.

Cordobazo

Crónica del Cordobazo (mayo de 1969), escrita por Rodolfo Walsh y publicada originalmente en el periódico de la CGT de los Argentinos

Trabajadores metalúrgicos, del transporte y otros gremios declaran paros para los días 15 y 16 de Mayo, en razón de las quitas zonales y el no reconocimiento de la antigüedad por transferencias de empresas.
Los obreros mecánicos realizaban una asamblea y son reprimidos, defienden sus derechos en una verdadera batalla campal en el centro de la ciudad el día 14 de Mayo.
Los atropellos, la opresión, el desconocimiento de un sin números de derechos, la vergüenza de todos los actos de gobierno, los problemas del estudiantado y los centros vecinales se suman.
Se paraliza totalmente la ciudad el 16 de mayo. Nadie trabaja. Todos protestan. El gobierno reprime.
En Corrientes es asesinado el estudiante Juan José Cabral. Se dispone el cierre de la Universidad.
Todas las organizaciones estudiantiles protestan. Se preparan actos y manifestaciones. Se trabaja en común acuerdo con la CGT.
El día 18 es asesinado en Rosario, el estudiante Adolfo Ramón Bello. Se realiza con estudiantes, obreros y sacerdotes tercermundistas una marcha de silencio en homenaje a los caídos.
El 23 de Mayo es ocupado el Barrio Clínicas por los estudiantes y son apoyados por el resto del movimiento estudiantil.
El 26 de Mayo el movimiento obrero de Córdoba resuelve un paro general de las actividades de 37 horas a partir de las 11 horas, para el 29 de Mayo, con abandono de trabajo y concentraciones públicas de protesta.
Los estudiantes adhieren en todo a las resoluciones de la CGT. Los estudiantes organizan y los obreros también. Millares y millares de volantes reclamando la vigencia de los derechos conculcados inundan la ciudad los días previos.
El 29 de Mayo amanece tenso. Los trabajadores de luz y fuerza son atacados con bombas de gases a la altura de Rioja y Gral. Paz. Una vez más la represión está marcha.
Las columnas de los trabajadores de las fábricas automotrices llegan a la ciudad y son atacados. El comercio cierra sus puertas y la gente inunda las calles.
Corre la noticia de la muerte de Máximo Mena, obrero mecánico. Se produce un estallido popular, la rebeldía contra tanta injusticia, contra los asesinatos, contra los atropellos. La policía retrocede. Nadie controla la situación.
Es el pueblo. Son las bases sindicales y estudiantes que luchan enardecidas. El apoyo total de la población.
Es la toma de conciencia contra tantas prohibiciones. Nada de tutelas ni usurpadores del poder, ni de cómplices participacionistas.
El saldo de la batalla de Córdoba, "El Cordobazo", es trágico. Decenas de muertos, cientos de heridos. Pero la dignidad y el coraje de un pueblo florecen y marcan una página histórica argentina y latinoamericana que no se borrará jamás.

Rodolfo Walsh
Periódico de la CGT de los Argentinos

En medio de esa lucha por la justicia, la libertad y el imperio de la voluntad del pueblo, sepamos unirnos para construir una sociedad más justa, donde el hombre no sea lobo del hombre, sino su hermano.

"Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes ni mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores. La experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan.
La historia aparece así como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las cosas. Esta vez es posible que se quiebre el círculo...".

* Extraído de “Periódico de la CGT de los Argentinos”. Colección Completa. Números 1 al 55. Mayo 1968 – Febrero 1970.

Las FARC 53 años después

No todos los días una guerrilla en Colombia, toma la decisión de dejar las armas y convertirse en un partido político; la última vez fue en 1.991 y ahora parece tocarle el turno a las FARC, organización nacida el 27 de mayo de 1.964.
Digo que parece corresponderle el turno a las FARC, porque su Dirección tiene esta decisión tomada, pero es claro que el régimen colombiano, no tiene la misma decisión, porque la mitad afirma que si quieren ver a las FARC como un partido político, mientras que la otra mitad se opone a esta transformación. Ambas facciones coinciden en que la solución política del conflicto interno, consiste en que desaparezca la resistencia guerrillera, es decir que deje de existir la rebelión armada revolucionaria, pero sin acabar las causas que la generan.
Si la elite dominante considera correcto acabar las consecuencias del conflicto, dejando intactas las causas, habría que hacerles una medición de inteligencia para entender cómo piensan; pero no, no se trata de falta de inteligencia, es más bien de falta de voluntad política para cambiar, sin ceder en sus privilegios, porque así se encuentran cómodos.
Varios pensarán que el actual gobierno de Santos, si quiere cambiar las causas del conflicto, pero no puede hacerlo. Lo mismo le dijeron en 1.957, a Juan de la Cruz Varela, el último guerrillero liberal:
“Incorporar su gente al ejército, darles tierra a los que quisieran volver al campo y además dinero para la vaca y el caballo. (Son) peticiones excesivas, una cosa imposible” [1].

Las peticiones excesivas

Los guerrilleros que se desmovilizaron en 1.991, contribuyeron a hacer una Asamblea Nacional Constituyente, que supuestamente consagró a Colombia, como un Estado social de derecho; pero un cuarto de siglo después, las elites gobernantes le han introducido varias docenas de cambios, a favor de las corporaciones multinacionales y de las minorías privilegiadas... estos son los cambios que le gustan al régimen.
Ahora las FARC piden al régimen tres seguridades: física, jurídica y socioeconómica. Ante las cuales, otra vez desde las clases dominantes dicen que son “peticiones excesivas”. Porque la realidad está demostrando, que las bandas paramilitares proliferan y ya llevan 60 líderes sociales asesinados este año; además, la Corte entregó los acuerdos con las FARC al Congreso, donde sufren una nueva andanada de cambios, ¿adivinen a favor de quiénes?; y en cuanto a los proyectos socieconómicos, de todos es sabido que las finanzas de los banqueros patrocinadores de Santos van bien, pero el tesoro público va mal.

Incumplimientos S.A.

Es notable el esfuerzo que hacen las FARC para seguir cumpliendo lo acordado, mientras el gobierno apurado logra llegar al 13 por ciento de cumplimiento de lo que le corresponde. Pero el asunto de fondo es de falta de voluntad del régimen para cumplir; por ejemplo, el Proyecto de ley sobre tierras, presentado recientemente por el gobierno, sirve al agronegocio multinacional y a los grandes propietarios nacionales, desconociendo abiertamente lo pactado con las FARC sobre este asunto.
El panorama en cuanto a justicia no es mejor, porque en lo pactado sobre verdad y asumir responsabilidades por los hechos del conflicto; mientras las FARC se apegan a lo acordado, en las clases dominantes y sus agentes, realizan un verdadero campeonato por quién saca más ventajas de la Jurisdicción Especial de Paz, en términos de quién elude mejor su responsabilidades y se las achaca a niveles inferiores de mando. Lo peor de todo, es que los sectores de la derecha extrema, hacen política gritando que van a “hacer trizas” los acuerdos de paz, que les conceden una supuesta impunidad a las FARC.
Las elites gobernantes mantienen la tradición centenaria de incumplirle al pueblo y sólo cumplirse a sí mismas y a extranjeros poderosos; por esto está en curso una oleada de protestas sociales que van desde los 250 mil educadores, pasando por paros en regiones como el Chocó, Buenaventura, Cauca y Barrancabermeja; las que son las más excluidas y empobrecidas, al estar pobladas por minorías negras e indígenas.

¿Y el ejército?

Para terminar la comparación con los acuerdos hechos por la elite con la guerrilla hace 6 décadas, debo decir, que en esta coyuntura, está en duda si el gobierno cumplirá sus promesas de entregar tierra, vacas y caballo, a quienes dejen de ser guerrilleros. De incorporación de los guerrilleros al ejército estatal no se habló en estos acuerdos, porque es algo inconcebible para el régimen.
En cualquier país normal, el ejército se dedica a cuidar las fronteras, pero en Colombia desde antes del asesinato de Gaitán en 1.948, las clases dominantes involucraron al ejército y a la policía en el conflicto interno; por esto volver a colocar a las fuerzas militares en la función para la que Bolívar las creó, requiere mucha presión desde la sociedad.
En vez de pensar en reducir el ejército y los presupuestos de guerra, el régimen decidió afiliar a Colombia a la máquina bélica de la OTAN, decisión poco conocida por las y los colombianos, pero rechazada por nuestros vecinos; como lo expresan decenas de intelectuales de Latinoamérica y el Caribe:
“Al ser Colombia parte de la OTAN inmediatamente se convierte en un objetivo de la guerra inhumana que la misma OTAN ha fomentado lo que pone al mismo tiempo a todo nuestro continente en riesgo.
Creemos que Colombia y todos nuestros países deben avanzar para hacer realidad plena el objetivo que América Latina y el Caribe sean una Zona de Paz como proclamó la CELAC, en enero de 2014, en La Habana, Cuba.
Pedimos que Colombia revierta esta decisión, se retire de la OTAN, y siga su camino y su compromiso por la paz” [2].

