sábado, mayo 06, 2017

Un mes de tensión y crisis política en Venezuela



La crisis política en Venezuela no ha dejado de escalar en el último mes. En el marco más general de una situación económica catastrófica para el pueblo trabajador, la aguda polarización social y política se ha traducido en una fuerte escalada represiva por parte del gobierno de Maduro.

La represión del Estado va en aumento en el marco de las marchas y manifestaciones organizadas por la oposición de derecha aglutinada alrededor de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), desde el pasado 1 de abril, cuando la situación política diera un salto luego que el Tribunal Supremo de Justicia lanzó dos sentencias que anulaban la inmunidad de los parlamentarios y la atribución de las competencias de la Asamblea Nacional al propio TSJ y al presidente Maduro. Una medida política de la que el gobierno de Maduro tuvo que retroceder expresando su mayor debilidad.
En el medio de este fuerte giro represivo, en estado de excepción y las más variadas restricciones a las libertades democráticas, Maduro convocó a una Constituyente “democrática” y “originaria”, una farsa que se encuentra en las antípodas de lo que sería una Asamblea Constituyente libre y soberana verdaderamente democrática que ponga sobre la mesa el conjunto de necesidades de los trabajadores y el pueblo.
La confrontación entre el chavismo y oposición de derecha se viene desarrollando muy lejos de los reales intereses del pueblo trabajador. La oposición de derecha, envalentonada y en las calles, habla de “elecciones generales” aunque ha buscado por medio de la presión interna e internacional, resquebrajar el apoyo al gobierno de las Fuerzas Armadas, que aparecen cada vez más en el centro de una salida política.
Los apoyos de Estados Unidos y la derecha continental, entre otros países, están puestos al servicio de esa política. Incluso el Senado estadounidense aprovechó la situación para presentar una serie de medidas injerencistas sobre Venezuela y fortalecer a la derecha.
En el marco de esta polarización, la clase obrera no se ha desarrollado como fuerza política independiente, sino más bien ha sido arrastrada detrás de la política del gobierno o de la oposición de derecha.
En los últimos días, la escalada represiva del gobierno recrudeció, y según un informe del Ministerio Público, ya serían 35 los muertos en el último mes.
Por eso, junto con el rechazo y la denuncia contundente a la represión y asesinatos por parte del Estado y la defensa del derecho a manifestarse y marchar, junto con el repudio del estado de excepción y la militarización que afecta especialmente a los trabajadores y sectores populares, es clave la organización independiente de los sindicatos del Estado, los partidos del gobierno y de la oposición, la mayor democracia en las filas obreras para poner al frente direcciones obreras clasistas, democráticas y combativas, que se planteen que la clase obrera entre en la escena política nacional como una fuerza independiente.

La Izquierda Diario

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