sábado, mayo 20, 2017

Fuera Temer: ¿las elecciones directas son la solución?



Abandonado por la propia base aliada golpista, “sangrando en plaza pública” por la denuncia de haber avalado la compra del silencio de Eduardo Cunha, el exdiputado de su mismo partido que está preso por corrupción, Temer declaró enfáticamente que no va a renunciar.
Temer dijo que esta semana fue “la peor y la mejor al mismo tiempo” para su gobierno, apoyándose en los ajustes antipopulares y en las reaccionarias reformas previsional y laboral, en trámite en Diputados y en el Senado. Una forma indirecta de apelar a los grandes capitalistas y banqueros que hoy sostienen el gobierno.
Pero la realidad es que estas mismas reformas están paralizadas después del terremoto político del miércoles. Hay que ver cuándo el Congreso retomará la agenda económica en el corto plazo, lidiando con los múltiples aspectos de la crisis política. La base aliada del golpe institucional ya comenzó a dejar el gobierno. Bruno Araújo del PSDB, ministro de Ciudades, desembarcó. Como partido, el PSDB todavía no le sacó el apoyo al gobierno (el tucano Antônio Imbassahy sigue como secretario de gobierno), pero las reuniones partidarias tomar nuevas resoluciones a cada hora. Roberto Freire, ministro de cultura por el PPS, también anunció la entrega del cargo. El PSB exigió la renuncia de Temer al igual como figuras del DEM, como Ronaldo Caiado, que pidió “elecciones presidenciales directas”.
Incluso desde los estudios de GloboNews, que apoyaron entusiastamente el golpe institucional del gobierno de Temer, dicen que “si la economía venía mejorando, hoy se derritió”, con la caída de 10% en el índice Ibovespa y el paro de las negociaciones en la Bolsa. Buscan nuevas salidas para volver a aplicar los ataques que por ahora están congelados por la crisis política.
El autoritarismo judicial y de la operación Lava Jato, que investiga los entramados de corrupción en Petrobras, sigue a todo vapor. La Corte Suprema, la Policía Federal y la Fiscalía, incluso en medio de sus divergencias, quieren que la situación fluctúe según la pauta del poder judicial. La Lava Jato muestra una vez más su carácter reaccionario, proimperialista y al servicio de recomponer este podrido régimen político de los capitalistas, sustituyendo un esquema de corrupción con la cara del PT por otro con la cara de la derecha.
La renuncia no está afuera del mazo. Temer se ve cada vez más aislado y la élite dominante vislumbra distintas salidas ante la situación insostenible del gobierno, a fin de debilitar el peligro de la lucha de clases en las calles. Hay un sector que pide elecciones presidenciales directas en un espectro político que va más allá del PT, alcanzando un sector de la base golpista. Esa vía sería posible si ocurriese la impugnación de la fórmula Dilma-Temer por el Tribunal Superior Electoral. Pero no está descartada la posibilidad de elecciones indirectas por el Congreso, vía que es apoyada por los círculos hasta ahora más cercanos a Temer, que hasta el 2018 daría continuidad a los ataques usando otra figura política para cabalgar la enorme crisis política del régimen. El objetivo común es mantener en pie el régimen político burgués.
Lo que no entra en el cálculo de la clase dominante es el factor más importante: la lucha de masas en las calles. Los trabajadores y la juventud tienen mucho que decir sobre cómo se dará el desenlace de la crisis. Los trabajadores mostraron su enorme capacidad para para la economía, que se hizo ver el 28 de abril. Es imprescindible salir masivamente a las calles de todo el país por el “Fora Temer” con nuestros métodos de lucha, exigiendo a las centrales sindicales una inmediata nueva huelga general para tirar a Temer y sus nefastas reformas. Ese debe ser el contenido para fortalecer nuestros comités de base y nuestra autoorganización, para que tomemos en nuestras manos esta lucha.
Consideramos que la vía de las elecciones directas no es capaz de golpear el núcleo podrido de este régimen político. Hace falta una huelga general para tirar a Temer e imponer la elección de una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, que cuestione profundamente las bases de ese podrido régimen político y altere las reglas del juego, no solo a los jugadores. La población tiene que decidir sobre los grandes temas nacionales, no el Congreso golpista.
La única forma de poner las grandes cuestiones estructurales del país en las manos de los trabajadores y la población es imponer por los métodos de la lucha esa nueva Constituyente, donde podamos elegir nuestros representantes y anular todas las reformas de Temer, Lula y Fernando Henrique Cardoso, batallar por el fin de los pagos de la deuda pública, la estatización bajo administración democrática de los trabajadores de todas las grandes empresas estatales del país, la reforma agraria radical y que los jueces y políticos sean elegidos y revocables, recibiendo el mismo salario que un trabajador.
Participamos de las movilizaciones por “Fora Temer” con esta perspectiva. Creemos que esta experiencia de atacar los derechos de los empresarios y banqueros debe llevar a un gobierno de los trabajadores de ruptura con el capitalismo, una democracia directa que tenga base en organismos de autoorganización de los trabajadores, única forma política capaz de colocar a los trabajadores como sujetos políticos que van a pensar todo el funcionamiento del país a partir de sus demandas más sensibles, como las de los negros, la comunidad LGBT, las mujeres, los pueblos originarios y los trabajadores rurales.
Por una huelga general para tirar a Temer e imponer elecciones para una Asamblea Constituyente Libre y Soberana. Que decida el pueblo y no el Congreso golpista. Anulación inmediata de las reformas antipopulares.

André Augusto
Natal | @AcierAndy

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