El Día de la Dignidad

En las FARC han declarado el 27 de mayo, como el Día de la Dignidad, decisión que todas y todos acompañamos, porque si bien la oligarquía mantiene una estrategia de desaparecer a toda fuerza que les rete su monopolio del poder; desde el campo popular contamos con las FARC, para seguir adelante con la lucha por las transformaciones, que urge la sociedad colombiana. En el entendido que las bases de un Nuevo País las sentamos con la participación de las mayorías nacionales.
El legendario líder que fue Manuel Marulanda, sostuvo como Camilo, que es la oligarquía quien decide en qué forma le entrega el poder al pueblo, porque para él la estrategia revolucionaria es un machete doblemente afilado, que por un filo tiene la lucha por la solución política del conflicto y por el otro está la resistencia armada.

Pablo Beltrán

Notas

[1] “Eso también explica la muerte de Gaitán”. Entrevista con José María Villarreal. Por Rocío Londoño y Medófilo Medina, Revista Análisis Político N° 38, septiembre/noviembre de 1999.
[2] Carta abierta a Juan Manuel Santos. "Queremos manifestar nuestra preocupación por el acuerdo firmado entre Colombia y la OTAN". Rebelión.org, 29-03-2017.

Pablo Beltrán es jefe de la Delegación de diálogo del ELN.

martes, mayo 30, 2017

Dialéctica y marxismo: Mariátegui, filosofía y combate



Continuamos la serie de marxismo y dialéctica con algunas ideas filosóficas del principal exponente del marxismo latinoamericano.

José Carlos Mariátegui (1894-1930) es un pensador fundamental para entender América Latina y la trayectoria del marxismo en nuestro subcontinente. Asimismo, sus escritos recorren un amplio abanico de temas, en el cual tienen un especial lugar las cuestiones de la literatura, el arte y las vanguardias, junto con los principales hechos políticos de la primera posguerra y la segunda mitad de los años 20. En estas líneas intentaremos introducirnos en otro aspecto de su pensamiento, que es el filosófico. Buscaremos resaltar su lectura sobre la cuestión de la dialéctica, presente en sus reflexiones sobre los rasgos distintivos del marxismo.
En primer lugar, recordemos que su lectura del marxismo contiene un diálogo fluido con pensadores más o menos ajenos a la órbita cultural de las tradiciones del marxismo alemán y ruso, predominantes en la II y III Internacional respectivamente.
Expresión de esta peculiaridad, es la influencia en Mariátegui del pensador neo-hegeliano Benedetto Croce (directamente unas veces y otras a través de temas en los que Croce intervino de alguna manera) o del fundador del sindicalismo revolucionario francés Georges Sorel.
Esto no quiere decir exactamente que Mariátegui fuera “soreliano” o “croceano” sin más, sino que su lectura del marxismo se realiza o puede comprenderse mejor teniendo en cuenta el diálogo que establece Mariátegui con ellos. Sorel será para Mariátegui un punto de referencia contra el evolucionismo lineal y el positivismo, mientras Croce un antídoto contra la asimilación del marxismo con el materialismo vulgar.
Para Mariátegui, la Revolución Rusa abre el camino a una época caracterizada por una “concepción heroica y voluntarista de la vida” y es al calor de esta definición que reivindica el marxismo como una “filosofía de la acción” en polémica con las interpretaciones mecanicistas y vulgares, dentro y fuera del marxismo.
Haciendo una relectura de Sorel, que había postulado la idea de la Huelga General como mito contra el racionalismo evolucionista de la II Internacional, Mariátegui propone entender la revolución social como un mito. El mito de la revolución social es el único capaz de dar al proletariado la fe combativa que el evolucionismo y el positivismo habían extirpado de la cultura occidental. Esta mirada no impedirá a Mariátegui cierta reivindicación de una racionalidad histórica. Frente a las tendencias decadentistas y reaccionarias del pensamiento burgués, el marxista peruano sostiene que el proletariado sucede a la burguesía en la empresa civilizatoria, cuando la burguesía decide retroceder en la historia y la filosofía hacia posiciones reaccionarias.
En este contexto, la dialéctica aparece en el pensamiento de Mariátegui como una relación entre sujeto y objeto, pero no limitada al campo del conocimiento, sino en el plano histórico y social, como una relación entre la voluntad política y la circunstancias objetivas.
En un artículo publicado en Variedades, el 2 de enero de 1926, Mariátegui reseña el libro La agonía del Cristianismo de Miguel de Unamuno, polemizando con cierta lectura desprovista de sutileza mediante la cual el pensador de Salamanca atribuía a Marx la idea de que las cosas hacen a los hombres. Contra esa posición, destacaba que había que estudiar a Marx en Marx mismo y afirmaba que la idea de Unamuno de que la religión se elevaba a política y política a religión coincidía con la de los marxistas revolucionarios para quienes “el marxismo es lucha, agonía”.
Esta lectura, por demás audaz y asimismo discutible, resaltaba la importancia de la acción política revolucionaria contra las lecturas de tipo “objetivista” que para Mariátegui caracterizaban a la Segunda Internacional, a quienes el marxista peruano llamaba “pedantes profesores tudescos”.
Esta temática se retoma en una serie de artículos escritos entre julio de 1928 y junio de 1929, publicados primero en las revistas Mundial y Variedades, republicados luego en Amauta y preparados para publicar como libro antes de su muerte en 1930. El libro se llama Defensa del marxismo. Polémica revolucionaria y debate contra otro libro que es Más allá del marxismo de Henri De Man, en ese momento el referente del socialismo “revisionista” belga (posteriormente fue colaborador con la ocupación nazi en su país).
Mariátegui rebate los argumentos de De Man, que reproducían muchos de los planteos que hoy pueden considerarse lugares comunes universales contra el marxismo: determinismo económico, excesivo materialismo que no asigna importancia a las cuestiones espirituales, concepción teleológica de la historia, etc.
El marxista peruano va a señalar que el llamado “determinismo económico” de Marx es una deformación de sus críticos y que Marx se proponía una política realista para lo cual “extremó la demostración de que el proceso mismo de la economía capitalista, cuanto más plena y vigorosamente se cumple, conduce al socialismo; pero entendió, siempre como condición previa de un nuevo orden, la capacitación espiritual e intelectual del proletariado para realizarlo, a través de la lucha de clases […] El carácter voluntarista del socialismo no es, en verdad, menos evidente, aunque sí menos entendido por la crítica, que su fondo determinista”.
En ese contexto argumentativo, debatía la imagen del marxismo como un producto del Siglo XIX, según De Man en crisis junto con el positivismo y el cientificismo.
Señalaba que la concepción filosófica del marxismo no tenía nada que ver con esas doctrinas y que había creado un nuevo tipo de intelectual que Mariátegui llamaba “ideólogo realizador”: “Marx inició este tipo de hombre de acción y de pensamiento. Pero en los líderes de la revolución rusa aparece, con rasgos más definidos, el ideólogo realizador. Lenin, Trotsky, Bukharin, Lunatcharsky, filosofan en la teoría y la praxis. […] ¿Y en Rosa Luxemburgo, acaso no se unimisman, a toda hora, la combatiente y la artista?”.
En el mismo trabajo, hay un comentario crítico del libro de Max Eastman La ciencia de la revolución, en el que el autor norteamericano denunciaba como negativa la influencia de Hegel sobre Marx. En esa crítica, Mariátegui establece una relación directa entre la dialéctica y la productividad teórica del marxismo.
Luego de señalar que en su batalla contra la dialéctica, Eastman practica una resistencia de norteamericano formado en el pragmatismo, señala que lo que reprocha realmente Eastman a Marx no es no haberse liberado de Hegel, sino no haber abandonado toda filosofía, pero que fue precisamente el desarrollo de su pensamiento teórico por encima de los problemas del movimiento obrero de su tiempo tal cual se presentaban empíricamente lo que le permitió sentar las bases de un movimiento socialista mundial.
Para profundizar este argumento, Mariátegui reivindicaba las Tesis sobre Feuerbach, que Eastman citaba en su libro sin comprender y el pasaje de Marx sobre la diferencia entre su método y el de Hegel, en sus palabras finales a la segunda edición alemana de El Capital, escritas en enero de 1873, concluyendo que el error fundamental de Eastman era considerar que todo era reducible a ciencia y que la revolución no necesitaba filósofos sino técnicos.
Esta conclusión, que está en el último de los capítulos que llegó a dejar compilados para la publicación de Defensa del marxismo (los posteriores capítulos fueron editados por sus hijos en base a anotaciones del autor), resulta muy interesante porque permite trazar una mirada más de conjunto sobre la posición de Mariátegui.
Sintetizando, podríamos decir que el marxista peruano propone una comprensión del marxismo en términos de una filosofía de la acción en la que la teoría condensa la práctica pasada y anticipa la futura, una lectura que hace hincapié en la necesaria relación de voluntarismo y determinismo para comprender el pensamiento de Marx y una reivindicación de la dialéctica como clave para comprender los procesos históricos y el marxismo mismo, en polémica con otras corrientes filosóficas.
Esta lectura del marxismo permitió a Mariátegui formular una estrategia para la revolución en Perú que partía de reconocer las problemáticas específicas como las de los pueblos originarios y la tierra así como la necesidad de orientar la revolución en un sentido socialista aunque se iniciara por tareas democrático-burguesas no resueltas previamente, contra las concepciones “populistas” que sostenía en Perú el dirigente del APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana) Víctor Raúl Haya de la Torre o las fórmulas canónicas de la Internacional Comunista burocratizada, que en su primera Conferencia Comunista Latinoamericana en 1929 definiría los países latinoamericanos como “no maduros para el socialismo” y por ende como “democrático-burguesa” la revolución latinoamericana.

