martes, mayo 23, 2017

Las escuelas israelíes ayudan a sabotear las perspectivas de paz

Un alarde del estilo de la política comunitaria israelí ante una audiencia de cientos de jóvenes escolares fue capturado en video la semana pasada. ¿Eran niños de 10 años a los que se les ofrece consejos de seguridad vial, consejos sobre qué hacer si se perdieron o cómo informar de alguien sospechoso que pasa alrededor de la escuela?
No. En Israel, se hacen las cosas de manera diferente. El vídeo muestra a cuatro oficiales en una puesta en escena de un simulacro de operación antiterrorista en un parque cerca de Tel Aviv. El equipo hacía rugir sus motos y disparaba sus fusiles sobre el “terrorista”.
Mientras el “terrorista” yacía gravemente herido, los agentes vaciaban sus cargadores sobre él desde corta distancia. En Israel se conoce esta acción como “confirmar la matanza”. En cualquier otro lugar se llama ejecución extrajudicial o asesinato. Podía oírse a los niños aplaudiendo.
Fue un incómodo recordatorio de una ejecución casi idéntica capturada en un video el año pasado. A un médico joven del ejército, Elor Azaria, se le ve disparando una bala a la cabeza de un palestino incapacitado en Hebrón. En febrero un tribunal militar lo condenó a 18 meses por homicidio.
Ha habido pocas señales de introspección desde entonces. La mayoría de los israelíes, incluidos los funcionarios públicos, llaman héroe a Azaria. En la reciente fiesta religiosa de Purim, vestirse como Azaria era uno de los disfraces favoritos entre los niños.
Hay muchas pruebas de que los servicios de seguridad de Israel todavía están ejecutando regularmente a palestinos.
El grupo de derechos humanos israelí B'Tselem denunció la semana pasada el asesinato de una joven estudiante de 16 años de Jerusalén, Fatima Hjeiji, con una lluvia de balas. Se quedó paralizada en el lugar después de sacar un cuchillo a cierta distancia de un puesto de control policial. No representaba una amenaza, concluyó B'Tselem, y no tenían por qué asesinarla.
La policía no se arrepintió de la ejecución, que calificó de “una experiencia positiva” de demostración para los jóvenes. No fue un caso excepcional.
Este mes, en las comunidades de todo Israel, el ejército celebró el Día de la Independencia de Israel poniendo sus “atracciones” habituales -tanques, cañones y granadas- para que los niños jugasen con ellas mientras las familias observaban a los perros del ejército buscando más “terroristas”.
Mientras tanto, en un asentamiento de Cisjordania, el ejército pintó brazos y piernas de jóvenes con heridas de metralla. Un líquido ilustraba la sangre goteando convincentemente de maniquíes con extremidades amputadas. El ejército dijo que el evento era un modelo del que “muchas familias disfrutaron”.
El propósito de exponer a los niños de una edad impresionable a tanta sangre derramada y al asesinato no es difícil de adivinar. Se crían niños traumatizados, desconfiados y temerosos de cualquier persona de fuera de su tribu. De esta manera se convierten en soldados más flexibles, de gatillo fácil, ya que gobiernan sobre los palestinos en los territorios ocupados.
Algunos educadores han comenzado a percibir que son cómplices de este abuso emocional y mental.
El día de la conmemoración del Holocausto, recordado en las escuelas israelíes el mes pasado, evita en gran medida mensajes universales, como el de reconocer la humanidad de los demás y luchar por los oprimidos. En vez de eso a los alumnos de las escuelas, incluso a los de solo tres años, se les dice que el Holocausto sirve como advertencia para estar siempre alerta, que Israel y su ejército fuerte son los únicos que impiden otro genocidio perpetrado por los no judíos.
El año pasado Zeev Degani, director de una de las escuelas de prestigio de Israel, causó un gran revuelo cuando anunció que su escuela ya no enviará a los alumnos a los viajes anuales a Auschwitz. Se trata de un rito de iniciación para los alumnos israelíes. Denominó la mala utilización del Holocausto de “patológica” y dijo que pretende “generar miedo y odio” para inculcar el nacionalismo extremo.
No es por casualidad que estos viajes –que imparten el mensaje de que un ejército fuerte es vital para la supervivencia de Israel– se lleven a cabo justo antes de que los adolescentes comiencen un proyecto militar de tres años.
Cada vez reciben en la escuela menos mensajes alternativos. Degani fue uno de los pocos directores que invitaron a la organización Rompiendo el Silencio, un grupo de soldados que denuncian, para hablar de su participación en la comisión de crímenes de guerra.
En respuesta el ministro de Educación Naftali Bennett, líder del partido de los colonos, ha prohibido los grupos disidentes como Rompiendo el Silencio. También ha prohibido los libros y los viajes de grupos de teatro que puedan fomentar una mayor empatía con aquellos de afuera de la tribu.
Las encuestas muestran que esto está dando sus frutos. Los escolares son aún más ultranacionalistas que sus padres. Más de cuatro quintas partes piensan que no hay esperanza de paz con los palestinos.
Pero estas actitudes cultivadas no sólo sabotean el proceso de paz. También impiden cualquier posibilidad de que los judíos israelíes vivan en paz con la gran minoría de los ciudadanos palestinos que viven en el mismo lugar.
La mitad de los escolares judíos creen que a estos palestinos, uno de cada cinco de la población, no se les debe permitir votar en las elecciones. Este mes el ministro de Defensa, Avigdor Lieberman, llamó "nazis" a los representantes de la minoría en el Parlamento y sugirió que deberían compartir un destino similar.
Este chovinismo extremo fue traducido la semana pasada en la legislación que define a Israel como el Estado-nación del pueblo judío en todo el mundo, no para sus ciudadanos. La minoría palestina se convirtió efectivamente en poco más que extranjeros residentes en su propia tierra.
Degani y otros están perdiendo la batalla de educar para la paz y la reconciliación. Si el futuro de una sociedad se encuentra en sus hijos, las perspectivas para los israelíes y los palestinos son sombrías.

Jonathan Cook
Jonathancook.net
Traducido del inglés para Rebelión por J. M.

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