viernes, agosto 25, 2017

Los Juicios de Moscú de 1936: el estalinismo asesina a Zinoviev



El 25 de agosto de 1936 será asesinado Grigori Zinoviev. Como parte de los Juicos de Moscú, el estalinismo logro borrar sobre la faz de la tierra a los hombres que habían dirigido la revolución más importante de la historia.

En una carta de 1928 Trotsky relata un diálogo que mantuvo con Lenin a los pocos días de la Revolución de Octubre: “Uno que me sorprende es Zinoviev; en cuanto a Kamenev, lo conozco de bastante cerca como para suponer donde se acabará en él el revolucionario y comenzará el oportunista. Pero no conozco personalmente a Zinoviev. Según sus escritos y algunos de sus discursos, tengo la impresión de un hombre al que nada lo detiene y que no tiene miedo. Vladimir Illich me respondió: “No tiene miedo cuando no hay nada de que temer” (León Trotsky, “Zinoviev y Kamenev” 10/03/1928). Estas palabras, son la definición que anunciará el derrotero que soportará años posteriores el dirigente bolchevique.
Grigori Yevséievich Zinóviev nació el 11 de septiembre de 1883 en un pueblo de Ucrania. Nunca recibió educación formal y ya en la temprana adolescencia se puso a trabajar. Como parte de la explotación y la opresión que ejercía el Imperio Zarista sobre la población judía, se vinculó a los círculos obreros desde muy joven. En 1901 se afilia al Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR). Éste se dividirá dos años después entre bolcheviques y mencheviques. El joven Zinoviev se ubica entre los primeros, partidarios de Lenin. Como gran parte de los revolucionarios rusos vivirá exiliado, ya que el zarismo perseguía y encarcelaba cualquier tipo de militancia política. Regresa a Rusia para la Revolución de 1905. De 1906 a 1908 será el encargado de organizar a los metalúrgicos de San Petersburgo. Cuando lo detienen y luego de una estadía corta en prisión, logra escaparse. En 1907 es elegido miembro del Comité Central bolchevique, con 24 años.
Se exilia en Suiza, donde será el principal colaborador de Lenin, hasta su vuelta a Rusia, en 1917. En este periodo y funcionando de manera clandestina hacía varios años, Zinoviev junto a otros serán el cerebro del partido: la militancia clandestina, el papel de los soviets, la política bolchevique en el movimiento obrero, el rol de los parlamentarios, las discusiones estratégicas sobre el carácter de la revolución rusa y la lucha furibunda entre los partidos políticos, estarán bajo el control del centro dirigente exiliado.