Juan Dal Maso
juandalmaso@gmail.com

El oficio del periodista en León Trotsky y John Reed



Entre los marxistas que han ejercido la profesión de periodistas, no sólo se encuentran Karl Marx y Vladimir Lenin, sino también León Trotsky y el estadounidense John Reed.

El periodismo es descrito como una actividad fascinante que permite estar donde se producen los hechos, acercar la información a los lectores, y en particular el ser corresponsal de guerra permite involucrarse con las emociones y situaciones de las personas envueltas en el conflicto. Entre los marxistas que han ejercido la profesión de periodistas, no sólo se encuentran Karl Marx y Vladimir Lenin, sino también León Trotsky, y el activista reconocido por su gran cobertura sobre la Revolución Rusa, los “Diez días que estremecieron al mundo”, el estadounidense John Reed.
“El 19 de noviembre de 1914 crucé la frontera francesa como corresponsal de guerra para el diario ruso Kievskaya Mysl. Acepté la oferta del periódico con más entusiasmo porque me daría la oportunidad de acercarme a la guerra. París estaba triste; Por la noche, las calles se perdieron en la oscuridad. (…) Después de la comprobación del avance alemán sobre el Marne, la guerra se hizo cada vez más exigente y despiadada”, así describe Trotsky en su libro “Mi vida” (1930) su experiencia como periodista en la Primera Guerra Mundial.
Describiendo un panorama absolutamente desolador, y de caos en el que estaba sumergida Europa, en medio de la destrucción, Trotsky halló una perla: “En el momento en que los alemanes se acercaban a París y los patriotas franceses burgueses lo abandonaban, dos rusos emigrados montaron un pequeño diario publicado en ruso. Su objetivo era explicar los acontecimientos actuales que el destino había aislado en París y ver que el espíritu de solidaridad internacional no se había extinguido por completo.”
Continuando en su relato Trotsky cuenta cómo el periódico se mantenía a pulmón hasta llegando a producir una ganancia de 30 francos, con periodistas que pasaban hambre, hasta que encontraron mejor financiación. Éste fue el relato sobre el diario “Nashe Slovo” o “Nuestra Palabra”, que luego fue llamado “Golos” (La Voz). Como explica Trotsky, su experiencia en este periódico le fue útil cuando luego tuvo que lidiar con asuntos militares más de cerca.
Otro caso que fusionó la guerra con el periodismo fue el del activista y periodista estadounidense John Reed. Se formó en Harvard donde fundó un club socialista para sorpresa de sus compañeros de estudio, muchos de clases ricas y privilegiadas. Reed siempre estaba en el corazón de la tormenta: en huelgas de obreros textiles, los peones oprimidos en México con Pancho Villa a la cabeza, y la denuncia de funcionarios zaristas que le valió la detención de la que luego pudo escabullirse y continuar con sus escritos.
En 1917 cuando consideró que el proletariado se haría con el poder en Rusia, se lanzó a la aventura allí también, y su valioso relato los “Diez días que estremecieron al mundo” le valió el reconocimiento de todos. Reunió colecciones de Pravda, panfletos y carteles. Los fascistas norteamericanos quisieron impedir la publicación de su manuscrito por lo que intentaron robárselo en varias ocasiones.
Luego de la publicación del famoso libro participó como redactor en la revista socialista The Revolutionary Age (“La Edad Revolucionaria”), también en conferencias tratando de contagiar su espíritu combativo y organizó el Partido Obrero Comunista en el corazón del capitalismo norteamericano.

Natalia N. L. Brezina

Disfunciones

Se han producido demasiadas disfunciones en los últimos tiempos, señal de que la sociedad aún no está totalmente adocenada. El poder y sus medios de comunicación han visto cómo no les ha funcionado el mensaje que pretendían convertir en realidad a pesar de la unanimidad con que la orquesta mediática ha actuado. La opinión pública, en estos casos, no ha sido la opinión publicada, en contra de lo que suelen estar acostumbrados en las articuladas altas esferas.
Qué bien engrasada estaba la maquinaria del poder cuando en 2005 nos hicieron votar la llamada constitución europea. Sin embargo, Francia y Holanda dijeron no. Leí aquel texto y básicamente era un salvoconducto para la libre circulación de capitales y una postración ante la maquinaria militar de Estados Unidos. Los franceses dijeron no, entre otros motivos, hartos, ya por entonces, de la deslocalización de las grandes empresas, uno de los motivos que ha encaminado el voto hacia Le Pen o que ha llevado a Trump a la Casa Blanca. De todas formas, luego, ya sin referéndums, ese poder real firmó el Pacto de Lisboa que era casi como colar aquella “constitución” por la puerta de atrás.
En 2016 los colombianos tumbaron el Acuerdo de Paz con las FARC, impulsado por su presidente, Juan Manuel Santos, aunque con el 62,5 por ciento de abstención, mientras que Inglaterra le decía adiós a la Unión Europea con su brexit y en los EEUU Trump nos daba la sorpresa. La maquinaria mediática –obedeciendo órdenes de sus dueños- había apostado por el acuerdo de paz, contra el brexit y a favor de Clinton. La Mesa Redonda Europea de Empresarios Industriales (ERT, por sus siglas en inglés), que aglutina a 51 de las multinacionales industriales y tecnológicas más importantes del continente, se pronunció en contra del brexit. A Clinton la apoyaron multinacionales mediáticas y magnates conectados a ellas como Carlos Slim (accionista de The New York Times), James Murdoch (Fox), Thompson Reuters, Google, Time Warner, Comcast, NBC Universal, The Hufftington Post Media Group o Steven Spielberg.
Pero los ciudadanos dijeron “no, vamos a protagonizar una disfuncionalidad”. Y ahora, a pequeña escala, Sánchez manda a San Telmo a Susana contra pronóstico y hasta un portugués llamado Salvador Sobral aparece con su piano y le demuestra a la TV que la gente no sólo quiere humo, cohetes, luces y coreografía barata sino música, sólo música. Está pasando algo muy serio pero los medios de comunicación no quieren enterarse. Hace tiempo que van detrás de la Historia.

Ramón Reig

Paul Vergès y el internacionalismo del Partido Comunista Reunionés

Introducción

Fundado en 1959, año del triunfo de la Revolución Cubana liderada por Fidel Castro, el Partido Comunista Reunionés de Paul Vergès tuvo desde sus tiempos iniciales una vocación internacionalista. Si el objetivo principal es reivindicar el derecho de los reunioneses a la dignidad, el PCR siempre ha mantenido un lazo muy fuerte con los pueblos en lucha por su emancipación. Modesto por su tamaño e influencia, procedente de una minúscula isla perdida en medio del océano Índico, el PCR se ha destacado en cambio por su solidaridad inquebrantable con las causas nobles y jamás ha transigido sobre los principios de fraternidad, generosidad con los humildes de la tierra.
¿Cuáles fueron las grandes causas de la humanidad que apoyó el PCR desde su fundación? ¿En qué zonas geográficas se expresó su solidaridad internacionalista? ¿De qué modo contribuyó a esas luchas? ¿Cuáles fueron las grandes personalidades revolucionarias del siglo XX que conoció Paul Vergès como secretario del PCR? Preguntas a las cuales este artículo aspira a contestar.
El PCR, en nombre del principio de solidaridad entre las luchas, brindó un apoyo constante a los pueblos en lucha en la zona del océano Índico, sea en Sudáfrica o en las islas Chagos. Paul Vergès desempeñó también un papel importante en la solidaridad internacionalista con Vietnam, atacado por el imperialismo estadounidense, exhortando a las dos grandes potencias, la URSS y China, a que pusieran de lado sus diferendos para apoyar la causa de la emancipación que lideró Ho-Chi-Minh. Por fin, el PCR expresó una fidelidad constante a la lucha del pueblo cubano por la preservación de su independencia, símbolo de la aspiración de los desheredados a una vida mejor.

Solidaridad en el océano Índico

El Partido Comunista Reunionés expresó primero su solidaridad internacionalista en su zona geográfica apoyando dos grandes causas: el derecho del pueblo de Chagos a vivir en su tierra natal y la lucha contra el apartheid en Sudáfrica.

Chagos

El archipiélago de Chagos es un conjunto de 65 islas principales de una superficie de alrededor de 60 kilómetros cuadrados, situado al norte del océano Índico, entre África e Indonesia, a unos 2.000 km de La Reunión, entre las cuales la más importante es Diego García (44 km2). Como Isla Reunión, Chagos fue una colonia francesa de poblamiento a partir de 1783. En 1814, tras las guerras napoleónicas y la firma del Tratado de París, Chagos –así como todas las demás islas del océano Índico menos La Reunión– pasan bajo corona británica. En 1903 el archipiélago es integrado a la colonia de Isla Mauricio. En 1965, Chagos es separado de Isla Mauricio, que conseguiría su independencia en 1968, y se convierte en el territorio británico del océano Índico. El archipiélago entonces se pobló con unos dos mil habitantes, en su mayoría descendientes de esclavos originarios de Madagascar y de Mozambique y de trabajadores procedentes de la India.
Por su posición estratégica, en el marco de la Guerra Fría, Estados Unidos decide instalar en 1966 una base militar en la isla de Diego García, la más importante que tiene Washington en el exterior, por una duración total de 70 años (50 años + 20 años). Para ello, y de acuerdo con el Gobierno británico, todos los habitantes de Chagos son arbitrariamente deportados a Isla Mauricio y a Seychelles entre 1966 y 1973, sin posibilidad de regreso, en violación de los artículos 9, 13 y 17 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. Según el artículo 9, “nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado”. El artículo 13 estipula que “toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país”. Por fin, el artículo 17 recuerda que “nadie será privado arbitrariamente de su propiedad”. [1]
El PCR, en virtud de sus principios fundadores de solidaridad internacionalista, expresó su apoyo a la lucha del pueblo de Chagos desde los primeros momentos. En 1989, Paul Vergès, entonces alcalde de la ciudad de Le Port, acogió la primera conferencia internacional sobre la lucha del pueblo de Chagos por el respeto de sus derechos fundamentales. Las autoridades decidieron nombrar la principal avenida de la ciudad “Avenida Chagos”, en homenaje a la lucha de un pueblo considerado hermano según la historia, la geografía y por las aspiraciones a la dignidad.
Olivier Bancoult, presidente del Grupo Refugiados Chagos, rindió tributo a la memoria de Paul Vergès y recordó el apoyo indefectible del PCR a la causa de su pueblo:
“Nos sentimos honrados de que la causa de Chagos formase parte de sus grandes combates. Haber tenido a Paul Vergès a nuestro lado en nuestra lucha por el respeto de nuestros derechos fundamentales fue un privilegio y una gran fuente de inspiración. Fue un verdadero guía, casi un padre, que nos ayudó en nuestras primeras batallas. Recuerdo que durante su mandato como presidente del Consejo Regional entre 1998 y 2010, nos invitó aquí, al Consejo Regional, y nos alentó a que diéramos una dimensión internacional a la lucha de Chagos, a que lleváramos nuestra voz al mundo. Nuestra primera conferencia internacional tuvo lugar aquí, en la ciudad de Le Port, en La Reunión, en 1989, y fue también Paul Vergès el primero en alentar la creación del Comité Solidaridad Chagos-La Reunión. [2]
Hoy el pueblo de Chagos, con 10.000 miembros, aspira todavía a la justicia. Maurice Gironcel, secretario general del PCR, reafirmó en febrero de 2017, con ocasión del IX Congreso del partido, el apoyo de los herederos de Paul Vergès a la causa de Chagos. [3]

La lucha contra el apartheid en Sudáfrica

El PCR también se comprometió de modo resuelto y concreto al lado del pueblo surafricano en la lucha contra el régimen racista de Pretoria y el apartheid. No obstante, el contexto era hostil a la expresión de cualquier solidaridad. En efecto, el Gobierno francés brindaba su apoyo a Pretoria. Existía una línea aérea entre La Reunión y Sudáfrica y el régimen supremacista también tenía una representación diplomática en la isla. Por otra parte el apartheid tenía un grupo de amistad en el Senado francés presidido por Georges Repiquet, un reunionés. Por su parte Paul Vergès, a contrapié del poder dominante y denunciando la complicidad de la Francia institucional con los verdugos de Pretoria, lanzó en La Reunión la consigna “Liberen a Mandela”, símbolo de la resistencia a la opresión, y brindó un apoyo político y material a la lucha contra la segregación racial. [4]
En 1985 el PCR organizó una inmensa manifestación contra el régimen del apartheid y en apoyo a la lucha de los surafricanos por la libertad que reunió a miles de personas. La exigencia era triple: boicot a los productos surafricanos vendidos en La Reunión, cierre de la línea aérea entre Saint-Denis y Johannesburgo y cierre del consulado surafricano.
Como diputado europeo, Paul Vergès encabezó una delegación de parlamentarios y organizó una misión de investigación en Sudáfrica estrangulada por el régimen del apartheid. Marcado por las injusticias que observó allí, el grupo parlamentario publicó un informe denunciando las exacciones cometidas contra la mayoría de los surafricanos, víctimas del sistema segregacionista. Tras la publicación del informe, la Unión Europea decidió restringir sus relaciones diplomáticas con Pretoria.
Durante el centenario de la fundación del Congreso Nacional Africano en enero de 2012, ningún partido político europeo fue invitado a las celebraciones. En cambio el PCR ocupó un lugar de honor al lado de las otras delegaciones, ilustrando así el reconocimiento del pueblo surafricano por la solidaridad activa de los reunioneses.

Apoyo activo a la lucha del pueblo vietnamita

Vietnam fue también una de las grandes causas que defendió el PCR. Esta nación que aspiraba a la plena independencia fue víctima de una guerra implacable de 1965 a 1973 que llevó Estados Unidos, opuesto a la emancipación del pueblo vietnamita. En el espacio de ocho años, se lanzaron más bombas sobre el norte de Vietnam que el total de bombas lanzadas durante toda la Primera y la Segunda Guerras Mundiales. La resistencia popular que lideró Ho-Chi-Minh suscitó una solidaridad internacional, a la cual contribuyó Paul Vergès.
Paul Vergès sentía respeto y admiración por los pueblos de la URSS, su revolución y sus progresos sociales y tenía lazos políticos fuertes con sus dirigentes. En cambio no vacilaba en expresar su oposición cuando consideraba que se violaban los principios y valores internacionalistas. Así, en 1968, condenó la invasión de Praga por la URSS, la calificó de “error trágico” y votó en contra de una moción que presentó el Partido Comunista de la URSS en 1969 durante un congreso que reunió a los partidos progresistas del mundo. En plena crisis entre la Unión Soviética y China, el líder del PCR lanzó un llamado a las dos grandes potencias, exhortándolas a dejar de lado sus diferendos, recordándoles que la gran prioridad era la lucha del pueblo vietnamita contra el imperialismo estadounidense. Paul Vergès se reuniría con Mao Ze Dong en octubre de 1961 durante un viaje a China, echando las bases de lazos duraderos entre el Partido Comunista Chino y el PCR. Paul Vergès también conocería a Ho-Chi-Minh y tejería relaciones con Vietnam.