Su rol en la revolución de 1917

La Revolución de Febrero en 1917 traerá de regreso a muchos dirigentes del partido a Rusia: el propio Lenin y Zinoviev regresarán en el famoso tren blindado para ponerse al frente de su organización. La plana mayor bolchevique adoptaba la línea de apoyo crítico al gobierno surgido de la revolución y la caracterizara como “democrática-burguesa”. Lenin saldrá al cruce con las Tesis de Abril y emprenderá una lucha furiosa sobre la dirección del partido. En las asambleas, conferencias y congresos partidarios que se sucedieron durante ese año, Lenin deberá enfrentar en muchas ocasiones en soledad a la dirección de su propio partido y Zinoviev será uno de sus enconados adversarios.
En el periodo de Julio a Octubre, los bolcheviques van ganando influencia en los soviets y en Octubre se desata una importante crisis en el partido. Días antes de la insurrección, Zinoviev junto a Kamenev votan en una reunión del Comité Central en contra de la toma del poder por los soviets, por creer que los bolcheviques no contaban con la relación de fuerzas favorable para vencer, y además hacen publica la decisión del partido, violando la disciplina partidaria. Esto desata la furia de Lenin, quien los tratara de “estiércol” y exige su expulsión.
El papel estratégico de Trotsky en la planificación de la insurrección, logra darle el poder a los soviets. Pero aún después de la toma del poder, se abre otro frente de tormenta en las filas del partido: nuevamente Zinoviev junto a otros importantes militantes, presentan su renuncia al Comité Central, aduciendo que los bolcheviques debían conformar un gobierno de coalición junto a los demás partidos de izquierda, como los mencheviques y social revolucionarios, de otra forma caerían en una dictadura partidaria. El partido acepta la renuncia de éstos, pero vuelven a sus filas en los próximos días. Estos episodios anticipan el papel que años más tarde le tocará en desgracia a Zinoviev.
Será uno de los Comisarios del Pueblo, nombre que adoptó el gobierno soviético tras la Revolución de Octubre, y además desde su creación en 1919, será el presidente de la Internacional Comunista. Su rol será muy importante en la nueva organización internacional revolucionaria, ya que no había discusiones ni proyectos de los partidos comunistas de Europa en esos años, donde Zinoviev no estuviera al tanto, ejerciendo una gran autoridad en los mismos.
Luego de la muerte de Lenin en 1924, se conocerá en el XII Congreso partidario, su famoso “testamento”, donde se encarga de analizar el rol de varios dirigentes partidarios. Sobre Zinoviev y Kamenev dirá que su rol en la insurrección de Octubre “no fue casual”, evidenciando las debilidades políticas de estos ante las dificultades. El “nuevo curso” que se abría en el partido encontrará a Zinoviev formando la famosa “troika” junto a Stalin y Kamenev.
Tras la aparición de “Lecciones de Octubre”, texto de Trotsky, donde se encarga de criticar la vacilación del Partido Comunista alemán tras los levantamientos de 1923, y por ende el rol de la Tercera Internacional, la troika se dispone a dar la lucha abierta contra el “trotskismo”, anunciando que los partidos comunistas debían “bolchevizarse”, momificando el pensamiento de quien fuera el líder de los bolcheviques y tratando de enfrentarlo a Trotsky desde siempre, sacando de contexto antiguas divergencias y poniendo todo el aparato partidario al encargo de esta tarea. Como parte de esta lucha, Zinoviev publica “El leninismo”, un folleto donde simplifica al extremo las enseñanzas Lenin y donde trata de combatir la “Teoría de la Revolución Permanente” de Trotsky, a quien acusa de menchevique y de su incompatibilidad con el bolchevismo, falsificando posiciones que este nunca sostuvo.

Ruptura con Stalin y camino a la muerte

En 1926 Zinoviev y Kamenev rompen con Stalin, producto del régimen burocrático que ya comenzaba a devorar toda la estructura partidaria. Deciden aliarse a Trotsky, que desde hacía varios años venia alertando sobre los peligros por los que atravesaba el país y el partido gobernante. Tras algunas discusiones deciden firmar un compromiso, presentan una plataforma donde además de analizar los principales problemas económicos y políticos de Rusia, bregan por mayor democracia en el partido. De esta forma queda sellada la constitución de la “Oposición Conjunta”, compuesta por los mejores compañeros de Lenin, verdaderos héroes del periodo zarista e incluso después de la toma del poder. Pero la derrota de la Oposición Conjunta estaba determinada de antemano por el fracaso de la revolución internacional (principalmente Alemania), la pérdida de los mejores elementos del partido, los cuatro años de guerra civil, la hambruna que le sobrevive y las peores penurias económicas. Estos elementos calarán hondo en la sociedad y en el partido, que se llenará de arribistas y conversos. Zinoviev capitula junto con Kamenev y otros a fines de 1927, luego de haber sido expulsados del partido. El historiador Pierre Broué relata en su estudio sobre la historia del bolchevismo, las palabras de Zinoviev ante este hecho:”León Davidovich, ha llegado el momento de tener el valor suficiente para capitular” dice Zinoviev y el viejo león le replica:”Si tal valor hubiese bastado, la revolución habría triunfado en el mundo entero”.
Para volver a ser readmitidos en el partido, los viejos bolcheviques deben de abjurar de su programa, de sus ideas, y acusar a Trotsky de ser un contra revolucionario, y estar a la cabeza de un plan para reinstalar el capitalismo en la URSS. Esto es altamente significativo, porque antes de que la policía secreta estalinista (GPU) los mande a asesinar el 25 de agosto de 1936, el temible aparato partidario ya los había quebrado moralmente y como definió Trotsky, eran cadáveres políticos. Zinoviev buscando salvarse de la muerte, llega a decir en los juicios iniciados en 1936: “Estábamos llenos de odio contra el CC y contra Stalin. Estábamos convencidos de que era necesario a cualquier precio que los dirigentes fueran sustituidos, y sustituidos por nosotros de acuerdo con Trotsky”. (Pierre Broué, “Los Procesos de Moscú”). De esta forma terminaba la existencia de quien fuera uno de los más importantes revolucionarios del Partido Bolchevique, ya que como dijo Trotsky “los principios avanzan, las capitulaciones nunca”.

Ricardo Farías

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