Fidelidad a Cuba socialista

La Revolución Cubana fue una fuente de inspiración para todos los pueblos que luchaban por su emancipación. En La Reunión, la influencia de las ideas de progreso que vehiculó el proceso liderado por Fidel Castro marcó al PCR. Paul Vergès expresó con elocuencia su admiración por la lucha del pueblo cubano por la dignidad: “Cuba, ejemplo en América Latina de lo que puede hacer un pueblo que toma sus responsabilidades entre sus manos. Es para nosotros otra razón de confianza en nuestra propia victoria en el futuro”. [5]
La Habana siguió con atención el combate del PCR por la igualdad. Los dirigentes cubanos sabían quién era Paul Vergès. Así, con ocasión del XX aniversario del triunfo de la Revolución Cubana en enero de 1979, el Partido Comunista de Cuba invitó al secretario general del PCR a La Habana, el cual, fue recibido con todos los honores. Fidel Castro hizo el esfuerzo para reunirse con Paul Vergès durante un encuentro que duró varias horas.
Los grandes logros de la Revolución Cubana, particularmente la protección social brindada a los más vulnerables, marcó al PCR. Un extracto del diario Témoignages de 1979 expresó ese sentimiento:
“En Cuba ya no hay niños abandonados en las calles. Desaparecieron los limpiabotas, los mendigos. Los niños son reyes. Gozan de buena salud, van a la escuela y a los centros de recreo o están con sus familiares y ya no el temen al futuro. Las mujeres tienen derecho al trabajo, a la palabra, a la libertad. Un Código de la familia las protege a ellas y a sus hijos”. [6]
Paul Vergès pensaba en una posible aplicación en La Reunión de algunas medidas del modelo cubano, particularmente en el campo social. La isla del océano Índico presentaba en aquella época todas las características socioeconómicas de una sociedad del Tercer Mundo. Así, según el Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos francés (INSEE), en 1970, el ingreso por habitante era inferior a 300 euros, o sea apenas un 17% del nivel nacional. [7] El PCR se sintió impresionado particularmente por el éxito de Cuba en la lucha contra el analfabetismo, que en 1961 se convirtió en el primer territorio del continente en erradicar esta plaga. Hoy La Reunión cuenta con más de 120.000 analfabetos sobre una población de 840.000 habitantes, o sea cerca del 25% de los habitantes entre 16 y 65 años, cuando Cuba resolvió este problema hace más de medio siglo.

Conclusión

El internacionalismo solidario con los pueblos del Sur en lucha por su emancipación fue un valor fundamental que cultivaron Paul Vergès y el PCR. En su tiempo José Martí, Héroe Nacional Cubano, expresó la máxima siguiente: “Patria es Humanidad”. Desde 1959 la Revolución Cubana ha hecho de este principio el pilar de su política exterior. En Isla Reunión el PCR, bajo la égida de Paul Vergès, a su manera y en el límite de sus recursos, ha expresado la solidaridad de los reunioneses con las mujeres y los hombres del planeta que reivindican su derecho inalienable a la autodeterminación, a la paz y a la dignidad.

Salim Lamrani

Notas:

[1] Naciones Unidas, «Déclaration universelle des droits de l’homme», 10 de diciembre de 1948. http://www.un.org/fr/universal-declaration-human-rights/ (sitio consultado el 7 de febrero de 2017).
[2] Olivier Bancoult, «Hommage à Paul Vergès de la part d’Olivier Bancoult et des Chagossiens», Témoignages, 14 de noviembre de 2016. http://www.temoignages.re/politique/actualites/hommage-a-paul-verges-de-la-part-d-olivier-bancoult-et-des-chagossiens,88134 (sitio consultado el 7 de febrero de 2017).
[3] Maurice Gironcel, «Discours de clôture du IX Congrès du Parti Communiste Réunionnais», 5 de febrero de 2017.
[4] Manuel Marchal, «La Réunion-Afrique du Sud : l’amitié repose sur la solidarité des luttes», Témoignages, 9 de diciembre de 2013. http://www.temoignages.re/culture/hommage/la-reunion-afrique-du-sud-l-amitie-repose-sur-la-solidarite-des-luttes,72885 (sitio consultado el 8 de febrero de 2017).
[5] Témoignages, «La Révolution d’un peuple et son triomphe : des raisons de confiance dans notre propre victoire», 21 de enero de 1979. http://www.temoignages.re/politique/actualites/paul-verges-rencontre-fidel-castro,88283 (sitio consultado el 10 de febrero de 2017).
[6] Ibid.
[7] Institut national de la statistique et des études économiques, «La départementalisation de La Réunion», 4 de octubre de 2016. https://www.insee.fr/fr/statistiques/2128996#titre-bloc-28 (sitio consultado el 10 de febrero de 2017).

lunes, mayo 29, 2017

CIA, Kennedy y Fidel



En #LAPupilaTv De la mano de Fabián Escalante, ex jefe de la Seguridad del Estado cubana, La pupila asombrada analiza la trama que involucró a la CIA, Kennedy y Fidel y terminó con la vida de la periodista norteamericana Lisa Howard.

Brasil: una transición convulsiva



El PT mete violín en bolsa con las “directas”

Michel Temer está ensayando diferentes maniobras para permanecer en el poder. Nuevas estrategias fueron pensadas por el núcleo fuerte del gobierno para frenar las posibles vías de alejamiento presidencial. Si Temer fuera desplazado del poder por el Tribunal Superior Electoral, a partir de anular la fórmula que triunfó en las elecciones de 2014 (la alternativa que se baraja como más rápida para su destitución), habrá “apelación tras apelación” de la defensa del actual presidente. “Estiman que en ese proceso podrían demorar una sentencia definitiva al menos hasta octubre próximo. Juegan también con otra posibilidad: que algún juez electoral de esa Corte pida ‘revisar’ el proceso, con lo cual el juicio no comenzaría como se supone el 6 de junio próximo” (Clarín, 28/5). A la par de esto, el presidente dio una señal de fuerza y ordenó por decreto la intervención del ejército para reprimir en las calles.
Estas iniciativas no fueron suficientes, sin embargo, para remontar la crisis, que sigue abriendo nuevas grietas en todos los frentes. En el plano judicial, al inminente pronunciamiento de la Junta electoral el próximo 6 de junio se le suma el pedido de interpelación de Temer por parte del Procurador general sobre las denuncias de corrupción, que podría ser el disparador de un proceso penal por la Corte, que constituye otra de las vías para proceder al juicio político del actual presidente. En el terreno económico, se produjo la renuncia de la presidenta del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES). Se trata de un golpe importante en el momento en que Temer había puesto un empeño especial por preservar la integridad de su gabinete y elenco de colaboradores.En este esfuerzo, el PSDB , el otro gran partido que integra la coalición de gobierno, ha mantenido sus ministros en el gabinete, pese al amago de algunos de ellos por renunciar.

Crisis de fondo

La renuncia de la presidenta del BNDES no es un dato menor pues éste constituyó la gran fuente de financiamiento de la burguesía nacional durante estas décadas y es una de las bases de su ascenso meteórico. La institución está bajo sospecha de “favores” a muchas de las empresas que están en la causa del Lava Jato y, también, al frigorífico JBS cuyo dueño, Joesley Bastista, delató al presidente Temer como involucrado en casos de soborno. La presidente renunciante “estaba bajo presión de aquellos empresarios que vivieron, durante largo tiempo, de jugosos créditos subsidiados del BNDES. La acusaban de ‘frenar’ los proyectos financiados por esta entidad” (ídem). Lo ocurrido en la entidad forma parte de un gran campo de disputa que está abierto entre la burguesía local y el imperialismo por el manejo y explotación de los grandes recursos y actividad industrial del país y, por lo tanto, sobre el destino de las grandes corporaciones brasileras. La operación Lava Jato y, ahora, las revelaciones de los hermanos Batista, fisgoneadas desde Estados Unidos, ha apuntado a quebrar la articulación industrial y financiera armada en torno a Petrobras y el sistema de contratos y concesiones otorgadas desde el Estado.
Obedrecht está haciendo un esfuerzo por salvar sus posiciones en Brasil, procurando negociar -a cambio de las revelaciones- la continuidad de sus negocios. Pero una destitución de Temer desbarataría todos los arreglos hechos en el último año con las constructoras y empresas coimeras y Brasil asistiría a una enorme transferencia patrimonial entre capitales extranjeros y nacionales. Estamos en presencia de una crisis de fondo que atraviesa a todas las clases sociales y pone en tela de juicio el conjunto de las relaciones sociales vigentes.
Temer no pudo detener tampoco un desgranamiento de su propia tropa en el parlamento, empezando por el presidente del Senado, quien acaba de reclamar la renuncia del jefe de estado. Esta fisura en el parlamento ha frenado la salida de la reforma laboral y jubilatoria. Esto es clave porque priva a Temer, quizás, de su principal arma de gobierno que era presentarse como el garante del ajuste, que vino llevando adelante desde que asumió el gobierno. Un empantanamiento de la ofensiva antipopular en curso puede acelerar la determinación del capital de soltarle la mano al gobierno. Por lo pronto, la calificadora Moody's le bajó la nota de Brasil mientras se acentúa la fuga de capitales.
Entretanto, el gobierno tuvo que dar marcha atrás con el decreto de las fuerzas armadas, que no sirvió para detener la protesta. Las movilizaciones, magras los días posteriores al estallido del escándalo de los hermanos Batista, volvieron a cobrar masividad, especialmente en Brasilia, donde tuvieron un carácter multitudinario, de las más masivas de los últimos años.

Unión nacional

Si Temer sobrevive, es porque la oposición aún no logra articular una transición. Lo que parecería estar más claro es que la posibilidad de convocar a elecciones generales está cada vez más lejos. Después de haber batido el parche sobre las "elecciones directas", el PT estaría dispuesto a replegar esa bandera y aceptado negociar un sucesor a través de una elección indirecta por el Congreso. Todavía no hay acuerdo sobre el nombre, pero un candidato de consenso tendría como fundamento una continuidad de la política de austeridad y de reformas antiobreras. El PT confirma, una vez más, que es un partido integrado al régimen social vigente y que no está en sus planes poner en juego la gobernabilidad. “Una transición desorganizada plantea el riesgo de un vacío de poder que podría perjudicar a una economía que se espera que salga de la recesión este año” (El País, 28/5), con más razón cuando el país viene de estar sacudido por la masiva huelga general de semanas atrás y por concentraciones populares de repudio al presidente y su ajuste. De acuerdo a lo que informa la prensa, los principales partidos (el PMDB gobernante, el PSDB y el propio PT) estarían negociando un sucesor, aunque todavía no habría un acuerdo con el nombre.
El ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, y un ex presidente, Fernando Henrique Cardoso, figuran entre los posibles sucesores. También se ha mencionado al senador Tasso Jereissati, líder provisional del Partido Socialdemócrata Brasileño de centro-derecha (PSDB), y Rodrigo Maia, presidente de la Cámara de Diputados de Brasil.El problema de la fórmula Cardoso-Jereissati (que se baraja como uno de los posibles binomios) es que, por ahora, cuenta solo con los votos de su propio partido. “Si Cardoso puede tener el beneplácito de Lula, Jereissati es mal visto entre las filas parlamentarias petistas. Para el PT la mejor alternativa es el llamado ‘candidato neutro’. Se trata de Nelson Jobim, que fue ministro de Justicia con Fernando Henrique y ministro de Defensa con Lula da Silva” (ídem). Un indicador claro de cómo el PT está ya enfrascado en las tratativas.

Perspectivas

Cualquiera sea el arreglo que se llegue, dicho desenlace no cierra la crisis que tiene un alcance profundo y de fondo. Las convulsiones políticas seguirán. La cuestión del momento, en Brasil, es darle continuidad a la movilización popular e impulsar una nueva huelga general. En estas condiciones, cobra enorme relevancia y actualidad la convocatoria a un Congreso de trabajadores para discutir un programa y una salida política frente a la crisis en desarrollo. La cuestión clave en Brasil y, de un modo general, en América Latina, es que la clase obrera emerja como un factor político independiente y se transforme en alternativa de poder.

Pablo Heller

La guía May-Trump para la guerra y el terror

1. Bombardear, aterrorizar y masacrar países del Medio Oriente con mayoría musulmana para el propio interés estratégico, pero denominarlo fines humanitarios.

2. De esta manera destruir la seguridad y la infraestructura de los Estados creando las condiciones perfectas para los grupos terroristas que operan.

3. Llamar rebeldes a los grupos terroristas que tienen la misma ideología que ustedes y contra la que dicen luchar.

4. Crear cientos de miles de refugiados

5. No permitir que nadie deje entrar a los refugiados a pesar de que su situación está causada por sus bombas "humanitarias".

6. Permanecer en silencio sobre las armas vendidas a los saudíes y sus representantes ideológicos-militares, ISIS y Al Qaeda

7. Caer víctima de la misma clase de horrible ataque terrorista cometido por personas o grupos de la ideología que nuestro dinero, armas y apoyo formaron en el Medio Oriente.

8. Culpar al islam y los musulmanes de todas partes y asegurarse de que todos sean considerados responsables a pesar de ellos son las principales víctimas de los Estados y del terrorismo insurgente.

9. Culpar y tomar a los inmigrantes de chivos expiatorios. Especialmente los morenos.

10. Luego, con el mismo empuje que utilizan para armar, financiar y participar en actividades terroristas, conseguir nuestros votos con el clamor de luchar contra eso.

Pueblo, no recompense las mentiras con sus votos. Y no deje que la clase dominante utilice cínicamente la vida de las víctimas como capital político.
Debemos mucho a los muertos de la guerra y el terrorismo.

Sequoyah De Souza Vigneswaren
Information Clearing House

Traducido del inglés para Rebelión por J. M.
Sequoyah De Souza Vigneswaren es un escritor independiente y activista de justicia social residente en Leeds, Inglaterra. Toma inspiración todos los días de las palabras de Paulo Friere: “los que se lavan las manos del conflicto entre los poderosos y los débiles se ponen del lado de los poderosos; eso no es ser neutral”. Contacto: sequoyahdsv @outlook.com, @sequoyahdv

Chelsea Manning es una mujer libre



Su heroísmo va más allá de la denuncia de crímenes de Estado

El heroísmo de Chelsea Manning ha quedado demostrado desde que se supo que ella había sido quien filtró uno de los archivos periodísticos más importantes de la historia. Tenía las características de la típica denunciante de conciencia. Es decir, alguien que a los 20 años va a la Guerra de Irak creyendo que era una acción noble y descubre la oscura verdad, no solo de esa guerra sino del accionar del gobierno de EE.UU. en el mundo: crímenes de guerra, matanza indiscriminada, complicidad en la corrupción de funcionarios de alto mando y engaño sistemático al público.
En esa situación y sabiendo a lo que se exponía, ella puso en riesgo su propia libertad al difundir documentos que revelaron la verdad, sin buscar ningún beneficio personal. Yo llevo años reivindicando la nobleza de sus actos y mi defensa de ella siempre estuvo centrada en la importancia esencial del material que reveló y en el derecho del público a tener acceso a dicho material.
Es genuinamente difícil exagerar el significado de aquellas revelaciones. Además de difundir uno de los videos más viscerales sobre la carnicería indiscriminada de las fuerzas armadas estadounidenses en varias décadas, las filtraciones fueron consideradas —hasta por los escépticos más negativos en contra de WikiLeaks, como el Editor Ejecutivo del New York Times, Bill Keller— como la chispa que encendió la Primavera Árabe. Incluso algo más de peso aún, las revelaciones sobre cómo las fuerzas armadas de EE.UU. ejecutaron a civiles iraquíes y luego lanzaron un bombardeo aéreo para tapar sus crímenes fueron la razón para que el gobierno iraquí le negara a Obama la inmunidad que este quería conseguir para expandir la guerra en Irak.
Aunque el caso de Manning haya estado de alguna manera supeditado a la percepción cambiante a lo largo del tiempo que el público tenía sobre WikiLeaks, Chelsea en realidad primero intentó contactar a los medios tradicionales como The New York Times, Washington Post y Político. Los intentos de contacto no fueron concretados porque dichos medios no le prestaron atención. En los intercambios que tuvo por internet con un individuo engañoso, quien luego se convirtió en un informante del gobierno y la denunció, ella dijo que su motivación para filtrar información era el interés para generar una “amplia discusión, debates y reformas”. Agregaba: “Quiero que la gente vea la verdad… sin importar quienes sean… porque sin información, uno no puede tomar decisiones coherentes”.
Al principio de las revelaciones, el gobierno de Estados Unidos —como es su costumbre— esgrimió el argumento que la revelación de los documentos pondría vidas en peligro, y que aquellos responsables de su publicación tenían “sangre en las manos”. Pero investigaciones posteriores de AP y McClatchy demostraron que las acusaciones eran infundadas, y finalmente hasta el secretario de Defensa, Robert Gates, puso en ridículo la histérica reacción del gobierno sobre las filtraciones diciendo que había sido “considerablemente exagerada”.
En resumen, aunque Manning fue despreciada y rechazada por la mayoría de los círculos tradicionales de Washington, ella hizo todo lo que uno espera que haga un denunciante de conciencia: Tratar de asegurarse de que el público conozca sobre los actos ocultos de corrupción y delincuencia criminal con el fin de generar un debate y proporcionar poder a la ciudadanía al darle acceso a hechos que le han sido ocultados. Ella hizo todo esto sabiendo que corría el riesgo de ser encarcelada, pero siguió los dictados de su conciencia por encima de su interés personal.
A pesar de la enorme magnitud de su valentía que hizo posible las filtraciones originales, el heroísmo de Manning se ha multiplicado desde entonces, y se ha hecho más multifacético y consecuente. Por ello, es una fuente de inspiración para la gente de todo el mundo. Ahora uno podría decir que las filtraciones a WikiLeaks de 2010 han pasado a segundo plano al evaluar el impacto de Chelsea Manning como ser humano integral. Su coraje y la fuerza de sus convicciones van más allá de una acción impulsiva: Han sido la base de sustentación de los siete años que pasó encarcelada y que ella logró llenar de propósitos, dignidad e inspiración para los demás.
El factor dominante del encarcelamiento de Manning fue la constante agresión. En 2010, durante el primer mes de detención en la prisión naval de Quantico (Virginia), escuché reportes de las escasas personas autorizadas para visitarla sobre las condiciones abusivas del confinamiento de Manning: prolongada detención en solitario, pasaba la mayor parte del día encerrada en la celda, vigilancia permanente y otras cosas peores. Llamé a la prisión naval para investigar estas denuncias, y me quedé sorprendido cuando el funcionario me confirmó la veracidad de los hechos con una actitud displicente.
En base a ello, reporté por primera vez que las condiciones de detención de Manning incluían “tratamiento cruel e inhumano y, según los estándares de numerosas naciones, tortura”. Dicho reporte generó una controversia importante cuyo desenlace fue la renuncia del vocero del Departamento de Estado de Obama, P. J. Crowley, a raíz de que este denunció el tratamiento de Manning como una acción “ridícula, contraproducente y estúpida del Departamento de Defensa”.
Pero eso fue solo el principio de una larga cadena de abusos que ella tuvo que soportar. Varios meses después de mi informe, el New York Times reportó que Manning era sometida a una serie de rituales humillantes, en los cuales se la dejaba “desnuda en la celda durante siete horas”. Y agregaba que durante las inspecciones debía “pararse desnuda” afuera de su celda. Fue entonces, en 2011, que se supo del primer intento de suicidio de Chelsea Manning. Amnistía Internacional denunció las condiciones de su detención como una “infracción de las obligaciones de EE.UU. con las convenciones y los tratados internacionales”. Y más tarde convocó a protestas para exigir el cese de los abusos.
Sin embargo, fue difícil generar amplio apoyo del público y del periodismo a favor de Manning. De los sectores de derecha, muchos consideraban a los denunciantes como "traidores" y se regocijaban con su sufrimiento; por otra parte, muchos liberales leales a Obama se burlaban del abuso sufrido por Manning. Pero finalmente, el relator especial sobre tortura de la ONU investigó las condiciones de la detención de Manning y publicó sus conclusiones en 2012 afirmando que “los militares de EE.UU. son responsables de tratamiento cruel e inhumano”, y que “imponer condiciones de detención seriamente punitivas a alguien que no ha sido encontrado culpable de ningún delito es una violación a su derecho a la integridad física y sicológica, así como a su presunción de inocencia”.
La controversia generada por estos reportes forzó al gobierno de Obama a transferir a Manning de Quantico a la base militar de Fort Leavenworth —una prisión que si bien era más "profesional", no era menos horrorosa— ubicada en el medio de Kansas, a la espera de su juicio. Mientras que su encarcelamiento se vuelve más regularizado, su heroísmo se multiplica a nuevos niveles.
En julio de 2013 Manning fue sentenciada por múltiples cargos de “espionaje” (aunque fue absuelta del cargo más grave: el equivalente a traición por “ayudar al enemigo”). El 21 de agosto fue condenada a 35 años de cárcel. El 22 de agosto —tan solo un día después— presentó su declaración identificándose como Chelsea Manning, una mujer transgénero, y demandó que las autoridades militares autorizaran la terapia médica necesaria para completar su transición:
“Dada la manera en la que yo siento, y he sentido desde la infancia, quiero comenzar una terapia hormonal tan pronto como sea posible. Espero recibir su apoyo en esta transición. También solicito que, a partir de hoy, se refieran a mí usando mi nuevo nombre y el pronombre femenino (excepto en el correo oficial al lugar de confinamiento).”
Es difícil describir la valentía y determinación que tal declaración implica. Menos de 24 horas después de saber que ha sido condenada a pasar los siguientes 35 años de su vida en una prisión militar, se define públicamente como una mujer transgénero y exige terapia médica, a la cual ella tenía derecho legal y ético.
Para lograr captar adecuadamente la valentía de su decisión, es necesario entender cuál era su situación en ese momento. Yo la visité en Fort Leaveworth en 2015. Para llegar allí, uno debe tomar un vuelo a Kansas City, luego manejar más de una hora por los bosques de Kansas, en el proverbial medio de la nada. Uno llega a la extensa y totalmente militarizada base de Fort Leavenworth, adonde fue bastante complicado ingresar. Después de entrar, uno maneja otros 15 o 20 minutos dentro de la base hasta llegar a la prisión naval, que consiste en un laberinto de jaulas y medidas de seguridad que uno debe recorrer para finalmente verla en algún lugar dentro de las entrañas de esa prisión.
En resumen, es casi imposible haber estado más aislado de la sociedad de lo que estaba Chelsea Manning. Identificarse como una persona transgénero y embarcarse en ese proceso de transición es extraordinariamente difícil, incluso en condiciones óptimas. La gente transgénero todavía enfrenta enormes barreras sociales —incluyendo violencia epidémica— incluso cuando tienen una red de apoyo en el seno de las ciudades progresistas. Pero hacer una transición de género encarcelada en una prisión naval, en el interior de Kansas, donde tu vida cotidiana depende exclusivamente de tus carceleros militares, es inconcebiblemente difícil e inconcebiblemente valeroso.
Las dificultades de Manning en la cárcel, incluyendo sus intentos de suicidio y el grotesco castigo que recibió por ellos, fueron difundidas al público. Aunque las autoridades carcelarias le dieron a regañadientes una parte de la terapia que ella pedía, también le impusieron restricciones mezquinas, como la negativa a que se dejara crecer el pelo y a proveerle el apoyo que ella necesitaba.
Yo, como una de las pocas personas con autorización para visitarla, pasé muchas hablando por teléfono con ella durante ese periodo. Su experiencia —tanto la general en la cárcel como la específica de la transición de género— estuvo marcada por barreras y dificultades totalmente injustificadas causadas por la malicia e ignorancia de las autoridades carcelarias.
Pero el rasgo más impactante de la personalidad de Chelsea Manning es su persistencia inquebrantable. En el tono más humilde pero decidido, ella insiste en seguir el camino correcto, sin importar los riesgos ni los costos personales. Y al hacer esto, fue mucho más allá de su acto inicial de denunciante de conciencia, se convirtió en una héroe del movimiento LGBT a nivel mundial y de muchas más personas, al exigir el derecho de ser reconocida por lo que es, y vivir libremente, incluso en las condiciones de mayor opresión.
Este no es un caso en el que yo pueda fingir objetividad o neutralidad periodística. Considero a Chelsea Manning como una de las mayores heroínas de su generación, al igual que una amiga valiosa. Mientras que su liberación el día de hoy [artículo escrito el 17 de mayo] tiene un sabor agridulce: ¿Cómo olvidar la grave injusticia de que ella haya pasado casi toda la década de sus veinte años encarcelada por algo que amerita la gratitud colectiva, y que haya sufrido un abuso continuo? Estoy emocionado de que ahora que será liberada ella podrá finalmente vivir como una mujer libre e increíblemente entusiasmada con sus metas, que son una fuente de inspiración para la gente.
En definitiva, Chelsea Manning es una persona única no solo por su heroísmo político, sino principalmente por cómo ha recorrido su camino después de dicho acto político. Como relaté en la carta que escribí apoyando la petición de clemencia, ella es la persona con mayor capacidad de empatía y de compasión que he conocido en mi vida. Cuando conversaba con ella, me resultaba difícil contener la rabia y el resentimiento contra el abuso que ella sufría. Sin embargo, ella jamás expresaba o compartía ni una fracción de mi ira, todo lo contrario; a menudo defendía a aquellos que le hacían daño poniéndose en el lugar de ellos y justificándolos.
Podemos estar seguros de que su transición hacia la libertad no será fácil. Ha estado encarcelada desde que tenía 22 años. Ella sabe que es una figura que genera polémica y polarización, y tiene incertidumbres sobre cómo será su vida afuera de Fort Leavenworth. Será naturalmente una enorme adaptación a todo nivel.
Pero Manning es una de las personas más inteligentes, interesantes e inspiradoras que uno pueda tener la suerte de conocer. Hay un grado masivo de apoyo y admiración por ella en todo el mundo, como quedó demostrado por la increíblemente exitosa campaña de recolección de fondos para facilitar su transición hacia la libertad. Ante la mención de su nombre, sin importar en qué parte del mundo yo haya hablado, la gente se ha puesto de pie para ovacionarla. Todo esto —que ella sepa cuánto amor y gratitud existe hacia ella— indudablemente la fortalecerá en lo que sea que decida hacer.
Es raro, especialmente en estos últimos tiempos, hallar inspiración en una historia política. Pero la última década de la vida de Chelsea Manning y su potencial para el futuro es uno de esos casos únicos. Uno no debe idealizar lo que le ha sucedido a ella. Hay mucha injusticia, maldad e indignación en su historia. Pero la manera en la que ella ha inspirado a mucha gente y el hecho de que hoy sea libre son una causa de auténtica celebración, y un recordatorio de que los seres humanos mediante actos puros de conciencia y determinación pueden por sí solos mejorar el mundo.

Glenn Greenwald
The Intercept
Traducción de Silvia Arana

domingo, mayo 28, 2017

"13 Reasons Why": alienación y violencia en el mundo juvenil



La serie que es furor en el mundo adolescente tiene el mérito de abrir el debate sobre temas urgentes de la degradación social capitalista de una forma amena: desde el bullyng, el acoso y el consumo de drogas hasta la violencia institucional.

La exitosa serie de Netflix parte del suicidio de la adolescente Hannah Baker para retratar la vida de estudiantes secundarios en una ciudad tipo de Estados Unidos. El gancho de la serie es la reacción de un grupo de sus compañeros a unos cassettes que dejó Hannah, que contienen 13 audios de ella hablando de sus sentimientos y experiencias, dedicado cada uno a personajes que considera culpables, directa e indirectamente, de su dolor (Por trece razones es su título en castellano).
Hannah denuncia no sólo por ella, sino también por otras chicas abusadas, maltratadas, ninguneadas y violadas. Hannah se quiebra y se quita la vida, pero tiene el resto de lucidez de no hacerlo en silencio, deja su testimonio. La convivencia en la narración entre las experiencias de Hannah y la comprensión de las mismas por parte de quienes las escuchan en el presente, con el impacto de esto en el escenario familiar, escolar y social que ella dejó, constituyen una forma novedosa y original de relatar, que le agrega interés a la serie.

Violencias

En el trascurso de la serie se refleja la problemática de adolescentes inmersos en un sistema de presiones enormes. Se muestra cómo una inserción favorable en el sistema laboral requiere el ingreso a una buena universidad, que depende tanto de los resultados académicos como del nivel económico, el desempeño deportivo y el historial disciplinario y de participación estudiantil. El sistema de explotación instala su alienación en los institutos donde forma su mano de obra exacerbando la competitividad, que tiene su expresión en los niveles de “popularidad”. Los estudiantes atletas, por ejemplo, son “populares” porque los directivos del colegio impulsan que se los adule y les otorgan un importante grado de impunidad. Los chicos que, como Hannah, trabajan en distintos empleos precarios (acomodador de cine, moza) son vistos con desprecio e incomodidad por sus compañeros, que se los cruzan mientras disfrutan de su ocio.
En este clima de distorsiones, la serie hace eje en la cosificación sexual de la mujer, así como la doble moral de una gran presión sexual sobre los adolescentes y el desprecio por las chicas que “son fáciles” o “se dejan”. La serie indaga la connivencia de la institución escolar con situaciones de bullying y otros abusos, desde las autoridades a los compañeros de cursada, y el rol de amplificadores enormes que tienen las redes sociales para estas situaciones.
El primer beso de Hannah, lejos de ser una experiencia maravillosa o memorable, se convierte en el principio de un tren de pasos en falso y bochornos, transformando hechos sociales ordinarios en una serie de suplicios, desde exposiciones fotográficas de su intimidad, la publicidad de rankings sobre el físico de las alumnas y las amistades pasajeras y superficiales, hasta las violaciones y el abuso sexual. La serie muestra como la “crueldad” de los jóvenes reproduce lo que maman en sus casas, en el colegio, de los adultos: el consumo de drogas, los abusos sexuales, la impunidad que tiene uno de los protagonistas por ser hijo de un comisario o la terrible actitud de autoridades escolares que presionan para encubrir casos de violaciones o bullying, para resguardarse legalmente.

Apología o denuncia

En una polémica alrededor de la serie, varios medios y organizaciones norteamericanas han acusado a la misma de ser una apología del suicidio, o por lo menos una presentación romántica de este. Sin embargo, el suicidio no es presentado de ninguna manera como una salida positiva en la narración: Hannah tenía afectos reales que la podrían haber sostenido, pero la maraña de presiones sociales y complicidades institucionales la quiebran sin que pueda recurrir a quienes la pudieran haber contenido –justamente el conflicto central de la serie. Hannah buscó ayuda en todas partes, como pudo, sin resultados positivos.
La escena, donde un consejero escolar le recomienda “olvidarse” que ha sufrido una violación y “seguir adelante”, para evitar hacer una denuncia judicial que la exponga púbicamente, es particularmente desgarradora. Así, la serie realiza una importante denuncia de cómo estos mecanismos institucionales protegen y reproducen la violencia contra las mujeres.

Crisis y degradación

Si bien el sistema escolar estadounidense es muy diferente al nuestro, hay un rasgo común en cómo convive con la degradación de la juventud que promueve el sistema capitalista, que mercantiliza los cuerpos y explota los estilos y tendencias de los jóvenes, generando enormes ganancias. Los adolescentes no encuentran ni aquí ni allá un lugar de contención o desarrollo en el sistema educativo. La serie muestra también cómo el impacto de la crisis capitalista, no sólo en la escuela sino también en el hogar y la sociedad, agrava esto: la quiebra económica del pequeño negocio de los padres de Hannah es un factor de su caída.
Los Estados capitalistas ajustan la educación, promoviendo su vaciamiento y deterioro al servicio de la privatización, dejando más expuestos aún a los jóvenes. Por su parte, el movimiento de mujeres en Argentina ha denunciado la responsabilidad del Estado en el cuadro de aguda violencia que sufren.
13 Reasons Why tiene el mérito de abrir el debate sobre temas urgentes de la degradación social capitalista de una forma amena, que puede ser atractiva para las y los preadolescentes y adolescentes que están expuestos a este tipo de situaciones, y disparar debates en la escuela, el colegio o en la casa.

Alejandra Gavryluk y Guillermo Kane